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martes, 27 de diciembre de 2011

El embarazo adolescente y la pobreza escrita en femenino

Marianny Sánchez AVN

Aproximadamente 8.000 adolescentes venezolanas menores de 15 años se convirtieron en madres en el año 2010. De cada 4 bebés que nacen, uno tiene por madre a una mujer menor de 18 años. Estos datos, aportados por la ministra de la Juventud, Mary Pili Hernández, ponen en cifras un flagelo hondamente relacionado con la imposibilidad de superar la pobreza.

Para Hernández, la falta de información y de comunicación entre padres e hijos son dos factores que dificultan experimentar la sexualidad de manera planificada.

“Aún hay un tabú al momento de hablar de sexo, esto no debe ser, este tema es algo muy natural, el sistema sexual es tan normal como puede ser el sistema nervioso, digestivo o respiratorio, del sexo se debe hablar con naturalidad, puesto que de esto se origina la reproducción, pero se debe tener información de cómo se puede prevenir un embarazo a temprana edad”, dijo la ministra durante el taller “Embarazo, un problema de dos”, dictado a los jóvenes del refugio Platinum, ubicado en Guatire, estado Miranda.

Las consecuencias de un embarazo temprano son devastadoras, especialmente para las mujeres. Insertas en un sistema patriarcal que exime la responsabilidad de los hombres con respecto a los hijos, históricamente las mujeres han tenido que acarrear con los deberes conexos al hecho de ser madres.

Los cuidados que requiere un infante para su desarrollo son el primer eslabón de una cadena que sigue tejiéndose en detrimento de la libertad de las mujeres, ahora madres, en el diseño y desarrollo de un plan de vida autónomo. Dado que no cuentan con recursos económicos para costear servicios externos de cuidado – como guarderías – la mayoría de ellas abandona la vida académica para dedicarse a la crianza de la prole.

"Al salir embarazada antes de los 17 años de edad, lo más probable es que la adolescente tenga que dejar sus estudios y sacrificar sus planes y proyectos de vida. Al no culminar sus estudios no tiene el conocimiento profesional para optar por un buen empleo y en caso de conseguirlo surge otro problema, ¿quién cuida al bebé? ", enfatiza la titular del ministerio de la Juventud.

Este tipo de “pausas académicas” devienen en la dificultad de acceder a un empleo formal que proporcione beneficios sociales. La desprofesionalización se vuelve entonces una constante en la vida de las mujeres, causante además de que la pobreza se escriba, mayoritariamente, en clave femenina.

Un estudio del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) publicado en 2010, referido al período 2005 – 2007, reveló que las adolescentes venezolanas entre 16 y 19 años de edad representan el mayor porcentaje (3,5 veces superior a los adolescentes) de población totalmente inactiva tanto académica como laboralmente.

Además – de acuerdo al Estado Mundial de la Infancia 2007 de Unicef- las adolescentes menores de 15 años que salen en estado tienen cinco veces más probabilidades de morir durante el embarazo que las mujeres mayores de 20 años.

Luzmari Guacarán tiene 15 años y se encuentra a la espera de su segundo bebé.

"Lo mejor es que las muchachas se cuiden para que no pasen por esto y para que cuando vayan a dar a luz estén bien, porque hay muchas de mi edad que cuando paren les da preclamcia, se mueren en el parto y dejan a los bebecitos allí", advierte Luzmari, quien a partir de enero devengará la ayuda mensual que establece la Gran Misión Hijos de Venezuela (430 bolívares por cada uno de sus hijos, 1 Dólar = 4,29 Bolívares).

"Yo ya me puse el aparato, este segundo es el último, porque una tiene que tener conciencia", concluyó.

Más jóvenes, más pobres

La Gran Misión Hijos de Venezuela, desarrollada por el Gobierno nacional, surge como una iniciativa de protección social para atajar dos flagelos profundamente vinculados: el embarazo adolescente y la feminización de la pobreza.

El Presidente de la República ha sido enfático al aclarar que la misión trasciende la asignación monetaria mensual. Más allá persigue la inclusión de las madres en el sistema de educación técnica y universitaria, su organización comunal para el desarrollo de proyectos socioproductivos, y la creación de alternativas de trabajo que les confiera la autonomía económica para que el aporte monetario asumido por el Estado ya no sea necesario.

“Esta es una gran misión transitoria, mientras ustedes salen de la pobreza, de la miseria", reiteró el Presidente el pasado 12 de diciembre durante el inicio del registro en esta Gran Misión, en Caracas.

Entre los Objetivos del Milenio – suscritos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2000 – destaca, en primer lugar, erradicar la pobreza extrema y el hambre; tarea que pasa por conseguir pleno empleo productivo para todos. En tercer lugar promover la igualdad entre géneros y la autonomía de la mujer, y en quinto mejorar la salud materna. Objetivos todos contemplados en la Gran Misión Hijos de Venezuela.

El compromiso de utilizar la ayuda económica mensual como un trampolín para salir de la pobreza está claro para Amanda Belmonte, madre soltera de dos niños y vocera de la Misión Madres del Barrio.

"No podemos quedarnos con la ayuda del Presidente, la ayuda de verdad es que te den las herramientas para surgir. Nosotras tenemos que seguir la lucha con nuestros hijos, trabajar, estudiar, enseñarles que estudien, que trabajen, para que sea independientes y trabajen por su país", dijo Amanda, quien integra uno de los cuartetos de registro la Misión Hijos de Venezuela.

Prevención como bastión fundamental

Son derechos sexuales y reproductivos de las mujeres– definidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) – buscar, recibir e impartir información sobre la sexualidad, educación sexual, así como acceder a métodos anticonceptivos para decidir cómo y cuándo ser madres. Más allá de las políticas diseñadas por el Estado para paliar los estragos que los múltiples y tempranos embarazos tatúan en la vida de las mujeres, la prevención es vital para erradicar progresivamente este flagelo.

Tibisay Ruiz Gómez tiene 31 años y es madre de 3 niños. Dado que su esposo falleció hace 8 meses y que trabaja a tiempo parcial, también se inscribió en la Gran Misión Hijos de Venezuela.

"Las muchachitas que a los 12, 13 años salen embarazadas, tienen que ponerse las pilas: los anticonceptivos ahora son gratis. En la televisión deben decir esto, decir dónde se pueden conseguir, cuáles son, hacerle un llamado a las chamas para que no tengan relaciones sin protección. Yo fui mamá a los 21 y con todo y eso estaba muy joven, entonces a los 12, 13, 14, son niñas teniendo niños, si a una le cuesta de grande, a una niña le cuesta más, deja de estudiar, después no trabajan y no surgen”.

Con este punto coincidió la ministra Mary Pili Hernández, quien denunció el bombardeo de sexualidad a través de todos los medios masivos: “hablan de tener una sexualidad activa, pero ninguno habla de cómo tener una sexualidad responsable, ninguno da una información real y verdadera que prevenga tantas enfermedades, ni esos embarazos que no son deseados".

El Taller “Embarazo Temprano, un problema de dos”, es uno de los programas diseñados por el Ministerio de la Juventud para dar cumplimiento al mandato establecido en la Ley Nacional de la Juventud, que establece la responsabilidad del Estado de garantizar que los jóvenes reciban “la información y educación sexual, servicios y recursos necesarios para el mantenimiento de la salud sexual, reproductiva y sana".

Fuente: http://www.avn.info.ve/contenido/embarazo-adolescente-y-pobreza-escrita-femenino

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