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jueves, 31 de marzo de 2011

No hay negocio como el de la guerra

Pepe Escobar Asia Times Online

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

Mentira, hipocresía y programas secretos. De eso no habló el presidente de EE.UU., Barack Obama, cuando explicó su doctrina libia a EE.UU. y al mundo. La mente se aturde con tantos agujeros negros que engullen esta espléndida guerrita que no es una guerra (una “acción militar, limitada en el tiempo, limitada en su alcance”, según la Casa Blanca), combinada con la incapacidad del pensamiento progresista de condenar, al mismo tiempo, la inclemencia del régimen de Gadafi y los bombardeos “humanitarios” anglo-franceses-estadounidenses.

La Resolución 1973 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha funcionado como un caballo de Troya, al permitir que el consorcio anglo-francés-estadounidense –y la OTAN– se convirtieran en la fuerza aérea de la ONU en apoyo a un levantamiento armado. Aparte de no tener nada que ver con la protección de civiles, esta acción es absolutamente ilegal según el derecho internacional. La fase final incorporada, como ya lo saben incluso niños africanos desnutridos, pero que nunca ha sido reconocida, es el cambio de régimen.

El teniente general Charles Bouchard de Canadá, comandante de la OTAN para Libia, podrá insistir todo lo que quiera en que la misión sólo se propone proteger civiles. Pero esos “civiles inocentes” que operan tanques y disparan Kalashnikovs como parte de un salvaje montón variopinto son en realidad soldados en una guerra civil, y el enfoque debe ser si la OTAN seguirá siendo desde ahora su fuerza aérea, siguiendo los pasos del consorcio anglo-francés-estadounidense. A propósito, la “coalición de los dispuestos” que combate contra Libia consiste únicamente en 12 de los 28 miembros de la OTAN más Qatar. No tiene absolutamente nada que ver con una “comunidad internacional”.

El veredicto final sobre la zona de exclusión aérea acordada por la ONU tendrá que esperar a la emergencia de un gobierno “rebelde” y al final de la guerra civil (si termina pronto). Entonces será posible analizar cómo se llegó a justificar el disparo de Tomahawks y los bombardeos; por qué se "protegió" a los civiles de Cirenaica mientras se atacaba a los de Trípoli con Tomahawks; qué tipo de grupo abigarrado de “rebeldes” era “salvado”; si todo el asunto fue legal para comenzar; cómo la resolución fue una cobertura para cambio de régimen; cómo el amorío entre los “revolucionarios” libios y Occidente podría terminar en un sangriento divorcio (recordad Afganistán); y qué protagonistas occidentales se pueden beneficiar inmensamente de la riqueza de una nueva Libia unificada (o balcanizada).

Por el momento por lo menos, es fácil identificar a los logreros:

El Pentágono

El jerarca del Pentágono Robert Gates dijo este fin de semana, manteniendo una cara seria, que sólo hay tres regímenes opresivos en todo Medio Oriente: Irán, Siria y Libia. El Pentágono está eliminando al eslabón débil, Libia. Los otros fueron siempre partes cruciales de la lista de eliminación de los malvados de los neoconservadores. Arabia Saudí, Yemen, Bahréin, etc., son modelos de democracia.

En cuando a esta guerra “ahora la ves, ahora no la ves”, el Pentágono se las arregla para librarla no una vez, sino dos. Comenzó con Africom establecido bajo el gobierno de George W Bush, reforzado con Obama y rechazado por numerosos gobiernos africanos, eruditos y organizaciones de derechos humanos. Ahora la guerra pasa a la OTAN, que es esencialmente la dirección del Pentágono sobre sus acólitos europeos.

Es la primera guerra africana de Africom, realizada hasta ahora por el general Carter Ham desde su cuartel en el no tan africano Stuttgart. Africom, como lo describe Horace Campbell, profesor de estudios estadounidenses africanos y de ciencias políticas en la Universidad Syracuse, es un engaño: “fundamentalmente es una fachada para contratistas militares de EE.UU. como Dyncorp, MPRI y KBR que operan en África. Los planificadores militares estadounidenses que se benefician con la puerta giratoria de la privatización de la guerra están deleitados por la oportunidad de otorgar credibilidad a Africom bajo la fachada de la intervención en Libia.”

Los Tomahawks de Africom también alcanzan –metafóricamente– a la Unión Africana (UA) que, a diferencia de la Liga Árabe, no puede ser comprada fácilmente por Occidente. Las petromonarquías del Golfo Árabe aclamaron todas el bombardeo, pero no Egipto y Túnez. Sólo cinco países africanos no están subordinados a Africom; Libia es uno de ellos, junto con Sudán, Costa de Marfil, Eritrea y Zimbabue.

OTAN

El plan general de la OTAN es controlar el Mediterráneo como un lago de la OTAN. Desde esta “óptica” (jerga del Pentágono) el Mediterráneo es infinitamente más importante actualmente como teatro de operaciones bélicas que AfPak.

Solo tres de las 20 naciones del Mediterráneo no son miembros plenos de la OTAN o aliados de sus programas de “cooperación”: Libia, el Líbano y Siria. Que no quepa la menor duda: ahora le toca a Siria. El Líbano ya está sometido a un bloqueo de la OTAN desde 2006. Ahora también se aplica un bloqueo a Libia. EE.UU. –a través de la OTAN– está a punto de lograr la cuadratura del círculo.

Arabia Saudí

Perfecto. El rey Abdullah se libra de su eterno enemigo Gadafi. La Casa de Saud –a su abyecta menera característica– hace lo imposible por beneficiar a Occidente. La atención de la opinión pública mundial es desviada de la invasión de Bahréin por los saudíes para aplastar un movimiento de protesta pacífico pro democracia.

La Casa de Saud vendió la ficción de que “la Liga Árabe” en su conjunto votó por una zona de exclusión aérea. Es mentira: de 22 miembros, sólo hubo 11 presentes en la votación; seis son miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (GCC), en el cual Arabia Saudí es el mandamás. La Casa de Saud sólo necesitó presionar a tres más. Siria y Argelia estaban en contra. Traducción: Sólo nueve de los 22 países árabes votaron por la zona de exclusión aérea.

Ahora Arabia Saudí incluso puede ordenar al jefe del GCC, Abdulrahman al-Attiyah, que diga con cara seria: “el sistema libio ha perdido su legitimidad”. En cuando a la “legítima” Casa de Saud y los al-Khalifa en Bahréin, alguien debiera incorporarlos al Salón de la Fama Humanitaria.

Qatar

Los anfitriones de la Copa del Mundo de Fútbol de 2022 son expertos en cerrar un negocio. Sus Mirage ayudan a bombardear Libia mientras Doha se prepara para vender el petróleo de Libia oriental. Qatar se convirtió rápidamente en la primera nación árabe en reconocer a los “rebeldes” libios como único gobierno legítimo del país sólo un día después de asegurarse el negocio de la venta del petróleo.

Los ‘rebeldes’

A pesar de todas las dignas aspiraciones democráticas del movimiento juvenil libio, sucede que el grupo de oposición más organizado es el Frente Nacional por la Salvación de Libia –financiado durante años por la Casa de Saud, la CIA y los servicios de inteligencia franceses-. El “Consejo Nacional de Transición Interino” rebelde es poco más que el buen Frente Nacional más unos pocos desertores militares. Es la elite de los “civiles inocentes” que la “coalición” está “protegiendo”.

En el momento justo, el “Consejo Nacional de Transición Interino” consiguió un nuevo ministro de Finanzas, el economista educado en EE.UU. Ali Tarhouni. Reveló que un grupo de países occidentales les dio crédito respaldado por el fondo soberano de Libia y los británicos les permitieron tener acceso a 1.100 millones de dólares de los fondos de Gadafi. Esto significa que el consorcio anglo-francés-estadounidense –y ahora la OTAN– sólo tendrán que pagar las bombas. En cuanto a timos bélicos éste es invaluable; Occidente utiliza el propio dinero de Libia para financiar a un montón de rebeldes oportunistas libios para combatir al gobierno libio. Y para colmo los estadounidenses, británicos y franceses sienten el amor por todos esos bombardeos. Los neoconservadores deben estarse pateando: ¿por qué al ex secretario adjunto de defensa de EE.UU., Paul Wolfowitz, no se le ocurrió algo semejante para Iraq 2003?

Los franceses

Oh la la, esto podría ser material para una novela de Proust. La principal pasarela de primavera en París es el desfile de modas del presidente Nicolas Sarkozy –un modelo de zona de exclusión aérea con accesorios de ataques aéreos Mirage/Rafale-. Este desfile de modas fue ideado por Nouri Mesmari, ex jefe de protocolo de Gadafi, quien desertó a Francia en octubre de 2010. El servicio secreto italiano filtró a medios noticiosos seleccionados cómo lo hizo. El papel de la DGSE, el servicio secreto francés, lo ha explicado más o menos en el sitio pagado en la web Maghreb Confidential.

Esencialmente el coq au vin de la revuelta en Bengasi había estado hirviendo a fuego lento desde noviembre de 2010. Los cocineros fueron Mesmari, el coronel de la fuerza aérea Abdullah Gehani y el servicio secreto francés. A Mesmari le llamaban “el WikiLeak libio”, porque virtualmente reveló todos los secretos militares de Gadafi. Sarkozy lo adoró –furioso porque Gadafi había anulado jugosos contratos para comprar Rafales (para reemplazar sus Mirage que ahora se bombardean) y plantas francesas de energía nuclear.

Eso explica por qué Sarkozy se ha mostrado tan agresivo para presentarse como el nuevo libertador árabe, fue el primer dirigente de una potencia europea que reconoció a los “rebeldes” (para molestia de muchos en la Unión Europea) y fue el primero que bombardeó a las fuerzas de Gadafi.

Esto deja al desnudo el papel del desvergonzado filósofo y especialista del autobombo, Bernard Henri-Levy, quien ahora se vanagloria frenéticamente en los medios del mundo de que llamó a Sarkozy desde Bengasi y despertó su vena humanitaria. O Levy es un mentecato o es una conveniente guinda “intelectual” agregada al pastel de bombas prefabricado.

El terminator Sarkozy es incontenible. Acaba de advertir a todos y cada uno de los gobernantes árabes que se enfrentarán a bombardeos al estilo de Libia si reprimen a los manifestantes. Incluso dijo que “el próximo” es el de la Costa de Marfil. Exceptuando, claro está, a Bahréin y Yemen. En cuanto a EE.UU., de nuevo está apoyando un golpe militar (no funcionó con Omar “Jeque al-Tortura” Suleimán en Egipto, tal vez funcione en Libia).

Al-Qaida

Y vuelve a aparecer el tan conveniente espantajo. El consorcio anglo-francés-estadounidense –y ahora la OTAN– están (de nuevo) combatiendo junto a al-Qaida, representado por al-Qaida en el Magreb (AQM).

El dirigente rebelde libio Abdel-Hakim al-Hasidi –quien combatió junto a los talibanes en Afganistán– confirmó ampliamente a los medios italianos que reclutó personalmente a “unos 25” yihadistas del área de Derna en Libia oriental para combatir contra EE.UU. en Iraq; “ahora están en las primeras líneas en Adjabiya".

Esto después de que el presidente de Chad, Idriss Deby, subrayara que AQM había atacado arsenales militares en Cirenaica y que ahora posee bastantes misiles tierra-aire. A principios de marzo, AQM apoyó públicamente a los “rebeldes”. El fantasma de Osama bin Laden debe de estar sonriendo de oreja a oreja; una vez más consigue que el Pentágono haga su trabajo.

Los privatizadores del agua

Es posible que poca gente en Occidente sepa que Libia –junto con Egipto– se encuentra sobre el Sistema Acuífero de Piedra Arenisca de Nubia; es decir, un océano de agua fresca extremadamente valiosa. De modo que sí, esta guerra “ahora la ves ahora no la ves” es una guerra crucial por el agua. El control del acuífero es invaluable, como el “rescate” de valiosos recursos naturales de los “salvajes”.

Este Ductistán del Agua –enterrado en lo profundo del desierto a lo largo de 4.000 kilómetros– es el Gran Proyecto Fluvial Hecho por el Hombre (GMMRP) que Gadafi construyó por 25.000 millones de dólares sin pedir un solo centavo al FMI o al Banco Mundial (¡qué pésimo ejemplo para el mundo en desarrollo!). El GMMRP provee a Trípoli, Bengasi y a toda la costa libia. Los científicos calculan que la cantidad de agua es el equivalente al agua que fluye por el Nilo en 200 años.

Hay que comparar esto con las denominadas tres hermanas –Veolia (antes Vivendi), Suez Ondeo (antes Generale des Eaux) y Saur– las compañías francesas que controlan más de un 40% del mercado mundial del agua. Todos los ojos deben concentrarse imperativamente en si se bombardean estos acueductos son bombardeados. Un panorama extremadamente posible es que si lo son, los jugosos contratos “de reconstrucción” beneficiarán a Francia. Será el paso final para privatizar toda esa agua, por el momento gratuita. De la doctrina del shock a la doctrina del agua.

Bueno, ha sido sólo una breve lista de logreros. Nadie sabe quién acabará obteniendo el petróleo, y el gas natural. Mientras tanto el espectáculo (de los bombardeos) tiene que continuar. No hay negocio como el de la guerra.


Pepe Escobar es autor de “Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War” (Nimble Books, 2007) y “Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge”. Su último libro es “Obama does Globalistan” (Nimble Books, 2009). Puede contactarse con él en: pepeasia@yahoo.com.

Copyright 2011 Pepe Escobar

(Copyright 2011 Asia Times Online (Holdings) Ltd. All rights reserved.)

Fuente: http://www.atimes.com/atimes/Middle_East/MC30Ak01.html

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lunes, 21 de marzo de 2011

Solidaridad del Movimiento Continental Bolivariano con el pueblo Libio

¡ALTO A LOS BOMBARDEOS DE EEUU Y DE LA OTAN !

¡NO A LA RECOLONIZACIÓN DE LIBIA A TRAVÉS DE UNA GUERRA COMO LA DESATADA CONTRA IRAK Y AFGANISTAN!

Los criminales bombardeos desatados contra Libia aprobados por la ONU , son solo el prólogo sangriento del plan de ocupación militar y de imposición de un régimen subordinado a los imperialismos de EEUU y la Unión Europea en ese país, para controlar por esa vía sus riquezas petroleras y sus minerales estratégicos y tratar de compensar en términos geopolíticos las derrotas políticas sufridas por los gobiernos títeres de Túnez y Egipto y las perspectivas de otras similares.

Más allá de cualquier valoración sobre las características del régimen libio liderado por Ghadafi, esa alevosa determinación imperialista debe ser rechazada por los pueblos de nuestra América y el mundo, que deben movilizarse enérgicamente contra esa brutal agresión sin pérdida de tiempo. Los problemas internos de Libia deben ser dirimidos y superados con la exclusiva participación de su pueblo y sus actores políticos y sociales, en ejercicio pleno de su soberanía y auto-determinación. ¡Ninguna ingerencia merece respaldo, menos aun una guerra de agresión!

Es absolutamente inaceptable la decisión de EEUU, de la Unión Europea y del pusilánime Consejo de Seguridad de la ONU.

Nuestro MCB la rechaza categóricamente.

¡ALTO AL GENOCIDIO TRANSNACIONAL A NOMBRE DE LA LIBERTAD !

¡REPUDIO Y CONDENA MUNDIAL A OBAMA , COMO NUEVO INTÉRPRETE DE LOS HALCONES DE WASHINGTON Y SUS ALIADOS EUROPEOS! ¡TODOS/AS A MOVILIZARNOS CONTRA EL YANQUI INVASOR Y SUS SOCIOS! ¡En Bolívar y los grandes héroes y heroínas de la humanidad nos encontramos todos/as! ¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE !

Movimiento Continental Bolivariano (MCB):

Narciso Isa Conde Coordinador de la Presidencia Colectiva

Carlos Casanueva Secretario General

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domingo, 5 de diciembre de 2010

Wikileaks en Venezuela: espionaje, propaganda y desinformación


Eva Golinger Aporrea

La publicación por Wikileaks el domingo, 28 de noviembre, de más de 250,000 cables fugados ilegalmente del Departamento de Estado de Estados Unidos ha causado escándalos a nivel internacional sobre los métodos, las perspectivas y las maniobras sucias de la política exterior estadounidense. Casi ningún país o gobierno del mundo se queda libre de mención en los miles de documentos secretos y clasificados del gobierno estadounidense, que están siendo publicados durante un período de meses para poder apreciar la calidad de la información, mientras se somete a Washington a una tortura prolongada.

Los primeros cientos de documentos publicados son principalmente de las embajadas de Estados Unidos en Europa y el Medio Oriente, y también del propio Departamento de Estado y la Secretaria de Estado, Hillary Clinton. Pero el fundador de Wikileaks, Julian Assange, ahora clasificado como “terrorista” y “enemigo combatiente” por Estados Unidos, también ha hecho público un grupo selecto de cables de las embajadas estadounidenses en América Latina.

Aproximadamente 14 documentos, hasta ahora, han sido publicados que fueron preparados desde la Embajada de Estados Unidos en Caracas, aunque también, varios otros cables de distintas sedes diplomáticas de Washington en el mundo hacen referencia a Venezuela y al Presidente Hugo Chávez. De los documentos publicados desde Caracas, la mayoría destaca la obsesión de Washington con la relación de Venezuela con dos países en particular: Cuba e Irán.

ATACANDO A BARRIO ADENTRO – LA DESINFORMACIÓN

Un documento, el primero publicado por Wikileaks sobre Venezuela, critica al programa exitoso de salud, Barrio Adentro, que garantiza la atención médica gratuita y accesible a todos los venezolanos. El cable, que fue redactado por el ex Embajador Patrick Duddy en diciembre 2009, cita solamente fuentes anti-chavistas, incluyendo un reportero del periódico opositor, El Universal, y varios médicos que trabajan en clínicas y hospitales privadas.

Hay poca mención sobre los miles de millones de dólares que el gobierno venezolano ha inyectado en el sistema de salud, no solamente para renovar los hospitales públicos viejos, que fueron abandonados y olvidados por gobiernos anteriores, sino también para crear un nuevo sistema de atención médica con alta tecnología y facultades modernas. El cable de la Embajada cínicamente se hace referencia a este sistema como “paralelo”, aunque no lo es.

Al final del cable, los comentarios de Duddy revelan o su ignorancia o su distorsión intencional de los hechos, cuando dice, “La calidad de la salud en Venezuela ha declinado mientras que el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela (GBRV) ha reorientado los recursos del sistema médico tradicional hacia Barrio Adentro”. La evidencia real confirma el contrario. Por primera vez, en Venezuela se garantiza la salud – gratuita, accesible y de calidad– a todos y todas, desde el nivel preventivo hasta los tratamientos e intervenciones más avanzadas; y eso, obviamente es un punto sensible para Washington, que actualmente tiene uno de los peores sistemas de atención médica en el mundo.

INFORMANTES Y ESPÍAS

Los cables de la Embajada en Venezuela no solamente revelan una distorción de la realidad venezolana, que es un intento de proyectar una imagen negativa del gobierno de Chávez y así justificar cualquier acción en su contra, pero también revelan quienes son las fuentes principales del gobierno estadounidense y como operan los diplomáticos estadounidenses como espías.

Un documento - un análisis fuerte sobre la supuesta presencia cubana en los servicios de inteligencia de Venezuela y en otras instituciones del gobierno - sería muy alarmante a primera vista. El cable, cínicamente titulado “Cuba/Venezuela Eje de la Travesura: La vista desde Caracas”, fue redactado por el infame Embajador William Brownfield en enero 2006, y alega que los cubanos han penetrado casi cada aspecto del país. El tono recuerda las campañas de miedo durante la Guerra Fría sobre la “expansión comunista” y el “terror rojo” en el hemisferio. Esta vez, en lugar de los rusos, son los cubanos.

Pero, cuando se lee el cable con detalle, se hace evidente que las fuentes detrás de la supuesta “invasión castro-comunista” en Venezuela son dirigentes de la oposición, como el fugitivo de la justicia Manuel Rosales, empresarios multimillonarios, como Jaime Pérez Branger, miembros de partidos de la oposición, como Pedro Pablo Alcántara, Alfredo Coronil y Carlos Casanova de Acción Democrática, militares anti-chavistas y periodistas de los medios opositores. Estas personas, entre otras, están trabajando como informantes para el gobierno estadounidense, suministrando información distorsionada sobre su propio gobierno para justificar su derrocamiento.

Hasta Brownfield mismo reconoce la debilidad de la información dada por sus “fuentes”, utilizando frases como “Reportajes anecdóticos sugieren…”, “Informes menos confiables revelan…” y “Reportajes sensibles no confirmados indican…” No obstante, un cable como este, basado en fuentes no confiables, fue clasificado como “Secreto/No Extranjeros” y enviada a la Secretaria de Estado, el Consejo Nacional de Seguridad, el Comando Sur, y una cantidad de otras embajadas y consulados estadounidenses desde Brasilia, La Paz, Lima, Managua, Quito, Buenos Aires, Santiago y México, hasta Bruselas, Lisboa, Madrid, París, Londres, Roma y La Haya.

Información que no está confirmada, que viene de fuentes exclusivamente anti-chavistas y que en general, no tiene ningún fundamento en la realidad, está siendo utilizada para diseñar las políticas de Estados Unidos hacia Venezuela. Los documentos publicados por Wikileaks evidencian que este escenario peligroso se repite en la diplomacia estadounidense por todo el mundo.

Los documentos de Caracas también evidencian como los empleados de la Embajada violan su estatus como diplomáticos para realizar espionaje contra el gobierno venezolano. En el cable sobre “la invasión castro-comunista”, Brownfield revela que el Departamento de Defensa (DOD) monitorea diariamente las actividades de vuelos de Cuba a Venezuela, y luego, funcionarios de la Embajada espían desde el aeropuerto para ver cuantos pasajeros se encuentran en los aviones: “Funcionarios de la Embajada han observado vuelos regulares de cubanos – o venezolanos regresando de visitas oficiales en Cuba – en el aeropuerto de Maiquetía…La Embajada no puede determinar cuantos cubanos vienen en los vuelos…”

Lo que le preocupa a Brownfield, además de mantener la vigilancia en el aeropuerto, viendo a los aviones llegar y salir, es cómo la relación Cuba-Venezuela puede afectar a Washington. “El impacto de la participación de Cuba en la inteligencia venezolana podría afectar directamente a los intereses estadounidenses”, comenta, preocupado por “la experiencia y conocimiento que los servicios cubanos pueden ofrecer…sobre las actividades del gobierno de Estados Unidos (USG)”. Entonces, Washington está preocupado porque sus actividades clandestinas en Venezuela podrían ser expuestas si los venezolanos mejoran su capacidad de inteligencia.

En otro documento, titulado “Explicando la cercanía de Venezuela con Irán”, el Embajador Brownfield invoca el “terror iraní” y comenta, “El apoyo de Venezuela para un país que tiene ambiciones nucleares, apoya al terrorismo y habla de borrar a Israel del mapa es de grave preocupación. También alarma a otras naciones – como Francia…Nosotros podemos explotar esta alarma”. ¿Cómo la explotarían? ¿Buscarían como dañar la relación entre Venezuela y Francia?

De hace años Washington realiza esfuerzos no exitosos, para aislar al gobierno de Hugo Chávez en el mundo. Estos cables revelan algunas de las tácticas sucias empleadas para esa operación de desprestigio.

En el cable sobre Irán, Brownfield comenta que Washington no debería “desestimar los rumores sobre el uranio”, haciendo referencia a acusaciones sobre un supuesto suministro de uranio de Venezuela a Irán. Pero en un cable más recién de junio 2009, redactado por el más estable Encargado de Negocios John Caulfield, se contradijo la actitud bélica de Brownfield. “Aunque los rumores sobre un suministro de uranio de Venezuela a Irán podrían reforzar las credenciales revolucionarios del gobierno, parece que tienen poco fundamento en la realidad…es muy improbable que Venezuela esté suministrando uranio venezolano a otros países”.

CAMPAÑA DE PROPAGANDA

En 2008, la Embajada de Estados Unidos en Caracas decidió que era tiempo para emplear los servicios pesados del equipo de operaciones psicológicas del Pentágono para bombardear a Venezuela con propaganda pro-estadounidense, y contrarrestar, lo que comentó un cable de la Embajada en marzo 2008, el “anti-americanismo de Chávez”.

"La Embajada en Caracas solicita el apoyo del Departamento de Defensa (DOD) para ejecutar un plan estratégico de comunicaciones. El objetivo de este programa es influir sobre el ambiente informativo dentro de Venezuela…El apoyo de DOD mejoraría muchísimo las actividades existentes de diplomacia pública y promoción de la democracia de la Embajada”.

Influyendo sobre el “ambiente informativo” en Venezuela con el apoyo del Pentágono es claramente una violación grave de la soberanía venezolana. Evidencia externa confirma que este programa de operaciones psicológicas y propaganda pro-estadounidense está en marcha. El presupuesto del Departamento de Estado para el 2011 incluye un fondo multi-millonario para transmitir un “programa de televisión de 30 minutos, 5 días la semana en español para Venezuela”. Y el presupuesto del Pentágono para el 2011 incluye un programa nuevo de “operaciones psicológicas” para el Comando Sur (América Latina).

El contenido en algunos de los cables de la Embajada puede ser verificado con hechos reales y evidencia que lo corrobora, mientras que otros datos se quedan en el mundo de rumores y fuentes chimbos (no fiables). Lo que sí está claro es que los documentos reafirman el aumento en agresiones contra Venezuela y la escalada en la política hostil de Washington hacia el gobierno de Hugo Chávez, incluyendo la voluntad de utilizar rumores sin fundamento para hacer acusaciones muy peligrosas.
evagolinger@hotmail.com

Fuente: http://aporrea.org/internacionales/a113325.html

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domingo, 28 de noviembre de 2010

En Portugal el imperialismo impide de expresión de jóvenes españoles en contra de la OTAN


UJCE

“Estos son comunistas” dijo el policía que detuvo en la frontera con Portugal a dos de los coches enviados por la Unión de Jóvenes Comunistas de España (UJCE) a la contra cumbre convocada con motivo de la reunión de la OTAN en la ciudad portuguesa de Lisboa. Acto seguido les hizo bajar de los coches, pasando a registrar minuciosamente sus pertenencias. “Nos han mirado hasta los apuntes de la facultad, leyéndolos con detenimiento”, comunicaba uno de los militantes.

Tras el exhaustivo registro tanto de los coches como de las pertenencias personales, la incautación de propaganda y la anotación de sus matrículas y documentos de identidad se les ha declarado" potencialmente peligrosos para el orden público y la seguridad interna", denegándoseles la entrada en el país. Aparentemente ese ha sido el protocolo que la policía portuguesa ha utilizado con activistas de toda Europa.

“Desde la UJCE queremos mostrar nuestro más enérgico rechazo al militarismo de la OTAN, que no sólo se manifiesta en tierras lejanas como Afganistán, sino que se ve obligado a blindar una ciudad y un país frente a quienes quieren exigir paz y que no queremos pagar ni sus crisis, ni sus guerras. Mientras los capitales fluyen por Europa, la libertad de los movimientos ciudadanos se cercena a la más mínima amenaza de respuesta social.”

Posterior a la redacción de esta nota supimos que Pese a los esfuerzos realizados por el Partido Comunista de Portugal no fue posible la entrada de los jóvenes de la UJCE a ese país, una vez más queda en evidencia la decadencia y la doble moral de una sociedad que se jacta de defender los derechos de los ciudadanos, mientras impide el libre tránsito y la libertad de expresión a los mismos.

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domingo, 19 de septiembre de 2010

A nueve años del 11-S, ¿es el mundo un lugar más seguro?

Alan Woods Corriente Marxista Internacional

Hace nueve años, el mundo entero miraba horrorizado cómo las Torres Gemelas se derrumbaron en una nube de polvo y escombros. Las ondas expansivas de ese acontecimiento siguen agitando el mundo. En las primeras 24 horas, el efecto fue de dejar atónita a la opinión pública de los EE UU. Para un país que nunca experimentó los horrores de los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial, lo inesperado del ataque fue aterrador hasta el extremo.

De la noche a la mañana, el ataque destruyó el mito de la invulnerabilidad de los Estados Unidos. Había una sensación de pánico. Nadie sabía qué esperar a continuación. El propio gobierno parecía estar conmocionado en un estado de impotencia apática. George W Bush, el hombre más poderoso del mundo, cuando se enteró de la noticia mientras leía un cuento a los niños en una guardería, dio la impresión de total incomprensión y de parálisis de la voluntad. En lugar de regresar a Washington para asumir la dirección, pasó las siguientes horas circulando sin rumbo en la seguridad del avión presidencial.

En medio de toda esta histeria, la gente olvidó convenientemente el sorprendente fracaso del servicio de inteligencia para predecir el ataque del 11-S. A pesar de las enormes sumas de dinero público y la gran cantidad de tecnología avanzada a su disposición, la CIA y otras agencias proporcionaron sólo advertencias vagas que no servían en absoluto para detectar y prevenir el ataque.

En el artículo que escribí el 11 de septiembre de 2001, sólo un par de horas después del ataque, consideré la hipótesis de que los servicios de inteligencia debían de saber que algo se estaba preparando, pero no hicieron nada para pararlo. Más tarde, al conocer la magnitud del desastre, parecía menos probable que la clase gobernante de Estados Unidos a sabiendas hubiera causado tal desastre en su propio país.

Posteriormente, toda una industria de la teoría de la conspiración se ha desarrollado en torno a esta cuestión. Como marxista, no soy amigo de teorías conspirativas que tratan de explicar la historia en términos de los planes de individuos y grupos malignos o beneficiosos. En general, estas "explicaciones", que son siempre de un carácter idealista, si no totalmente místico, no explican nada en absoluto.

Sin embargo, hasta el día de hoy muchas preguntas siguen sin respuesta. Es un hecho establecido que la inteligencia estadounidense no le prestó atención alguna a la amenaza desde Arabia Saudita, un país con el que el Estado norteamericano y, especialmente, la industria del petróleo (incluida la familia de Bush) tienen vínculos muy estrechos. Mucha gente ha llamado la atención al hecho de que inmediatamente después del ataque, a miembros de la familia Bin Laden se les permitió salir del país sin ser interrogados por la policía.

¿Quién se beneficia?

Es imposible saber lo que pasa en el oscuro mundo de espionaje y contraespionaje. Pero se sabe que los servicios de inteligencia de EE UU han tenido estrechos vínculos con el régimen saudita desde hace mucho tiempo, y también con Bin Laden. Es casi impensable que nadie supiera nada sobre un plan terrorista de dimensiones tan vastas. La explicación más probable es que la inteligencia de EE UU sabía que se planeaba algún tipo de acto terrorista, pero no necesariamente eran conscientes de su magnitud. Un acto terrorista en una escala más pequeña hubiera sido muy conveniente, así que no se tomó ninguna medida. Pero los resultados probablemente fueron mucho más allá de sus cálculos.

En la confusión reinante, nadie quiso recordar el hecho vergonzoso de que la propia red Al Qaeda fue creada por la CIA para luchar contra el ejército soviético en Afganistán, o que Bin Laden, el hijo de un millonario saudita, trabajó para la inteligencia pakistaní y estadounidense durante la ocupación soviética de Afganistán. Bin Laden había aprendido todos sus trucos de la CIA y sabía muy bien cómo lanzar ataques sin aviso previo al objetivo previsto. La única razón por la que ha escapado a su detención en todos estos años es porque sigue protegido por el ISI, la inteligencia militar de Pakistán, que está trabajando como un Estado dentro del Estado de ese país.

¿Es concebible que hubiera elementos en la Administración que, a sabiendas, hubieran aceptado la destrucción de las Torres Gemelas con el fin de promover sus planes? No es más inconcebible que el hecho de que el Presidente FD Roosevelt permitiera adrede que la fuerza aérea japonesa bombardeara Pearl Harbor con el fin de conseguir que los Estados Unidos entraran en la Segunda Guerra Mundial, cuando la mayoría de la opinión pública de EE UU estaba en contra.

La primera pregunta que hay que hacer cuando se investiga un delito es: cui bono (¿quién se beneficia?). Los que más ganaron de los acontecimientos del 11-S fueron el complejo industrial-militar, el Pentágono, las grandes empresas como Halliburton, que tiene lucrativos contratos con el Estado y la industria armamentista, los círculos más agresivos, reaccionarios y de derecha del imperialismo estadounidense –el ala derechista republicana–, y George W Bush.

El efecto inmediato que tuvo fue alentar a los círculos más agresivos y reaccionarios de la clase dominante, personificada por George W Bush, a lanzar una violenta ofensiva a escala mundial. Después de 11-S, el Pentágono recibió inmediatamente 250.000 millones de dólares para construir 2.800 nuevos aviones de combate avanzados. Y esto no era más que un adelanto modesto de las grandes sumas que posteriormente fueron entregadas a los militares de EE UU. Se trata de sumas fabulosas que, si se invirtieran para fines productivos, podrían transformar la vida de los pueblos, no sólo de EE UU, sino del mundo.

En este contexto, resulta muy divertido leer las denuncias hipócritas formuladas por Bush y Blair contra Irak por su supuesta posesión de armas de destrucción masiva. De hecho, EE UU tiene actualmente, con mucha diferencia, el mayor arsenal de tales armas, incluidas 22.827 cabezas nucleares y, también, reservas desconocidas de armas químicas y bacteriológicas.

La opinión pública de los Estados Unidos, aturdida por los efectos del ataque, fue empujada tras la Administración de Bush y su maquinaria de guerra. Los derechos civiles se redujeron abruptamente bajo el pretexto de la legislación anti-terrorista. Hubo una inversión masiva en “seguridad interna”. Que todas estas cosas le vinieron bien a la camarilla reaccionaria que rodeaba a George W Bush es tan claro como la luz del día.

El "enemigo externo"

Aunque el colapso de la URSS fue motivo de gran regocijo en Occidente, para el Pentágono y el Complejo Militar Industrial resultó extremadamente inconveniente, ya que les privó de la excusa para justificar las colosales sumas gastadas por los EE UU en armamento. Necesitaban un sustituto de la "amenaza roja" y ahora lo encontraron en el "extremismo islámico".

George Bush hijo tenía que "hacer algo" que diera la apariencia de un liderazgo decisivo, aunque sólo fuera para eliminar de la conciencia pública las dolorosas imágenes de incompetencia, estupidez y cobardía que se transmitieron por la televisión de la nación. El Presidente decidió que era necesario declarar la guerra a alguien.

Comenzó con la invasión de Afganistán. Esto pareció ser un blanco fácil. Aquí la participación de las fuerzas de EE UU estaba casi totalmente limitada a los bombardeos aéreos de las posiciones de los talibanes. La lucha sobre el terreno la realizaba la Alianza del Norte, en calidad de agentes locales del imperialismo estadounidense. Frente a esta embestida, los talibanes retiraron sus fuerzas de las ciudades, sólo para reagruparse en las zonas rurales de la región Pushtoon de donde nunca han sido desalojados, y desde donde han organizado una guerra de guerrillas altamente efectiva desde entonces.

El ataque del 11-S fue lanzado por ciudadanos sauditas y organizado por Al Qaeda, que era dirigida por un ciudadano de Arabia Saudita y financiada con dinero saudí con el respaldo de la secta wahabí basada en ese país. Pero estos hechos no impidieron que el Presidente de los EE UU lanzase un ataque contra Irak, que no tenía nada que ver ni con el 11-S o Al Qaeda. Sin embargo, desde el principio, el verdadero objetivo en la mira de Bush era el abundante petróleo de Irak.

El gobierno de Bush había estado planeando un ataque contra Irak durante algún tiempo. Simplemente se escudaron en el ataque del 11-S para justificar la puesta en marcha de dichos planes. En su discurso del estado de la nación, Bush habló de un "eje del mal" y nombró a Irak, Irán y Corea del Norte. "Los EE UU", dijo, "no permitirán, que los regímenes más peligrosos del mundo nos amenacen con las armas más destructivas del mundo".

Con el fin de justificar lo que fue un acto descarado de agresión, se acusó a Irak de tener armas de destrucción masiva. No tenía ninguna. Después del 11-S Bush y Rumsfeld, con la complicidad de Tony Blair, jugaron con los temores y la paranoia producidos por el ataque para insinuar que Al Qaeda estaba planeando usar armas nucleares y / o armas químicas y bacteriológicas contra Estados Unidos. La evidencia de estas afirmaciones era mínima, pero fomentaron deliberadamente un ambiente de histeria basado en el conocido principio del "enemigo externo".

Sobre la base de esta débil excusa, los EE UU y sus aliados han enviado sus fuerzas para invadir los territorios de otros países, no sólo Irak y Afganistán, sino operaciones más pequeñas en Somalia y otros lugares. Han llevado a cabo una campaña mundial encubierta contra Al Qaeda y otros grupos yihadistas radicales. La excusa para estas acciones ha sido la existencia de una supuesta amenaza islámica a los Estados Unidos.

"Cañones antes que mantequilla"

El 11 de septiembre suministró a Bush y los círculos más reaccionarios de Washington la excusa perfecta para poner en marcha un amplio programa de gastos armamentistas, aunque en realidad este programa ya estaba decidido de antemano. El gasto en armamento estadounidense experimentó el mayor aumento en 20 años. Washington ha destinado enormes cantidades de dinero para proyectos tales como vehículos aéreos no tripulados (UAV), guerra cibernética, y todas las armas imaginables de destrucción masiva.

En términos de los arsenales de armas nucleares, el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI, Stockholm International Peace Research Institute), estima que alrededor de 8.100 cabezas nucleares están en funcionamiento en los EE UU, Rusia, China, Gran Bretaña, Francia, India, Pakistán e Israel. Aunque esta cifra sea 300 menos que hace un año, unas 2.000 estaban todavía "en alerta roja", o listas para ser lanzadas en cuestión de minutos, dijo. Los EE UU estaba a la cabeza de la lista de los 10 compradores de armas más grandes del mundo en 2009, gastando 661.000 millones de dólares en equipo militar.

Al presidente Obama le gusta dar lecciones al mundo sobre la importancia de la paz y el desarme –para todo el mundo excepto los EE UU, claro está–. Si examinamos las cifras, vemos que el gasto global ha aumentado en casi un 50% durante la última década, según un reciente informe de SIPRI. Del aumento total, más de la mitad correspondía a los EE UU.

Los imperialistas están siguiendo a la letra la receta infame de Göring: "Los cañones nos harán grandes. La mantequilla sólo nos hará engordar". En todo el mundo, los gobiernos están advirtiendo a los ciudadanos de que tendrán que reducir los servicios públicos, pero la doctrina de austeridad no tiene ningún efecto sobre los presupuestos militares. En el año 2009 se gastaron en armas 1,5 billones de dólares, un incremento anual en términos reales del 5,9%, según este informe. Estas cifras indican cuál es el futuro para la humanidad bajo el capitalismo.

Los EE UU, con sólo el 4 por ciento de la población mundial, posee más de una cuarta parte de la riqueza del mundo. Representa el 37 por ciento del gasto militar mundial y el 40 por ciento de la producción mundial de armas –incluyendo las armas de destrucción masiva más modernas y tecnológicamente avanzadas. Ninguna otra potencia, ni por asomo, se acerca a este poder militar. EE UU gasta más que nadie en armas, pero ahora China se ha colocado en segundo lugar con un gasto estimado de 100.000 millones de dólares; luego, a cierta distancia, siguen Francia ($ 63.900 millones), Gran Bretaña ($ 58.300 millones), Rusia (aproximadamente $ 53.300 millones) y Japón ($ 51.800 millones).

Sin embargo, el aumento más rápido en gastos de armas se produjo en Asia. China registró el mayor incremento en gasto militar, seguida por la India. Los chinos han desarrollado las armas más modernas y sofisticadas, incluyendo el lanzamiento de satélites, que tienen un significado claramente militar. El reciente enfrentamiento entre Corea del Norte y Corea del Sur por el hundimiento de un buque de Corea del Sur y las constantes tensiones entre China y Taiwán subrayan el peligro de futuros conflictos en una de las áreas clave de la economía mundial.

El imperialismo británico, ahora una sombra de sí mismo, se ve obligado a reducir su arsenal más en consonancia con el tamaño de su billetera. Se espera que la coalición conservadora-liberal recorte el número de aviones de combate F35 reclamados por la Armada para sus portaaviones. Pero no ha cancelado el programa de submarinos nucleares Trident, que además de ser enormemente costoso, es totalmente inútil. Después de todo, ¡los estadounidenses podrían objetar!

El balance de la "guerra contra el terror"

En teoría, los Estados Unidos (y sus aliados) llevan ya nueve años en una "guerra contra el terror". En realidad, sin embargo, de guerra no tenía nada. Desde el principio, los medios militares empleados estaban fuera de toda proporción con la amenaza real. La verdad es que la amenaza planteada por Al Qaeda ha sido grotescamente exagerada. Esa organización no tenía los recursos para montar otras operaciones con las dimensiones del 11-S. Ni siquiera han intentado lanzar algo remotamente similar, a pesar de toda la propaganda ruidosa en ambos lados.

Se planteó como misión principal la de derrotar a Al Qaeda, junto con la captura de su líder Osama Bin Laden. Pero dicho objetivo no superaba el alcance de una mera operación policial. Estos objetivos no pueden lograrse mediante el envío de grandes ejércitos al otro extremo del mundo. Los ejércitos son para luchar contra otros ejércitos. Y Al Qaeda no es un ejército.

El verdadero significado de las acciones de los EE UU en relación a Irak fue que, al hacerlo, Norteamérica reclamaba el derecho de intervenir militarmente en cualquier lugar de su elección, para interferir en los asuntos internos de cualquier Estado y derrocar a cualquier gobierno que no sea de su agrado. Bush estaba diciendo, en efecto: "¡Hagan lo que decimos o los bombardearemos!" "¡Hagan lo que queremos, o los invadiremos!" La llamada Doctrina Bush destrozó todo el sistema de relaciones mundiales y la diplomacia que han estado en vigor desde el Tratado de Westfalia en el siglo XVII.

La expresión concreta de la Doctrina Bush fue la invasión de Irak y Afganistán. Pero en lugar de ser una manifestación triunfante del poder del imperialismo de EE UU, estas guerras han puesto en evidencia sus limitaciones. Después del 11-S, la atención de Estados Unidos fue absorbida por una sola región, el área comprendida entre el Mediterráneo y el Hindu Kush. Jugó con las aspiraciones de los grupos étnicos y religiosos, especialmente en Irak y Afganistán, con resultados desastrosos en ambos casos. El imperialismo ha utilizado siempre la cuestión nacional para sus propios fines, usando cínicamente a las naciones pequeñas como monedas de cambio.

En consecuencia, ahora mismo la potencia militar de EE UU ha sido llevada seriamente a sus límites. En 2008, Rusia entró en guerra con Georgia, país aliado de EEUU. Pero Estados Unidos no disponía de las fuerzas para llevar a cabo ningún tipo de intervención. Casi a diario surgen nuevas guerras y conflictos en el mundo, como vemos en Somalia. ¡No pueden hacer frente a todos ellos!

Washington no ha logrado ninguno de sus objetivos declarados en la "guerra contra el terror". Bin Laden no ha sido capturado. La amenaza del terrorismo es mayor de lo que era antes. La invasión de Irak fue una aventura fallida que ya ha finalizado, tal como predijimos, en una humillante retirada del ejército de EE UU. Aparte de miles de soldados de EE UU muertos y heridos, la guerra estaba costando a los EE UU 2.000 millones de dólares cada semana.

Es cierto que tuvieron éxito en la eliminación de Saddam Hussein. Pero esto ha causado más problemas de los que ha resuelto. Irak se encuentra en un caos sangriento. Antes de la invasión, Al Qaeda no tenía bases en Irak. Ahora le sobran. Lo único que han logrado es aumentar la inestabilidad en todo Oriente Medio. En cualquier momento pueden estallar nuevos conflictos y guerras, poniendo en peligro la estabilidad de los regímenes árabes inestables de Egipto, Jordania, Marruecos y Arabia Saudita.

A pesar de los intentos cada vez más desesperados de Obama para alcanzar un acuerdo, la cuestión palestina no se ha resuelto. Sigue siendo una herida abierta. El reciente incidente de las tropas israelíes atacando un buque en aguas internacionales y matando a gente desarmada es un recordatorio gráfico de esto. Este es un escenario de pesadilla para Washington, que está intentando, sin éxito, presionar a los israelíes para que hagan concesiones al ala de derecha de la dirección palestina (Mahmud Abbas).

La única justificación para la guerra en Afganistán es que Al Qaeda lanzó sus ataques sobre los Estados Unidos desde allí. Pero ese ya no es el caso, porque Al Qaeda puede lanzar ataques desde el Yemen, Somalia u otros países. De hecho, no está claro si Al Qaeda ya es capaz de lanzar ataques. En cualquier caso, la guerra en Afganistán ya no tiene razón de ser. El general David Petraeus fue enviado a Afganistán con el objetivo de ganar la guerra. Pero la pregunta ya no es si los Estados Unidos puede ganar o no. Nadie sabe lo que significa "ganar" en esta guerra.

A pesar de haber derrocado a los talibanes e invadido el país, nada se ha resuelto. Hasta la fecha no han logrado ni uno solo de sus objetivos declarados. No han matado o capturado al Mullah Omar. No han destruido a la red de Al Qaeda, que se dedica a lanzar constantemente nuevos ataques terroristas (Bali, Mombasa, Kenya, Somalia...).

La situación de Afganistán es aún peor que antes de la invasión estadounidense. Hay un gobierno títere débil en Kabul, que depende por completo del ejército de EE UU y no duraría ni 24 horas sin él. Los norteamericanos no controlan el resto del país, que está en un estado de caos indescriptible. No pueden retirarse de Afganistán sin provocar un colapso inmediato.

Tarde o temprano, sin embargo, tendrán que salir de Afganistán dejando atrás un lío aún más grande que Irak. Lejos de estabilizar la situación en la región, la han desestabilizado por completo. El desorden se está extendiendo desde Afganistán a Pakistán, que ahora se encuentra en un estado de caos. El infierno afgano, a su vez, ha exacerbado las tensiones entre India y Pakistán, que, recordemos, son dos potencias nucleares.

EE UU enmascaró hipócritamente su estrategia de eliminar a sus enemigos reales o potenciales con el lenguaje de la "democracia" y los "derechos humanos". En realidad, la política militar agresiva de los EE UU se ha visto acompañada de ataques sistemáticos contra los derechos democráticos. Gore Vidal, el escritor norteamericano vivo más importante, ha dicho que las medidas adoptadas por Bush para limitar la Declaración de Derechos constituyen la destrucción de la Constitución republicana. La Bahía de Guantánamo ha entrado en el léxico de la infamia internacional como sinónimo de la violación sistemática y brutal de los derechos humanos.

La llamada guerra contra el terrorismo ha llevado a un fortalecimiento del aparato policíaco-militar y a un debilitamiento de los derechos democráticos, no sólo en los EE UU, sino en muchos otros países. Ha proporcionado la excusa para un asalto a la democracia en todas partes. Personas civilizadas, que normalmente exigirían el respeto de los derechos democráticos, han sido persuadidos para tolerar aberraciones como el secuestro, la tortura, los asesinatos, los bombardeos de objetivos civiles y la sistemática violación de la soberanía nacional: todo sobre la base de una llamada guerra global contra el terrorismo.

La verdad es que en los últimos nueve años la mayoría de los actos terroristas han sido perpetrados por el imperialismo contra gente que nada tienen que ver con el terrorismo. La llamada guerra contra el terror ha actuado como el sargento de reclutamiento más eficaz para el terrorismo. Toda una generación de jóvenes de los países islámicos ha sido empujada en la dirección de Al Qaeda y otras organizaciones yihadistas, no sólo en Pakistán, sino en Gran Bretaña y los propios EE UU. En los nueve años transcurridos desde el 11-S, el mundo, lejos de ser un lugar más pacífico y seguro, nunca ha sido más inseguro, inestable y peligroso.

¡El socialismo es la única salida!

Alguna gente ingenua lamenta la conducta de EE UU, sobre la base de que es ilegal e inmoral. Pero, ¿desde cuándo las relaciones entre los Estados se rigen por las preocupaciones legales y éticas? Solón de Atenas hace mucho contestó a estas argumentos, cuando dijo: "La ley es como una tela de araña: los pequeños quedan atrapados en ella y los grandes la hacen pedazos."

Pacifistas sentimentales lloran y se lamentan de los horrores de la guerra y la violencia. "¡Qué terrible es este mundo en que vivimos!" Sí, es un mundo terrible, pero los horrores de la guerra y la violencia no van a desaparecer debido a las quejas de los pacifistas. La guerra es un producto de las contradicciones del sistema capitalista, y los horrores que vemos todos los días en nuestras pantallas de televisión son sólo los síntomas externos de una enfermedad.

A fin de eliminar los síntomas, primero es necesario realizar un correcto diagnóstico de la enfermedad. Los síntomas que vemos son bien conocidos por los estudiantes de la historia. Se repiten con regularidad en los períodos en que un sistema socio-económico ha dejado de ser útil y se convierte en un obstáculo para el progreso humano. Vemos síntomas muy similares en el período de la decadencia y caída del Imperio Romano, y también en el período de la decadencia del feudalismo.

Para mucha gente que vive en esos períodos las calamidades que aparecen por todos lados anuncian el fin del mundo. No es una casualidad que el cristianismo primitivo, cuyo ascenso coincidió con el declive final de la sociedad esclavista romana, se basaba en la idea de que el fin del mundo estaba cerca. Pero lo previsto en el Libro de las Revelaciones no era el fin del mundo, sino sólo el fin de la sociedad esclavista, que finalmente se derrumbó bajo el peso de sus propias contradicciones. Los bárbaros simplemente le dieron un empujón final y el edifico podrido y decadente se derrumbó.

Los horrores producidos por la crisis terminal del capitalismo serán aún mayores que los experimentados por la sociedad romana en los últimos tres siglos de su existencia. La bancarrota del capitalismo se expresa, no metafóricamente, sino literalmente, en las colosales e insolubles deudas públicas de los EE UU y todas las demás naciones. En su período de senilidad, el capitalismo se ha vuelto completamente parasitario. El sistema financiero inflado e improductivo está chupando la sangre vital de la economía productiva, provocando una hemorragia de su fuerza vital, pero las sanguijuelas no están satisfechas.

Con el fin de pagar las deudas de los bancos, la sociedad en su conjunto está llamada a hacer sacrificios. A los que crean la riqueza de la sociedad, se les informa que deben sacrificar todo lo que han logrado durante los últimos 50 años. Es decir, deben sacrificar los elementos de la existencia semi-civilizada que poseen. Pero el sacrificio es desigual. Nadie pide a los banqueros que se sacrifiquen. Y si bien la escasez de dinero los obliga a hacer alguna reducción en el gasto armamentista, se mantiene como una colosal fuga de la riqueza de las naciones.

En un momento en que a la clase obrera se le dice que no hay más dinero para escuelas, hospitales y jubilaciones, también se nos dice que hacen falta inmensas sumas para fabricar bombas, tanques, satélites y aviones de guerra. Pero está claro que una cosa excluye a la otra. La clase obrera debe oponerse al despilfarro de los gastos armamentistas, contraponiéndolo a un programa de obras públicas útiles: no más armas y tanques, sino más hospitales, viviendas, escuelas y guarderías que es lo que necesitamos.

El enorme potencial que existe a escala mundial está siendo frenado por los estrechos límites de la propiedad privada de los medios de producción y el Estado nacional. Una economía socialista planificada eliminaría este tipo de derroche atroz y sentaría las bases para un rápido desarrollo de las fuerzas productivas y un aumento sin precedentes del nivel de vida. En lugar de discutir cómo recortar las jubilaciones y los salarios, estaríamos en condiciones de implantar un programa de reformas sociales que pondrían todos los logros del pasado en la sombra.

La lucha por el socialismo mundial y una federación socialista mundial es la lucha por un mundo sin guerras. Estamos a favor de un mundo sin fronteras ni barreras arancelarias, un mundo sin pasaportes ni visados. Estamos luchando por un mundo en el que las barbaridades de la guerra y el terrorismo no serán más que un mal sueño del pasado, un mundo en el que el colosal potencial productivo del planeta se realizará mediante un plan armónico de producción socialista a escala internacional.

¿Parece esto difícil? Pero, ¿no es mucho más difícil aceptar la situación actual de desempleo, recortes, guerras, hambre masiva y todos los demás horrores que el capitalismo ha preparado para los pueblos del mundo? La lucha por el socialismo mundial no es una utopía, sino la única salida realista del callejón sin salida en que el capitalismo senil ha sumido a la raza humana. La humanidad necesita una nueva perspectiva. La perspectiva de un nuevo orden mundial socialista es la única perspectiva por la que vale la pena luchar en la primera década del siglo XXI.

Fuente: http://www.corrientemarxista.org/internacional/internacional/232-a-nueve-anos-del-11-s-ies-el-mundo-un-lugar-mas-seguro.html

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martes, 9 de marzo de 2010

Hollywood, o cómo quedarse para siempre en Iraq

Marcos Salgado Digital question

“The Hurt Locker” arrasó con los Oscar, ganó a la ¿favorita? Avatar y por primera vez una mujer, Kathryn Bigelow, se lleva el muñequito dorado como mejor directora. Es noticia, claro. Como Obama, el primer negro que llegó a la presidencia de los Estados Unidos. ¿Vientos de cambio? No, que va.

“The Hurt Locker” no tiene traducción clara al español, idioma en el que se conocerá como “En Tierra Hostil”, “Zona de Miedo” o “Vivir al límite”. O bien, podría haber sido “El muchachito bueno y temerario que es adicto a la guerra”, o mejor: “Menos mal que estamos nosotros, los marines, acá en esta ciudad tan fea y violenta”.

La ciudad fea y violenta es Bagdad. El muchachito es el sargento de primera clase de la Armada de Estados Unidos William James (Jeremy Renner), un temerario especialista en desarmar bombas.

Lo vemos una y otra vez, lidiando con artefactos chiquitos y grandes, ora en un suburbio de Bagdad, ora frente a oficinas de las Naciones Unidas… en la segunda mitad del filme (dura algo más de dos horas) se adentra por su cuenta a las calles oscuras para investigar a los terroristas que arman bombas. También, en una mala tarde, sostiene un duelo de francotiradores en las afueras de la ciudad fea y violenta… así acaba su rotación, y vuelve a casa.

“Los terroristas estacionan un camión en un mercado, regalan caramelos… y explota”, le cuenta a su mujer Connie (Evangeline Lilly, la Kate de Lost) una tarde de lluvia en su bella casa: “Necesitan más técnicos en bombas”, explica nuestro héroe. Y vuelve, claro, a la ciudad fea y caliente y violenta. Fin. Aplausos. Mejor película, mejor dirección, mejor guión original, y otros tres muñequitos más… ahora, a distribuirla en América Latina. Los hombrecitos dorados atraen como nada en los afiches de los cines. Más millones garantizados. Más propaganda de guerra.

Más allá de sus cualidades técnicas y narrativas, cuestión que no compete abordar aquí, “The Hurt Locker” es, esencialmente, propaganda de guerra. De una guerra de ocupación que ya lleva siete años y donde murieron, según cálculos muy conservadores, al menos 100.000 civiles (1), otros, indican que esa cifra supera el millón de personas (2). El detalle de las bajas estadounidenses es más puntilloso: 4.698, hasta ayer (3).

Sin embargo, en la gran ganadora de los Oscar nuestros héroes jamás disparan sus fusiles si no están seguros de que el civil que tienen enfrente representa una amenaza. Se ponen nerviosos, sí. Hasta tienen miedo, pero no disparan. ¿Quién mató entonces a tantos civiles en Iraq? Nuestros héroes, seguro que no.

Por el contrario, allí vemos cómo los marines ayudan a mujeres a salir de zonas peligrosas, a coroneles estadounidenses conversando amablemente con ciudadanos iraquíes, al sargento James desesperado porque no puede quitar un corsé de explosivos a un civil al que los malos, los terroristas, obligaron a convertirse en hombre bomba.

En “The Hurt Locker” puede verse, también, a un grupo de “contratistas” británicos asesinando a dos detenidos (valen 250.000 libras, vivos o muertos). Eso sí, antes nos aclararon que los dos detenidos son dos terroristas muy buscados y una escena más adelante, el sicario muere también. ¿Justicia divina?

Como sea, en esta guerra de Hollywood los ciudadanos de bien podemos sentirnos tranquilos. Mueren los terroristas, pero también sus matadores poco ortodoxos.

Nuestros héroes desean fumar marihuana, pero no la consumen, sólo alcohol. Desean irse de putas, pero no van. Desean ser buenos soldados, pero no saben si lo han logrado. Eso sí, en esta guerra de Hollywood, nadie se pregunta qué hacen nuestro héroes tan lejos de Kentucky o Minnesota.

En “The Hurt Locker” los civiles iraquíes, ésos que ya han muerto por centenares de miles, son hostiles, pero no mucho. En un pasaje del filme, nuestros héroes viajan en un vehículo blindado mientras unos niños les arrojan piedras, el plano siguiente es una subjetiva desde dentro del vehículo, ahí podemos ver las caras de los querubines, están sonriendo. En la guerra de Hollywood los niños no sufren ni repudian, ni mueren, juegan.

Mientras, los marines desarman bombas. Y es que en Iraq son tan necesarios como en la Haití post terremoto, en la Colombia del “narcoterrorismo” o en el Afganistán del inasible Osama. Y para los que tengan dudas de la necesidad que tenemos de que los marines sean la policía internacional, están Hollywood y la primera directora ganadora de un Oscar, y el primer presidente negro, galardonado con el menos glamoroso pero siempre efectivo Premio Nobel de la Paz.

¿Qué sigue en Hollywood? ¿Un filme sobre Yemen? ¿O sobre Venezuela? Ése ya está listo, el protagonista es Sylvester Stallone y se estrena en agosto.

(1) iraqbodycount.org

(2) justforeignpolicy.org/iraq

(3) icasualties.org

Fuente: http://questiondigital.com/2010/03/08/hollywood-o-como-quedarse-para-siempre-en-irak/

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jueves, 3 de diciembre de 2009

Imperialismo pa rato...





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viernes, 15 de mayo de 2009

Que no vuelvan a engañarnos: ¡OTAN no!¡Bases fuera!


UJCE

La fundación, hace 60 años, de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) abrió el paso a la dominación imperialista de EE UU. Otras alianzas político-militares falsamente defensivas como la SEATO en 1954 para el Sudeste asiático y la CENTO en 1955 para el Oriente Medio, siguieron la estela abierta por la OTAN, en la que EE UU afianzó su posición de potencia imperialista hegemónica. Un anillo de alianzas militares situado estratégicamente alrededor del perímetro de defensa de la Unión Soviética cuyo objetivo era estrangular el proceso revolucionario mundial desde su raíz, según la doctrina Truman de “contención del comunismo”.

Sin embargo, tras el derrumbe de la URSS y la disolución del Pacto de Varsovia, la OTAN, lejos de disolverse, ante el fin de la supuesta amenaza que la inspiraba, se ha reforzado.

Durante 60 años, la OTAN ha sido el principal instrumento de dominación imperialista de EE UU en Europa y un factor constante de inestabilidad en el continente. Ha sido el origen de infinidad de provocaciones y acciones de disuasión contra los procesos de cambio en Europa a través de la amenaza del uso de la fuerza y el terrorismo de estado, como se pudo ver durante décadas en Italia, Portugal o Grecia.

Las intervenciones militares de la OTAN en los Balcanes (Kosovo) y Asia Central (Afganistán) no han significado paz y seguridad, sino que han supuesto la defensa violenta de los intereses imperialistas de EE UU y la UE como aliada subordinado.

En nuestro país, el ingreso en la OTAN fue una de las claves de la operación de integración en la Europa imperialista, que se inicia en la transición y culmina con la entrada de España en la Comunidad Europea en 1986. El ingreso, realizado durante la presidencia de Calvo Sotelo apenas un año después del Golpe de Estado del 23-F, culminó el tutelaje de la transición por parte del imperialismo.

El posterior engaño del PSOE con su salto desde el “OTAN: de entrada no” al “OTAN: por el bien de España sí” fue la prueba definitiva. Nadie mejor que Javier Solana personifica la hipocresía del PSOE: de redactar panfletos dando razones por el no a la OTAN a secretario general de la misma.

Las condiciones de permanencia en la OTAN prometidas por el gobierno del PSOE de Felipe González (no integrarse en la estructura militar o no permitir el almacenamiento en territorio español de arsenal nuclear) han sido sistemáticamente incumplidas, violándose la voluntad soberana expresada en el referéndum de 1986.

Ahora, en el 60º aniversario de su fundación, volvemos a escuchar la sarta de mentiras con las que se quiere cubrir la verdadera cara de la OTAN:

La OTAN no es un instrumento para la paz, es un arma del imperialismo.

La OTAN no es factor de estabilidad, es una fuente de inestabilidad.

LA OTAN no refuerza nuestra seguridad, nos quita soberanía.

Que no vuelvan a engañarnos:

¡OTAN NO!

¡Bases fuera!

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sábado, 9 de mayo de 2009

Disculpen la molestia


Eduardo Galeano Página 12

Quiero compartir algunas preguntas, moscas que me zumban en la cabeza.

¿Es justa la justicia? ¿Está parada sobre sus pies la justicia del mundo al revés?

El zapatista de Irak, el que arrojó los zapatazos contra Bush, fue condenado a tres años de cárcel. ¿No merecía, más bien, una condecoración?

¿Quién es el terrorista? ¿El zapatista o el zapateado? ¿No es culpable de terrorismo el serial killer que mintiendo inventó la guerra de Irak, asesinó a un gentío y legalizó la tortura y mandó aplicarla?

¿Son culpables los pobladores de Atenco, en México, o los indígenas mapuches de Chile, o los kekchíes de Guatemala, o los campesinos sin tierra de Brasil, acusados todos de terrorismo por defender su derecho a la tierra? Si sagrada es la tierra, aunque la ley no lo diga, ¿no son sagrados, también, quienes la defienden?

Según la revista Foreign Policy, Somalia es el lugar más peligroso de todos. Pero, ¿quiénes son los piratas? ¿Los muertos de hambre que asaltan barcos o los especuladores de Wall Street, que llevan años asaltando el mundo y ahora reciben multimillonarias recompensas por sus afanes?

¿Por qué el mundo premia a quienes lo desvalijan?

¿Por qué la justicia es ciega de un solo ojo? Wal Mart, la empresa más poderosa de todas, prohíbe los sindicatos. McDonald’s, también. ¿Por qué estas empresas violan, con delincuente impunidad, la ley internacional? ¿Será porque en el mundo de nuestro tiempo el trabajo vale menos que la basura y menos todavía valen los derechos de los trabajadores?

¿Quiénes son los justos y quiénes los injustos? Si la justicia internacional de veras existe, ¿por qué nunca juzga a los poderosos? No van presos los autores de las más feroces carnicerías. ¿Será porque son ellos quienes tienen las llaves de las cárceles?

¿Por qué son intocables las cinco potencias que tienen derecho de veto en las Naciones Unidas? ¿Ese derecho tiene origen divino? ¿Velan por la paz los que hacen el negocio de la guerra? ¿Es justo que la paz mundial esté a cargo de las cinco potencias que son las principales productoras de armas? Sin despreciar a los narcotraficantes, ¿no es éste también un caso de “crimen organizado”?

Pero no demandan castigo contra los amos del mundo los clamores de quienes exigen, en todas partes, la pena de muerte. Faltaba más. Los clamores claman contra los asesinos que usan navajas, no contra los que usan misiles.

Y uno se pregunta: ya que esos justicieros están tan locos de ganas de matar, ¿por qué no exigen la pena de muerte contra la injusticia social? ¿Es justo un mundo que cada minuto destina tres millones de dólares a los gastos militares, mientras cada minuto mueren quince niños por hambre o enfermedad curable? ¿Contra quién se arma, hasta los dientes, la llamada comunidad internacional? ¿Contra la pobreza o contra los pobres?

¿Por qué los fervorosos de la pena capital no exigen la pena de muerte contra los valores de la sociedad de consumo, que cotidianamente atentan contra la seguridad pública? ¿O acaso no invita al crimen el bombardeo de la publicidad que aturde a millones y millones de jóvenes desempleados, o mal pagados, repitiéndoles noche y día que ser es tener, tener un automóvil, tener zapatos de marca, tener, tener, y quien no tiene, no es?

¿Y por qué no se implanta la pena de muerte contra la muerte? El mundo está organizado al servicio de la muerte. ¿O no fabrica muerte la industria militar, que devora la mayor parte de nuestros recursos y buena parte de nuestras energías? Los amos del mundo sólo condenan la violencia cuando la ejercen otros. Y este monopolio de la violencia se traduce en un hecho inexplicable para los extraterrestres, y también insoportable para los terrestres que todavía queremos, contra toda evidencia, sobrevivir: los humanos somos los únicos animales especializados en el exterminio mutuo, y hemos desarrollado una tecnología de la destrucción que está aniquilando, de paso, al planeta y a todos sus habitantes.

Esa tecnología se alimenta del miedo. Es el miedo quien fabrica los enemigos que justifican el derroche militar y policial. Y en tren de implantar la pena de muerte, ¿qué tal si condenamos a muerte al miedo? ¿No sería sano acabar con esta dictadura universal de los asustadores profesionales? Los sembradores de pánicos nos condenan a la soledad, nos prohíben la solidaridad: sálvese quien pueda, aplastaos los unos a los otros, el prójimo es siempre un peligro que acecha, ojo, mucho cuidado, éste te robará, aquél te violará, ese cochecito de bebé esconde una bomba musulmana y si esa mujer te mira, esa vecina de aspecto inocente, es seguro que te contagia la peste porcina.

En el mundo al revés, dan miedo hasta los más elementales actos de justicia y sentido común. Cuando el presidente Evo Morales inició la refundación de Bolivia, para que este país de mayoría indígena dejara de tener vergüenza de mirarse al espejo, provocó pánico. Este desafío era catastrófico desde el punto de vista del orden racista tradicional, que decía ser el único orden posible: Evo era, traía el caos y la violencia, y por su culpa la unidad nacional iba a estallar, rota en pedazos. Y cuando el presidente ecuatoriano Correa anunció que se negaba a pagar las deudas no legítimas, la noticia produjo terror en el mundo financiero y el Ecuador fue amenazado con terribles castigos, por estar dando tan mal ejemplo. Si las dictaduras militares y los políticos ladrones han sido siempre mimados por la banca internacional, ¿no nos hemos acostumbrado ya a aceptar como fatalidad del destino que el pueblo pague el garrote que lo golpea y la codicia que lo saquea?

Pero, ¿será que han sido divorciados para siempre jamás el sentido común y la justicia?

¿No nacieron para caminar juntos, bien pegaditos, el sentido común y la justicia?

¿No es de sentido común, y también de justicia, ese lema de las feministas que dicen que si nosotros, los machos, quedáramos embarazados, el aborto sería libre? ¿Por qué no se legaliza el derecho al aborto? ¿Será porque entonces dejaría de ser el privilegio de las mujeres que pueden pagarlo y de los médicos que pueden cobrarlo?

Lo mismo ocurre con otro escandaloso caso de negación de la justicia y el sentido común: ¿por qué no se legaliza la droga? ¿Acaso no es, como el aborto, un tema de salud pública? Y el país que más drogadictos contiene, ¿qué autoridad moral tiene para condenar a quienes abastecen su demanda? ¿Y por qué los grandes medios de comunicación, tan consagrados a la guerra contra el flagelo de la droga, jamás dicen que proviene de Afganistán casi toda la heroína que se consume en el mundo? ¿Quién manda en Afganistán? ¿No es ese un país militarmente ocupado por el mesiánico país que se atribuye la misión de salvarnos a todos?

¿Por qué no se legalizan las drogas de una buena vez? ¿No será porque brindan el mejor pretexto para las invasiones militares, además de brindar las más jugosas ganancias a los grandes bancos que en las noches trabajan como lavanderías?

Ahora el mundo está triste porque se venden menos autos. Una de las consecuencias de la crisis mundial es la caída de la próspera industria del automóvil. Si tuviéramos algún resto de sentido común, y alguito de sentido de la justicia ¿no tendríamos que celebrar esa buena noticia? ¿O acaso la disminución de los automóviles no es una buena noticia, desde el punto de vista de la naturaleza, que estará un poquito menos envenenada, y de los peatones, que morirán un poquito menos?

Según Lewis Carroll, la Reina explicó a Alicia cómo funciona la justicia en el país de las maravillas:

–Ahí lo tienes –dijo la Reina–. Está encerrado en la cárcel, cumpliendo su condena; pero el juicio no empezará hasta el próximo miércoles. Y por supuesto, el crimen será cometido al final.

En El Salvador, el arzobispo Oscar Arnulfo Romero comprobó que la justicia, como la serpiente, sólo muerde a los descalzos. El murió a balazos, por denunciar que en su país los descalzos nacían de antemano condenados, por delito de nacimiento.

El resultado de las recientes elecciones en El Salvador, ¿no es de alguna manera un homenaje? ¿Un homenaje al arzobispo Romero y a los miles que como él murieron luchando por una justicia justa en el reino de la injusticia?

A veces terminan mal las historias de la Historia; pero ella, la Historia, no termina. Cuando dice adiós, dice hasta luego.



http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-124547-2009-05-08.html



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lunes, 30 de marzo de 2009

“La lucha juvenil contra las guerras imperialistas, por la Paz Mundial”



Luis R Delgado J

Papel de trabajo presentado en el marco del 60 aniversario de la celebración del I Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes


El imperialismo en su insaciable búsqueda de materias primas, mercados para la venta de sus mercancías y mercados de mano de obra barata, cada día procura controlar con mayor efectividad e intensidad diversas zonas del planeta. Para ello utiliza diversos mecanismos como Tratados de Libre Comercio, acuerdos bilaterales, zonas de influencia, con el fin de garantizar su dominio en las diversas regiones continentales.

Sin embargo además de estas medidas políticas, económicas y comerciales, el imperialismo no descarta otras medidas de fuerza como pueden ser las intervenciones armadas a países que sean rebeldes a sus dictámenes y busquen la construcción de un proyecto soberano.

Muchas de estas intervenciones armadas que pueden ser el financiamiento de grupos paramilitares internos o incluso una invasión directa, se hacen bajo el pretexto de la defensa de los derechos humanos y la democracia, sin embargo, son muchos los casos en los cuales fuertes gobiernos despóticos y dictatoriales sumamente opresivos son aliados amigables del imperialismo y éste no ha hecho nada para impedirlo.

Hoy entre las agresiones más importantes que en el plano militar está ejecutando el imperialismo fundamentalmente norteamericano, se encuentran la agresión a Irak y Afganistán, bajo la excusa de la lucha infinita contra el terrorismo, cuando en realidad lo que está detrás de todas estas acciones es el control geopolítico de la región del Medio Oriente y Asia Central, el control de recursos energéticos estratégicos tales como el petróleo y el gas.

El caso más emblemático es el iraquí, que reporta el saldo fatídico que sufre la juventud más pobre en ese conflicto, por un lado los soldados de EEUU muertos (más de 4000) en Irak son jóvenes de zonas rurales, afroamericanos e hispanos, casi ninguno universitario o con profesiones consolidadas. Por otro lado se calculan 1000000 iraquíes muertos en buena parte jóvenes y niños, se estima que se dan casos aberrantes como la detención en prisiones de guerra de más de 170 niños, algunos de 10 años a los cuales se les somete a torturas y violaciones. Esta guerra a provocado que “más de 800.000 escolares han dejado de asistir a la escuela primaria (el 22%) y sólo la mitad de los que completan estudios primarios inician los secundarios. Otros 220.000 niños y niñas refugiados con sus familias en países vecinos están desescolarizados”. Por otro lado, UNICEF estimó que el número de niños menores de 5 años muertos durante la década de los 90 a consecuencia de las sanciones económicas y militares impuestas a Irak fue 500.000 (quinientos mil). El catedrático Kholoud Nasser Muhssin de la Universidad de Bagdad señala que aproximadamente el 60-70% de los niños iraquíes sufren problemas psicológicos.

Otras zonas siguen siendo agredidas bajo el consentimiento y financiamiento del imperialismo tales como Palestina por las políticas genocidas del sionismo, las cuales han implementado un verdadero apartheid, hoy por ejemplo es lamentable la situación de la Franja de Gaza.

Otra zona muy golpeada es Colombia, con la implementación del Plan Colombia y el Plan Patriota bajo el pretexto de la lucha contra el narcotráfico, lo cual ha originado numerosas pérdidas humanas y millones de desplazados por una guerra interna que ya lleva más de 50 años, resaltando en los últimos días el bombardeo indiscriminado a un campamento de las FARC-EP ubicado en zona fronteriza ecuatoriana que le costó la vida a 5 estudiantes mejicanos.

El imperialismo a su vez financia movimientos separatistas en Sri Lanka, diversos países de Europa Oriental, África y Asia generando conflictos étnicos con repercusiones dramáticas. Siendo también una práctica reciente lo que se conoce como golpes suaves o subversión política no violenta impulsada por el Pentágono para el derrocamiento de gobiernos progresistas, tales experiencias se han llevado a cabo exitosamente en Serbia, Georgia y Ucrania, fallando a su vez en Bielorrusia y Venezuela.

Otra acción que ha llevado a cabo el imperialismo es la ubicación de bases militares bien sea de la OTAN o de EEUU en diversos países del mundo, en América Latina y el Caribe, en Asia Central, en Oceanía, o en Europa donde han sido escandalosos los casos de las cárceles clandestinas de la CIA o los vuelos secretos que ésta ha realizado en los últimos años, eso sin contar con la actual propuesta de un escudo anti-misilístico estadounidense ubicado en países de la Europa Oriental que ponen en riesgo la soberanía de Rusia.

Hoy una de las bases militares más cuestionadas es la que está ubicada en Guantánamo-Cuba, donde hay múltiples presos de diversas nacionalidades donde se le aplican torturas y otros procedimientos inhumanos.

Estas diversas agresiones militares y bases desplegadas tienen entre sus objetivos los siguientes (Ceceña 2005):

1) Proteger la soberanía (para el imperialismo global), el territorio y la población de los EEUU y demás potencias imperiales.
2) Prevenir la emergencia de nuevas potencias o de coaliciones regionales hostiles a los designios del imperialismo.
3) Asegurar el acceso incondicional a los mercados decisivos, a los suministros de energía y a los recursos estratégicos.
4) Disuadir, y si es necesario derrotar cualquier agresión contra los planes de los EEUU o sus aliados.
5) Garantizar la libertad de los mares, de las vías de tráfico aéreo y espacial y la seguridad de las líneas vitales de comunicación.

En la actualidad algunas cifras muestran que el gasto militar de los EEUU supera por más del doble al gasto en conjunto de los 20 países con más inversión en el sector militar, todo un verdadero monopolio destructivo.

EEUU hoy es el gendarme que garantiza las relaciones internacionales que mantiene el imperialismo a través de sus centros de poder para el sometimiento y explotación de los países pobres. Esto se demuestra en las recientes agresiones imperialistas y en los escenarios de conflictos donde en su mayoría los gringos están profundamente comprometidos.

Otro importante problema que afecta a la juventud, es que millones de minas terrestres antipersonal y otros restos de explosivos de guerra en todo el mundo constituyen una perversa amenaza para niños y niñas a quienes estos artefactos dejan lisiados, muertos y huérfanos mucho después que las guerras se acaban, según UNICEF. Más del 80% de las 15.000 a 20.000 personas que sufren todos los años las consecuencias de las minas terrestres son civiles, y por lo menos una de cada cinco son menores de edad, según la Campaña para la Prohibición de Minas. El legado mortal de las minas terrestres sobrevive mucho tiempo después de que terminen los conflictos que les dieron lugar. Entre los países más contaminados se encuentran Iraq, Camboya, Afganistán y Angola. Lamentablemente, a pesar del progreso alcanzado en la erradicación de las minas antipersonales, algunos de los países con los mayores arsenales de minas terrestres -China, la Federación de Rusia y los Estados Unidos- todavía no se han comprometido a firmar el Tratado sobre la Prohibición de Minas.

Por otro lado, en todo el mundo hay niños que han sido secuestrados, reclutados y utilizados como soldados. Se estima que en la actualidad 300.000 niños participan activamente en conflictos.

No cabe duda que “las situaciones de guerra son desfavorables para los más jóvenes, porque en este entorno se ven afectados todos los indicadores sociales y económicos: la malnutrición aumenta debido a la baja producción de alimentos y al desplazamiento; los recursos para servicios sociales se destinan a la guerra; al deteriorarse los servicios de salud, aumentan las tasas de mortalidad infantil y de niños menores de 5 años; la destrucción de las escuelas y el desplazamiento de los maestros reduce el acceso a la escolarización y sitúa a los niños ante el riesgo de ser reclutados; y el desplazamiento separa a las familias y priva a los niños de un entorno seguro”. Todos estos elementos ilustran los horribles efectos de los conflictos armados en los niños y niñas.

La realidad social exige entonces la mayor movilización de los pueblos y en particular de la juventud por la erradicación de las agresiones militares y las guerras, todo esto en la búsqueda de la paz mundial y el respeto a la soberanía nacional; en este orden de ideas, deben ser permanentes las movilizaciones en pro del fin de la guerra de Irak y Afganistán; además de reclamar el reconocimiento y respeto del Estado Palestino.

Los y las jóvenes deben rechazar activamente la implementación criminal del Plan Colombia y la existencia de bases militares en diversas partes de Latinoamérica y el Caribe, como Perú, Paraguay, Curazao, Puerto Rico entre otros, que pretenden controlar la riqueza hídrica y biodiversa de la Amazonía o la cuenca del Mar Caribe.

Los y las jóvenes deben encabezar las protestas para la erradicación de las bases militares de la OTAN y norteamericanas que violan todo principio de autodeterminación nacional, en este sentido ha sido ejemplar la conducta del gobierno ecuatoriano que ha exigido la retirada de los estadounidenses de la base de Manta. Otro ejemplo lo constituyen las movilizaciones en Europa contra la presencia de las cárceles clandestinas de la CIA y los acuerdos militaristas de la OTAN, siendo también imprescindible la lucha contra la construcción del escudo anti-misiles en Europa Oriental, ya que este generará sin lugar a dudas otra carrera armamentista nuclear entre EEUU y Rusia, que pone en peligro la supervivencia de la Humanidad.

La juventud mundial debe impulsar la aplicación de la inclusión entre los crímenes de guerra en conflictos armados, tanto internacionales como no internacionales, el reclutamiento o alistamiento de niños menores de 15 años o su utilización para participar activamente en las hostilidades.

Los y las jóvenes deben luchar por la creación de “corredores de paz”, para posibilitar la distribución de suministros de emergencia a las mujeres y los niños y realizar “jornadas de paz” dedicadas a la vacunación y a la prestación de otros servicios de salud a los niños y a sus familias en zonas de conflicto.

En fin, la lucha de la juventud contra las agresiones militares, las guerras y las bases desplegadas, es una lucha justa por la Paz Mundial duradera y el respeto de la Soberanía nacional de los pueblos, condición necesaria para su emancipación y su desarrollo integral. Hoy el problema del militarismo imperialista no es solo un problema de los países pobres y explotados, sino que constituye una realidad negativa que también sufren las sociedades prósperas, quienes se ven sometidas cada vez más a un régimen verdaderamente totalitario y policial. Por esta razón la lucha contra el militarismo es una lucha de la juventud en general a nivel global, una lucha mancomunada que nos debe llevar a la victoria sobre la barbarie capitalista, el imperialismo y la guerra.



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