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jueves, 3 de febrero de 2011

DECLARACIÓN DE LA LIGA DE LA JUVENTUD COMUNISTA



A los jóvenes trabajadores

A los jóvenes estudiantes

A toda la juventud mexicana

La presente declaración tiene el objetivo de llegar a toda la juventud proletaria, campesina, estudiantil, a todos los jóvenes que se encuentran en situación de pobreza, desempleo, sin acceso a una educación, sin derechos laborales. Es de nuestro interés que estas líneas sean conocidas por toda la juventud, en especial por los jóvenes que tienen coraje y determinación por generar un cambio, no solamente para nuestro México, sino también para todo el mundo.

Muy al contrario de lo que afirman todavía los ideólogos burgueses, el sistema capitalista se encuentra en una profunda crisis económica, la cual está siendo provocada por contradicciones inherentes al mismo modo de producción capitalista, esencialmente por la contradicción capital/trabajo. Derivado de esto, la humanidad enfrenta una grave crisis ambiental, social, política y cultural. En los últimos veinte años, se ha confirmado que el Capitalismo se encuentra incapacitado para resolver los problemas que aquejan a los pueblos, y que más allá de querer resolverlos, sigue utilizando la guerra para apropiarse de nuevos territorios, practicando la rapiña y la expoliación de los pueblos. Así mismo, se vale de la mentira y la calumnia, para desprestigiar, criminalizar y reprimir a todos los que luchamos día con día por un mundo diferente.

La embestida del Imperialismo golpea sin importar sexo, edad o nacionalidad. Desde las ciudades industrializadas, hasta el ámbito rural, el Imperialismo provoca el despido masivo de los trabajadores, la carestía en las familias proletarias y campesinas, la destrucción de los sindicatos, la aplicación de reformas laborales que atentan contra los pocos derechos del proletariado, la destrucción del campo, etc. En general, este es el panorama para la clase obrera y demás clases que sucumben frente al poder de los monopolios, ya que finalmente, pasan tarde o temprano a engrosar las filas del proletariado, las filas de los que lo único que tienen es su fuerza de trabajo para sobrevivir.

En lo particular, México alcanzo en el mes de Junio del 2010, el 15.3 % de población desempleada, esto equivale a 8 millones 83 mil 471 personas que se encuentran sin empleo[1]. Sumado a esto, hace unos días la Secretaría de Educación Pública (SEP) reveló que 10 millones de jóvenes en edad de asistir a la educación media y superior no lo hacen por falta de recursos económicos[2]. Esto solamente son las cifras, ya que la situación de la juventud mexicana es más deplorable, pues aunque el resto de los jóvenes estén trabajando o estudiando, se encuentran con un sinfín de obstáculos para salir adelante en sus estudios o en el trabajo. Buena parte de los jóvenes son empleados en tiendas de autoservicio como Oxxo´s, o en tiendas de supermercado como Walt-Mart y Soriana, que al fin de cuentas son cadenas de supermercados al servicio de los monopolios. En estos lugares la juventud es desprovista de todo derecho laboral, ya que son obligados a realizar todo tipo de actividades que nunca fueron especificadas en sus contratos (si es que tienen contrato), repartiendo volantes, empaquetando productos o cargando cosas de los almacenes. La otra parte de la juventud que logra entrar a la escuela, se encuentra con que todos los niveles educativos se ven golpeados por reformas como la ACE (Alianza por la Calidad Educativa) y la RIEMS (Reforma Integral de la Educación Media Superior), que buscan modificar a los programas de estudio en base a las necesidades del capital, eliminando materias de las ciencias sociales, e impulsando otras que insertan al estudiante en la lógica del mercado. Las Universidades públicas se encuentran en la misma situación, ya que año tras año se les recorta el presupuesto para solventar los gastos que necesitan estas instituciones. Todos los gobiernos recortan los presupuestos a la educación pública, la cultura, el deporte y todas las demás instituciones que necesitan recursos.

Para el resto de la juventud que no estudia ni trabaja, el Capitalismo les prepara una opción más, nos referimos al mercado de las drogas, ya sea su venta y distribución o el consumo de éstas. En los últimos cinco años, el fenómeno del narcotráfico en México tiene una característica elemental, pues nos encontramos con que los sicarios son personas que apenas rebasan los 24 años de edad, y en algunos casos son jóvenes de 14 o 15 años los que tienen enfrentamientos con el Ejército Federal. La violencia que se vive en las calles es producto de la descomposición de este sistema, pues resulta ilógico querer terminar con la venta y distribución de las drogas, siendo éstas una mercancía como cualquier otra, es decir, que se vende y se compra. Por tanto, la producción y distribución de las drogas sigue manteniendo el principio de la explotación del hombre por el hombre.

A pesar de la difícil situación que tenemos frente a nosotros, existe una parte de la juventud que no esta dispuesta a declararse derrotada y sin posibilidades de triunfo. Somos muchos los jóvenes que nos negamos al futuro que nos depara éste sistema, constantemente buscamos las maneras de oponer resistencia frente a la represión del Estado capitalista, frente al uso de la fuerza policial, o de las leyes que siempre protegen los intereses del capital. Dentro de este cúmulo de resistencias nos encontramos los jóvenes comunistas, quienes depositamos todos nuestros esfuerzos por contribuir a un cambio revolucionario. Desde hace años hemos hecho un trabajo político con la juventud trabajadora, con los estudiantes, con los desempleados, con todos los jóvenes que son excluidos por el hecho de ser juventud rebelde. En todo éste tiempo, demostramos que no nos hemos doblegado, por el contrario, el trabajo cotidiano ha fortalecido nuestra convicción de luchar el por socialismo-comunismo para nuestro pueblo, pues hemos señalado que si una revolución no destruye los cimientos de sistema capitalista, es decir, la eliminación de la propiedad privada sobre los medios de producción, los rezagos del capitalismo volverán a levantarse. Con todo esto, los que representamos este esfuerzo somos jóvenes comprometidos con nuestro pueblo, por tal motivo vemos que es necesaria la conformación de: la Liga de la Juventud Comunista (LJC).

Por tales motivos, declaramos lo siguiente:

* La LJC se guiara por el Marxismo-Leninismo como nuestra brújula para la acción, luchando decididamente junto al Partido Comunista de México (PCM).

* Nos declaramos como una organización partidaria del esfuerzo que desarrolla la Federación Mundial de la Juventud Democrática (FMJD), por tanto, contribuiremos en la medida de nuestros esfuerzos para que se cumplan los acuerdos que van encaminados a la lucha por una paz verdadera, declarando que nuestro enemigo a vencer es el Imperialismo.

* Lucharemos hombro con hombro, con todas las organizaciones comunistas en el mundo (Partidos Comunistas y Juventud Comunistas), principalmente las que desarrollan una lucha antiimperialista, antimonopolista y anticapitalista. La LJC es una fiel representante del internacionalismo proletario, por tanto dudara en ningún momento en practicarlo.

* La LJC se propone llegar a todos los rincones de México, buscando el engrosamiento de sus filas por parte de la juventud trabajadora, de los jóvenes estudiantes, de los desempleados, de los excluidos, de los que son rebeldes e insumisos.

* Desde ahora, saludamos a todas las organizaciones y movimientos en México, que pelean tenazmente contra el Capitalismo, demostrando que el pueblo mexicano tiene disposición para lucha revolucionaria.

Desde la publicación de esta declaración, la Liga de la Juventud Comunista estará trabajando para ser la organización combativa y de lucha. Hacemos un llamado a toda la juventud mexicana, para que juntos demos vida a esta organización, poniendo todo nuestro empeño para que los jóvenes contribuyamos junto con todos los explotados, a tomar el futuro en nuestras manos.

ATENTAMENTE

El Consejo Central de la Liga de la Juventud Comunista

México Distrito Federal, 8 de enero del 2010

Correo: ljcmexico@gmail.comEsta dirección electrónica esta protegida contra spambots. Es necesario activar Javascript para visualizarla

Página: www.juventudcomunista.org


1Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM), Reporte de Investigación N°87: Empleo y Desempleo Durante el Desgobierno de Felipe Calderón 2006-2010 (PRIMERA PARTE), México.

2 ¨Aviles Karina, “Unos 10 millones de jóvenes truncan sus estudios por carencias económicas”, La Jornada, México 4 de Enero de 2010.

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lunes, 18 de enero de 2010

Represión en Moldavia


Lev Leonov Pravda

Traducido del ruso para Rebelión por Josafat S. Comín

El nuevo gobierno ultraliberal de Moldavia ha organizado y llevado a cabo un masiva operación represiva contra los comunistas, y especialmente contra el ala juvenil del Partido de los Comunistas de la República de Moldavia (PCRM) y los miembros de la Unión de Juventudes Comunistas (UJC)

Como se expone en la declaración hecha pública a este respecto por el PCRM, “decenas de jóvenes integrantes de las agrupaciones del Partido en Chisinau, han sido llamados a declarar en comisaría, incluido el primer secretario de la agrupación de Chokan, candidato a diputado por el PCRM, M.Polyansky. Así mismo se han efectuado registros arbitrarios e ilegales en números pisos de nuestros activistas y partidarios, además de detener y mantener incomunicado a un joven comunista durante más de doce horas, impidiéndole el derecho a efectuar una llamada o recibir asistencia jurídica. Durante los interrogatorios, los efectivos policiales exigían a los representantes del PCMR reconocer su participación en los hechos acaecidos en la plaza central de Chisinau el 14 de octubre de 2009”.

Recordemos, que aquel día, en el centro de Chisinau en mitad de una fiesta popular, unos desconocidos hicieron detonar una granada. Con esa provocación contra los jóvenes comunistas, el nuevo gobierno de Moldavia celebraba sin querer sus tres primeros meses de desgobierno y su incapacidad para enfrentar el auge de la delincuencia. En un primer momento apuntaron a la huella de Prednistrovie, diciendo que la granada que había explotado habría sido supuestamente robada de los arsenales de Prednistrovie. Cuando se aclaró que la granada estaba fabricada en 1942, detuvieron al primer joven que pasaba por ahí, intentando así calmar la ola de indignación popular con la desidia e incapacidad del gobierno. Sin embargo el detenido tenía una sólida coartada. Fue entonces cuando se lanzaron a arrestar comunistas.

En la declaración de la UJC se dice: “la Unión de la Juventud Comunista considera el trato hacia sus activistas un eslabón más en esa larga cadena que persigue desacreditar a nuestra organización e intenta paralizar nuestra actividad mediante la presión y la intimidación, características de un estado policial”.

Cabe señalar, que las acciones del nuevo gobierno tienen un connotado y creciente carácter represivo anticomunista. “Desde los primeros días de su llegada al poder, la coalición de ultraderecha ha invertido una cantidad considerable de recursos y esfuerzos propagandísticos para desacreditar y atemorizar a los militantes del PCRM, a sus activistas y simpatizantes. Hoy debemos constatar que desgraciadamente el gobierno ha pasado de las palabras y las amenazas a los hechos, recurriendo al uso de la fuerza y la provocación para con los miembros del opositor Partido Comunista”. Para ello se están usando las palancas de presión económica sobre la población. Así por ejemplo, el nuevo gobierno se puede permitir anular la financiación del nuevo sistema de canalización -con las obras ya comenzadas- en diversas zonas rurales, debido a que en las elecciones pasadas sus habitantes respaldaran al PCRM.

Como se dice en la declaración conjunta del PCRM y la UJC, Moldavia no solo está regresando al anticomunismo cavernario propio de los primeros años de la década de los 90, sino también a los métodos intimidatorios y de presión, característicos de un estado policial, lo que demuestra que estamos ante evidentes señales de la formación en la República de Moldavia de una dictadura de derechas.

Así mismo subrayan, que el partido y la juventud saldrán en defensa de cualquier ciudadano, víctima de la represión por parte del actual gobierno, utilizando para ello todos los medios y recursos disponibles, ya sean jurídicos, políticos o informativos.

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martes, 12 de enero de 2010

Las luchas de la juventud y el movimiento juvenil I


CJC

El papel de la juventud en la lucha por el socialismo

El debate acerca del papel de la juventud en la lucha por el socialismo no debe ser ajeno a cualquier organización comunista que se precie. En los últimos tiempos nuestra organización ha estado abordándolo en diferentes debates que abarcan desde la significación del carácter juvenil comunista de nuestra organización hasta nuestra forma de intervenir en los frentes dotándoles de esa perspectiva.

Cuando las y los comunistas nos referimos a la juventud debemos de tener muy claro que dicha categoría, la de juventud, no es la categoría de una clase social, pero hablamos de un sector cuya procedencia de clase -familia, entorno- es heterogéneo y dentro de esta diversidad de clase sí encontramos unos ciertos elementos comunes que son los siguientes:

* Una personalidad en formación
* Una conciencia de clase en formación
* Un cuestionamiento del funcionamiento de su entorno, tanto vital como político.
* Una confluencia en torno al ocio y/o a los centros de formación.
* Un tiempo de ocio amplio que permite desarrollar actividades diversas.
* Un futuro que amenaza a la inmensa mayoría con su proletarización y por tanto su sometimiento a unas condiciones específicas mucho mayores de explotación


Estas características hacen que la juventud como sector social sea fácilmente movilizable y que juegue un papel activo en diversos tipos de asociacionismo de carácter juvenil, deportivo, estudiantil, ong’s, político, cultural. Esto configura que la juventud sea una fuerza social capaz de establecer una cultura propia, hace que la juventud sea un sector social que tiene un papel muy importante en el desarrollo de nuestro proyecto histórico, la juventud debe incorporarse al desarrollo del mismo de una forma activa para asegurar su propio éxito y continuidad y con ello contribuir al asentamiento de unos valores nuevos que deben caracterizar a la nueva sociedad.

Las contradicciones en el seno de la juventud.

Ganar a la juventud no es sólo uno de los objetivos de quienes queremos cambiar el actual estado de las cosas, sino que también lo es de los grandes poderes fácticos, la oligarquía y los monopolios, que mantienen a la juventud alejada de la conciencia de la clase obrera para que no se cuestione el orden establecido. Este proceso de impregnación colectiva de valores del enemigo de clase en el seno de la juventud fomenta la separación de la juventud como entidad grupal para el cuestionamiento de la realidad.

Aunque la juventud no es una clase social como tal sí que aglutina en su seno un reflejo de las contradicciones del conjunto de la sociedad. En el día a día se da una lucha de posiciones en la realidad concreta de la juventud, cuyo reflejo superestructural resulta un contexto en que las ideologías de las diferentes clases dan su batalla por la hegemonía de este sector social. En dicha batalla las posiciones de la clase obrera juegan también su papel.

Estas contradicciones que se dan en el desarrollo de la práctica diaria se expresan de una manera específica en el sector de la juventud. Los distintos grados de formación de su conciencia de clase dialécticamente articulados con su desarrollo personal, la influencia de la ideología del enemigo de clase en la juventud -no siempre es la misma que en el conjunto de la sociedad-, la negación del futuro y la necesidad de buscar salidas, son ejemplos de características concretas que le dan esa cierta especificidad que hace que las posiciones de clase entre la juventud sean a veces muy variables y evolucionen de forma rápida.

Llamamos movimiento juvenil al desarrollo de estas contradicciones en el seno de la juventud en su práctica diaria en los diferentes movimientos sociales. Éste tiene un movimiento que le es intrínseco: el estudiantil.

Además de manifestar diferentes contradicciones que se dan de manera trasversal en otros movimientos sociales, en los que la juventud coincide con otros sectores aún manteniendo una práctica específica en los mismos.

Desarrollar el movimiento juvenil y su carácter reivindicativo.

Si queremos incorporar a la juventud a lucha general por el socialismo y el comunismo, debemos de plantear la batalla para que sean las posiciones de la clase obrera las que ganen hegemonía entre la juventud, ganando su conciencia de tal forma que consigamos identificar la problemática y su conciencia grupal -como jóvenes- con la conciencia de la clase trabajadora. De esta manera se logrará aportar el componente subjetivo necesario para que las y los jóvenes identifiquen sus problemas objetivos y decidan ser dueños de su futuro, construyendo una alternativa junto a la única clase que les puede ofrecer una alternativa de futuro, luchar por el socialismo y el comunismo.

Esta problemática, lejos de solucionarse sólo con debates, debe encontrar solución en la práctica; debemos ser capaces de arropar a la juventud en la lucha por sus derechos, y ganar hegemonía en este sentido para ayudarla así a tomar conciencia de la perspectiva antijuvenil del capitalismo. Éste concibe a la juventud como una simple fuente de mano de obra barata para el mañana, o como “carne de cañón” para ingresar en los cuerpos de seguridad del estado y cumplir así el objetivo de mantener el orden establecido, negándole el futuro u obligándola a ser el reemplazo de la clase política que antaño la marginó.

En este proceso dialéctico en que la juventud, en base a la defensa de sus derechos concretos, asume la perspectiva del cuestionamiento del orden establecido, juega un papel importante la doble unificación de las luchas: de las diferentes expresiones del movimiento juvenil y del movimiento juvenil con el movimiento obrero y popular. Ésto debe desarrollarse no desde una imposición sino desde la propia juventud, la cual tomará conciencia a través de la experiencia organizativa y la formación de una capacidad critica. Nuestro papel como comunistas está en hacérselo ver y ganar hegemonía para que esta doble unificación de las luchas sea real.

Con este objetivo debemos trabajar para aumentar la capacidad organizativa y de respuesta del movimiento juvenil, avanzando a partir de la movilización concreta y sostenida.

Desde este punto de vista, el aumento de la conciencia antimonopolista y antioligárquica en el seno de la juventud se torna clave. La juventud comunista tenemos día tras día la tarea de reflejar cómo los sectores interesados en mantener la actual situación que vive la juventud desarrollan sus ataques instigados y amparados por la monarquía parlamentaria.

La intervención de la juventud comunista en los movimientos de masas.

Cuando intervenimos como juventud comunista en los movimientos de masas, debe ser desde la perspectiva del trabajo para su desarrollo. Nuestros militantes no sólo tienen que ser parte del debate ideológico, sino que además tienen que convertirse en referentes en la práctica concreta, asumiendo parte de las tareas para que ese movimiento social tome cuerpo. Sólo desde el respeto de quien trabaja realmente en el movimiento podremos transmitir nuestras posiciones con una perspectiva de credibilidad y éxito.

Debemos saber transmitir nuestras posiciones con coherencia, humildad y claridad, intentando que lleguen a quienes integran el movimiento. Debemos ganar en la práctica su respeto y respetar sus decisiones. La juventud comunista debe dar su opinión pero respetando al movimiento, sin que el movimiento se vea obligado a hacer todo lo que diga la juventud comunista, pero sin perder de vista tampoco la aspiración a su orientación por nuestra parte.

Saber transmitir nuestras posiciones al movimiento es vital. Para ello es importante que éstas no estén alejadas de las capacidades reales del movimiento y que al mismo tiempo le permitan avanzar. De lo contrario, sólo se beneficiaría al enemigo de clase, en el primer caso porque genera frustración en el movimiento y en el segundo porque lo deja anclado y lo vuelve incapaz de cuestionar nada.

Llevar el debate sobre el ¿qué hacer? a los colectivos, reflexionar conjuntamente acerca de lo acontecido en el movimiento es vital. Tomar decisiones colectivamente en la organización es la mejor forma de dar respuesta a ese movimiento con una perspectiva más general, conociendo la realidad del resto de los movimientos. La militancia debe asumir su papel recordando la disciplina que nos hace respetar y acatar los acuerdos de la organización aunque estemos en minoría. Debemos entender que en última instancia nosotros somos militantes de la organización antes que de cualquier movimiento.

Ganar la conciencia de la juventud

Ganar la conciencia de la juventud significa en la practica ganar una hegemonía en su seno en las tres luchas; económica, política e ideológica. Ser capaces de convencer con nuestro discurso es una batalla feroz para cualquier comunista, ya que en frente suyo está el sistema de dominación del enemigo de clase, el cual combina la represión en sus diversas manifestaciones con la hegemonía ideológica en la apariencia democrática de los distintos problemas. Un comunista gana la conciencia de la juventud luchando en su seno, peleando en esas luchas económicas y ganando hegemonía con el objetivo de, dialécticamente, aumentar la conciencia para las luchas políticas. Las luchas económicas a menudo son batallas interesantísimas desde el punto de vista del aprendizaje político-ideológico de la juventud y de nosotros mismos en su seno. Conquistar la confianza y respeto de la juventud dependerá de la capacidad que tengamos para dar respuestas acertadas a sus problemas y de que podamos convencer de las mismas con claridad.

El ocio y el tiempo libre también son escenarios de lucha que no podemos descartar, el favorecer espacios de diversión alternativos, culturales que cuestionen el orden establecido se torna muy importante. La batalla frente a los medios de comunicación de masas, la batalla frente al discurso hegemónico es para nosotros una dura batalla, pero disponemos de suficientes armas para combatirla. Participar en la organización de los viajes de estudios, participar de organizaciones deportivas, culturales, asociaciones de festejos etc… es un punto a nuestro favor en la socialización y son lugares donde debemos de situar nuestra opinión.

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viernes, 18 de diciembre de 2009

Nueva Constitución piden jóvenes comunistas peruanos en Congreso


(PL) Una nueva Constitución para dar paso a una Nueva República es el planteamiento central que debate hoy el II Congreso de la Juventud Comunista de Perú-Patria Roja.

La nueva Carta Magna deberá enmacarse, según los militantes juveniles, en una alternativa revolucionaria, de cambio radical y de renovación total de la actividad política.

Los delegados plantean además el aumento de los presupuestos de Educación y Salud y la creación de una Escuela nacional de gobierno alternativo que prepare nuevos cuadros para la administración pública.

El Congreso, que tiene la significativa denominación de "Rebélate", hace un balance del trabajo de la JCP-PR desde el congreso refundacional de 2004 y analiza propuestas para mejorar el trabajo del movimiento estudiantil.

Otro punto de la agenda es el impulso al proceso unitario de la izquierda con miras a las elecciones regionales y municipales de 2010 y generales de 2011, en los que está proyectada una alianza política y social con el Partido Nacionalista, que lidera el ex oficial del ejército Ollanta Humala.

La cita discute igualmente temas de interés social, como la despenalización del aborto, frente a una ofensiva conservadora que recientemente logró que un fallo judicial prohibiera la distribución del anticonceptivo oral de emergencia, conocido como píldora del día siguiente.

"Tenemos claro que sólo aprovechando y desarrollando las capacidades de los jóvenes profesionales comunistas y fortaleciendo la formación ideológica podremos asumir el gran reto de renovar la política", dijo la primera secretaria de la organización juvenil, Magali Rosado.

De esa manera, añadió, "podremos prepararnos seriamente para ser gobierno, rumbo a nuestro objetivo estratégico, que es el socialismo".

En el II Congreso de la JCP-PR participan unos 150 delegados de todo el país, indico la dirigente.

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lunes, 16 de noviembre de 2009

“Nacidos cuando caía el Muro y “orgullosos de ser rojos””


Lilian Alemagna Bellaciao

Tienen 20 años, no han conocido el bloque de Este, y asumen su compromiso comunista. Nacidos en 1989, el “colmo” para un joven comunista. Militantes de la MJCF (Juventud Comunista francesa), Mathilde, Léa, Lison, Nicolas y Lucas tiene 20 años y están “orgullosos de ser rojos”. Con fe en la lucha de clases, se reafirman en los principios marxistas-leninistas: “valores de futuro”, aseguran, revitalizados por la crisis económica.

Look clásico de jóvenes estudiantes – sudaderas más bien grandes, vaqueros, convers gastadas – están hartos de tener que justificarse del pasado de sus mayores. “ Es como si se asimilase permanentemente a los católicos con la Inquisición », se defiende Lucas, estudiante de Ciencias Políticas y Derecho en Lyon.

Lison prosigue: “¡Cuando alguien dice que es capitalista, no se le acusa de que sea responsable de la trata de negros y del colonialismo!” Molestos, ironizan también sobre la imagen que pueden dar a algunos por el hecho de “ser comunista”. “A menudo me sueltan: “Aunque seas comunista eres simpático…” duda el estudiante de Historia en Aix en Provence. “No hay que tener vergüenza”, añade Lea, que milita también en el mismo campus. Se hicieron comunistas, dicen, por “estar hasta las narices” de la “explotación” y de las “injusticias”.

También nacieron en familias de izquierdas, incluso “revolucionarias”, éste un abuelo minero de origen polaco, aquella unos padres militantes locales del PCF. “Relevo”. Con una madre que hoy es la primera magistrada comunista de un pequeño municipio de Val de Marne, Mathilde estaba predestinada: nacida el 9 de noviembre de 1989, diez horas antes de la caída del Muro. “¡Qué vergüenza!” bromean sus camaradas de la JC. “Pero no, ¡es el relevo!” responde la joven. En segundo curso de Etnología en Nanterre, tiene su carné del PCF desde los 14 años. Es una de las responsables nacionales de la Unión de Estudiantes Comunistas (UEC). Sobre la caída del Muro, ella lo tiene claro: “Esta bien que haya caído.” Pero, enfundada en su palestino, contraataca: “Desde 1989, otros muros se han levantado. ¡Y no son los comunistas quienes los han construido!” Como sus camaradas, Nicolas aboga por un replanteamiento: un análisis del fracaso de los regímenes soviéticos, de las “desviaciones burocráticas, no orientadas al pueblo”, que han “pervertido” los principios comunistas. Pero, enseguida, todos insisten en defender los “avances” de los regímenes comunistas: sistema escolar, derechos de las mujeres, hospitales, etc.

Citan a Cuba, como ejemplo, señalan la “propaganda”, de los cursos de historia o de los medios. En términos de propaganda, también ellos han digerido la de su partido. Revolución. Si son comunistas- y no “anticapitalistas” de Besancenot-, es porque quieren ser prácticos, lo concreto y tener representantes electos en los que apoyarse. “Es necesario entrar en el sistema para modificarlo”, defiende Mathilde. Y la revolución, ¿todavía de actualidad? “no hay más remedio” piensa Léa. Mathilde, “no cree en el Gran Día”. Sería más bien “por medio de las urnas”. Pero, después de una segunda reflexión, en una especie de romanticismo a la Luisa Michel suelta con una gran carcajada: “Pero si debe pasar por las armas, ¡las tomaremos! “ Generación CPE (contrato del primer empleo), que vio pasar a Sarkozy en 2007 sin poder votar en contra, se patean los cursos de las facultades, las entradas de los institutos y hacen el puerta a puerta para ayudar a “reflexionar” a la gente que encuentran. Con “la esperanza” de que un día “esto funcione”

Artículo sobre los estudiantes comunistas aparecido en Libération el 9/11/2009. Las palabras de la periodista, y las que pone en boca de las personas entrevistadas no implican que se correspondan con las posiciones de la MJCF

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miércoles, 22 de julio de 2009

Asiste con tus panas




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viernes, 17 de julio de 2009

AL 2do ANIVERSARIO DE LA CCGM


La Corriente Comunista Gustavo Machado CCGM, demanda y acompaña junto al pueblo bolivariano la más calurosa solidaridad y combatiente rechazo a la envestida anacrónica que trata de implantar el golpe militar fascista dirigido contra la institucionalidad democrática del presidente Zelaya hacia el pueblo hermano de Honduras, hijos del legado de Morazán quienes tienen el compromiso histórico de seguir resistiendo y profundizando la avanzada lucha popular frente a la reacción que pretende instaurarse en esta parte del Caribe.

La CCGM en su II Aniversario comparte el júbilo de estas fechas gloriosas que imprenta la historia de Venezuela para el movimiento revolucionario comunista, así como para el internacionalismo proletario, empeñar nuestra entrega revolucionaria al lado del pueblo en la causa por contribuir desde esta humilde trinchera de combate al proceso liberador bolivariano tomando el ideario vigente que esculpe la obra del camarada Gustavo Machado, plantamos sus iniciales para convertirnos en una organización revolucionaria que nace al calor de la memorable lucha histórica comunista de nuestra Patria Bolivariana, iluminados en la obra del camarada Gustavo Machado, guiados por el marxismo-leninismo y las luces del Bolivarianismo, así como de todo el heroísmo de nuestros próceres independentista y de las y los mártires de la Patria Grande.

La CCGM quienes seguimos su compromiso decidido y revolucionario en la lucha por la liberación de nuestro pueblo contra el fascismo reaccionario de las dictaduras entreguistas de la ultranza oligarquía incrustada a lo largo de la historia de Venezuela. Se levanta como colectivo naciendo al fervor del pueblo, creyendo en la legitima fuerza creadora de las clases populares expuestas a combatir teniendo en cuenta todas las formas de lucha consciente en destruir a como de lugar al sistema agresor e inhumano del capitalismo y todas sus expresiones fundamentadas en el apoderamiento de la fuerza de trabajo, de la clase trabajadora, el mantenimiento de la propiedad privada de los medios de producción, la explotación del hombre por el hombre y su abominable ultima fase, el imperialismo, nuestro principal enemigo el imperialismo yanqui y su clase aliada en sus mas viles intereses representados en la elite de la burguesía sobre la gran mayoría explotada que conforma la sociedad, la clase proletaria.

Asimismo asumiendo el actual proceso de lucha revolucionaria que se desarrolla hoy en el campo de batalla bolivariano ante la dirección indiscutible e indudable del Presidente Hugo Chávez, consecuentes en cumplir con el rol histórico que nos ubica hoy el momento que transitamos al lado de nuestro pueblo en general, nos colocamos en primera línea de combate contra el enjambre ideológico, sus males y vicios que propagan los gendarmes del imperialismo a lo interno de la revolución bolivariana, con sus aparatos de alienación mediática.

Aportando a elevar la discusión y al esfuerzo practico de construir la unidad de las fuerzas sociales y políticas del proceso revolucionario en el que llegue a tomar como resultado coherente el real instrumento de dirección política que necesita y exige la revolución bolivariana entre todo el pueblo, encaminando la fragua de la lucha revolucionaria hacia los objetivos de la definitiva liberación nacional, apoyando a la clase obrera trabajadora de la ciudad y el campo, quienes tienen el poder de transformar a nuestro principal modelo de producción petrolero, en una Venezuela de avanzada industrial, tecnológica y moderna en los diferentes medios de producción que requiere una nación potente y sustentable en todos sus componentes productivos, económicos, sociales y culturales.

Abrazando las banderas del internacionalismo proletario, la paz, la justicia social, la solidaridad, la igualdad entre los seres humanos, el respeto intransferible a los derechos humanos, levantamos en alto los principios revolucionarios en coraje contra cualquier in admisión que fustigue la libertad y la diversidad social y cultural cuales consientan lo mas hermoso de la raza humana.

Sencillamente nuestras armas son nuestras ideas, nuestra voluntad combativa y el empleo de todas las formas de lucha que decidan tomar los pueblos puestos al llamado de conquistar la existencia por siempre de la especie humana y la humanidad.

¡VIVA EL 2do. ANIVERSARIO DE LA CCGM!
¡VIVA EL 111 ANIVERSARIO DEL CAMARADA GUSTAVO MACHADO!
¡VIVA LA REVOLUCION BOLIVARIANA!
PATRIA GRANDE Y SOCIALISMO…

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domingo, 7 de junio de 2009

Alejandro Forni de la Fede dicto un charla en Ituzaingo


Fede

El próximo 28 de junio se desarrollaran las elecciones legislativas, donde el Partido Comunista de la provincia de Buenos Aires forma parte junto a otras fuerzas del campo popular del Nuevo Encuentro, que impulsa las candidaturas de Martín Sabbatella y Guadalupe Godoy a diputados nacionales. En ese marco, los jóvenes comunistas de Ituzaingo buscamos instalar como eje central de la discusión, entendiendo que debe trascender el plano electoral, la crisis internacional del capitalismo, sus causas y consecuencias y sobre todo, las ideas y aportes de superación de la misma que como Partido proponemos: distribución de la riqueza, fomento y desarrollo de la economía social y el cooperativismo, integración latinoamericana, Socialismo del Siglo XXI.

Con estos cuatro ejes centrales de la propuesta comunista, la charla se extendió por más de dos horas y media. Tras un repaso histórico de las crisis del capitalismo para entender como y por que llegamos a esta última, de carácter estructural, Alejandro Forni hizo una valoración altamente positiva del proceso político latinoamericano que encabeza Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y al que recientemente se le sumara El Salvador, como la región del mundo que esta marcando los pasos a seguir en medio de una catástrofe mundial a las que nos ha llevado el capitalismo y el cual no esta en condiciones de solucionar. Esta no es una crisis meramente económica, sino que trasciende este plano, para convertirse en una crisis energética, alimentaria, ecológica, de dominación, en fin civilizatoria.

En el año del bicentenario de la primera independencia latinoamericana, que comenzara en Bolivia para extenderse luego por todo nuestro continente, es necesario volver a los clásicos del pensamiento marxista, como así también a los de la gesta independentista como los Sucre, Miranda, Bolívar, San Martin, Belgrano, Moreno y Monteagudo, para lograr una síntesis que no solo nos permita superar la crisis, sino que habrá paso a la construcción del socialismo en América Latina y así alcanzar la segunda y definitiva independencia

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miércoles, 27 de mayo de 2009

Un "manga" sobre El Capital, de Marx, se convierte en best-seller en Japón


Agencias

El Partido Comunista de Japón, que estuvo prohibido antes de la Segunda Guerra Mundial y después fue considerado un grupúsculo, está creciendo a medida que se profundiza la crisis económica en el país.

Un "manga" o revista de historietas japonesa sobre El Capital de Carlos Marx se ha transformado en un best-seller en todo el país; y un cuento de la entreguerra sobre la explotación de los trabajadores encontró nuevos lectores como cómic. La versión "manga" de Das Kapital es un best-seller, al igual que el cómic del clásico de 1929 Kanikosen o el Barco Enlatador de Cangrejos, del escritor comunista Takiji Kobayashi, que describe la brutal explotación de los trabajadores. La versión cinematográfica se estrena este verano (boral), con la actuación de la estrella ascendente Ryuhei Matsuda.

A pesar de ser la segunda economía del mundo, Japón asiste al surgimiento de un movimiento juvenil que cuestiona el sistema capitalista, cuando su economía sufre la peor recesión desde 1945, con megaempresas en rojo que eliminan puestos de trabajo.

El Partido Comunista de Japón no pregona la revolución violenta, y sus miembros dicen que no comulgan con las doctrinas del ruso Lenin ni del chino Mao, ni siquiera con las ideas del movimiento estudiantil radical de los años 60 y 70. Pero la desilusión con los partidos políticos tradicionales y con los sindicatos ha hecho que el partido crezca a un ritmo de 1.000 nuevos afiliados por mes, mientras su diario Bandera Roja es leído por más de 1,6 millones de personas, según dirigentes.

"Este es el segundo país capitalista", afirmó Kimitoshi Morihara, vicepresidente del buró internacional del partido. "Pero ahora la situación es bastante difícil, particularmente para los jóvenes". La desreglamentación del mercado de trabajo ha facilitado a las empresas emplear y despedir trabajadores, y el tradicional empleao de por vida japonés ha dado lugar a la incertidumbre y salarios más bajos para la última generación que entró al mercado de trabajo.

El Partido Comunista Japonés, fundado en 1922, fue legalizado recién después de la Segunda Guerra Mundial. Desde los turbulentos años 60 y 70 ha sido un sempiterno partido de oposición. Actualmente sólo tiene 16 bancas de las 722 del parlamento, lo que lo convierte de todas maneras en el cuarto partido político del país, pero sus afiliados están aumentando, mientras que los de los demás partidos caen. Y se está haciendo sentir en la calle.

La manifestación del Primero de Mayo en Tokio, coorganizada por el partido, atrajo a 36.000 personas, muchos jóvenes.

http://www.radiomundial.com.ve/yvke/noticia.php?25246

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viernes, 15 de mayo de 2009

LA LIGA DE LA JUVENTUD DEBE TENER PRESENTES EN SU TRABAJO LAS CARACTERISTICAS PROPIAS DE LOS JOVENES


Mao Tsetung

* Palabras pronunciadas por el camarada Mao Tsetung en audiencia concedida al Presidium del II Congreso Nacional de la Liga de la Juventud de Nueva Democracia de China.

Ya pertenece al pasado el problema de las pretensiones independentistas de la Liga de la Juventud respecto del Partido. El problema actual de la Liga no es que tenga pretensiones independentistas, sino que carece de actividades independientes.

La Liga de la Juventud debe poner su trabajo en consonancia con la tarea central del Partido, pero, dentro de este contexto, debe tener sus actividades independientes y tomar en cuenta las características propias de la juventud. En 1952, en una conversación con camaradas del Comité Central de la Liga, sometí dos temas al estudio de ese organismo.

Uno, cómo debía dirigir el Partido el trabajo de la Liga, y el otro, cómo debía ésta realizar su trabajo. Ambos temas conllevan el problema de cómo tomar en cuenta las características propias de los jóvenes. Los comités del Partido en diversos lugares han manifestado su satisfacción con el trabajo de la Liga, y esto se debe a que ha puesto su labor en consonancia con la tarea central del Partido. Ahora, coloquemos sobre el tapete un motivo de insatisfacción, y es que en su trabajo la Liga no ha organizado actividades independientes que concuerden con los rasgos propios de la juventud. Los organismos dirigentes, tanto del Partido como de la Liga, deben aprender a conducir el trabajo de la Liga y hacerse duchos en organizar y educar a las grandes masas juveniles teniendo como eje la tarea central del Partido y tomando en cuenta las características de los jóvenes.

Bajo la dirección del Partido, la Liga se ha desempeñado activamente en el trabajo revolucionario en todos los terrenos y ha obtenido grandes éxitos. Sin la juventud, no podría triunfar la causa revolucionaria ni en las fábricas ni en las zonas rurales ni en el ejército ni en los centros docentes. La juventud china es muy disciplinada, y ha cumplido todas las tareas que le ha asignado el Partido. Ahora, con el término de la guerra de Corea y la conclusión de la reforma agraria, el centro de gravedad de nuestro trabajo en el país está trasladándose a las transformaciones socialistas y a la construcción socialista. De ahí la necesidad de aprender. La Liga debe aprender a dirigir a los jóvenes para que éstos, junto con los mayores, promuevan exitosamente la agricultura en el campo, la industria en la ciudad, el estudio en los centros docentes y el trabajo de oficina en las entidades oficiales, así como el entrenamiento en las unidades militares a efectos de la modernización de nuestro ejército de defensa nacional.

Los jóvenes, que andan entre los catorce y los veinticinco años, deben estudiar y trabajar; pero, siendo la juventud un período de desarrollo físico, sería muy peligroso desatender este aspecto. Los jóvenes tienen más necesidad de estudiar que los mayores, pues deben aprender muchas cosas ya aprendidas por éstos. Sin embargo; no se les debe echar cargas demasiado pesadas de estudio y de trabajo. A los jóvenes que están entre los catorce y los dieciocho años, en particular, no se les debe exigir que trabajen con la misma intensidad que los mayores. Los jóvenes necesitan más de recreaciones, de diversiones y gustan de saltar y jugar; si no se les permite hacerlo, quedarán descontentos. Con el tiempo, se enamorarán y querrán casarse. En todo esto difieren de los mayores.

Quisiera dirigir algunas palabras a los jóvenes: Primero, hago votos porque tengan buena salud; segundo, porque estudien bien, y tercero, porque trabajen bien.

Propongo que a los estudiantes se les conceda una hora más de sueño. Hasta ahora se ha destinado ocho horas; pero, en realidad, los estudiantes sólo duermen seis o siete horas, lo cual explica esta sensación de soñolencia que se advierte como un fenómeno general. Ya que los jóvenes estudiantes son propensos a la debilidad nerviosa, por lo común les cuesta conciliar el sueño y asimismo les cuesta despertar. Es imprescindible establecer un régimen de nueve horas de sueño; dictar una orden al respecto e imponer su cumplimiento, sin discusiones. Los jóvenes deben dormir bien y los maestros, a su vez, dormir lo suficiente.

La revolución ha traído muchas ventajas, pero también una desventaja, cual es la de que todos se han tornado tan entusiastas y afanosos en sus actividades que se fatigan en demasía. Ahora es preciso garantizar que todos, obreros, campesinos, soldados, estudiantes y cuadros, tengan buena salud. Desde luego, tener buena salud no conlleva necesariamente el logro de éxitos en el estudio, pues para el estudio se requieren, además, determinados métodos.

Actualmente es un poco largo el horario de estudio para los alumnos del primer ciclo de la enseñanza secundaria, y es recomendable acortarlo de manera apropiada. Los activistas tienen demasiadas reuniones, y aquí también se impone una reducción. Es menester dar plena consideración tanto al estudio como a las diversiones, el descanso y el sueño. Los jóvenes obreros, campesinos y soldados estudian al mismo tiempo que trabajan; en este caso también es necesario tomar plenamente en cuenta cada uno de los dos aspectos: el trabajo y el estudio, por un lado, y las recreaciones, el reposo y el sueño, por el otro.

Debemos agarrar firmemente uno y otro aspecto, tanto el estudio y el trabajo como el sueño, el descanso y las recreaciones. En el pasado sólo se agarraba firmemente uno de ellos, mientras el otro se lo agarraba pero sin firmeza o simplemente se lo dejaba de lado. Ahora se plantea la necesidad de agarrar con firmeza también este último aspecto, organizando algunas actividades recreativas que requieren tiempo y facilidades. El CC del Partido ha tomado la decisión de disminuir el número de reuniones y las horas de estudio, y a ustedes les corresponde supervisar su cumplimiento. Pueden exigir explicaciones al que no la cumpla.

En resumen, es necesario procurar que los jóvenes tengan buena salud, estudien bien y trabajen bien. En caso de que uno u otro camarada dirigente sólo exija a los jóvenes trabajar, sin preocuparse de su salud, pueden ustedes encararlo apoyándose en lo que acabo de decir. El argumento está bien fundado, pues lo que se busca es proteger a las nuevas generaciones de modo que se desarrollen mejor. A nosotros los de la vieja generación, nos tocó la peor parte, ya que los mayores no se preocupaban de los niños. Los mayores tenían una mesa donde comer mientras que los menores no. Los niños no tenían derecho a opinar en la familia y, si lloraban, se les pegaba. Ahora, en la nueva China, hay que modificar esta línea de conducta y pensar más en los jóvenes y adolescentes.

Es indispensable elegir cuadros jóvenes como miembros del Comité Central de la Liga. En la época de los Tres Reinos, Tsao Tsao emprendió, al mando de un gran ejército, una expedición al Sur del Yangtsé para atacar al reino Wu Oriental. Entonces, Chou Yu, "miembro de la Liga de la Juventud", fue nombrado comandante en jefe de las fuerzas de ese reino. En un principio, Cheng Pu y otros generales veteranos se manifestaron disconformes con la designación. Pero más tarde fueron convencidos y Chou Yu permaneció en su puesto. Gracias a ello, dicho reino ganó la batalla. Y hoy, cuando se quiere que los Chou Yu sean miembros del Comité Central de la Liga, ¡cuánta gente no lo desaprueba! ¿Está bien que se elija para ese organismo al mayor número posible de personas de edad madura, dejando muy pocos sitios a los jóvenes? Huelga decir que no debemos fijarnos exclusivamente en la edad, sino también en la capacidad. En un comienzo, `en la lista de candidatos a miembros del Comité Central de la Liga, sólo figuraban nueve con menos de treinta años de edad y, ahora, como resultado de una discusión del CC del Partido, ese número ha aumentado a más de sesenta y, aun así, esta cifra sólo representa poco más de una cuarta parte. A pesar de que los mayores de treinta años ocupan unos tres cuartos, hay camaradas que todavía afirman que son pocos. Pero yo diría que no.

Algunos camaradas dicen no estar seguros de si los sesenta y tantos jóvenes poseen todos la capacidad requerida. Debernos tener plena confianza en estos jóvenes, la inmensa mayoría de los cuales alcanzarán ese nivel. Posiblemente uno que otro no esté a la altura de su responsabilidad, pero esto no debe ser motivo de alarma, ya que se le puede sustituir en una próxima elección. La manera de proceder señalada no puede ser errónea en su orientación fundamental. Los jóvenes no son inferiores a nosotros. Los viejos tenemos experiencia, y eso, desde luego, es una ventaja; pero fisiológicamente estamos declinando: Nuestra vista y nuestro oído ya no son tan agudos como antes, ni nuestras extremidades tan ágiles como las de los jóvenes. Esta es una ley de la naturaleza. Hay que hacer un trabajo de persuasión con aquellos camaradas que no comparten nuestro criterio.

Las organizaciones de la Liga de la Juventud deben tomar en consideración las características de los jóvenes y realizar el trabajo propio de su organismo al mismo tiempo que se someten a la dirección de los comités del Partido a los niveles correspondientes. Esta no es una invención, sino algo que existe desde hace mucho, y así lo ha dicho siempre el marxismo. Esto emana de la realidad. Los jóvenes son jóvenes. Si no, ¿para qué crear la Liga de la Juventud? Los jóvenes difieren de los mayores, y las muchachas, de los muchachos. Si pasamos por alto estas diferencias, nos separaremos de las masas. Ustedes tienen ahora nueve millones de miembros. Si no prestan atención a las características de los jóvenes, el resultado será que tal vez sólo un millón de ellos los apoyen, mientras los restantes ocho millones les nieguen su respaldo.

Sin dejar de prestar atención a los jóvenes avanzados, en su trabajo la Liga debe poner los ojos en la mayoría. Al proceder así, es posible que algunos elementos avanzados no se sientan muy a gusto, pues ellos querrán que la Liga exija todavía más a todos sus miembros. Pero esto no sería muy conveniente, y por eso se debe disuadirlos. En el proyecto de Estatutos de la Liga se han estipulado demasiados deberes y pocos derechos; es necesario aflojar un poco para que la mayoría pueda mantener el paso. Ustedes deben poner el acento en la mayoría en vez de fijarse sólo en un pequeño número.

Según lo dispuesto en el proyecto de sus estatutos, todo miembro de la Liga que durante cuatro meses no haya tomado parte en su vida orgánica será considerado automáticamente fuera de la Liga; esta estipulación es demasiado drástica. Si incluso en los Estatutos del Partido se fijan seis meses como límite, ¿no podrían ustedes poner este mismo término? No deben incluir en los Estatutos de la Liga nada que sea inalcanzable, ni nada que esté al alcance sólo de un millón de sus miembros pero no de los otros ocho millones. Los principios se deben aplicar con flexibilidad. Hay cierta distancia entre lo que debe ser una cosa y lo que es en realidad. Incluso para que algunos artículos de tal o cual ley tengan efectiva aplicación se requieren unos años. Por ejemplo, muchos artículos de la Ley de Matrimonio, que revisten un carácter programático, requieren por lo menos tres quinquenios para su total ejecución. "No andar con chismes a espaldas de otros" es un punto correcto como principio, pero no hace falta consignarlo en los Estatutos de la Liga. La lucha contra el liberalismo será prolongada, y hasta en el Partido subsisten no pocas manifestaciones de liberalismo. De hecho, es imposible prohibir a la gente que profiera un solo denuesto contra otros a sus espaldas. No hay que imponer moldes demasiado estrechos, pues lo primordial es trazar una clara línea de demarcación entre nosotros y el enemigo.

El prestigio se adquiere de manera gradual. En un tiempo hubo gente en el Ejército que componía trovas injuriosas. Nosotros no lo proscribimos ni lo sometimos a investigación, y no por eso se derrumbó nuestro Ejército. Lo que hicimos fue poner nuestro empeño en las cosas importantes, tales como las Tres Reglas Cardinales de Disciplina y las Ocho Advertencias, y de esta manera logramos, poco a poco, encauzar a nuestras tropas por un rumbo justo. La verdadera admiración que sienten las masas por los dirigentes nace del conocimiento que adquieren de ellos en la práctica revolucionaria. Sólo un verdadero conocimiento puede conducir a la confianza. El Comité Central de la Liga goza ya de un prestigio bastante elevado. Es cierto que todavía hay algunos que no lo admiran, pero poco a poco llegarán a admirarlo. A un muchacho que recientemente haya sido promovido a la dirección no debe inquietarlo el hecho de no gozar de mucho prestigio, pues esto no podrá lograrlo sino después de haber recibido algunas críticas e injurias. La existencia de la "pequeña radiodifusión" (rumores) se debe a que la "gran radiodifusión" no está bien desarrollada. Siempre que la vida democrática sea suficiente y que a la gente se le muestren sus llagas en su presencia, aunque se permita hacer la "pequeña radiodifusión" la gente dirá que no le queda tiempo para ello y que quiere descansar. Pero siempre existirán problemas y uno no debe pensar que todos ellos puedan ser resueltos de un solo golpe. Hay problemas hoy, y los habrá en el futuro.

La tarea general del Partido para el período de transición consiste en cumplir en lo fundamental, a través de tres planes quinquenales, la industrialización socialista y las transformaciones socialistas de la agricultura, de la artesanía y de la industria y comercio capitalistas. Tres planes quinquenales suponen quince años. Cada año se da un pasito y cada cinco años un gran paso. Con tres grandes pasos que demos, culminaremos más o menos dicha tarea. Cumplirla en lo fundamental no quiere decir cumplirla en su totalidad. La expresión "cumplirla en lo fundamental" es una manera prudente de hablar. En el manejo de las cosas, más vale ser prudente.

La agricultura china, que en su mayor parte es todavía una economía individual, tiene que pasar por una metódica transformación socialista. Al promover el movimiento de ayuda mutua y cooperación en la agricultura, debemos atenernos al principio de voluntariedad. No llevar adelante ese movimiento equivaldría a seguir el camino capitalista sería una desviación de derecha. Tampoco se puede proceder con precipitación, pues esto sería una desviación de "izquierda". Tenemos que realizar el movimiento con preparación y de manera metódica. Nunca hemos emprendido una batalla sin preparación y sin tener la seguridad de ganarla, o con preparación pero sin la seguridad de ganarla. En la guerra contra Chiang Kai-shek, al comienzo algunos cometieron errores de subjetivismo. Pero más tarde, a través de la campaña de rectificación, se superó el subjetivismo, y así conquistamos la victoria. Ahora libramos la batalla por el socialismo, y en ella nos proponemos cumplir la industrialización socialista y las transformaciones socialistas de la agricultura, de la artesanía y de la industria y comercio capitalistas. Esta es la tarea general de todo el pueblo. En cuanto a cómo la Liga de la Juventud ha de llevar adelante esta tarea, ustedes deben tomar apropiadas disposiciones que concuerden con las características peculiares de los jóvenes.



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miércoles, 29 de abril de 2009

Tareas de las Juventudes Comunistas

V. I. Lenin

Discurso en la I Sesión del III Congreso
de Juventudes Comunistas de Rusia
Moscú, 2 de octubre de 1920

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Escrito: En 1920.
Primera publicación: En Pravda, núms. 221, 222 y 223 del 5, 6 y 7 de octubre de 1920.
Fuente:V. I. Lenin, Tareas de la Juventudes Comunistas, Pekín [Beijing], República Popular China, Ediciones en Lenguas Extranjeras, 1976.
Digitalizado para el MIA: Por Juan Rafael Fajardo, abril de 2000.
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(Lenin es recibido por una calurosa ovación del congreso.)

Camaradas: quisiera hablarles hoy de las tareas fundamentales de la Unión de Juventudes Comunistas y, con este motivo, de lo que deben ser las organizaciones de la juventud en una república socialista en general.

Este problema merece tanto más nuestra atención cuanto que, en cierto sentido, puede decirse que es precisamente a la juventud a quien incumbe la verdadera tarea de crear la sociedad comunista. Pues es evidente que la generación de militantes educada bajo el régimen capitalista puede, en el mejor de los casos, resolver la tarea de destruir los cimientos del viejo modo de vida del capitalismo, basado en la explotación. Lo más que podrá hacer será llevar a cabo las tareas de organizar un régimen social que ayude al proletariado y a las clases trabajadoras a conservar el Poder en sus manos y a crear una sólida base, sobre la que podrá edificar únicamente la generación que empieza a trabajar ya en condiciones nuevas, en una situación en la que no existen relaciones de explotación entre los hombres.

Pues bien, al abordar desde este punto de vista el problema de las tareas de la juventud, debo decir que las tareas de la juventud en general y de las Uniones de Juventudes Comunistas y otras organizaciones semejantes en particular, podrían definirse en una sola palabra: aprender.

Pero claro está que esto no es más que "una palabra", que no responde a los interrogantes principales, a los más importantes: ¿qué y cómo aprender? Y en este problema lo esencial es que, con la trasformación de la vieja sociedad capitalista, la enseñanza, la educación y la instrucción de las nuevas generaciones, destinadas a crear la sociedad comunista, no pueden seguir siendo lo que eran. Ahora bien, la enseñanza, la educación y la instrucción de la juventud deben partir de los materiales que nos ha legado la antigua sociedad. No podemos edificar el comunismo si no es a partir de la suma de conocimientos, organizaciones e instituciones, con el acervo de medios y fuerzas humanas que hemos heredado de la vieja sociedad. Sólo trasformando radicalmente la enseñanza, la organización y la educación de la juventud, conseguiremos que el resultado de los esfuerzos de la joven generación sea la creación de una sociedad que no se parezca a la antigua, es decir, de la sociedad comunista. Por ello debemos examinar en detalle qué debemos enseñar a la juventud y cómo debe aprender ésta si quiere merecer realmente el nombre de juventud comunista, cómo hay que prepararla para que sepa terminar y coronar la obra que nosotros hemos comenzado.

Debo decir que la primera respuesta y la más natural parece ser que la Unión de Juventudes, y en general toda la juventud que quiera el advenimiento del comunismo, tiene que aprender el comunismo.

Pero esta respuesta, "'aprender el comunismo", es demasiado general. ¿Qué hay que
hacer para aprender el comunismo? De entre la suma de conocimientos generales, ¿qué es lo que hay que escoger para adquirir la ciencia del comunismo? Aquí nos amenazan una serie de peligros, que surgen por doquier en cuanto se plantea mal la tarea de aprender el comunismo o cuando se entiende de una manera demasiado unilateral.

A primera vista, naturalmente, parece que aprender el comunismo es asimilar el conjunto de los conocimientos expuestos en los manuales, folletos y trabajos comunistas. Pero esta definición sería demasiado burda e insuficiente. Si el estudio del comunismo consistiera únicamente en saber lo que dicen los trabajos, libros y folletos comunistas, esto nos daría fácilmente exégetas o fanfarrones comunistas, lo que muchas veces nos causaría daño y perjuicio, porque estos hombres, después de haber leído mucho y aprendido lo que se expone en los libros y folletos comunistas, serían incapaces de coordinar todos estos conocimientos y de obrar como realmente exige el comunismo.

Uno de los mayores males y calamidades que nos ha dejado en herencia la antigua sociedad capitalista, es un completo divorcio entre el libro y la vida práctica, pues teníamos libros en los que todo estaba expuesto en forma perfecta, pero en la mayoría de los casos no eran sino una repugnante e hipócrita mentira, que nos pintaba un cuadro falso de la sociedad capitalista.

Por eso, sería una gran equivocación limitarse a aprender el comunismo simplemente de lo que dicen los libros. Nuestros discursos y artículos de ahora no son simple repetición de lo que antes se ha dicho sobre el comunismo, porque están ligados a nuestro trabajo cotidiano en todos los terrenos. Sin trabajo, sin lucha, el conocimiento libresco del comunismo, adquirido en folletos y obras comunistas, no tiene absolutamente ningún valor, porque no haría más que continuar el antiguo divorcio entre la teoría y la práctica, que era el más nocivo rasgo de la vieja sociedad burguesa.

El peligro sería mucho mayor todavía, si quisiéramos aprender solamente las consignas comunistas. Si no comprendiéramos a tiempo la importancia de este peligro, si no hiciéramos toda clase de esfuerzos por evitarlo, la existencia de medio millón o de un millón de jóvenes de ambos sexos, que después de semejante estudio del comunismo se llamasen comunistas, causaría un gran perjuicio a la causa del comunismo.

Se nos plantea, pues, la cuestión de cómo debemos coordinar todo esto para aprender el comunismo. ¿Qué debemos tomar de la vieja escuela, de la vieja ciencia? La vieja escuela declaraba que quería crear hombres instruidos en todos los dominios y que enseñaba las ciencias en general. Ya sabemos que esto era pura mentira, puesto que toda la sociedad se basaba y cimentaba en la división de los hombres en clases, en explotadores y explotados. Como es natural, toda la vieja escuela, saturada de espíritu de dase, no daba conocimientos más que a los hijos de la burguesía. Cada una de sus palabras estaba adaptada a los intereses de la burguesia. En estas escuelas, más que educar a los jóvenes obreros y campesinos, los preparaban para mayor provecho de esa misma burguesía. Se los educaba con el fin de formar servidores útiles, capaces de aumentar los beneficios de la burguesía, sin turbar su ociosidad y sosiego. Por eso, al condenar la antigua escuela, nos hemos propuesto tomar de ella únicamente lo que nos es necesario para lograr una verdadera educación comunista.

Y ahora voy a tratar de las censuras, de los reproches que se dirigen por lo común a la escuela antigua y que conducen muchas veces a interpretaciones enteramente falsas. Se dice que la vieja escuela era una escuela libresca, una escuela de adiestramiento autoritario, una escuela de enseñanza memorista. Esto es cierto, pero hay que saber distinguir en la vieja escuela, lo malo de lo útil para nosotros, hay que saber escoger lo necesario para el comuismo.

La vieja escuela era libresca, obligaba a almacenar una masa de conocimientos inútiles, superfluos, muertos, que atiborraban la cabeza y trasformaban a la generación joven en un ejército de funcionarios cortados todos por el mismo patrón.

Pero concluir de ello que se puede ser comunista sin haber asimilado los conocimientos acumulados por la humanidad, sería cometer un enorme error. Nos equivocaríamos si pensáramos que basta con saber las consignas comunistas, las conclusiones de la ciencia comunista, sin haber asimilado la suma de conocimientos de los que es consecuencia el comunismo. El marxismo es un ejemplo de cómo el comunismo ha resultado de la suma de conocimientos adquiridos por la humanidad.

Ya habrán ustedes leído y oído que la teoría comunista, la ciencia comunista, creada principalmente por Marx, que esta doctrina del marxismo ha dejado de ser obra de un solo socialista, genial del siglo XIX, para trasformarse en la doctrina de millones y decenas de millones de proletarios del mundo entero, que se inspiran en ella en su lucha contra el capitalismo. Y si preguntan ustedes por qué ha podido esta iloetrina de Marx conquistar millones y decenas de millones oc corazones en la clase más revolucionaria, se les dará una sola respuesta: porque Marx se apoyaba en la sólida base de los conocimientos humanos adquiridos bajo el capitalismo. Al estudiar las leyes del desarrollo de la sociedad humana, Marx comprendió el carácter inevitable del desarrollo del capitalismo, que conduce al comunismo, y - esto es lo esencial - lo demostró basándose exclusivamente en el estudio más exacto, detallado y profundo de dicha sociedad capitalista, asimilando plenamente todo lo que la ciencia había dado hasta entonces. Todo lo que había creado la sociedad humana, lo analizó Marx en un espíritu crítico, sin desdeñar un solo punto. Todo~ lo que había creado el pensamiento humano, lo analizó, lo sometió a la crítica, lo comprobó en el movimiento obrero; formuló luego las conclusiones que los hombres, encerrados en los límites estrechos del marco burgués o encadenados por los prejuicios burgueses, no podían extraer.

Esto hay que tenerlo en cuenta cuando hablamos, por ejemplo, de la cultura proletaria. Si no nos damos perfecta cuenta de que sólo se puede crear esta cultura proletaria conociendo exactamente la cultura que ha creado la humanidad en todo su desarrollo y trasformándola, si no nos damos cuenta de esto, jamás podremos resolver este problema. La cultura proletaria no surge de fuente desconocida, no brota del cerebro de los que se llaman especialistas en la materia. Sería absurdo creerlo así.

La cultura proletaria tiene que ser desarrollo lógico del acervo de conocimientos conquistados por la humanidad bajo el yugo de la sociedad capitalista, de la sociedad de los terratenientes y los burócratas. Estos son los caminos y los senderos que han conducido y continúan conduciendo hacia la cultura proletaria, del mismo modo que la economía política, trasformada por Marx, nos ha mostrado adónde tiene que llegar la sociedad humana, nos ha indicado el paso a la lucha de clases, al comienzo de la revolución proletaria.

Cuando con frecuencia oímos, tanto a algunos jóvenes como a ciertos defensores de los nuevos métodos de enseñanza, atacar la vieja escuela diciendo que sólo hacía aprender de memoria los textos, les respondemos que, sin embargo, es preciso tomar de esta vieja escuela todo lo que tenía de bueno. No hay que imitarla sobrecargando la memoria de los jóvenes con un peso desmesurado de conocimientos, inútiles en sus nueve décimas partes y desvirtuados el resto; pero de aquí no se sigue en modo alguno que podamos contentarnos con conclusiones comunistas y limitarnos a aprender de memoria consignas comunistas. De este modo no llegaríamos jamás al comunismo.

Para llegar a ser comunistas, hay que enriquecer indefectiblemente la memoria con los conocimientos de todas las riquezas creadas por la humanidad.

No queremos una enseñanza mecánica, pero necesitamos desarrollar y perfeccionar la memoria de cada estudiante dándole hechos esenciales, porque el comunismo sería una vaciedad, quedaría reducido a una fachada vacía, el comunista no sería más que un fanfarrón, si no comprendiese y asimilase todos los conocimientos adquiridos. No sólo deben ustedes asimilarlos, sino asimilarlos en forma crítica, con el fin de no amontonar en el cerebro un fárrago inútil, sino de enriquecerlo con el conocimiento de todos los hechos, sin los cuales no es posible ser hombre culto en la época en que vivimos. El comunista que se vanagloriase de serlo, simplemente por haber recibido conclusiones ya establecidas, sin haber realizado un trabajo muy serio, difícil y grande, sin analizar los hechos frente a los que está obligado a adoptar tina actitud crítica, sería un comunista lamentable. Nada podría ser tan funesto como una actitud tan superficial. Si sé que sé poco, me esforzaré por saber más, pero si un hombre dice que es comunista y que no tiene necesidad de conocimientos sólidos, jamás saldrá de él nada que se parezca a un comunista.

La vieja escuela forjaba los servidores necesarios para los capitalistas; de los hombres de ciencia hacía personas obligadas a escribir y hablar al gusto de los capitalistas. Eso quiere decir que debemos suprimirla. Pero si debemos suprimirla, destruirla, ¿quiere esto decir que no debemos tomar de ella todas las cosas necesarias que ha acumulado la humanidad? ¿Quiere decir que no debemos saber distinguir entre lo que necesitaba el capitalismo y lo que necesita el comunismo?

En lugar del adiestramiento impuesto por la sociedad burguesa contra la voluntad de la mayoría, nosotros colocamos la disciplina conciente de los obreros y campesinos, que, a su odio contra la vieja sociedad, unen la decisión, la capacidad y el deseo de unificar y organizar sus fuerzas para esta lucha, con el fin de crear, con millones y decenas de millones de voluntades aisladas, divididas, dispersas en la inmensa extensión de nuestro país, una voluntad única, porque sin ella seremos inevitablemente vencidos. Sin esta cohesión, sin esta disciplina conciente de los obreros y de los campesinos, nuestra causa es una causa perdida. Sin ellas seremos incapaces de derrotar a los capitalistas y terratenientes del mundo entero. No, sólo no llegaríamos a construir la nueva sociedad comunista, sino ni siquiera a asentar sólidamente sus cimientos. Así, a pesar de condenar la vieja escuela, a pesar de alimentar contra ella un odio absolutamente legítimo y necesario, a pesar de apreciar el deseo de destruirla, debemos comprender que hay que sustituir la antigua escuela libresca, la enseñanza memorista y el anterior adiestramiento autoritario, por el arte de asimilar toda la suma de los conocimientos humanos, y de asimilarlos de modo que el comunismo sea para ustedes, no algo aprendido de memoria, sino algo pensado por ustedes mismos, y cuyas conclusiones se impongan desde el punto de vista de la educación moderna.

Así es como hay que plantear las tareas fundamentales, cuando se habla de aprender el comunismo.

Para explicarles esto y a la vez aprender los problemas del método, tomaré un ejemplo práctico. Todos saben que ahora, inmediatamente después de los problemas militares, después de las tareas de la defensa de la República, surge ante nosotros el problema económico. Sabemos que es imposible edificar la sociedad comunista sin restaurar la industria y la agricultura, pero que no se trata de restablecerlas en su forma antigua. Hay que restaurarías conforme con la última palabra de la ciencia, sobre una base moderna. Ustedes saben que esta base es la electricidad; que sólo el día en que todo el país, todas las ramas de la industria y de la agricultura estén electrificadas, el día en que realicen esta tarea, sólo entonces, podrán edificar, para ustedes, la sociedad comunista que no podrá edificar la generación anterior. La tarea que les corresponde es restablecer la economía de todo el país, reorganizar y restaurar la agricultura y la industria sobre una base técnica moderna, fundada en la moderna ciencia y técnica, en la electricidad. Ya comprenderán que la electrificación no puede ser obra de ignorantes, y que en esto harán falta algo más que nociones rudimentarias. No basta con comprender lo que es la electricidad; hay que saber cómo aplicarla técnicamente a la industria y a la agricultura y a cada una de sus ramas. Todo esto tenemos que aprenderlo nosotros mismos, y hay que enseñárselo a toda la nueva generación trabajadora. Esto es lo que debe hacer todo comunista conciente, todo joven que se estime comunista y se dé clara cuenta de que, por el hecho de ingresar en la Unión de Juventudes Comunistas, se ha comprometido a ayudar a nuestro partido a construir el comunismo y a ayudar a toda la joven generación a crear la sociedad comunista. Debe comprender que esto sólo será posible sobre la base de la instrucción moderna, y que si no posee esta instrucción, el
comunismo será un simple anhelo.

El papel de la generación precedente consistía tan sólo en derribar a la burguesía. Criticar a la burguesía, desarrollar en las masas el sentimiento de odio contra ella, desarrollar la conciencia de clase, saber agrupar sus fuerzas, eran entonces las tareas esenciales. La nueva generación tiene ante sí una tarea más compleja. El deber de ustedes no es sólo el de reunir sus fuerzas para apoyar el poder de los obreros y campesinos contra la invasión de los capitalistas. Esto lo tienen que hacer. Lo han comprendido admirablemente, lo ve con claridad todo comunista. Pero no hasta con esto. Ustedes tienen que edificar la sociedad comunista. La primera parte del trabajo ha sido ya realizada en muchos terrenos. El antiguo régimen fue destruido como era preciso hacerlo; ya no es más que un montón de ruinas, que es a lo que debía quedar reducido. El terreno se encuentra ya desbrozado y, sobre este terreno, la nueva generación comunista debe ahora edificar la sociedad comunista. La tarea de ustedes es la edificación, y sólo podrán resolverla cuando hayan dominado toda la ciencia moderna, cuando sepan transformar el comunismo, de fórmulas hechas y aprendidas de memoria, consejos, recetas, directivas y programas, en esa realidad viva que otorga toda su unidad al trabajo inmediato; cuando sepan hacer del comunismo la guía de todo el trabajo práctico.

Esta es la tarea que no deben perder de vista cuando quieran instruir, educar y arrastrar a toda la joven generación. Tienen que ser los primeros constructores de la sociedad comunista, entre los millones de constructores que deben ser los jóvenes de ambos sexos. Si no incorporan a esta edificación del comunismo a toda la masa de la juventud obrera y campesina, no construirán la sociedad comunista.
Y llego ahora, naturalmente, a la cuestión de cómo debemos enseñar el comunismo y cuál debe ser el carácter peculiar de nuestros métodos.

Me detendré ante todo en el problema de la moral comunista.

Tienen ustedes que educarse como comunistas. La tarea de la Unión de Juventudes consiste en organizar su actividad práctica de modo que al estudiar, organizarse, unirse y luchar, dicha juventud haga su educación de comunistas y la de todos los que la reconocen como su guía. Toda la educación, toda la enseñanza y toda la formación de la juventud contemporánea deben darle el espíritu de la moral comunista.

¿Pero existe una moral comunista? ¿Existe una ática comunista? Es evidente que sí. Se pretende muchas veces que nosotros no tenemos nuestra moral propia, y la burguesía nos acusa con frecuencia, a nosotros, comunistas, diciendo que negamos toda moral. Es una forma como cualquier otra de embrollar las ideas y de arrojar tierra a los ojos de los obreros y de los campesinos.

¿En qué sentido negamos la moral y la ética?

La negamos en el sentido en que la ha predicado la burguesía, deduciéndola de los mandamientos de Dios. Claro está que nosotros decimos que no creemos en Dios, y sabemos muy bien que el clero, los terratenientes y la burguesía hablaban en nombre de Dios para defender sus intereses de explotadores. O bien, en lugar de tomar como punto de partida de la moral los dictados de la ática, los mandamientos de Dios, partían de frases idealistas o semidealistas que, en definitiva, se parecían extraordinariamente a los mandamientos de Dios.

Nosotros negamos toda esta moralidad tomada de concepciones al margen de la naturaleza humana, al margen de las clases. Decimos que eso es engañar, embaucar a los obreros y campesinos y nublar sus cerebros, en provecho de los terratenientes y capitalistas.

Decimos que nuestra moral está enteramente subordinada a los intereses de la lucha de clases del proletariado. Nuestra ática tiene por punto de partida tos intereses de la lucha de clases del proletariado.

La antigua sociedad estaba fundada en la opresión de todos los obreros y de todos los campesinos por los terratenientes y capitalistas. Necesitábamos destruirla, necesitábamos derribar a estos opresores, pero para ello debíamos crear la unidad. No era Dios quien podía crearla.

Esta unión no podía venir más que de las fábricas, de un proletariado disciplinado, arrancado de su viejo letargo. Solamente cuando se constituyó esta clase, comenzó el movimiento de las masas que condujo a lo que vemos hoy: al triunfo de la revolución proletaria en uno de los países más débiles, que se está defendiendo desde hace tres años contra el embate de la burguesía de todo el mundo. Vemos crecer en todo el muddo la revolución proletaria. Ahora decimos, fundándonos en la experiencia, que únicamente el proletariado ha podido crear una fuerza tan coherent; a la que sigue la clase campesina dispersa y fragmentada y que ha sido capaz de resistir todas las acometidas de los explotadores. Sólo esta clase puede ayudar a las masas trabajadoras a unirse, a agruparse, a hacer triunfar y consolidar definitivamente, a coronar, en definitiva, la construcción de la sociedad comunista.

Por eso, decimos que, para nosotros, la moral considerada fuera de la sociedad humana no existe; es un engaño. Para nosotros, la moral está subordinada a los intereses de la lucha de clases del proletariado.

Ahora bien, ¿en qué consiste esta lucha de clases? En derribar al zar, en derribar a los capitalistas, en aniquilar a la clase capitalista.

¿Qué son las clases en general? Es lo que permite a una parte de la sociedad apropiarse del trabajo de otra. Si una parte de la sociedad se apropia de todo el suelo, tenemos la clase de los terratenientes y la de los campesinos. Si una parte de la sociedad posee las fábricas, las acciones y los capitales, mientras que la otra trabaja en esas fábricas, tenemos la clase de los capitalistas y la de los proletarios.

No fue difícil desembarazarse del zar: bastaron algunos días. No fue muy difícil
echar a los terratenientes: pudimos hacerlo en algunos meses. Tampoco fue muy difícil echar a los capitalistas. Pero suprimir las clases es infinitamente más difícfl; subsiste aún la división en obreros y campesinos. En cuanto un campesino instalado en una parcela de tierra se apropia el trigo sobrante, es decir, trigo que no es indispensable para él ni para su ganado, mientras los demás carecen de pan, se convierte ya en un explotador. Cuanto más trigo retiene, más gana, y nada le importa que 105 demás tengan hambre: "Cuanto más hambre tengan, más caro venderá el trigo".

Es preciso que todos trabajen con un plan común, en un suelo común, en fábricas comunes y conforme con normas comunes. ¿Es esto fácil de realizar? Ya ven ustedes mismos que es más difícil solucionar esto que echar al zar, a los terratenientes y a los capitalistas. Para eso es preciso que el proletariado trasforme, reeduque a una parte de los campesinos, y atraiga a su lado a los campesinos trabajadores, con el fin de quebrar la resistencia de los campesinos ricos, que lucran con la miseria de los demás. Resulta, pues, que la lucha del proletariado está lejos de haber terminado después de haber derribado al zar y expulsado a los terratenientes y a los capitalistas; justamente el llevarla a término es el objetivo del régimen al que llamamos dictadura del proletariado.

La lucha de clases continúa, sólo ha cambiado de forma. Es la lucha de clases del proletariado que tiene por objeto impedir el regreso de los antiguos explotadores y unir en un todo a la dispersa e ignorante masa campesina. La lucha de clases continúa y es nuestro deber subordinarle todos los intereses. Por eso le subordinamos nuestra moral comunista. Decimos: es moral lo que sirve para destruir la antigua sociedad explotadora y para agrupar a todos los trabajadores alrededor del proletariado, creador de la nueva sociedad comunista.

La moral comunista es la que sirve para esta lucha, la que une a los trabajadores contra toda explotación y contra toda pequeña propiedad, porque la pequeña propiedad entrega a un individuo lo que ha sido creado por el trabajo de toda la sociedad. La tierra es consideerada entre nosotros como propiedad común.

¿Qué ocurre si de esta propiedad común tomo una parte, si cultivo en ella dos veces más trigo del que necesito, si especulo con el sobrante de la cosecha, si calculo que cuanto más hambre padezcan otros, más caro me pagarán? ¿Obro cntonces como un comunista? No, obro como explotador, como propietario. Contra esto necesitamos luchar. Si las cosas continuasen así, volveríamos al pasado, a caer bajo el poder de los capitalistas y de la burguesía, como ha ocurridó más de una vez en las revoluciones anteriores. Para evitar que se restaure el poder de los capitalistas y de la burguesía, debemos prohibir cl mercantilismo, debemos impedir que unos individuos se enriquezcan a costa de los demás. Para esto es necesario que todos los trabajadores se sumen al proletariado e instauren la sociedad comunista. En esto consiste precisamente la característica esencial de la tarea más importante de la Unión de las Juventudes Comunistas y de las organizaciones de las juventudes comunistas. La antigua sociedad se basaba en el siguiente principio: saqueas a tu prójimo o te saquea él; trabajas para otro, u otro trabaja para ti; eres esclavista o esclavo. Es natural que los hombres educados en semejante sociedad asimilen, por así decirlo, con la leche materna, la psicología, la costumbre, la idea de que no hay más que amo o esclavo, o pequeño propietario, pequeño empleado, pequeño funcionario, intelectual, en una palabra, hombres que se ocupan exclusivamente de lo suyo sin pensar en los demás.

Si yo exploto mi parcela de tierra, poco me importan los demás; si alguien tiene hambre, tanto mejor: venderá más caro mi trigo. Si tengo mi puestecito de médico, de ingeniero, de maestro o de empleado, ¿qué me importan los demás? Si me arrastro ante los poderosos, es posible que conserve mi puesto y a lo mejor pueda hacer carrera y llegar a ser burgués. Esta psicología, esta mentalidad no pueden existir en un comunista. Cuando los obreros y campesinos demostraron que somos capaces con nuestras propias fuerzas de defendernos y de crear una nueva sociedad, en ese mismo momento nació la nueva educación comunista, educación creada en la lucha contra los explotadores y en alianza con el proletariado, contra los egoístas y los pequeños propietarios, contra ese estado de espíritu y esas costumbres que dicen: "Yo busco mi propio beneficio y lo demás no me interesa".

He aquí la respuesta a la pregunta de cómo se debe enseñar el comunismo a la joven generación.

Sólo ligando cada paso de su instrucción, de su educación y de su formación a la lucha incesante de los proletarios y de los trabajadores contra la antigua sociedad de los explotadores, puede esta generación aprender el comunismo. Cuando se nos habla de moral, decimos: para un comunista, toda la moral reside en esta disciplina solidaria y unida y en esta lucha conclente de las masas contra los explotadores. No creemos en la moral eterna, denunciamos la mentira de todas las leyendas forjadas en torno de la moral. La moral sirve para que la sociedad humana se eleve a mayor altura, para que se desembarace de la explotación del trabajo.

Para alcanzar este fin necesitamos de la joven generación que comenzó a convertirse en hombres concientes en las condiciones de lucha disciplinada y encarnizada contra la burguesía. En esta lucha, la juventud formará verdaderos comunistas; a esta lucha debe ligar y subordinar, en todo momento, su instrucción, educación y formación. La educación de la juventud com~unista no debe consistir en ofrecerle discursos dulzones de toda clase y reglas de moralidad. No, no es ésta la educación. Cuando un hombre ha visto a sus padres vivir bajo el yugo de los terratenientes y de los capitalistas, cuando ha participado él mismo en los sufrimientos de los que iniciaron la lucha contra los explotadores, cuando ha visto los sacrificios que cuesta la continuación de esta lucha y la defensa de lo conquistado y cuán furiosos enemigos son los terratenientes y los capitalistas, ese hombre, en ese ambiente, se educa como comunista. La base de la moral comunista está en la lucha por consolidar y llevar a su término el comunismo. Igual base tienen la educación, formación y enseñanza comunistas. Esta es la respuesta a la pregunta de cómo hay que aprender el comunismo.

No creeríamos en la enseñanza, en la educación ni en la formación, si éstas fuesen relegadas al fondo de las escuelas y separadas de las tormentas de la vida. Mientras los obreros y los campesinos están oprimidos por terratenientes y capitalistas, mientras las escuelas sigan en manos de los terratenientes y de los capitalistas, la joven generación seguirá ciega e ignorante. Nuestras escuelas deben dar a los jóvenes los fundamentos de la ciencia, deben ponerlos en condiciones de forjarse ellos mismos una mentalidad comunista, deben hacer de ellos hombres cultos. En el tiempo que pasan en la escuela, ésta tiene que hacer de ellos participantes en la lucha por la liberación del yugo de los explotadores. La Unión de Juventudes Comunistas tan sólo será digna de su título de unión de la joven generación comunista, cuando relacione toda su instrucción, su educación y formación con la parte que debe tomar en la lucha común de todos los trabajadores contra los explotadores. Porque saben ustedes perfectamente que mientras Rusia sea la única república obrera, y en tanto que en el resto del mundo subsista el antiguo régimen burgués, somos más débiles que ellos; que constantemente nos amenazan nuevos ataques, y que sólo aprendiendo a mantener entre nosotros la cohesión y la unidad, triunfaremos en las luchas futuras y, después de habernos fortalecido, nos haremos verdaderamente invencibles. Por lo tanto, ser comunista signifIca organizar y unir a to'ó!a la joven generación, dar ejemplo de educación y de disciplina en esta lucha. Lutonces podrán ustedes emprender y llevar a cabo la edificación de la sociedad comunista.

He aquí un ejemplo que les hará entender mejor la cosa. Nosotros nos llamamos comunistas. ¿Qué significa la palabra comunista? "Comunista" viene de la palabra latina communis, que significa común. La sociedad comunista es la comunidad de todo: del suelo, de las fábricas, del trabajo. Esto es el comunismo.

¿Puede haber trabajo común silos hombres explotan cada uno su propia parcela? La comunidad del trabajo no se crea de repente. Es imposible. No cae del cielo. Hay que lograrla tras largos esfuerzos, tras largos sufrimientos, hay que crearla, y esto se crea en el curso de la lucha. No se trata aquí de un libro viejo, nadie hubiera creído en un libro. Se trata de la experiencia personal vivida. Cuando Kolchak y Denikin avanzaban contra nosotros, procedentes de Siberia y del sur, los campesinos estaban a su favor. El bolchevismo no les gustaba, porque los bolcheviques tomaban el trigo a los precios establecidos. Pero después de haber sufrido en Siberia y en Ucrania el poder de Kolchak y de Denikin, los campesinos reconocieron que no podían elegir más que entre dos caminos: o volver al capitalismo, que los convertiría de nuevo en esclavos de los terratenientes, o seguir a los obreros, que, por cierto, no prometen el oro y el moro y que exigen una disciplina de hierro y una firmeza indomable en la dura lucha, pero que los liberan de la esclavitud de los capitalistas y de los terratenientes. Cuando incluso los campesinos sumidos en la ignorancia lo comprendieron y sintieron por su propia experiencia, después de esta dura lección, se hicieron partidarios conscientes del comunismo. Esta misma experiencia es la que la Unión de Juventudes Comunistas debe tomar como base de toda su actividad.

He respondido ya a los puntos: qué debemos aprender y qué es lo que debemos tomar de la vieja escuela y de la antigua ciencia. Tratará también de contestar a la cuestión de cómo aprender esto: Sólo ligando indisolublemente y en todo momento la instrucción, la educación y la formación de la juventud a la lucha de todos los trabajadores contra los explotadores.

Con algunos ejemplos, extraídos de la experiencia del trabajo de ciertas organizaciones de la juventud, quisiera mostrarles ahora, con la máxima claridad, cómo debe hacerse la educación del comunismo. Todo el mundo habla de la liquidación del analfabetismo. Como saben, en un país de analfabetos es imposible construir una sociedad comunista. No basta con que el poder de los soviets dé una orden, o que el partido lance una consigna, o que determinado contingente de los mejores militantes se dedique a esta tarea. Es preciso que la joven generación ponga también manos a la obra. El comunismo consiste en que la juventud, los muchachos y muchachas pertenecientes a la Unión de Juventudes se digan: he aqui el trabajo que nosotros debemos realizar; nos agruparemos e iremos a todos los pueblos a liquidar el analfabetismo, para que la próxima generación no tenga analfabetos. Aspiramos a que toda la iniciativa de la juventud en formación se dedique a esta obra. Ustedes saben que es imposible trasformar rápidamente la Rusia ignorante e iletrada, en una Rusia instruida; pero si la Unión de Juventudes pone en ello su empeño, si toda la juventud trabaja para el bienestar de todos, los 400.000 jóvenes que la componen tendrán el derecho de llamarse Unión de Juventudes Comunistas. Otra de sus misiones es, después de haber asimilado uno u otro conocimiento, la de ayudar a los jóvenes que no han podido desembarazarse por sí mismos de las tinieblas de la ignorancia.

Ser miembro de la Unión de Juventudes Comunistas es poner su trabajo y su inteligencia al servicio de la causa común. En esto consiste la educación comunista. Sólo por este trabajo se convierten un joven o una muchacha en verdaderos comunistas. Sólo si obtienen en esta labor resultados prácticos, llegar~n a ser comunistas.

Tomen, por ejemplo, él trabajo en las huertas suburbanas. ¿No es ésta una obra de primerísima importancia? Esta es una de las tareas de la Unión de Juventudes Comunistas. El pueblo pasa hamhre, en fábricas hay hambre. Para salvarnos del hambre es preciso desarrollar la horticultura, pero la agricultura se hace a la antigua. Y ahora, es preciso que los elementos más concientes pongan manos a la obra y verán ustedes entonces crecer el número de huertas, aumentar su supe rficie, mejorar el rendimiento. En este trabajo debe participar activamente la Unión de Juventudes Comunistas. Cada una de sus organizaciones o células debe ver en esto su deber inmediato.

La Unión de Juventudes Comunistas debe ser el grupo de choque que en todos los terrenos aporte su ayuda y manifieste su iniciativa, su espíritu emprendedor. La Unión debe ser tal, que todos los obreros vean en sus miembros gente cuya doctrina les sea tal vez incomprensible, en cuyas ideas no crean tal vez inmediatamente, pero cuyo trabajo real y cuya activIdad muestren que son ellos los que indican el verdadero camino.

Si la Unión de Juventudes Comunistas no sabe organizar así su labor en todos los terrenos, es que se desvía hacia el antiguo camino burgués. Necesitamos ligar nuestra educación a la lucha de los trabajadores contra los explotadores, con el fin de ayudar a los primeros a resolver los problemas derivados de la doctrina comunista.

Los miembros de las Juventudes Comunistas deben consagrar todas sus horas de ocio a mejorar el cultivo en las huertas, a organizar en uiia fábrica cualquiera la instrucción de la juventud, etc. De nuestra Rusia pobre y miserable queremos hacer un país rico. Y es preciso que la Unión de Juventudes Comunistas una su formación, su instrucción y su educación a la labor de los obreros y de los campesinos y que no se encierre en sus escuelas ni se limite a leer los libros y folletos comunistas. Sólo trabajando con los obreros y los campesinos, se puede llegar a ser un verdadero comunista. Es preciso que todos vean que cualquiera de los miembros de las Juventudes Comunistas es instruido, y que al mismo tiempo sabe trabajar. Cuando todos vean que hemos eliminado de la antigua escuela la vieja férula, que la hemos reemplazado por una disciplina conciente, que todos nuestros jóvenes participan en los "sábados comunistas", que utilizan los huertos suburbanos para ayudar a la población, empezarán a considerar el trabajo de un modo distinto a como lo consideraban antes.

Los miembros de las Juventudes Comunistas deben, en su pueblo y en su barrio, aportar su contribución, por ejemplo - un pequeño ejemplo - al mantenimiento de la limpieza o a la distribución de víveres. ¿Cómo se hacían las cosas en la vieja sociedad capitalista? Cada uno trabajaba sólo para sí, nadie se ocupaba de si había ancianos o enfermos, o si todos los quehaceres de la casa recaían sobre una mujer, que por ello estaba esclavizada y aplastada. ¿Quién tiene el deber de luchar contra todo esto? La Unión de Juventudes Comunistas, que debe decir: nosotros trasformaremos esto, organizaremos destacamentos de jóvenes que ayudarán en los trabajos de limpieza, en la distribución de víveres, recorriendo sistemáticamente las casas, que trabajarán en forma organizada para el bien de toda La sociedad, repartiendo con acierto las fuerzas y demostrando que el buen trabajo es el trabajo organizado.

La generación que tiene ahora alrededor de so años, no puede pensar en ver la sociedad comunista. Habrá muerto antes. Pero la generación que tiene hoy 15 años, verá la sociedad comunista y será ella la que la construya. Y debe saber que la construcción de esta sociedad es la misión de su vida. En la antigua sociedad, el trabajo se hacía por familias aisladas y nadie lo coordinaba, como no fuesen los terratenientes y los capitalistas, opresores de la masa del pueblo. Nosotros debemos organizar todos los trabajos por sucios o duros que sean, de suerte que cada obrero, cada campesino se digan: yo soy una parte del gran ejército del trabajo libre y sabré, sin terratenientes y sin capitalistas, organizar mi vida, sabré instaurar el régimen comunista. Es preciso que la Unión de Juventudes Comunistas eduque a todos desde la edad temprana en el trabajo conciente y disciplinado. Sólo entonces podremos esperar que los objetivos que nos proponemos sean alcanzados. Debemos tener en cuenta que hacen falta por lo menos diez años para electrificar el país, para que nuestra tierra arruinada pueda aprovechar las últimas conquistas de la técnica. Pues bien, la generación que tiene hoy 15 años y que de aquí a diez o veinte vivirá en una sociedad comunista, debe organizar su educación de manera que cada día, en cada pueblo o ciudad, la juventud resuelva prácticamente una tarea de trabajo colectivo, por minúsculo, por simple que sea. A medida que esto se realice en cada uno de los pueblos, a medida que se desarrolle la emulación comunista, a medida que la juventud muestre que sabe unir sus esfuerzos, quedará asegurado el éxito de la edificación comunista. Sólo considerando cada uno de sus actos desde el punto de vista de este éxito, sólo preguntándose constantemente si lo hemos hecho todo para llegar a ser trabajadores unidos y concientes, sólo a través de este largo proceso agrupará la Unión de Juventudes Comunistas el medio millón de sus miembros en un gran ejército de trabajo y merecerá el respeto general. (Vivos aplausos.)



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