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martes, 28 de febrero de 2012

Juventud y desigualdad social

Raúl Abraham López Martínez Voz Universitaria

Sin condiciones de acceso a la educación y sin acceso a un empleo formal bien remunerado con prestaciones sociales surgen las siguientes interrogantes: ¿Es casualidad la alta presencia de los jóvenes en el fenómeno de la violencia social o existe un contexto político y económico que ha propiciado la exclusión de sus jóvenes a ámbitos marginales de la sociedad? ¿Es correcto que el gobierno de Calderón continúe criminalizando a los jóvenes?

Nos encontramos ante el último año de gobierno de Felipe Calderón Hinojosa. Un político que va a dejar su huella en los libros de historia debido a la cuestionable forma en la que llegó al poder. Felipe también va a ser recordado por los miles de muertos que sus erróneas decisiones abonaron a las morgues y a los panteones.

Sólo una minoría en el país le va a reconocer a este peón del gobierno de Estado Unidos que gracias a sus gestiones ampliaron sus riquezas materiales.

En cambio, a la mayoría de los mexicanos, de esos mexicanos de a pie que nos encontramos en la lucha diaria en busca de un ingreso económico, Calderón nos ha dejado un país sumergido en la desigualdad social.

En otros artículos he comentado los resultados del Informe sobre la medición de la pobreza en México 2008-2010 publicado por el CONEVAL. En esta ocasión me voy a centrar en el tema de los jóvenes. Uno de los sectores más afectados debido a las devastadoras políticas públicas diseñadas, aprobadas y ejecutadas de manera conjunta entre el PAN y el PRI.

El Censo de Población de 2010 del INEGI arrojó que en México hay 36.2 millones de personas entre las edades de los 12 a los 29 años. 18.4 millones son mujeres (50.8%) y 17.8 millones son hombres (49.2%)

Los estados de la república en donde se concentra el 52% de los jóvenes son: Estado de México, Distrito Federal, Veracruz, Jalisco, Puebla, Guanajuato, Chiapas, Michoacán

De este sector, según datos reportados por la UNAM 7.5 millones de jóvenes no estudian y tampoco trabajan. En este grupo el 80% corresponde a mujeres.

En materia de educación superior, la oferta educativa dirigida a los jóvenes sólo alcanza a cubrir el 30% de la demanda. Dando por resultado de que cada 100 alumnos que ingresan a la primaria, sólo 16 concluyen estudios universitarios. (www.cienciasyfuturo.unam.mx).

Sobre las condiciones de empleo en la que se encuentran los jóvenes, 66 por ciento trabajan en la informalidad. Mientras que el 40% de jóvenes que oscilan entre los 15 y 24 años, que laboran en empresas formales no tienen seguridad social y tampoco prestaciones. (Juan Arancibia Córdova, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM http://www.vozuniversitaria.org.mx/content/view/1639/1/).

A estos datos, hay que considerar que diversos analistas han coincidido en que la desaceleración económica que se espera para el 2012 va a afectar el acceso al empleo.

Sin condiciones de acceso a la educación y sin acceso a un empleo formal bien remunerado con prestaciones sociales surgen las siguientes interrogantes: ¿Es casualidad la alta presencia de los jóvenes en el fenómeno de la violencia social o existe un contexto político y económico que ha propiciado la exclusión de sus jóvenes a ámbitos marginales de la sociedad? ¿Es correcto que el gobierno de Calderón continúe criminalizando a los jóvenes?

No es ninguna casualidad, el gobierno de Calderón nos ha demostrado que su prioridad ha sido usar los recursos públicos para modernizar los órganos de represión y control social que el aparato de gobierno tiene a su disposición.

Nunca ha sido su interés ampliar el gasto social, para que los jóvenes tengan acceso a una educación de calidad y a un trabajo digno.

Cinco años del gobierno de Calderón, cinco años de afectaciones sociales.

Raúl Abraham López Martínez. Director de la Revista Digital Independiente Voz Universitaria www.vozuniversitaria.org.mx raul@vozuniversitaria.org.mx facebook.com/raul.lopezmartinez Twitter: @raulcronos

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Venezuela: cambia, ¿todo cambia?, ¿nada cambia?

Aram Aharonian

Cambia, todo cambia. El grave problema para quienes comandan la comunicación del oficialismo venezolano es que el escenario no es el mismo. Hoy todos esperan ansiosos el resultado de la segunda operación del presidente Hugo Chávez, mientras la oposición cuenta con un líder que tiene detrás de él un aparato político y estratégico, y va armando su maquinaria electoral. Las encuestas muestran aún a Chávez con gran diferencia sobre su rival, pero…

Volvieron las especulaciones, sobre la enfermedad, sobre el futuro del bolivarianismo en las elecciones presidenciales del 7 de octubre, sobre la sucesión. Una campaña nacional e internacional, donde los medios son otra vez los que preparan el camino y el imaginario colectivo y especulan sobre los “expertos” extranjeros que “lulificarán” la imagen de ambos candidatos. Nuevamente quedó en evidencia que la institucionalidad chavista sigue siendo refractaria a la crítica y sorprendió que la política comunicacional del gobierno se haya centrado en un supuesto fraude (en el número de votantes) en los comicios internos de la oposición. El único que quedó mal parado fue el Consejo Nacional Electoral.

Los artífices de la comunicación en el gobierno bolivariano prefieren negar los datos de la realidad que preparar al pueblo para enfrentarlos. Olvidan que las encuestas son parte de la manipulación, en las que los pobres han demostrado tradicionalmente, en Venezuela, que no tienen el hábito de decir lo que piensan. Una elección presidencial no se decide en las encuestas ni en los programas de televisión oficial, y mucho menos en las declaraciones de los dirigentes oficialistas.

La oposición, que apuesta su triunfo a la salud del Presidente, no se puede dar el lujo de dilapidar un solo voto ya que la fuerza y el carisma de Chávez son un handicap en sus metas. Por eso el 12 de febrero armaron una escenografía de un acto de ribetes plebiscitarios con rasgos apoteóticos de referendo (al decir de Marcos Roitman). Y por ello, ha retomado la iniciativa, marcando una agenda propia y no –como hacía hasta hace poco- limitarse a ser reactivo a los dichos y hechos de Chávez.

Cabe recordar que en las elecciones internas podía votar cualquiera de los 17 millones 875 mil ciudadanos inscritos en el registro electoral. En realidad, los votantes fueron menos del 20% del padrón.

Atrás quedaron los partidos tradicionales y su mítico poder de convocatoria; en el camino quedó el gobernador de Zulia, Pablo Pérez, con apoyo de socialdemócratas y socialcristianos. Ganador fue la derecha (aunque en Venezuela casi todos rehuyen decir que son de derecha) y el partido mediático.

Sumemos también el triunfo de la tan denodada democracia venezolana y de la institucionalidad que significa la labor del Consejo Nacional Electoral y las Fuerzas Armadas, garantes del proceso interno opositor.

Todo cambia. Hay sectores de la oposición que saben que es diferente vencer a un Chávez enfermo, con dificultades y debilidad física para asumir la campaña a plenitud, o derrotar a un Chávez sano, fuerte, gobernando, arengando permanentemente al pueblo, yendo y viniendo a lo largo y ancho de la geografía venezolana. Lo peor que les puede pasar es que un Chávez enfermo o convaleciente los derrote por enésima vez. Por eso, Capriles Radonsky, fue claro al decir que al Presidente le desea “larga vida, porque quiero que vea con sus propios ojos los cambios que vendrán”. La oposición sabe que no puede vencer al Chávez-mito –que ella misma ayudó a crear- y precisa demostrar que, como un hombre normal, es derrotable. Dentro de la especulación sobre las estrategias de campaña, diarios brasileños hablan del publicista Joao Santana, quien asesorara a Lula da Silva y Dilma Rousseff, con la difícil tarea de lograr que Chávez elimine de su vocabulario el lenguaje descalificador y construir una imagen conciliadora, semejante a la del expresidente brasileño. Difícil de creer, sobre todo porque el mandatario siempre le vino bien la polarización y la confrontación. Santana, vinculado al Partido de los Trajadores, manejó las campañas presidenciales del salvadoreño Mauricio Funes y del peruano Ollanta Humala. Lo que sorprende es que el candidato opositor, Capriles Radonsky, en reiteradas oportunidades habló de su admiración por Lala, quizá asesorado por otro publicista brasileño, Renato Pereira, jefe de estrategia de la empresa Prole, en la búsqueda por seducir a los ni-ni, que según los encuestadores puede alcanzar a un 30 por ciento del electorado. La campaña opositora

Hay algo que sorprende en esta inusual campaña electoral –ya hacia las presidenciales del 7 de octubre- y es, de parte del sector ganancioso de la oposición, imitación de los códigos chavistas: la simbología, las ideas-fuerza y hasta ciertas consignas. Claro, la copia es simbólica, porque en el fondo –y en el frente- sus ideas son el neoliberalismo, aun sabiendo que está en crisis –por no decir derrotado- en la mayor parte del mundo.

Necesita la oposición del voto chavista (aunque lo disfracen de ni-ni) para poder soñar con una victoria. Hablan de poder popular, porque saben que es algo que ha entrado en el imaginario venezolano. Hay que convencer a los chavistas, o al menos convencerlos de que no voten (que es una forma de restarle votos).

La estrategia de Capriles Radonsky no pareciera ser ganar votos chavistas, sino tratar de que el bolivarianismo los pierda.

Parece que se cambiaron los roles: Capriles Radonsky está decidido a no confrontar y el presidente Chávez ha empezado a hacerlo. Capriles imita al Chávez de 1998, mientras que el mandatario sigue con la misma línea confrontacional que le ha dado tan buenos resultados desde el 2002 hasta ahora.

Hábilmente, Capriles habla de paz y dice representar el futuro y hasta es capaz de hablar de la Sexta República para diferenciarse del chavismo y de la Cuarta República de adecos y copeyanos.

Y para sorpresa del oficialismo, esta opción hasta defiende la Constitución de 1999, comparte algunos planes sociales del gobierno y trata de ser creíble cuando presenta planes alternativos de gobierno.

Obviamente, dentro del trabajo de los estrategas de Capriles Radonsky está el de esconder su antigua militancia en la secta Tradición, Familia y Propiedad (TFP), negar su actuación durante el golpe de abril de 2011, cuando lideró el grupo que intentó copar la embajada de Cuba, disfrazarlos de progresistas y seguidor de Lula “el conciliador” . La idea parece ser la de transformar la elección de Venezuela en una disputa ideológica de todo el continente, para poner freno a los cambios sociales de la última década. Para ello cuentas con el arsenal de los medios cartelizados venezolanos y latinoamericanos, amén del apoyo incondicional de la prensa hegemónica trasnacional.

Hay varios miedos de clase media que van a ser explotados en lo que resta de la campaña, por ejemplo el temor a perder la propiedad. Aun cuando la mayoría no se sea propietaria de nada: funcionó en del referendo de la reforma constitucional (2007), y los estrategas mudistas suponen que puede funcionar aún a estas alturas.

Por el otro lado puede ser que juegue otro temor, el miedo de perder todos los beneficios sociales que se han logrado en los últimos años bolivarianos, habida cuenta de que el programa opositor es netamente privatizador e implica un retiro del Estado de la economía en general. Significa un desmontaje de todo el aparato jurídico que sostiene a la estatal petrolera Pdvsa, lo que traerá aparejado el desabastecimiento y la disparada de todos los precios de los servicios básicos como el, agua, la electricidad, etc, etc

Pero también existe un tremor a que la paz social sea amenazada por una arremetida fuerte contra el chavismo.


Fin del triunfalismo


Lo sucedido con las elecciones internas de las oposición, señala Javier Biadeau, permite desechar las ilusiones triunfalistas, pasar a un análisis riguroso y descarnado de la situación de la correlación de fuerzas electorales y políticas entre el campo bolivariano y el campo opositor.

Sin este análisis, añade, no hay mapa para la lucha, para la estrategia y la táctica que apunten a la recuperación y reagrupamiento urgente de las fuerzas del proceso popular constituyente y de la revolución bolivariana que se activo en 1998 (no del “chavismo oficial y burocrático” que se enquistó luego del triunfo electoral del año 2006), y cuya promesa aún desdibujada sigue siendo el Gran Polo Patriótico (GPP).

Mercedes Chacín señala que desde el chavismo hubo poca preparación, poco estudio ; se creyó, contagiado del mismo síndrome de disociación psicológica que afecta a los opositores, que por una cuestión divina, casi metafísica, los 5 millones y pico de personas que votaron por la oposición en las parlamentarias, se convertirían en un millón. ¿De dónde salió esa convicción?

Hoy nadie duda de la seriedad de la enfermedad presidencial y por ello queda desestimada la posibililidad que se trate de un manejo comunicacional para “enervar pasiones y aglutinar la gente alrededor de la misión lástima”. Lo que llama la atención es que para poder tener un acercamiento a lo que realmente está pasando, un venezolano tipo debe escuchar lo que dice la oposición, porque la credibilidad de los voceros oficiales (Diosdado Cabello, Andrés Izarra) quedaron en el piso.

Cuidar su salud es la única vía para lograr su recuperación. Y últimamente –coinciden los analistas- a Chávez se lo vio excedido en sus actividades institucionales y partidistas, en su quehacer diario, como si nada hubiese pasado.

Desde las filas chavistas se hace un llamado urgente a retomar la discusión sobre lo imprescindible del liderazgo de Hugo Chávez, y el error que esto representa para el socialismo bolivariano, habida cuenta que un proceso socialista no puede depender permanentemente de un hombre, si realmente queremos hablar de un proyecto a media y largo plazo.

Lo cierto es que cada vez que el Presidente presenta algún inconveniente de salud, la revolución tambalea porque siente la posibilidad de quedarse huérfana, y para un proyecto revolucionario eso es un fatal error, señala Reinaldo Iturriza.

Para los habituales especuladores políticos, endógenos y exógenos, la reaparición del cáncer plantea dos interrogantes: Quién se quedará con el poder del proyecto chavista –donde la Fuerza Armada aparece como el fiel de la balanza- y quien llenará el vacío estratégico en el pensamiento y praxis política que dejaría la probable incapacitación de Chávez.


Chávez, el informador, y el vacío de poder


El gobierno se prepara para afrontar cualquier adversidad, lo que incluye un "grupo comando" que responderá ante eventualidades (y tratará de evitar filtraciones sobre la salud presidencial), el que estará a cargo de la ministra de la Secretaría de la Presidencia, Erika Farías.

Mientras, el nombramiento del comando (electoral) Batalla de Carabobo evidencia que no dejará que la oposición avance mientras Chávez esté fuera de combate. La responsabilidad recayó en el alcalde caraqueño Jorge Rodríguez que, por su experiencia como presidente del Consejo Nacional Electoral será clave para montar la estructura electoral para el 7 de octubre. 

Mientras sectores de la oposición –quizá tratando de crear riñas internas en el PSUV- insisten ante el Tribunal Supremo de Justicia para que se integre una junta médica que evalúe el estado de salud del Presidente y determine si está en facultades para gobernar, intentando adelantar las elecciones en 90 días, Chávez no delegó el mando, negando cualquier tesis de vacío de poder. En la línea constitucional de sucesión están el vicepresidente Elías Jaua y el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, aunque en el listado de los especuladores figuran Adán Chávez (hermano mayor del mandatario), el aún canciller Nicolás Maduro, el ministro de Energía Rafael Ramírez, el contralmirante retirado Orlando Maniglia y la misma hija del presidente, María Gabriela Chávez.

“Desmiento que tenga metástasis o que ya me esté muriendo”, dijo el líder venezolano, al anunciar que debía ser operado nuevamente en la Habana, con los mismos médicos que lo habían operado en julio pasado y luego tratado con quimioterapia, desechando la invitación de Dilma Rousseff y Lula da Silva para ser tratado en el Hospital Sirio Libanés de Sao Paulo, donde fueron atendidos ambos y el presidente paraguayo Fernando Lugo.

El propio Chávez informó que en las próximas semanas no se le volvería a ver con el mismo ritmo, porque además no se sabe si la lesión va a ser cancerígena, lo que considera probable por haber aparecido en el mismo lugar del tumor anterior y en ese caso necesitaría otra vez radioterapia.. Tras informar –en un programa de la televisión oficial- las principales orientaciones y los elementos centrales para la campaña (poner en marcha el segundo Plan Socialista de la Nación, atender el desarrollo de la ALBA, continuar con la organización política del PSUV y el GPP), e hizo un llamado de alerta, frente a una oposición que siempre tiene una agenda oculta, planes conspirativo, sin escrúpulos y que no desperdiciará oportunidad para generar violencia. Dejó a todos movilizados. El escenario no es el mismo de hace apenas tres semanas. En Venezuela, cambia, todo cambia. ¿O nada cambia?

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Fidel Castro, el chándal de Adidas, el capital y el trabajo

Francisco Umpiérrez Sánchez Rebelión

El 11 de junio de 2007 publiqué en Rebelión un trabajo titulado “Fidel Castro y el chándal de Adidas”. Fidel Castro había aparecido en todas las televisiones mundiales con un chándal de Adidas en vez de con su vestimenta militar habitual. Todos los apologistas del capitalismo vieron en ese hecho una victoria del capitalismo sobre el socialismo. A sus ojos resultaba contradictorio que uno de los grandes referentes del socialismo mundial portara un signo capitalista: la marca de Adidas. Frente a esta visión yo defendí esta otra: el chándal de Adidas es un signo de trabajo y no hay que ver ahí nada que contradiga el carácter socialista de su portador.

No todo el mundo estuvo de acuerdo con mi posición. Hasta el punto que ayer mismo un joven marxista llamado Santiago Pedrazzoli, tras leer mi trabajo, me ha hecho llegar la siguiente objeción: “Si yo no llevo un chándal de Adidas (que de hecho no lo llevo), nadie asociará esa marca conmigo. Peros si la llevase, influenciaría a otras personas para que compraran esa marca. Sería como ayudar a expandir una multinacional que apoya el capitalismo y el imperialismo. Mi conclusión es que aquellos que no estemos de acuerdo con el capitalismo, no deberíamos llevar marcas que pretendan imponer o proteger el capitalismo”.

Observemos primero la realidad y digamos qué ocurre en el mundo del consumo. Las multinacionales están presentes en todos los ámbitos de la vida y su signo es omnipresente en todas las ramas del consumo: en la automoción, en la electrónica, en la informática, en la alimentación, en los medicamentos, en el calzado, en la vestimenta. Así que nadie, absolutamente nadie, puede escapar del imperio económico de las multinacionales; y sus signos, sus marcas, están presentes en la vida de todo el mundo. Si tuviéramos que rechazar todo aquello que llevara el signo del capitalismo, tendríamos que rechazarlo todo. Puesto que todo en el sistema capitalista lleva el signo del capitalismo. La cuestión aquí a debatir es si en el capitalismo el capital lo es todo y el trabajo no es nada, o sí el trabajo es el verdadero y fundamental significado de los elementos de la riqueza.

Demos un paso más. En el régimen de producción capitalista el valor de toda mercancía se representa mediante la fórmula: valor de la mercancía = capital constante + capital variable + plusvalía. El capital constante es el valor de los medios de producción consumidos en la producción de la mercancía, el capital variable es el valor de la fuerza de trabajo consumido en la producción de la mercancía, y la plusvalía es el valor del plustrabajo consumido en la producción de la mercancía. Les recuerdo que la plusvalía se divide en beneficio (la parte de la plusvalía con la que se queda el dueño de la empresa productora de la mercancía), en renta del suelo (la parte de la plusvalía con la que se queda el propietario del suelo), y en interés (la parte de la plusvalía con la que se queda el banquero). Suponemos el caso de una empresa que hace uso del crédito para poner en marcha su negocio.

De este hecho podemos extraer algunas conclusiones. En primer lugar, debemos observar que a la fuerza de trabajo, una vez que ha sido comprada por el capitalista y es empleada por éste en la producción de un bien o servicio, Marx la llama capital variable. La fuerza o capacidad de trabajo es inseparable del cuerpo del trabajador; pero cuando la vende al capitalista por un tiempo determinado, pertenece al capitalista y no al trabajador. Y durante ese tiempo representa capital variable. Así que no sólo los productos en el régimen capitalista llevan la señal del capital, sino también la propia fuerza de trabajo y, por consiguiente, el propio trabajador. Así por qué asombrarse de que Fidel Castro lleve un chándal que es signo del capital cuando todos los trabajadores representan capital variable, son portadores de las relaciones capitalistas de producción, son signos del capital.

Volvamos de nuevo al consumo. Cada vez que una persona compra una mercancía en el régimen de producción capitalista, paga todas las partes de las que se compone el precio: el capital constante, el capital variable y la plusvalía. Luego en todo acto de compra de cualquier trabajador se está reproduciendo el sistema capitalista. El trabajador no puede escapar de ningún modo del imperio del capital. No escapa su cuerpo, pues su fuerza de trabajo tiene que vendérsela al capitalista, no escapa su consumo, pues todo lo que consume es capital mercantil, y no escapan sus actos de compra, pues en todos esos actos reproduce las relaciones de producción capitalista.


Hasta aquí todo se ha presentado del lado del capital y todo se presenta como signo del capital. Pero preguntémonos: ¿Qué es el capital? La respuesta es sencilla: trabajo acumulado. ¿Qué es el capital constante? Trabajo pasado. Y por último: ¿qué es el capital variable? Trabajo vivo. Ahora todo se presenta como signo del trabajo. Ahora todo es trabajo. Pero demos un paso más en nuestras pesquisas. Pensemos que un capitalista gracias a sus ahorros o al de sus familiares invierte inicialmente en su negocio 10 millones de euros. Supongamos también que su negocio arroje una plusvalía anual de un millón de euros. Al cabo de 10 años se habrá apropiado de 10 millones de euros en concepto de plusvalía o plustrabajo. La plusvalía apropiada por el capitalista durante 10 años es igual al capital desembolsado inicialmente. Pero la plusvalía es plustrabajo creado por los trabajadores aunque apropiado por el capitalista. Por lo tanto, el propietario legítimo de la plusvalía es el trabajador, aunque su propietario legal sea el capitalista. Lo cierto es que al cabo de 10 años el negocio de nuestro capitalista representa plusvalía capitalizada. Legítimamente su negocio ya no le pertenece y sí a los trabajadores. Luego todas las empresas, incluidas las multinacionales, al cabo de un determinado número de años representan plusvalía capitalizada, esto es, todas las empresas al cabo de un determinado número de años son legítimamente propiedad de los trabajadores. Luego también las empresas son signos del trabajo.

Al principio todo se presentaba como signo del capital y ahora todo se presenta como signo del trabajo. Y es ambas cosas. Lo que sucede es que los capitalistas y sus apologistas ven en todo los signos del capital; y los socialistas deberían ver en todo los signos del trabajo. Las semiosis capitalistas, los procesos de producción de los signos capitalistas, ocultan y dominan las semiosis del socialismo. Mi trabajo sobre Fidel Castro y el chándal de Adidas no era más que un intento de liberación de la semiosis socialista del imperio de la semiosis capitalista. Y la gran consigna de la semiosis socialista no es otra que la que ha quedado plenamente demostrada en este texto teórico: todo es signo de trabajo.

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lunes, 27 de febrero de 2012

Esto no es una utopía: lo nuevo, lo viejo y el futuro en Cuba


Julio César Guanche La Haine

Entre los temas de fondo recurrentes en el debate político actual en Cuba se encuentran la diversidad existente en la nación, la amplitud del registro de demandas sociales, la democratización de las prácticas partidistas y estatales, la urgencia de mecanismos de gobierno más eficaces, responsables y transparentes, la necesidad de regularizar la protección de derechos ciudadanos, y, en resumen, la demanda de «actualización» del modelo político.[1] A pesar de que estos temas no se reflejan en los medios, y tienen escasa presencia en los discursos institucionales, es imposible soslayar el movimiento reformista de la política y el alcance real de los cambios experimentados.

Lo nuevo

La imaginación que impulsa los cambios políticos en curso propone innovaciones notables. El Estado ha renunciado a una parte importante de su monopolio sobre la economía, el empleo y el control de los ingresos personales. Con esto, se han multiplicado los actores económicos e institucionales, lo que de facto limita el monopolio estatal sobre la actuación política. Un mayor número de personas se independiza del Estado, y queda sometido a la única disciplina de pagar impuestos, una cultura nueva en Cuba. Se introducen otros mecanismos de mercado, formas privadas de organización económica y se potencia un proceder basado en la «eficiencia económica». El nuevo modelo se define más bien por lo que impedirá: «el plan prevalecerá sobre el mercado», «nadie quedará desamparado» y se «evitará la concentración de la propiedad».

En este movimiento, se combinan acciones del gobierno, exigencias y críticas de la sociedad.

La «economía» se ha convertido en el campo preferente de experimentación de las nuevas políticas. Se han entregado en usufructo casi 1,4 millones de hectáreas a 150 mil agricultores, y se pide ampliar los límites originales del arrendamiento. Se han eliminado instancias estatales en la distribución de productos del agro, anunciando el fin del sistema centralizado de ventas. Se incentiva la producción de alimentos a escala local y se ha demandado potenciar la venta de equipamientos agrícolas e industriales a particulares, con rebajas de precios.

Se estimula el «cuentapropismo» —sector privado—, se reducen los impuestos sobre actividades económicas y sobre el costo de las licencias, en determinadas condiciones, para alquilar medios de transporte o renta de habitaciones y casas. Se ha admitido por vez primera la contratación de mano de obra asalariada por parte de propietarios privados de negocios, y se atenúan, o eliminan, los impuestos a pagar según la cantidad de contratados. Los restaurantes privados, que en los 1990 tenían autorizadas solo 12 sillas, ahora pueden situar 50. Se arrendarán locales estatales a privados o a cooperativas; se ha comenzado a otorgar créditos a los nuevos pequeños empresarios, se autorizó la compra y venta de casas y automóviles usados y la entrega de subsidios a personas de bajos ingresos para reparar sus viviendas. Si hace 20 años 95% de las personas empleadas eran trabajadores estatales, el gobierno se ha propuesto que 40% de la fuerza laboral pase al sector no estatal hacia 2015.

Se demanda un incremento de las formas cooperativas de producción, su extensión del campo hacia la ciudad, y se espera la posibilidad de aumentar el tipo de su oferta de bienes —hacia sectores de servicios e industria ligera. Ha sido aprobada ya la constitución de cooperativas de segundo grado (creadas por cooperativas ya existentes, pero con fines y personalidad distintos a los de estas).

El sistema empresarial estatal debe alcanzar mayor autoridad para dirigir sus propias actividades económicas y tener control sobre parte de sus ganancias y decisiones salariales —renunciando a los rasgos del modelo económico soviético aún vigentes— hasta estructurar una dinámica regulada entre planificación estatal y mercado; y se reclaman certezas que establezcan «hasta dónde» el plan y «hasta dónde» el mercado, fijándole «funciones sociales al crecimiento».

Se elevó a 99 años el tiempo en que los inversores extranjeros podrán utilizar tierras estatales para negocios inmobiliarios, lo que permitiría concretar proyectos de construcción de campos de golf y viviendas para extranjeros. El hecho ha desatado críticas tanto en lo político como en lo ecológico sobre sus consecuencias sociales y su sostenibilidad.

Hace unos años se calculó en 20% la pobreza urbana, aunque en zonas rurales es mayor. En las últimas dos décadas, ha aumentado la desigualdad social y la polarización del ingreso, lo que se expresa de modo diferenciado entre grupos sociales por color de la piel, género y lugar de nacimiento. El Estado ha declarado que «garantiza el apoyo a los ciudadanos más necesitados, a pesar de las restricciones económicas existentes», pero al mismo tiempo se está liberando de obligaciones hacia productos de primera necesidad que antes subsidiaba—de hecho, ha anunciado la desaparición de la «libreta de abastecimientos» y la introducción de subsidios personalizados. En este contexto, la cuestión central de la igualdad aparece aludida solo mediante la crítica al «igualitarismo», según la cual la igualdad es criticada como si fuese sinónimo de uniformidad.

En el campo estrictamente político, también hay novedades, que se expresan en una mezcla de anuncios, prácticas y exigencias sociales.

Las estrategias seguidas implican redistribución de poder desde la cúpula estatal hacia la sociedad, buscan generar prácticas de desconcentración y descentralización, transparencia y responsabilidad estatal, y se prometen garantías al pluralismo.

En el marco del VI Congreso del PCC, Raúl Castro se pronunció por la limitación del mandato hasta diez años a los máximos dirigentes, defendió la posibilidad de acceder a cargos estatales sin ser militante y reconoció la expresión de opiniones diferentes en tanto «derecho». Asimismo, criticó la aprobación de decisiones a través de la «falsa unanimidad», ratificó la importancia de distinguir entre Estado y Partido, y entre Gobierno y sistema empresarial, y destacó el papel que debe desempeñar la prensa y la consulta ciudadana.

En las nuevas provincias de Artemisa y Mayabeque (antigua La Habana) se desarrolla un proceso experimental orientado a la desconcentración del poder estatal, a partir de separar, por vez primera en la historia institucional pos1959, el Estado del Gobierno y favorecer la descentralización local. Los gobiernos provinciales y municipales tendrán control sobre empresas públicas de sus territorios, hasta ahora sometidas a una subordinación centralizada.

Los procesos de toma de decisiones se han institucionalizado. Se amplía el número de personas y organizaciones asistentes a reuniones del Consejo de Ministros, cuyas fechas son informadas y sus resultados publicados en síntesis. Se refuerza el carácter institucional del presupuesto asignado a cada acción prevista, como mecanismo de protección sobre decisiones tomadas asociadamente y de control sobre los decisores.

La sociedad demanda una reforma migratoria que elimine, entre otras trabas, los permisos de entrada y salida al país, y proteja derechos de los migrantes. El gobierno anuncia que trabaja en ella, sin ofrecer un plazo o adelantar su alcance. Existe, por otra parte, un empeño explícito en la lucha contra discriminaciones antes no reconocidas, o incluso cometidas por el propio poder, como la homofobia.

Raúl Castro califica a la corrupción como el principal enemigo del proceso revolucionario y da cuenta de críticas que señalan a la constitución de grupos que desde posiciones estatales acumulan riqueza y apuntalan posiciones hacia el futuro. Su enfrentamiento ha alcanzado a altos cargos, y a un importante número de empresas, aunque el nivel de información sobre estos procesos se mantiene muy limitado.

El discurso oficial presenta un tono crítico inédito, en tanto personaliza los culpables de errores en funciones de gobierno y es también autocrítico cuando reconoce, por ejemplo, que los acuerdos de anteriores congresos del PCC se han incumplido inveteradamente, lo que equivale a reconocer que la institucionalidad existente no ha sido el canal determinante para la toma y ejecución de decisiones.

El diálogo entre las iglesias y el Estado ha alcanzado niveles sin precedentes. La iglesia católica ha alcanzado el rol de interlocutor del gobierno en lo referente a indultos de presos por causas con un origen político y por delitos comunes. Se han construido nuevas instituciones religiosas, y se han multiplicado sus actividades de difusión y educación. En este contexto, se anuncia la visita del Papa. Se ha elevado la visibilidad y el reconocimiento oficial a las iglesias ecuménicas, así como a la judía.

En el último quinquenio se ha estructurado otra «esfera pública» a través del intercambio de correos electrónicos que facilita el intercambio de información y el ejercicio crítico, y han aparecido sitios webs, blogs, revistas, en tanto actores de opinión. Los periódicos, aunque no recogen la mayor parte de este debate, han incorporado líneas críticas estables dentro de su perfil editorial, dando cabida a reportajes críticos y a las cartas de lectores. Se ha criticado el llamado «secretismo», obstáculo para el ejercicio del derecho ciudadano a la información.

Ha surgido un pensamiento crítico —de izquierdas— del modelo vigente y de algunas de las nuevas políticas, opuesto a la disidencia, que discute problemas de representatividad respecto a la expresión de la propia diversidad revolucionaria. Por otra parte, ha aparecido una nueva oposición que se considera a sí misma como democrática liberal, con visibilidad internacional y apoyo de gobiernos y otras fuentes extranjeras que se oponen al proceso político cubano.

En fin, Cuba se mueve. La ruta y el destino del movimiento es lo que su sociedad tiene en discusión. Resulta obvio que existe un consenso nacional sobre la necesidad de una renovación. Pero este consenso se mira con mucha dificultad en el espejo de las políticas y de los documentos que las formulan. Los límites y contradicciones de los cambios influyen en su propia posibilidad, y limitan con ello la esperanza que pueden amparar.

El proceso de transformaciones comenzó en 2008 con la demanda de «cambios estructurales», pero está resultando una reorganización económica y un análisis del trabajo del Partido. Así, se mantiene una lealtad discursiva a los valores que fundaron el tipo de socialismo construido por décadas en Cuba, pero no un rechazo explícito a algunas de sus prácticas, perjudiciales para la ampliación de la construcción democrática. Ello pone de manifiesto lo incompleto del programa de cambios, y la dificultad para relaborar un tipo de política que tenga como interlocutora a toda la sociedad, capaz de proponer un nuevo horizonte nacional y de definir con claridad el nuevo modelo que se busca construir.

Lo viejo

A pesar de todo lo anterior, las nuevas políticas no han dejado atrás viejas lógicas y prácticas obsoletas sobre el socialismo, que hoy limitan el proceso de cambios. Es imposible resolver problemas sin cambiar la mentalidad que los creó, como lo es también resolver un problema con medios que no intervienen, transformándola, la estructura del propio problema, o que resultan limitados frente a la escala del dilema que buscan resolver. Asimismo, es insostenible andar el mismo sendero, si lo más «ecológico» resulta caminar en otra dirección.

Cuando el documento de la Conferencia Nacional del PCC afirma que es necesario «transformar, con un carácter más flexible y nuevos métodos, la atención» a las organizaciones estudiantiles y «reforzar la atención» a las organizaciones de masas, se repite una fórmula empleada desde hace décadas, no se plantean soluciones distintas. En vez de «perfeccionar» este modelo de relación, se trataría de conceder completa autonomía a dichas organizaciones, constitucionalizarlas en su interior con la obligación de un funcionamiento democrático y procesar políticamente el liderazgo del Partido hacia ellas, creando una combinación de actores efectivos de poder y abriendo canales de representación múltiple de lo social.

El mismo documento llama a «fortalecer la unidad nacional en torno al Partido y la Revolución (…), sobre la base de que Patria, Revolución y Socialismo están fusionados indisolublemente» y se critica la «falsa unanimidad». La convocatoria al IV Congreso del PCC, celebrado en 1991, refutaba también la unanimidad. Sin embargo, se sigue reivindicando una doctrina de Estado que determina la existencia de una voluntad política única —la estatal— sobre las voluntades políticas presentes en la sociedad. Por ello, la unidad deviene unanimidad, pues expresa no una voluntad política unificada sino única: una soberanía popular concebida de modo unitario. Por otra parte, se establece una continuidad entre el uso actual del concepto y el contenido que la unidad poseía en 1959. Sin embargo, su plataforma partía entonces de organizaciones con carácter independiente, con una identidad caracterizada en su membresía y medios de comunicación propios. Hoy la convocatoria a la unidad no parte del reconocimiento previo de diferencias sustantivas de origen —en tanto organización político institucional de la diversidad de opiniones—, y termina conduciendo implícitamente al unanimismo, pues reclama la unión no desde la diferencia, sino desde la uniformidad.

Sería preferible afirmar el valor de la diversidad para desde ella construir articulaciones unitarias. Simultáneamente, sería revolucionario recuperar el nacionalismo democrático elaborado en Cuba por José Martí, que, sin marcar ideológicamente a la nación, procesa al unísono la inclusión social del pueblo y la igualdad política de la ciudadanía. La formulación de un nuevo proyecto de país supone aprender a procesar los desacuerdos, sin penalizar diferencias expresadas en virtud de un derecho fundamental, y considerar republicanamente el patriotismo: una pasión política que encuentra la patria allí donde se respetan todos nuestros derechos y nos exige lealtad al orden que lo hace posible.

Otro antiguo problema recurrente es que se anuncian fines extraordinarios y se propone un conjunto de medios ordinarios para alcanzarlos. Se conmina a la burocracia —calificada de enemiga pública del proceso de cambios— a deponer su poder y rendirse como actor político. Se le define simplemente como exceso de funcionariado, en lugar de encontrar el origen del poder burocrático en la carencia de control social, la cultura limitada de práctica de derechos y la desigualdad sostenida del consumo. Por ello, sería revolucionario «entrar a saco» al repertorio de principios que podrían impedir la reproducción de la burocracia como clase política: rotación frecuente de los ocupantes de cargos, límites temporales de mandato para todo el funcionariado, electividad de los cargos estatales que cumplen funciones públicas, incompatibilidad de funciones, autonomía de poderes públicos, canales de reclamación ante decisiones tomadas por funcionarios, combate contra los privilegios, apertura de la vía judicial para reclamaciones ante el mal desempeño de la gestión o lesión de derechos y, sobre todo, aquellos que atañen al control «externo» de la burocracia: estimular la autoorganización social para experimentar formas liberadas de organización de la vida personal, grupal y social, así como potenciar formas de poder negativo en manos de la ciudadanía que le permitan disputar con éxito decisiones estatales.

Se llama a «cambiar métodos y estilos de trabajo» —una demanda surgida hace varias décadas—, pero no se ventila política ni teóricamente la crítica del legado de los partidos «de vanguardia» en el siglo xx. Su desempeño produjo la expropiación por el liderazgo de la vida política en las bases partidistas, la burocratización extrema de su funcionamiento interno, la interacción impositiva con la sociedad, el extrañamiento «de las masas», la ideologización sectaria y excluyente del poder y la dificultad esencial para manejar la diversidad social.

El PCC no está sujeto a un deber constitucional de funcionamiento democrático ante toda la sociedad. Frente al incumplimiento de los deberes específicos del Partido, solo sus militantes pueden reclamar derechos. Esta diferencia entre derechos de los militantes y derechos de los ciudadanos respecto a la actuación de «la fuerza dirigente superior de la sociedad y el Estado» mantiene una tensión conceptual y política, no resuelta desde 1976, en lo que atañe a la participación política de la ciudadanía en igualdad de condiciones ante la ley. Resolver esta contradicción supone replantearse revolucionariamente las funciones del Partido y el Estado y sus identidades: el Partido debería cumplir una función «político moral» —según la definía Gramsci—, que se legitime en la interacción política igualitaria entre actores empoderados y abra canales eficaces de control sobre su propio desempeño a favor de la ciudadanía; y el Estado debe seguir un criterio institucional de la política —ser un ente público no restrictivamente ideologizado.

Se combate la corrupción y es perseguida a través de controles, inspecciones y normativas, pero también sería revolucionario otorgar el control sobre el proceso productivo a los trabajadores, para que sean estos quienes lo produzcan democráticamente en sus propias empresas, a través de un proceso de descentralización que empodere primero a los trabajadores y luego a los administradores y jefes.

Einstein aseguraba que era más fácil romper un átomo que un prejuicio. El prejuicio surge de —y justifica un— complejo material de intereses y una específica distribución de poder en la sociedad. Acabar con los prejuicios y los viejos hábitos necesita romper esa estructura nuclear, y encarar una redistribución del poder dentro de la sociedad cubana que privilegie las acciones encaminadas a —es el único privilegio que puede permitirse la democracia— sostener la política como un espacio abierto para la intervención del conjunto de la ciudadanía sobre las normas que rigen su destino. El futuro

El proceso de debate sobre los Lineamientos del VI Congreso del PCC contribuyó a discutir más allá de los medios y de la planificación técnica de las reformas, y motivó el examen sobre la naturaleza de un nuevo modelo socialista. Ese debate apenas se inició, y está lejos de haber producido un consenso sobre el socialismo que se busca, en un mundo donde, por solo mencionar algunos, los casos de China, Venezuela o Corea del Norte recuerdan que no existe una representación única de este concepto.

Es necesario continuar esos debates, más allá de una discusión acotada sobre medios, que permitan ampliar intensivamente los contenidos del «pacto social», mediante un ejercicio genuinamente democrático. La política democrática es la construcción colectiva de sentidos y de medios para vivir de acuerdo con ellos. El sentido del «socialismo» debe ser procesado en confrontación con los imaginarios existentes en la Isla, con la historia social vivida por ella y debe ser el primer tema de una discusión abierta a la disputa de alternativas. La imaginación sobre la revolución en Cuba necesita, ciertamente, de una nueva experiencia civilizatoria de la sociedad en relación consigo misma, que se entienda como democratización de todos los órdenes de la vida social.

El curso político actual critica las «desviaciones y errores» cometidos por tradición, pero un sistema que debate solo sobre medios está siempre debatiendo a posteriori. No alienta una esfera pública que posibilite discutir los fines del sistema, para fortificar la vida política de la ciudadanía y la autonomía en la elección de sus fines. Sin embargo, la construcción de un espacio democrático supone, precisamente, albergar la lucha social por el sentido de lo político.

El lenguaje popular cubano repite con mucha frecuencia estas frases: «no es fácil» y «vamos a ver». Ambas expresan un sentido inscrito en la cultura política nacional: todo lo fácil se convierte en difícil, lo difícil en imposible y se cree únicamente cuando se ve.

«No es fácil» asumir con éxito desafíos de la magnitud de los que se debaten en Cuba: defender la diferencia, promover la diversidad y combatir la desigualdad y la discriminación; trasformar el sistema estatal —el último Congreso del PCC que se pronunció sobre esto ocurrió en 1991— para hacerlo más representativo, garante de formas eficaces de participación ciudadana y de toma pública de decisiones; democratizar la propiedad y su gestión; potenciar la economía política popular sobre la economía del capital; establecer una planificación democrática para la economía; separar rigurosamente el Partido del Estado y fortalecer ambos para sus funciones respectivas; delimitar las atribuciones entre órganos elegidos y no elegidos; restituir el peso de las instituciones y de las organizaciones sociales en la vida pública nacional; promover el desarrollo institucional del gobierno; postular una política firme de desarrollo de la infraestructura de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, y del acceso masivo a ellas; afrontar el relevo político generacional; estipular una reforma migratoria que defienda los derechos ciudadanos y proteja la seguridad nacional; propiciar que el sector estatal y el no estatal sean responsables social y ambientalmente; organizar formas materiales desmercantilizadas de organización de la cultura y el esparcimiento; descentralizar el poder político de modo que sea posible hacer política nacional desde lo local; recomponer el tejido nacional a través de una nueva relación con la emigración cubana; establecer relaciones soberanas e independientes y al mismo tiempo negociadas con el gobierno de los Estados Unidos; superar el bloqueo norteamericano y evitar la sujeción del país a la cultura mercantil si este fuese levantado; entre muchos otros.

«Vamos a ver» si puede radicalizarse democráticamente el socialismo. Pero el nacional escepticismo que contiene la frase puede ser derrotado solo con garantías: «ver para creer».

Hasta el momento, no ha habido marcha atrás en las decisiones aprobadas por el VI Congreso y se están tomando a través de un cauce institucional, que impide su retroceso por decisiones unilaterales. Es necesario que la Conferencia Nacional abra un camino más allá de su documento base, hacia todo lo que necesita el país en este momento.

Con todo, la democracia es siempre una pedagogía: se «ve» lo que a diario se actúa, se educa y se vive. Una política democrática construye las garantías y auspicia con ellas su esperanza: inscribe su fuerza y construye sus derechos desde abajo, escribe en la ley el contenido de su poder y sus derechos, desarrolla su Constitución según los cambios en las condiciones del proyecto, la reforma democráticamente, se obliga a cumplirla y establece consensos sobre sus retos. Quizás se encuentre aquí un camino para llegar a un nuevo lugar. Esto no es una utopía, es un ideal: ser para creer.

Este texto se escribió originalmente para la revista "Socialism and Democracy", de los EEUU. Esta versión en español ha aparecido en la revista cubana Temas, febrero 2012

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Las FARC anuncian la liberación de todos los prisioneros de guerra en su poder, diez en total


Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP
Agencia de Noticias Nueva Colombia (ANNCOL.info)

Cada vez que las FARC-EP hablamos de paz, de soluciones políticas a la confrontación, de la necesidad de conversar para hallar una salida civilizada a los graves problemas sociales y políticos que originan el conflicto armado en Colombia, se levanta enardecido el coro de los amantes de la guerra a descalificar nuestros propósitos de reconciliación. De inmediato se nos endilgan las más perversas intenciones, sólo para insistir en que lo único que cabe con nosotros es el exterminio. Por lo general, los mencionados incendiarios nunca van a la guerra, ni les permiten ir a sus hijos.

Son casi 48 años en lo mismo. Cada intentona ensayada ha redundado en un subsiguiente fortalecimiento nuestro, frente al cual vuelve a agrandarse la embestida y a reiniciarse el círculo. El fortalecimiento militar de las FARC de hoy se levanta en las narices de quienes proclamaron el fin del fin y los incita a proclamar la necesidad de acrecentar el terror y la violencia. Por nuestra parte consideramos que no caben más largas a la posibilidad de entablar conversaciones.

Por eso queremos comunicar nuestra decisión de sumar a la anunciada liberación de los seis prisioneros de guerra, la de los cuatro restantes en nuestro poder. Al agradecer la disposición generosa del gobierno que preside Dilma Rousseff y que aceptamos sin vacilación, queremos manifestar nuestros sentimientos de admiración para con los familiares de los soldados y policías en nuestro poder. Jamás perdieron la fe en que los suyos recobrarían la libertad, aún en medio del desprecio y la indiferencia de los distintos gobiernos y mandos militares y policiales.

En atención a ellos, quisiéramos solicitar a la señora Marleny Orjuela, esa incansable y valiente mujer dirigente de ASFAMIPAZ, que acuda a recibirlos en la fecha acordada. A tal efecto, anunciamos al grupo de mujeres del continente que trabajan al lado de Colombianas y Colombianos por la Paz, que estamos listos a concretar lo que sea necesario para agilizar este propósito. Colombia entera y la comunidad internacional serán testigos de la voluntad demostrada por el gobierno de Juan Manuel Santos que ya frustró un feliz final en noviembre pasado.

Mucho se ha hablado acerca de las retenciones de personas, hombres o mujeres de la población civil, que con fines financieros efectuamos las FARC a objeto de sostener nuestra lucha. Con la misma voluntad indicada arriba, anunciamos también que a partir de la fecha proscribimos la práctica de ellas en nuestra actuación revolucionaria. La parte pertinente de la ley 002 expedida por nuestro Pleno de Estado Mayor del año 2000 queda por consiguiente derogada. Es hora de que se comience a aclarar quiénes y con qué propósitos secuestran hoy en Colombia.

Serios obstáculos se interponen a la concreción de una paz concertada en nuestro país. La arrogante decisión gubernamental de incrementar el gasto militar, el pie de fuerza y las operaciones, indica la prolongación indefinida de la guerra. Ella traerá consigo más muerte y destrucción, más heridas, más prisioneros de guerra de ambas partes, más civiles encarcelados injustamente. Y la necesidad de recurrir a otras formas de financiación o presión política por parte nuestra. Es hora de que el régimen piense seriamente en una salida distinta, que empiece al menos por un acuerdo de regularización de la confrontación y de liberación de prisioneros políticos.

Deseamos finalmente expresar nuestra satisfacción por los pasos que se vienen dando hacia la conformación de la comisión internacional que verificará las denuncias sobre las condiciones infrahumanas de reclusión y el desconocimiento de los derechos humanos y de defensa jurídica, que afrontan los prisioneros de guerra, los prisioneros de conciencia y los presos sociales en las cárceles del país. Esperamos que el gobierno colombiano no tema y no obstruya esta legítima labor humanitaria propulsada por la comisión de mujeres del continente.

Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP
Montañas de Colombia, 26 de febrero de 2012

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Los embates del gran capital contra el mundo del trabajo


Adrián Sotelo V. Rebelión

El gran capital, representado en la UE por la llamada troika —integrada por la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo—, ha emprendido una furiosa cruzada contra los trabajadores y el mundo del trabajo para tratar de resarcirse de la profunda crisis que asola al capitalismo europeo y mundial.

Desde 2008—2009, que marcó la anterior crisis, y que tuvo como epicentro a Estados Unidos, los poderosos dueños de los bancos y de las bolsas de valores han impulsado, a través del Estado capitalista, una serie de medidas de austeridad cuyo objetivo declarado formalmente es contrarrestar—y superar— el déficit del gobierno que en una buena parte de los países europeos, pero en particular, en los de la Eurozona, rebasa con creces el límite máximo de 3% impuesto por la Unión Europea. Los países hasta ahora más afectados son Grecia, España y Portugal, donde en los últimos meses se han aprobado, por los dóciles parlamentos y gobiernos de esos países, una serie de medidas de austeridad contra la población que atentan contra sus derechos económicos, sociales y humanos, sin que hasta ahora se vislumbren indicios de una pronta salida a la crisis.

Por vez primera los voceros del gran capital internacional temen que esta no sea solamente una crisis regional, sino que se pueda convertir, en el transcurso de 2012, en crisis mundial, que va a afectar a los países dependientes y subdesarrollados (por cierto mal llamados países "en vías de desarrollo" o "emergentes") que venían experimentando aumentos importantes en sus tasas de crecimiento en los últimos años. Nos referimos, en particular, a los sudamericanos (como Brasil y Argentina) que de alguna manera soportaron la crisis anterior gracias a su fuerte vinculación y dependencia de la dinámica de la economía China que experimentaba sustanciales incrementos internos de sus tasas de crecimiento, así como de sus importaciones de aquella región.

Los informes actuales de organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) e, incluso, de los propios miembros del gobierno chino, revelan que también este país está experimentando, aunque en menor medida que las demás regiones económicas del mundo, una cierta desaceleración de su proceso de crecimiento económico que va a afectar, en menor o mayor grado, a los países que dependen de la dinámica de su comercio internacional.

En este contexto de crisis estructural del capitalismo salvaje el mundo del trabajo, vale decir parafraseando a Marx, el conjunto de procesos productivos y de relaciones sociales de producción que crean y regeneran la producción de valor y de plusvalor a través de la explotación del trabajo por el capital, está sometido a un profundo ataque en los elementos centrales que lo constituyen, tales como reducción de los empleos y aumento del desempleo; reducción de los salarios y de los ingresos reales de los trabajadores; en las funciones que éstos desempeñan y en las categorías bajo las que el capital los contrata para desplegar sus labores. De manera particular el gran capital, a través del Estado (y éste de los parlamentos y de los partidos políticos), han desplegado una campaña en contra de los derechos históricos conseguidos por las luchas de los trabajadores a lo largo del siglo XX, tales como el conjunto de prestaciones que constituyen una forma del salario indirecto, la reducción de la jornada laboral y los tiempos de jubilación y las pensiones que son las formas de vida útil para subsistir una vez que el trabajador deja de estar formalmente contratado.

Insistimos en que la actual —como la anterior de 2008–2009— no es una crisis financiera, una crisis monetaria o de déficit del sector público, por más que éstos sean partes constituyentes de ella, y se manifiesten en los comportamientos de los bancos y de las bolsas de valores de todo el mundo. En el fondo la crisis radica, a nuestro juicio, en el hecho de que el sistema capitalista, o más exactamente el modo capitalista de producción universal, presenta cada vez más límites estructurales en la producción de valor y de plusvalor que atentan y afectan directamente a la tasa de ganancia promedio y extraordinaria del gran capital internacional. Este, en sí mismo, no produce valor; sólo el trabajo, bajo el concepto de tiempo de trabajo socialmente necesario para la producción y reproducción de las mercancías y de la propia fuerza de trabajo, puede hacerlo bajo las relaciones sociales capitalistas de producción y apropiación cimentadas en la propiedad privada, en la dinámica del mercado y en las condiciones estructurales y superestructurales que dicta el estado través de leyes, códigos, reglamentos y medidas represivas que garanticen el buen funcionamiento de lo que István Mészáros denomina metabolismo social del capital, que devora y destruye hombres, recursos naturales y materiales para garantizar el orden existente y su reproducción.

Sin embargo, este proceso no es lineal, sino dialéctico y contradictorio ya que al mismo tiempo en que el capital reproduce su rentabilidad en los bancos y bolsas de valores con la especulación y la centralización, al mismo tiempo reduce la masa y la tasa de plusvalor lo que en el largo plazo termina por castigar a la tasa de beneficio. Entonces al capital —y al mundo empresarial ligado a él— sólo le queda el recurso de incrementar la explotación del trabajo a través de lo que Marini denomina superexplotación, que implica la constante propensión a expropiar, incluso, parte del fondo de consumo de la fuerza de trabajo para convertirlo en una fuente suplementaria de la acumulación de capital, junto al aumento de la intensidad promedio del trabajo de los ocupados en activo, de la jornada laboral y la rebaja de los salarios y prestaciones para compensar las caídas en la producción de plusvalor.

Hasta ahora este círculo vicioso tiene un punto de inflexión en los actuales intentos de reformar las leyes laborales con el objetivo de reglamentar y legalizar las condiciones de superexplotación del trabajo, la precariedad laboral y la flexibilización, en tanto piezas clave para romper la unidad económica, social y política del mundo del trabajo, y de esta manera, profundizar, aún más, las medidas de austeridad y la políticas neoliberales en curso.

En otra dimensión del lenguaje dialéctico, no unidimensional ni posmoderno o romántico, esto se llama lucha de clases, que hasta ahora ha sido ganada por el capital y el Estado gracias a la profunda fragmentación social y, sobre todo, política, que la clase obrera y el mundo del trabajo experimentaron, particularmente, a partir de la década de los años ochenta del siglo pasado.

La reciente reforma laboral implementada por el gobierno derechista de Mariano Rajoy, es un precioso baluarte del proceso de flexibilización, precarización y construcción de un sólido acueducto que de cause a la libre entrada de la superexplotación del trabajo y que adelanta las medidas que se habrán de tomar, en el corto y mediano plazos, para garantizar la continuidad de las políticas neoliberales que, probablemente, hagan innecesaria la puesta en marcha de un "plan" o "programa" de recate elaborado por la Troika para la economía española.

Al respecto, nos dice Vicenç Navarro, que la reforma laboral "…es la más agresiva que haya existido en España en su periodo democrático…tiene como objetivo reducir los salarios a base de intervenciones que intentan debilitar al mundo del trabajo; como son la facilitación del despido (que inevitablemente aumentará el desempleo), la descentralización y debilitamiento de los convenios colectivos y el debilitamiento muy marcado de la protección social (con reducción muy acentuada de derechos laborales y sociales que la clase trabajadora y otros sectores de las clases populares habían adquirido). Los recortes en gasto público social, con reducción de las transferencias, como las pensiones, así como del gasto en los servicios del Estado del bienestar, tienen también como objetivo debilitar al mundo del trabajo, diluyendo la universalidad de tales servicios, convirtiéndolos en servicios de beneficencia, de tipo asistencial. Hoy, las clases populares en España están sometidas al ataque más frontal que hayan experimentado en el periodo democrático, bajo el pretexto de aumentar la competitividad." ("Salarios y competitividad (I)", en: rebelión: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=145263&titular=salarios-y-competitividad-(i)-, 25 de febrero de 2012).

La voracidad del gran capital se revela en las declaraciones del presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, cuando dice que el recientemente aprobado "rescate" de Grecia, el 21 de febrero de 2012, por un monto de 130 mil millones de euros, puede ser insuficiente y, quizás, se requiera de la implementación de un tercer paquete condicionado, sin embargo, a los resultados que arroje el segundo; es decir, de acuerdo como el gobierno implemente e imponga las medidas de superexplotación y austeridad social contra la población (El país on line: http://economia.elpais.com/economia/2012/02/25/actualidad/1330146234_949691.html. Y aquí las reformas regresivas y autoritarias desempeñan un papel central dentro de las estrategias patronales de recuperación de la crisis.

De esta forma, el mundo del trabajo está sometido a una profunda reestructuración y regresión social y laboral, que pone en jaque la posibilidad de que se mantengan las condiciones de trabajo y de seguridad social que mínimamente había garantizado el llamado Estado (capitalista y autoritario) de "bienestar social".

Lo que se asoma en el horizonte es que las políticas neoliberales y protocapitalistas seguirán profundizándose al ritmo en que se profundice la crisis, y en la medida en que se multipliquen y se hagan más complejas las problemáticas de la producción del plusvalor en el capitalismo contemporáneo.

Por todo ello, la respuesta de la clase trabajadora está por venir.

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En Siria puede estar en juego el inicio de un cambio en la situación estratégica internacional

Ernesto Gómez Abascal Rebelión

Es verdad, la Guerra Fría concluyó a finales del pasado siglo con la desaparición de la Unión Soviética y los países socialistas en Europa, pero el plan estadounidense de dominación global plasmado en el documento conocido como “El Nuevo Siglo Americano” (Project for the New American Century) y elaborado por un grupo de estrategas neoconservadores y sionistas, continúa en la mente de los políticos de Washington.

El control del Cercano Oriente debido a sus riquezas energéticas y posición geográfica estratégica, la eliminación de aquellos gobiernos que se enfrenten o interfieran sus intereses y excluir la emergencia de nuevas grandes potencias rivales, permanecen como prioridades en la agenda imperial, ya sea para demócratas como para republicanos.

Si las cosas no les han estado saliendo bien en Afganistán e Irak, ello no los llevará a cambiar de planes, solamente tratarán de ajustarlos a las nuevas condiciones. En definitiva, tienen una larga experiencia en métodos de “cambios de régimen”. En América Latina los conocemos bien.

En Libia, incluida desde hace años en la lista de siete países cuyos gobiernos debían ser cambiados [1] , lograron un éxito inicial, y aprovechando las incoherencias y cierta impopularidad de su máximo líder, tras intensa campaña mediática alcanzaron una cobertura de la Liga Árabe que les facilitó la resolución del Consejo de Seguridad, para bombardearla con aviones de la OTAN , destruir buena parte de su infraestructura, asesinar a miles de libios e instalar en Trípoli un gobierno subordinado a sus intereses. Ahora el abundante petróleo libio está más disponible para las empresas estadounidenses y europeas, aunque el caos creado en el país, no deja de provocar un futuro lleno de incertidumbre.

Cuando esto sucedía en Libia, ya la CIA y sus aliados de los Servicios Especiales de la OTAN , venían trabajando sobre el próximo en la lista: Siria. Es reconocido que en Turquía y otros países enemigos de Damasco, especialmente los miembros del Consejo de Cooperación del Golfo, y en áreas de Líbano bajo control de la Coalición del 14 de marzo (dirigida por el clan Hariri, pro saudita y vinculado al gobierno francés), se entrenaron y armaron cientos de sirios, predominantemente sunnitas pertenecientes a la organización ilegal y extremista de los Hermanos Musulmanes, pero también mercenarios de otros países árabes, incluidos comandos preparados para operaciones especiales. Estos recibieron armamento moderno y abundante, equipos de comunicación sofisticado e información obtenida por las redes satelitales de la OTAN.

El gobierno de Damasco, predominantemente alawita [2] , firme aliado de Irán y soporte importante de las fuerzas patrióticas libanesas encabezadas por Hizbulá, que controlan el poder en Beirut, tenía –como tienen todos los de la zona y de una buena parte del mundo, incluidos los países más desarrollados–, problemas reales: represión, falta de democracia y corrupción, y esto provocaba malestar en una parte de la población, que se manifestó al inicio alentada por lo que sucedía en otros lugares de la región, siendo reprimida especialmente donde se originaron, en la sureña ciudad de Daraa, justo en la frontera con Jordania.

La maquinaria de guerra mediática se puso inmediatamente en funcionamiento al igual que hicieron con Libia. Aún sin que sucedan cosas de este tipo, en Cuba, Venezuela y otros países latinoamericanos, somos expertos en conocer como funciona esto, llevamos muchos años sufriéndolo y también sabemos como combatirlos, a pesar de tener condiciones materiales desventajosas debido a los inmensos recursos de propaganda que posee el enemigo.

Contra Siria fueron a por todo. Aún con los defectos que puedan señalársele, su gobierno practicaba una política no sectaria en lo religioso y de relativa justicia social, antimperialista y antisionista, era un aliado de las causas progresistas del llamado Tercer Mundo y un obstáculo a los planes de EEUU e Israel en la región. No tienen serio fundamento quienes alegan, para desprestigiarla, que su política de paz, servía a los intereses de Israel.

Poner un gobierno prooccidental en Damasco, propiciaría el cambio de gobierno en Líbano y posiblemente una nueva guerra allí para liquidar el poder de Hizbulá, ambos aliados de Irán y considerados enemigos por las monarquías sunnitas del Golfo, plegadas a la política de Occidente, que les ofrece protección frente a una pretendida amenaza persa, aunque desde allí, en siglos, no se ha iniciado una guerra contra sus vecinos árabes.

Consumado este plan, irían sobre Teherán con esa fuerza más y en el camino doblegarían la resistencia palestina, obligándola a aceptar las migajas de territorio y los mínimos derechos que los sionistas de Israel estuvieran dispuestos a ofrecerles. El “Gran Medio Oriente” estadounidense se completaría con su extensión a Asia Central y el cerco a Rusia y China quedaría tendido.

Sin embargo Siria no es Libia. Aunque sus dirigentes han cometido innegables errores y actuado con extrema lentitud frente a la conspiración y los planes de sus poderosos enemigos, y perdieron mucho tiempo y terreno, al parecer cuentan con apoyo y recursos internos suficientes para hacerle frente a sus enemigos y derrotarlos, aunque les cueste un alto saldo en destrucción y muerte.

La clara visión de esta perspectiva, parece que fue lo que hizo levantar la mano de los representantes de estas dos potencias en el Consejo de Seguridad el pasado 4 de febrero, para vetar la resolución que, sin importar el contenido de su texto –como ocurrió en el caso de Libia–, abriría las puertas a la intervención extranjera para destruir el país e imponer un cambio de régimen. Las máximas autoridades de ambos países han declarado claramente que existe una línea roja y no están dispuestos a permitir una intervención militar extranjera en Siria.

La firmeza de Moscú y Beijing, y la colaboración que están prestando al gobierno sirio, parece comenzar a cambiar la situación sobre el terreno. El ejército libanés ha sido movilizado hacia la frontera para tratar de impedir que continúe la penetración de suministros y mercenarios hacía la cercana zona de Homs, centro de la sublevación contra el gobierno y cuya ciudad han querido convertir en la Benghazi siria. En los últimos días las fuerzas del gobierno sirio han pasado a la ofensiva allí.

El gobierno de Bagdad, más cercano ahora a la influencia de Irán que a la estadounidense, también está tratando de evitar que extremistas islámicos sunnitas, vinculados posiblemente a Al Qaeda, quienes reciben financiamiento de Arabia Saudita y Qatar, continúen penetrando en territorio sirio. Los últimos atentados terroristas contra población chiita en varios lugares de Iraq, parecen llevar el mensaje de protesta de sauditas y estadounidenses por los cambios de posición, favorables a Siria, adoptados por el gobierno iraquí.

Turquía y Jordania, otros dos países que adoptaron posiciones beligerantes contra el gobierno de Damasco, comienzan a hacer declaraciones más moderadas. Incluso se perciben señales de preocupación en las capitales occidentales ante la posibilidad de que fuerzas islámicas extremistas, afines a Al Qaeda, puedan llegar al poder en Siria en caso de que el gobierno actual sea derrocado.

La situación es muy fluida y en extremo compleja, pero si Siria logra resistir y vencer la agresión imperialista-sionista-contrarrevolucionaria, y si Rusia y China se mantienen firmes en su oposición a la agresión, ello podría implicar una derrota de dimensiones estratégicas. Irán saldría fortalecido y nuevas alianzas podrían establecerse para oponerse a los planes de dominación imperialistas. Los países del grupo BRICS, los nuevos países independientes de América Latina, especialmente el núcleo duro reunido en la Alternativa Bolivariana para las Américas, coincidentes en las principales posiciones de una política exterior que se oponga a la agresión; privilegie la solución de los conflictos por vías negociadas; y defienda la justicia, la soberanía y la no intervención, podrían iniciar el comienzo de un nuevo balance multipolar del mundo.

La grave crisis económica que afecta a las grandes potencias capitalistas y el debilitamiento que ello implica, junto a un auge del movimiento de los indignados, también podría ser una importante contribución a este posible nuevo escenario.

* Ernesto Abascal es cubano, fue embajador en Iraq

[1] Información revelada por el Gral. ® Wesley Clark, Cmdte. en Jefe de la OTAN en entrevista cn Ammy Goodman en el 2007. Incluía a: Irak, Siria, Líbano, Libia, Somalia, Sudán e Irán.

[2] Secta de la rama chiita del Islam, pero que es minoritaria entre la población siria.

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China, el mayor logro de la historia económica mundial

John Ross Key Trends in Globalisation

El fin del desarrollo económico es el de mejorar las condiciones de los seres humanos. Robert Lucas lo dijo de manera elocuente, en palabras muchas veces citadas, al examinar las consecuencias de las diferentes tasas de crecimiento económico: "No veo cómo uno puede mirar esas cifras sin verlas como posibilidades. ¿Hay alguna acción que un gobierno de la India pudiese realizar para enrumbar la economía hindú hacia el crecimiento?... Las consecuencias para el bienestar humano implicadas en preguntas como estas son sencillamente asombrosas: Una vez que uno empieza a pensar en ellas, es difícil pensar en cualquier otra cosa".

En este contexto, habría que decir, sobria y consideradamente, que la economía china desde 1978 es el logro económico más grande de la historia mundial. Este artículo lo demuestra en el prosaico lenguaje de las estadísticas. Pero, por supuesto, esa no es la cuestión de fondo. Lo que realmente cuenta son sus consecuencias para los seres humanos - el salir de la pobreza, el mejoramiento de sus expectativas de vida, las mejoras en la salud, el expandir el potencial para la educación, las mejoras en la situación de la mujer, y muchas otras dimensiones. Las estadísticas económicas simplemente fundamentan esta mejora de las condiciones humanas.

La escala de los logros económicos de China

Un problema a la hora de evaluar la verdadera escala de los logros económicos de China es que a menudo se hace uso de estadísticas parciales para presentarlos. En algunas de ellas, por ejemplo, el que China se haya convertido en la segunda economía más grande, o que ha sacado a 620 millones de personas de la pobreza internacionalmente definida, son extremadamente poderosos (Quah, 2010). Sin embargo, dado que son parciales, no capturan toda la magnitud de lo que ha ocurrido. Sólo cuando se usan datos sistemáticos es que la dimensión real de los logros de China se vuelve clara.

Otra vez, aún cuando se intentan comparaciones sistemáticas, la escala de los logros económicos chinos a menudo es subestimada porque se utilizan medidas inapropiadas. Por ejemplo, al comparar las tasas de crecimiento económico, calculando las contribuciones al bienestar económico, es engañoso el tomar países individuales como unidades de comparación, en lugar de la proporción de la población mundial afectada, ya que el crecimiento económico rápido en un país pequeño evidentemente contribuye menos al bienestar humano que el crecimiento rápido en un país grande.

Para hacer una comparación sistemática inicial, por lo tanto, el cuadro 1 muestra el porcentaje de la población mundial afectada en el momento en el que comenzó el crecimiento rápido sostenido en las mayores economías. Por ejemplo, el primer país en experimentar el crecimiento rápido sostenido fue el Reino Unido durante la Revolución Industrial - lo que tuvo lugar en un país con 2.0 por ciento de la población mundial. El crecimiento rápido sostenido en los EE.UU. luego de la Guerra Civil tuvo lugar en un país con 3.3 por ciento de la población mundial.

Hay, claro está, argumentos a favor de algunos países individuales que se podrían agregar a la comparación - por ejemplo, Italia desde 1950 (1.9 por ciento de la población mundial) o España desde 1960 (1.0 por ciento de la población mundial). Pero es evidente, a partir de los datos, que esos países extras no hacen ninguna diferencia con respecto a la situación de fondo.

Ninguna otra economía que haya iniciado el crecimiento rápido sostenido, tan siquiera se aproxima el 22.3 por ciento de la población mundial de China en 1978, al inicio de sus nuevas políticas económicas. En comparación, el crecimiento rápido sostenido de Japón luego de la Segunda Guerra Mundial ocurrió en un país con 3.3 por ciento de la población mundial, y el crecimiento de los cuatro "tigres" asiáticos (Hong Kong, Singapur, Corea del Sur y Taiwán) tuvo lugar en economías con 1.4 por ciento de la población mundial.

Sólo el crecimiento económico sostenido de la India después de fines de los 1980's, en un país con 16 por ciento de la población mundial, empieza a aproximarse al logro de China en cuanto a escala, pero el porcentaje de la población mundial afectada sigue siendo menor que el de China, así como su tasa de crecimiento.

Introducir la necesaria corrección del tamaño de la población también pone en evidencia que el método utilizado a veces de ordenar los países de acuerdo al tamaño es engañoso. Para ver por qué sólo hay que notar el hecho de que, si se usan los tipos corrientes de cambio, en los cuadros del Banco Mundial de 2010, el último año del que se tienen estadísticas completas, 87 de los países de los que se tiene información tienen un PIB per cápita más alto del de China y 83 países tienen uno más bajo. Esto aparentemente coloca a China más o menos en la mitad de la lista mundial. Cuando la República Popular de China fue fundada en 1949, o cuando se lanzaron las reformas económicas, en 1978, China era uno de los países más subdesarrollados del mundo y ésto podría aparecer como un desempeño bastante bueno; sin embargo, no refleja la magnitud de los logros de China.

La razón de ello es que el ordenamiento de los países no toma en cuenta su población relativa. Por ejemplo, entre los países que están por encima de China figuran Seychelles, Palau, St Kitts y Nevis, Dominica, y Antigua y Barbuda - todos ellos países con menos de 100 mil habitantes. Si se va a tomar en cuenta la verdadera posición internacional de China, entonces también hay que tomar en cuenta el tamaño de sus población. El Gráfico 1 muestra, por lo tanto, los porcentajes de la población mundial viviendo en países con un PIB per cápita por encima y por debajo del chino, y muestra las verdaderas dimensiones de los logros económicos de China.

En 1978, los países que tenían sólo 0,5 porciento de la población mundial tenían un PIB per cápita por debajo del chino, mientras que 73.5 por ciento tenían un PIB mayor. China, por su parte, respondía por el 25.9 por ciento de la población mundial para el cual hay datos disponibles. Al llegar al 2010, usando la misma medida, el porcentaje de la población mundial viviendo en países con un PIB per cápita mayor que el chino era de 31.3 por ciento - dada la rapidez del aumento, está claro que cuando se publiquen los datos de 2011, éstos mostrarán que menos del 30 por ciento de la población mundial vive en países con un mayor PIB per cápita que el de China.

Por lo tanto, en poco más de 30 años China, con más del 20 por ciento de la población mundial, ha ascendido, de ser uno de los países económicamente menos desarrollados del mundo, a una posición en la que menos de un tercio de la población mundial vive en países con un mayor PIB per cápita -una posición que China está mejorando rápidamente.

Si chequeamos estas estadística de precios corrientes contra la Paridad de Poder Adquisitivo (PPP, por sus siglas en inglés), que toma en cuenta los diferentes niveles de precios en los diferentes países, se confirma el mismo resultado. Medidos en PPPs en 1980, el primer año para el que hay disponibles estadísticas del Banco Mundial, sólo 1.3 por ciento de la población mundial vivía en países con un menor PIB per cápita que China y 73.0 por ciento lo hacía en países con un PIB mayor. Al llegar a 2010, sólo 31.5 por ciento de la población mundial vivía en países con un mayor PIB per cápita que China.

Otra forma de medir es comparar a China con el resto de la población mundial. Para hacerlo, la mejor medida no es el promedio dado que, por razones estadísticas conocidas, los promedios que cubren espectros muy amplios son excesivamente afectados por pequeños números de valores extremos. Esto es algo claramente confirmado por las cifras mundiales. Una medida mejor, estándard, de los ingresos se obtiene comparando la mediana - el valor que ocupa el punto medio exacto.

En 1978, el PIB per cápita de China sólo eral 42 por ciento de la mediana para el resto de la población mundial. En 2010, el PIB per cápita de China era un 289 por ciento de la mediana.

El que desde 1978 China, con más de un quinto de la población mundial, ha pasado de ser uno de los países más pobres en el mundo, a una situación en la que menos de un tercio de la población mundial tiene un PIB per cápita más alto es algo que no tiene precedente en la historia. Nunca antes en la historia humana, una proporción tan grande de la población mundial ha avanzado tan rápidamente.

De estos datos se desprende claramente una serie de conclusiones, además de la conclusión obvia de simplemente reconocer esto como un hecho de la historia económica. Pero, por el momento, basta con notar sobria y mesuradamente, que el de China es literalmente el mayor logro económico en la historia mundial.

Notas

Quah, D. (2010, May). 'The Shifting Distribution of Global Economic Activity'. Retrieved January 2, 2012, from London School of Economics: econ.lse.ac.uk/~dquah/p/2010.05-Shifting_Distribution_GEA-DQ.pdf

Traducido para Radio La Primerísima por Jorge Capelán.

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martes, 21 de febrero de 2012

España da lecciones de derechos humanos: en imágenes, la brutal golpiza a estudiantes

CubaDebate

La Policía española ha vuelto a hacer uso de la fuerza para dispersar una manifestación en Valencia de unas trescientas personas, en su mayoría estudiantes. Los agentes antidisturbios no han dudado en utilizar las porras y golpear a los manifestantes, informa Belén Toledo. Al menos hay diez detenidos, entre ellos tres menores de edad, y cuatro heridos.

La concentración ha partido del Instituto de Secundaria Lluís Vives hacia las dos y media de la tarde y ha sido convocada a través de las redes sociales en protesta por los recortes en educación y la actuación policial de la semana pasada contra los estudiantes del centro educativo, que finalizó en una quincena de detenidos y varios heridos, alguno de ellos con lesiones muy aparatosas.

Pasadas las tres de la tarde, la policía, que ha desplegado hasta 25 furgones, ha dispersado por la fuerza la marcha y los manifestantes se han dispersado por calles como Troya, Matemático Marzal y San Vicente Mártir. La situación que se vive en el centro de Valencia es la de agentes queintervienen de forma indiscriminada al tiempo que los jóvenes intentan volver a concentrarse y se dispersan para evitar los porrazos de los antidisturbios, informa Belén Toledo.

En un comunicado, la portavoz de EU en Les Corts, Marga Sanz, ha calificado la actuación policial de “absolutamente salvaje y descontrolada”. ”Estamos ante una ciudad tomada por la policía, que está dejando unas imágenes brutales de agresiones a chavales, a periodistas y a transeúntes cualquiera”, ha señalado.

Poco antes, los manifestantes habían cortado el tráfico al grito de “los ladrones a prisión y el dinero a educación” en la céntrica calle de Xátiva, frente a la estación del Norte y a pocos metros de la plaza del Ayuntamiento. En todo momento han estado bajo la vigilancia de la Policía mientras los vecinos y viandantes jaleaban a los jóvenes y criticaban la actuación policial por cargar contra “niños”.

Un portavoz del Cuerpo Nacional de Policía ha señalado que los agentes han sufrido el lanzamiento de objetos y “constantes provocaciones”. La marcha ha dejado varios desperfectos en mobiliario urbano, como postes informativos de la EMT y contenedores de residuos.

La delegada defiende a la Policía

Tras los incidentes de la semana pasada ya han sido varias las voces que se han levantado contra los “excesos” de la Policía en Valencia. Ante ello, los profesores del Lluís Vives han rechazado la “furia policial” a través de un comunicado. En tanto, la delegada del Gobierno ha salido hoy al paso y ha negado que hubiera “represión” policial contra los estudiantes. Paula Sánchez de León ha asegurado además que si se detecta ”extralimitación” de algún agente habrá “consecuencias”, igual que para quien actuó de forma ilícita.

La delegada se ha reunido con los portavoces parlamentarios de Esquerra Unida y Compromís, a los que ha pedido que “actúen con responsabilidad” y que no alienten conductas que pueden ser delictivas. Posteriormente, en rueda de prensa, ha incidido en que las protestas estudiantiles de la pasada semana fueron concentraciones no comunicadas, que no obstante transcurrieron con normalidad hasta que los manifestantes cortaron el tráfico de una de las calles “más importantes de la ciudad” y se zarandeó a un coche que intentaba pasar por allí.

Sánchez de León ha defendido que se pidió a los jóvenes que desalojaran la calle y que cesaran su conducta y, al no hacer caso, “la Policía actuó ante una situación de desorden y desacato”. La delegada, que ha destacado que no tiene constancia de denuncia o investigación alguna contra ningún agente, respalda a la Policía Nacional, porque “no hacerlo sería una irresponsabilidad”, pero esto “no significa que ampare la extralimitación de sus funciones, si es que las hubo”.

EUPV-Els Verds ha registrado esta mañana en el Congreso de los Diputados la solicitud decomparecencia del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, para que explique la intervención policial. La formación ha indicado que entre los detenidos la semana pasada dos han quedado en libertad con cargos tras prestar declaración ante la Policía y otros ocho han sido puestos a disposición judicial. A la petición de EUPV se ha sumado el PSOE, que también ha solicitado la presencia en la Cámara Baja del director general de la Policía Nacional, Ignacio Cosidó.

Concentración en Sol en “solidaridad”

Por otro lado, la Asamblea Interinstitutos de Madrid ha convocado una concentración en la Puerta del Sol en “solidaridad” con los estudiantes del IES Lluís Vives. En un comunicado, han denunciado ”la brutalidad policial que el pasado jueves se cebó con las y los estudiantes”, que protestaban contra los recortes, y más concretamente, por la falta de calefacción en el centro de estudios público que llevan arrastrando durante todo el invierno.

“Desde la Asamblea Interinstitutos condenamos y denunciamos las agresivas y desproporcionadas palizas policiales que se están sucediendo desde la mañana del jueves a alumnos en su mayoría menores de edad”, han dicho.

Además de calificar estos hechos como “impropios de un estado que se autocalifica como democrático”, los estudiantes madrileños consideran “como propia la lucha de sus ‘colegas’ valencianos en contra de los recortes y en defensa de una escuela pública, de calidad y con recursos como un derecho básico que no se puede recortar o privatizar utilizando como excusa la crisis”.

“Estos jóvenes colegas, compañeros de Valencia, representan una esperanza, ya que en una tierra como la de Valencia, testigo de las mayores tramas de corrupción de nuestra historia reciente y de cuantiosos despilfarros, son los mas jóvenes los que han dicho ‘¡basta!’”, han concluido.

Periodistas agredidos

Además de los estudiantes, al menos una redactora de RNE y un fotógrafo de La Vanguardiatambién han sido agredidos por la Policía, según han denunciado ambos medios en sus respectivas webs. “La redactora de RNE, Pura Gómez, ha sido agredida por un policía cuando se encontraba cubriendo la protesta estudiantil contra los recortes en educación y por las cargas policiales de la pasada semana”, ha asegurado en su página RTVE. Por su parte, La Vanguardia ha informado de que en una de las cargas fue golpeado uno de sus fotógrafos.

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Miles de personas recordaron a Alí Primera en la Marcha de los Claveles

Aporrea-Ciudad Caracas

Como ha ocurrido durante 27 años, este domingo se realizó en Paraguaná la Marcha de los Claveles y su vigilia, en la cual miles de personas, incluidos numerosos cantores populares de todo el país, se dieron cita para homenajear al cantor del pueblo. Personas de todas las edades caminaron varios kilómetros en una marcha sin igual, con decenas de cantores populares entonando canciones de Alí. En la tumba donde fue sembrado el cantor popular, se dieron cita Sol Musset, viuda del cantor; su mediohermano José Montecano, su sobrino Alí Alejandro Primera, su hijo Sandino Primera y decenas de personas que lo conocieron para rendirle homenaje a él, a Zobeida Candelaria Jiménez de Ochoa (Zobeyda La Muñequera, fallecida recientemente) y agradecer al pueblo venezolano su presencia.

Paraguaná se vistió de rojo este sábado 20, esta vez con los claveles enarbolados por centenares de niños, jóvenes, mujeres y hombres que recorrieron sus calles para rendirle homenaje al cantor del pueblo Alí Primera. Hace 27 años Alí falleció en un accidente que lo devolvió a Paraguaná, donde nació y aprendió a soñar y componer, para vivir en la memoria de su pueblo.

En el lugar su esposa Sol Musset, su hermano José Montecano, su sobrino Alí Alejandro Primera, su hermana menor Mirella Padilla y otros allegados, junto a la cantora y Diputada, la Chiche Manaure; la gobernadora de la entidad, Stella Lugo de Montilla y el alcalde del municipio Carirubana, Alcides Goitia, entonaron canciones para cerrar con broche de oro esta actividad que convirtió las calles paraguaneras en un jardín de claveles rojos.

Sol Musset de Primera aseveró que “el pueblo nunca ha dejado a Alí solo, y lo mantiene vivo en su conciencia, en su corazón, en su día a día, en sus luchas, al levantarse, al ir a la calle. Aquí se ve una demostración hermosa de que Alí sigue vivo y su canción la entendió el pueblo, esta vez no vamos a sembrarlo sino a recoger su cosecha en cada de los que se hacen presentes hoy aquí.

En la concentración estuvieron presentes amigos, familiares, allegados, estudiantes, colectivos, y otras agrupaciones populares, que juntos marcharon hasta el cementerio de Santa Elena, lugar donde fue sembrado en febrero de 1985.

Por su parte, Alí Alejandro Primera, aseguró que su tío “es la cuarta raíz que sustenta este proceso, así como lo es Zamora, Bolívar y Simón Rodríguez, ya que él supo amalgamar esos tres elementos del pensamiento bolivariano, y continuó la reivindicación del pensamiento de nuestros héroes, y el socialismo, puesto que era un Marxista convencido”. A juicio de Alí Alejandro Primera, la marcha de los claveles rojos es una actividad histórica que ha tenido su repunte en tiempos de Revolución, gracias a que con el Gobierno del presidente Hugo Chávez se ha reivindicado el recuerdo de su tío. “Los que hemos militado durante 27 años de realización de esta marcha, lo hacíamos de forma utópica porque no creíamos que pudiera dar el vuelco necesario para dar esta revolución que hoy vemos; pero hoy la historia se ha encargado de revertir esa filosofía que teníamos en un principio”.
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Jesús "Chucho" Lozada (con la flauta), músico y cantante de Dame Pa' Matala con discapacidad visual, fue otro de quienes vino desde Yaracuy a rendir su tributo a Alí. Foto: Luigino Bracci, Alba Ciudad
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Amaranta Pérez, de La Cantera, tuvo difícil asistir a la marcha, pero la colaboración de algunos entes públicos permitió su llegada. Otros se quedaron sin asistir. Foto: Luigino Bracci, Alba Ciudad

Por otro lado, Amaranta Pérez, cantora popular dijo: “Esta marcha siempre ha sido hermosísima, llena de vida, porque Alí sigue vivo en nuestros corazones y lo seguimos; ojalá se siga difundiendo su pensamiento hasta que lleguemos a ese punto del sueño bolivariano”.

La gobernadora de la entidad, Stella Lugo de Montilla, comentó que “a Alí siempre, desde hace 27 años, lo ha acompañado el pueblo venezolano, latinoamericano y caribeño, que se da cita cada año para recordarlo con la marcha de los claveles rojos, y así era como él lo quería, que lo despidieran con canciones, como decía él mismo, se pudrirán los huesos pero las ideas siempre volaran y esa idea ha volado. Él se ha convertido en millones de hombres, mujeres y la juventud que esta aquí presente”.

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