Las luchas de la juventud y el movimiento juvenil I
CJC
El papel de la juventud en la lucha por el socialismo
El debate acerca del papel de la juventud en la lucha por el socialismo no debe ser ajeno a cualquier organización comunista que se precie. En los últimos tiempos nuestra organización ha estado abordándolo en diferentes debates que abarcan desde la significación del carácter juvenil comunista de nuestra organización hasta nuestra forma de intervenir en los frentes dotándoles de esa perspectiva.
Cuando las y los comunistas nos referimos a la juventud debemos de tener muy claro que dicha categoría, la de juventud, no es la categoría de una clase social, pero hablamos de un sector cuya procedencia de clase -familia, entorno- es heterogéneo y dentro de esta diversidad de clase sí encontramos unos ciertos elementos comunes que son los siguientes:
* Una personalidad en formación
* Una conciencia de clase en formación
* Un cuestionamiento del funcionamiento de su entorno, tanto vital como político.
* Una confluencia en torno al ocio y/o a los centros de formación.
* Un tiempo de ocio amplio que permite desarrollar actividades diversas.
* Un futuro que amenaza a la inmensa mayoría con su proletarización y por tanto su sometimiento a unas condiciones específicas mucho mayores de explotación
Estas características hacen que la juventud como sector social sea fácilmente movilizable y que juegue un papel activo en diversos tipos de asociacionismo de carácter juvenil, deportivo, estudiantil, ong’s, político, cultural. Esto configura que la juventud sea una fuerza social capaz de establecer una cultura propia, hace que la juventud sea un sector social que tiene un papel muy importante en el desarrollo de nuestro proyecto histórico, la juventud debe incorporarse al desarrollo del mismo de una forma activa para asegurar su propio éxito y continuidad y con ello contribuir al asentamiento de unos valores nuevos que deben caracterizar a la nueva sociedad.
Las contradicciones en el seno de la juventud.
Ganar a la juventud no es sólo uno de los objetivos de quienes queremos cambiar el actual estado de las cosas, sino que también lo es de los grandes poderes fácticos, la oligarquía y los monopolios, que mantienen a la juventud alejada de la conciencia de la clase obrera para que no se cuestione el orden establecido. Este proceso de impregnación colectiva de valores del enemigo de clase en el seno de la juventud fomenta la separación de la juventud como entidad grupal para el cuestionamiento de la realidad.
Aunque la juventud no es una clase social como tal sí que aglutina en su seno un reflejo de las contradicciones del conjunto de la sociedad. En el día a día se da una lucha de posiciones en la realidad concreta de la juventud, cuyo reflejo superestructural resulta un contexto en que las ideologías de las diferentes clases dan su batalla por la hegemonía de este sector social. En dicha batalla las posiciones de la clase obrera juegan también su papel.
Estas contradicciones que se dan en el desarrollo de la práctica diaria se expresan de una manera específica en el sector de la juventud. Los distintos grados de formación de su conciencia de clase dialécticamente articulados con su desarrollo personal, la influencia de la ideología del enemigo de clase en la juventud -no siempre es la misma que en el conjunto de la sociedad-, la negación del futuro y la necesidad de buscar salidas, son ejemplos de características concretas que le dan esa cierta especificidad que hace que las posiciones de clase entre la juventud sean a veces muy variables y evolucionen de forma rápida.
Llamamos movimiento juvenil al desarrollo de estas contradicciones en el seno de la juventud en su práctica diaria en los diferentes movimientos sociales. Éste tiene un movimiento que le es intrínseco: el estudiantil.
Además de manifestar diferentes contradicciones que se dan de manera trasversal en otros movimientos sociales, en los que la juventud coincide con otros sectores aún manteniendo una práctica específica en los mismos.
Desarrollar el movimiento juvenil y su carácter reivindicativo.
Si queremos incorporar a la juventud a lucha general por el socialismo y el comunismo, debemos de plantear la batalla para que sean las posiciones de la clase obrera las que ganen hegemonía entre la juventud, ganando su conciencia de tal forma que consigamos identificar la problemática y su conciencia grupal -como jóvenes- con la conciencia de la clase trabajadora. De esta manera se logrará aportar el componente subjetivo necesario para que las y los jóvenes identifiquen sus problemas objetivos y decidan ser dueños de su futuro, construyendo una alternativa junto a la única clase que les puede ofrecer una alternativa de futuro, luchar por el socialismo y el comunismo.
Esta problemática, lejos de solucionarse sólo con debates, debe encontrar solución en la práctica; debemos ser capaces de arropar a la juventud en la lucha por sus derechos, y ganar hegemonía en este sentido para ayudarla así a tomar conciencia de la perspectiva antijuvenil del capitalismo. Éste concibe a la juventud como una simple fuente de mano de obra barata para el mañana, o como “carne de cañón” para ingresar en los cuerpos de seguridad del estado y cumplir así el objetivo de mantener el orden establecido, negándole el futuro u obligándola a ser el reemplazo de la clase política que antaño la marginó.
En este proceso dialéctico en que la juventud, en base a la defensa de sus derechos concretos, asume la perspectiva del cuestionamiento del orden establecido, juega un papel importante la doble unificación de las luchas: de las diferentes expresiones del movimiento juvenil y del movimiento juvenil con el movimiento obrero y popular. Ésto debe desarrollarse no desde una imposición sino desde la propia juventud, la cual tomará conciencia a través de la experiencia organizativa y la formación de una capacidad critica. Nuestro papel como comunistas está en hacérselo ver y ganar hegemonía para que esta doble unificación de las luchas sea real.
Con este objetivo debemos trabajar para aumentar la capacidad organizativa y de respuesta del movimiento juvenil, avanzando a partir de la movilización concreta y sostenida.
Desde este punto de vista, el aumento de la conciencia antimonopolista y antioligárquica en el seno de la juventud se torna clave. La juventud comunista tenemos día tras día la tarea de reflejar cómo los sectores interesados en mantener la actual situación que vive la juventud desarrollan sus ataques instigados y amparados por la monarquía parlamentaria.
La intervención de la juventud comunista en los movimientos de masas.
Cuando intervenimos como juventud comunista en los movimientos de masas, debe ser desde la perspectiva del trabajo para su desarrollo. Nuestros militantes no sólo tienen que ser parte del debate ideológico, sino que además tienen que convertirse en referentes en la práctica concreta, asumiendo parte de las tareas para que ese movimiento social tome cuerpo. Sólo desde el respeto de quien trabaja realmente en el movimiento podremos transmitir nuestras posiciones con una perspectiva de credibilidad y éxito.
Debemos saber transmitir nuestras posiciones con coherencia, humildad y claridad, intentando que lleguen a quienes integran el movimiento. Debemos ganar en la práctica su respeto y respetar sus decisiones. La juventud comunista debe dar su opinión pero respetando al movimiento, sin que el movimiento se vea obligado a hacer todo lo que diga la juventud comunista, pero sin perder de vista tampoco la aspiración a su orientación por nuestra parte.
Saber transmitir nuestras posiciones al movimiento es vital. Para ello es importante que éstas no estén alejadas de las capacidades reales del movimiento y que al mismo tiempo le permitan avanzar. De lo contrario, sólo se beneficiaría al enemigo de clase, en el primer caso porque genera frustración en el movimiento y en el segundo porque lo deja anclado y lo vuelve incapaz de cuestionar nada.
Llevar el debate sobre el ¿qué hacer? a los colectivos, reflexionar conjuntamente acerca de lo acontecido en el movimiento es vital. Tomar decisiones colectivamente en la organización es la mejor forma de dar respuesta a ese movimiento con una perspectiva más general, conociendo la realidad del resto de los movimientos. La militancia debe asumir su papel recordando la disciplina que nos hace respetar y acatar los acuerdos de la organización aunque estemos en minoría. Debemos entender que en última instancia nosotros somos militantes de la organización antes que de cualquier movimiento.
Ganar la conciencia de la juventud
Ganar la conciencia de la juventud significa en la practica ganar una hegemonía en su seno en las tres luchas; económica, política e ideológica. Ser capaces de convencer con nuestro discurso es una batalla feroz para cualquier comunista, ya que en frente suyo está el sistema de dominación del enemigo de clase, el cual combina la represión en sus diversas manifestaciones con la hegemonía ideológica en la apariencia democrática de los distintos problemas. Un comunista gana la conciencia de la juventud luchando en su seno, peleando en esas luchas económicas y ganando hegemonía con el objetivo de, dialécticamente, aumentar la conciencia para las luchas políticas. Las luchas económicas a menudo son batallas interesantísimas desde el punto de vista del aprendizaje político-ideológico de la juventud y de nosotros mismos en su seno. Conquistar la confianza y respeto de la juventud dependerá de la capacidad que tengamos para dar respuestas acertadas a sus problemas y de que podamos convencer de las mismas con claridad.
El ocio y el tiempo libre también son escenarios de lucha que no podemos descartar, el favorecer espacios de diversión alternativos, culturales que cuestionen el orden establecido se torna muy importante. La batalla frente a los medios de comunicación de masas, la batalla frente al discurso hegemónico es para nosotros una dura batalla, pero disponemos de suficientes armas para combatirla. Participar en la organización de los viajes de estudios, participar de organizaciones deportivas, culturales, asociaciones de festejos etc… es un punto a nuestro favor en la socialización y son lugares donde debemos de situar nuestra opinión.
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