“Nacidos cuando caía el Muro y “orgullosos de ser rojos””
Lilian Alemagna Bellaciao
Tienen 20 años, no han conocido el bloque de Este, y asumen su compromiso comunista. Nacidos en 1989, el “colmo” para un joven comunista. Militantes de la MJCF (Juventud Comunista francesa), Mathilde, Léa, Lison, Nicolas y Lucas tiene 20 años y están “orgullosos de ser rojos”. Con fe en la lucha de clases, se reafirman en los principios marxistas-leninistas: “valores de futuro”, aseguran, revitalizados por la crisis económica.
Look clásico de jóvenes estudiantes – sudaderas más bien grandes, vaqueros, convers gastadas – están hartos de tener que justificarse del pasado de sus mayores. “ Es como si se asimilase permanentemente a los católicos con la Inquisición », se defiende Lucas, estudiante de Ciencias Políticas y Derecho en Lyon.
Lison prosigue: “¡Cuando alguien dice que es capitalista, no se le acusa de que sea responsable de la trata de negros y del colonialismo!” Molestos, ironizan también sobre la imagen que pueden dar a algunos por el hecho de “ser comunista”. “A menudo me sueltan: “Aunque seas comunista eres simpático…” duda el estudiante de Historia en Aix en Provence. “No hay que tener vergüenza”, añade Lea, que milita también en el mismo campus. Se hicieron comunistas, dicen, por “estar hasta las narices” de la “explotación” y de las “injusticias”.
También nacieron en familias de izquierdas, incluso “revolucionarias”, éste un abuelo minero de origen polaco, aquella unos padres militantes locales del PCF. “Relevo”. Con una madre que hoy es la primera magistrada comunista de un pequeño municipio de Val de Marne, Mathilde estaba predestinada: nacida el 9 de noviembre de 1989, diez horas antes de la caída del Muro. “¡Qué vergüenza!” bromean sus camaradas de la JC. “Pero no, ¡es el relevo!” responde la joven. En segundo curso de Etnología en Nanterre, tiene su carné del PCF desde los 14 años. Es una de las responsables nacionales de la Unión de Estudiantes Comunistas (UEC). Sobre la caída del Muro, ella lo tiene claro: “Esta bien que haya caído.” Pero, enfundada en su palestino, contraataca: “Desde 1989, otros muros se han levantado. ¡Y no son los comunistas quienes los han construido!” Como sus camaradas, Nicolas aboga por un replanteamiento: un análisis del fracaso de los regímenes soviéticos, de las “desviaciones burocráticas, no orientadas al pueblo”, que han “pervertido” los principios comunistas. Pero, enseguida, todos insisten en defender los “avances” de los regímenes comunistas: sistema escolar, derechos de las mujeres, hospitales, etc.
Citan a Cuba, como ejemplo, señalan la “propaganda”, de los cursos de historia o de los medios. En términos de propaganda, también ellos han digerido la de su partido. Revolución. Si son comunistas- y no “anticapitalistas” de Besancenot-, es porque quieren ser prácticos, lo concreto y tener representantes electos en los que apoyarse. “Es necesario entrar en el sistema para modificarlo”, defiende Mathilde. Y la revolución, ¿todavía de actualidad? “no hay más remedio” piensa Léa. Mathilde, “no cree en el Gran Día”. Sería más bien “por medio de las urnas”. Pero, después de una segunda reflexión, en una especie de romanticismo a la Luisa Michel suelta con una gran carcajada: “Pero si debe pasar por las armas, ¡las tomaremos! “ Generación CPE (contrato del primer empleo), que vio pasar a Sarkozy en 2007 sin poder votar en contra, se patean los cursos de las facultades, las entradas de los institutos y hacen el puerta a puerta para ayudar a “reflexionar” a la gente que encuentran. Con “la esperanza” de que un día “esto funcione”
Artículo sobre los estudiantes comunistas aparecido en Libération el 9/11/2009. Las palabras de la periodista, y las que pone en boca de las personas entrevistadas no implican que se correspondan con las posiciones de la MJCF
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