Contacto: juventudsurversiva@gmail.com

lunes, 26 de septiembre de 2011

La revuelta como oportunidad

Fausto Bertinotti www.ilmanifesto.it

Traducido para Rebelión por Susana Merino

Rossana Rossanda ha iniciado una discusión que día a día refleja más la apremiante necesidad de la izquierda. Se han producido intervenciones bastante interesantes ya sea en cuanto a las causas que han agravado la crisis europea o en cuanto a la exploración de las intervenciones programadas para afrontarla por fuera de la desastrosa moneda corriente. En todo caso, según mi opinión, útilmente e ha desafiado la nueva ortodoxia del equilibrio presupuestario hasta prever salidas radicales. Pero todavía me parece que la discusión debería tomar un giro diferente. ¿Podemos enfrentar aún el tema como si viviésemos en una época democrática con una política en marcha dotada de cierta autonomía y una izquierda capaz de influir sobre las elecciones de fondo? Me temo que no. En cuyo caso se podría tal vez seguir esta línea de razonamiento.

Lo que la revuelta ha intuido debería constituir la base tanto del renacimiento de la política domo de un accionar político autónomo del sistema económico-social y del sistema de poder político que se ha venido conformando. La revuelta ha intuido que, para reiniciar el juego, es necesario dar un salto, es decir poner radicalmente en el terreno de las discusiones las decisiones políticas que vienen siendo tomadas por el poder constituido y oponerse a los lugares y las formas donde y como han sido asumidas.

La crisis es una ocasión. Pero hace falta ver para quién. La ocasión está siendo aprovechada hasta el final por las clases dirigentes para hacer tabla rasa con la Europa del compromiso social y democrático. Un panorama social totalmente diferente está ocupando ese lugar. Y como si todo lo que se vino acumulando en los años de la restauración modernizadora, y acelerado en los últimos meses, hubiera hecho precipitar este devastador agosto.

El largo invierno treintañero de ininterrumpido ataque a las conquistas sociales y democráticas, de un conflicto de clases que constantemente se resuelve a favor de las clases propietarias, se amplía en calidad y cantidad. Exhibieron todo su cinismo en la fórmula: “El mercado, ¡una belleza!” Era la fase naciente de la globalización capitalista y ellos, la clase dirigente se permitían ser arrogantes. Ahora la crisis del capitalismo explota en todo Occidente.

Deberían decirnos, si tuvieran aún el mismo arrogante cinismo de los vencedores: “¡Qué belleza el capitalismo!” Pero no pueden. La incertidumbre es demasiado grande, demasiado devastadores los efectos sociales provocados por sus políticas de respuesta a la crisis, es muy alto el riesgo de ásperos conflictos, de conmociones, de revueltas.

La revolución pasiva que han hegemonizado está en un punto crucial, conjuntamente en acción pero además averiada, porque se halla en una crisis de consenso vertical. Y todavía pueden actuar aún peor (para las clases subalternas, para los pueblos, para la naturaleza) y escalar otro peldaño de su dominación. Como hábiles prestidigitadores hacen desaparecer cada una de las causas de lo que sucede. Desaparece el capitalismo, en primer término; la economía, el mercado, las finanzas y con ellas la especulación se vuelven condiciones naturales; las devastaciones sociales se presentan como consecuencias ineluctables (si llueve te mojas, si nieva te congelas). No se tiene tampoco en cuenta que en Europa la agresión social es tan radical que incrementa desmesuradamente la pobreza, precarizando todo.

Si en los años transcurridos cada vez que se puso en discusión una conquista social (movilidad salarial, jubilaciones, atención sanitaria gratuita, cualesquiera de los derechos laborales conquistados, por ejemplo los del artículo 18 del estatuto), si bien a la defensiva ahora de un solo golpe, toda una construcción aunque imperfecta de derechos, de libertad, de justicia social es demolida sin que la sociedad política, ni en la realidad que representan los partidos sociales, surge nada comparable a su puesta en juego.

Solo desde fuera de este recinto puede surgir y de hecho explota la oposición en tantos lugares de Europa. Dentro del recinto nada. Sin que las clases dirigentes puedan valerse de la cobertura ética basada en hacer valer la lógica ( terrible siempre para las clases subalternas) del rigor, de la austeridad a todo trance, es decir aunque se vuelva contra sí misma ( por ejemplo con la introducción de un impuesto patrimonial o de una Tasa Tobin). Ni tampoco se proponen, por otra parte, develar los gigantescos fenómenos de corrupción y de economía ilegal y criminal anidados en el seno de este sistema económico y social.

Ninguna reforma –ni burguesa, ni de izquierda– es capaz de convertirse en sujeto político consistente en la crisis del capitalismo financiero globalizado. Está obviamente la política. Pero no existe ninguna autonomía fuera de ella. Esta se presenta en cambio subsumida dentro de las decisiones cuyo marco se presenta en el interior del recinto como objetivo, obligatorio e ineluctable. Solo se admiten diversos matices del mismo planteo, no un planteo diferente. Hasta los reformadores más cautos son expulsados de las discusiones ya sea sobre el modelo económico, social y ecológico como sobre la distribución de la riqueza.

La crisis tiene una sola respuesta admisible, sustancialmente la que está en curso. Pero aparece un nuevo sacerdote de la ortodoxia: las agencias de rating. Son las que juzgan la economía y los estados y pretenden no ser juzgadas por ninguna de las formas democráticas representativas (representativas ¿de qué?) Las agencias de rating se presentan como el meteorólogo que predice neutralmente el tiempo.

La puesta fuera del campo del pensamiento crítico, de la crítica de la economía se revela una catástrofe. El dominio del capital, nunca desde hace más de un siglo tan incondicionado, se evidencia; echa afuera, a la política y a la democracia representativa y a toda otra forma alternativa y clausura la democracia.

El rastrero, y blanco, golpe de estado consumado en el nivel europeo en agosto es el epílogo del largo proceso de destrucción del compromiso social y de la democracia. Debe partirse desde allí, desde ese desesperante nivel. Para volver a partir es útil, por un lado, respirar el aire de la revuelta y por el otro reapoderarse de un pensamiento crítico. Quien quiera seguir simplemente continuar pensando no puede sino volver, para ir más allá , a aquel extraordinario recurso que constituye la navaja de Marx, cuando destruye la mistificación del capitalismo que ha sabido activar, para esconder su naturaleza y que en su nueva y última aserción, se ha impuesto a la política hasta ponerla a su servicio

El anuncio de una posible ruptura

Esta fase parece caracterizarse por la presencia de dos movimientos radicales pero de direcciones opuestas. Uno nace y se establece en la sociedad civil y contiene demandas que nacen preferentemente de la denuncia de una determinada condición social, de la oposición y de las elecciones del gobierno ya sea a nivel Estatal como privado y de la denuncia de diferente naturaleza de las lesiones de diversa naturaleza a los derechos de las personas y de toda la comunidad, tanto de trabajadores como territoriales, más que de subjetividad.

Se constituye con un archipiélago de movimientos con carácter fuertemente horizontal, sin partidos y sin líderes que los puedan representar establemente; cada uno de los cuales es capaz de dar lugar a fenómenos de participación larga e intensa sobre demandas radicales de cambios que manan a su vez de la oposición a una condición o de una amenaza considerada intolerable (la precariedad del trabajo y de la vida, la privatización de un bien instalado como común, la destrucción de la escuela pública, la dignidad del trabajador, la dignidad de la mujer)

La revuelta de que han sido protagonistas los jóvenes de los países del norte de África ha conferido a los movimientos europeos un horizonte muy grande, ha puesto de relieve una matriz común hasta ahora más incierta y diversificada. El aire de la revuelta sopla en mil calles, más o menos grandes, más o menos extensas (duraderas) y lleva en sus espaldas una indignación fuerte y difusa, el rechazo, el repudio al status quo, la denuncia de la desigualdad y de la arbitraria naturaleza del poder, incluido el de la política que se halla considerada como parte del poder. Es el anuncio de una posible ruptura.

Son movimientos que crecen en países, como los del Mediterráneo ciertamente diferentes entre sí (que Italia no sea Egipto aún desde el punto de vista democrático es tan cierto como banal) pero que tienen en común dos de los grandes trazos que pueden marcar un ciclo político: el robo del futuro que el sistema aplica sistemáticamente a las nuevas generaciones: el crecimiento violento y ofensivo de las desigualdades: la falta de democracia y de diálogo social en el que se toman decisiones políticas que afectan a toda la sociedad.

El viento de la revuelta es el hecho nuevo de esta etapa, la única chance que se manifiesta por el cambio, un cambio por otra parte siempre más aguda y dramáticamente urgente. La solución en Europa se ha venido entrelazando con la que se ha encontrado el sistema político-institucional para darle solución a la crisis que luego de partir de los EE.UU. hacia el mundo entero y particularmente a occidente ha resurgido en una Grecia en riesgo de default como la de los mismos EE.UU.

Esta crisis no ha sido promovida por el “desorden” monetario y de la política de los bancos como en 2008 (aunque sea reveladora de las contradicciones estructurales del capitalismo financiero globalizado) sino de la “desordenada” situación de la economía real. La amenaza de una nueva recesión, que por otra parte un economista como Stiglitz pone directamente a la cabeza sino también a las políticas de austeridad y a los recortes del gasto público que persiguen actualmente los estados. El perro se muerde la cola (pero deberíamos estar advertidos del hecho de que este podría ser su verdadero objetivo).

Los estados reaccionaron ante la primera crisis con gigantescas ayudas al sistema financiero y a los bancos, que así fueron salvados mientras que paralelamente se realizaba una enorme redistribución de los réditos a favor de las rentas y de los beneficios con la conformación de una incontinente concentración de la riqueza. Nada de eso fue hecho a favor del trabajo y del empleo; y ahora ante una economía en crisis las cajas de los estados se encuentran agotadas por esas maniobras de salvataje.

La réplica es una política económica despiadadamente clasista: el corazón de las decisiones adoptadas por la Unión europea es monetaria y el del BCE es un modelo de sociedad único en el que el trabajo se reduce a una mercancía, el Estado a su mínima expresión, el Estado social borrado y la sociedad civil condenada a convertirse en un espacio íntegramente dedicado a la ganancia.

Luego de que Obama cediera torpemente sin obtener compensación con la tentativa de recuperarse con el plan sobre el desempleo, el golpe europeo de agosto querría inaugurar una nueva era política, la de la falta de democracia en el “arte de gobernar” Lo que ha sucedido en los últimos meses resulta excepcional en cuanto a impermeabilización de los lugares de decisión de la sociedad civil y en la tendencia a cooptar a toda la sociedad política, mayorías y oposición, en la filosofía de que esos lugares se están conformando, al margen de toda tradición democrática, y construyendo así una especie de cordón sanitario entre las nuevas instituciones y la sociedad real.

Si los contenidos de esta política en respuesta a la crisis incluyen una señal de clase tan marcado como para configurar la anulación de una total historia de la emancipación, la forma como se está decidiendo es la que frena la democracia y expela de la política reconocida como legítima, la de la alternativa social, basada en la confrontación y sobre la crítica del orden existente. El recinto es el fundamento de la nueva política. Dentro o fuera. Si estas dentro aprobación, si fuera protesta.

Esta salida, hoy prepotentemente anunciada no es sin embargo obligatoria. Pero porque no lo es la tarea es romper el recinto, hacer trizas el cerco de la separación. Cooptación, porque si durase, la política como la hemos conocido en Europa luego de la victoria contra el nazi-fascismo, saldría definitivamente de la escena y con ella toda forma de autonomía de la política del poder y del sistema.

El estado de necesidad actualmente reivindicado en nombre de la excepción (la crisis) se convertiría en la regla de un modelo económico y social regresivo, el de Occidente del siglo XXI. Lo que parecía una invectiva, el gobierno como instrumento de negocios de la burguesía, se volvería una inquietante realidad. Y la política (de la izquierda) podría renacer solo como el ave fénix de sus cenizas. Por lo tanto la tarea es romper el recinto.

La crisis y las políticas de reacción a la crisis

La tarea es necesaria y posible. La necesidad imperiosa. El agravamiento de las condiciones de vida y la crisis de la cohesión social incuban un espectro de posibles reacciones que no excluyen la regresiva guerra de pobres contra pobres, de búsqueda del chivo expiatorio, de explosiones de violencia y agresividad, de fortalecimiento de tendencias populistas, xenófobas y racistas. Sobre todo si difunden condiciones de trabajo y de vida intolerables, con un marco dramático de sufrimientos, malestar, soledad, alienación.

La crisis y las políticas de reacción a la crisis puestas en marcha por los estados nacionales y supra nacionales en Europa, mantienen oscilante la economía, entre recuperación sin empleo y vuelta de la crisis hasta la recesión. La inestabilidad es la constante de toda esta fase. El capitalismo confirma toda su vitalidad animal, pero para entenderlo íntegramente y no dejarse arrastrar por conclusiones extraviadas que “questa volta non ce la fa”, es necesario saber mirar al mundo, a los procesos que lo invisten hasta desbaratar los procesos geopolíticos, hasta dar lugar a un nuevo orden (desorden) mundial. Los dolores del parto de un nuevo sistema monetario que vaya más allá del “dólar-standard” no son solo visiones intelectualísticas de quien confunde deseos con realidad.

La destrucción creadora está en movimiento. Se manifiestan en ella dos partidos burgueses, conectados entre sí mediante la colocación de sus diferentes protagonistas en el sistema productivo y mercantil. Está el partido ganador del primado del capital financiero que hegemoniza la política de los estados y que estaría dispuesto a cierto compromiso redistributivo gracias a una intervención fiscal con tal de salvar lo esencial (el modelo de desarrollo). Warren Buffet es su voz más autorizada (uno de los más grandes mil millonarios de sobre la faz de la tierra) y en cierto sentido curiosamente, y el del partido que simbólicamente expresa su adhesión patrimonial y a la Tasa Tobin (apoyada en Italia solo por la izquierda en los primeros años del siglo XXI). Su difusión en otros países europeos es bastante indicadora del momento.

La victoria del primer partido, el del capitalismo duro, en las políticas de gobierno en Europa lo muestra bastante no solo sobre el estado de su burguesía sino también de su política y especialmente la del centro izquierda. Ya sea el capitalismo que pediría pagar más impuestos a los rico, como el real de las maniobras económicas del Estado, tienen en común el núcleo duro de esta nueva reestructuración capitalista, el de someter al trabajo a una nueva disciplina social en la cual no solo la elección de la inversión (la naturaleza del modelo económico social, que cosa, cómo y dónde, para quién producir) sino también el salario, los horarios de trabajo, las prestaciones laborales, los derechos quedan fuera de la posibilidad de ser acordados con los trabajadores. Conseguir competitividad exige liberar al capital del trabajo organizado sindical y políticamente, pero volver a conducirlo a la condición de mercancía. Lo esencial del desafío se concentra ahí.

Mientras tanto la recesión se vuelve más amenazante. La crisis puede desembocar en una recesión áspera, dura y larga. Constituye su base el rechazo sistemático a alimentar la demanda interna en toda el área de la economía occidental, tratando de obtener en cambio una deflación salarial; las políticas de austeridad, su techo. China sola, los países del BRIC en su conjunto pueden suplir la carencia de demanda del mercado occidental. La idea de confiarles a ellos el tren de la recuperación mundial a través de sus consumos, no tiene fundamento. Es necesario recordar que la China tiene un PBI que solo un tercio del de la Unión europea, a pesar de tener una población que es dos veces y media la europea. Quién aspire al crecimiento solo puede buscarlo en el mercado interno. Pero esta hipótesis es totalmente rechazada.

Aún menos se quiere abordar el rumbo, por parte de los nuevos dueños del barco, de aquella otra hipótesis de salida de la crisis, más orgánica y más radicalmente innovadora que es poner directamente en tela de juicio el nuevo modelo de desarrollo y que consistiría por un lado en la desfinanciarización de la economía y por el otro debería saber devolver al bienestar de la población y a la calidad social el crecimiento innecesario.

La primera requeriría un verdadero enfrentamiento con la renta y con los movimientos de capitales para imponer, en primer término, el reconocimiento de sus costos monetarios con relación a las condiciones sociales y ambientales y la consiguiente construcción de diques que los impidan; eso exigiría una regulación , a partir de la tasación impositiva de las transacciones financieras y los movimientos de capital y hasta la reducción de las tasas de rendimiento que hoy en día la especulación multiplica con relación a las mismas ganancias. Para la segunda, solo para destacar su carácter radicalmente reformista, baste recordar su necesaria incorporación de los bienes comunes y de las relaciones basadas en el nuevo rumbo que se debería emprender. Pero si también desarmar las finanzas forma parte de este nuevo rumbo, requeriría también retomar el problema de la soberanía monetaria hasta redescubrir el uso de monedas locales complementarias que pongan de relieve la autonomía real del ente local. Mientras que la parte central del nuevo rumbo se relacionaría con la reducción de los horarios laborales individuales y su redistribución.

Basten estas señales para comprender por qué la burguesía, y los partidos de la burguesía, rechazan hasta experimentar este segundo camino. Para comprender en vez, las razones de la oposición a la primera hipótesis anti recesiva, es decir la de la reforma interna del actual modelo, es necesario entender hasta el fondo el carácter regresivo hasta en el terreno cultural y de la teoría económica, de la elección de convertir al trabajo como variable dependiente de la productividad y de la competitividad, en lugar de considerarlo un sujeto protagonista de la vida social y de la economía.

Esta última crisis se ha desarrollado alrededor de las deudas soberanas. ¡Cuánto se expresa según las palabras! Antes se llamaba deuda pública. Se han comenzado a llamar soberanas cuando han perdido toda autonomía frente a la potencia, al arbitrio y a la arrogancia de los mercados financieros. Hasta hace unos años las políticas restrictivas se fijaban esencialmente por el déficit público, concentrándose en la necesidad de reducirlo para sanear las economías nacionales, enfermas y contagiosas. Hasta Maastrich con la (“estúpida”) severa norma del regreso obligatorio a menos un 3% se había dejado relativamente de lado el peso de la deuda de los efectos del riesgo de la crisis.

La acusación a la deuda pública por parte del capital financiero ha sido recientemente planteada, repentina y absolutamente. A partir de los países más expuestos al riesgo del default los gobiernos se alinearon otras este nuevo credo, hasta la llegada de Obama. Aquella fue considerada una especie de última esperanza de la política existente en occidente y también la del centro izquierda, que ha cedido de repente frente al chantaje conservador, aceptando lo que bajo aquella presión no se debería haber aceptado, es decir que el bienestar es la causa de la crisis

Todos los gobiernos europeos adoptaron la misma terapia. Si el bienestar y el poder contractual de los trabajadores son el obstáculo a la competitividad no queda otra que cortarlos. Hasta los tiempos de hacerlo y la cantidad de recortes salen como de una calculadora, una calculadora con mayúscula. Las teclas en Europa se hallan comandadas por el BCE, (Banco Central Europeo) el eje franco-alemán y si se quiere ser impersonal por los mercados financieros.

Escuchemos a Mario Monti:” las principales decisiones han sido tomadas por un “gobierno técnico supranacional” y se podría agregar “mercantilista”, con sedes dispersas en Bruselas, Frankfurt, Berlín, Londres y Nueva York” Es lo que Monti llama refiriéndose a una tradición del Medioevo italiano, el “podestá”(1) extranjero. Otros analistas muy reconocidos como Eugenio Scalfari refiriéndose al mismo fenómeno lo han llamado “commisariamento”

He citado a diferentes exponentes del pensamiento liberal democrático para mostrar cómo y desde qué punto de vista, no solo del de clase, es evidente la muerte o por lo menos la supresión de la democracia. Se debe además agregar la existencia de un manifiesto doblez en los mayores exponentes del pensamiento liberal contemporáneo con relación al tema democrático. Ahora se les puede enrostrar la misma crítica que ellos hicieron a los comunistas.

La suspensión de la democracia en los regímenes capitalistas de la Europa actual ha sido correctamente comprobada pero no denunciada: de modo que se justifica en nombre de una razón considerada superior, el saneamiento de la economía. Solo que la excepción se transforma en regla a través de un complejo y articulado proceso si bien no exento de coherencia interna de neta inspiración neo-autoritaria. En Italia, el “podestá” extranjero primero, para usar un eufemismo, inspira la maniobra de retroceso y dicta la velocidad con que se debe actuar.

Luego, acordado el núcleo duro, fuera del marco democrático y de la soberanía, se lo viste con ropaje político que en presencia del gobierno de Berlusconi, sea el que esté más próximo a hacer coincidir el área gubernamental con toda la representación parlamentaria: decidir actuar, sin embargo, la maniobra en cierto tiempo, aceptando el marco general equivale a compartir la acción y a considerar los diferentes contenidos que no puedan soportar, en cada caso, los objetivos de su rechazo.

El presidente de la República, única autoridad político-institucional del País reconocido como tal, confecciona el ropaje político con que será revestida la operación económica. La idea de gobernabilidad todavía se mantiene en el fondo. La etapa sucesiva, la última maniobra ha completado la disposición sin soberanía: ha develado íntegramente du carácter de clase, en particular con el recorte a los servicios sociales y sobre todo yendo al corazón de la cuestión, con ataque a los derechos del poder contractual de los trabajadores, orgánico, sistemático y si se puede usar este término en las relaciones sociales, definitivo.

Parecería contradictorio con esta salida, el documento suscripto hace poco por los sectores sociales y sin embargo esta percepción es solo la proyección de nuevo ciclo de la memoria de las relaciones sociales que caracterizaban al ciclo precedente, es decir la existencia en él del problema de la autonomía del sindicato de los patrones, del gobierno y de los partidos.

La nueva era no tolera (¿no concibe?) la autonomía, menos aún la sindical. Sin la democracia de los trabajadores, sin el progresivo reconocimiento de la conflictividad social, sin una ideal dual de las relaciones sociales y de la naturaleza del contrato, el pacto social se transforma en la cooptación del sindicato en el sistema de poder y en el marco económico social del mecanismo de acumulación capitalista. Y ese fue el sentido del acuerdo entre gobierno y sindicatos del pasado 28 de junio.

Otra bisagra entre sociedad civil e instituciones, entre economía y sociedad, otro escenario para la democracia real que de este modo se destruye. El recinto amplia sus límites incluyendo otro fragmento de la representatividad e contemporáneamente profundiza la brecha que separa lo de adentro con lo de afuera. Los cuerpos intermedios son un objetivo neurálgico del desarrollo autoritario.

Si por un lado se coopta al sindicato mientras por otro se profundiza la consideración del trabajo como una mercancía, los organismos locales con el recorte de las transferencias del estado son empujados a convertirse en primera instancia como la contraparte del descontento y de la bronca del pueblo a quién en nombre del equilibrio se le niegue lo que ya disponía en concepto de tutelas sociales, ejercicio de sus derechos, apoyo y cobertura de salud, sacándoles lo esencial para su vida civil. Se convertirían no ya en lugares de autonomía local, sino en procónsules de un gobierno central a su vez procónsull de un gobierno supranacional, uno y otro liberados ahora del problema del consenso es decir de lo esencial de la democracia.

Los decretos de mediados de agosto confirman explícitamente el paso del estado de excepción (el riesgo de que se precipite la crisis financiera del Estado) al regular de un estado sin soberanía ni democracia, nada menos que a través de la modificación de la Constitución. Lo ha entendido bien Rino Formica que escribió: “Los constituyentes le asignaron a los partidos políticos el papel de cuerpo intermedio entre el Estado y los ciudadanos y de parte del Estado democrático porque era doble el ejercicio de la soberanía del pueblo: en los partidos para renovar el Estado (art. 49) y en el Estado para construir una sociedad tendiente a lograr la igualdad (art. 3). Los Constituyentes fueron explícitos al indicar una elección contrastante con la tradición liberal”

De modo que no puede menos que resultar evidente el verdadero trastrocamiento de la filosofía de la Constitución republicana con la auspiciada introducción de un vínculo externo capaz de impedir alcanzar la realización de la tarea que le asignara la constitución de la República en uno de sus artículos fundamentales, el artículo 3 Tiene razón Formica cuando concluye: “Con un decreto se menciona cuatro veces “ en espera de la revisión constitucional” sobre cuatro puntos básicos de la Constitución: art.81 (soberanía parlamentaria sobre el balance), art 41 (democracia economía) y los artículos relativos a la composición de la Cámara y a la composición del gobierno de las autonomías locales territoriales. Es necesario volver al colonialismo para encontrar cambios constitucionales logrados mediante intervenciones externas”

Aquí el vínculo externo. Usado ayer (Maastricht) para desgastar las conquistas sociales y redimensionar el estado social con la absolutización de la reducción del déficit; hoy para hacer tabla rasa de toda las historia política y social, democracia incluida, con el dogma de la nivelación del balance. Una nueva ideología burguesa es convocada para presidir el recinto. Quién está dentro está dentro, quién está fuera está fuera de la política corriente.

El complemento se produce a través de una operación cultural con la que son demonizados los movimientos.

La discriminante situación recuerda todas las formas de la cultura de la opresión, especialmente aquella que pretende dividir a los trabajadores y a los sindicatos en constructores y destructores. Hoy en día no los miembros de un partido o de un sindicato (aunque también puede tocarle a ellos), no los intelectuales críticos, como sucedía en los EE.UU. en los años de las “listas negras” o como sucedió en la Fiat de Valletta, sino los movimientos, el conflicto lo provocan los que son considerados los destructores. La consecuencia es directa y devastadora hasta sobre las fuerzas políticas: solo quién deja los movimientos es admitido en la esfera de la política reconocida.

Para la construcción del recinto también sirven los símbolos, que pueden llegar a convertirse en ladrillos particularmente pesados. Para golpear a fondo a una historia es necesario erradicarla, es necesario hasta borrar la memoria de sus raíces, mucho más si fueron profundas y fuertes, como para poder volver a regenerarse. La idea de borrar por decreto la fiesta del 1º de mayo y del 25 de abril no es solo un insolente desafío: es un pedazo de una estrategia de anonadamiento de una política subjetiva, la del movimiento obrero.

Frente a este enorme y violento desafío hemos pensado: solo queda esperar que la réplica esté a la altura. Ustedes quitarnos la fiesta del trabajo para quitarla y nosotros la retomamos, volviendo a sus orígenes con la huelga de todos y de todas. Una huelga general el 1º de mayo para resistir y existir, contra el muro. El hecho es que en este punto como en cualquier otra execrabilidad, el gobierno debió desmentirse no logra el engaño. El proceso avanza, cava fosos, levanta muros divisorios; coopta y excluye. Si vive el recinto muere la política autónoma; si gobierna el recinto muere definitivamente la izquierda política.

El recinto hace su juego demoledor de la democracia, de la sociedad y de la calidad de vida, mientras reduce la política a la servidumbre. De modo que romper el recinto es absolutamente necesario.

Los aires de revuelta y el movimiento que los respira

Pero la tarea de destruir el recinto no solo es necesaria sino también posible. En el número anterior de la revista habíamos realizado una investigación sobre la dinámica de los movimientos, leyéndola la vi respirar los aires de la revuelta. Ninguna pretensión de reducirla a una unidad inexistente inspiró aquella investigación, sino el intento de comprender, si entre historias tan distintas por su ubicación geográfica, por formas, por problemáticas, por las características de sus protagonistas, por las causas que motivaron la movida, para encontrar un posible hilo, aunque débil, que las uniera. Creímos haberlo encontrado en los que por aproximación llamamos el aire de la revuelta. El Mediterráneo es y continuará siendo el teatro; un teatro que de varios modos involucra a toda Europa.

La oposición de los movimientos al orden existente; su movida y su indignación contra la desigualdad y la arrogancia del poder; la democracia y como se practica; su objetivo es crear un nuevo orden democrático basado en la participación y capaz de reducir la división entre gobernantes y gobernados. Esto es lo que se llama el aire de la revuelta porque el movimiento que la respira no puede ser representado, ni circunscribible en un objetivo parcial e inmediato.

No está contra la negociación, pero comprende que en esta fase el poder niega comprometerse sistemáticamente. La mesa, de confrontación entre el movimiento y el gobierno, en este marco se activa efectivamente para cooptar a los representantes y dividirlos- Quién gobierna hoy en día ha eludido la materia misma del compromiso. Proponerse hacer estallar el sitio es por lo tanto una prueba de lúcido realismo. Aunque si bien es difícil que sea culturalmente aceptada, debido a su base histórica se ha verificado que la práctica de la contratación ha sido la más eficaz praxis de cambio y de participación conflictiva ejercida por los oprimidos. El diálogo entre las diversas culturas críticas es lo que podemos y debemos saber hacer.

Donde haya un espacio que el conflicto pueda ganar para reanimar una contratación que pueda a su vez reabrir la concreta posibilidad de una conquista social, democrática tiene que ser sostenido a fondo aún con el viento en contra. Donde el viento sople abriendo nuevos caminos con verdaderos movimientos de revuelta, de insubordinación e las masas, pacíficos y no violentos o de ocupación de espacios que puedan convertirse para actividades extramercantiles, en prácticas de liberación, y en hacer vivir los bienes comunes, se encuentra la mayor comprensión y de convergencia en torno a las nuevas prácticas sociales. La zona roja debe ser puesta en discusión en ambos lados. Los movimientos de esa estación pueden ser ayudados a hacerlo. Son sus mismas características las que lo indican.

Una importante contribución a su lectura, también por el perfil político-intelectual del autor, nos ha llegado de Alain Touraine. Recurramos a una larga cita de uno de sus escritos más recientes porque parece realmente significativa, a la luz de la naturaleza de la cátedra de que procede.

“Entre los movimientos surgidos en varios países europeos, el más importante es el de los indignados (…) su protesta no se dirige hacia la política de un gobierno sino contra los sistemas políticos en cuanto tales. Los jóvenes que manifiestan son sobre todo estudiantes apoyados por la mayoría de la población, se oponen a los partidos, y especialmente a los de izquierda, que a sus ojos ya no representan a la opinión pública y que por lo tanto vacían la democracia de todo significado (…) Lo que ponen en discusión es sobre todo el principio de la democracia representativa clásica de la vida política europea, que las reivindicaciones y las protestas sociales y culturales surgidas de los grupos sociales encuentran una expresión más o menos completa en los partidos políticos; y rechazan ver en esos políticos a representantes de los intereses populares y de los conflictos sociales. Como prueba, baste constatar que los sindicatos son considerados de igual modo que los partidos políticos (…) Se puede comenzar a comprender mejor la naturaleza y la importancia de estos movimientos viendo en ellos la revuelta de una juventud que se siente privada de su propia condición de ciudadana por obra de los políticos, y en particular de la izquierda – los que a su vez se sienten castigaos por una lógica económica irresistible por ser global (…) esta crisis de la política pone en discusión a los partidos de izquierda, que por definición se consideran defensores de los derechos y de la libertad de la población. Más allá del problema , sin embargo gravísimo , de los altos niveles de desocupación juvenil, no consideramos más los conflictos económicos y sociales que las contradicciones entre los derechos humanos fundamentales y la violencia del predominio de la ganancia capitalista por encima de cualquier otro fin social (…) en Italia, en España, el sentido general de la sublevación es el mismo- Y además está muy cerca de las revueltas tunecinas y egipcias contra la destrucción de la vida política por los dictadores, por sus familias y por los ambientes corruptos más directamente ligados al poder autoritario (…) Una solución democrática solo puede proceder de una separación no solo aceptada sino querida entre el movimiento popular y las fuerzas políticas reconstruidas. Cuanto más sea fuerza de liberación un movimiento tanto mayores son sus posibilidades de hacer renacer la democracia política. Su debilidad en el plano propiamente político lo protege de una regreso del mismo poder hegemónico que ha combatido”

La amplitud del frente de lucha se halla en continua expansión y se extiende a cada vez más países. Es particularmente significativa tal vez sin precedentes, a la movilización en Israel, en donde la protesta contra el aumento del costo de vida se ha convertido en un movimiento capaz de reunir a más de 300 mil personas en agosto, en Tel Aviv y que prosiguió luego involucrando a las ciudades periféricas en general ajenas a experiencias de este tipo. La referencia también específicamente adoptada ha sido la de los “indignados”- Los observadores lo han definido como un movimiento en potente crecimiento que por el momento tiene el poder de decir “No”, de no aceptar las soluciones políticas tradicionales, lo que lo protege de las divisiones internas. Según un sondeo reciente el 88% de los israelíes apoya la contestación y el 53% está dispuesto a participar en las manifestaciones.

En el Norte la movida ha sacudido a Londres. Una historia todavía diferente, más parecida en sus formas a los motines que en 2005 incendiaron los barrios de París. Aquí es cierto, la violencia ha caracterizado al movimiento rebelde pero su lectura no dejarse influir unilateralmente por ella, que a su vez debe ser bien comprendida (no compartida) en sus raíces.

Ha escrito Tony Trevers, un estudioso de la London school of economics que: “Reducir todo a un hecho criminal es equivocado. Deberemos comprender mejor que es lo que está sucediendo, pero no se puede olvidar que todos los protagonistas de los asaltos son jóvenes pobres de las periferias. Rompen las vidrieras, incendia negocios y edificios, son violentos porque sintiéndose rechazados, desafían a la autoridad” Dominique Moisi, editorialista del Financial times agrega que el motor de los movimientos son "las pulsiones hihilistas de algunos excluidos en torno a los cuales se coaugulan las insatisfacciones de muchos. Los violentos ingleses están apoyados por muchos jóvenes que sin compartir la violencia, la entienden. Los sacrificios requeridos en tiempos de crisis se traducen en violenta si no son requeridos a toda la sociedad”

Laurent Mucchielli, autor de “Quando les banlieues brucchiano” (Cuando los suburbios se incendian) un estudioso que ha investigado sobre el carácter espontáneo de las revueltas, ha descripto así las formas organizativas de la lucha: “los rebeldes son como un ejército. Está la primera línea, la de los desesperados que no tienen nada que perder, son los que se animan a los peores riesgos. Hay luego una segunda línea, la mayor parte de la juventud que los apoya. Y otra tercera línea que estimula a las dos desde las ventanas. Las tres líneas se hallan vinculadas por un sentimiento de injusticia y de exclusión no solo experimentado por los hombres y solo por ellos. En efecto los revoltosos que fueron detenidos han dicho que se sentían el brazo armado de una comunidad mucho mayor” Mucchielli analiza también las razones internas que terminan con la revuelta violenta por el hecho de que la “población” que también ha sostenido a los rebeldes, decide que los daños ya son demasiado y que los barrios pobres ya bastante degradados, han quedado peor”. Un hermoso desafío para una práctica de la no violencia que sepa asumir la revuelta como un terreno real y necesario de la contestación social en esta fase histórica.

La revuelta tiene mil caras diferentes, por eso queremos captar el aire, las condiciones ambientales que la favorecen, los resortes que la generan, el horizonte y el sentido de la política que podemos ganar. Por ahora entre nosotros el aire de la revuelta ha tomado el camino de la articulación de los movimientos. La herencia del caso italiano, su historia de contratación social y de articulación de los conflictos deja un saldo que trabaja en el fondo de la sociedad como una memoria que aflora, hasta después que la historia ha girado hacia otro lado.

Además del descontento la rabia social, aunque algo difusa, no sabe como en otros países europeos, zonas, territorios, en los que se concentra la exclusión y la dominación hasta conformar un depósito pronto a explotar. Tal vez no carezca de influencia el hecho de que exista en Italia cierta fuente de solidaridad social, todavía no aniquilada, en la familia y en ciertas relaciones de la comunidad. Todavía el panorama de conflictos, protestas, luchas y participación que ha hecho decir que en nuestro país hay aires de revuelta, está abierto. El poder no ha logrado erradicar el resorte del conflicto que emerge al acercarse el otoño. Tiene especial significado que sea la Fiom (N. de T.: Federación de Empleados y Obreros metalúrgicos) la que da vida a las primeras movilizaciones.

La puesta en marcha de la lucha contra el núcleo duro de los decretos de agosto, es decir la agresión al trabajo, ha sido un acto en sí mismo comprometedor que también ha tenido el mérito de no consentir la plena adhesión de todo el sindicalismo confederal al pacto social. La Cgil (N.de T.: Confederación Italiana del Trabajo) requerida por una presencia crítica, la de una fuerza sindical autónoma ha visto ante sí su gran contradicción. La convocatoria a una huelga general ha sido la expresión más fuerte de esta toma de conciencia que ha representado en los límites del recinto a su polo no pacificado.

Es una grieta muy importante la que se ha abierto con la convocatoria a una huelga general proclamada por la Cgil y que se convirtió también en la ocasión para una simultánea convocatoria a la huelga por parte de los sindicatos extraconfederados) una grieta dentro del proceso de cooptación del recinto gubernativo, de todas las grandes fuerzas organizadas políticas y sociales. Es una interesante manifestación de cierta inestabilidad existente en la construcción neoautoritaria. Se trata de una inestabilidad interna puesta a prueba, ya sea para incentivar la participación de las masas en la lucha o ya sea, como ya sucedió anteriormente, para que después de la huelga todo no vuelva a ser como antes. El riesgo es bastante grande.

En cualquier caso, la espina en el costado de la FIOM actúa eficazmente porque el sindicato metalmecánico es ya parte constitutiva del archipiélago de los movimientos que han caracterizado a la estación política que ha hecho hablar de un cambio del viento. También se vio en las jornadas de Génova, la amplitud del área que representaba allí la difusión de los movimientos que existen en el país. Se ha visto también la necesidad de continuidad que surge en el interior de estos movimientos; la exigencia de darles una estructuración que pueda favorecer su mantenimiento y el desarrollo de las movilizaciones, desde las mujeres hasta “Il popolo viola” (2)

El frente de los bienes comunes es ya una amplia realidad dinámica, dentro de la que crecen experiencias y comprometedoras elaboraciones, en que se exploran nuevos terrenos de lucha, mientras otras citas se vuelven indispensables de decretos gubernamentales y por la presión sobre los entes locales.

Las personas que han nacido y crecido junto a la difusión de la precariedad y han sabido concebir nuevas formas de lucha y de organización constituyen en el plano social un fuerte puntal para la posible radicalización y ampliación del conflicto. La reanudación de las clases constituirá una oportunidad para el desarrollo del protagonismo de las nuevas generaciones y que han estado en los meses pasados y lo están en todo el continente tras el arrastre de las luchas y de las revueltas.

Por lo tanto fuera del recinto, hay tantas cosas y en eso descansa ahora la posibilidad de ver renacer una política autónoma, crítica frente a un sistema que sacrifica la democracia y el compromiso social a su supervivencia. Con mayor razón cuando se evidencias grietas en la construcción del régimen, hay que estar bien advertido sobre lo que es esta realidad, es decir lo que hoy vive fuera del recinto, esa es la novedad de esta etapa.

Al mismo tiempo es necesario saber leer, sin presunciones ni sabihondeces, cuales son las limitaciones y lo inadecuado de los movimientos en esta etapa. Génova, cuya utilidad está confirmada, ha sido el espejo. Las conexiones y las vinculaciones entre los diferentes movimientos son muy débiles e inciertas; el tema de la relación entre trabajo, libertad y democracia, con todo su bagaje de dramaticidad y de nueva frontera , resulta demasiado fuera de foco, especialmente en su aspecto general, de sociedad; la necesaria dimensión euro-mediterránea del conflicto todavía no ha sido suficientemente investigada ni puesta en práctica; las reflexiones sobre las formas de lucha, sobre las que esta estación ha sido tan rica en elaboraciones y experiencias, es todavía demasiado ocasional. Quisiera recordar que en otras y totalmente diferentes etapas de lucha, aún cuando esas eran tan extendidas, fuertes y radicales como para ser vencedoras, la reflexión interna sobre sus límites constituía un trabajo político necesario, no un modo para reducir el alcance y las perspectivas. Figúrense ahora.

Hacer saltar el tablero, abrir un nuevo camino a la democracia

El aire de la revuelta es el recurso actual para no sucumbir. La intuición que la caracteriza responde a una precisa lectura de la fase en Europa. Responde a un juicio sobre las respuestas que las clases dirigentes europeas están dando a la crisis del capitalismo financiero globalizado: la mesa de las decisiones sobre la que se han asumido ha demolido la democracia y negado todo significativo espacio de compromiso social y de negociación; por lo tanto esa mesa debe ser destruida, para que se pueda abrir un nuevo camino a la democracia de la política y de organización de la sociedad.

En Italia dos movimientos van en direcciones opuestas. Por un lado el proceso político institucional que acompaña acríticamente la gran reestructuración capitalista; por el otro los movimientos de lucha y de movilización que, excluidos de esta construcción neoautoritaria, se le oponen y la rechazan. Separando los dos movimientos se halla la construcción del recinto al que hemos aludido, que reduce la política a una actividad servil.

La salida de escena de la izquierda se resume en su incapacidad de romper el recinto hasta el punto de ni siquiera verlo. En el golpe blanco de agosto, no ha sabido decir “No” a la maniobra. Haber aceptado discutir los contenidos, aunque fuere para criticarlos, dentro de su marco (que es pues su filosofía, es decir su inspiración de fondo) y de los tiempos para su aprobación dictados por la oligarquía gobernante ha hecho de la izquierda un desaparecido, un ente casi inútil (otros por composición social, por interés y por cultura económica y política se han adecuado a cumplir esa función mucho más eficazmente, comenzando por los grandes burgueses).

Todo discurso político autónomo debería haber comenzado con el famosos “Preferiría que NO” de Bartleby. Un irreductible “no” un planteo de política económica fundado en la idea de que el estado de bienestar y el poder de contratación de los trabajadores son la causa de la deuda pública y del déficit de competitividad de nuestra economía. Aceptar la soberanía del vínculo externo equivale a la aceptación de la eutanasia de la izquierda y la aceptación de su instalación dentro del recinto... si la tarea es lo que es la destrucción del recinto, no se puede apoyar en la oposición al vínculo externo de un vínculo interno (recordar la lección de Claudio Napoleoni) sobre su asunción en las fuentes de la regeneración de la autonomía de la política y de la izquierda.

Y el vínculo interno, además, es lo que invocan más o menos explícitamente y conscientemente, todos los movimientos actuales: una gran redistribución de las ganancias a favor del salario en todas las formas imaginables, directo, indirecto y diferido para los que trabajan y social para quién no trabaja; la construcción de un sistema de derechos exigibles dirigidos al pleno desarrollo de la persona humana en una ciudadanía universal respetuosa de las diferencias, la defensa y la valorización de la naturaleza hasta configurarla como levadura de una relación diferentes entre naturaleza, producción, consumo e investigación; la puesta en discusión de la actual relación entre tiempo de vida y tiempo de trabajo. Hemos señalado así solo algunos de los campos en los que puede construirse el vínculo interno.

Abrir una radical lucha política y cultural para que sea posiblemente asumida y sea fundamento de un nuevo camino se ha vuelto impostergable. Se trataría de acompañar con esta investigación a los movimientos que respiran el aire de la revuelta, la cual es la única que a su vez puede alimentar la ruptura de la que pueda nacer un pensamiento crítico basado en la experiencia social, un proceso de transformación y la resurrección de la izquierda. La destrucción del recinto es hoy la primera condición, la democracia su llave maestra.

Este artículo es el editorial del número del 29 de setiembre de “Alternative per il socialsmo”

Notas

El “podestá” era el primer magistrado de las ciudades del centro y norte de Italia.

“Il Popolo Viola” es un movimiento de activismo político nacido de una convocatoria a través de Facebook por iniciativa de un grupo de bloogers.

No Tav: Resistencia desde abajo. El movimiento “No Tav” condensa la necesidad histórica de establecer una jornada para hablar no únicamente del “No Tav”, sino que dentro del gran “No” estuviera también la prerrogativa de cambiar el ciclo sistémico de crisis, ganancia, corrupción y falsa representatividad.




Leer Más......

Movimiento Altermundista y desafíos de Río + 20


Geneviève Azam y Michael Löwy Rebelión

Traducción del francés: Susana Cohen – Argentina

Aun cuando los elementos de la raíz de la actual crisis ecológica y social se encontraban presentes en la conferencia de Río en 1992, la conciencia de un mundo finito y parcialmente destruido – a causa del carácter irreversible de algunos fenómenos (clima, biodiversidad, agotamiento de los recursos) – era por entonces relativamente marginal y circunscripta a círculos de expertos o captada por estos círculos. Además, a comienzos de los 90, la globalización económica y financiera era todavía generosamente presentada como “el horizonte infranqueable” y el camino del progreso para toda la humanidad.

En este contexto, la conferencia de Río en 1992 reafirmó la sostenibilidad por medio del “desarrollo sostenible”. La ambigüedad de este concepto hace referencia a las tensiones que ya se hacían presentes en Río: ¿se trata de garantizar la permanencia de un modelo por demás agotado o bien de garantizar la perdurabilidad de las sociedades y de sus ecosistemas frente a la persistencia de un desarrollo depredador de los recursos naturales y humanos? Está demostrado que el “desarrollo” resulta globalmente inviable: la perdurabilidad de las sociedades es incompatible con las políticas preconizadas al unísono por el Banco Mundial y el FMI, por la OMC, y más globalmente con un modelo de sociedad centrado en la rentabilidad a corto plazo y en la expropiación masiva de los bienes comunes. Paradójicamente, la globalización económica, en su afán de expandir los límites del mundo por el libre comercio generalizado, prometiendo prosperidad y crecimiento a través de la inclusión en el mercado mundial, puso de manifiesto la finitud del planeta y profundizó sosteniblemente las desigualdades sociales. Pero para el capitalismo global, los desastres sociales o naturales, como son el cambio climático o el colapso de la biodiversidad, representan nuevas oportunidades, nuevos mercados, posibilidades para una economía y un crecimiento pretendidamente verdes. Es así que aparecen las pseudo-soluciones – como los mercados de derechos de contaminar, los mercados de la biodiversidad o incluso la promoción de agro-combustibles y proyectos de geo-ingeniería – en un postrer intento de hacer perdurar un sistema que conduce directamente al abismo.

Durante mucho tiempo, se pensó que las cuestiones ambientales concernían a los países ricos y de las clases privilegiadas de esos países: la instrumentación de la oposición entre “los pobres que hay que desarrollar” y los ecologistas se debilitó por la expresión de una ecología popular, de una “ecología de los pobres” (J. Martinez-Alier), donde las poblaciones en riesgo de perder su medio de vida ejercen la defensa de los ecosistemas y de los recursos.

1 – Balance de la Declaración de Río 1992 y de sus tres Convenciones

La Cumbre de la Tierra celebrada en Río en 1992 dio origen a tres convenciones esenciales, que se articulan con los objetivos del “desarrollo sostenible”: - la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre cambio climático (sigla en inglés, UNFCCC) que derivó en el protocolo de Kyoto en 1997. Es el primer tratado internacional que tuvo como objetivo la reducción de las emisiones de gas con efecto invernadero; se funda, de acuerdo con la convención, en la idea de responsabilidad común pero compartida, es decir, en la idea de una responsabilidad diferenciada entre países industrializados y países del Sur. Sin embargo, como no se trata de modificar en nada la trayectoria de la globalización económica y financiera ni el crecimiento mundial, los países industrializados pueden utilizar “mecanismos de flexibilización”, es decir, el comercio de derechos de emisión. El método utilizado – los mercados de carbono y la financiación del carbono – llevaba indefectiblemente al fracaso la reducción significativa de las emisiones. Todo indica que los países industrializados no lograrán siquiera el objetivo muy limitado y decididamente insuficiente propuesto en los acuerdos (10% entre 1990 y 2012 para esos países, 5,2% globalmente). Las emisiones globales de CO2 alcanzaron su mayor nivel histórico en 2010, superando en un 5% su anterior record registrado en 2008.

La gestión del carbono, sobre todo en lo que se refiere a bosques, permite que, en nombre de la lucha contra la deforestación y de los ingresos para distribuir “entre los pobres que hay que desarrollar”, se incluyan bosques y suelos en la financiación del carbono
. Los países industrializados que no quieren reconocer su responsabilidad histórica ponen en riesgo el Protocolo de Kyoto; aunque los mercados del carbono podrán seguir funcionando dentro del marco de la convención, con algunas modificaciones de orden institucional. - la Convención sobre la Diversidad Biológica (CDB) se proponía “la conservación de la diversidad biológica”, el uso sostenible de sus elementos y el reparto justo y equitativo de los beneficios que se derivaran de la explotación de los recursos genéticos, en particular gracias a un acceso satisfactorio a los recursos genéticos y a una transferencia adecuada de las técnicas pertinentes...” (CDB, 1992, Art. 1). Se trataba de conservar la biodiversidad a través de la implementación, supuestamente equitativa, de sus elementos, los “recursos genéticos”. La mercantilización de seres vivos, que cobró impulso a partir de los acuerdos ADPIC de la OMC, se logró a cambio de dos concesiones que resultaron ser meramente formales: a) el reconocimiento de la soberanía nacional sobre los “recursos biológicos” (Art. 15) para satisfacer de esta manera a los Estados del Sur, deseosos de que su biodiversidad no siga siendo considerada como un patrimonio mundial donde abrevan las empresas sin dar nada a cambio, y b) la participación en los frutos de las “innovaciones” obtenidas de los “recursos” con las comunidades locales (Art. 8j y Art. 15), compromiso que se asumió con los movimientos indígenas pero cuyas reglas de participación en los beneficios recién fueron definidas en Nagoya en 2010, las cuales aun hoy no son efectivas ni satisfactorias. La CDB adosaba la conservación de la biodiversidad al valor de mercado (pasando por establecer derechos de propiedad) de sus elementos, los “recursos biológicos”. La idea era que los “recursos biológicos” destinados a la creación de riqueza pudieran ser patentados, riqueza que luego sería (marginalmente) redistribuida entre las poblaciones locales y la conservación. Este paradigma no funcionó, ni siquiera desde la perspectiva del mercado y tampoco desaceleró el proceso de la sexta extinción de especies que está teniendo lugar.

- la Convención sobre la Lucha Contra la Desertificación, acuerdo por demás “olvidado”. En conclusión, en nombre de la conservación o de la restauración del equilibrio ecológico, durante el período posterior a la declaración de Río hubo una intensificación sin precedentes de la privatización de los bienes naturales comunes . La crisis ecológica se profundizó en todas sus dimensiones, en tanto que las desigualdades sociales se hicieron cada vez más profundas en las sociedades y también entre distintas sociedades.

2 – Los desafíos de Río + 20

La Cumbre Río + 20 se ubica bajo el signo de la “economía verde”, es decir de una “gestión sostenible” de la naturaleza y de la Tierra, con una visión de la naturaleza entendida como capital que debe administrarse de manera eficaz y que debe fructificar. Esta cumbre tiene la misión de profundizar y de llevar a la realidad aquello que comenzó a gestarse en 1992.

En la lógica neoliberal, la “gestión sostenible de la naturaleza” supone establecer previamente nuevos derechos de propiedad sobre los bienes naturales, ya que considera que la gestión en común es ineficiente. Se hace referencia especialmente a tres áreas: la biodiversidad, el clima, los recursos minerales y fósiles y en general, todo lo concerniente al extractivismo. Las dos primeras se relacionan estrechamente: los modelos que lleva a cabo la biodiversidad se inspiran en los modelos de “gestión sostenible” del clima.

Esta “gestión sostenible” de la naturaleza constituye un nuevo campo de expansión para el capitalismo y las finanzas mundiales. Los “servicios ecosistémicos” se están convirtiendo en nuevas mercaderías globales tan lucrativas (y comercializadas también de manera tan inequitativa) como lo fueron los productos en la época colonial, hace un siglo. Desde un punto de vista ecológico esta gestión ya ha fracasado y, por otra parte, aumenta la fragilidad de las sociedades y el proceso de generación de desigualdades y de exclusión .

La “economía verde”, en lugar de inscribir necesariamente las actividades económicas en la biosfera, incluye los elementos de la biosfera en el circuito de reproducción del capital. Ya no se trata solamente de acaparar stocks de recursos como ocurre en la actividad minera, sino de apropiarse de los flujos, los “servicios ecosistémicos” prestados por los ecosistemas. La naturaleza es una empresa cuya obra debe ser evaluada, comercializada, mercantilizada.

3 – Los desafíos para el movimiento altermundista

En vista de esto, se están desarrollando en todo el mundo distintas formas de resistencia socio-ambientales y experiencias de transición, especialmente para la recuperación de bienes comunes y rechazando considerar los bienes naturales como recursos. Es necesario establecer nuevos derechos inalienables, que incluyan medidas para su concreción. Este es uno de los desafíos de RIO+20, que podríamos resumir como un proceso necesario de desmercantilización de la Tierra, que garantice la sustentabilidad ecológica y la justicia social.

Para ello, se construyen de manera específica coaliciones internacionales de movimientos sociales, sobre todo en la lucha contra el cambio climático, donde se reunen ONG ecologistas como Amigos de la Tierra, y también coaliciones como Jubileo Sur, Focus on the Global South y la Vía Campesina , actores centrales del movimiento altermundista. En el corazón de estas coaliciones están los temas fundadores del movimiento altermundista: la resistencia al dogma del libre comercio, a las instituciones financieras internacionales, en contra de las maniobras de empresas transnacionales, de la globalización financiera y de la privatización de bienes comunes.

No fue por casualidad que el Foro Social Mundial de Belém en 2009 haya lanzado un llamado altermundista para salvaguardar los bienes comunes y contra su mercantilización y privatización capitalista. No es sólo un documento, es la expresión de luchas concretas, como la de los campesinos de la Vía Campesina contra la destrucción de bosques, como la “Guerra del agua” en Cochabamba, Bolivia, en contra de la privatización del agua, como los levantamientos en India contra el intento de Coca-Cola de monopolizar los recursos hidráulicos, como la resistencia contra las maniobras de Areva en Niger. El desafío es globalizar la resistencia y encontrar los puntos de ruptura. Estas luchas se llevan a cabo en todo el planeta, expresan el rechazo a lo insostenible y el deseo de liberarse de la dominación conjunta de la naturaleza y de los seres humanos.

Por tal razón, esos temas forman parte del movimiento altermundista. De ello dan testimonio los dos últimos foros sociales mundiales donde se les dio gran espacio. La implicación del movimiento en la preparación de la Cumbre de los Pueblos de Río en 2012 permitirá plantear la complejidad y la globalización de la crisis y, del mismo modo, ampliar las alianzas necesarias para emprender una transición significativa.

Leer Más......

domingo, 25 de septiembre de 2011

JPSUV: Comunicado a favor del Reconocimiento del Estado Palestino y su incorporación como miembro pleno ante la ONU

J-PSUV Hoy, la Juventud del Partido Socialista Unido de Venezuela tiene el orgullo de presenciar y respaldar un hecho histórico en el curso de la humanidad: la solicitud ante la Organización de Naciones Unidas de la celebración de votaciones en su seno, que conlleven a aceptar a Palestina como estado libre y soberano y por lo tanto, como su miembro número 194.

Aun cuando para 1917, el pueblo palestino era mayoritariamente en la región que se conoce como “Palestina”; una simple, escueta y unilateral declaración británica (Declaración Balfour), imponía la creación del estado de Israel a costa de los primeros. Esa Declaración, que se constituye como la semilla de “la tragedia Palestina” (AL NAKBA), fue luego concretada a través de una decisión injusta en Naciones Unidas en el año de 1947, en la cual se partía en pedazos y sin ningún criterio, los territorios que históricamente correspondían a los palestinos. Paradójicamente, las potencias que apoyaron en aquel momento esa decisión, hoy afirman que Naciones Unidas no debe ser la instancia que resuelva este conflicto. Es evidente que prefieren el establecimiento de un ya largo proceso de negociaciones bilaterales palestino-israelí, con los Estados Unidos como mediador, del cual, está claro, no hay ningún equilibrio en las soluciones planteadas.

A pesar de que la inmensa mayoría de los estados que forman parte del Sistema de Naciones Unidas reconocen al Estado Palestino, los Estados Unidos, Francia e Inglaterra han dejado clara su intención de usar su poder de veto en el Consejo de Seguridad, lo que demuestra una vez más la estirpe antihumana, anti pacífica y guerrerista del imperialismo. Asimismo, esta situación demuestra, la imperiosa necesidad de transformar radicalmente al Sistema de Naciones Unidas. El mundo, definitivamente, no puede seguir confiando en una organización en la cual un solo país, pueda frenar la decisión del resto del planeta.

Asimismo, reiteramos nuestra más firme condena al estado colonialista, expansionista y genocida de Israel, el cual ha desarrollado y profundizado su política de genocidio contra el pueblo palestino a través del bloqueo e impedimento de envío de medicinas y alimentos; la construcción de un indigno e ilegal muro de la vergüenza y a través del patrocinio del avance de los asentamientos poblacionales en territorios que no le corresponden a costa de destruir los hogares palestinos.

Sin embargo, como decíamos, las voces de la vida, de la hermandad y de la justicia siguen movilizándose en todo el planeta y vencerán en esta noble causa. En este sentido, nos sentimos orgullosos por la posición digna y de liderazgo que ha asumido nuestro Gobierno Revolucionario en nombre de la Republica Bolivariana de Venezuela. De esta forma, se ratifica una vez más nuestra tradición libertaria y pacífica, heredada de los próceres que derramaron su sangre, como los palestinos, por ver crecer una patria libre, soberana e independiente para sus hijas e hijos.

Los hijos de Palestina, los hijos de Arafat, cuentan con los hijos de Bolívar hoy y siempre.

Viva Palestina Libre y Soberana!!!

Por un estado Palestino!!!

LA JPSUV con PALESTINA!!!!

Caracas, Viernes, 23 de Septiembre de 2011

Leer Más......

Nuevo caso de violación de los derechos humanos contra los cinco cubanos


JOSÉ PERTIERRA CJC

Una jueza federal en Miami dictaminó el viernes un fallo absurdo y cruel sobre uno de los Cinco cubanos, quien termina su sentencia carcelaria este 7 de octubre. La jueza Joan Lenard declaró que René González, quien ya ha cumplido 13 años en prisión por no haberse inscrito como agente del Gobierno cubano, estará obligado a vivir los próximos tres años en Miami en lo que llaman “libertad supervisada”.

El señor González había solicitado permiso para regresar a Cuba para estar nuevamente con su esposa, Olga, y sus hijas, Ivette e Irma. Hace varios años, el Departamento de Estado decretó que jamás le otorgaría una visa a Olga.

Aunque es estadounidense de nacimiento, René González se crió en Cuba y tiene doble nacionalidad. A petición del Gobierno cubano, regresó a Estados Unidos para monitorear a los grupos terroristas de Miami, quienes desde sus guaridas en el sur de la Florida llevan a cabo ataques contra la población civil cubana. Pero como no le informó al Departamento de Justicia de sus actividades en Estados Unidos, violó la ley. En cambio, el FBI nunca arrestó a los terroristas que René monitoreaba, y ellos siguen sueltos, protegidos y gozando de la vida en Miami.

¿Qué posible interés tiene el gobierno estadounidense de seguir castigando a una persona, cuyo único delito es luchar contra el terrorismo? ¿Por qué forzarle a quedarse en Miami, un semillero de terrorismo anticubano, por los próximos tres años? ¿No importa que los terroristas —desde sus bases en Estados Unidos— hayan asesinado a 3 478 cubanos e incapacitado a 2 099 más durante las últimas cinco décadas? Además, ¿cómo quiere la jueza que el señor González cumpla con los términos de su “libertad supervisada” en Miami?

Las condiciones que la corte le ha impuesto a René González incluyen prohibirle que “se asocie con individuos o grupos terroristas, o con miembros de organizaciones que promueven la violencia”. También le prohíbe “acercarse a o visitar lugares específicos donde se sabe que están o frecuentan individuos o grupos terroristas”. ¿Eso no significa que, para cumplir con la sentencia judicial, Miami es precisamente donde no debería vivir, ya que es el santuario de los terroristas en Estados Unidos?

Los terroristas que René estaba encargado de monitorear siguen viviendo en Miami. Abiertamente apoyan el uso de la violencia contra Cuba. Este abril, Luis Posada Carriles, el autor intelectual de la voladura de un avión de pasajeros que mató a las 73 personas a bordo, y de una campaña de terror contra La Habana que incluía poner bombas en los más famosos hoteles y restaurantes cubanos, afirmó su compromiso con la lucha armada contra el Gobierno cubano. Posada Carriles y sus seguidores viven en Miami.

¿Por qué poner en peligro la vida de René y obligarlo a vivir por los próximos tres años lado a lado con los mismos terroristas que monitoreaba en Miami, cuando era agente del Gobierno cubano?

Terroristas cubanoamericanos son los que asesinaron en Estados Unidos a Orlando Letelier (el excanciller de Chile), Ronni Karpen Moffitt (una ciudadana estadounidense), Eulalio Negrín y Carlos Muñiz Varela (cubanoamericanos que apoyaban un diálogo pacífico con el Gobierno cubano), y también a Félix García Rodríguez (un diplomático cubano en la ONU).

En una encuesta hecha en víspera del juicio contra los Cinco cubanos, la sicóloga Kendra Brennan concluyó que los cubanoamericanos de Miami mantienen “una actitud guerrerista contra Cuba”. Además, un estudio sobre la comunidad cubanoamericana de Miami, publicado por Americas Watch, dijo que “las fuerzas dominantes e intransigentes de la comunidad de los exiliados cubanos en Miami” tratan de silenciar las opiniones discrepantes sobre Cuba con la violencia. Por ejemplo, han bombardeado emisoras de radio y oficinas de revistas. Han amenazado de muerte a los que abogan por cambios en la política hacia Cuba. “Han puesto más de una decena de bombas, enfocándose en los que favorecen una apertura más moderada hacia el gobierno de Castro”, concluyó el informe.

Es irresponsable y arriesgado que Estados Unidos fuerce a René González a quedarse en ese ambiente de violencia y terrorismo por los próximos tres años. Su vida corre peligro.

La jueza Lenard explicó que no puede adecuadamente evaluar “las circunstancias del delito, o la historia y las características del condenado”.

¿En serio, señora jueza? Pero si las “circunstancias del delito” son que René González no vino a Estados Unidos para cometer espionaje contra el gobierno o para cometer crímenes. Su tarea fue simplemente monitorear a los terroristas, quienes operaban con total impunidad en Estados Unidos y cuyos blancos eran civiles inocentes en Cuba. La idea fue simplemente compilar evidencia que Cuba posteriormente le entregó al FBI para que Washington los procesara.

Los terroristas cubano americanos, por ejemplo, orquestaron un plan para poner una serie de bombas en los más famosos hoteles y restaurantes de La Habana, incluyendo el emblemático Hotel Nacional y el legendario restaurante La Bodeguita del Medio. El propósito de la campaña terrorista era destruir a la industria turística en Cuba, y de esa manera golpear a la economía del país que ya estaba debilitada después del derrumbe del bloque socialista de la URSS y Europa Oriental.

Especialmente después del 11-9, Estados Unidos ha sostenido que tiene como prioridad castigar a los terroristas y premiar a los que combaten el terrorismo. Si es así, entonces debiesen permitir que René González regrese a su familia en Cuba, en vez de obligarlo a que se quede en Miami rodeado de los terroristas que le quieren pasar la cuenta.

La jueza Lenard también alega en su decisión que, si permite que René regrese a Cuba el 7 de octubre, no podrá evaluar si el “pueblo estadounidense estaría protegido de futuros crímenes que pueda cometer el condenado”. Pero el único crimen que cometió René fue no haberse inscrito como agente extranjero. ¿Cómo pudiera él ser un peligro para el pueblo estadounidense si regresa a su país? ¿Cuánto tiempo necesita la jueza Lenard para evaluar adecuadamente algo tan claro como el agua de un manantial?

La jueza también alega que necesita más tiempo para que Estados Unidos le pueda dar a René “entrenamiento, educación y servicios médicos de la manera más efectiva”. ¡¿Qué?! René ya ha dicho que no tiene intención alguna de quedarse a vivir en Estados Unidos. Su abogado expresó claramente que René ha ofrecido renunciar a su ciudadanía estadounidense con tal de poder regresar a su casa en Cuba. No necesita de la educación o el entrenamiento de Estados Unidos, cuyo propósito sería ayudarlo a reintegrarse a la sociedad estadounidense. Él simplemente quiere regresar a Cuba para reunirse nuevamente con su familia, y no recibir instrucciones sobre cómo vivir en este país y pasarse tres años alejado del nido familiar. Finalmente, en Cuba tendrá a su disposición la mejor atención médica, sin costo alguno para Estados Unidos o para él mismo.

Sin sorpresa alguna, la fiscal encargada del caso, Caroline Heck-Miller, se opuso a la solicitud de René de poder regresar a Cuba al cumplir con su condena carcelaria. Esta es la misma fiscal que decidió no procesar a Luis Posada Carriles por terrorismo, a pesar de que la abogada del Departamento de Seguridad se lo pidió.

La única salvación que tiene la inexplicable y rara decisión de la jueza Lenard es que le deja la puerta abierta a René para que vuelva a hacer el pedido de regresar a Cuba, “si las circunstancias ameritan una modificación de su sentencia”.

¿Cuáles circunstancias son las que espera la jueza? ¿Qué algún terrorista en Miami le dispare un tiro a René?

Leer Más......

Declaración Pública ante las torturas efectuadas por carabineros a militantes de las Juventudes Comunistas de Chile


JJCC Ante la brutal represión ocurrida hoy jueves 25 de agosto en torno al paro nacional convocado por la Central Unitaria de Trabajadores, a la cual adherimos como universitarios y jóvenes comunistas, denunciamos lo siguiente:

1.- Que en medio de la manifestación universitaria nuestro compañero Cristian Andrade Cárdenas, estudiante de Sociología de la Universidad de Valparaíso y ex-presidente de la Federación de Estudiantes (FEUV), fue detenido en la calle Las Heras con Brasil por un piquete de alrededor de 10 carabineros.

2.- Ya arriba del bus policial, carabineros torturaron brutalmente a nuestro compañero, saltando sobre su cuerpo, golpeándolo con palos en piernas, torso y cabeza. Luego de aquello, restregaron limón en sus heridas abiertas de la cara, para posteriormente abrir una lacrimógena que le obligaron reiteradas veces a inhalar. Durante todas estas torturas, los funcionarios policiales lo agredieron psicológicamente mediante amenazas de violar a su madre, dándole a entender que conocían su condición de ex-dirigente estudiantil.

3.- Así mismo, también arriba del bus policial, lo obligaron a encapucharse para posteriormente sacarle fotos, las cuales utilizarían como pruebas acusatorias en su contra.

4.- Finalmente, en la segunda comisaría, mediante insultos y amenazas intentaron obligarle a firmar un documento en el cual reconocía, entre otras cosas, no haber sido víctima de violencia innecesaria, haber agredido a carabineros y haber destruido patrimonio nacional.

5.- Las Juventudes Comunistas denunciamos, así mismo, que otro de nuestros militantes detenidos, el estudiante de Geografía de la Universidad Católica de Valparaíso, Paolo Alarcón, fue amenazado de ser “cargado” con delitos solo por el hecho de portar en su espalda una bandera del glorioso Partido Comunista de Chile.

6.- Ante todo lo anterior, las Juventudes Comunistas de Chile hacemos responsable de todas estas violaciones a los derechos humanos al gobierno de Sebastián Piñera y a su ministro del interior, Rodrigo Hinzpeter, los cuales han generado durante los últimos días un clima propicio para justificar la represión. No es inocente el hecho de haber amenazado al pueblo de Chile con invocar la ley de seguridad interior del Estado. Frente a esto, hacemos el llamado a que sigamos impulsando nuestras demandas, fortaleciendo la movilización social como la única herramienta que abrirá espacios para hacer de Chile un país democrático y con justicia social.


¡NINGÚN COMUNISTA MÁS PRESO!
¡NINGÚN ESTUDIANTE MÁS CRIMINALIZADO!

Leer Más......

La FMJD denuncia el secuestro de un camarada Iraquí


La FMJD ha sido informada del incidente del secuestro del camarada Sajad Salem, miembro de la Federación de Juventud Democrática Iraquí y del Sindicato General de Estudiantes de Iraq, además de ser un participante del 17º Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, que se celebró en Sudáfrica el pasado diciembre.

La FMJD exige la inmediata liberación del camarada secuestrado y expresa su total solidaridad con los camaradas Iraquíes, esperando su liberación plena y total.

Creemos que tales acciones suponen una carga mas contra el progreso de Iraq, un país que está sufriendo directamente la ocupación y una intervención imperialista, y con una violencia interna que siega la vida de miles de personas cada año. Iraq debería ser un país libre y seguro para todo su pueblo.

Con nuestra solidaridad,

Sede Central de la FMJD

Budapest, Hungría

Leer Más......

jueves, 22 de septiembre de 2011

El mensaje de Troy Davis


10 de septiembre 2011

Hola a todas y a todos:

Les agradezco mucho su esfuerzo y su dedicación a los derechos humanos y la bondad humana. Durante el año pasado he experimentado mucha emoción, alegría, tristeza y una fe que no se acaba. Es debido a todos ustedes que estoy vivo hoy. Cuando veo a mi hermana Martina estoy maravillado por el amor que ella siente por mí y por supuesto, me preocupo por ella y por su salud. Pero como ella me dice, es mi hermana mayor y no dará marcha atrás en esta lucha para salvar mi vida y demostrar al mundo que soy inocente de este terrible crimen.

Cuando leo mi correo que viene desde el globo entero, desde lugares que nunca soñé conocer, y desde personas que hablan idiomas distintos y que son de culturas y religiones que yo sólo podía esperar conocer algún día, me siento abrumado por la emoción que me llena el corazón de una inmensa y desbordante alegría. Ni siquiera puedo explicar la oleada de emoción que siento cuando intento expresar la fuerza que me dan todos ustedes. Esto profundiza mi fe y me demuestra una vez más que éste no es un caso sobre la pena de muerte, tampoco un caso sobre Troy Davis, sino un caso que se trata de la justicia y del espíritu humano que quiere hacer que la justicia prevalezca.

No puedo responder a todas sus cartas, pero leo todas. No puedo ver a todos ustedes, pero puedo imaginar sus caras. No puedo escuchar lo que dicen, pero sus cartas me llevan a los confines del mundo. No puede tocarlos físicamente, pero siento su calidez cada día de mi vida.

Les agradezco todo esto. Acuérdense que estoy en un lugar donde la ejecución sólo puede destruir la forma física de uno, y debido a mi fe en Dios, en mi familia y en todas y todos ustedes, yo he sido espiritualmente libre desde hace un buen rato. Y pase lo que pase en los días y semanas por venir, hay que acelerar este movimiento para poner fin a la pena de muerte, buscar una verdadera justicia, y poner en evidencia un sistema que no protege a los inocentes. Hay tantos otros Troy Davis. Esta lucha para poner fin a la pena de muerte no se gana o se pierde a través de mí, sino a través de nuestra fortaleza para seguir adelante y salvar a toda persona inocente en cautiverio en todo el mundo. Tenemos que desmantelar este sistema injusto, ciudad por ciudad, estado por estado y país por país.

Estoy impaciente por estar a su lado, no importa que sea en forma física o espiritual. Espero el día cuando pueda anunciar: "Soy Troy Davis y soy libre!"

Nunca dejen de luchar por la justicia. ¡Vamos a ganar!

Leer Más......

Carta del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, al Secretario General de las Naciones Unidas

Telesur

Miraflores, 17 de septiembre de 2011

Su Excelencia

Ban Ki-Moon

Secretario General

Organización de las Naciones Unidas

Señor Secretario General:

Distinguidos representantes de los pueblos del mundo:

Dirijo estas palabras a la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, a este gran foro donde están representados todos los pueblos de la tierra, para ratificar, en este día y en este escenario, el total apoyo de Venezuela al reconocimiento del Estado palestino: al derecho de Palestina a convertirse en un país libre, soberano e independiente. Se trata de un acto de justicia histórico con un pueblo que lleva en sí, desde siempre, todo el dolor y el sufrimiento del mundo.

El gran filósofo francés Gilles Deleuze, en su memorable escrito La grandeza de Arafat, dice con el acento de la verdad: La causa palestina es ante todo el conjunto de injusticias que este pueblo ha padecido y sigue padeciendo. Y también es, me atrevo agregar, una permanente e indoblegable voluntad de resistencia que ya está inscrita en la memoria heroica de la condición humana. Voluntad de resistencia que nace del más profundo amor por la tierra. Mahmud Darwish, voz infinita de la Palestina posible, nos habla desde el sentimiento y la conciencia de este amor: "No necesitamos el recuerdo/ porque en nosotros está el Monte Carmelo/ y en nuestros párpados está la hierba de Galilea./ No digas: ¡si corriésemos hacia mi país como el río!/ ¡No lo digas!/ Porque estamos en la carne de nuestro país/ y él está en nosotros".

Contra quienes sostienen falazmente que lo ocurrido al pueblo palestino no es un genocidio, el mismo Deleuze sostiene con implacable lucidez: "En todos los casos se trata de hacer como si el pueblo palestino no solamente no debiera existir, sino que no hubiera existido nunca. Es, cómo decirlo, el grado cero del genocidio: decretar que un pueblo no existe; negarle el derecho a la existencia".

A propósito, cuánta razón tiene el gran escritor español Juan Goytisolo cuando señala contundentemente: "La promesa bíblica de la tierra de Judea y Samaria a las tribus de Israel no es un contrato de propiedad avalado ante notario que autoriza a desahuciar de su suelo a quienes nacieron y viven en él. Por eso mismo, la resolución del conflicto del Medio Oriente pasa, necesariamente, por hacerle justicia al pueblo palestino; éste es el único camino para conquistar la paz".

Duele e indigna que quienes padecieron uno de los peores genocidios de la historia se hayan convertido en verdugos del pueblo palestino: duele e indigna que la herencia del Holocausto sea la Nakba. E indigna, a secas, que el sionismo siga haciendo uso del chantaje del antisemitismo contra quienes se oponen a sus atropellos y a sus crímenes. Israel ha instrumentalizado e instrumentaliza, con descaro y vileza, la memoria de las víctimas. Y lo hace para actuar, con total impunidad, contra Palestina. De paso, no es ocioso precisar que el antisemitismo es una miseria occidental, europea, de la que no participan los árabes. No olvidemos, además, que es el pueblo semita palestino el que padece la limpieza étnica practicada por el Estado colonialista israelí.

Quiero que se me entienda: una cosa es rechazar al antisemitismo, y otra muy diferente aceptar pasivamente que la barbarie sionista le imponga un régimen de apartheid al pueblo palestino. Desde un punto de vista ético, quien rechaza lo primero tiene que condenar lo segundo.

Una digresión necesaria: es francamente abusivo confundir sionismo con judaísmo; no pocas voces intelectuales judías, como las de Albert Einstein y Erich Fromm, se han encargado de recordárnoslo a través del tiempo. Y, hoy por hoy, es cada vez más numerosa la ciudadanía consciente que, en el propio Israel, se opone abiertamente al sionismo y a sus prácticas terroristas y criminales.

Hay que decirlo con todas sus letras: el sionismo, como visión del mundo, es absolutamente racista. Estas palabras de Golda Meir, en su aterrador cinismo, son prueba fehaciente de ello: "¿Cómo vamos a devolver los territorios ocupados? No hay nadie a quien devolverlo. No hay tal cosa llamada palestinos. No era como se piensa que existía un pueblo llamado palestino, que se considera él mismo como palestino y que nosotros llegamos, los echamos y les quitamos su país. Ellos no existían".

Necesario es hacer memoria: desde finales del siglo XIX, el sionismo planteó el regreso del pueblo judío a Palestina y la creación de un Estado nacional propio. Este planteamiento era funcional al colonialismo francés y británico, como lo sería después al imperialismo yanqui. Occidente alentó y apoyó, desde siempre, la ocupación sionista de Palestina por la vía militar.

Léase y reléase ese documento que se conoce históricamente como Declaración de Balfour del año 1917: el Gobierno británico se arrogaba la potestad de prometer a los judíos un hogar nacional en Palestina, desconociendo deliberadamente la presencia y la voluntad de sus habitantes. Hay que acotar que en Tierra Santa convivieron en paz, durante siglos, cristianos y musulmanes, hasta que el sionismo comenzó a reivindicarla como de su entera y exclusiva propiedad.

Recordemos que, desde la segunda década del siglo XX, el sionismo, aprovechando la ocupación colonial británica de Palestina, comenzó a desarrollar su proyecto expansionista. Al concluir la Segunda Guerra Mundial, se exacerbaría la tragedia del pueblo palestino, consumándose la expulsión de su territorio y, al mismo tiempo, de la historia. En 1947 la ominosa e ilegal resolución 181 de Naciones Unidas recomienda la partición de Palestina en un Estado judío, un Estado árabe y una zona bajo control internacional (Jerusalén y Belén). Se concedió, vaya qué descaro, el 56% del territorio al sionismo para la constitución de su Estado. De hecho, esta resolución violaba el derecho internacional y desconocía flagrantemente la voluntad de las grandes mayorías árabes: el derecho de autodeterminación de los pueblos se convertía en letra muerta.

Desde 1948 hasta hoy el Estado sionista ha proseguido con su criminal estrategia contra el pueblo palestino. Para ello ha contado siempre con un aliado incondicional: los Estados Unidos de Norteamérica. Y esta incondicionalidad se demuestra a través de un hecho bien concreto: es Israel quien orienta y fija la política internacional estadounidense para el Medio Oriente. Con toda razón Edward Said, esa gran conciencia palestina y universal, sostenía que cualquier acuerdo de paz que se construya sobre la alianza con EEUU será una alianza que confirme el poder del sionismo, más que confrontarlo.

Ahora bien: contra lo que Israel y Estados Unidos pretenden hacerle creer al mundo, a través de las transnacionales de la comunicación, lo que aconteció y sigue aconteciendo en Palestina, digámoslo con Said, no es un conflicto religioso: es un conflicto político, de cuño colonial e imperialista; no es un conflicto milenario sino contemporáneo; no es un conflicto que nació en el Medio Oriente sino en Europa.

¿Cuál era y cuál sigue siendo el meollo del conflicto?: se privilegia la discusión y consideración de la seguridad de Israel, y para nada la de Palestina. Así puede corroborarse en la historia reciente: basta con recordar el nuevo episodio genocida desencadenado por Israel a través de la operación "Plomo Fundido" en Gaza.

La seguridad de Palestina no puede reducirse al simple reconocimiento de un limitado autogobierno y autocontrol policíaco en sus "enclaves" de la ribera occidental del Jordán y en la Franja de Gaza, dejando por fuera no sólo la creación del Estado palestino, sobre las fronteras anteriores a 1967 y con Jerusalén oriental como su capital, los derechos de sus nacionales y su autodeterminación como pueblo, sino, también, la compensación y consiguiente vuelta a la Patria del 50% de la población palestina que se encuentra dispersa por el mundo entero, tal y como lo establece la resolución 194.

Es increíble que un país (Israel) que debe su existencia a una resolución de la Asamblea General, pueda ser tan desdeñoso de las resoluciones que emanan de las Naciones Unidas, denunciaba el padre Miguel D'Escoto cuando pedía el cese de la masacre contra el pueblo de Gaza, a finales de 2008 y principios de 2009.

Señor Secretario General y distinguidos representantes de los pueblos del mundo:

Es imposible ignorar la crisis de Naciones Unidas. Ante esta misma Asamblea General sostuvimos, en el año 2005, que el modelo de Naciones Unidas se había agotado. El hecho de que se haya postergado el debate sobre la cuestión palestina, y que se le esté saboteando abiertamente, es una nueva confirmación de ello.

Desde hace ya varios días, Washington viene manifestando que vetará en el Consejo de Seguridad lo que será resolución mayoritaria de la Asamblea General: el reconocimiento de Palestina como miembro pleno de la ONU. Junto a las Naciones hermanas que conforman la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), en la Declaración de reconocimiento del Estado palestino, hemos deplorado, desde ya, que tan justa aspiración pueda ser bloqueada por esta vía. Como sabemos, el imperio, en éste y en otros casos, pretende imponer un doble estándar en el escenario mundial: es la doble moral yanqui que viola el derecho internacional en Libia, pero permite que Israel haga lo que le dé la gana, convirtiéndose así en el principal cómplice del genocidio palestino a manos de la barbarie sionista. Recordemos unas palabras de Said que meten el dedo en la llaga: "Debido a los intereses de Israel en Estados Unidos, la política de este país en torno a Medio Oriente es, por tanto, israelocéntrica".

Quiero finalizar con la voz de Mahmud Darwish en su memorable poema Sobre esta tierra: "Sobre esta tierra hay algo que merece vivir: sobre esta tierra está la señora de/ la tierra, la madre de los comienzos, la madre de los finales. Se llamaba Palestina. Se sigue llamando/ Palestina. Señora: yo merezco, porque tú eres mi dama, yo merezco vivir".

Se seguirá llamando Palestina: ¡Palestina vivirá y vencerá! ¡Larga vida a Palestina libre, soberana e independiente!

Hugo Chávez Frías

Presidente de la República Bolivariana de Venezuela

Fuente:http://www.telesurtv.net/secciones/noticias/97963-NN/carta-del-presidente-de-venezuela-hugo-chavez-al-secretario-general-de-las-naciones-unidas-version-espanol/

Leer Más......

lunes, 19 de septiembre de 2011

Chávez frente a Obama


James Petras Rebelión

Traducción por S. Seguí

Introducción

Dos presidentes en ejercicio se postulan para su reelección en 2012: Hugo Chávez en Venezuela y Barack Obama en Estados Unidos. Lo que da realce a estas dos contiendas electorales es que representan, en contraste, respuestas antagónicas a la crisis económica mundial. Chávez, con su programa socialista-democrático, persigue la promoción de políticas de inversión pública a gran escala y largo plazo, y un gasto público orientado a crear empleo, bienestar social y crecimiento económico. Obama, guiado por su compromiso ideológico con el capitalismo financiero corporativo, canaliza miles de millones de dólares para rescatar a los especuladores de Wall Street, se centra en la reducción del déficit público y los impuestos, y ofrece subsidios gubernamentales a las empresas con la esperanza de que los bancos presten y el sector privado invierta. Obama espera que el sector empresarial comience a contratar desempleados. La estrategia económica de Chávez se dirige hacia el aumento de la demanda popular mediante el aumento del salario social. La estrategia de Obama va dirigida a enriquecer a la élite, con la esperanza de que se produzca el efecto de “goteo” (trickle down). El programa de recuperación económica de Chávez se basa en un sector público líder, el Estado, a la luz de la crisis inducida por el capitalismo de mercado y la falta de inversión por el sector privado. La recuperación económica de Obama y su programa de empleo dependen totalmente del sector privado, utilizando para ello los regalos fiscales, a fin de estimular una inversión nacional que genere empleo.

De acuerdo con los expertos y los políticos, el desempeño socioeconómico de cada uno de los dos presidentes será decisivo para determinar quién será reelegido en 2012.

Medir el desempeño de los presidentes Chávez y Obama ante las crisis económicas

En los últimos tres años, los dos presidentes se han enfrentado a una profunda crisis socio-económica que ha producido un aumento del desempleo, de la recesión económica y de las demandas populares de liderazgo político en la formulación de un programa de recuperación económica.

El presidente Chávez respondió a través de un programa a gran escala del gasto público en programas sociales. Se asignaron miles de millones de dólares a un programa de vivienda masiva diseñada para crear un millón de hogares en los próximos años. Chávez ha reducido las tensiones militares y ha desactivado los conflictos fronterizos mediante la negociación de un acuerdo político con el régimen derechista de Santos en Colombia.

Chávez aumentó el salario mínimo y los pagos por pensiones y seguridad social, aumentando con ello el consumo entre los grupos de bajos ingresos, estimulando la demanda y aumentando los ingresos de las pequeñas y medianas empresas. El Estado venezolano se embarcó en grandes proyectos de infraestructura, especialmente carreteras y transportes, y en la creación de puestos de trabajo en actividades intensivas en mano de obra. El gobierno de Chávez han sostenido el nivel de vida mediante el establecimiento de controles de precios de alimentos esenciales y otros, que han mantenido la demanda popular a expensas de la especulación por parte de los dueños de supermercados. El gobierno de Chávez ha nacionalizado lucrativas minas de oro y ha repatriado las reserva el extranjero a efectos de financiación del programa de recuperación económica basado en la demanda, dejando de lado las concesiones fiscales a los ricos y los rescates de bancos y empresas privadas en quiebra.

Obama rechazó realizar cualquier tipo de inversión pública a gran escala y a largo plazo destinada a crear puestos de trabajo: su propuesta Jobs for America ​​conseguirá, en el mejor de los casos, reducir temporalmente el desempleo en menos de cinco décimas de uno por ciento. En la búsqueda de políticas que beneficien a los poseedores de bonos de Wall Street, Obama se involucró profundamente en la reducción del déficit, es decir, en los recortes a gran escala del gasto público, en particular el gasto social. Obama, de acuerdo con la extrema derecha, aceptó sus regresivas propuestas de reducir los desembolsos destinados a la Seguridad Social y los populares programas Medicare y Medicaid. Sus propuestas de financiación de Jobs for America ​​dependen de los recortes a la Seguridad Social, lo que garantiza una reducción en los desembolsos y un déficit, o algo peor, que facilitaría su privatización, es decir, la entrega de la seguridad social a Wall Street: un caramelo de miles de millones de dólares.

Obama ignora a las víctimas de las ejecuciones hipotecarias, más de 10 millones de familias, los que no tienen hogar y la degradación de las viviendas, en beneficio del rescate de los bancos y los estafadores hipotecarios.

Obama ha aumentado el gasto militar y multiplicado las tropas de combate en el extranjero, las operaciones terroristas clandestinas y el aparato de espionaje interno, aumentando el déficit a costa de las inversiones productivas en educación, mejoras tecnológicas y promoción de las exportaciones.

A diferencia de Chávez, que lleva a cabo notables políticas educativas y laborales positivas a favor de los venezolanos de origen africano e indígena, Obama hace caso omiso del 50% de desempleo en las grandes ciudades entre los jovenes (18-25 años) afroamericanos y latinos, favoreciendo en cambio a los banqueros blancos de Wall Street.

En contraste con Chávez, que vinculó las pensiones y los salarios a la inflación y hacer cumplir los controles de precios, Obama congeló los salarios federales y los pagos de la Seguridad Social, con el resultado de una disminución del siete por ciento de los ingresos reales en los últimos tres años.

Según datos recientes de la Oficina del Censo de EE.UU. (septiembre de 2011) con Obama más de 46 millones de estadounidenses viven en la pobreza, la mayor cifra conocida. La mediana de ingresos de los hogares cayó un 2,3% entre los años 2009 y 2010. El número de estadounidenses en la pobreza aumentó del 13,2% en 2008 al 15,1% en 2010. Casi uno de cada cuatro niños vive en la pobreza en 2010, y más de 2,6 millones más de ciudadanos estadounidenses habrían descendido al nivel de la pobreza en un solo año. En el otro extremo, con la política económica del “goteo” de Barack Obama, el número de estadounidenses ricos –personas con ingresos de más de 100.000 dólares anuales– han sufrido poco o ningún impacto: las tiendas de artículos de lujo, como Tiffany’s, han experimentado un aumento del 15% en sus ventas.

El 10% inferior de la población ha sido el que más ha sufrido, con una caída en sus ingresos del 12,1% en 2009-2010, mientras que el 10% con mayores ingresos registró un descenso del 1,5%. De los 34 países miembros de la OCDE, EE.UU., junto a México, Chile e Israel, es el país con mayor desigualdad social. Las políticas de estímulo de Obama, “de arriba abajo”, han salvado a los banqueros a costa de sacrificar la clase media y la clase trabajadora.

Consecuencias políticas y económicas de las diferentes políticas

Las consecuencias políticas y económicas de las diferentes políticas socioeconómicas –“de arriba abajo” en el caso de Obama y “de abajo arriba” en el de Chávez– son notables en todos los sentidos. Venezuela creció un 3,6% en el primer semestre de 2011, mientras que EE.UU. se estancaba en menos del 2%. Peor aún, durante la segunda mitad del año, Obama y sus asesores expresaron su temor de que EE.UU. se encaminara hacia una recesión, con crecimiento negativo. En contraste, el Presidente del Banco Central de Venezuela prevé un crecimiento acelerado para el año 2012.

Mientras que el porcentaje de desempleados en EE.UU. sigue estando por encima del 9%, que sumado a los subempleados se eleva a más del 19%, las grandes inversiones públicas en viviendas y obras de infraestructura venezolanas generan empleo y reducen las cifras de parados y subempleados en el mercado de trabajo formal e informal. La complacencia de Obama hacia los banqueros de Wall Street y los halcones de la reducción del déficit, junto al enorme aumento de las guerras en el extranjero y del aparato de seguridad nacional, ha llevado a la Hacienda pública a la bancarrota. Por el contrario, Chávez ha nacionalizado minas lucrativas del sector privado, bancos y empresas de energía y ha reducido la tensión militar incrementando los recursos destinados a programas sociales, como los subsidios a los alimentos. La reducción del déficit de Obama ha llevado a despidos masivos en la educación y servicios sociales.

Los gastos sociales de Chávez han aumentado el número de universidades públicas, escuelas primarias y secundarias y hospitales. Millones de personas han perdido sus hogares mientras Obama hacía caso omiso a los desalojos forzados de los bancos hipotecarios, mientras que Chávez ha dado un paso en la solución del déficit habitacional mediante la construcción de un millón de hogares.

Obama presta dinero a los bancos privados a interés cercano a cero; con ese dinero, que los bancos privados no prestan a las empresas productivas para crear puestos de trabajo, prefieren especular en el extranjero comprando bonos del Tesoro (por ejemplo, brasileños) que ofrecen tasas de interés más altas. Chávez invierte directamente en programas de infraestructuras productivas intensivos en trabajo, proyectos agrícolas autosuficientes y plantas de procesamiento final, refinerías y fundiciones.

Como resultado de la reaccionaria política económica que practica y sus amenazas abiertas de cortar programas sociales básicos, como Medicare, Medicaid y la Seguridad Social, la popularidad de Obama ha caído en los últimos tres años del 80% al 40%, y sigue bajando. Por otra parte, sus políticas fiscales y militaristas pro Wall Street –profundizando y ampliando las guerras de Bush y Rumsfeld y las operaciones terroristas– han llevado a un giro del clima político estadounidense hacia la extrema derecha. Ante el último trimestre de 2011, Obama parece vulnerable a la derrota electoral.

En contraste, el presidente Chávez, en la cresta de la ola de la recuperación económica, con programas positivos de expansión social e inversiones públicas, ha visto aumentar su popularidad del 43% en marzo de 2010 a 59,3% en septiembre de 2011. La oposición, respaldada por EE.UU., está fragmentada y debilitada y es incapaz de desafiar la percepción popular abrumadoramente positiva de los proyectos de vivienda e infraestructura en beneficio de los trabajadores, las empresas y los contratistas de la construcción.

Chávez es vulnerable en cuestiones de seguridad personal y corrupción e ineficacia administrativas. Pero se ve que ha adoptado importantes medidas para corregir estos problemas. Los graduados de la nueva academia de policía proporcionan servicios de policía honestos y eficientes vinculados a la comunidad, que, en proyectos piloto han reducido los delitos violentos en un 60%. No obstante, siguen siendo necesarios esfuerzos para acabar con la corrupción y la ineficiencia burocráticas.

Conclusión La comparación entre las presidencias de Chávez y Obama presenta un marcado contraste entre un programa económico bien elaborado y exitoso, de carácter socialista y de tipo “de abajo arriba”, y un fracasado programa de estímulo capitalista “de arriba abajo”. Mientras que el público estadounidense expresa su hostilidad por el saqueo realizado por la banca privada de la hacienda pública, por las amenazas gubernamentales hacia lo que queda de la red de seguridad social, y por el fracaso de Obama para reducir unos niveles persistentemente elevados de desempleo y subempleo, la popularidad de Chávez aumenta junto con la opinión de “sentimientos positivos” que expresan las tres quintas partes de los electores de su presidencia. Si el gobierno de Chávez continúa y profundiza su programa de estímulo “de abajo arriba” y la economía sigue creciendo y él se recupera de un cáncer, con toda probabilidad será reelegido con un resultado en 2012.

Por el contrario, si Obama sigue unido a la élite empresarial y financiera y liquida los programas sociales, continuará su descenso hacia una merecida derrota y el olvido.

La recuperación económica de Venezuela, a través de avanzados programas sociales es un poderoso mensaje al pueblo norteamericano: hay una alternativa a las políticas económicas regresivas “de arriba abajo”: se llama socialismo democrático y su defensor es el presidente Chávez, que habla y trabaja para la gente, en oposición a un estafador Obama que habla para la gente y trabaja para los ricos.

Leer Más......

  ©Template by Dicas Blogger.