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viernes, 16 de diciembre de 2011

La despenalización de las drogas, un problema de seguridad y salud pública

Luis R Delgado J

Los pueblos y el consumo de drogas

Históricamente la humanidad ha hecho uso de sustancias psicotrópicas, psicoactivas, alucinógenas o no, las cuales son en algunos casos relajantes en otros excitantes. El consumo de estas sustancias se ha hecho y se hace con fines recreativos, en algunos casos religiosos. En este sentido, la catarsis es uno de los fines que persigue el consumo de estos productos, de igual forma la trascendencia o relajación frente a una realidad hostil y llena de dificultades, bien sea por el escaso desarrollo de las fuerzas productivas o por la existencia de formas sociales de opresión y explotación.

Prácticamente todos los pueblos consumen desde hace milenios algún tipo de sustancia, la cual denominamos droga: desde bebidas fermentadas de cereales o frutas (vinos, cervezas, licores, etc.), hasta la ingesta o inhalación de distintas hierbas u hongos. Lo cierto es que el consumo de drogas debido a su predominancia social, es un rasgo que viene siendo estudiado por distintas ciencias sociales como la historia, la antropología, la sociología, entre otras.

La doble moral burguesa frente al tema de las drogas

Sin embargo, pese a lo expresado en párrafos anteriores, se han dado a lo largo de la historia casos en los cuales algunas drogas son lícitas y otras ilícitas, más allá de razones morales, lo que ha imperado muchas veces son intereses económicos. Tal es la situación de la mayoría de las sociedades occidentales burguesas donde las bebidas alcohólicas y el tabaco están legalizados mientras otras sustancias cuyo consumo es también masivo están ilegalizadas.

Hablamos de doble moral, porque las razones que se aducen para mantener en estado de ilegalidad ciertas sustancias, serviría también para ilegalizar aquellas que hoy son legales. El alcohol o el tabaquismo son sumamente adictivos como cualquier otra droga (obviamente hay casos excepcionales como los de la heroína). El alcohol y el tabaquismo producen daños graves a la salud (cáncer de distinto tipo, cirrosis, etc.), causando en algunos casos la muerte. El alcohol está relacionado en buena medida con muchos crímenes violentos y en la mayoría de los accidentes automovilísticos. En este sentido, tanto el alcohol como el tabaco son graves problemas de salud pública como otras drogas, por lo cual pudiese también ser ilegalizada su producción, distribución y consumo.

Pese a que distintas drogas son ilegales, su consumo es masivo y en muchos casos es socialmente aceptado aunque de forma soterrada. Por ejemplo, en el caso venezolano, la marihuana, la cocaína y el perico, son consumidas por muchas personas tal como sucede en la mayoría de los países de la región, ni que decir de los Estados Unidos campeones indiscutibles del consumo de sustancias psicotrópicas y psicoactivas. Las drogas son consumidas por las distintas clases sociales, claro está, algunas drogas son de consumo más exclusivo que otras, pero lo cierto es que la expansión del consumo es un fenómeno en pleno desarrollo.

Por esta razón, reafirmamos que la existencia de sustancias adictivas lícitas e ilícitas muestra un doble rasero deplorable, el cual afecta esencialmente al consumidor, quien al final es criminalizado en vez de ser considerado cómo victima de un sistema social deformado.

El consumo de drogas no es un problema penal

Ahora bien, abordando el tema de la superación del consumo de drogas, afirmamos que el mismo no se superará con medidas punitivas o penales, se trata más bien de un cambio de las condiciones estructurales donde se desenvuelve la sociedad. Creemos que la superación del consumo de drogas pasa por la superación de las condiciones históricas que motivan este fenómeno, pasa por una transformación cultural que sólo se da de manera consciente.

Un ejemplo muy ilustrativo, es como la sociedad noruega viene superando sistemáticamente el tabaquismo; hoy en este país nórdico el consumo de cigarrillo es visto por buena parte de la sociedad como un hábito anacrónico. Lo más resaltante de esto, es que la comercialización y consumo de cigarrillo es totalmente legal, de hecho para que no pensemos que es un pueblo santurrón, los noruegos y noruegas disfrutan mucho beber cerveza, pero a buena hora vienen dejando de fumar cigarrillo.

De esta manera, la superación del consumo de drogas más que un problema penal es un problema social y cultural.

La despenalización de las drogas y la disminución de los índices delictivos

Además que estamos convencidos que la problemática de las drogas no se superará con medidas penales y punitivas (fenómeno confirmado por la historia contemporánea), creemos también que despenalizar la producción, distribución y consumo de buena parte de las drogas hoy ilícitas va a permitir disminuir los altos índices delictivos, en tanto los fenómenos más perniciosos asociados al narcotráfico perderían su razón de ser.

En la medida que la producción de drogas sea una actividad formalizada y regularizada, en la medida que los consumidores puedan adquirir estas sustancias en espacios comerciales tales como una farmacia, en esa medida la violencia asociada al narcotráfico tenderá a desaparecer. Consideramos que la despenalización de las drogas es un problema de seguridad nacional, el narcotráfico se ha convertido en un pretexto para militarizar las sociedades latinoamericanas; el combate al narcotráfico es un argumento que usa el imperialismo estadounidense para colocar bases militares en la región; la guerra contra el narcotráfico amenaza la existencia de los estados nacionales débiles, ya que los carteles vienen tomando por asalto las instituciones y vienen siendo armados por el imperialismo.

Para concluir, queremos dejar claro que estamos convencidos que la humanidad debe superar el consumo de drogas, pero esto no se hará por más que se criminalice la producción o el consumo, por un lado es un negocio lucrativo por otro es una necesidad. Es menester por lo tanto construir una sociedad más libre y justa, en la cual los individuos no se vean en la necesidad de consumir estas sustancias para sentirse realizados, relajados o recreados.

A su vez pensamos que la violencia delincuencial asociada al narcotráfico, perderá su base de sustentación en cuanto se despenalice la producción, distribución y consumo de las drogas. Deberá definirse cuales son más pertinentes despenalizar en un primer momento: hoy la marihuana es sin duda la que más cuenta con apoyo a nivel de diversos movimientos sociales.

luis_educara@hotmail.com

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