La recesión sorprendió a las jóvenes en tiempos de crisis
Por Guadalupe Cruz Jaimes
México DF, 19 ene 10 (CIMAC).- La recesión económica internacional afecta sobre todo a las mujeres jóvenes españolas, quienes en su mayoría ocupan puestos “peor valorados social y económicamente”, de acuerdo con los artículos ¿Regreso a casa? y “Se subastan becarias precarias”.
Los escritos de la secretaría de la Juventud de la Confederación Sindical de Comisiones Obreras (Ccoo), en España destacan que la crisis económica profundiza la inestabilidad en el trabajo, y el desempleo limita la independencia económica de las jóvenes, al grado de que incluso quienes habían dejado el hogar, ya están de regreso.
Un ejemplo es que el 91.4 por ciento de las jóvenes que laboran en la empresa Euskadi, en España, se ocupan en el sector servicios, el cual se caracteriza por el mayor índice de temporalidad y una brecha salarial de 16 por ciento.
Santi Martínez, secretario de Juventud de la Ccoo de Euskadi, y Jone Robledo, representante de la Ccoo-Gazteak en el Consejo de la Juventud de la Euskadi, señalan que frente al desempleo y la precarización laboral, las y los jóvenes en este país, como en muchos otros del mundo, obtienen una beca para ejercer su profesión en alguna empresa.
En esta nación, 7 de cada 10 empleos perdidos en el tercer trimestre de 2009, estaban ocupados por personas menores de 29 años de edad. Y la tasa de desocupación de quienes tienen entre 20 y 24 años era de 38 por ciento
Ante este panorama, las empresas ofrecen a la juventud un “dulce” disfrazado de empleo “que casi siempre deja un sabor amargo”: una beca para laborar en “grandes” empresas públicas y privadas. En España, existen 200 mil jóvenes sin empleo que obtuvieron una beca de este tipo.
El sabor amargo se debe a que las y los becarios son tratados como cualquier otra trabajadora o trabajador, tienen iguales o incluso mayores cargas de tareas, pero a diferencia del resto del personal, carecen de contrato, salario remunerador y prestaciones sociales, refieren los sindicalistas en el número 34 de la revista “Trabajadora”.
En consecuencia, la falta de oportunidades en el mundo laboral, limita la posibilidad de que la juventud pueda independizarse de su hogar materno. Esta situación está ligada a la alta temporalidad, el desempleo, la subocupación, los bajos salarios y la subcontratación, se instalaron de manera permanente en las sociedades, desde antes de la crisis.
Dichas condiciones en el mercado de trabajo imposibilitan que en tiempos de crisis, la juventud alcance la estabilidad laboral suficiente para emanciparse, pues, la recesión “los sorprendió sin haber abandonado la casa de sus padres”.
Al tiempo, quienes habían logrado emanciparse corren el riesgo de volver a sus hogares de manera masiva, debido a que la crisis profundiza la inestabilidad en el empleo y la desocupación, sostienen Ignacio Doreste y Javier Pueyo, integrantes de la Ccoo, en el artículo ¿Regreso a casa?
A decir de los sindicalistas, la limitación económica de las y los jóvenes para emanciparse, evidencia que “la precariedad laboral se ha convertido en un eje estructural de la realidad juvenil desde hace años y, de no buscar soluciones al problema desde su raíz, corremos el riesgo de que se perpetúe”, concluyen en el texto, publicado en noviembre pasado.
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