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jueves, 29 de diciembre de 2011

Mensaje de fin de año de las FARC- EP

Secretariado de las FARC

Con motivo del año nuevo las FARC-EP queremos invitar al pueblo colombiano a un momento de reflexión sobre el futuro de nuestra patria. Qué puede importarnos más que la suerte de nuestros hijos y el bienestar de las nuevas generaciones. En conciencia, las cosas en el país no están como para fiestas. Los reyes magos no vienen esta vez a saludar la buena ventura cargados de tesoros, sino que llegan avarientos a llevarse cuanta riqueza encuentran a su paso.

Y escoltados por gigantescos aparatos militares de represión y aplastamiento. Defendidos por una casta política antipatriótica, corrupta y entreguista que sólo piensa en su bolsillo. Llenos de soberbia porque cuentan a su favor con el poderoso aparato mediático de propaganda y publicidad que representan los monopolios informativos con sus periodistas y articulistas a sueldo.

El alabado repunte de la economía

Cuando la burguesía colombiana celebra sus índices recientes de crecimiento económico, con los que quiere hacer creer que ríos de leche y miel corren caudalosos por toda la nación, oculta a los colombianos que las toneladas de carbón, gas y petróleo que empujan el producto interno bruto, representan el más grande saqueo que se haya realizado jamás en este suelo. Poderosos compañías transnacionales aliadas con la oligarquía colombiana son sus únicos beneficiarios.

El crecimiento de la inversión en el agro no significa un repunte para la economía campesina ni un alivio para el campesinado violentado, sino la ampliación de la agroindustria de los biocombustibles propiedad de grandes monopolios. Hasta la tradicional clase ganadera sufre el embate de los tratados de libre comercio que ensombrecen su porvenir. Se habla de arrancar del fondo de la tierra oro, plata, platino, coltán y uranio, entre otros minerales, pero por parte de grandes corporaciones multinacionales que exigen como requisito previo la aniquilación de la mediana y pequeña minería artesanal representada por centenares de miles de familias humildes.

El auge extraordinario en infraestructura y construcción anunciado por Santos, no tiene otro objeto que la creación de las bases materiales para la operatividad de la expolición de nuestros recursos y el fortalecimiento de los pulpos financieros nacionales y extranjeros. Mientras que más de la mitad de la población colombiana sobrevive gracias al rebusque por la ausencia total de oportunidades de empleo, está demostrado históricamente que las economías de enclave minero no generan bienestar alguno. Los puestos de trabajo que se crean son precarios y sometidos a las más viles formas de explotación, lo único que nos dejarán serán los socavones.

La iniquidad social del régimen

La escandalosa aceleración de la injusticia social ha sido reconocida formalmente con la asignación del antepenúltimo lugar mundial en materia de desigualdad social. Y se refleja en la miseria y la pobreza que invaden todos los espacios urbanos y rurales habitados, en contraste con las zonas exclusivas de los barrios y haciendas pertenecientes a las altas esferas, o las áreas destinadas al circuito turístico, comercial o financiero con las que se pretende compararnos al primer mundo.

La generalizada crisis hospitalaria producto de la privatización de la salud; las graves falencias en materia de educación, originadas en el propósito de reducirla también a un negocio redondo, que produzca ovejas en lugar de hombres y apenas las necesarias máquinas humanas insensibles y robotizadas para acrecentar las ganancias de los grandes empresarios; el vergonzoso déficit en materia de vivienda y condiciones dignas de habitación; la cada vez más grave situación de los campesinos amedrentados por el paramilitarismo y las hordas de soldados profesionales que ocupan amenazantes extensos territorios, y que no va a ser solucionada por leyes de tierras concebidas para beneficiar a los expropiadores y no a los expropiados, constituyen todas lacras que demuestran la hipocresía de las clases dominantes en Colombia.

Cada mes se anuncia a los colombianos en medio de publicitadas encuestas de favorabilidad del gobierno, que el precio de la gasolina y demás combustibles aumenta, hasta el punto de que pagamos el galón más caro entre los países productores y no productores, pese a que se extrae ya casi el millón de barriles al día de nuestro suelo. Por su parte, los servicios públicos pésimos y por añadidura en crisis por obra del invierno y la desidia oficial, gravan a los usuarios con altísimas tarifas, particularmente en materia de agua y electricidad, hasta el punto de provocar, por obra del desespero, repetidas asonadas contra las empresas prestadoras en muchas partes del país.

La verdadera naturaleza del conflicto

Además es el nuestro un país en guerra. Esta no es más que el producto de la decisión oficial de dar solución violenta, a sangre y fuego, a los graves problemas sociales y políticos que aquejan la vida nacional. Cada vez que lo decimos, se nos vienen encima nuestros enemigos y su prensa paga, tachándonos de querer parecer mansas e inocentes víctimas. No se trata de nosotros.

Se trata de los cuatrocientos mil muertos sepultados para siempre en la impunidad concertada del Frente Nacional, de los cinco millones de desplazados y despojados de sus tierras en los últimos treinta años, de los cinco mil dirigentes, activistas y simpatizantes de la Unión Patriótica que sirvieron para aniquilar esa novedosa opción política, de las más de doscientas mil víctimas del paramilitarismo fomentado por las Fuerzas Armadas, de los miles y miles de colombianos desaparecidos, torturados, encarcelados o desterrados por obra de la intolerancia demencial que echó raíces en Colombia en beneficio de un reducido grupo de terratenientes, capitalistas, mafiosos y empresarios extranjeros.

Se trata de todas esas víctimas del terrorismo de Estado impuesto por la práctica de Seguridad Nacional, que ha dado en llamarse últimamente Seguridad o Prosperidad Democrática. La resistencia popular y la heroica lucha armada guerrillera son las más dignas y altas expresiones de la rebeldía y la dignidad de un pueblo que se ha negado a aceptar dócilmente el destino impuesto por los poderes dominantes.

Esa resistencia y esa lucha han sido blanco a su vez de las más gigantescas arremetidas militares y de todo orden durante casi cinco décadas. Y siguen enhiestas, combatientes, a pesar de los miles de millones de dólares suministrados por los norteamericanos, de su grosera intervención, de sus recursos tecnológicos, de los centenares de miles de hombres entrenados para matar sin piedad, de sus devastadores bombardeos, de sus ametrallamientos y desembarcos.

Es eso lo que los desespera de odio contra nosotros. Lo que alimenta sus calumnias y desafueros. Que una fuerza de campesinos, indios, negros, estudiantes y profesionales, mujeres y hombres del pueblo sostenga sus verdades y convicciones en medio del todopoderoso dominio del gran capital transnacional y sus regímenes de muerte. Es por eso que se niegan a considerar la posibilidad de un diálogo sincero de paz. Saben que aquí no van a encontrar traidores dispuestos a venderse, por eso insisten en sus amenazas de exterminio.

El año que termina y el significado del nuevo

El 2011, tal como lo pronosticamos, fue un año de grandes jornadas populares. Demoliendo la muralla del miedo, de la disuasión criminal del terrorismo de Estado, el pueblo se levantó contra la política neoliberal, la corrupción, la entrega de la soberanía, y los desafueros del poder.

Con el agua al cuello los damnificados del invierno cuestionaron la demagogia y la desidia del gobierno. Los campesinos bloquearon carreteras en rechazo a las irresponsables fumigaciones indiscriminadas que arrasaron sus cultivos. Los mineros artesanales resistieron la entrega de la explotación aurífera a las transnacionales. Los indígenas marcharon reclamando respeto a sus territorios y a su identidad. Las organizaciones agrarias exigieron la restitución de tierras y el resarcimiento de las víctimas del despojo y clamaron por la solución política del conflicto y por la paz. Los camioneros pusieron en jaque al gobierno por el incumplimiento de los acuerdos que recogen sus reivindicaciones. El país entero se indignó por el saqueo desvergonzado de los recursos de la salud y por los escandalosos robos de la contratación.

Crecieron la exasperación y la inconformidad por la desconexión de los servicios públicos en los sectores populares, porque fueron convertidos en negocios privados. Los corteros de caña se levantaron contra la nueva esclavitud que significa la llamada flexibilización laboral. Los obreros petroleros se enfrentaron a la Pacífico Rubiales, que con la complicidad del gobierno, pretende avanzar en la imposición de la precariedad e incertidumbre laboral. El movimiento estudiantil con sus portentosas marchas logró frenar el despropósito de Santos de privatizar la educación. Sin duda el año que culmina marcó el despertar, el ascenso de la lucha y la movilización del pueblo por sus derechos.

En el 2011 fueron sentadas las bases de rebeldía y dignidad para encarar las decisivas luchas sociales y políticas del 2012, que estremecerán los cimientos del sistema apátrida que está entregando la soberanía y las riquezas del país a las transnacionales del capital. El TLC y las denominadas locomotoras neoliberales del desarrollo, no pasarán. En pie de combate, bienvenido el año nuevo con sus pertrechos de inconformidad y anhelos de Colombia Nueva.

Los caídos en la guerra

Ante el sagrado altar de la patria ofrecemos la sangre revolucionaria y amorosa del comandante Alfonso Cano, caído en combate, consecuentemente, en defensa de los pobres y excluidos, y por la Colombia Nueva de su sueño. El sacrificio heroico de miles de guerrilleros y líderes sociales abatidos por la intransigencia atávica del régimen pro yanqui, es poderosa fuerza que se suma al anhelo popular de justicia y libertad. El pueblo unido, insurreccionado resueltamente contra el sistema que lo oprime, triunfará.

Pasaron los tiempos de la manipulación mediática y el engaño. Un abrazo, desde las montañas, al pueblo que el 6 de diciembre rechazó la marcha del odio y de la guerra, impulsada por el señor Juan Manuel Santos. Con ningún malabarismo podía el presidente eludir su responsabilidad en el resultado luctuoso. Fue él quien ordenó el rescate militar de los prisioneros en el Caquetá, y fue el Ejército quien penetró a sangre y fuego al campamento, como lo declaró el sargento Herazo.

Las conversaciones de paz

Nuestro pueblo anhela la paz; la insurgencia siempre ha reclamado la solución política del conflicto. Cada vez son más los que no le comen cuento al mentiroso del Palacio de Nariño; el mismo que ahora pregona que no hubo masacre en Mapiripán. Por eso la pretendida marcha contra las FARC se diluyó melancólicamente desde mucho antes de la lluvia. Uniendo voluntades podremos aislar a los guerreristas de Washington y Bogotá. Como decía el comandante Jacobo Arenas: el destino de Colombia no puede ser el de la guerra. Apoyemos todos el primer paso hacia la solución política, representado por el canje de prisioneros entre las partes contendientes.

La marcha que requiere la patria es la gran marcha por la paz y la justicia social.

En una eventual mesa de conversaciones, con un gobierno que verdaderamente aspire a la paz y no a una rendición incondicional, interpondremos siempre las reclamaciones de justicia, de soberanía popular, de independencia, de adopción de una doctrina militar bolivariana, de una nueva política económica alejada de los inequitativos postulados neoliberales, de tierra para los campesinos, respeto a los derechos indígenas, salud y educación gratuitas, defensa del medio ambiente, replanteamiento de los contratos leoninos que favorecen a las transnacionales, política internacional que privilegie la hermandad de los pueblos, sentimientos todos, que bullen en el deseo centenario de los diversos sectores sociales del país.

Que continúe la marcha de la patria hacia la construcción de alternativas que reafirmen la soberanía y la justicia. Las mayorías movilizadas, no podrán ser detenidas por una minoría vende patria atravesada en el camino de los cambios políticos y sociales.

Con este saludo de año nuevo, recordando el compromiso que adquirimos con la senadora Piedad Córdoba y el prestante grupo de mujeres que trabajan por la paz de Colombia, informamos los nombres de tres de los seis prisioneros de guerra en nuestro poder que serán entregados a ellas tan pronto como se acuerden los protocolos necesarios. Se trata de los subintendentes de la Policía Nacional Jorge Trujillo Solarte y Jorge Humberto Romero Romero, y del cabo primero de la misma institución José Libardo Forero Carrero. En breve anunciaremos la identidad de los otros tres. Esperamos que el gobierno nacional y la cúpula militar no vayan a repetir lo ocurrido el pasado 26 de noviembre en el Caquetá.

Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP
Montañas de Colombia, 27 de diciembre de 2011

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La segunda guerra fría y América del Sur

Raúl Zibechi Alainet

La “guerra contra el terror” inaugurada por George W Bush tras los atentados del 11 S, está siendo desplazada por la “contención” de China, la nueva estrategia delineada por el Pentágono para cercar y, eventualmente, ahogar a la potencia asiática, con el objetivo de mantener la supremacía global. El último viraje del imperio involucra de lleno a Sudamérica.

Noviembre fue el mes en que se plasmó el cambio de rumbo. “En nuestros planes y presupuestos para el futuro, vamos a asignar los recursos para mantener nuestra fuerte presencia militar en esta región”, dijo Barack Obama el 17 de noviembre ante el parlamento australiano. En la edición de noviembre de Foreign Policy, la secretaria de Estado Hillary Clinton hizo algunas precisiones. “Durante los últimos diez años hemos dado ingentes cantidades de recursos a Irak y Afganistán. En los próximos diez años, debemos ser inteligentes acerca de dónde invertimos nuestro tiempo y energía, de forma que logremos la mejor posición posible para mantener nuestro liderazgo”.

En la próxima década, según Clinton, Estados Unidos realizará la mayor inversión “diplomática, económica, estratégica y demás, en la región Asia-Pacífico”. Como en toda estrategia estadounidense, lo militar y lo económico forman una sola política. En lo inmediato, se adelanta el despliegue de 250 infantes de marina en Darwin (norte de Australia), hasta alcanzar los 2.500 militares. Hasta ahora el Pentágono cuenta con bases en Japón, Corea del Sur, Taiwán y Guam, pero al establecerse en Australia forma una tenaza sobre la salida de China al océano Pacífico. Esta política forma parte del objetivo no declarado de formar una “OTAN del Pacífico” para presionar y cercar a China.

El segundo paso no es militar sino económico. Consiste en un ambicioso acuerdo de libre comercio entre varios países del Pacífico denominado Acuerdo de Asociación Trans-pacífico, TPP(1). Hasta ahora se trata de nueve países: Australia, Brunei, Chile, Estados Unidos, Malasia, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam. China es dejada fuera y se consigue romper la ASEAN, la Asociación de Naciones del Sureste Asiático, donde ese país tiene un papel hegemónico.

Según Michael T. Klare, el nuevo centro de gravedad de la política estadounidense supone el abandono de Oriente Medio, que durante medio siglo fue su prioridad, para focalizarse en la que considera su principal adversaria. La lectura del Pentágono sostiene que el talón de Aquiles de la economía china son las importaciones de petróleo que llega al país necesariamente por el Mar del Sur de China, donde Obama prevé su mayor despliegue militar(2).

La respuesta de China sigue consistiendo en apostar al diálogo, pero fortaleciendo sus estructuras defensivas. A diferencia de las potencias occidentales, que ascendieron a caballo de las guerras de conquista (desde España y Portugal hasta Inglaterra y Estados Unidos), el ascenso chino se basa en el comercio y la diplomacia. Esa diferencia es a la vez su potencial mayor, en la medida que no es una potencia agresiva, pero a la vez su debilidad, ya que puede ser desplazada por la fuerza como sucedió en Libia.

Debilidad estructural

La crisis de los Estados Unidos es más grave que la que atraviesa la Unión Europea. “Ahora insolvente se tornará ingobernable, arrastrando a los estadounidenses y a quienes depende de él a conmociones económicas, financieras y monetarias, geopolíticas y sociales violentas y destructivas”, asegura el Boletín Europeo de Anticipación Política (Geab No. 60, 16 de diciembre).

En los próximos cuatro años el país que diseñó el mapa global desde 1945, vivirá siempre según este pronóstico, “parálisis institucional y la desarticulación del bipartidismo tradicional”, una espiral de recesión-depresión-inflación y “la descomposición del tejido socio-político”. Es cierto que semejante pronóstico suena apocalíptico, pero ¿quién hubiera pensado que la agencia S&P llegaría a degradar la calificación del país?

A escala internacional Estados Unidos cada vez tiene menos aliados. Immanuel Wallerstein recuerda que sólo en noviembre y la primera mitad de diciembre la Casa Blanca “ha tenido confrontaciones con China, Pakistán, Arabia Saudita, Israel, Alemania y América Latina” (La Jornada, 18 de diciembre). Los fracasos se extienden: Obama envió al secretario del tesoro, Timothy Geithner a Europa para sugerir alternativas a la crisis y fue olímpicamente ignorado; fue humillado por Pakistán y luego por Irán, ya que al parecer el drone que “aterrizó” en ese país no sufrió un accidente sino que fue bajado por un ciberataque.

Pero la situación más grave es la interna. Un estadounidense de cada seis recibe bonos de alimentación así como uno de cada cuatro niños; el 57 por ciento de los niños vive en hogares pobres; el 48,5 por ciento vive en grupos familiares asistidos por el Estado, frente a un 30 por ciento en 1983 (The Economic Collpase, 16 de diciembre). Llama la atención el agravamiento de la situación social en pocos años: desde 2007 el ingreso familiar cayó un siete por ciento; en zonas de California el precio de la vivienda cayó un 63 por ciento, el precio promedio de una casa en Detroit es de 6.000 dólares y el 18 por ciento de las viviendas de Florida están vacías. Un niño de cada cinco experimenta episodios de vida en la calle.

Todos los días aparecen datos nuevos que revelan el deterioro social y moral del país. La revista Pediatrics, de la Academia de Pediatras, reveló que a los 23 años uno de cada tres estadounidenses ha sido arrestado en algún momento. En 1965 sólo lo habían sido el 22 por ciento a esa edad (USA Today, 19 de diciembre). Según los autores del estudio, esos datos no significan que haya una mayor criminalidad juvenil, sino que “obedece a leyes más estrictas” ante situaciones de escándalo público o consumo de sustancias prohibidas. Concluyen que los arrestos de jóvenes tienen consecuencias nefastas para su desarrollo y alientan “comportamiento violento y conductas antisociales”. Si el estudio discriminara los arrestos que sufren negros e hispanos, los resultados hubieran sido escandalosos.

Un cerco a la integración

En una situación interna e internacional tan grave, el viraje estratégico puede, como señala Klare, llevar al mundo a una situación “extremadamente peligrosa”. En su opinión, compartida por otros analistas, estamos ingresando en una nueva guerra fría que no excluye “el dominio y la provocación militar” con fuerte énfasis en el control de los hidrocarburos del planeta. Si el objetivo de Estados Unidos frente a China consiste en “poner de rodillas a su economía, mediante el bloqueo de sus vías de suministro de energía”, esa política -que no es nueva- es de hecho un anuncio para el resto del mundo. Recordemos dos hechos: Sudamérica aporta el 25 por ciento del petróleo que importa Estados Unidos y los mayores descubrimientos de crudo en la última década están en aguas territoriales brasileñas.

Las exportaciones de Venezuela al país asiático están en el punto de mira. Las inversiones chinas en ese país acumulan 40 mil millones de dólares desde 2007. PDVSA exporta 430 mil barriles diarios de petróleo a China pero las estatales chinas CNPC y Sinopec planean multiplicar por diez su bombeo de crudo en el país hasta llegar a 1,1 millones de barriles diarios en 2014, para lo cual han recibido cinco áreas en la Faja Petrolífera del Orinoco, que requieren unos 20.000 millones de dólares en inversiones cada una (Reuters, 20 de diciembre).

El viraje de Obama cuando insiste en que “Estados Unidos es un país del Pacífico”, cuando siempre había sido un país Atlántico, no sólo implica tejer alianzas en Asia sino también en América Latina. El TPP incluye a Chile y Perú y espera involucrar a México. En paralelo, el 5 de diciembre en Mérida los cuatro países de la Alianza del Pacífico (Chile, México, Perú y Colombia) acordaron lanzar el bloque comercial en junio de 2012, crear un mercado integrado con sus bolsas de valores y eliminar las tarifas aduaneras luego de 2020.

Para Andrés Oppenheimer, “veremos una división de facto de América Latina, entre un bloque del Pacífico y un bloque del Atlántico” (La Nación, 13 de diciembre). El análisis conservador desestima la recién estrenada Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). En efecto, el columnista de La Nación (que además escribe en The Miami Herald y es analista político de CNN en Español) sostiene que en la cumbre presidencial de Caracas hubo apenas “discursos poéticos sobre la unidad regional”, sin ninguna consecuencia económica.

Una de las tendencias más importantes que se ha disparado luego de la crisis de 2008, es hacia la conformación de bloques regionales y comerciales, que redunda en un retorno del proteccionismo. La reciente decisión del Mercosur de elevar el arancel externo del 14 al 35 por ciento, forma parte de esa tendencia que busca proteger a la región ante la exportación de los países centrales de los productos que no pueden consumir internamente.

Con la crisis se redujo la demanda de Europa y Estados Unidos, lo que está provocando que países emergentes como China e India acumulen stocks de mercancías que pretenden colocar a precios muy bajos, lo que está afectando las industrias de la región, en particular a Brasil y Argentina. Ciertamente, los países que no tienen un importante sector industrial, como Paraguay y Uruguay, no se benefician con ese tipo de medidas pero, sin embargo, pueden obtener mayores cuotas de exportación hacia los grandes de la región.

Brasil toma nota

En Brasil ha ganado espacio la convicción de que debe enfrentar nuevas amenazas y que ellas provienen de los países centrales, en particular de los Estados Unidos. Lo interesante es que esa convicción atraviesa a toda la sociedad, arriba y abajo.

Cinco días después del discurso de Obama ante el parlamento de australiano, militares brasileños filtraron a la prensa un informe interno del Ministerio de Defensa sobre la situación del equipamiento de las diversas armas. La prensa conservadora tituló que buena parte del material bélico se había convertido en “chatarra” y aseguraba que de las cien embarcaciones de combate de la Marina apenas 53 están navegando y que sólo dos de sus 24 aviones A-4 están operativos (O Estado de Sao Paulo, 22 de noviembre).

La difusión del “informe secreto” se produjo en un momento en que diversos sectores, incluyendo al ministro de Defensa, Celso Amorim, presionan para acelerar el proceso de modernización y equipamiento de las fuerzas armadas, y muy en particular de la Marina encargada de defender la Amazonia verde y la azul, en referencia a las dos principales riquezas del país: biodiversidad y petróleo. Otro de los puntos neurálgicos es la compra de 36 cazas a Francia que lleva más de dos años paralizada. Sin embargo, la prensa no destaca los importantes avances que se están realizando en la fabricación de submarinos con importante transferencia de tecnología.

El general de brigada (retirado) Luiz Eduardo Rocha Paiva, miembro del Centro de Estudios Estratégicos del Ejército con amplia trayectoria militar y formación estratégica, analizó el reciente viraje estadounidense advirtiendo que la “pérdida de espacios” de la superpotencia y sus aliados repercute directamente sobre la región sudamericana y Brasil. Vale la pena reproducirlo extensamente porque refleja la mirada de buena parte de los gobernantes, militares o no, del país. “Los conflictos llegaron a nuestro entorno. El fracaso o éxito limitado de Estados Unidos y sus aliados en áreas distantes resultarán en presiones para imponer condiciones que aseguren el acceso privilegiado a las riquezas de América del Sur y del Atlántico Sur” (O Estado de Sao Paulo, 20 de diciembre).

Rocha Paiva destaca la creciente influencia de China en la región, la presencia de Rusia e Irán en países como Venezuela y concluye: “Los Estados Unidos reaccionarán a la penetración de rivales en su área de influencia y eso afectará el liderazgo de Brasil en el proceso de integración regional y en la defensa de su patrimonio y su soberanía”. Por eso apuesta a reforzar el poder militar defensivo ante la nueva realidad.

Tan interesante como su mirada global es la que hace de la región. “No son los vecinos la razón para reforzar el poder militar del país, sino su ascenso como potencia económica global, la participación destacada en el comercio mundial y la codicia por nuestros recursos y posición geoestratégica. Todo eso sacó a Brasil de su posición periférica y lo colocó en las rutas de cooperación y conflicto”. Concluye advirtiendo que a Brasil le puede suceder en el siglo XXI, lo mismo que a China en el XIX: “Las potencias rivales se pueden unir para presionar y amenazar al país” (3).

Esa percepción sobre las amenazas que enfrenta es compartida por una porción mayoritaria de los brasileños. Un reciente estudio del Instituto de Investigación Económica Aplicada (IPEA por sus siglas en portugués), entre casi cuatro mil personas, muestra que el 67 por ciento piensa que existe una amenaza militar extranjera por los recursos naturales de la Amazonia. Un 63 por ciento cree que los yacimientos hidrocarburíferos en el mar pueden sufrir ataques militares externos(4).

Más interesantes aún son las respuestas cuando la pregunta gira en torno a qué país puede constituir una amenaza militar en los próximos veinte años para Brasil. El 37 por ciento piensa en Estados Unidos. Muy lejos, Argentina con el 15 por ciento. Debe destacarse que esa era la hipótesis de guerra más probable desde la independencia hasta la creación del Mercosur, incluyendo a la dictadura militar (1964-1985) cuyo despliegue principal era en dirección sur. Esta percepción revela que los cambios en la estrategia militar de Brasil, que se plasmaron en la última década y sobre todo en la “Estrategia Nacional de Defensa”, publicada en 2008, cuenta con un amplio respaldo social.

El posicionamiento estratégico de un país madura en tiempos largos y la aplicación de la nueva estrategia se hace realidad en décadas. El Brasil de arriba y el de abajo coinciden en que el país es vulnerable ante probables amenazas externas. Tal vez esa percepción haya comenzado a cambiar el 8 de diciembre, cuando dos soldadores del equipo franco-brasileño que trabajan en los astilleros de la DCNS (Direction des Constructions Navales) en Cherburgo, de un total de 115 aprendices que están trabajando para transferir tecnología, comenzaron a soldar la última unión de las secciones del primero de los cuatro submarinos Scorpene destinados a Brasil (DefesaNet, 8 de diciembre). En adelante, se fabricarán en el astillero de la Marina en Rio de Janeiro.

- Raúl Zibechi, periodista uruguayo, es docente e investigador en la Multiversidad Franciscana de América Latina, y asesor de varios colectivos sociales.

Notas

1) El Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económico fue firmado en 2005 por cuatro países: Brunei, Chile, Nueva Zelanda y Singapur. Los demás, incluyendo Estados Unidos, se fueron incorporando progresivamente.

2) “Jugando con fuego. Obama amenaza a China”, Sin Permiso, 11 de diciembre.

3) Se refiere a las dos guerras del opio cuando Inglaterra y Francia se unieron contra China.

4) “O sistema de indicadores de percepçao social. Defensa Nacional”, IPEA, 15 de diciembre de 2011.



http://alainet.org/active/51751

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Harvey: “Las crisis son necesarias en el capitalismo como una forma de reorganizar el sistema”

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David Harvey es uno de los geógrafos académicos más citados, así como también un referente indiscutido a la hora de desentrañar la naturaleza cambiante que subyace a las crisis del sistema capitalista y el modo en que ellas despliegan sus alas para moverse geográficamente. En una entrevista con Debate, Harvey explicó el origen de la crisis financiera actual, sus consecuencias, los distintos modos de afrontarla, y los beneficios ocultos de la misma para sectores minoritarios del poder global. Asimismo, Harvey advierte sobre la posibilidad de haber previsto el devenir de los acontecimientos y reivindica la necesidad de buscar alternativas al sistema capitalista tal cual opera hoy. Para ello, propone “mudarnos a una economía de crecimiento cero”, y echar mano a la imaginación humana para lograr el “desarrollo de las capacidades y los poderes humanos”, cuestiones estas últimas “ignoradas por la dinámica del capital”.

¿Cuáles son los rasgos centrales de la crisis financiera mundial?

En toda crisis, lo interesante es observar el modo en que ella se mueve. Cuando parece que un problema se resuelve, otro surge enseguida. Por ejemplo, pareciera que se ha resuelto el problema de los bancos, pero entonces apareció la crisis fiscal. Al mismo tiempo, la crisis se mueve de otro modo. Las tendencias a las crisis circulan también geográficamente. Esta es la naturaleza de las crisis. La crisis previa a la actual se resolvió de diversas formas. Una de las soluciones que se desarrolló, durante los años noventa en particular, tuvo que ver con localizar la procedencia de la demanda. Así fue que se comenzaron a impulsar préstamos y se alentó a la gente para que pidiera tarjetas de crédito. De este modo, los préstamos financieros comenzaron a utilizarse para hacer frente a los problemas que se derivaban del hecho de que la gente no ganaba lo suficiente y, por consiguiente, no había poder de consumo. Ahora, nos encontramos con el problema del consumo masivo, pero también con el problema de la deuda.

¿Es factible identificar el comienzo de la crisis?

En este caso puntual, el origen de la crisis se localizó en los mercados de vivienda, sobre todo en algunos lugares de los Estados Unidos, como California, Arizona, Nevada, Florida y Georgia; los centros principales de la crisis. Esta última se manifestó también en España, Portugal, Irlanda; lo que evidenciaba que la crisis contenía una dimensión urbana. Por ello, se debería considerar a las relaciones existentes entre la urbanización, la formación de la crisis y la resolución de la crisis. En lineras generales, la crisis se trasladó al mundo a través de actividades financieras. China salió rápidamente de la crisis, lo mismo India. Es claro que una parte del mundo está creciendo rápidamente mientras que Europa, Estados Unidos y Japón están bloqueados. La cuestión geográfica es muy complicada; hoy el mundo está dividido entre quienes orientan sus relaciones hacia China, que está creciendo a pasos rápidos, y quienes lo hacen mirando a Estados Unidos y Europa, que están completamente estancados.


¿Hubiera sido posible anticiparla?


Sí, fácilmente. Podría haber sido prevista por quienes miran el funcionamiento de la economía. En Estados Unidos, por ejemplo, estaba claro que algo andaba muy mal al final de los noventa: quebraron Enron y WoldCom, y creo que cualquier persona que estuviera algo atenta podía notar que algo estaba yendo mal, pero fue disimulado y tapado con este boom en el mercado de la vivienda. En 2003, uno podía encontrar gente que decía que esto no podía ser cierto, que no podía durar, gente proveniente de las corrientes principales del poder y con influencia. Pero nadie escuchó.

Porque no era conveniente…

Exactamente, no convenía escuchar. Algunos estaban percibiendo mucho dinero a raíz de lo que estaba sucediendo.

¿Está ocurriendo lo mismo hoy?

Sí. Hubo un increíble aumento en el número de multimillonarios en el mundo en los últimos tres años. La crisis es un buen momento para concentrar grandes riquezas. Por ejemplo, en la Argentina de diciembre de 2001, quienes tenían su dinero en dólares eran muy ricos. Tres meses después, ese pequeño sector que tenía todo su dinero en dólares en alguna cuenta en Miami, se volvió extremadamente rico. Esa gente tenía información, puso su dinero en Miami y salió muy favorecida. En India, un país muy pobre, tres años atrás el número de millonarios era algo así como de 35, en este momento es de 69.

¿Cree que el surgimiento de cada nueva crisis tiene consecuencias más alarmantes que su predecesora?

Sin duda. El capital permite mantener activa la crisis y transformar su naturaleza. Entre otras cosas, en este momento se está tratando de volver la crisis a una cuestión laboral. Por eso, ahora también se vivencia en Europa y Estados Unidos un gran conflicto con el empleo, sobre todo en el sector sindical y el poder del trabajo en el sector público. En los setenta, esto ocurría en el sector privado, pero ahora están tratando de salir atacando nuevamente al trabajo, implementando lo que el Fondo Monetario Internacional (FMI) hizo a todos los países en el mundo, esto es, diciendo que los sacarán de sus problemas de deuda siempre y cuando reduzcan la calidad de vida de sus trabajadores. Esto le ocurrió a México y a la Argentina, entre otros países. Por eso, la complicación en todo esto tiene que ver con que las crisis están acostumbradas a moverse geográficamente.

¿Puede ampliar la idea respecto de la naturaleza cambiante de la crisis?

El capital puede atravesar dificultades de diferente índole. Por ejemplo, dificultades relacionadas con la escasez y el suministro de recursos. Por otro lado, aparecen problemas en torno al empleo, que pueden surgir por la escasez de mano de obra. Se presentan también dificultades con la organización misma del capital. Luego, hay cuestiones relacionadas con la demanda final, y surgen dificultades que tienen que ver con si hay o no mercados a los cuales vender y dónde están. Y luego hay una cantidad de cuestiones geopolíticas que entran también a jugar, como la rivalidad entre Estados Unidos y China, o entre Estados Unidos y Japón. Existe un gran abanico de bloqueos posibles y en un momento dado, por lo general, uno de ellos se vuelve dominante. Por ejemplo, en la década del setenta, el mundo del capital el trabajo era muy poderoso. La crisis de finales de los años sesenta y comienzos de los setenta fue de trabajo. Más tarde, en la década de 1980 y 1990, el problema era el mercado y su localización. Ahora, el problema es a quién vender.

¿Qué opina de las políticas de estímulo?

En Estados Unidos nunca fueron suficientes, y en Europa tampoco. En cambio, en China sí funcionaron, y logró reimpulsar su economía.

¿Qué tipo de medidas deberían tomarse?

Si uno observa lo que está haciendo China, ve que al menos intenta mantenerse a salvo. Tiene mejores condiciones que otros países, fundamentalmente porque posee grandes reservas de divisas, un gran superávit; a diferencia de Estados Unidos, que tiene un gran déficit. Al mismo tiempo, es cierto que China se está topando con otro problema, que se registra también en América Latina. Si se toma una vía expansionista, se suele generar inflación, por lo que la inflación se convierte en el problema. La inflación es una ruta muy interesante; la gente le teme pero, en realidad, representa una de las formas para deshacerse de la deuda.

¿Cómo es eso?

Una de las formas de deshacerse de la deuda es “inflarla”, pero nadie quiere ser lo suficientemente honesto y decir que eso es lo que se podría hacer. Hay un problema de inflación unido a lo que está haciendo China, grave, pero que sería un mejor camino a tomar si el capitalismo quiere sobrevivir como sistema.

Y la ampliación de la expectativa de vida complica la situación…

Claro, los cambios demográficos, el envejecimiento de las poblaciones, etcétera, ejercen una presión enorme sobre los servicios médicos, las pensiones, existen algunos problemas reales allí. Pero se nos dice que ya no lo pueden afrontar. Por supuesto que lo pueden afrontar, si se está preparado a cobrar impuestos a las clases altas.

¿Qué efectos cree que pueda tener la crisis sobre América Latina?

Depende de dos cuestiones. Por un lado, de la orientación externa que un país determinado le dé a su economía. En función de cómo y hacia dónde reoriente su economía va depender de lo que sucede en esa parte del mundo, sea China, Estados Unidos o Europa. Por el otro, depende también de su política interna, esto es, en qué medida se escuchan las ideas del FMI o las ideas sobre austeridad y la necesidad de aplicarlas. En general, América Latina es una región con una fuerte oposición a las políticas neoliberales del FMI y tiende a ser expansionista de varias maneras.

Entre las diversas formas de encarar la crisis, ¿cree que existe una suerte de manejo cultural de la crisis?

No creo que se pueda argumentar a través de simples explicaciones culturales. Sí creo que existen preferencias culturales respaldadas por fuerzas económicas y que están muy involucradas en ello. Sin ir más lejos, los argentinos están acostumbrados a la crisis; tuvieron una crisis inflacionaria, una crisis de desempleo. En Estados Unidos, en cambio, la gente no está preparada. En este momento, la gente está muy enojada y no sabe cómo manejar su realidad. La primera respuesta que aparece es: “esto no nos debería suceder a nosotros; esta es la clase de cosas que le suceden a la Argentina, Brasil o México, pero no a nosotros”. Creo que la suposición acá, en la Argentina, es que se pueden tener años buenos, pero casi seguro que habrá algún otro “ya hemos pasado por esto”.

¿Estas crisis son inherentes al capitalismo?

El capitalismo fue siempre propenso a las crisis y, de hecho, las crisis son necesarias en la historia del capitalismo como una forma de reorganizar el sistema para que pueda sobrevivir.

En este sentido, ¿qué diría acerca de las alternativas al capitalismo?

Habría que entender primero la necesidad de encontrar una alternativa. El capitalismo empezó siendo muy creativo y constructor. Podemos decir que lo queremos cambiar por las grandes desigualdades que provoca. Sin embargo, existieron períodos en la historia del capitalismo en los cuales la sociedad se volvió mucho más igualitaria. Así que no hay razón para pensar que el capitalismo no pueda ser más igualitario. De hecho, a nivel mundial lo es cada vez más.

¿Entonces?

Entonces, ¿por qué queremos cambiar eso? ¿Por qué no proponer, simplemente, reformarlo? A este respecto, mi respuesta es que el capitalismo se trata de crecimiento, y siempre fue sobre crecimiento. Por lo tanto, cuando el crecimiento es bajo cero -y en este momento está cercano a cero en Europa y Estados Unidos-, la gente define la situación como crisis del sistema, porque no está creciendo como se supone que debe suceder con el capitalismo. La posibilidad de crecimiento real es cada vez más difícil de mantener y una de las consecuencias de ello es que se empiezan a crear estos mercados ficticios, con inversiones en renta, y con una creciente especulación. Empezamos a crear un mundo ficticio donde no hay crecimiento real en absoluto.

Y ahí aparece otro problema, el de la especulación…

Se especula con la propiedad; se les da dinero a los capitalistas, pero, ¿lo destinan a producir o compran tierras con ese dinero? Si se observa lo que estuvo ocurriendo en América Latina y África, muchos de los capitalistas están comprando tierras. Entonces, ¿qué está pasando con la crisis de la tierra? Ahora, ¿eso es productivo? Las cosas están yendo muy mal desde todas estas perspectivas. Por eso, quisiera tratar de diseñar una razón por la que tenemos que pensar en mudarnos a una economía de crecimiento cero. Y si se habla de una economía de crecimiento cero, eso significa que se trata de una economía no capitalista; no es posible tener capitalismo con un crecimiento cero, porque el capitalismo es crecimiento, y debe incrementarse para sobrevivir. Entonces, si no aumenta, hay crisis.

¿Y cuál podría ser esa alternativa?

Hay que notar la gran diferencia entre crecimiento y desarrollo; distingo y separo ambas cuestiones. Creo que el desarrollo de las capacidades humanas no requiere crecimiento. Siempre se nos dijo que sí, pero no es cierto. Y creo que el proyecto global debe apuntar al desarrollo de las capacidades humanas sin crecimiento económico. Lo que vemos ahora es que en realidad el desarrollo de las capacidades y los poderes humanos -lo que Marx llamó la prosperidad humana-está siendo, en efecto, negado por el capitalismo, aunque parezca increíble. Esta es otra razón de peso para buscar alternativas. La dinámica del capital ignora estas cuestiones, aún cuando produce bienes y materiales ligados a la riqueza que bien podrían contribuir a ello. Y nos llevó a una posición en la que podríamos utilizar esas capacidades que el capital genera para promover y apoyar un proyecto global completamente diferente. Es muy importante tener un poco de imaginación acerca de lo que el mundo podría ser, y el desarrollo humano siempre tuvo que ver con un mundo imaginario.

Pensar sobre lo que no existe.

Exacto. Creo que es elemental pensar sobre aquello que hoy no existe para trabajar en la creación de alternativas. La imaginación humana fue tremendamente significativa en esto. Sin ir más lejos, en la literatura suele aparecer una enorme galería acerca de los anhelos humanos de un mundo diferente. Si hicimos del mundo lo que es, hicimos de Buenos Aires lo que es, entonces podemos rehacerlo. Y rehacerlo en torno a un imaginario diferente, donde las relaciones sociales sean más igualitarias, más ecológicamente sensibles; podemos imaginar la reconstrucción de una ciudad, por ejemplo, como un proyecto político, en función de la creación de un mundo a partir de nuestros fuertes deseos.

Las medidas de austeridad¿Qué piensa de las medidas de austeridad que se están implementando en Estados Unidos y Europa?No creo que sean la salida a la crisis, al contrario, creo que la profundizan aún más. Si la crisis es fundamentalmente un problema derivado de la falta de demanda en el mercado afectado, la austeridad reduce la demanda efectiva, y ahonda la crisis. La dificultad radica en estimular la demanda efectiva sin aumentar la deuda. La austeridad no es una política sensata en estos momentos, a no ser desde la perspectiva excepcional de las clases altas. Es decir… En síntesis, la austeridad es una opción totalmente equivocada. Antes que nada, porque el impacto sobre las clases sociales es muy distinto. Las clases más vulnerables suelen ser las más perjudicadas, como en este caso. Pero más allá de esta última cuestión, lo cierto es que las clases más bajas gastan su dinero; y las clases altas, en cambio, lo utilizan para generar más dinero, y no siempre con fines productivos. A través de estas medidas los costos de la crisis se cargan, no sobre las clases altas, sino sobre quienes consumen servicios del Estado. Ocurre lo que siempre ocurrió, y de aquello sobre lo que se trata el FMI -y ha tratado siempre-, esto es, salvar a las instituciones financieras y destruir la calidad de vida de la gente.

Las medidas de austeridad
¿Qué piensa de las medidas de austeridad que se están implementando en Estados Unidos y Europa?


No creo que sean la salida a la crisis, al contrario, creo que la profundizan aún más. Si la crisis es fundamentalmente un problema derivado de la falta de demanda en el mercado afectado, la austeridad reduce la demanda efectiva, y ahonda la crisis. La dificultad radica en estimular la demanda efectiva sin aumentar la deuda. La austeridad no es una política sensata en estos momentos, a no ser desde la perspectiva excepcional de las clases altas.

Es decir…

En síntesis, la austeridad es una opción totalmente equivocada. Antes que nada, porque el impacto sobre las clases sociales es muy distinto. Las clases más vulnerables suelen ser las más perjudicadas, como en este caso. Pero más allá de esta última cuestión, lo cierto es que las clases más bajas gastan su dinero; y las clases altas, en cambio, lo utilizan para generar más dinero, y no siempre con fines productivos. A través de estas medidas los costos de la crisis se cargan, no sobre las clases altas, sino sobre quienes consumen servicios del Estado. Ocurre lo que siempre ocurrió, y de aquello sobre lo que se trata el FMI -y ha tratado siempre-, esto es, salvar a las instituciones financieras y destruir la calidad de vida de la gente.

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Democracia y libertad de prensa

Pascual Serrano Aporrea

Es frecuente utilizar el término libertad de prensa para referirse a la libertad de expresión. Yo prefiero éste último o, mejor todavía, derecho a informar y estar informado. En principio, la libertad de prensa debería consistir en la existencia de garantías para que los ciudadanos tengan el derecho de organizarse para la edición de medios de comunicación cuyos contenidos no estén controlados ni censurados por los poderes del Estado. El problema es que en un sistema de economía de mercado como el actual, con el grado de industrialización tan desarrollado que requieren los medios de comunicación y las grandes inversiones imprescindibles, ese derecho solo puede ser utilizado por un determinado sector social. Hoy no existe en ningún país industrializado un medio de comunicación mínimamente fuerte e influyente que haya nacido como resultado de un grupo de ciudadanos que se hayan organizado para poder públicamente expresarse. Por tanto, confundir libertad de prensa con libertad de expresión es como confundir el derecho a la salud con el derecho a crear y poner en funcionamiento un hospital. No estoy en contra de ello, como no estoy en contra de que un empresario funde un periódico, pero eso es muy diferente de la libertad de expresión. De modo que en la realidad la libertad de prensa es, digámoslo así, el derecho del empresariado a operar en un determinado sector. No es ningún derecho de la ciudadanía en general.

Cuarto Poder

En los periodos de la revolución francesa se acuñó el término Cuarto Poder para referirse a los medios de comunicación. Con esa denominación se planteaba que los medios iban a ser el cuarto poder, es decir, ese poder ciudadano que vigilaría a los otros tres: ejecutivo, legislativo y judicial. Con el paso de los años y el desarrollo de la economía de mercado hemos comprobado que los tres citados poderes están siendo gravemente amenazados por el poder económico que, con su influencia, su ambición desmedida y su capacidad de corrupción se ha convertido en un actor fundamental de nuestros sistemas políticos. A pesar de esta peligrosa influencia, los tres poderes tradicionales mantienen mecanismos de democracia y control público de mayor o menor efectividad. Sin embargo, es el cuarto poder, el mediático, el que se ha visto totalmente permeabilizado y controlado por el poder económico. Los procesos políticos neoliberales sufridos en la década de los ochenta y noventa arrasaron con los sistemas de información públicos con el apoyo de la derecha y la indiferencia de la izquierda que, con razón, los asociaba a los dictadores anteriores. A ello se añadía el papel cada vez más sofisticado y potente que han adquirido los medios de comunicación en las sociedades democráticas, donde la conformación de la opinión pública es un elemento fundamental para el ejercicio del poder. Como resultado tenemos un cuarto poder con las siguientes características:

Es un mero apéndice de grupos económicos empresariales.

No dudaríamos en considerarlo más poderoso que los otros tres. Basta observar la agresividad con la que han reaccionado ante las políticas progresistas en América Latina. Hoy la oposición a estos gobiernos no son los partidos políticos de la ideología contraria con su correspondiente militancia ciudadana, son los grandes medios de comunicación que se han convertido en actores políticos fundamentales.

A diferencia de los otros tres poderes, el mediático no tiene ninguna legitimidad democrática. Nadie les vota, nadie les elige. En Brasil, se le ha llegado a denominar “coronelismo informativo”, creo que el término, teniendo en cuenta lo que significan en América Latina los coronoles, es suficientemente elocuente.

Bajo el paraguas de la libertad de prensa han logrado un nivel de impunidad impresionante. Los medios hoy mienten constantemente, manipulan, insultan, desprestigian y destrozan prestigios y trayectorias de quien se les ponga en su camino. Su intolerancia ante cualquier poder legítimo y democrático que ose tocar sus privilegios es absoluta. Han embestido duramente contra los gobiernos latinoamericanos progresistas por desarrollar sus televisiones públicas, por conceder licencias de emisión a los movimientos sociales, por aprobar leyes que obligan a garantizar la veracidad de los contenidos. El pasado 31 de octubre aparecía este titular en el diario español El País: Los jueces amenazan la libertad de prensa en Latinoamérica . Como si los jueces latinoamericanos se hubieran puesto de acuerdo para atentar contra la libertad de prensa. Sencillamente estaban aplicando legislaciones aprobadas de forma democrática y legítima por gobiernos y parlamentos, en base a las cuales algunos medios estaban siendo sancionados por mentir, calumniar o hacer apología de delitos.

En la medida en que son empresas, no están sometidos a controles económicos como lo están el resto de poderes. Un diputado, un funcionario, un ministro o un juez acabaría en prisión si recibiera dinero de sector o persona en litigio. Los medios todos los días reciben dinero (mediante publicidad o cualquier otra vía) de sectores interesados o con vocación de influencia social.

A diferencia también de otros poderes, los medios no tienen un contrapoder. El gobierno tiene una oposición, los empresarios tienen unos sindicatos, las empresas tienen asociaciones de usuarios. No hay contrapoder al mediático. Se intentó con los denominados observatorios de comunicación pero no se han consolidado.

Recordemos que los dueños de los medios no son ni siquiera empresarios de la comunicación, sus dueños son emporios empresariales con acciones e intereses en todos los sectores, desde multinacionales de las telecomunicaciones que controlan las vías de difusión de la información hasta grupos bancarios imprescindibles para la financiación. Y su viabilidad depende de grandes anunciantes del tipo de empresas de hidrocarburos, automovilísticas, grandes almacenes. Estos medios no son ningún cuarto poder, son el poder del dinero. Añadamos otro elemento. Según las legislaciones de las economías de mercado, las empresas privadas están obligadas por ley a maximizar los beneficios de sus accionistas. La ley prohíbe a los directivos empresariales y administradores del dinero ajeno llevar a cabo, en el marco de su empresa, cualquier actividad que afecte negativamente a los intereses económicos de los accionistas. De este modo, pagar a sus trabajadores más de lo imprescindible, cuidar el medio ambiente, trabajar en pos de la resolución de un conflicto bélico o defender los derechos humanos de una minoría, si afectaran negativamente a la cuenta de resultados de la corporación empresarial podrían ser denunciados por los accionistas y castigados penalmente [1] . Por lo tanto los principios éticos y morales son incompatibles con el espíritu del mercado. Es a partir de esta regla cuando podemos comenzar a comprender a dónde nos están llevando los medios de comunicación, propiedades de grandes empresas privadas y su incompatibilidad con los valores de la democracia.

De este modo, estos grupos de comunicación que tanto reivindican la libertad de prensa y se presentan como defenderos y baluartes de la democracia no les interesa la verdad, ni la democracia de la misma manera que no le interesa a un fabricante de lavadoras. Al contrario, defenderán a esos bancos que desahucian a quienes no pagan sus hipotecas, a las grandes empresas que aplican despidos para mejorar sus ganancias, a las corporaciones que destruyen el planeta con tal de que sigan contratando publicidad, a los hospitales y universidades privadas que seguro insertarán más anuncios que los servicios públicos y además serán de los mismos dueños que los bancos que les financian. Un periodista estadounidense comentó que en su país se podría escribir contra el presidente demócrata, o contra el presidente republicano; pero lo que nunca se podía publicar es la noticia de que se hubiese descubierto una mosca en una botella de Coca-Cola.

Y por supuesto, esos medios apoyaran a todos los políticos que propongan más poder para el mercado y menos para los ciudadanos. Los periódicos, las televisiones y las radios, con sus columnistas, sus editoriales, sus reportajes por encargo y sus informaciones manipuladas se lanzarán como hienas contra cualquiera que ose atentar contra los privilegios del mercado porque ellos están creados para defenderlo. Y lo más grave: a eso lo llamarán libertad de prensa.

Voy a contar un ejemplo de España que ilustra el poder de los medios y sus empresas. Se trata de la publicidad de la prostitución en prensa escrita. Podemos leer en cualquier periódico la denuncia de las tristes condiciones de las trabajadoras del sexo y la explotación a la que se ven sometidas miles de mujeres procedentes de países empobrecidos, pero son pocos los diarios que han renunciado a estos anuncios que les aportan pingües beneficios. Según una comisión parlamentaria que abordó el asunto en 2007 y elaboró un informe sobre la situación de la prostitución [2] , en un día laboral, los periódicos españoles recogían entre 700 y cien anuncios de prostitución. Así, periódicos como El País y El Mundo, ingresaban en torno a seis millones de euros anuales. Otros, como el Grupo Vocento, llegaban hasta los 10 millones. El Gobierno español elaboró un Plan Integral contra la Trata de Seres Humanos con fines de explotación sexual que entró en vigor el 1 de enero de 2009 y que definía a las prostitutas como “víctimas”. En Europa la prostitución está estrechamente ligada a una situación de semiesclavitud de mujeres traídas engañadas o a la fuerza. El Plan elaborado por el gobierno instaba a los diarios a que, mediante la autorregulación, eliminasen cualquier relación empresarial con la prostitución. Apenas unos pocos periódicos de segunda importancia siguieron la recomendación, la mayoría y los principales siguieron haciendo caja con esos anuncios. La prohibición de esta publicidad a buen seguro contaría con el apoyo de todo el espectro social e ideológico de la ciudadanía. Sin embargo ningún gobierno se atreve a prohibir los anuncios para no ofender a los grandes periódicos que continúan así lucrándose con esta prostitución [3] . Si los prohibiesen seguro que serían acusados de atentar contra la libertad de prensa.

¿Por qué la libertad de prensa no garantiza la libertad de expresión de los ciudadanos?

El artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos establece el derecho “a recibir informaciones y opiniones”. En el caso español, nuestra Constitución es la primera en Europa que recoge el derecho a recibir una información “veraz”. Por lo tanto, si las noticias de nuestros medios no poseen la veracidad ni la calidad necesaria y las opiniones no están equilibradas, se estarán violando los dos pilares legislativos fundamentales de nuestra comunidad por mucho que sigan alardeando de libertad de prensa.

Pero para que unos ciudadanos disfruten el derecho de recibir informaciones y opiniones se debe garantizar a otros el derecho de emitir informaciones y opiniones. Y ese derecho, todos los sabemos, lo posee solo un oligopolio de unas pocas empresas de comunicación. En consecuencia los medios no ejercen el derecho a la libertad de expresión, ejercen el derecho a la censura puesto que deciden qué es lo que se publica y difunde, y qué es lo que no.

La nueva censura

Durante mucho tiempo hemos asociado dictadura o abuso de poder en lo relacionado con la información con censura. Consistía en la prohibición de difundir una determinada información. Es evidente que el problema de la información hoy no es la censura, en pocos países se impide difundir un determinado dato, un determinado hecho o una determinada opinión. Sin embargo sigue existiendo un importante déficit del derecho a la información. O dicho de otra manera, existen otras formas de censura.

Y aún hay más, el escritor y periodista polaco Ryszard Kapuscinski comparaba la situación de censura que vivió en su país durante el denominado socialismo real con el panorama actual en los medios. Según él, aquella censura ahora está maquillada por la manipulación. Si antes, en su Polonia natal, los gobiernos impedían la difusión de determinadas noticias, ahora mediante los silenciamientos, la frivolización, el desvío de la atención a asuntos menores, la marginación de intelectuales díscolos e incluso las mentiras, el panorama de desinformación de la misma víctima –el ciudadano de a pie- no ha mejorado.

Analicemos dos símiles. Si estoy viviendo bajo un gobierno dictatorial que quiere impedir que me llegue la carta de un amigo procedente de fuera del país, éste gobierno puede hacer lo tradicional de un sistema opresor: poner un policía a vigilar mi buzón de correos y cuando llegue la carta apropiársela e impedir que me llegue. O podría hacer otra cosa, encargar a sus agentes dejar todos los días quinientas cartas en mi buzón mezcladas con la que buena que llegue de mi amigo y que yo no la pueda diferenciar. De este modo habrán logrado igualmente obstaculizar la información entre nosotros dos. Otro símil es ese juego de niños en el que Pepito le quiere decir algo a Juanito y el resto de los amigos no quiere que Juanito se entere. Entonces, cuando Pepito va a decir algo, todos empiezan a gritar y a hablar al mismo tiempo. Como resultado Juanito no sabe lo que Pepito le quiere contar.

Estaremos de acuerdo en que estos dos ejemplos gráficos y anecdóticos poseen la misma eficacia que un sistema de censura para evitar la transmisión de un mensaje. La idea que yo quiero transmitir es que existe una nueva forma de censura, diferente a la tradicional, pero igual de eficaz: Enterrar la verdad con la mentira o la información inútil. Si la impunidad de los medios les permite mentir sin asumir ninguna responsabilidad, lo harán constantemente, lo hacen, y el ciudadano no sabe diferenciar entre la verdad y la mentira, no sabe cuál es la verdad. O sea, igual que la censura de la dictadura.

El derecho a la censura

Seguimos hablando de censura. La libertad de expresión -que ellos llaman libertad de prensa- debe consistir también en que podamos conocer las reclamaciones y aportaciones de una asociación ecologista, un sindicato, unos abogados de derechos humanos, etc... Es decir, voces críticas que tienen algo que decir. ¿Existen prohibiciones para que esas personas y colectivos puedan hacer sus denuncias? En la mayoría de los países no. Sin embargo, ¿quién tiene el poder para que esas voces lleguen a los ciudadanos? Evidentemente los medios de comunicación. Ellos no ejercen el derecho a la libertad de expresión, sino el derecho a la censura, en la medida en que deciden lo que vamos a conocer los ciudadanos y lo que no. Una democracia debe garantizar el derecho ciudadano a informar y ser informado, no puede quedar en manos de unas empresas de comunicación privadas sin participación democrática, como sucede habitualmente. En nuestros sistemas de mercado no son los gobiernos los que aplican la censura, son los medios de comunicación.

Los medios atropellan a los otros poderes

Nuestra sociedad está funcionando bajo los parámetros de los medios de comunicación. Al apostar por una democracia representativa, el principal poder es la opinión pública, de ahí que los agentes que operan en la conformación de esa opinión se han convertido en el poder principal de nuestras democracias. Los medios nacieron para llevar a la ciudadanía informaciones sobre acontecimientos, propuestas de los políticos, informaciones sobre las acciones de nuestros gobernantes, opiniones al respecto de la oposición y de los movimientos sociales. Sin embargo, la hipertrofia del modelo mediático ha convertido a los medios en interceptadores de la información más que en transmisores. Como resultado han terminado atropellando y desplazando a los otros tres poderes.

Ejecutivo. El poder ejecutivo se encuentra a merced de los medios para explicar a los ciudadanos sus políticas, posiciones o intenciones. Un presidente o un ministro (que representa a millones de personas) da una rueda de prensa y serán los medios (que no representan a nadie) los que decidan si difunden su mensaje y cómo lo hacen. Un columnista de prensa tendrá más acceso a los ciudadanos a través de su presencia mediática que un ministro.

Legislativo. Los ciudadanos no van a los parlamentos a escuchar los debates, tampoco los siguen en directo por televisión o radio. Son los medios los que transmiten lo que consideran oportuno. Yo mismo he comprobado cómo un partido de la oposición que quiera denunciar algo convoca antes una rueda de prensa que una iniciativa parlamentaria para debatir en el Congreso. Y, a continuación, el gobierno convocará una rueda de prensa para responder a la oposición. De esta forma, la institución en la que se sustenta el poder legislativo, con sus representaciones proporcionales a los resultados electorales, sus procedimientos de debate e intervención, termina desplazada por los micrófonos y las cámaras. Hoy, si un diputado tuviera que elegir entre media hora de intervención en el pleno del parlamento y diez minutos ante la televisión elegiría lo segundo porque sabe que es más eficaz.

Judicial. El poder judicial tampoco se libra del atropello mediático. Todos sabemos que, cada vez con más frecuencia, los jueces deciden aislar a los jurados durante el transcurso de los juicios para que no se vean condicionados por el clima creado por los medios de comunicación. Eso quiere decir que los medios poseen un poder sobre decisiones judiciales. En otros casos, los jueces, como los periódicos, han terminado siendo víctimas de campañas mediáticas indecentes. No hay que buscar los ejemplos en el tercer mundo. En Italia el juez Raimondo Mesiano condenó a la empresa de Berluconi, Fininvest, a indemnizar con 750 millones de euros al ciudadano De Benedetti por el denominado caso Mondadori. La sentencia estableció que la empresa de Berluconi arrebató de forma ilegal la propiedad de una editorial a Carlo De Benedetti. Entonces las televisiones de Berlusconi comienzan una campaña contra el juez, de más de sesenta años, para ridiculizarlo. Las cámaras de la televisión le siguen en secreto cuando pasea por la calle para ver si le descubren en algún hecho poco honorable. Como no ven nada anormal emiten las imágenes de cómo se dirige a la peluquería. Le ridiculizan diciendo que anda despistado, que se comporta de forma extraña andando para delante para detrás, que no deja de fumar, (en realidad solo estaba en la calle esperando su turno en la peluquería) y terminan el reportaje señalando “una extravagancia”: que lleva camisa blanca, pantalón azul, mocasín blanco y calcetín azul turquesa, que “no son los más apropiados en un tribunal”, dice la periodista. La televisión cuyo propietario tiene citas sexuales remuneradas con menores de edad se pronuncia sobre lo inapropiado de llevar calcetines azules. Todas las asociaciones de magistrados denunciaron la miserable campaña mediática.

El papel del Estado

En los tradicionales regímenes dictatoriales, medio de comunicación de propiedad estatal era sinónimo de control por parte del aparato militar y represor. La verdad, la denuncia y la crítica sólo podían venir de medios no estatales que eran perseguidos y reprimidos. El modelo actual de democracia representativa, con todos sus defectos, ha variado esa situación, el Estado deja de ser el ente represor para convertirse, o debería convertirse, en el legítimo delegado de la sociedad civil organizada. En democracia, los legisladores y gobernantes son nuestros representantes; las leyes, las que desea el pueblo, y su justicia, la que aplica la legislación aprobada por los representantes públicos. No hay legítimos legisladores, ni leyes, ni jueces fuera del Estado democrático, aunque sí grupos sociales representativos a tener en cuenta. Por tanto, y volviendo a los medios, es -o debería ser- el Estado el garante de los valores de pluralidad, democracia y participación en los medios de comunicación. En realidad, no se trata de otra cosa diferente de lo que sucede con otros servicios y derechos, como la sanidad o la educación. Estamos convencidos de que sólo un Estado social y de derecho podrá garantizar asistencia médica a quienes no tengan recursos y educación digna a todos los ciudadanos, algo que sabemos no hará nunca la sanidad privada o los colegios privados, planteados con el objetivo de lograr beneficios. De la misma forma, un sistema comunicacional basado en la empresa y el mercado tampoco podrá garantizar el derecho ciudadano a informar y a estar informado. La interpretación torticera del concepto de libertad de expresión, presentada como libertad de prensa, consiste en el privilegio de los medios privados. En realidad lo que reivindican es el derecho a la censura, es decir, a ser ellos quienes eligen lo que se difunde o no.

Es verdad que los intentos de los gobernantes y sus partidos de controlar los medios públicos son un problema que está a la orden del día, pero la alternativa será establecer mecanismos e instituciones que impidan ese control y métodos que garanticen la independencia y profesionalidad de periodistas y directivos. Además, los medios privados, aunque pueda parecer paradójico, pueden ser más serviles con el poder político que los públicos. No olvidemos que gran parte de sus ingresos procede de decisiones gubernamentales: publicidad institucional, medidas fiscales beneficiosas, subvenciones, ayudas a I+D, etc. Y sin embargo, no existen los mecanismos de control que se pueden establecer para los públicos: consejo editorial, representantes de la oposición o comisión parlamentaria, consejos ciudadanos... Esta situación origina un doble discurso de los dueños de los medios privados: denuncian intervencionismo cuando las decisiones democráticas no son de su gusto, pero exigen dinero y ayudas públicas cuando tienen problemas económicos.

No vamos a negar que, a pesar de todo, por ejemplo las televisiones públicas no cuentan con los mecanismos de participación democrática que todos desearíamos, y que el poder de los gobiernos en muchas ocasiones es excesivo. Lo que es indiscutible es que los profesionales de las televisiones privadas nunca podrán denunciar y mostrar en pantalla los intentos de presión por parte de sus propietarios. De modo que la verdadera independencia y pluralidad, la verdadera libertad de prensa, o viene de los medios de comunicación públicos y comunitarios con apoyo del Estado o no vendrá nunca. Por tanto, la conclusión es que debemos reivindicar el papel del Estado en los medios de comunicación, un papel, eso sí, que se fundamente en la participación social y la pluralidad y no en el uso partidista de un gobierno. Del mismo modo que la Administración pública contrata médicos, catedráticos de universidad, jueces y diplomáticos de carrera sin atender a su ideología ni condicionarles políticamente después, así podría suceder con los profesionales de los medios de comunicación públicos. Todo sin olvidar el derecho de la ciudadanía organizada a crear sus propias vías de comunicación, medios comunitarios que realmente sólo podrán ser valiosos y sólidos si el Estado ayuda con recursos para que salgan de la marginalidad.

Debemos reconocer que, en democracia, ha habido muchos malos precedentes de medios públicos que se han destinado al uso exclusivo del grupo político gobernante, ignorando la voz de colectivos ciudadanos, opositores e intelectuales independientes. Pero eso no debe impedirnos que apostemos por el Estado como vía de democratización del panorama comunicativo. No vamos a privatizar los juzgados porque consideremos a sus jueces demasiados parciales a favor del gobierno, no podemos pensar que el mercado nos proveerá de la pluralidad que no da el Estado. La estigmatización de lo público en la que tanto ha insistido la ideología neoliberal ha sido eficaz en numerosas ocasiones, y una de ellas ha sido en la percepción de lo público en lo referente a los medios de comunicación.

Nos encontramos ante un nuevo reto, buscar el método para que los ciudadanos recuperen su derecho a la información mediante un Estado al que debemos exigir que cumpla con su obligación de garantizarlo. A ese Estado los ciudadanos debemos darle poder y el Estado a los ciudadanos, control. Esa es la verdadera libertad de prensa en una democracia.

Pascual Serrano es periodista. Su último libro es "Contra la neutralidad. Tras los pasos de John Reed, Ryzard Kapuścińsky, Edgar Snow, Rodolfo Walsh y Robert Capa" . Editorial Península. Barcelona

Este texto está basado en la intervención en la mesa redonda “Democracia y libertad de prensa” dentro del Seminario “Democratización de los medios”, organizado por la Asociación de Juristas de Río Grande del Sur (Ajuris), Altercom e Intervozes y celebrado en Porto Alegre, Brasil. 3 de noviembre de 2011 Parte de la información y las argumentaciones expuestas proceden de mis libros El periodismo es noticia (Icaria 2010) y Desinformación. Cómo los medios ocultan el mundo (Península, 2009).

[1] Este tesis es presentada extensamente en el libro Los guardianes del poder. El mito de la prensa progresista. David Edwards y David Cromwell (Txalaparta, 2011)

[2] Acuerdo de la Comisión Mixta de los Derechos de la Mujer y de la Igualdad de Oportunidades por el que se aprueba el Informe de la Ponencia sobre la situación actual de la prostitución en nuestro país. BOE, 24-4-2007

[3] Esta información se presenta más extensamente en el libro Traficantes de información. La historia oculta de los grupos de comunicación españoles. Pascual Serrano (Foca, 2010)

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=142026

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Triunfo del ALBA en la OMC

Umberto Mazzei Rebelión

Aceptar cualquier desastre con tal de no quedarse solo es la receta de la diplomacia cobarde.

Pablo Solón. El Gran Escape III.

La VIII Conferencia Ministerial de la OMC acaba de terminar con un notable triunfo de los países que conforman el ALBA: Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua y Venezuela. A medida que progresaban las negociaciones sobre las propuestas que debía sancionar la Declaración Ministerial, el ALBA se hacía más visible. Cuba presentó una propuesta interesante sobre Comercio Electrónico, que fue la primera Decisión consensuada que conformó la débil Agenda de la Ministerial. Ecuador presentó una importante propuesta sobre Servicios Financieros. Hubo varias iniciativas de tipo crítico en que el ALBA actuó apoyándose de manera coordinada, pero la intervención fulminante fue el documento que acabó con el intento de pasar ilegalmente un texto como una Declaración Ministerial consensuada.

Hay varios proyectos en giro que convienen a las empresas multinacionales por los que abogan aquellos gobiernos de países desarrollados y en desarrollo que se les han subordinado. Esos proyectos inspiran propuestas en los organismos internacionales que buscan siempre erosionar el derecho soberano de conducir políticas nacionales y crear, en cambio, ambientes en que las empresas apátridas puedan actuar con desenvoltura. Hay propuestas favorables a ellas tan evidentes como la de validar estándares privados como obligatorios o eliminar el derecho a limitar la exportación de alimentos o “cosechar” con acuerdos plurilaterales los puntos en que hay acuerdo, pero condicionado al progreso en otras áreas para mantener el equilibrio multilateral de la negociación.

Estas iniciativas están en oposición a los intereses de la gente en todos los países, pero hay muchos gobiernos democráticos que no defienden otro interés que el de los dueños del “mercado”. Los Indignados europeos y los Ocupa norteamericanos son la vanguardia consciente de ese 99% que en todas las naciones es víctima de un 1% de explotadores apátridas.

Las maniobras opacas

El desarrollo de los acontecimientos anteriores a la VIII Conferencia Ministerial es típico de la opacidad con que actúa la Secretaría de la OMC, dirigida por M. Pascal Lamy. El sólito grupo de países representantes de las multinacionales, conocidos como “los amigos del Sistema”: Australia, EE UU, Japón, UE et al., sostuvieron reuniones, no necesariamente en la OMC, con la Secretaría de la OMC. No sabemos con exactitud cuantas ni cuando, porque son reuniones muy discretas. Lo que si sabemos es que de esas reuniones salió un texto. Ese texto no fue presentado - quiero decir leído – que hasta el 29 de noviembre – 15 días antes de la VIII Conferencia Ministerial. El texto si había sido conocido antes, el día 27, en un “Green Room” (Cuarto Verde), como llaman las sesiones de M. Lamy con la cofradía de unos 20 países escogidos por la Secretaría; otra muestra de opacidad excluyente.

Según el Reglamento de la OMC, los documentos que se incluyen en la agenda de las reuniones, deben ser distribuidos, por lo menos, con 10 días de anticipación para que las delegaciones y sus gobiernos puedan analizarlas. Pues bien, hasta el día 29, las delegaciones de países de la variedad “vulgaris” (unos 130) desconocían el documento. Tampoco es que, fuera de los autores originales del texto, los invitados al Cuarto Verde hubiesen tenido tiempo de estudiarlo.

Hay aún otra irregularidad. El día 18 de noviembre circuló el Aerograma que informaba sobre la reunión formal del Consejo General y en su agenda no figura algún documento como texto para la VIII Conferencia Ministerial, que luego sería su tema central de discusión. El texto sólo fue leído en la reunión informal del 29, por el Presidente del Consejo General, el nigeriano Yonov Frederick Agah. Ni siquiera se entregó a los presentes un texto escrito, sino hasta más tarde en el día y sólo como un JOB (documento informal) y en inglés. Se pretendía, según el Presidente del Consejo, que se le mirase y se opinase el día siguiente, en el Consejo General formal. Al día siguiente, el día 30, en el Consejo General formal, la presidencia lo convirtió, así no más, en un documento formal y dijo que si en 16 horas ninguna delegación lo había rechazado, se consideraba aprobado por consenso.

Los embajadores de Bolivia, Cuba y Ecuador protestaron en la sala por lo irregular del procedimiento. El cubano Rodolfo Reyes Rodríguez, dijo que era un intento deliberado de forzar una aceptación sin permitir consultas con las respectivos gobiernos y pidió más tiempo. Habló con cortesía diplomática, pero se sintió como que acusaba a la Secretaría de asalto con premeditación, alevosía y ventaja. Al pasar el plazo arbitrario de 16 horas ningún país había rechazado el documento, lo que demuestra la moderación, madurez y autocontrol del ALBA, que preparaba su jugada.

El documento de la Secretaría

El documento que debía proponerse como texto final de la VIII Conferencia Ministerial tenía dos partes de distinta categoría y quedaba en el aire si debía presentarse bajo el título de Declaración Ministerial o un Informe del Presidente. Eso es también irregular. Sobre la primera parte aparentemente había consenso, quiere decir no había una clara oposición, pero con detalles pendientes aplanados por miedo al “costo político” de quedarse oponerse solo; un fantasma insustancial que ronda por los organismos internacionales. La segunda parte contenía las propuestas que se debaten, por lo que es de preguntarse que hacían allí, pero se suponía que serían sólo una información personal del Presidente del Consejo General.

Otro “detalle” es que el papel no estaba abierto a discusión, era una propuesta de aprobar o rechazar; un modo de negociar que ya se ha intentado varias veces en estos últimos meses. Una técnica que aprovecha el temor a contradecir, por el supuesto “costo político” de hacerlo. Un criterio que personalmente no entiendo, porque sólo o acompañado lo importante es no estar equivocado; lo que tiene costo político y social es aceptar lo que no conviene al país.

En una organización llena de asechanzas como la OMC no se puede dejar nada en el aire y agrupar bajo el título de Declaración Ministerial propuestas consensuadas y no consensuadas no parece algo casual o inocuo. Se presta para que luego se malinterprete el documento y se diga que estaban consensuadas todas las partes del contenido y se le haga pasar entero como un Mandato Ministerial que es obligatorio para todos los países miembros.

La contraofensiva del ALBA

Con fecha 15 de diciembre, 48 horas antes de terminar la Conferencia Ministerial, con Ginebra llena de periodistas para la magna ocasión, apareció y se distribuyó a la prensa el documento WT/MIN(11)/W/4. No fue fácil hacer que la Secretaría de la OMC lo distribuyera también a los miembros. Tal vez la velada amenaza de preguntar si era posible usar un altavoz en la sala, porque sólo habían micrófonos para la presidencia, ayudó a que la Secretaría cumpliera con su deber de repartir los documentos que emiten los países miembros.

El documento tiene un enfoque sin precedentes en OMC, pero sentó uno bien eficaz. Se trata de apenas una página y media, titulada “Comunicación de el Estado Plurinacional de Bolivia, la República de Cuba, la República de Ecuador, la República de Nicaragua y la República Bolivariana de Venezuela.”

El documento comienza señalando que en la OMC la turbia opacidad es vieja maña. Luego dice “Se constata que cada vez se emplean métodos más sofisticados para impedir la participación de todos los Miembros y generar la apariencia de un proceso inclusivo y consensuado. Apenas, un día antes de la reunión formal del Consejo General del 30 de noviembre de 2011, se han presentado los resultados intocables de un proceso de consultas efectuado en grupos reducidos; intocables en tanto que según sus responsables reflejaban "equilibrios delicadamente alcanzados” y por lo mismo solo susceptibles de ser puestos en conocimiento de los demás Miembros.”

“El comercio es un instrumento y no un fin en sí mismo” y explica “A lo largo de su camino al desarrollo, los Miembros desarrollados de esta Organización, han venido y continúan aplicando políticas dirigidas a promover la restructuración económica y el crecimiento de la productividad, es decir, intervenciones públicas explícitas en la economía.”

Dice luego que el informe del Presidente, llamado "Posibles elementos de orientación política" puede “interpretarse sesgadamente para favorecer negociaciones de acuerdos plurilaterales en desmedro del multilateralismo, favoreciendo algunos intereses en particular de países desarrollados, o la inclusión de nuevos temas, sin antes haber resuelto los desequilibrios” … Termina diciendo que el informe del presidente “representa solo la opinión de algunos Miembros, por lo que nos desasociamos del consenso, …y consideramos que el documento “no tiene ningún efecto jurídicamente vinculante para los Miembros, en tanto que ha sido presentado bajo la exclusiva responsabilidad del Presidente del Consejo General.”

El papel del ALBA puso en evidencia pública la turbia ilegalidad del procedimiento. No hubo nunca en la OMC una protesta tan clara, firme, valiente y oportuna. El Informe del Presidente de la VIII Ministerial debió cambiar de tono; ya no mencionó consensos, habló bajo su propia responsabilidad y reconoció explícitamente que no tenía algún efecto vinculante. Escuche luego decir a un diplomático argentino, “Che, el ALBA le escupió el asado a Pascal Lamy”.

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martes, 27 de diciembre de 2011

¡Solidaridad con Julián Conrado!


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El embarazo adolescente y la pobreza escrita en femenino

Marianny Sánchez AVN

Aproximadamente 8.000 adolescentes venezolanas menores de 15 años se convirtieron en madres en el año 2010. De cada 4 bebés que nacen, uno tiene por madre a una mujer menor de 18 años. Estos datos, aportados por la ministra de la Juventud, Mary Pili Hernández, ponen en cifras un flagelo hondamente relacionado con la imposibilidad de superar la pobreza.

Para Hernández, la falta de información y de comunicación entre padres e hijos son dos factores que dificultan experimentar la sexualidad de manera planificada.

“Aún hay un tabú al momento de hablar de sexo, esto no debe ser, este tema es algo muy natural, el sistema sexual es tan normal como puede ser el sistema nervioso, digestivo o respiratorio, del sexo se debe hablar con naturalidad, puesto que de esto se origina la reproducción, pero se debe tener información de cómo se puede prevenir un embarazo a temprana edad”, dijo la ministra durante el taller “Embarazo, un problema de dos”, dictado a los jóvenes del refugio Platinum, ubicado en Guatire, estado Miranda.

Las consecuencias de un embarazo temprano son devastadoras, especialmente para las mujeres. Insertas en un sistema patriarcal que exime la responsabilidad de los hombres con respecto a los hijos, históricamente las mujeres han tenido que acarrear con los deberes conexos al hecho de ser madres.

Los cuidados que requiere un infante para su desarrollo son el primer eslabón de una cadena que sigue tejiéndose en detrimento de la libertad de las mujeres, ahora madres, en el diseño y desarrollo de un plan de vida autónomo. Dado que no cuentan con recursos económicos para costear servicios externos de cuidado – como guarderías – la mayoría de ellas abandona la vida académica para dedicarse a la crianza de la prole.

"Al salir embarazada antes de los 17 años de edad, lo más probable es que la adolescente tenga que dejar sus estudios y sacrificar sus planes y proyectos de vida. Al no culminar sus estudios no tiene el conocimiento profesional para optar por un buen empleo y en caso de conseguirlo surge otro problema, ¿quién cuida al bebé? ", enfatiza la titular del ministerio de la Juventud.

Este tipo de “pausas académicas” devienen en la dificultad de acceder a un empleo formal que proporcione beneficios sociales. La desprofesionalización se vuelve entonces una constante en la vida de las mujeres, causante además de que la pobreza se escriba, mayoritariamente, en clave femenina.

Un estudio del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) publicado en 2010, referido al período 2005 – 2007, reveló que las adolescentes venezolanas entre 16 y 19 años de edad representan el mayor porcentaje (3,5 veces superior a los adolescentes) de población totalmente inactiva tanto académica como laboralmente.

Además – de acuerdo al Estado Mundial de la Infancia 2007 de Unicef- las adolescentes menores de 15 años que salen en estado tienen cinco veces más probabilidades de morir durante el embarazo que las mujeres mayores de 20 años.

Luzmari Guacarán tiene 15 años y se encuentra a la espera de su segundo bebé.

"Lo mejor es que las muchachas se cuiden para que no pasen por esto y para que cuando vayan a dar a luz estén bien, porque hay muchas de mi edad que cuando paren les da preclamcia, se mueren en el parto y dejan a los bebecitos allí", advierte Luzmari, quien a partir de enero devengará la ayuda mensual que establece la Gran Misión Hijos de Venezuela (430 bolívares por cada uno de sus hijos, 1 Dólar = 4,29 Bolívares).

"Yo ya me puse el aparato, este segundo es el último, porque una tiene que tener conciencia", concluyó.

Más jóvenes, más pobres

La Gran Misión Hijos de Venezuela, desarrollada por el Gobierno nacional, surge como una iniciativa de protección social para atajar dos flagelos profundamente vinculados: el embarazo adolescente y la feminización de la pobreza.

El Presidente de la República ha sido enfático al aclarar que la misión trasciende la asignación monetaria mensual. Más allá persigue la inclusión de las madres en el sistema de educación técnica y universitaria, su organización comunal para el desarrollo de proyectos socioproductivos, y la creación de alternativas de trabajo que les confiera la autonomía económica para que el aporte monetario asumido por el Estado ya no sea necesario.

“Esta es una gran misión transitoria, mientras ustedes salen de la pobreza, de la miseria", reiteró el Presidente el pasado 12 de diciembre durante el inicio del registro en esta Gran Misión, en Caracas.

Entre los Objetivos del Milenio – suscritos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2000 – destaca, en primer lugar, erradicar la pobreza extrema y el hambre; tarea que pasa por conseguir pleno empleo productivo para todos. En tercer lugar promover la igualdad entre géneros y la autonomía de la mujer, y en quinto mejorar la salud materna. Objetivos todos contemplados en la Gran Misión Hijos de Venezuela.

El compromiso de utilizar la ayuda económica mensual como un trampolín para salir de la pobreza está claro para Amanda Belmonte, madre soltera de dos niños y vocera de la Misión Madres del Barrio.

"No podemos quedarnos con la ayuda del Presidente, la ayuda de verdad es que te den las herramientas para surgir. Nosotras tenemos que seguir la lucha con nuestros hijos, trabajar, estudiar, enseñarles que estudien, que trabajen, para que sea independientes y trabajen por su país", dijo Amanda, quien integra uno de los cuartetos de registro la Misión Hijos de Venezuela.

Prevención como bastión fundamental

Son derechos sexuales y reproductivos de las mujeres– definidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) – buscar, recibir e impartir información sobre la sexualidad, educación sexual, así como acceder a métodos anticonceptivos para decidir cómo y cuándo ser madres. Más allá de las políticas diseñadas por el Estado para paliar los estragos que los múltiples y tempranos embarazos tatúan en la vida de las mujeres, la prevención es vital para erradicar progresivamente este flagelo.

Tibisay Ruiz Gómez tiene 31 años y es madre de 3 niños. Dado que su esposo falleció hace 8 meses y que trabaja a tiempo parcial, también se inscribió en la Gran Misión Hijos de Venezuela.

"Las muchachitas que a los 12, 13 años salen embarazadas, tienen que ponerse las pilas: los anticonceptivos ahora son gratis. En la televisión deben decir esto, decir dónde se pueden conseguir, cuáles son, hacerle un llamado a las chamas para que no tengan relaciones sin protección. Yo fui mamá a los 21 y con todo y eso estaba muy joven, entonces a los 12, 13, 14, son niñas teniendo niños, si a una le cuesta de grande, a una niña le cuesta más, deja de estudiar, después no trabajan y no surgen”.

Con este punto coincidió la ministra Mary Pili Hernández, quien denunció el bombardeo de sexualidad a través de todos los medios masivos: “hablan de tener una sexualidad activa, pero ninguno habla de cómo tener una sexualidad responsable, ninguno da una información real y verdadera que prevenga tantas enfermedades, ni esos embarazos que no son deseados".

El Taller “Embarazo Temprano, un problema de dos”, es uno de los programas diseñados por el Ministerio de la Juventud para dar cumplimiento al mandato establecido en la Ley Nacional de la Juventud, que establece la responsabilidad del Estado de garantizar que los jóvenes reciban “la información y educación sexual, servicios y recursos necesarios para el mantenimiento de la salud sexual, reproductiva y sana".

Fuente: http://www.avn.info.ve/contenido/embarazo-adolescente-y-pobreza-escrita-femenino

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jueves, 22 de diciembre de 2011

El ajedrez global de la crisis

Claudio Katz La Haine

Una nueva fase recesiva de la crisis iniciada en el 2007 se vislumbra en las economías desarrolladas. El rebote logrado con desembolsos estatales se está agotando y la próxima recaída incluirá un alto piso de desempleo. Sólo para retomar el nivel de ocupación vigente al comienzo del temblor se necesitarían crear en el mundo 17 millones de puestos de trabajo y las tesorerías están exhaustas por el socorro brindado a los bancos.

En el debut de la convulsión hubo dos interpretaciones económicas predominantes. Los neoliberales subrayaron la culpabilidad de los deudores, que tomaron préstamos sin capacidad de repago y la irresponsabilidad de los Estados, que asumieron pasivos inmanejables. Los keynesianos remarcaron, en cambio, la falta de regulación financiera y los excesos de especulación. También subrayaron el deterioro de la demanda solvente por el estancamiento de los salarios y la polarización social. Ambas corrientes enfatizaron distintos desaciertos de la política económica que condujo al colapso actual.

Pero esta atención inicial en el origen de la crisis se ha desplazado posteriormente hacia otro problema: el impacto regional diferenciado de la convulsión y los consiguientes cambios en el tablero geopolítico. Esta mirada realza el viraje hacia la multipolaridad, la pérdida de hegemonía estadounidense, al ascenso de China y la gravitación de las economías emergentes.

¿Cómo se desenvuelve la crisis económica en cada región? ¿Cuáles son las estrategias en juego de las clases dominantes? ¿Qué tipo escenarios están despuntando a nivel global?

FRACTURA DE LA ECONOMIA ESTADOUNIDENSE

El desplome inmobiliario desató la crisis en Estados Unidos, cuando los deudores insolventes (subprime) no pudieron afrontar el pago de sus cuotas. Los bancos afrontaron un gran bache de cobranza frente a 11 millones de viviendas valuadas por debajo de sus hipotecas y un quinto de los propietarios asfixiados por créditos impagables.

Posteriormente salió a flote el mismo endeudamiento en otros terrenos. Las familias soportan pasivos equivalentes al 112% de sus ingresos y obligaciones financieras 37% superiores a la década pasada. Toda la cadena de financiación está afectada por una morosidad que induce a los bancos a retacear los préstamos y a crear un círculo vicioso de recesión y mayor fragilidad financiera.

Los economistas ortodoxos acusan a los deudores y sus adversarios a los bancos. Pero ambos olvidan que la bola de nieve de consumos financiados sin respaldo se arrastra desde hace varias décadas, como consecuencia de la reorganización capitalista que impuso la mundialización neoliberal. Esta transformación introdujo un deterioro en las condiciones laborales (precarización, estancamiento de los salarios, segmentación de las calificaciones), que retrajo los ingresos populares e impulsó a mantener el consumo con el auxilio crediticio.

Con grandes préstamos a las familias se sostuvo la demanda frente a un desempleo que ya bordea los dos dígitos, una pobreza que afecta al 15% de la población, sueldos retraídos al nivel vigente hace 15 años y una concentración escandalosa de la riqueza [2] .

La reestructuración neoliberal también incluyó una significativa deslocalización de las firmas, que lucran en el exterior con menores costos salariales acentuando la pérdida de puestos de trabajo. Las empresas estadounidenses crean fuera del país, los empleos que destruyen internamente y por esta razón, la recesión local coexiste con el aumento de las utilidades foráneas que obtienen las principales 500 firmas [3]

En las últimas décadas el enorme consumo norteamericano persistió sobre endebles cimientos de endeudamiento, en un contexto de regresión industrial interna, aumento de la explotación, déficit comercial y emigración de firmas. Este crítico escenario fue un resultado de la presión competitiva que impuso el neoliberalismo.

Los desequilibrios generados por esta remodelación salieron a flote con el estallido de la deuda hipotecaria. Pero la magnitud de los desajustes se tornó visible a partir de la bancarrota de Lehman Brothers (2008) y la erosión de todo el sistema financiero (2009).

El socorro posterior ha creado finalmente la actual pesadilla de insolvencia fiscal y bancaria, que hace temblar a los mercados. Las entidades permanecen en terapia intensiva y la deuda estatal se elevó del 62 % (2007) al 100% del PBI (2011) [4]

El gobierno gestiona el agujero fiscal sin ninguna coherencia. Un día acepta la presión de los republicanos para recortar el gasto y a la jornada siguiente lanza un programa de inversión con grandes recortes fiscales. Obama está paralizado entre la presión de la derecha que copó el Congreso y un electorado que sigue esperando el cumplimiento de sus promesas.


REACCION EXTERNA NORTEAMERICANA


Estados Unidos ha intentado ordenar la gestión global de la crisis, mediante la organización del G 20 y la intervención conjunta de los Bancos Centrales. Pero desenvuelve, además, varias estrategias utilizando sus principales instrumentos económicos.

El primer recurso es el dólar que concentra el 85% de las transacciones en divisas, el 65% del comercio global y un porcentaje semejante de las reservas mundiales. Este signo nomina la mitad de la deuda internacional y el grueso de las operaciones con petróleo o materias primas.

El dólar ha perdido el reinado indiscutible que tenía en la posguerra, pero mantiene su primacía ante la ausencia de reemplazo. El euro no logró la influencia requerida para actuar como moneda global, el yen ha perdido influencia y el yuan no se ha internacionalizado como signo convertible.

Esta carencia de sustituto le permite al dólar mantener una intervención predominante, que podría anticipar la futura convivencia de tres monedas (dólar, euro, yuan), el retorno a los tipos de cambio fijo o la negociación de una nueva canasta de varios signos [5] .

En cualquiera de estas alternativas el dólar podría mantener la incidencia que ha conservado desde su in-convertibilidad, en sucesivas etapas de revalorización y desvalorización de su cotización. El margen para administrar tipos de cambios altos (que atraigan capitales) y bajos (que fomenten las exportaciones) se ha estrechado, pero no ha desaparecido.

La influencia norteamericana es también significativa en la reforma del sistema financiero mundial (Basilea III). Este cambio se tramita para incrementar el patrimonio de los bancos, mediante negociaciones sobre el monto que deberían aportar las entidades. También se discute como regular los nuevos mecanismos de especulación (derivados, CDS, Hedge Funds) y las operaciones financieras que las empresas desenvuelven en forma directa.

La internacionalización de las finanzas y la interconexión de las Bolsas tornan imperioso este ajuste normativo, que se procesa a través de una reorganización previa de las entidades norteamericanas. Un reconocido jefe del clan bancario (Paul Volcker) está comandando esa remodelación.

Wall Street actúa en este terreno en estrecha sociedad con la City Londinense. Ambas comparten el manejo de las cúspides financieras y pretenden restringir todas las regulaciones al mínimo compatible con sus negocios.

Los próceres del neoliberalismo (Greenspan y Bernanke) se encuentran a la defensiva para comandar esta reorganización. Ya no ponderan en público la eficiencia suprema de los mercados para auto-contener las burbujas. Pero sus oponentes keynesianos (como William Dudley), tampoco logran apoyo para implementar un mayor control previo de las oleadas especulativas. En ambas variantes la dirección de los cambios se define en Estados Unidos [6] .

La influencia norteamericana es también decisiva dentro del FMI. A pesar de las crecientes atribuciones obtenidas por los nuevos participantes del Fondo, Washington marca la pauta del organismo. En los últimos cónclaves del G 20 logró duplicar los fondos de la entidad, otorgarle mayores facultades como auditora y asignarle crecientes potestades de intervención nacional.

El FMI define actualmente en Europa las sanciones contra cualquier obstrucción del apriete. Suspendió créditos a Ucrania cuando se dispusieron aumentos del salario mínimo, impuso la reducción de los sueldos en Letonia, exigió privatizaciones en Grecia y objetó el referéndum de Islandia contra los acreedores. Ya no actúa sólo en las economías menores, sino que supervisa el rescate de Italia [7] .

Partiendo de estas acciones el establishment norteamericano evalúa estrategias de salida de la crisis, tanteando las opciones inflacionistas. Desde el 2008 la Reserva Federal (FED) inyectó 2 billones de dólares, mediante políticas ultra-expansivas (conocidas como “relajamiento cuantitativo”). Instrumentó emisiones monetarias que inundan de dólares el planeta y facilitan la exportación de los desequilibrios estadounidenses. Esta política apunta a licuar la deuda pública con inflación, repitiendo un mecanismo ya utilizado por Estados Unidos para achicar sus pasivos estatales, empapelando al resto del mundo.

Pero esta reiteración presenta mayores dificultades, no sólo por la resistencia que oponen los economistas ortodoxos. La reducción inflacionaria de la deuda se consumó en el pasado en contextos de alto crecimiento, que permitían achicar la proporción total de esa carga en comparación al PBI. Nadie avizora esos escenarios de prosperidad en los próximos años [8] .

EL DESCALABRO EUROPEO

Muchos analistas europeos caracterizaron inicialmente la crisis del Viejo Continente como un simple eco del temblor norteamericano. Pero esa visión quedó desmentida por la impresionante dimensión del tsunami europeo [9] .

La magnitud de ese desplome se explica por los desequilibrios específicos que generó la formación de la Unión Europea (27 países) y la Eurozona (17 naciones). Ambas iniciativas buscaron amoldar la región a las reglas neoliberales de la competitividad global, sustituyendo la antigua diversidad de economías por un bloque liderado por la locomotora alemana y la diplomacia francesa.

El comando económico germano se consolidó con la anexión del territorio oriental (ex RDA). Las clases dominantes utilizaron el poderío tecnológico y la alta productividad de la industria, para reforzar la disciplina salarial y transformar al país en la gran potencia exportadora de la zona euro.

Pero la crisis actual ha demostrado el carácter inacabado de ese bloque. La moneda común fue introducida para asegurar la colocación de los excedentes germanos, mientras se posponía la organización del presupuesto y la fiscalidad compartida. Esa carencia ha sido letal. La ausencia de instituciones estatales comunes para respaldar el signo monetario socavó la cohesión del proyecto y potenció la heterogeneidad de la comunidad. En lugar de consolidar la estructura en gestación acrecentó la distancia que separa a las economías pujantes de los países rezagados.

Inicialmente se esperaba acortar esas brechas mediante el desarrollo de un mercado compartido y la instrumentación de transferencias hacia las zonas relegadas. Pero terminó prevaleciendo un proceso inverso, de sistemática pérdida de posiciones de los países con mayores tasas inflación y menores índices de productividad. Esta fractura condujo a desequilibrios comerciales que fueron compensados con endeudamiento. Al final, sobrevino el pase de facturas de las economías excedentarias (Alemania, Holanda, Austria) a los países deficitarios (Grecia, Portugal, Irlanda) [10]

El endeudamiento público y el quebranto de los bancos acentuaron esta brecha entre el centro y la periferia de la Eurozona. Primero colapsaron las pequeñas economías agobiadas por el desbalance comercial (Grecia), la inversión extranjera sesgada (Irlanda) y la financiación foránea especulativa (Islandia, Chipre). Luego el desplome fiscal se expandió a Italia (tercer país la zona) y ahora amenaza a España (que afronta una enorme morosidad hipotecaria).

Todos los bancos tienen repletas sus carteras de títulos públicos insolventes. Las frágiles entidades de Grecia, Irlanda o Islandia ya colapsaron y hay pavor por la situación de grandes instituciones de Francia, Alemania, Austria o Italia. Las transacciones inter-bancarias se han encogido, crece el temor por la toxicidad de los balances y hay salidas de fondos hacia lugares más seguros [11] .

LA ESTRATEGIA GERMANA

Alemania no puede intentar las respuestas globales que tantea Estados Unidos. Carece de los recursos imperiales que conserva la primera potencia y ha optado por una estrategia deflacionaria defensiva, que ese ubica en las antípodas de la opción inflacionaria norteamericana. Mientras que la FED ha impulsado reducciones sistemáticas de las tasas de interés, el Banco Central Europeo (BCE) ha encarecido el costo del dinero.

Frecuentemente se explica esta diferencia por un cruce de tradiciones. La memoria de Weimar es contrastada con el recuerdo del New Deal. Este contrapunto entre temores europeos a la hiperinflación y recuerdos norteamericanos de la Gran Depresión ilustra la brecha de influencia que existe entre ambos países, en la gestión internacional de la crisis [12] .

Alemania actúa a nivel europeo con una política de atropello para descargar sobre los trabajadores el costo de la crisis. Esta embestida no implica un ajuste más. Supone demoler el estado de bienestar construido desde la posguerra y barrer con conquistas sociales nunca alcanzadas por los asalariados de otros continentes. Las tasas de desempleo europeo ya promedian el 20 % y bajo el impacto de la precarización laboral, la pobreza se ha extendido a un cuarto de la población [13] .

El otro cimiento de la política germana es el apriete fiscal para sostener el euro. En los últimos meses la continuidad de este signo quedó en la cornisa y se ha especulado con su reorganización, fractura o desaparición. Pero esa moneda ha sido la llave de un dominio exportador alemán basado en la unificación de los mercados y la eliminación de las barreras proteccionistas.

Para preservar el euro se impuso la suscripción del reciente pacto fiscal. Se fija un plazo para restaurar reglas de déficit y deuda pública, con sanciones automáticas para los países que violen esos límites. Tendrán que incorporar ese principio presupuestario como una norma constitucional y someterse al control de cortes supra-nacionales. Estos poderes supervisarán el gasto, imponiendo recortes en cualquier momento del año y colocando a los pueblos entre la espada y la pared. Quienes incumplan el cronograma serán automáticamente excluidos de la Eurozona.

Este endurecimiento es congruente con la estrategia alemana de reforzar su patrón exportador sin emitir dinero. Busca afianzar el rol de la periferia europea como proveedora de insumos a costos decrecientes. La poda de los salarios griegos, la pulverización de la seguridad social irlandesa y el generalizado aumento de la edad de jubilación anticipan las consecuencias de esta reorganización [14] .

Alemania impone esta estrategia deflacionaria, vetando todas las iniciativas financieras que amenazan su competitividad. Bloqueó la creación de los Eurobonos y la mutualización de las deudas. Obstruyó la ampliación del fondo de rescate bancario (FEEF- MEE), impidió la compra de bonos en los mercados secundarios y reforzó las prohibiciones de financiamiento directo del BCE a los estados.

Este rigor no implica abandonar a los bancos en quiebra. Alemania aprueba el auxilio, pero buscando preservar su potencial industrial. No renuncia a la financiación futura de la Eurozona con los mecanismos federales que rigen en Estados Unidos, pero quiere garantizar su control fiscal previo. Aceleró esta supervisión ante la vulnerabilidad de los bancos y la imposibilidad de de repetir la paulatina absorción de acreencias, que implementó por ejemplo Estados Unidos hace dos décadas, frente a las acreencias latinoamericanas [15] .

Pero el nuevo cuadro fiscal abre otra gama de conflictos en las cúpulas de la Unión Europea (UE). Gran Bretaña rechazó el pacto franco-alemán y decidió mantenerse al margen para proteger la autonomía de la City. Objetó someter sus bancos a la supervisión de Bruselas y no consiguió el poder de veto para resguardar sus negocios. A los capitalistas ingleses les interesa participar en el mercado continental, pero preservando la internacionalización de sus finanzas.

La alianza Merkel-Sarkozy emergió como ganadora del reciente round, pero sólo el tiempo permitirá evaluar la consistencia de esa victoria. La crisis devora los liderazgos políticos y cada elección consagra algún castigo al gobernante de turno. Esta sanción afecta por igual a los socialdemócratas (Irlanda, Portugal, España) y a los conservadores (Francia, Italia, Alemania) [16] .

INTERROGANTES SOBRE CHINA

El continuado crecimiento de China a tasas del 9-10% anual constituye una importante novedad de la crisis en curso. En la última década las exportaciones del gigante oriental se multiplicaron a un ritmo desenfrenado. China captura recursos naturales en África, afianza los intercambios comerciales con América Latina y ya destronó a Japón como segunda economía del mundo.

Este avance confirma la profundidad de los cambios registrados durante la etapa neoliberal. China se integró a la mundialización utilizando la baratura de su fuerza de trabajo, sin repetir la vieja trayectoria de debut proteccionista, gestación de una burguesía nacional y despliegue de rivalidades internacionales. Se insertó directamente en la acumulación global del capitalismo.

Al comienzo de la crisis muchos economistas suponían que el crecimiento chino contrarrestaría la retracción de las economías avanzadas. En los hechos se registró tan sólo un contrapeso parcial. El gigante asiático ha sostenido financieramente a Estados Unidos y a Europa en los picos de la crisis, para asegurar la continuidad de sus ventas externas, preservando la demanda interna y motorizando la adquisición internacional de materias primas. Con estas acciones frenó la depresión general y acotó el alcance geográfico de la recesión, aunque sin reemplazar a las locomotoras del mundo desarrollado. ¿Mantendrá este rol?

Quiénes apuestan a esa continuidad esperan un fuerte auxilio del yuan al Viejo Continente, mediante enormes adquisiciones de títulos públicos nominados en euros. Pero China ya compró grandes sumas de la deuda italiana, española o portuguesa y tiene un cuarto de sus reservas en esa moneda. El incremento de esas adquisiciones suscita divergencias en la dirigencia oriental.

El sector más asociado con negocios globales (“elite de la costa”) acepta participar en el nuevo rescate, a cambio de fuertes contrapartidas. Busca aminorar las sanciones por dumping, obtener el status de “economía de mercado” e ingresar en la inversión de la infraestructura europea.

Esta fracción también intenta posicionar a China en el futuro diseño de una moneda mundial. Por eso reclama que una porción de cualquier auxilio quede nominado en yuanes. Pero esa inserción monetaria también valorizaría el tipo de cambio y deterioraría el modelo exportador. China ha resistido numerosas presiones para revaluar el yuan y no aceptó las exigencias, que en la década pasada Estados Unidos le impuso a Japón. Sin embargo, la propia internacionalización del yuan podría generar ese debilitamiento de la autonomía que mantiene la principal economía asiática [17] .

Los fondos de inversión chinos han participado activamente en el sostén del dólar y los bonos del tesoro. Compraron acciones de General Motors y porciones del banco Morgan Stanley. Pero otra escala de estas adquisiciones (especialmente en Europa) introduciría al país en una riesgosa política imperial. Para defender lo obtenido en el extranjero se necesita una presencia geopolítica que la dirigencia china rehúye.

Por esta razón muchos sectores de la conducción (“elite del interior”). Cuestionan el desmedido aumento de las inversiones foráneas y destacan la necesidad de incrementar primero la bajísima proporción del consumo interno en el producto total. La oleada de internautas que objetó el reciente financiamiento del Viejo Continente refleja esta preocupación. Conviene recordar que el ingreso per capita de los chinos es aún 10 veces inferior al promedio de los europeos.

El dilema de sostener el modelo exportador o procesar un giro hacia el consumo interno persiste sin resolución. Existe una fuerte presión para apuntalar el segundo curso, pero sin resultados significativos. Este giro no se consuma, ante la magnitud de los desequilibrios que podría desatar.

Para aumentar sustancialmente el poder adquisitivo interno habría que subir el salario e introducir prestaciones sociales generalizadas. Estas medidas chocarían con el costo laboral reducido que permitió el ascenso capitalista del país. Un anticipo de este problema se observa en las corrientes de inversión, que fluyen hacia las economías asiáticas con sueldos inferiores a China.

El curso económico a seguir está sujeto a múltiples tensiones. La burbuja inmobiliaria es el desequilibrio más inmediato. En las 30 principales ciudades los precios de las viviendas subieron 50% en los últimos dos años, repitiendo el ciclo de endeudamiento dudoso que afectó a Estados Unidos y España. Como el 25% de la economía está vinculada a la construcción, una brusca reversión de esa valorización podría afectar al PBI.

También existen graves problemas financieros. Aunque el estado mantiene el control del crédito se ha gestado un enorme mercado de préstanos clandestinos, que solventa el consumo de la clase media y la oscura administración de los gobiernos locales. Estos desajustes explican la inflación, que durante la década pasada osciló en torno al 2% anual y actualmente ha trepado al 6,2%.

La inestabilidad de los negocios también obedece a la magnitud de los beneficios acumulados por los segmentos privilegiados. Los ingresos del 10% más rico de la población son 23 veces más elevados que el 10% más pobre y la crema de los ejecutivos percibe salarios 128 veces superiores al promedio general [18] .

Esta fractura social coexiste con problemas estructurales de sobre-inversión, que ya alcanzó una tasa anual del 45% del PBI. Este ritmo de actividad exige abrir nuevos mercados en un escenario internacional recesivo, mientras se acrecientan los peligros de un descontrol ecológico.

Nadie sabe como impactará la recaída de la economía global sobre China. Algunos economistas estiman que ese efecto será digerible (Stiglitz) y otros pronostican duras consecuencias (Roubini). Pero todos coinciden en la centralidad de este dato para el devenir inmediato de la coyuntura mundial [19] .

BRICS, EAGLES Y EMERGENTES

No sólo China ha podido sustraerse de la crisis global. También un grupo de economías intermedias (denominadas emergentes, ascendentes o BRICS) ha logrado capear el temporal. Este núcleo de países conforma el conglomerado semiperiférico actual de la estratificación mundial.

Este sector mantuvo su crecimiento el año pasado, incrementó significativamente la tasa de inversión y aumentó su participación en el PBI global. Si estas tendencias perduran, la localización de la producción y el empleo sufrirá un importante desplazamiento en el próximo período. Estos cambios son congruentes con la nueva división internacional del trabajo que privilegia la región asiática.

Las economías ascendentes son las niñas mimadas del capitalismo. Reciben elogios del FMI y fueron las estrellas de los últimos foros empresarios de Davos. Los nuevos multimillonarios de China, Rusia o India se integran rápidamente al club de los poderosos.

Otro indicador de las modificaciones en curso es la distribución de las reservas mundiales. Estos reaseguros suman 6,5 billones dólares en las economías ascendentes y sólo 3,2 billones de los países del Norte. El endeudamiento externo del primer grupo ha caído y algunos integrantes de esa membrecía ya son acreedores. En el otro polo ha irrumpido la nueva categoría de “Países Ricos Altamente Endeudados”.

Pero es muy frecuente extraer conclusiones engañosas de estas mutaciones. La principal confusión surge de la indiscriminada clasificación de todo el grupo ascendente, en un mismo rubro de BRIC. Esta denominación (Brasil, Rusia, India, China) fue primero extendida a BRICS (con Sudáfrica) y luego a BRIIC-K (con Indonesia y Corea). Otra ampliación reciente habla de EAGLES (con México, Egipto, Taiwán y Turquía) [20] .

Los creadores de estas marcas son operadores bancarios (Goldman Sachs, BBVA) que incluyen o excluyen a los países de su lista, en función de las oportunidades de inversión financiera. El carácter coyuntural de esta evaluación salta a la vista. Pero su principal inconveniente radica en equiparar bajo una misma sombrilla, a un país que avanza hacia un status de potencia central (China), con economías intermedias de incierta evolución.

La distancia que mantiene el gigante asiático con cualquiera de sus seguidores es abismal en cualquier terreno de la producción, las exportaciones o las reservas. Esta brecha es particularmente visible frente a otra economía de gran crecimiento reciente (India) o en comparación a un vecino que precedió al avance chino y se estancó frente a esa irrupción (Corea del Sur) [21] .

Al ubicar a todo el grupo en la misma canasta se olvida que muchos países del pelotón han ascendido como proveedores de los insumos básicos demandados por China. Más que impulsar el crecimiento global, estas economías han sido arrastradas por ese avance. Es importante también notar la línea divisoria que separa a los protagonistas de un desarrollo industrial de los actores que se expanden por el repunte de la renta petrolera (Rusia) o agrícola (Brasil). Estas diferencias definen grados de consistencia muy disímiles del crecimiento.

Las distinciones entre los emergentes presentan contornos más categóricos en el plano geopolítico. La autonomía de las políticas imperiales que tienen Rusia o China, no se extiende a la India, Brasil o Sudáfrica. Estos países mantienen estrechos vínculos de asociación o dependencia con las potencias que regulan el orden mundial. Por esta razón, el propio funcionamiento de los BRICS no ha incluido la adopción de estrategias comunes.

Es cierto que la mayor estabilidad política de todo el grupo contrasta coyunturalmente con el generalizado desarreglo que impera en las potencias centrales. Pero tampoco este rasgo determina patrones de acción internacional conjunta.

Las nuevas alianzas Sur-Sur en desmedro de las viejas conexiones con los centros metropolitanos presentan un alcance limitado y no anticipan la “segunda globalización” comandada por los emergentes que pronostican algunos analistas. Hasta ahora el dato más relevante ha sido la integración de los emergentes al G 20, para ampliar el sostén del capitalismo en crisis [22] .

LOS PADECIMIENTOS DE LA PERIFERIA

El alivio de los países intermedios no se extiende al resto de la periferia. La crisis golpea nuevamente con mayor virulencia a las economías más empobrecidas, reiterando una norma de las convulsiones capitalistas. Este impacto se verifica en cualquier terreno del empleo o los ingresos. Los emigrantes enfrentan mayores obstáculos para ingresar al Primer Mundo, las remesas se recortan y las oleadas de refugiados se multiplican.

Mientras la prensa sólo habla de economías centrales y emergentes, la inmensa mayoría de los países se encuentra fuera del G 20, soportando el drama cotidiano de la miseria. Allí se localizan los 2050 millones de personas sin acceso a la sanidad básica y los 884 millones carentes de servicios de agua potable.

Pero lo más novedoso del tsunami actual es la convergencia de estos sufrimientos con una tragedia de hambre. El aumento de los precios de los alimentos que precedió a la crisis no fue revertido por la recesión y en muchas zonas se acentúa el drama de la desnutrición. En Somalia, por ejemplo, ya se observan todos los síntomas de una catástrofe alimentaria.

La cifra total de hambrientos se ubica en torno a los 1020 millones de personas, pero la amenaza se extiende a los 2.500 millones que subsisten en condiciones de pobreza. Este flagelo aumenta al compás del encarecimiento de los cereales, que obedece a la consolidación de un esquema neoliberal de agricultura exportadora, que destruye la pequeña propiedad, aniquila el abastecimiento local tradicional, generaliza la desposesión de los campesinos y multiplica la emigración rural.

Esta reorganización capitalista del agro determina la falta de comida que agobia a una sexta parte de la humanidad, cuando la producción total alcanzaría para satisfacer esa nutrición. El reinado de la rentabilidad y el manejo oligopólico del comercio agrícola por parte de un puñado de transnacionales (ADM, Bunge, Cargill y Dreyfus) potencian la tragedia del hambre.

Las expectativas de atenuar el problema por el efecto deflacionario de la desaceleración económica global no se están cumpliendo. El ascenso de los precios alimenticios que comenzó en 2003 persiste sin grandes modificaciones.

Muchos autores estiman que ese comportamiento alcista obedece a la formación otra burbuja. Especular con los precios a futuro de los cereales se ha convertido en una operación muy redituable. Permite canalizar los excedentes de liquidez que genera la pérdida de oportunidades de inversión en los países desarrollados [23] .

Otros analistas consideran que el encarecimiento de los alimentos es un problema más estructural y derivado de la creciente demanda ejercida por los nuevos consumidores asiáticos. También destacan la presencia de costos crecientes de producción y productividades declinantes en el sector agrícola [24] .

Ambos enfoques subrayan explicaciones complementarias (de corto y largo plazo) del mismo fenómeno. Pero en cualquier caso, las maniobras financieras y las brechas estructurales entre la oferta y la demanda presagian el agravamiento de la crisis alimentaria, que auguran todos los expertos de la FAO.

Este padecimiento se intensificará además por las presiones d el agro-negocio, que bloquea en los cónclaves del G 20 cualquier regulación internacional de los precios. En ese ámbito actúan los países que producen el 77% de los cereales y manejan el 80% del comercio agrícola. El hambre de los desamparados aporta un buen negocio para varios integrantes de esa asociación.

MUILTIPOLARIDAD Y HEGEMONÍA

La diversidad de situaciones regionales que rodea a la crisis actual ha generalizado las predicciones de un viraje hacia la multipolaridad. Este contexto es diferenciado de la bipolaridad de posguerra (Estados Unidos versus la URSS) y de la unipolaridad de los años 90 (supremacía norteamericana). La declinación estadounidense es asociada al avance de China y los emergentes. Algunos enfoques también resaltan el agotamiento del neoliberalismo y pronostican un crecimiento desarrollista de la periferia, asentado en la intervención estatal y el intercambio entre las economías del Sur [25] .

Pero estas miradas omiten las significativas continuidades que vinculan al actual período con su precedente. La multipolaridad podría modificar las relaciones de poder entre las potencias, pero no altera los pilares de la mundialización neoliberal. El protagonismo de las empresas transnacionales persiste, junto a la competencia global por lucrar con la explotación de la fuerza de trabajo .

Esta internacionalización del capital determina, además, la continuidad del libre comercio y los flujos financieros transfronterizos. A diferencia de lo ocurrido durante la entre-guerra, la multipolaridad actual no anticipa el surgimiento de bloques proteccionistas, dispuestos a batallar por la conquista de los mercados a través de la guerra .

El estancamiento del centro determina efectivamente una mayor interacción entre las economías intermedias. Pero estos enlaces se desenvuelven en estrecha asociación con empresas del Primer Mundo. Esta colaboración no es un imperativo tecnológico, ni obedece a necesidades de financiación. Las burguesías emergentes ampliaron su radio de acción junto al capital extranjero y continúan reforzando esos vínculos.

Sus estrategias no incluyen propósitos antiimperialistas o iniciativas de “No Alineados”. Tampoco incentivan planificaciones para-mercantiles del comercio (Comecon) o proyectos de solidaridad (Bandung). Actúan siguiendo criterios de rentabilidad, que tienden a recrear los viejos desniveles de la relación centro-periferia- semi-periferia.

La mundialización ha modificado los patrones geográficos de esos lazos. Ya no se requiere cercanía territorial entre las economías dominantes y sus abastecedores de insumos. Las relaciones de dependencia comienzan a desbordar su radio tradicional.

Resulta imposible predecir el ordenamiento final de esta mutación, pero es evidente que no saldrán airosos todos los jugadores. La acumulación exige equilibrar los avances de un polo con las pérdidas del segmento opuesto. Si una región prospera otra debe decaer, para que el enriquecimiento de los capitalistas ganadores sea solventado por la población de las zonas perdedoras.

La multipolaridad no altera este principio selectivo del desarrollo burgués. El capitalismo excluye crecimientos compartidos en el largo plazo o eliminaciones progresivas de todas las desigualdades socio-regionales. Los admiradores del nuevo escenario ignoran esta extensión de brechas de distinto signo.

Frecuentemente visualizan a la multipolaridad como un cambio de hegemonía política a favor de China y en desmedro de Estados Unidos. Pero nunca aclaran qué significado le asignan al concepto de hegemonía. Esta noción puede ser identificada con la supremacía imperial o con formas de gestión consensuadas opuestas a la coerción bélica. En el primer caso se sugiere que el expansionismo chino reemplazaría al dominador estadounidense. En la segunda variante se supone que esa sustitución será pacífica y resultante de una avasalladora primacía económica. Los desaciertos de ambas hipótesis saltan a la vista

Desde la posguerra Estados Unidos ha ejercido una explícita dirección imperialista. Actúa como garante militar de la reproducción de capital y brinda protección a todas las clases dominantes, frente a la insurgencia popular y la inestabilidad del sistema. Los dirigentes chinos no se imaginan a sí mismos cumpliendo ese rol, en ningún momento del futuro.

Quiénes suponen que la sustitución coercitiva será innecesaria por el simple efecto de la pujanza económica oriental, no explican cómo funcionaría el capitalismo global sin garantes militares de ninguna especie. Esta visión olvida que un sistema de competencia por beneficios surgidos de la explotación, no puede desenvolverse sin el uso de la fuerza.

La identificación de la multipolaridad con el repliegue bélico de Estados Unidos o sus socios europeos es una hipótesis ingenua. En cualquier “des-occidentalización” de la economía mundial, el gendarme norteamericano continuará supervisando invasiones, ocupaciones y matanzas. Ciertamente la primera potencia ya no actúa con la omnipotencia de los años 90, pero dirige la OTAN, concentra la mitad del gasto bélico mundial y mantiene una estrecha asociación con todos los países que alineó durante la guerra fría.

Los principales integrantes de esa alianza no suelen quebrantar esta familiaridad cuando expanden su poder económico. La invariable lealtad de las burguesías petroleras del Golfo al liderazgo norteamericano es un ejemplo de esa actitud. El sometimiento de Japón es más sintomático, puesto que no ha buscado caminos de autonomía político-militar para contrarrestar su estancamiento. La regresión económica nipona se profundiza con el endeudamiento público más elevado del mundo desarrollado y con el fracaso de los planes pos-terremoto de reactivación [26] .

El rol central de Estados Unidos se ha verificado nuevamente en la ampliación del G 7, la cooptación de los países intermedios y el resurgimiento de FMI para preservar el orden imperial vigente . El gendarme global utilizará también su poder para intentar la recuperación del terreno que ha perdido. Ya insinúa formas de presión sobre su rival chino con maniobras navales en Corea del Sur, ejercicios en Mongolia e instalaciones bélicas en Australia. Incluso tantea la reacción de su oponente en los litigios con Taiwán, las disputas con la India y la resolución del status de Tíbet. Pero estas tensiones no quebrantaron hasta ahora el marco asociativo vigente con China desde hace varias décadas.

También el gigante asiático ha jerarquizado la solidaridad capitalista. En lugar de propiciar la caída de los bancos occidentales socorrió a los quebrados. En el reciente desplome europeo reforzó incluso su convergencia con el FMI y ha condicionado los préstamos futuros a las auditorias del Fondo. Esta integración refuerza la hostilidad de los dirigentes chinos frente a cualquier protesta local o internacional contra el neoliberalismo [27] .

NEOLIBERALES Y KEYNESIANOS

El debate económico sobre la crisis continúa centrado en la oposición entre visiones ortodoxas y heterodoxas. Los neoliberales atribuyen la crisis a la “irresponsabilidad fiscal” y despotrican contra los gobiernos que despilfarraron dinero en gastos improductivos. Pero omiten recordar que estos desembolsos sostuvieron inicialmente la expansión de las economías industrializadas y que el descontrol posterior obedeció al rescate de los bancos. Antes del 2007 había, por ejemplo, en Europa superávit fiscal en la mayoría de los países.

El discurso neoliberal oculta este auxilio y atribuye el descalabro actual a “los pueblos que vivieron por encima de sus posibilidades”, como si fuera un pecado mejorar el nivel de vida. Tampoco explica por qué razón se exime a los acaudalados de cualquier sacrificio. El carácter duradero de la crisis es incluso utilizado para justificar los atropellos. Ya nadie presenta la flexibilización laboral como un pasaporte a la prosperidad. Hay que apretarse el cinturón como una necesidad de supervivencia [28] .

En Estados Unidos los mismos argumentos son esgrimidos por los republicanos para exigir mayores reducciones del gasto social, manteniendo los privilegios de los banqueros, el gasto militar y las rebajas impositivas a los ricos. Reclaman fijar un estricto techo al endeudamiento supervisado por los popes del establishment y eluden mencionar que el socorro otorgado a los financistas contradice todos los principios del libre-mercado.

Los keynesianos estiman, en cambio, que la crisis obedece a la persistencia de la desregulación financiera y a la contracción de la demanda. Por eso Krugman propone gravar a los acaudalados, relanzar la inversión pública y recomponer los ingresos. En la misma sintonía, Stiglitz convoca a condonar las hipotecas y a penalizar a los bancos [29] .

Estos autores ilustran acertadamente como el descontrol del riesgo, los malabarismos contables, los títulos empaquetados y las operaciones con derivados desencadenaron el tsunami actual. Pero omiten registrar que ese des-manejo irrumpió por la propia competencia que impone el capitalismo en la gestión del crédito. Lo mismo ocurre con el endeudamiento familiar y la exclusión social, que no irrumpieron sólo como consecuencia de errores en la política económica.

Los teóricos heterodoxos olvidan que la propia acumulación genera divorcios entre el consumo y la producción, junto a incrementos de la productividad desgajados del poder compra. Estas contradicciones fueron exacerbadas por la rivalidad que introdujo a escala global la mundialización neoliberal.

Los economistas keynesianos estiman que resulta igualmente factible atenuar estos desequilibrios, a través de un reparto equitativo de la crisis. Proponen una distribución pareja de las pérdidas financieras entre deudores y acreedores. Pero basta observar la reacción que tuvieron los banqueros ante una quita de las acreencias griegas, para notar cuán dura sería esa batalla. Ese anuncio desató una tormenta entre las calificadoras de riesgo y precipitó el ajuste fiscal de la Unión Europea. La misma virulencia tuvo la reacción precedente de los financistas, ante iniciativas de suprimir los paraísos bancarios, o anular las bonificaciones de los ejecutivos.

Neutralizar esa resistencia de los banqueros requeriría la adopción de medidas más contundentes, como la suspensión del pago de la deuda, la auditoría de los pasivos y la nacionalización del sistema bancario. Lo mismo ocurre con el relanzamiento del crecimiento y la creación de empleos. El logro de estas metas exige cerrar la canilla de pagos a los acreedores, controlar los movimientos de capital e introducir drásticos impuestos progresivos [30] .

En la coyuntura actual se ha estrechado el espacio para ejecutar reformas sociales sin acciones anti-capitalistas. Hay un clima de sálvese quien pueda, con escaso margen para políticas de “capitalismo humanitario”. Prevalece la presión para procesar las quiebras bancarias, depurar las empresas y desvalorizar la fuerza de trabajo.

Estas tendencias no obedecen sólo a la ideología derechista imperante o a la influencia preeminente de los financistas. Todas las clases dominantes sostienen el ajuste junto a los banqueros. Esta coincidencia se refleja también en el comportamiento de los socialdemócratas europeos. A la hora de aplicar el torniquete no se han diferenciado de sus adversarios derechistas y aceptan la verticalidad autoritaria que imponen Merkel y Sarkozy. Esta cúpula dispuso, por ejemplo, el desplazamiento de Papendreu ante su atrevimiento de solicitar una consulta popular y envió un contundente mensaje de intervención neocolonial a Grecia [31] .

La misma tendencia se verifica en la indiferencia del gobierno estadounidense ante a las peticiones de los liberales. Esta actitud contrasta con la permeabilidad reformista que imperaba en los años 30 bajo el mandato de Roosvelt.

Muchos keynesianos reconocen la adversidad de estos escenarios. Pero consideran viable generalizar a escala internacional, las soluciones intermedias que aplicó Argentina a partir del default y los canjes de la deuda [32] .

Pero omiten registrar las causas específicas que permitieron esa experiencia. Argentina pudo permanecer relativamente desconectada de la financiación internacional, porque está inserta en el comercio mundial como gran exportadora de alimentos. Ha gozado de altos precios internacionales y se convirtió en proveedora privilegiada de las ascendentes economías asiáticas. Utilizó, además, las enormes rentas de exportación para reanimar la demanda interna, luego de una brutal devaluación que depuró capitales, abarató salarios y facilitó la recomposición cíclica de la tasa de ganancia.

Es evidente que el grueso de las economías dependientes afectadas por la crisis no cuenta con los recursos y las condiciones que permitieron esa recuperación. Podrían efectivamente adoptar ciertas iniciativas de Argentina, pero sólo como punto de partida de medidas más radicales y audaces [33] .

La intensidad de la crisis exige asumir un horizonte anticapitalista, alejado de la atadura actual a distintas variantes del mismo régimen social. El pensamiento dominante impone esta restricción, obligando a optar entre el modelo anglosajón, el esquema alemán o la opción china [34] .

Ese enfoque niega las raíces intrínsecamente capitalistas de la crisis actual y oculta las contradicciones, que el proceso de acumulación genera en forma periódica y extiende de manera itinerante. Un sistema basado en la rivalidad por la apropiación de beneficios surgidos de la explotación necesariamente produce el tipo de conmociones, que se observa en la actualidad.

Si se reconoce que el capitalismo no es el único, ni el mejor sistema posible resulta factible concebir otra gama de alternativas para resolver la crisis. Esta apertura permite superar la resignación, consolidar la voluntad de lucha e imaginar salidas provechosas para la mayoría de la población.

RESISTENCIAS SOCIALES

El devenir de la crisis puede ser abruptamente transformado por las acciones populares que cobraron impulso en los últimos meses. Los análisis que omiten esta reacción razonan los procesos económicos en un vacío social, que a lo sumo es ocupado por funcionarios y financistas.

El debut de la crisis provocó inicialmente un gran desconcierto, entre poblaciones acostumbradas a identificar los desastres económicos con el Tercer Mundo. Ese estupor estuvo también signado por el temor al desempleo. Pero a fin del 2010 los levantamientos del mundo árabe introdujeron una bisagra en esta conducta. Ilustraron como se pueden conquistar grandes victorias democráticas.

Este impulso profundizó la resistencia en Grecia, que se ha transformado el principal bastión de la respuesta popular. Hay un estado de sublevación entre los manifestantes que ocupan plazas y cercan el Parlamento. Estas protestas alentaron a su vez a los indignados españoles, que cuestionan el socorro a los banqueros y demandan “democracia de verdad”. Este movimiento ya conquistó legitimidad, acompañamiento y presencia nacional.

Otro tipo de reacciones sociales se verifican en Inglaterra, tanto entre los jóvenes desempleados y hostigados por la policía, como entre los trabajadores sindicalizados. En Italia despuntan las huelgas y en Portugal hay movilizaciones. Estas luchas comienzan a extenderse junto al desmoronamiento de la imagen benevolente que tenía la Unión Europea. Una victoria impuesta desde abajo permitiría actualizar el gran legado de rebeliones que acumula el Viejo Continente

Pero el dato más llamativo del año se registró al otro costado de l Atlántico, con el surgimiento del movimiento “ Ocupar Wall Street”. Esta organización ya tiene alcance nacional, simpatía popular, solidaridad intelectual y sostén sindical. Por primera vez en décadas ha reintroducido las manifestaciones masivas en el corazón del capitalismo.

Menor difusión internacional han logrado los movimientos de lucha que conmueven a China. El año pasado se registraron 180.000 protestas, en su mayoría inspiradas en demandas contra la explotación fabril. Una nueva generación de obreros –ya emancipada de la migración rural- recuperó confianza y obtiene conquistas en enfrentamientos directos con los patrones [35] .

En todos los continentes se verifica el mismo protagonismo juvenil, en movimientos que utilizan las redes sociales para informarse y organizarse. El primer embrión de un empalme internacional se produjo el 15 de octubre pasado, en la marcha global que congregó multitudes en 950 ciudades de 80 países. Una acción coordinada de esta magnitud no se registraba desde las movilizaciones contra la guerra en Irak (2003).

Si la convergencia regional e internacional de estas resistencias se afianza, podría gestarse una respuesta al intento burgués de enfrentar a los trabajadores de distintas nacionalidades. Los dominadores de Alemania encabezan esa estrategia, divulgando la creencia que los obreros germanos “ya hicieron su sacrificio” y no deben pagar la cuenta de los ociosos del sur. Este mensaje busca oponer a un asalariado contra otro, ocultando los beneficios que obtienen los capitalistas de esa división. El mismo propósito persiguen las campañas de la derecha contra los inmigrantes [36] .

Una salida progresista de la crisis exige contrarrestar esta fractura entre hermanos de clase. Las tensiones entre asalariados alemanes y griegos, estadounidense y chinos o españoles y marroquíes conducen a descargar todas las consecuencias del desastre actual sobre los pueblos. Las respuestas internacionalistas neutralizarían esa amenaza y permitirían un reencuentro de la juventud con los sectores de la clase obrera, que no se han recompuesto de la andanada neoliberal. El año 2012 ofrece la oportunidad de cambiar el escenario de la crisis a favor de los trabajadores.

RESUMEN:

Se vislumbra una nueva fase recesiva con impactos regionales muy diferenciados. En Estados Unidos se expande el empobrecimiento con ajustes e inacción del gobierno. Pero la primera potencia interviene activamente a escala global a través del dólar, la reforma bancaria y el FMI, tanteando una opción inflacionaria.

En Europa se destruyen conquistas sociales históricas bajo el comando de Alemania, que amplió su dominio exportador pero gestó un bloque inacabado. El pacto fiscal intenta una centralización ultra-liberal, para amoldar la periferia del Viejo Continente a la competitividad germana. Los derechistas ya no prometen prosperidad, sino tan sólo supervivencia. Su reorganización regional abre grandes fisuras e introduce políticas autoritarias.

El crecimiento de China limita la recesión global, pero fractura el ciclo mundial e ilustra las transformaciones del período neoliberal. Múltiples desequilibrios obstruyen la internacionalización del yuan y el esperado viraje hacia el mercado interno. Es erróneo clasificar a China junto a economías semiperiféricas de incierta evolución. Las diferencias de status geopolítico y el sustento industrial o rentista determinan enormes diferencias dentro de los BRICS. El encarecimiento de los alimentos que agobia a la periferia empobrecida persiste en la recesión, por maniobras financieras y desequilibrios acentuados por la especialización exportadora.

Las tendencias a la multipolaridad alteran las relaciones entre las potencias al interior de la mundialización neoliberal. Las burguesías ascendentes carecen de propósitos antiimperialistas y los cambios de hegemonía no implican atenuación del militarismo norteamericano. Los socialdemócratas gestionan los atropellos demostrando la reducción del espacio para políticas reformistas. Los keynesianos soslayan la confrontación requerida para frenar la agresión social y generalizan en forma abusiva la experiencia argentina.

Una salida progresista exige concebir horizontes anticapitalistas. La resistencia social ha comenzado después del estupor creado por un estallido en el Primer Mundo. Las rebeliones árabes impulsaron esta reacción, que afronta presiones de los dominadores para oponer a los trabajadores de las distintas nacionalidades.

Notas:

[1] Economista, Investigador, Profesor. Miembro del EDI (Economistas de Izquierda). Su página web es: www.lahaine.org/katz

[2] El 1% más rico 1979 percibía el 9% de la renta nacional en 1979y actualmente obtiene el 24%. Cuando los ocupantes de Wall Street afirman que “somos el 99% de la ciudadanía”, saben muy bien de que están hablando. Roberts Paul Craig, “Las pérdidas de puestos de trabajo en Estados Unidos son permanentes”, Rebelión, 9-10- 20.

[3] Wall Street Journal, “La recuperación de EEUU es una de las más decepcionantes”, La Nación, 31-12-10.

[4] Aunque alguno bancos mejoraron últimamente su patrimonio y liquidez, el reciente desplome de la octava firma de inversión (MF Global) es muy ilustrativo de los peligros en ciernes. Se derrumbó por su exposición con bonos de la deuda europea, que se encuentran asegurados en grandes proporciones por financistas norteamericanos. Montero Alberto, “Cuando la democracia entra por la puerta”, Rebelión, 2-11-11.

[5] Kennedy Paul, “Un mundo de tres monedas”, Clarín, 8-6-11, Robert Mundell, “El futuro de las monedas de reserva luego de la crisis”, El País, 18-1-10, Michel Crittenden, “Puede el dólar ser destronado”, online.wsj , 1.3-11. Ver también: Wallerstein Inmanuel “Guerra de divisas, La Jornada, 6-11-10, Eichengreen Barry, “El reinado del dólar llega a su fin”, La Nación, 2-3-11

[6] Ocampo Emilio, “Brujas y burbujas”, Ámbito Financiero, 2-9-10. También La Nación, 13-9-10 y 30-8-10 y Financial Times, 20-9-10.

[7] Estados Unidos también apostó muy fuerte para neutralizar la crisis de legitimidad que afectaba al Fondo y todavía se desconoce su rol en el escándalo montado contra el ex directivo Dominique Strauss Kahn. CADTM, “El FMI lamentable símbolo de un sistema”, www. cadtm .org/ 18-5-11.

[8] Fiori José Luis, “Muy lejos del equilibrio”, Sin Permiso, 19-12-10, Cantelmi Marcelo, “El G 20 en las puertas”, Clarín, 23-10-10.

[9] La mirada inicial en Pasquino Gianfranco, “La UE aún representa el progreso”, Clarín, 31-8-10.

[10] Husson Michel, “Euro: en sortir ou pas”, Inprecor 575-576, 7-8-9-2011. Samary Catherine, “The Eastern periphery”, www.attac , 31-10-11.

[11] Desde la caída de la principal entidad belga (Deixa) sobrevuelan muchas hipótesis de repetición de lo ocurrido con Lehman Brothers. Las “pruebas de resistencia” realizadas a los bancos europeos dejaron muy intranquilos a los expertos, cuando las entidades necesitan recapitalizarse y recaudar dinero. Esta exigencia contrae, a su vez. el crédito y agrava la recesión.

[12] Llach Juan, “Pulseadas en el palacio global”, La Nación, 30-6-10.

[13] La Nación, 16-1-10.

[14] Husson Michel, “Una crisis sin fondo”, www.vientosur , 19-7-11 Louca Franciso, “La izquierda contra la dictadura de la deuda”, www.sinpermiso , 17-10-11

[15] No hay tiempo suficiente para transferir los títulos a los tenedores marginales , limpiar los balances o crear mercados paralelos para los papeles incobrables. La crisis actual golpea en una coyuntura muy turbulenta, a economías entrelazadas y localizadas en el centro del capitalismo . Arceo Enrique, Página 12, 9-12. Toussaint Eric, “Crash do Deixa”, www.CDTM , 7-10-11

[16] La reorganización de la eurozona prepara la introducción de formas federativas en la UE, que someterían las atribuciones locales a una mayor centralización estatal. Este cambio introduce enormes fisuras y puede potenciar el secesionismo en los países con fracciones separatistas influyentes (Bélgica, España o Italia). Estos sectores podrían reforzar sus demandas de integración directa a la Eurozona, puenteando las estructuras estatales existentes para desembarazarse de las regiones empobrecidas.

[17] Shujie Yao, “Los límites del modelo China”, Cash-Pagina 12, 7-8-11. También Wall Street Journal, La Nación,17-11-11)

[18] La Nación, 5-6-10.

[19] Roubini, Nouriel, “El boom de China tiene fecha de vencimiento”, La Nación, 24-4-11. Stigtiz Joseph, www.elperiodico.com , 9-8-11

[20] Bocco Arnaldo, “De los Brics a las Eagles” Página 12, 10-1-11. Abeledo Anahí, “El desafío para los emergentes es tener crecimiento”, Clarín, 10-7-11

[21] Beckett Paul, “Pese al crecimiento, aumentan las dudas sobre el milagro indio”, La Nación, 30-3-11. Nye Jospeh, “La carrera de fondo, Clarín, 2-2-11, Ramstad Evan, “El milagro coreano”, La Nación, 8-11-10.

[22] Un cuestionable enfoque en: Kateb Alexander, “Los países BRICS dan una lección”, Página 12, 20-9-11

[23] Halevi Jospeh “Se avecina una nueva crisis”, Il Manifesto 8-6-11.

[24] Krugman Paul, “Las limitaciones que nos impone un mundo finito”, La Nación, 29-12-10. Blejer Mario, “Argentina y la seguridad alimentaria” La Nación, 4-12-11.

[25] Distintas visiones en De La Balze Felipe, “La crisis acelera el curso de la historia”, Clarín 27-11-11 Turzi Mariano, “La nueva divisoria global: emergentes y declinantes”, 18-8-11. Tokatlian Gabriel, “El año de la encrucijada”, La Nación, 11-1-11. Cufré David, “Con la vieja receta”, Pagina 12, 26-6-10.

[26] Belson K, Onishi N, “Una falta de liderazgo que agudiza la crisis”, La Nación, 17-2-11.

[27] Hemos desarrollado los temas de este capítulo en nuestro reciente libro , Katz Claudio, Bajo el imperio del capital, Espacio Crítico Ediciones, Bogotá 2011. Próxima edición Luxemburg, Buenos Aires.

[28] Estas visiones en: Gros Daniel, Eco “En defensa de la austeridad para Europa”, Clarín, 4-12-11, Pagni Carlos, “La crisis del estatismo”, La Nación, 19-7-10, Schauble Wolfang y MacFadden Daniel, Página 12, 28-8-2011.

[29] Krugman Paul, Clarín, (11-7-10, 13-7-10, 22.5-10, 10-8-10, 6-11-2010, 28-8-2010, 14-8-10). Stigliz Joseph, “Qué puede salvar el Euro”, El País, 8-12-11, “El mercado hipotecario”, Clarín, 6-11-201, “La austeridad es camino suicida”, Página 12, 7-12-11, “Un contagio de malas ideas”, Sin Permiso, 14-8-11. También, Skidlesky Robert, “El mundo para volver a leer a Keynes”, Página 12, 2-8-11, Mitchell. William, “Entrevista”, Página 12, 10-10-11.

[30] Wolff Rick “Krugman frustrado”, Monthly Review 10-3-10 . Onaran Ozlem, “ An internationalist transitional program towards an anti-capitalist Europe ”, April 2011. www. international viewpoint . Lapavitsas Costas “ A Left Strategy for Europe ”, April 2011, www.internationalviewpoint. Albarracín Daniel, “Sobre el debate del euro. Una estrategia”, www.economiacritica.net , 10-10-11

[31] Esta reacción fue coronada con la instalación de un gobierno directo de los banqueros (Papademos). La misma sustitución se impuso en Italia (Berlusconi por Monti) con tecnócratas que postulan una ideología derechista para sortear al parlamento, impugnando a los políticos y menospreciando a los partidos. Stathis Kuvelakis, “Golpe de Estado europeo frente al levantamiento popular”, www.vientosur 11-11-1. John Brown, “El capital financiero castiga a sus devotos partidarios”, www.rebelion 23-11-11.

[32] Stiglitz Joseph, “Europa no aprendió la lección de Argentina” Página 12. 10-12-11.

[33] Nuestra visión en: Claudio Katz, “Lecciones de Argentina para Grecia” www. cadtm . org, 25-10-2011.


[34] Es la visión de Rogoff Kenneth, “El capitalismo está lejos de encontrar su sucesor”, La Nación, 11-12-11.

[35] Li Minqi, “El ascenso de la clase obrera y el futuro de la revolución en China”, www.rebelión , 14-7-11. Bello Waldem, “O capital e um amante caprichoso” www.outroladodanoticia.com.br , 22-7-11

[36] Vicens Navarro, “Habermas y la sabiduría”, www.sin permiso, 13-6-10.

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