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lunes, 27 de febrero de 2012

En Siria puede estar en juego el inicio de un cambio en la situación estratégica internacional

Ernesto Gómez Abascal Rebelión

Es verdad, la Guerra Fría concluyó a finales del pasado siglo con la desaparición de la Unión Soviética y los países socialistas en Europa, pero el plan estadounidense de dominación global plasmado en el documento conocido como “El Nuevo Siglo Americano” (Project for the New American Century) y elaborado por un grupo de estrategas neoconservadores y sionistas, continúa en la mente de los políticos de Washington.

El control del Cercano Oriente debido a sus riquezas energéticas y posición geográfica estratégica, la eliminación de aquellos gobiernos que se enfrenten o interfieran sus intereses y excluir la emergencia de nuevas grandes potencias rivales, permanecen como prioridades en la agenda imperial, ya sea para demócratas como para republicanos.

Si las cosas no les han estado saliendo bien en Afganistán e Irak, ello no los llevará a cambiar de planes, solamente tratarán de ajustarlos a las nuevas condiciones. En definitiva, tienen una larga experiencia en métodos de “cambios de régimen”. En América Latina los conocemos bien.

En Libia, incluida desde hace años en la lista de siete países cuyos gobiernos debían ser cambiados [1] , lograron un éxito inicial, y aprovechando las incoherencias y cierta impopularidad de su máximo líder, tras intensa campaña mediática alcanzaron una cobertura de la Liga Árabe que les facilitó la resolución del Consejo de Seguridad, para bombardearla con aviones de la OTAN , destruir buena parte de su infraestructura, asesinar a miles de libios e instalar en Trípoli un gobierno subordinado a sus intereses. Ahora el abundante petróleo libio está más disponible para las empresas estadounidenses y europeas, aunque el caos creado en el país, no deja de provocar un futuro lleno de incertidumbre.

Cuando esto sucedía en Libia, ya la CIA y sus aliados de los Servicios Especiales de la OTAN , venían trabajando sobre el próximo en la lista: Siria. Es reconocido que en Turquía y otros países enemigos de Damasco, especialmente los miembros del Consejo de Cooperación del Golfo, y en áreas de Líbano bajo control de la Coalición del 14 de marzo (dirigida por el clan Hariri, pro saudita y vinculado al gobierno francés), se entrenaron y armaron cientos de sirios, predominantemente sunnitas pertenecientes a la organización ilegal y extremista de los Hermanos Musulmanes, pero también mercenarios de otros países árabes, incluidos comandos preparados para operaciones especiales. Estos recibieron armamento moderno y abundante, equipos de comunicación sofisticado e información obtenida por las redes satelitales de la OTAN.

El gobierno de Damasco, predominantemente alawita [2] , firme aliado de Irán y soporte importante de las fuerzas patrióticas libanesas encabezadas por Hizbulá, que controlan el poder en Beirut, tenía –como tienen todos los de la zona y de una buena parte del mundo, incluidos los países más desarrollados–, problemas reales: represión, falta de democracia y corrupción, y esto provocaba malestar en una parte de la población, que se manifestó al inicio alentada por lo que sucedía en otros lugares de la región, siendo reprimida especialmente donde se originaron, en la sureña ciudad de Daraa, justo en la frontera con Jordania.

La maquinaria de guerra mediática se puso inmediatamente en funcionamiento al igual que hicieron con Libia. Aún sin que sucedan cosas de este tipo, en Cuba, Venezuela y otros países latinoamericanos, somos expertos en conocer como funciona esto, llevamos muchos años sufriéndolo y también sabemos como combatirlos, a pesar de tener condiciones materiales desventajosas debido a los inmensos recursos de propaganda que posee el enemigo.

Contra Siria fueron a por todo. Aún con los defectos que puedan señalársele, su gobierno practicaba una política no sectaria en lo religioso y de relativa justicia social, antimperialista y antisionista, era un aliado de las causas progresistas del llamado Tercer Mundo y un obstáculo a los planes de EEUU e Israel en la región. No tienen serio fundamento quienes alegan, para desprestigiarla, que su política de paz, servía a los intereses de Israel.

Poner un gobierno prooccidental en Damasco, propiciaría el cambio de gobierno en Líbano y posiblemente una nueva guerra allí para liquidar el poder de Hizbulá, ambos aliados de Irán y considerados enemigos por las monarquías sunnitas del Golfo, plegadas a la política de Occidente, que les ofrece protección frente a una pretendida amenaza persa, aunque desde allí, en siglos, no se ha iniciado una guerra contra sus vecinos árabes.

Consumado este plan, irían sobre Teherán con esa fuerza más y en el camino doblegarían la resistencia palestina, obligándola a aceptar las migajas de territorio y los mínimos derechos que los sionistas de Israel estuvieran dispuestos a ofrecerles. El “Gran Medio Oriente” estadounidense se completaría con su extensión a Asia Central y el cerco a Rusia y China quedaría tendido.

Sin embargo Siria no es Libia. Aunque sus dirigentes han cometido innegables errores y actuado con extrema lentitud frente a la conspiración y los planes de sus poderosos enemigos, y perdieron mucho tiempo y terreno, al parecer cuentan con apoyo y recursos internos suficientes para hacerle frente a sus enemigos y derrotarlos, aunque les cueste un alto saldo en destrucción y muerte.

La clara visión de esta perspectiva, parece que fue lo que hizo levantar la mano de los representantes de estas dos potencias en el Consejo de Seguridad el pasado 4 de febrero, para vetar la resolución que, sin importar el contenido de su texto –como ocurrió en el caso de Libia–, abriría las puertas a la intervención extranjera para destruir el país e imponer un cambio de régimen. Las máximas autoridades de ambos países han declarado claramente que existe una línea roja y no están dispuestos a permitir una intervención militar extranjera en Siria.

La firmeza de Moscú y Beijing, y la colaboración que están prestando al gobierno sirio, parece comenzar a cambiar la situación sobre el terreno. El ejército libanés ha sido movilizado hacia la frontera para tratar de impedir que continúe la penetración de suministros y mercenarios hacía la cercana zona de Homs, centro de la sublevación contra el gobierno y cuya ciudad han querido convertir en la Benghazi siria. En los últimos días las fuerzas del gobierno sirio han pasado a la ofensiva allí.

El gobierno de Bagdad, más cercano ahora a la influencia de Irán que a la estadounidense, también está tratando de evitar que extremistas islámicos sunnitas, vinculados posiblemente a Al Qaeda, quienes reciben financiamiento de Arabia Saudita y Qatar, continúen penetrando en territorio sirio. Los últimos atentados terroristas contra población chiita en varios lugares de Iraq, parecen llevar el mensaje de protesta de sauditas y estadounidenses por los cambios de posición, favorables a Siria, adoptados por el gobierno iraquí.

Turquía y Jordania, otros dos países que adoptaron posiciones beligerantes contra el gobierno de Damasco, comienzan a hacer declaraciones más moderadas. Incluso se perciben señales de preocupación en las capitales occidentales ante la posibilidad de que fuerzas islámicas extremistas, afines a Al Qaeda, puedan llegar al poder en Siria en caso de que el gobierno actual sea derrocado.

La situación es muy fluida y en extremo compleja, pero si Siria logra resistir y vencer la agresión imperialista-sionista-contrarrevolucionaria, y si Rusia y China se mantienen firmes en su oposición a la agresión, ello podría implicar una derrota de dimensiones estratégicas. Irán saldría fortalecido y nuevas alianzas podrían establecerse para oponerse a los planes de dominación imperialistas. Los países del grupo BRICS, los nuevos países independientes de América Latina, especialmente el núcleo duro reunido en la Alternativa Bolivariana para las Américas, coincidentes en las principales posiciones de una política exterior que se oponga a la agresión; privilegie la solución de los conflictos por vías negociadas; y defienda la justicia, la soberanía y la no intervención, podrían iniciar el comienzo de un nuevo balance multipolar del mundo.

La grave crisis económica que afecta a las grandes potencias capitalistas y el debilitamiento que ello implica, junto a un auge del movimiento de los indignados, también podría ser una importante contribución a este posible nuevo escenario.

* Ernesto Abascal es cubano, fue embajador en Iraq

[1] Información revelada por el Gral. ® Wesley Clark, Cmdte. en Jefe de la OTAN en entrevista cn Ammy Goodman en el 2007. Incluía a: Irak, Siria, Líbano, Libia, Somalia, Sudán e Irán.

[2] Secta de la rama chiita del Islam, pero que es minoritaria entre la población siria.

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viernes, 10 de febrero de 2012

Siria: La industria de la mentira a toda máquina después de la retirada de los observadores

Red Voltaire

Los órganos de comunicación de los partidarios de la guerra anuncian en coro, este 4 de febrero de 2012, más de 200 muertos en Homs, una ciudad «desangrada», niños torturados y bombardeos «incesantes». Según nos dicen, estamos ante la «más aterradora masacre» registrada desde el comienzo de la «revuelta». Espontáneamente, varios ataques se han producido durante la noche contra las embajadas de Siria en Washington, El Cairo, Kuwait y Londres.

En realidad, después de un breve periodo de calma, la maquinaria comunicacional del Imperio se puso nuevamente en marcha para redoblar la presión sobre el Consejo de Seguridad de la ONU y la opinión pública. Los partidarios de la intervención contra Siria se han dado cuenta de que cometieron un error al enviar una misión de observación in situ.

Los 160 observadores de los 22 países miembros de la Liga Árabe comprobaron la diferencia existente entre la versión de los hechos que defienden los occidentales y la realidad en el lugar de los hechos. Así que la presidencia de la Liga Árabe decidió enterrar el informe de sus propios observadores, informe que ni siquiera ha sido presentado al Consejo de Seguridad de la ONU, a pesar de que se suponía que las nuevas discusiones sobre la cuestión siria debían basarse precisamente en ese documento. El problema es que el contenido del informe contradice varios aspectos de la versión atlantista, y las reglas de la propaganda de guerra determinan que hay que acallar todas las voces que no coincidan con el punto de vista que se pretende imponer.

Y como se niegan a confirmar el guión de la OTAN sobre los hechos en Siria, los observadores se convierten ahora en incómodos testigos. Aunque el Comité ministerial ad hoc de la Liga Árabe decidió por mayoría (4 votos a favor y 1 en contra, el de Qatar) prolongar la misión de observación, los observadores se ven obligados a salir de Siria por razones de «seguridad» luego de que los países del Golfo decidieran retirar a sus observadores y Arabia Saudita difundiese un llamamiento del jeque Al-Aroor a asesinar a los miembros de dicha misión.

El jeque Adnan Al-Aroor, presentado hoy como un musulmán radical, es un ex oficial sirio que en los años 1970 fue arrestado y condenado por violar a varios reclutas que estaban bajo sus órdenes.

Ya refugiado en Arabia Saudita, este individuo creó su propia secta y se ha convertido en uno de los principales predicadores takfiristas y gurú de la oposición anti al-Assad.

Y ahora que Siria se convierte de nuevo en la única voz en posición de desmentir la versión occidental de los hechos, la industria de la mentira montada para llevar adelante esta operación vuelve a ponerse en marcha. Y de nuevo la única fuente que admiten Occidente y los países del Golfo es el autoproclamado Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, con sede en Londres y bajo la dirección de la Hermandad Musulmana.

Aunque que no se presentan pruebas de autenticidad, unas cuantas imágenes borrosas y la yuxtaposición de videos de manifestaciones y de explosiones con testimonios no identificados son más que suficiente para que cientos de medios de prensa se hagan eco de la «información» y la divulguen por todo el mundo, sin tomarse el trabajo de verificarla.

Los rusos y los chinos, presentados como cínicos defensores de mezquinos intereses, son en realidad los únicos miembros del Consejo de Seguridad de la ONU que dan más importancia a los hechos que a la propaganda y que tratan de que el derecho internacional prevalezca ante la mentira.

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martes, 7 de febrero de 2012

Posición del Partido Comunista Sirio ante los ataques imperialistas


Partido Comunista Sirio La Haine

El movimiento de liberación nacional árabe se coloca en primera línea contra el imperialismo global.

El imperialismo, y sobre todo su fuerza de ataque que es el imperialismo estadounidense, ha recibido golpes dolorosos de las facciones del movimiento de liberación nacional árabe, desde la agresión sionista de Israel contra Líbano en 2006 hasta una serie de levantamientos populares contra los regímenes árabes reaccionarios fieles a Estados Unidos y que mantuvieron relaciones estrechas con el sionismo, como los regímenes egipcio y tunecino, cuyas cabezas han caído, aunque los pueblos egipcio y tunecino todavía tienen que hacer más para profundizar y desarrollar su liberación y su revolución nacional.

El imperialismo global lanza hoy un feroz contrataque contra el movimiento de liberación nacional árabe. El rostro más visible de este ataque, en términos de objetivos de expansión, es la agresión de la OTAN contra Libia en plena coordinación con los regímenes reaccionarios árabes. Ha habido un intento de cubrir esta agresión con una fachada de palabras manidas y eslóganes falsarios como «difundir la democracia» y «derechos humanos».

La finalidad principal de la violación de Libia y su brutal saqueo es apuntalar la integridad del imperio, que vacila bajo el embate de las derrotas y las continuas frustraciones.

Lo mismo se puede decir del creciente ataque, perfectamente programado, contra Siria. Un país que tiene una postura clara contra el imperialismo y el sionismo y sus planes expansionistas en la región, un país que apoya los movimientos de resistencia y de liberación, a diferencia de todos los regímenes árabes reaccionarios, del océano al Golfo. Los países imperialistas, así como los regímenes autocráticos traidores del Golfo, dedican grandes recursos, utilizando los métodos más insidiosos y sucios, para derrocar el régimen sirio antimperialista.

El Partido Comunista Sirio lleva tiempo alertando sobre este peligro. En el informe político de la XI Conferencia del partido, celebrada en el mes de octubre de 2010, se afirma textualmente: «Cada vez está más claro que este ataque contra Siria ―con sus múltiples aspectos de presiones políticas, amenazas militares, sabotaje económico y conspiraciones― pretende llevar a cabo transformaciones radicales para cambiar el rostro nacional de Siria, incluyendo el derrocamiento del presente régimen, que depende de una amplia alianza nacional y cuyo principal objetivo es proteger y fortalecer la soberanía nacional».

En lo que respecta a la situación actual en Siria, cabe destacar los siguientes aspectos:

- Los planes del imperialismo y la reacción interna para derrocar el régimen sirio antimperialista mediante amplias rebeliones populares generosamente sufragadas por los regímenes reaccionarios del Golfo, han fracasado, porque la mayoría de las masas populares, sobre todo en las principales ciudades del país, no se ha dejado llevar por ese camino. Por el contrario, en Damasco, Alepo y muchas ciudades sirias ha habido manifestaciones masivas para condenar la conspiración y gritar contra el imperialismo, el sionismo y los árabes reaccionarios.

- Después de este fracaso, las fuerzas reaccionarias han optado por nuevos métodos de naturaleza criminal, como asesinatos selectivos, en algunos casos matanzas colectivas de carácter sectario y actos de sabotaje (como poner bombas en las vías férreas e intentos de incendiar las fábricas, sobre todo las que pertenecen al sector público). Es de destacar que los asesinatos selectivos apuntan sobre todo a hombres de ciencia y de cultura (investigadores, médicos, etc.), así como a militantes de gran experiencia, como los pilotos, para debilitar la capacidad de la defensa nacional. Las matanzas colectivas perpetradas por los terroristas han sido indiscriminadas, sin respetar a niños, mujeres y viejos, para provocar sentimientos de odio y socavar cualquier posibilidad de estabilidad.

- En paralelo con la creciente presión sobre Siria, ejercida desde hace tiempo por los Estados y centros imperialistas o por los regímenes árabes reaccionarios vinculados a estos centros, utilizando la Liga de los Estados Árabes, los reaccionarios árabes despliegan una actividad frenética que brinde un pretexto al Consejo de Seguridad y otros órganos de las Naciones Unidas para tomar decisiones agresivas con la cobertura de la llamada legitimación árabe, que es completamente falsa. Además, los regímenes del Golfo han sufragado generosamente todos los movimientos reaccionarios que operan en Siria.

Turquía ―que es el brazo de la OTAN en la región― desempeña un papel fundamental en el ejercicio de toda clase de presiones sobre Siria, desde las políticas, pasando por las presiones económicas, hasta el respaldo directo a las organizaciones armadas terroristas y la acogida en este país a los jefes de dichas organizaciones.

El régimen de Siria ha aprobado muchas leyes y reglamentos para la expansión de las libertades democráticas en el país. Pero todas estas aperturas han chocado con el rechazo dogmático de las fuerzas reaccionarias. Estas fuerzas están tratando de derribar el régimen, en colaboración con los infiltrados del imperialismo y el sionismo. Mientras Siria mantenga su postura antimperialista, los planes expansivos imperialistas no podrán aplicarse plenamente en el Mediterráneo Oriental, en particular el nuevo gran proyecto para Oriente Próximo o, dicho de otro modo, el gran proyecto sionista.

La posición de Partido Comunista Sirio es clara: luchar contra los planes imperialistas y respaldar al régimen nacional y su postura contra los planes del imperialismo, así como defender las reformas democráticas, que en líneas generales se aproximan a las indicaciones del programa de nuestro partido en este ámbito. Así como la lucha constante para cambiar la orientación económica liberal y todas las leyes que la amparan. No olvidemos nunca que esta orientación es lo que ha abonado el terreno a la labor subversiva de las fuerzas reaccionarias. Su rectificación fortalecerá la postura anticolonial de Siria y la adhesión de las masas a esta política.

Cuando consideramos la situación de Siria debemos tener en cuenta que las fuerzas de oposición no constituyen una alternativa democrática. La fuerza de choque reaccionaria es la organización de los Hermanos Musulmanes, que ha cometido matanzas en estrecha alianza con el imperialismo y los regímenes árabes reaccionarios, mientras los liberales de todos los pelajes son usados como cortina de humo por estas fuerzas oscurantistas.

Preparemos a nuestro pueblo para cualquier eventualidad, incluida la lucha contra una agresión militar. Estamos seguros de que si esta agresión se materializa, Siria será una tumba para los agresores. El pueblo sirio tiene un gran acervo nacional de lucha contra el colonialismo. No en vano uno de los representantes más inteligentes del imperialismo francés, Charles de Gaulle, dijo: «Es ilusorio pensar que se puede someter a Siria»; sí, «Siria no se arrodilla».

Traducción: Juan Vivanco

Fuente: http://www.solidnet.org/syria-syrian-communist-party-kb/2402-13-imcwp-contribution-of-the-syrian-cp-ar

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martes, 6 de diciembre de 2011

EE.UU completando la OTAN asiática para enfrentarse a China

Rick Rozoff CEPRID

Desde que la Organización del Tratado del Atlántico Norte adoptó su primer Concepto Estratégico para el siglo 21 hace un año este mes en Portugal, y en el proceso se acabó casi de formalizar el bloque como una fuerza global de intervención militar, la discusión se ha extendido sobre una asociación colectiva con la Unión Africana de 54 naciones, una “mini OTAN” en el Golfo Pérsico y otra en el Océano Ártico y el mar Báltico, la culminación de la transformación del Mediterráneo en un mar de la OTAN y la “OTANización” efectiva de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), con 10 naciones. [1-5]

La alianza militar dominada por los EE.UU, cuyo actual embajador estadounidense, Ivo Daalder, ha abogado durante años por convertir en una OTAN global en toda regla (con un artículo que lleva precisamente ese título), se expandió desde los 16 a 28 miembros de pleno derecho en la década que comenzó en 1999 y tiene ahora cuarenta socios en cuatro continentes más allá de la zona euro-atlántica bajo los auspicios de programas como la Asociación por la Paz en Europa y Asia, el Diálogo Mediterráneo en África y Oriente Medio, La Iniciativa de Cooperación de Estambul en el Golfo Pérsico, el formato de País de Contacto en la región del Pacífico asiático (Australia, Japón, Nueva Zelanda y Corea del Sur), Programas Nacionales Anuales con Georgia y Ucrania, la Comisión Tripartita Afganistán-Pakistán-Internacional de las Fuerzas de Asistencia de Seguridad, el Consejo OTAN-Rusia, la Misión de Entrenamiento de la OTAN en Irak y la Misión de Entrenamiento de la OTAN en Afganistán (con la versión libia que viene a continuación), un acuerdo bilateral con el Gobierno de Transición Federal en Somalia donde la OTAN ha aerotransportado miles de tropas de Burundi y Uganda para las guerras locales, y otros acuerdos.

La asociación formal con la Unión Africana y la ASEAN daría al único bloque militar en el mundo cincuenta nuevos seguidores en África (Argelia, Egipto, Túnez, Mauritania y Marruecos –este último no es miembro de la Unión Africana- son ya miembros del Diálogo Mediterráneo) y diez en el sudeste asiático: Brunei, Camboya, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam.

Aparte de esto, en septiembre el representante estadounidense permanente de la OTAN Daalder dijo a los periodistas de India que visitaban el cuartel general de la Alianza en Bruselas:

“Pienso que es importante tener un diálogo (con India) y profundizar en ese diálogo”.

“Es a través del diálogo, a través del entendimiento de las percepciones de cada uno y quizá trabajando en las percepciones erróneas que puedan existir, como podremos reforzar las relaciones entre India y la OTAN”.

También sugirió abiertamente que India, miembro fundador del Movimiento No-Alineado, de 120 naciones, debería abandonar su política de neutralidad y colaborar con los EE.UU y la OTAN en el desarrollo de un sistema internacional de intercepción de misiles.

En artículos escritos durante la década pasada, incluido el anteriormente nombrado “OTAN Global” [6] Daalder y sus compañeros funcionarios del Consejo e Institución Brookings de Asuntos Exteriores discutieron la asociación del bloque con otras naciones del mundo bajo el concepto de Daalder de una Alianza de Estados Democráticos y otros mecanismos. Los países mencionados por su nombre son Australia, Botswana, Colombia, Costa Rica, India, Israel, Japón, Nueva Zelanda, Sudáfrica y Corea del Sur. [7]

Inmediatamente después de la cumber de la OTAN en Lisboa, se citó a Daalder pronunciando:

“Lanzaremos la OTAN 3.0”

“No se limita ya a Europa –no es una alianza global pero es un actor global. Tenemos que buscar oportunidades de trabajo con países con los que no habíamos trabajado con anterioridad como India, China y Brasil”.

El mes anterior, en octubre del año pasado, el Secretario General de la OTAN Anders Fogh Rasmussen decía en un video puesto en su blog, “Deberíamos llegar a nuevos y más importantes socios, incluidas China e India”.

Con la OTAN como primer jugador y al mando, quiere decirse. Añadió: “Deberíamos animar las consultas entre los socios y aliados interesados sobre asuntos de seguridad de interés común, con la OTAN como centro de esas discusiones”.

En septiembre de este año dijo a la agencia de noticias Xinhua: “Me gustaría mucho ver un diálogo reforzado entre China y la OTAN”. China e India estaban entre las 47 naciones representadas en la reunión en el cuartel general de la OTAN el 14 de septiembre para discutir las operaciones navales en el Golfo de Adén y más allá en el Océano Índico donde la OTAN lleva a cabo la operación Escudo del Océano. Otras naciones ajenas a la OTAN presentes fueron Australia, Egipto, Indonesia, Japón, Malasia, Nueva Zelanda, Paquistán, Rusia, Arabia Saudí, Singapur, Corea del Sur, Suecia y Emiratos Árabes Unidos. Al mismo tiempo los dos últimos proveían de planes de guerra para la operación Protector Unificado de asalto contra Libia.

Si los arquitectos de la OTAN internacional ven sus ambiciones colmadas, más de 140 de las 194 naciones del mundo serán miembros o socios de la Alianza del Atlántico Norte. Sus tropas, maquinaria militar y bases aéreas o de otro tipo permitirán al bloque dominado por EE.UU llevar a cabo acciones en casi cualquier parte del mundo, como las estrategias militares que el socio de la OTAN Israel ha estado preparando en Rumanía, Grecia y la base aérea de la OTAN en Cerdeña para ataques contra Irán.

Con cada nación del continente europeo y cada nación insular europea a excepción de Chipre miembros ahora, o socios, de la OTAN y con la Alianza firmemente instalada en África, Oriente Medio y el Océano Índico, los EE.UU y sus aliados occidentales están concentrando su fuerza de fuego en el Sudeste Asiático.

La guerra de Afganistán va por su undécimo año y le ha dado a la OTAN la oportunidad de integrar a los militares de quince países de Asia y el Pacífico (icluido Oriente Medio y el sur del Cáucaso en esta categoría) mediante el suministro de tropas y otro personal militar a las Fuerzas de Asistencia para la Seguridad Internacional de la OTAN: Armenia, Australia, Azerbayán, Bahrein, Georgia, Japón, Jordania, Kazajistán, Malasia, Mongolia, Nueva Zelanda, Singapur, Corea del Sur, Tonga, Turquía y Emiratos Árabes Unidos. Todos ellos menos Bahrein y Japón son a lo que el bloque se refiere como Naciones Aportadoras de Tropas, de las que Kazajistán hará la número 49, con su parlamento bloqueando, temporalmente al menos la formalización de dicho estatus.

Antes de su fallecimiento el año pasado el Representante Especial de EE.UU para Afganistán y Paquistán Richard Holbrooke reclutaba a Bangladesh para convertirla en el 50º suministrador oficial de tropas para la guerra de la OTAN en Afganistán. [8]

El Secretario de Defensa Leon Panetta terminó recientemente un viaje de ocho días a Asia, la primera como jefe del Pentágono, en la que visitó Indonesia, Japón y Corea del Sur.

En el primer tramo de su viaje se reunió con los ministros de defensa de diez miembros de la ASEAN. Indonesia detenta este año la presidencia de la organización. El próximo año será transferida a Camboya donde, mientras Panetta estaba en el sudeste asiático, su subordinado el Asistente Diputado y Secretario de Defensa para el Sur y Sudeste Asiático Robert Scher, estuvo dos días de visita para consolidar las relaciones militares con la nación anfitriona, donde el ejército de EE.UU en el Pacífico ha estado dirigiendo los ejercicios militares Centinela Angkor los últimos dos años. Xinhua citó al funcionario del Pentágono diciendo:

“Es una visita fructífera. He participado en una serie de productivos encuentros con el Ministro de Defensa de Camboya y de las Reales Fuerzas Armadas de Camboya (RCAF) para discutir el crecimiento de las relaciones entre EE.UU y Camboya”.

Se le citó además exponiendo que había “discutido acerca de los objetivos de Camboya de cara a la toma de la presidencia de la ASEAN en 2012”.

“El Departamento de Defensa de EE.UU está comprometido a seguir trabajando con las RCAF en el desarrollo de una fuerza profesional que contribuirá a la paz y la estabilidad regional e internacional” y “la responsabilidad general de los EE.UU es aumentar el compromiso con la región de Asia y el Pacífico en el futuro”.

Mientras estaba en Indonesia, se permitió la afectación de identificarse como “un hijo de la costa del Pacífico de EE.UU”, habiendo sido criado en California, igual que su comandante en jefe, el presidente Barack Obama nacido en Hawai se vende a sí mismo como el primer jefe de estado estadounidense del Pacífico.

Se encontró con el Ministro de Defensa indonesio Purnomo Yusgiantoro, según el diario Barras y Estrellas, “para discutir el crecimiento de relaciones militares bilaterales y ensanchar las relaciones con el Sudeste Asiático… tratando entre otras cosas las crecientes pretensiones de China en un área que considera su patio trasero”.

Según sus propias palabras, “He dejado bien claro que los Estados Unidos continúan siendo una potencia en el Pacífico, que seguiremos reforzando nuestra presencia en esta parte del mundo y que seguiremos siendo una potencia… en esta región”.

Más tarde en Japón, el jefe del Pentágono dijo a las tropas estadounidenses en la base aérea de Yokota cerca de Tokio: “No estamos anticipando recortes en esta región. Si acaso reforzaremos nuestra presencia en el Pacífico”. Dos semanas antes la Secretaria de Estado Hillary Clinton había hablado en el mismo sentido: “Probablemente las mejores oportunidades en los años venideros se hallarán en la región del Pacífico asiático, que es por lo que hemos renovado el liderazgo y el rol de preeminencia de Estados Unidos allí”.

En Julio de 2010 Clinton asistió al Fórum Regional de la ASEAN en Hanoi y saltó a la palestra en las disputas entre los estados miembro de la ASEAN y China sobre las islas Spratly y Paracel en el Mar del Sur de China, en esencia comprometiendo a los EE.UU como valedor de la ASEAN frente a China. El encuentro de Panetta con sus diez homólogos de la ASEAN confiere un claro component militar al compromiso.

Mientras en Japón el secretario de defensa celebraba el medio siglo de colaboración militar americano-japonesa consagrada en el Tratado de Cooperación Mutua y Seguridad entre los Estados Unidos y Japón de 1960, añadiendo, “Y así será también durante los próximos 50 años”.

Panetta dijo también a las tropas de EE.UU y Japón concentradas: “Acabo de tener la oportunidad de estar en Indonesia y reunirme con los ministros de defense (de la Asociación de Naciones del Sud-Este Asiático, ASEAN). Y les he transmitido el mismo mensaje: Los Estados Unidos seguirán trabajando con todos ellos para mejorar nuestra cooperación, para mejorar nuestra ayuda, y asegurar que fortalecemos la seguridad para todas las naciones de la región del Pacífico”.

El sudeste asiático tiene una población aproximada de 600 millones, dos terceras partes de la del hemisferio occidental y casi tres cuartas partes de la de Europa. Contiene una de las líneas marítimas más vitales del mundo, el Estrecho de Malaca. El estrecho discurre durante unas 600 millas entre Tailandia, Malasia y Singapur hacia el este y la isla Indonesia de Sumatra al oeste. De acuerdo con la Organización Marítima Internacional de Naciones Unidas, al menos 50.000 barcos pasan cada año a través de esta vía marítima, transportando el 30% de las mercancías con que se comercia en el mundo, incluyendo petróleo del Golfo Pérsico para los principales países de Oriente como China, Japón y Corea del Sur. Hasta 20 millones de petróleo atraviesan diariamente el Estrecho de Malaca, cantidad que no hará sino incrementarse conforme avance el Siglo Asiático. [9]

Desde el final de la Guerra Fría los EE.UU y sus aliados europeos han expandido la OTAN a lo largo de Europa y han combinado ese esfuerzo con la creación de una OTAN asiática que en parte consiste en la reactivación y expansion de otras alianzas militares de la Guerra Fría basadas en la OTAN: la Organización del Tratado Central (CENTO), la Organización del Tratado del Sudeste asiático (SEATO) y el Tratado de Seguridad de Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos (ANZUS).

Pero lo que se está actualmente construyendo es mucho más extensivo que los tres anteriores juntos y es , por otra parte, no complementario sino en connivencia con la OTAN, la Guerra en Afganistán sirve al propósito de unificar Oriente y Occidente bajo control estadounidense y de la OTAN como hicieron las guerras de Corea y Vietnam para la creación de SEATO y ANZUS.

En mayo de 2010 el Consejo Atlántico de los Estados Unidos, el principal lobby de la OTAN en el Hemisferio Occidental y de hecho en el mundo, publicó un artículo de Max Boot, el experto en Estudios de Seguridad Nacional Jeane J. Kirkpatrick Senior, del Consejo de Relaciones Exteriores y conferenciante habitual en la Escuela Militar del Ejército y el Comandante General del personal de la escuela, titulado “Construyendo una OTAN del Este Asiático”

Contenía este pasaje:

“Una que ja escuchada habitualmente entre los funcionarios estadounidenses y analistas politicos es que en el este asiático –una de las zonas más importantes y conflictivas del planeta- no haya una arquitectura de seguridad comparable a la OTAN. Los EE.UU tienen lazos con muchos países clave, destacando Japón, Corea del Sur, Singapur, Filipinas, Australia, Tailandia y Taiwan. Pero no tienen lazos fuertes entre sí y no hay un plan militar conjunto como el que assume la OTAN…” [10]

En los últimos meses el tema de una colaboración military OTAN-ASEAN ha ido cobrando más y más atención.

En agosto el Secretario de Estado Asistente de EE.UU para Asuntos del Este Asiático y el Pacífico Kurt Campbell concedió una entrevista en The Australian en la que dijo:

“Uno de los mayores retos para la política exterior estadounidense es llevar a cabo una transición desde los desafíos inmediatos y desconcertantes de Oriente Medio hacia los acuerdos más profundos y a largo plazo de Asia”.

“Hay una innegable cualidad enérgica en la política exterior china y lo estamos viendo en el Mar del Sur de China y en cualquier parte. Lo que ha funcionado el año pasado es la cantidad de países del Pacífico asiático que estaban preparados para decir a China que una mayor transparencia (de China en asuntos militares) va en interés de la región del Pacífico asiático.

“Pienso que lo que se ve es un esfuerzo (de Estados Unidos) sobre el tablero por lograr que India juegue un papel más importante en Asia, y revitalizer las relaciones con la ASEAN –tanto con la ASEAN como institución como con sus miembros clave, como Indonesia, Vietnam y Singapur, y retomando la que fue una muy importante relación con Filipinas”. [11]

Sus comentarios fueron paralelos a los del jefe de defense Panetta y otros funcionarios del Pentágono al afirmar que con la retirada de tropas de Irak y la reducción de ellas en Afganistán, el Pentágono está enfocando el Este Asiático, con la OTAN para jugar un mayor papel en la política de unos mayores y nuevos Oriente Medio y África para dejar libre al ejército estadounidense de desplazarse hacia el este.

En Julio apareció un artículo en el Jakarta Post con el título “Esbozando una future asociación ASEAN-OTAN” de Evan A. Laksmana, identificado como investigador del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de Yakarta, presumiblemente afiliado al think-tank con el mismo nombre de Washington D.C. Indonesia, recordemos, preside actualmente la ASEAN.

Los comentarios del autor decían:

“Al iniciar la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) su séptima década y al consolidar la ASEAN el edificio de su comunidad regional hasta 2015 y más allá, los cuerpos tienen mucho que aprender el uno del otro”.

“Para la OTAN, la ASEAN cobrará una importancia creciente en el futuro de la estabilidad y el orden asiáticos y podría ser el candidato ideal como homólogo estratégico para enfrentarse a los desafíos comunes regionales y globales de seguridad –especialmente cuando la ASEAN consolida el edificio de su comunidad regional, permitiéndole compartir el papel de la OTAN como una comunidad de naciones con ideas semejantes…

“El valor geopolítico, geoestratégico y geoeconómico del Sudeste Asiático sugiere también que las futuras misiones de la OTAN más allá de su área tradicional de operaciones podría depender cada vez más de la ASEAN”.

Es más, recomendaba:

“Cualquier futura asociación ASEAN-OTAN podría como mínimo situarse en torno a cinco áreas de política principals: mantenimiento de la paz, asistencia humanitaria y auxilio en desastres (HADR), seguridad marítima, reforma de la defensa y antiterrorismo”.

“Estas cinco áreas de compromiso podrían después ejecutarse en cuatro niveles de cooperación: estratégico, institucional, operativo e interpoblacional”.

“Estratégicamente, la OTAN puede comprometerse con la ASEAN en discusiones y diálogo referentes a los cinco aspectos de seguridad usando dos vías.

“En la primera vía, la Reunión Ampliada de los Ministros de Defensa de la ASEAN (formada por todos los países de la ASEAN más Australia, EE.UU, China, Corea del Sur, Japón, India, Rusia y Nueva Zelanda) así como el Foro Regional de la ASEAN (ARF) proveerán de foros para los diálogos importantes.

“En la segunda vía, son cruciales dos agrupaciones: los Institutos ASEAN de Estudios Estratégicos e Internacionales (ASEAN-ISIS), una red de los nueve think-tanks principales del Sudeste Asiático, y el Consejo de Cooperación en Seguridad del Pacífico Asiático (CSCAP), una red de casi todos los think-tank principales del Sudeste Asiático.

“Institucionalmente, la OTAN podría explorar cooperaciones o colaboraciones futuras bien con el Secretariado de la ASEAN, la red de Centros de Mantenimiento de la Paz de la ASEAN, el Centro ASEAN de Asistencia Humanitaria y Auxilio en Desastres, o incluso el Instituto ASEAN para la Paz y la Reconciliación.

“Otras formas de actividades de defensa diplomática como visitas a puertos o intercambio de funcionarios que son más prácticas y ‘neutrales’ podrían ayudar a paliar la sensibilidad de algunos países de la región en cuanto a la visibilidad de la OTAN”.

El escritor termina su pieza con estos comentarios:

“Esto podría aumentar lenta y gradualmente el perfil public y la conciencia de la contribución potencial de la OTAN a la estabilidad de la región.

“Esta es al menos la impresión del autor de las discusiones con varios funcionarios de la OTAN en un viaje reciente.

“”La OTAN debería cuando menos empezar a pensar en asociarse pronto a la ASEAN para evitar sorpresas cuando una nueva crisis regional en ASIA llame a la puerta. Para la ASEAN, si somos serios en el estímulo de la construcción de nuestra seguridad regional, ¿qué daño puede hacer el aprender de una organización multinacional que tiene la mayor experiencia práctica en ese empeño?”. [12]

Tres días después apareció un artículo en la prensa paquistaní titulado “La OTAN llama a la puerta de la ASEAN” del Dr. Jassim Taqui, quien hizo las siguientes advertencias:

“Habiendo fallado en Irak y Afganistán, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ha decidido cambiar de dirección hacia el Sudeste Asiático. A este respecto, la OTAN muestra un abierto interés en establecer una asociación con la ASEAN (Asociación de Naciones del SudEste Asiático)”.

Aunque “los Estados Unidos han estado influyendo en la ASEAN desde 1997”, ahora Washington se combina con India para influir en la region en una puja por neutralizar la naciente cooperación entre la ASEAN y China.

“Durante su visita a la India, la Secretaria de Estado de EE.UU Hillary Clinton urgió a la India a expandir su esfera tradicional desde el Sur de Asia hacia el Asia central y el Sudeste asiático para contener la creciente firmeza de China. Ostensiblemente Clinton al irse de la lengua sugiere una estrategia que aspira a ceñir a China a su patio trasero en el Sudeste Asiático y el Arco del Pacífico por una parte y estimular el compromiso en Asia Central, por otra.

“El tono de Clinton es polémico. Justifica la contención de China por Washington y Nueva Deli en el campo de los ‘valores e intereses comunes’. Clinton también anunció que la administración Obama pronto lanzaría un diálogo a tres bandas con India y Japón como contrapeso a China”.[13]

A principios de año el portavoz del Departamento de Defensa de EE.UU dijo a los periodistas:

“Tenemos 28.500 soldados en la peninsula de Corea. Tenemos, creo, más de 50.000 soldados en Japón. De modo que tenemos ya suficientes efectivos allí. Con nuestra presencia a largo plazo en el Pacífico buscamos maneras de reforzarla incluso, no necesariamente en Corea y Japón, sino a lo largo del Arco del Pacífico, particularmente en el Sudeste Asiático”.[14]

En septiembre un portavoz de la Comandancia del Pacífico de los EE.UU. dijo a The Diplomat “esa búsqueda de la ASEAN de una colaboración en la industria de la defensa regional podría ayudar a los intereses nacionales de EE.UU en el Pacífico Asiático en la medida en que establecería una nueva serie de estándares, de modo parecido a la OTAN, (que) facilitarán la interoperabilidad entre los ejércitos de la ASEAN y de EE.UU”. Exponía también:

“Desde una perspectiva operativa, la adopción de los estándares de la OTAN por parte de la ASEAN podría avanzar en la operabilidad inmediata a largo plazo entre los ejércitos de la OTAN y la ASEAN. Mientras esto mejoraría la acción militar conjunta en misiones en numerosos escenarios, también permitiría a los planificadores de defensa del Pentágono ver a los ejércitos de la ASEAN como un multiplicador de fuerza de avanzadilla para algunos escenarios regionales con adversarios potenciales, incluyendo China”.[15]

A medida que el año se acerca a su final se hace aparente que el Pentágono y su crecientemente global bloque military, la OTAN, se concentran en integrar los ejércitos del Sudeste Asiático en su inexorable deriva hacia la contención y el enfrentamiento con China y aborta el surgimiento de la Organización de Cooperación de Shangai como alternativa no militar viable para ellos en Eurasia.

Notas

1) Africa: Global NATO Seeks To Recruit 50 New Military Partners Stop NATO, February 20, 2011 http://rickrozoff.wordpress.com/2011/02/20/africa-global-nato-seeks-to-recruit-50-new-military-partners

2) US envisions NATO of the Gulf RT, October 31, 2011 http://rt.com/news/us-military-iraq-iran-171/ ... U.S. And NATO Allies Escalate Military Buildup Against Iran Stop NATO,December 6, 2010 http://rickrozoff.wordpress.com/2010/12/06/s-and-nato-allies-escalate-military-buildup-around-iran/

3) Britain Spearheads “Mini-NATO” In Arctic Ocean, Baltic Sea Stop NATO, January 22, 2011http://rickrozoff.wordpress.com/2011/01/22/britain-spearheads-mini-nato-in-arctic-ocean-baltic-sea/

4) Cyprus: U.S. To Dominate All Europe, Mediterranean Through NATO Stop NATO, March 3, 2011http://rickrozoff.wordpress.com/2011/03/03/cyprus-u-s-to-dominate-all-europe-mediterranean-through-nato

5) North Korea As Pretext: U.S. Builds Asian Military Alliance Against China And Russia Stop NATO, December 3, 2010http://rickrozoff.wordpress.com/2010/12/03/north-korea-as-pretext-u-s-builds-asian-military-alliance-against-china-and-russia/ ... After NATO Summit, U.S. To Intensify Military Drive Into Asia Stop NATO, November 17, 2010 http://rickrozoff.wordpress.com/2010/11/17/after-nato-summit-u-s-to-intensify-military-drive-into-asia ... Southeast Asia: West Completes Plans For Asian NATO Stop NATO, October 21, 2010http://rickrozoff.wordpress.com/2010/10/21/southeast-asia-west-completes-plans-for-asian-nato

6) Global NATO, Ivo Daalder and James Goldgeier Foreign Affairs, September-October 2006http://www.foreignaffairs.com/articles/61922/ivo-daalder-and-james-goldgeier/global-nato

7) West Plots To Supplant United Nations With Global NATO Stop NATO, May 27, 2009http://rickrozoff.wordpress.com/2009/08/29/154

8) Bangladesh: U.S. And NATO Forge New Military Partnership In South Asia Stop NATO, September 29, 2010http://rickrozoff.wordpress.com/2010/09/29/bangladesh-u-s-and-nato-forge-new-partnership-in-south-asia

9) Southeast Asia: West Completes Plans For Asian NATO Stop NATO, October 21, 2010 http://rickrozoff.wordpress.com/2010/10/21/southeast-asia-west-completes-plans-for-asian-nato 10) Building an East Asian NATO, Max Boot Atlantic Council, May 12, 2010 http://www.acus.org/natosource/building-east-asian-nato

11) US keeps an eagle eye on Asia The Australian, August 15, 2011

12) Sketching out a future ASEAN-NATO partnership, Evan A. Laksmana Jakarta Post, July 26, 2011

13) NATO knocks the door of ASEAN, Dr. Jassim Taqui Pakistan Observer, July 29, 2011http://pakobserver.net/detailnews.asp?id=105831

14) US considers boosting force in Asia: Pentagon Yonhap News, January 28, 2011http://joongangdaily.joins.com/article/view.asp?aid=2931600

15) A NATO-Like ASEAN?, Eddie Walsh The Diplomat, September 20, 2011 http://the-diplomat.com/new-leaders-forum/2011/09/20/a-nato-like-asean.

Traducido para el CEPRID (WWW.nodo50.org/ceprid) por Manuel Gancedo Florín.

Fuente original: http://www.nodo50.org/ceprid/spip.php?article1294



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viernes, 2 de diciembre de 2011

Pentágono y OTAN contra BRICS


Pepe Escobar Al-Jazeera

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

Pocos se habrán dado cuenta de que la semana pasada la portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Victoria Nuland, anunció enigmáticamente que Washington “dejará de cumplir ciertas obligaciones del Tratado de Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (CFE, por sus siglas en inglés) respecto a Rusia”.

Traducción: desde ahora Washington no informará del nuevo despliegue de su marina global. Se supone que ahora la estrategia de “reposicionamiento” mundial del Pentágono será secreta.

Hay que agregar algunos antecedentes esenciales. La primera parte del CFE se firmó en 1990, cuando todavía existía el Pacto de Varsovia y la OTAN supuestamente debía defender al Occidente “libre” contra lo que se presentaba como un amenazador Ejército Rojo.

La primera parte establecía una reducción significativa de la cantidad de tanques, artillería pesada, jets de caza y helicópteros y que ambas partes hablarían constantemente al respecto.

La segunda parte del CFE se firmó en 1999, en el mundo post-URSS. Rusia movió el grueso de su arsenal detrás de los Urales mientras la OTAN se siguió expandiendo hasta las fronteras de Rusia, traicionando de modo flagrante la promesa que hizo personalmente George Bush padre a Mijail Gorbachov.

Vladimir Putin entró en escena en 2007 y decidió suspender el papel de Rusia en el CFE hasta que EE.UU. y la OTAN confirmaran la segunda parte. Washington no hizo nada en absoluto y pasó cuatro años reflexionando qué hacer. Ahora, incluso las “conversaciones” están en espera.

No interfieran con Siria

Moscú, sin embargo, ya sabe desde hace años hacia dónde va el Pentágono: Polonia, la República Checa, Hungría, Lituania.

No obstante, el sueño de la OTAN es algo completamente diferente: Bosquejado ya en una cumbre en Lisboa hace un año, quiere convertir el Mediterráneo en un lago de la OTAN.

Diplomáticos de la UE confirman, extraoficialmente, que la OTAN discutirá en una reunión clave a principios de diciembre cómo establecer una cabeza de puente muy cerca de la frontera meridional de Rusia para acelerar la desestabilización de Siria.

Para Rusia, una intervención occidental en Siria es totalmente imposible. La única base naval de Rusia en el Mediterráneo Oriental está en el puerto (sirio) de Tartus.

No es casualidad que Rusia haya instalado su sistema de defensa aérea S-300 –uno de los mejores sistemas de misiles tierra-aire para todas las altitudes del mundo, comparable con el Patriot estadounidense– en Tartus. La actualización al sistema S-400, aún más sofisticado, es inminente.

Además, por lo menos un 20% del complejo industrial militar ruso entraría en una profunda crisis si perdiera esos asiduos clientes sirios.

Esencialmente la OTAN –para no mencionar a Israel– sería suicida si tratara de atacar Siria por mar. Los servicios rusos trabajan con la hipótesis de un ataque a través de Arabia Saudí.

Otros países también son muy conscientes de la estrategia de la OTAN de realizar un “remix de Libia”.

Por ejemplo, la reunión de la semana pasada, en Moscú, de los viceministros de Exteriores del grupo de países emergentes BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).

El BRICS no podría ser más explícito: Olvidad una intervención extranjera en Siria, como diciendo que “cualquier interferencia externa en los asuntos de Siria, que no esté de acuerdo con la Carta de la ONU, debe excluirse”.

El BRICS también condena las sanciones adicionales contra Irán (“contraproducentes”) y toda posibilidad de un ataque. La única solución –tanto para Siria como para Irán– son el diálogo y las negociaciones. Olvidad una votación de la Liga Árabe que conduzca a una nueva resolución R2P (“responsabilidad de proteger”) aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU.

Es un terremoto geopolítico. La diplomacia rusa ha coordinado con los otros miembros del BRICS un fuerte golpe en la mesa: lucharemos contra nuevas intervenciones de EE.UU. –“humanitarias” o no– en Medio Oriente. Ahora es Pentágono/OTAN contra el BRICS.

Brasil, India y China observan con el mismo interés que Rusia, igual que Francia (bajo el neonapoleónico Liberador de Libia Nicolas Sarkozy) y Turquía, ambos miembros de la OTAN, han invertido, sin límites, en el contrabando de armas y han apostado por una guerra civil en Siria a la vez que frustran toda posibilidad de un diálogo entre el régimen de Assad y la fragmentada oposición.

Alerta ante el riesgo

Tampoco es un secreto para el BRICS que la estrategia de “reposicionamiento” del Pentágono implica un intento no disimulado de imponer, a largo plazo, una “negativa de acceso” al transporte marítimo chino y a la expansión a mar abierto de la armada de China.

El reposicionamiento actual a través de África y Asia especialmente concierne a cuellos de botella. No es sorprendente que los cuellos de botella cruciales del mundo sean temas de seguridad nacional para China, en cuanto a su suministro de petróleo.

El Estrecho de Ormuz es el cuello de botella crucial del petróleo (aproximadamente 16 millones de barriles diarios, el 17% del petróleo que se comercializa en todo el mundo, más de un 75% exportado a Asia).

El Estrecho de Malaca es el vínculo crucial entre el Océano Índico y el Mar del Sur de China y el Pacífico, la ruta marítima más corta entre el Golfo Pérsico y Asia, con un flujo de unos 14 millones de barriles diarios.

Y Bab el-Mandab, entre el Cuerno de África y Medio Oriente, es el vínculo estratégico entre el Mediterráneo y el Océano Índico, con un flujo de 4 millones de barriles diarios.

El consejero de seguridad nacional del gobierno de Obama, Thomas Donilon, ha estado argumentando insistentemente que EE.UU. necesita “reequilibrar” su énfasis estratégico de Medio Oriente a Asia.

Ese hecho va muy lejos para explicar el envío de marines a Darwin en el norte de Australia, que analicé en un artículo anterior. Darwin está muy cerca de otro cuello de botella, Jolo/Sulu en el sudoeste de las Filipinas.

El primer secretario general de la OTAN Lord “Pug Ismay” acuñó el famoso mantra según el cual el bloque atlantista debe “mantener a los rusos afuera, a los estadounidenses adentro y los alemanes abajo”.

Ahora el mantra de la OTAN parece que es “mantener a los chinos afuera, a los estadounidenses adentro y los rusos abajo”.

Pero las acciones del Pentágono/OTAN -todas parte de la doctrina de la Dominación a Espectro Completo– lo que hacen realmente es juntar más y más a Rusia y China, no solo dentro del BRICS, sino especialmente en la expandida Organización de Cooperación de Shanghái (SCO), que se convierte rápidamente en un bloque económico, pero también militar.

La Dominación a Espectro Completo implica que Washington cerque Asia con cientos de bases militares y ahora sistemas –no probados– de defensa de misiles. Crucialmente, esto implica la amenaza de todas las amenazas: la capacidad de primer ataque.

Pekín, al menos de momento, no ha calificado de actos de guerra la expansión de AFRICOM (el Comando África de EE.UU.) contra sus intereses comerciales, o los marines posicionados en Australia.

Pero Rusia, como en el caso de la expansión de la defensa de misiles a Europa Oriental y Turquía, la “falta de conversaciones” respecto al CFE, y los designios de la OTAN respecto a Siria, es mucho más enérgica.

Hay que olvidar la posibilidad de que los “competidores estratégicos” de EE.UU., Rusia y China, cedan su soberanía o comprometan su seguridad nacional. Alguien tiene que revelar la noticia a esos generales en el Pentágono: Rusia y China no son precisamente Iraq y Libia.

Pepe Escobar es corresponsal itinerante de Asia Times. Su último libro se titula Obama Does Globalistan (Nimble Books, 2009).

Fuente: http://www.aljazeera.com/indepth/opinion/2011/11/2011112991711150824.html

rCR

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domingo, 9 de octubre de 2011

Ante la entrada de España en la estructura del escudo antimisiles de la OTAN


PCPE

Una vez conocida la decisión anunciada ayer por Rodríguez Zapatero, en virtud de la cual España pasará a formar parte del conjunto de países que participan en el denominado “escudo antimisiles” de la OTAN, el Comité Ejecutivo del PCPE declara lo siguiente:

1- El denominado “escudo antimisiles” se trata de una tecnología desarrollada inicialmente por el gobierno de George Bush para repeler supuestos ataques contra EEUU de misiles procedentes de Irán o de la República Democrática Popular de Korea. Este mecanismo militar, que recupera la doctrina de la “guerra de las galaxias” de Reagan y vulnera los acuerdos de desarme, aún vigentes, entre la antigua URSS y EEUU, y supuestamente había sido abandonado en 2009 por decisión de Obama, supone un nuevo paso en la escalada de militarismo y violencia que el imperialismo está desatando para tratar de remontar la profunda crisis estructural en que se halla el sistema capitalista en descomposición.

2- Ante esta situación, el gobierno de Zapatero, el gobierno del PSOE, repite una vez más su tradicional papel de pelele del imperialismo y firme defensor de los intereses de la oligarquía, mediante otra cesión de soberanía a la OTAN, herramienta criminal al servicio de las aspiraciones de dominio mundial de EEUU. La noticia de que la base militar de Rota será integrada en el sistema del escudo, así como la posible puesta a disposición de otras unidades militares, supone un paso más en la total integración de la capacidad militar española en las estructuras imperialistas, hecho precedido por la participación de las tropas españolas en todas las operaciones de saqueo y pillaje de los últimos años en lugares como Libia, Kosovo, Irak o Afganistán. La base de Rota se convierte de esta manera en pieza esencial de la estructura militar norteamericana para África (AFRICOM), vía por la cual la oligarquía española tratará de incrementar su intervención en las crecientes contradicciones interimperialistas y procesos convulsos que se dan en el sur del Mediterráneo y África.

3- El escudo antimisiles de EEUU, ahora presentado como de la OTAN, supone una nueva mascarada por medio de la cual se pretende confundir y engañar a los pueblos. Se enmarca dentro de la dinámica de unidad y lucha en la que están envueltas las distintas potencias imperialistas y donde la Unión Europea, con una capacidad militar muy inferior a los EEUU e incapaz de adoptar una posición autónoma como polo imperialista, prefiere ser subsidiaria de EEUU en la pugna frente a otras potencias como Rusia y China, objetivos últimos de la estrategia geoestratégica y militar de la OTAN.

4- La entrada de España en el club europeo de participantes en el escudo antimisiles, uniéndose a Polonia, Rumanía, la República Checa o Turquía, y que será seguida por otros países de la UE, hay que interpretarla no sólo como el intento final del PSOE por congraciarse con el imperialismo yanki, toda vez que las relaciones con los EEUU se dificultaron tras única decisión acertada de Zapatero en política internacional, que fue la salida de las tropas españolas de Irak, sino principalmente como el reconocimiento de que la Unión Europea no supone ningún contrapeso ni alternativa al imperialismo norteamericano, como pretenden las organizaciones reformistas y oportunistas, sino que es un firme aliado del binomio EEUU-OTAN.

5- Este mecanismo militar, además de operar en el marco de los conflictos interimperialistas que se recrudecen a medida que avanza el proceso de descomposición del capitalismo, se encuadra también en una estrategia que está directamente dirigida contra las masas obreras y populares del mundo, encaminada a convertir a la OTAN en una herramienta capaz de intervenir en un número creciente de países, susceptibles todos ellos de generar procesos revolucionarios dado el constante empeoramiento de las condiciones de vida de las masas populares. Los cada vez mayores compromisos que adopta la oligarquía española, y las clases dominantes en otros países, con las estructuras imperialistas, buscan garantizar la posición de dominio y privilegio, abriendo la posibilidad de intervenciones militares internacionales en el caso de que procesos de lucha revolucionaria pongan el sistema capitalista en riesgo en algunos países.

6- En este marco, el gobierno del PSOE vuelve a plegarse a los intereses del imperialismo más asesino, violando, una vez más, los términos del referéndum de la OTAN de 1986. La socialdemocracia se pone al servicio de las principales potencias imperialistas para tratar de mejorar el peso relativo de España en la pirámide imperialista, en un momento en que la crisis estructural del capitalismo está haciendo que los monopolios españoles pierdan puestos en el escenario económico capitalista mundial. En el marco del actual sistema no hay respeto por la soberanía popular, únicamente caben más militarismo y más reacción

7- Declaramos nuestra solidaridad con todos aquellos pueblos que, día a día, hacen frente a la amenaza imperialista, especialmente a las amenazas de la UE, la OTAN y EEUU. Expresamos nuestro apoyo irrestricto a los pueblos que se resisten a caer bajo la soga de las potencias imperialistas, que luchan por un futuro de igualdad entre los pueblos del mundo, ajenos a los saqueos, invasiones, amenazas y manipulaciones del imperialismo.

8- Exigimos, por tanto, la inmediata retirada de esta decisión que, junto con el desmantelamiento de todas las bases militares extranjeras, se enmarque un proceso de salida de España de todas las estructuras imperialistas de las que forma parte, principalmente de la OTAN y la UE.

Finalmente, hacemos un llamamiento a la clase obrera y sectores populares de nuestro país, así como a las organizaciones sociales, sindicales y políticas que se oponen al imperialismo, a levantar la bandera de la paz y la dignidad, a declarar que las guerras de saqueo y expolio no son las de la clase obrera, sino de la oligarquía y sus monopolios, a luchar por la defensa de la soberanía contra la UE, la OTAN y EEUU.

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martes, 13 de septiembre de 2011

La colonización de Libia y la izquierda occidental: entre el otanismo y el internacionalismo

Albert Escusa La haine

La izquierda occidentalista –de la que forman parte tanto fragmentos mayoritarios de la izquierda institucional europea como corrientes de la extrema izquierda antisistema– va descubriendo sucesivamente la existencia de regímenes “delincuentes”, sus correspondientes dictadores y las recetas para eliminarlos a medida que la propaganda de guerra de los medios de prensa imperialistas focaliza su atención sobre un determinado país no occidental como cobertura para sus planes colonialistas.

El occidente imperialista ha planificado una recolonización descarada, por vía militar, del continente africano, repitiendo el modelo de la Conferencia de Berlín de 1885, donde las potencias europeas occidentales se repartieron África casi al completo y permitieron que únicamente Etiopía existiera como país independiente. En aquella época, la mayoría de partidos socialistas (“marxistas”) occidentales acabaron sucumbiendo a la propaganda colonialista y justificaron las políticas de conquista y esclavitud colonial con unas argumentaciones pretendidamente de izquierdas. Hoy, la izquierda occidentalista se adhiere a la misma posición y justifica por acción o por omisión las políticas colonialistas, los crímenes y las invasiones militares de occidente.

Afortunadamente, la intervención imperialista en Libia está haciendo resurgir a una izquierda internacionalista, solidaria y comprometida que parecía prácticamente desaparecida en occidente y que, por fin, emerge frente a las aberrantes complicidades de la izquierda occidentalista con el colonialismo y los crímenes de las potencias dirigentes de la OTAN. La izquierda internacionalista se consolida progresivamente a través de la solidaridad internacionalista con la resistencia patriótica y anticolonialista en Libia dirigida por el coronel Gaddafi –independientemente de la opinión que se pueda tener de su trayectoria histórica, de sus errores y sus aciertos–, la defensa de la soberanía nacional de los países objetivos del colonialismo y la denuncia del imperialismo y sus innumerables crímenes.

La izquierda occidentalista cómplice del colonialismo otánico

El otanismo y el atlantismo son las formas propias del colonialismo en el siglo XXI, variantes de un eurocentrismo expansionista que promueve la exportación de los derechos humanos y la democracia en versión occidental –el llamado imperialismo “humanitario”– como coartada para la devastación y la colonización de un determinado país en el que hay en juego intereses importantes. Una parte sustancial de la izquierda occidental –y también la izquierda de otras latitudes, que comparte similares puntos de vista– colabora directa o indirectamente con estos fines aportando justificaciones cosechadas entre su patrimonio ideológico. Se trata de la izquierda occidentalista-otanista, cuyos mensajes han sido ampliamente dominantes en los conflictos neocoloniales de los últimos años, principalmente Yugoslavia, Irak y ahora Libia, ahogando en muchas ocasiones a una izquierda internacionalista occidental que se encontraba todavía muy débil y dispersa, al estar sometida a los ataques conjuntos de los medios imperialistas y la izquierda otanista.

Los medios imperialistas utilizan para sus fines técnicas publicitarias clásicas basadas en consignas sencillas y mensajes esquemáticos, repetitivos y claros. Para justificar la necesidad de atacar un país determinado se simplifica la naturaleza de su régimen personificándolo en la figura de su dirigente, que es convertido en una mezcla de demonio sanguinario y siniestro personaje de películas de western americano. El régimen o el dirigente a destruir pierde así toda connotación política para convertirse en una figura semi-religiosa: la personificación del Mal absoluto. De esta manera se le ofrece a la opinión pública occidental un sencillo pack que le permita comprender fácilmente los motivos de la campaña contra el nuevo enemigo de la libertad, sin tener que entrar en espinosas consideraciones económicas, históricas o políticas que podrían crear dudas peligrosas sobre los verdaderos intereses en juego. La cuestión central es ocultar la agresión real de las potencias imperialistas contra un país independiente fabricando una imagen mitológica, la lucha del Bien –la OTAN y/o los rebeldes– contra el Mal –el demonio de turno–. Esta imagen es perfectamente asequible a una población saturada cotidianamente con productos de la industria del entretenimiento norteamericana y afín –como los innumerables productos cinematográficos de propaganda occidentalista–, donde las culturas no occidentales son presentadas como inferiores que deben ser “educadas” por occidente, o bien como entes potencialmente terroristas cuya única razón de existir es un odio obsesivo contra los valores de la democracia y la libertad encarnados en Estados Unidos y sus amigos europeos.

La izquierda occidentalista se mueve a sus anchas en este escenario de criminalización de otras culturas y de demonización semi-religiosa e irracional de cada nuevo enemigo de la libertad, ya que eso le permite no tener que justificar su postura abiertamente pro-colonialista, escudándose en las imágenes potentes creadas por la propaganda de guerra otanista. Para ello elabora sus propios packs ideológicos basados en un productos similares a la ideología neocolonialista otánica, pero con un envoltorio y una campaña publicitaria especializada que, beneficiándose de los mensajes dominantes de los medios imperialistas sobre el próximo demonio a destruir, se dirige a un segmento concreto de “consumidores”: sus propios seguidores o personas potencialmente solidarias con la lucha anticolonialista de los pueblos oprimidos.

La izquierda occidentalista promueve los valores morales y políticos surgidos del mundo occidental imperialista, a los que considera en última instancia superiores a cualquiera del resto del mundo, aunque para expresar la adhesión a estos valores emplee un vocabulario radical y de extrema izquierda. La izquierda occidentalista se transforma en izquierda otanista por el hecho de coincidir con la OTAN en la necesidad de destrucción de los gobiernos y Estados etiquetados como “delincuentes” por el imperialismo.

En el caso de Libia, la izquierda otanista es favorable a la eliminación de Gaddafi y la destrucción del régimen que representa, bien sea apoyando abiertamente la intervención de la OTAN como justificación del imperialismo humanitario, bien sea recurriendo a la acción de unos supuestos “revolucionarios” libios que luchan por la democracia y la libertad frente a la tiranía y que, como se ha demostrado, es una coalición formada por ex funcionarios occidentalistas y corruptos del régimen de Gaddafi aliados a los integristas islámicos y mercenarios de Qatar, Pakistán, Egipto y de Al Qaeda, teledirigidos por la OTAN.

La izquierda otanista está constituida por una mayoría significativa de la izquierda institucional europea, partidos ecosocialistas, renombrados intelectuales de izquierda, algunos llamados anticapitalistas, trotskistas y también algunos seguidores de Lenin –que curiosamente han roto con la política leninista de apoyar los movimientos de liberación nacional–. Además encuentra eco en otras partes del mundo: entre otros, la mayoría de partidos trotskistas y también hasta algún partido comunista árabe que coinciden en convertir en héroes del pueblo a las hordas criminales de integristas torturadores y asesinos, y ni siquiera se molestan en condenar las matanzas de la OTAN.

La izquierda occidentalista hunde sus raíces en un eurocentrismo arraigado en siglos de un salvaje colonialismo occidental sobre los pueblos oprimidos, que encontró apoyos entusiastas en las capas más progresistas de la sociedad del siglo XIX. Es interesante recordar al respecto la profunda reflexión que el escritor palestino Edward W. Said plasmó en Cultura e imperialismo:

«Durante muchas décadas de expansión imperial, en el corazón de la cultura europea latía un inocultable y latente eurocentrismo. Artistas y escritores de vanguardia, la clase obrera, las mujeres, mostraban un fervor imperialista que aumentaba en intensidad y febril entusiasmo al ritmo en que crecía la brutalidad y el insensato control de las potencias europeas y norteamericana sobre los pueblos sometidos. El eurocentrismo penetró la médula misma del movimiento obrero, de las mujeres y de la vanguardia artística: nadie significativo quedó fuera de su alcance».

Este eurocentrismo frecuentemente ha generado un grotesco complejo de superioridad sobre otros ensayos y experiencias políticas alternativas alejadas de los moldes occidentales, normalmente despreciados o poco comprendidas debido a que han sido observadas desde el microscopio occidentalista. Además comporta la defensa de un occidentalismo mesiánico “de izquierdas”, que se acentúa al tiempo que la influencia social y la base de una buena parte de la izquierda occidentalista –especialmente los grupos más radicales– se reduce alarmantemente por el hecho de estar circulando, con velocidad creciente, por los raíles de la dinámica grupuscular, endogámica y atomizadora que suele preceder a las fases de desintegración.

Libia y la doble moral de una parte de la izquierda

La actitud frente a los acontecimientos de Libia ha consagrado una doble moral impune entre una parte de la izquierda, y desgraciadamente no sólo entre la occidental.

Prosiguen con implacable determinación asesina las operaciones militares imperialistas en Libia y se suceden con «normalidad» los criminales bombardeos otánicos contra la población. Las matanzas, las mutilaciones y las torturas salvajes perpetradas por los mercenarios del Consejo Nacional de Transición, de Al Qaeda y del ejército de Qatar han producido miles de víctimas, la inmensa mayoría mujeres, niños y otros civiles inocentes. Al mismo tiempo, en Libia, los medios de comunicación imperialistas han alcanzado un grado de manipulación y desinformación que ha superado con creces incluso las anteriores guerras precedentes, donde las «fosas comunes de Milosevic» o las «armas de destrucción masiva de Saddam» fueron las coartadas fabricadas para el imperialismo humanitario en Yugoslavia e Irak.

Ante esta barbarie monstruosa, ¿cuál es la actitud de la izquierda occidentalista y de otras corrientes de la extrema izquierda que han defendido encendidamente otras causas políticas? Pues ni más ni menos, una actitud que oscila entre la hipocresía y la complicidad de la izquierda occidentalista, y una incomprensible falta de solidaridad entre parte de otra izquierda a la que se le supone de naturaleza diferente.

Hemos visto a organizaciones políticas, artistas e intelectuales pretendidamente de izquierdas rasgarse las vestiduras ante los «bombardeos del dictador Gaddafi contra su propia población» –otra mentira fabricada por el imperialismo–, firmando llamamientos grandilocuentes y comunicados incendiarios contra la «tiranía», y movilizándose en apoyo de la «revolución libia». En cambio, tras varios meses de bombardeos de la OTAN todos estos hooligans de los «revolucionarios libios» que estaban emocionalmente destrozados por «la «represión de la tiranía de Gaddafi contra su propio pueblo», ahora ni siquiera mueven un dedo o incluso apoyan medidas que permiten las matanzas y mutilaciones de miles de libios, la mayoría civiles inocentes, a manos de los ejército otánicos y las bandas de fanáticos asesinos integristas.

Hemos visto a una izquierda que defiende el laicismo o el ateísmo radical en su casa, pero en Libia apoya a los mercenarios islámicos extremistas que quieren destruir el régimen laico de Gaddafi. Una izquierda ultrafeminista en occidente, pero defiende a fuerzas políticas tan “revolucionarias” que pretenden devolver a la mujer a la edad media, al tiempo que ataca al gobierno libio gobierno que promovía la igualdad de género. Una izquierda que en España es ultra republicana y se pelea por demostrar quién odia más a la monarquía española, y en cambio en Libia apoya a los «revolucionarios» seguidores de la monarquía corrupta y neocolonialista suprimida por Gaddafi, aliados también a las siniestras monarquías feudales árabes. Una izquierda que en occidente defiende la expropiación de las riquezas y las nacionalizaciones, pero se opone radicalmente a un gobierno libio que nacionalizó el petróleo y otros recursos en la práctica, no sólo en palabras. Una izquierda que se estremece de emoción ante las fiestas de la “diversidad cultural y étnica” de colectivos de emigrantes típicas de occidente, pero en cambio condena al régimen de Gaddafi que promocionó las diversas etnias de Libia poniendo fin a la supremacía de la tribu de Bengasi. Una izquierda que dice estar a favor de la educación y la salud gratuitas y universales, y en cambio arremete contra un gobierno que trataba de garantizar tales derechos a su población.

Hemos visto una izquierda que en occidente tiene el antirracismo como religión, pero en cambio tolera que los mercenarios otánicos reivindiquen Libia «sólo para los blancos» y persigan, quemen vivos y asesinen a los trabajadores negros extranjeros por el color de su piel. Una izquierda que defiende los «papeles para todos» y ataca a un régimen que dio la nacionalidad a decenas de miles de trabajadores africanos. Una izquierda que dice estar a favor de la “auténtica democracia” y de la democracia directa, pero se horroriza ante la perspectiva de que en Libia existieran formas de participación directa. Una izquierda que dice estar contra la OTAN y ataca a uno de los pocos dirigentes que se opuso al establecimiento del Africom, la OTAN africana dirigida por Estados Unidos. Una izquierda que defiende el derecho de autodeterminación, pero sólo si es en su propio país o en lugares donde las potencias otánicas tienen intereses claves. Una izquierda que defiende la “justicia” como un principio universal, pero que tolera los intentos de asesinato de Gaddafi sin ningún tipo de juicio y el asesinato de varios de sus familiares por las bombas de la OTAN. En fin, una izquierda que defiende que los derechos humanos tal y como se entienden en occidente son principios universales inviolables y sagrados, pero no mueve un dedo cuando conoce que los mercenarios otánicos torturan y asesinan en masa, como jaurías de bestias salvajes, no sólo a partidarios de Gaddafi sino también a ciudadanos libios inocentes y a los trabajadores negros.

Hemos visto también recientemente a buena parte de la izquierda mundial –en este caso especialmente a la izquierda no occidental– rasgándose las vestiduras contra el presidente Hugo Chávez al que se le acusaba de «violar el derecho internacional» acerca de la política seguida por el gobierno bolivariano respecto a supuestos miembros de las guerrillas de las FARC y algún activista colombiano de izquierdas. Se han derrochando ríos de tinta, se han convocando movilizaciones, se han llenando miles de páginas de encendidas protestas airadas y listas de notables intelectuales izquierdistas y premios Nobel, y se han constituido asociaciones para protestar airadamente contra las decisiones del gobierno venezolano; en cambio una parte de esta izquierda que casi quería quemar en la hoguera a Chávez y a su gobierno –por fortuna, otra parte sí que está activamente pronunciándose a favor del pueblo libio– permanece ahora en el más absoluto silencio respecto un suceso que afecta a la vida de millones de personas y a la soberanía nacional de un país agredido por la OTAN, suceso que a todas luces es miles de veces más grave que la supuesta injusticia cometida contra algunas personas concretas por más que sean luchadores revolucionarios. ¿Acaso en Libia no se está pisoteando miles de veces más el «derecho internacional» que se considera sagrado para un grupo de ciudadanos colombianos, con el resultado de miles de muertos y la devastación del país? ¿Dónde están ahora los defensores heroicos del «derecho internacional violado», especialmente los intelectuales de renombre?

¿Tiene derecho a defenderse un país agredido?

¿Tiene derecho a defenderse un país y un gobierno que es atacado bárbaramente por fuerzas extranjeras, sin declaración previa de guerra y tras una campaña de mentiras y difamaciones? Según la izquierda occidentalista, no tiene ningún derecho a defenderse.

Si pusiéramos como modelo de derrocamiento por fuerzas invasoras, en coordinación con elementos internos, de un gobierno y un régimen legítimo surgido de la voluntad popular que promueve reformas sociales, reconocido por las instituciones internacionales y protegido por el derecho internacional, la inmensa mayoría de la izquierda occidental evocaría instantáneamente la rebelión de sectores civiles y militares de extrema derecha contra la República española y el gobierno del Frente Popular en julio de 1936, seguida de la inmediata invasión de los ejércitos fascistas de Hitler y Mussolini.

Pues bien, una situación probablemente mucho peor está sucediendo en Libia en estos momentos: un gobierno legítimo, miembro de la o­nU, protegido por este derecho internacional y reconocido por la llamada “comunidad internacional”, un gobierno que además había realizado una política de reformas sociales, está siendo derrocado y su población civil aniquilada impunemente por unas fuerzas militares extranjeras en coordinación con elementos locales insurrectos extremistas, amparándose en la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Esta resolución –ya de por sí un atentado a la soberanía nacional y totalmente unilateral, puesto que se basaba en informaciones de los medios de comunicación occidentales que se han demostrado completamente manipuladas– ni permitía armar a los llamados “rebeldes”, ni el derrocamiento del gobierno libio, ni el asesinato de Gaddafi y sus familiares, ni tampoco el bombardeo indiscriminado de la población civil, tan sólo establecía la creación de una zona de exclusión aérea y un bloqueo de armas a Libia.

Nadie en su sano juicio entre la izquierda occidental en 1936 le negaría el derecho la República española –que, a diferencia de Libia, era una metrópoli colonial que poseía el Marruecos español, el Sáhara y la Guinea española– la lucha armada contra la invasión fascista. Y al igual que en 1936 la gran prensa burguesa mundial acusaba a los republicanos de cometer multitud de atroces crímenes manipulando la información y mintiendo, se utiliza hoy la misma técnica contra el régimen de Gaddafi. Las diferentes corrientes de la izquierda occidental que en 1936 se movilizaron para ayudar a la República española y condenaron la participación de Hitler y Mussolini, hoy en gran parte permanecen sordas y mudas, impávidas ante las matanzas de los nuevos caudillos nazi-otanistas. Si en 1936 las bombas incendiarias de la Legión Cóndor alemana contra Madrid y Gernika levantaban a una opinión pública mundial indignada y a los partidos de izquierdas, hoy ni siquiera hay interés en condenar los mucho más mortales bombardeos de la Legión Cóndor otánica contra los Gernikas libios.

¿Por qué hoy la inmensa mayoría de la izquierda occidental no sólo se niega a apoyar, sino que incluso socava la lucha patriótica anticolonial del pueblo libio y ni siquiera mueve un dedo por las víctimas de las matanzas nazi-otánicas? Sencillamente, porque la izquierda otanista considera a estas víctimas como los “daños colaterales” necesarios para implantar en Libia los valores que defiende; porque para esta izquierda son más tolerables los crímenes de los políticos atlantistas y los regímenes imperialistas herederos de aquellos que cometieron genocidios contra decenas de millones de indígenas y esclavos negros; porque es una postura políticamente correcta silenciar los millones de crímenes del imperialismo y los de Sarkozy, de Obama, Cameron y otros asociados menores, y cebarse en los crímenes –reales o supuestos– que se le atribuyen al demonio de turno, en este caso Gaddafi.

¿Era Gaddafi un agente del imperialismo en Libia?

La izquierda occidentalista promueve el derrocamiento de Gaddafi con el argumento de que era un agente del imperialismo en Libia.

Hasta hace pocos años Libia fue duramente aislada y bloqueada por los regímenes imperialistas, sufriendo un estancamiento económico y el aumento de problemas sociales. Para romper el aislamiento, desaparecido el antiguo bloque soviético con el que tenía buenas relaciones, se optó por una retirada política mediante concesiones y reformas liberales que pusieron a parte de la economía y el petróleo en manos occidentales y se desarrolló la corrupción entre sectores del régimen. La cooperación parece que alcanzó incluso a los servicios de inteligencia, que habrían trabajado –según algunas informaciones de la prensa imperialista, muy poco fiable– con la CIA y el MI6 en la persecución del terrorismo islámico. Gaddafi fue recibido con honores por todos los jefes de Estado occidentales, incluyendo Sarkozy, Berlusconi y Obama entre otros.

Pero Gaddafi no fue un agente del imperialismo como afirma la izquierda otanista. Hay evidencias de peso que muestran que varias corrientes políticas se desarrollaron en el interior del régimen de la conocida como Jamahiriya Árabe Popular Socialista. Estas corrientes desarrollaron intereses contrapuestos y sus propios calendarios políticos: desde los más afines a posiciones “socialistas” o, para entendernos, defensores de la igualdad y los derechos sociales –entre ellos el propio Gaddafi– así como de independencia nacional y panafricanismo, hasta los sectores más liberales y pro-occidentales, muchos de los cuales se desmarcaron del régimen y formaron parte de la conjura que preparó Francia para desencadenar la rebelión al servicio de la OTAN. El régimen libio, además, se estableció sobre una sociedad tribal relativamente frágil debido a las posturas tradicionalmente pro-colonialistas y monárquicas de la tribu de Bengasi y la potencial influencia desestabilizadora del islamismo radical, constantemente reprimido. Esta sociedad tribal, además, tenía sus canales de poder político y de participación directa en el régimen libio, resultando de todo ello una compleja interacción con las diferentes corrientes políticas del régimen y con el propio Gaddafi, que al parecer en determinados momentos quedó en minoría frente a algunas decisiones políticas importantes, como la de disolver ministerios corruptos.

No obstante, a ojos de gran parte del pueblo libio, la figura de Gaddafi seguía manteniendo un elevado valor simbólico como referente vivo de la independencia del país. Además, como suele suceder en otras experiencias revolucionarias –sobre todo cuando las revoluciones atraviesan dificultades económicas– es muy posible que la juventud de las ciudades fuera también mucho más receptiva a los valores, ideas y modelos culturales occidentales, procedentes de la globalización imperialista. De todo ello resulta un régimen y una sociedad libia mucho más compleja de lo que la ridícula qaesquematización occidental pretende. La deserción de los sectores más liberales y pro-occidentales del régimen libio –según parece tras la decisión de Gaddafi de revertir algunas políticas neoliberales– y las dificultades sociales provocadas por el bloqueo imperialista y las políticas neoliberales, fue aprovechada por el imperialismo–en el contexto de la controvertida “primavera árabe” que sacudió algunos regímenes del norte de África– para preparar la insurrección de Bengasi, que ya había sido decidida por Sarkozy desde mucho antes, tras comprar a desertores de Gaddafi y a las hordas asesinas de integristas islámicos. Sarkozy recibió rápidamente el apoyo cómplice de Obama, Berlusconi, Zapatero y Cameron –que no querían perder su parte del botín– entre la incomprensible inhibición de Rusia y de China, que perdían una posición estratégica en el mediterráneo.

Es curioso ver con qué facilidad la extrema izquierda etiqueta de «agente del imperialismo» a cualquiera que se le antoje, según el capricho ideológico de cada uno. Para algunos, Fidel Castro sería un agente del Partido Demócrata estadounidense por algunas declaraciones positivas que hizo sobre Kennedy, Carter o sobre Obama al principio de su mandato, o un agente del “imperialismo chino” por el comercio que tiene Cuba con este país. Para otros, Lenin y los bolcheviques eran agentes del imperialismo alemán ya que fueron los alemanes quienes pusieron un tren a disposición de Lenin para que éste entrara secretamente en Rusia con la esperanza de que los bolcheviques crearan dificultades al gobierno ruso. Más adelante, Lenin y Trotsky de nuevo fueron acusados de agentes del imperialismo alemán por negociar separadamente la paz con Alemania en 1918 cediéndoles una tercera parte del territorio ruso como indemnizaciones de guerra. Volvieron los bolcheviques y Lenin a ser agentes del imperialismo alemán cuando negociaron secretamente el Tratado de Rapallo en 1922 que, entre otros acuerdos, estipulaba la posibilidad de que el ejército alemán se entrenara secretamente en territorio soviético.

La lista de «traiciones» para la izquierda otanista sería interminable, tanto como el interés que exista en impedir los movimientos de solidaridad con pueblos concretos, pero eso no responde las preguntas necesarias: ¿era Gaddafi un agente del imperialismo? ¿Acaso el imperialismo derrocó a Franco, Salazar, Sukarno, Pol Pot, Pinochet, el Sha de Persia, las dictaduras argentinas, las monarquías despóticas y sanguinarias de Qatar, Bahrein, Arabia Saudí, los tiranos Batista, Somoza y tantos otros semejantes? ¿Por qué en Libia y en Siria se produce la injerencia occidental, y no en las monarquías árabes o en Yemen donde ha habido fuertes insurrecciones populares con decenas o cientos de muertos? ¿Tiene la izquierda otanista alguna respuesta creíble?

Conclusión

La invasión otanista de Libia forma parte de la larga cadena de agresiones y genocidios que el imperialismo viene perpetrando a diestro y siniestro desde que la Unión Soviética –cuya sola existencia hacía imposible que se cometieran estas monstruosas barbaridades– comenzó su declive y dejó de existir. Así, la primera guerra del golfo contra Irak, las guerras de Yugoslavia, la invasión de Afganistán, el genocidio del Congo, la segunda guerra contra Irak, la colonización francesa de Costa de Marfil y finalmente la guerra contra Libia –sin contar un buen número de conflictos menores, como los sucesos del Tíbet o la intervención silenciosa en muchos países de África–, muestran la senda por la que ha decidido avanzar el imperialismo moderno. Algunos han denominado a esta política la “guerra infinita” y otros la “balcanización” del planeta. Son conceptos que definen muy bien las formas que adopta el imperialismo moderno para conquistar un país. Pero su esencia real es que se trata pura y simplemente de una política de conquista colonial.

Mientras Libia se convierte en un inmenso cementerio colectivo y sus pueblos y ciudades son reducidos a escombros, la izquierda occidentalista se muestra impasible ante las matanzas de la OTAN o incluso apoya los designios del imperialismo para Libia y el resto del continente africano con sus irracionales y fantásticas argumentaciones pseudo-izquierdistas. Los regímenes que el imperialismo instaura en los países que conquista generan un grave deterioro de las condiciones de vida, privatizaciones salvajes, empobrecimiento masivo, retroceso brutal de los derechos sociales y de la igualdad de género, odios interétnicos y, además, convierten el país en protectorados del atlantismo dirigidos por las embajadas occidentales que instalan bases militares de la OTAN. Pero eso, para la izquierda occidentalista, no tiene ninguna importancia.

Por fortuna, frente a las repulsivas manifestaciones de fervor neocolonial de la izquierda otanista, comienza a emerger la izquierda internacionalista y solidaria en occidente, sumándose a los posicionamientos inequívocamente anticolonialistas de los gobiernos de Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Ecuador así como el de Zimbabwe, Sudáfrica y la Unión Africana –por ahora–, además de un gran número de intelectuales africanos anticolonialistas. Esta tendencia se refuerza por las voces valientes de intelectuales y organizaciones políticas de la izquierda occidental que se oponen a la barbarie otanista. Esta izquierda defiende que el futuro de Libia debe decidirlo el pueblo libio sin que intervenga la injerencia imperialista. No sólo eso: también ha tomado conciencia de que Libia, como preámbulo probable de Siria, de toda África y de Oriente Medio, está siendo invadida por el neocolonialismo otanista y que Gaddafi –independientemente de la opinión que merezca o de sus aciertos y errores pasados– ahora mismo está liderando la lucha patriótica de liberación nacional y por ello merece la solidaridad internacionalista.

Si la defensa que hizo la Segunda Internacional socialdemócrata de la participación en la I Guerra Mundial y su pasividad o justificación de la esclavización de los pueblos colonizados provocó la ruptura de Lenin y los internacionalistas, hoy la actitud ante el neocolonialismo y la opresión de los pueblos oprimidos debería mostrar la diferente naturaleza de los partidarios del otanismo y los partidarios del internacionalismo, de la pseudo-izquierda occidentalista y neocolonialista, y de la izquierda comprometida y solidaria. Para ello, la izquierda internacionalista debería rechazar entrar en oscuras transacciones con la izquierda otanista basándose en estrechos cálculos electoralistas, y en un pragmatismo que daña la solidaridad con los pueblos oprimidos a cambio de mezquinas perspectivas de vida en las entrañas institucionalistas del propio país.

La izquierda crítica y valiente, que no tiene miedo a desafiar las mentiras imperialistas y lo políticamente correcto, puede ser la base de la reconstrucción del internacionalismo, el anticolonialismo y la solidaridad. Estos son los elementos sin los cuales es imposible que la izquierda occidental resucite como alternativa creíble ante unos trabajadores occidentales influenciados por décadas de un nacionalismo imperialista y un eurocentrismo brutalmente alienante contra los pueblos oprimidos, hechos históricos que permiten entender el apoyo que encuentran las formaciones de extrema derecha y racistas entre amplios sectores obreros y populares de occidente: el colonialismo en el exterior con su nacionalismo imperialista retroalimenta las tendencias racistas, reaccionarias y fascistas en el interior, y provoca la división de la clase obrera. La izquierda internacionalista, si quiere convertirse en alternativa para los trabajadores occidentales, deberá en primer lugar romper este círculo vicioso.

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jueves, 8 de septiembre de 2011

La verdadera guerra comienza ahora


Pepe Escobar Asia Times Online

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

Basta de hablar de la caída del Gran G. Ahora llega lo fundamental: Afganistán 2.0, Iraq 2.0, o una mezcla de ambos.

Los “rebeldes de la OTAN” siempre han asegurado que no quieren ocupación extranjera. Pero la OTAN –que posibilitó la victoria– no puede controlar Libia sin tropas sobre el terreno. Por lo tanto, en la central de la OTAN en Mons, Bélgica, juegan con múltiples escenarios, bajo una cobertura de terciopelo de las Naciones Unidas.

Según los planes que ya se han filtrado, podrá haber tarde o temprano soldados de las monarquías del Golfo Pérsico y de aliados amistosos como Jordania y especialmente Turquía, miembro de la OTAN, también muy ansiosa de obtener grandes contratos comerciales. Casi ninguna nación africana formará parte del asunto, ahora se ha "reubicado" a Libia en Arabia.

El Consejo Nacional de Transición (CNT) estará de acuerdo –o lo obligarán a estar de acuerdo– si Libia cae, o cuando caiga, en el caos. A pesar de eso será extremadamente difícil que le acepten, mientras las extremadamente dispares facciones de los “rebeldes de la OTAN” consolidan frenéticamente sus feudos, y se preparan para volverse unas contra otras.

No existe evidencia hasta ahora de que el CNT –fuera de arrodillarse ante el altar de las naciones miembros de la OTAN– tenga la menor idea de cómo administrar un paisaje político complejo en Libia.

Cañones sin rosas

En Libia todos están ahora virtualmente armados hasta los dientes. La economía está paralizada. Ya ha comenzado una obscena disputa encarnizada por quién controlará los miles de millones de dólares descongelados de Libia.

La tribu Obeidi está furiosa con el CNT porque no ha habido ninguna investigación sobre el asesinato del comandante del ejército rebelde Abdul Fattah Younis el 29 de julio. Los miembros de la tribu ya han amenazado con tomarse la justicia por su mano.

El principal sospechoso del asesinato es la brigada Abu Ubaidah bin Jarrah, una milicia fundamentalista islámica de la línea dura que rechaza la intervención de la OTAN y se niega a combatir bajo el CNT, calificando tanto al CNT como a la OTAN de “infieles”.

Luego existe la pregunta empapada en petróleo: ¿Cuándo organizará la nebulosa del Grupo de Combate Islámico de Libia (LIFG, por sus siglas en inglés) su propio golpe para eliminar al CNT?

En todo Trípoli hay ecos gráficos del infierno de las milicias en Iraq. El ex recurso de la CIA y ex detenido de la “guerra contra el terror”, general Abdelhakim Belhaj –surgido del círculo Derna, la zona cero del fundamentalismo islámico en Libia– es el líder del nuevo Consejo Militar Trípoli.

Ya han sido lanzadas acusaciones por parte de otras milicias de que debe irse ya que no combatió por la “liberación” de Trípoli, lo quiera o no el CNT. Eso significa esencialmente que la nebulosa LIFG-al-Qaida combatirá tarde o temprano en una parte de la futura guerra de guerrillas, contra el CNT, otras milicias, o ambos.

En Trípoli, los rebeldes de Zintan, en las montañas occidentales, controlan el aeropuerto. El banco central, el puerto de Trípoli y la oficina del primer ministro están controlados por rebeldes de Misrata. Bereberes de la ciudad montañosa de Yafran controlan la plaza central de Trípoli, pintada ahora con espray “Revolucionarios de Yafran”. Todos estos territorios están claramente identificados como advertencia.

Mientras el CNT, como unidad política, ya se comporta como un gobierno en las últimas; y mientras las milicias simplemente no desaparecen, cuesta también imaginar Libia como un nuevo Líbano; la guerra en el Líbano comenzó cuando los vecindarios de Beirut se repartieron entre suníes, chiíes, maronitas cristianos, nasseristas y drusos.

La libanización de Libia, además, incluye la letal tentación islámica, que se propaga como un virus por toda la Primavera Árabe.

Por lo menos 600 salafistas que combatieron en la resistencia suní iraquí contra EE.UU. fueron liberados de la prisión Abu Salim por los rebeldes. Es fácil imaginarlos aprovechando el saqueo generalizado de Kalashnikovs y de misiles antiaéreos soviéticos Sam-7 lanzados desde el hombro para reforzar su propia milicia islamista de la línea dura siguiendo sus propios planes, su propia guerra de guerrilla.

Bienvenidos a nuestra ‘democracia’ racista

La Unión Africana (UA) no reconocerá al CNT; de hecho, acusa a los rebeldes de la OTAN de asesinatos indiscriminados de africanos negros, considerados todos como “mercenarios”.

Según Jean Ping de la UA: “… El CNT parece confundir a negros con mercenarios… [Parece pensar] que todos los negros son mercenarios. Si se hace algo semejante significa que un tercio de la población de Libia, que es negra, también son mercenarios.”

El pequeño puerto de Sayad, a 24 kilómetros al oeste de Trípoli, se ha convertido en un campo de refugiados africanos negros aterrorizados por la “Libia libre”. Médicos sin Fronteras descubrió la existencia del campo el 27 de agosto. Los refugiados dicen que desde febrero comenzaron a ser expulsados por los propietarios de los negocios en los que trabajaban, acusados de mercenarios, y que los están acosando desde entonces.

Según la mitología rebelde, el régimen de Gadafi estaba protegido esencialmente por murtazaka (“mercenarios”). La realidad es que Gadafi empleó un contingente de combatientes africanos negros, de Chad, Sudán y tuaregs de Níger y Mali. La mayoría de los africanos negros sub-saharianos de Libia son trabajadores emigrantes con trabajos legales.

Para ver por dónde van las cosas, hay que mirar al desierto. El inmenso desierto del sur de Libia no fue conquistado por la OTAN. El CNT virtualmente no tiene ningún acceso a todo el agua de Libia ni a gran parte del petróleo.

Gadafi tiene la posibilidad de “operar en el desierto”, de negociar con una serie de tribus, de comprar o consolidar su lealtad y organizar una continua guerra de guerrilla.

Argelia está involucrada en una cruenta lucha contra al-Qaida en el Magreb. La vasta y permeable frontera de 1.000 kilómetros de Argelia con Libia, sigue abierta. A Gadafi le resultaría fácil basar sus guerrillas en el desierto meridional con un refugio en Argelia, o incluso en Níger. El CNT ya está aterrorizado ante esta posibilidad.

La operación “humanitaria” de la OTAN ha lanzado por lo menos 30.000 bombas sobre Libia durante los últimos meses. Es seguro decir que muchos miles de libios han muerto en los bombardeos, los cuales no se detienen; pronto la OTAN puede atacar a algunos –civiles o no– a quienes en teoría estaba “protegiendo” hasta hace pocos días.

El Gran G derrotado puede resultar mucho más peligroso que un Gran G en el poder. La verdadera guerra comienza ahora. Será infinitamente más dramática y trágica. Porque ahora será una guerra darwiniana, norteafricana, de todos contra todos.

Pepe Escobar es autor de “ Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War ” (Nimble Books, 2007) y “ Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge ”. Su último libro es “ Obama does Globalistan ” (Nimble Books, 2009). Puede contactarse con él en: pepeasia@yahoo.com .

(Copyright 2011 Asia Times Online (Holdings) Ltd. All rights reserved.)

Fuente: http://www.atimes.com/atimes/Front_Page.html

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