Comunicado de la Juventud del Partido Socialista Unido de Venezuela a propósito de la Quinta Cumbre de las Américas

La Organización de Estados Americanos (OEA) ha fungido, desde su fundación en 1948, como un brazo político-diplomático de los Estados Unidos en el resto del continente americano, incluyendo, lógicamente, a América Latina y el Caribe con sus respectivos recursos naturales y humanos. En este sentido, se entiende que su accionar histórico haya estado de espaldas a las necesidades reales del pueblo que, José Martí, denominaba Nuestra América. Al contrario de lo que debió y debiera ser, ha sido un espacio de legitimación de las pretensiones geopolíticas del imperialismo yanqui a nivel hemisférico y mundial.

El final de la Segunda Guerra Mundial en 1945, evidenciaba el surgimiento de una nueva confrontación político-ideológica que hoy malamente se conoce como la Guerra Fría. Los Estados Unidos, siendo uno de los dos polos en tal confrontación, necesitaban hacerse de un espacio que cohesionara y le permitiese alinear la política exterior de las repúblicas americanas a sus objetivos geopolíticos, incluyendo lo ideológico, lo militar, lo territorial, lo educativo, etcétera. Así pues, entre tantos ejemplos, se puede recordar que Estados Unidos creó un Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca en el marco de la OEA que le permitía garantizar una respuesta inmediata y unánime de todos los ejércitos de América en caso de verse involucrado en una escalada militar con el bloque soviético pero que omitió de manera descarada en la Guerra de las Malvinas, donde por lo demás, hubo un claro apoyo de las fuerzas armadas norteamericanas a sus pares imperiales del Reino Unido.

Hoy, ese mundo bipolar y el consiguiente mundo unipolar que hasta hace poco logró que los Estados Unidos manejara a su antojo a las repúblicas latinoamericanas, es cosa del pasado. Aunque no todos los gobiernos de la región orbiten en la misma atmósfera, sí se puede afirmar que los pueblos del continente se han levantado al unísono para emanciparse de ese yugo yanqui y para apuntar la frente hacia su propia liberación a través de la unión latinoamericana y caribeña, columna vertebral del pensamiento bolivariano.

Hasta el propio nombre “Cumbre de las Américas”, es una estrategia del imperio yanqui para seguir promoviendo el mismo divisionismo y especificidad que le permitió, en complicidad con las oligarquías locales, desmoronar (por ahora) a la Gran Colombia, la República Federal Centroamericana y otras iniciativas de unión que estaban llamadas a contener el poderío norteamericano y a elevar la grandeza de nuestros pueblos. Hoy, no caemos en trampas y entendemos que en todo caso, si hay Américas es porque hay dos Américas, la nuestra, la Patria Grande Nuestramericana, libertaria y heróica y aquella, la yanqui y monroista, esencialmente mezquina, agresora y hegemónica.

Hoy pues, Latinoamérica puede exigir y no esperar en la Cumbre de las Américas, de allí que la Juventud del Partido Socialista Unido de Venezuela se sume, en primer lugar, a las voces que piden el levantamiento del nefasto, injusto y asesino embargo que por casi 50 años, se cierne sobre la hermana República de Cuba. Este clamor no es una utopía, como no lo fue el rechazo a la pretensión de aplicar un plan neoliberal a través del ALCA, enterrado en la Cumbre de Mar del Plata, celebrada en el año 2005. Llamamos pues, a los gobiernos de todo el continente, a unirse en esta honrosa causa que no es sólo cubana, sino latinoamericana y caribeña.
En la unión está la fuerza. Venceremos!

JPSUV
2009

Publicado por Actividades JPSUV