Contacto: juventudsurversiva@gmail.com
Mostrando entradas con la etiqueta la Universidad es del pueblo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta la Universidad es del pueblo. Mostrar todas las entradas

jueves, 8 de septiembre de 2011

Colombia: Estudiantes universitarios en lucha contra la reforma neoliberal de la Ley 30

Coordinadora Estudiantil de la Universidad del Valle
Red de Medios Alternativos y Populares Valle

* 7 de Septiembre, Gran marcha nacional en conjunto con otros sectores. * 6 de Octubre, Consulta nacional estudiantil sobre la reforma y ley 30. * 12 de Octubre, Gran marcha Estudiantil por la educación y cese de actividades.

Nos encontramos en medio de la más feroz arremetida del capital transnacional contra el derecho a la Educación Superior en diferentes latitudes del mundo y que ha provocado la valerosa movilización de miles de jóvenes griegos, ingleses, franceses, españoles y por supuesto del movimiento estudiantil chileno que ha colmado de nuevo las calles de dignidad y de sueños de transformación educativa y social latinoamericana.

No muy lejos de esas latitudes del cono sur de nuestro continente, específicamente en nuestro país, este tipo de Arremetidas no han hecho esperar, arremetidas expresadas en nuestro país en la propuesta de reforma a la Ley 30 de Educación Superior presentada por el gobierno de Juan Manuel Santos, propuesta que busca consolidar aquel viejo sueño neo liberal de la Universidad como empresa y para la empresa privada en la que el Estado renuncia expresamente a su responsabilidad sobre la financiación de la Universidad Colombiana, continuando entonces de esta manera con la política de exclusión, privatización y falta de soberanía que ha caracterizado este estado criminal a lo largo de la historia de nuestra nación.

Para cumplir su objetivo el gobierno de la “ unidad nacional”, busca imponer diversas formas de privatización y exclusión en la Universidad Colombiana, bien sea a través de las fórmulas más descaradas y perversas como la de las Universidades con ánimo de lucro, que se traducen en el entendimiento total de la educación universitaria como una mercancía sujeta a ser vendida solo a quien pueda pagarla, concepto que en la actualidad se tiñe de un mentiroso sofisma de distracción de haber desaparecido ya de esta nociva reforma, restructuración de la ya de por si reestructurada reforma que en el fondo de la misma no cambia para nada la intensión de este antipopular proyecto de ley.

Las Universidades con ánimo de lucro concepción supuestamente eliminada en la actualidad no deja de ser importante e indispensable para el futuro no tan lejano del actual proyecto político de Juan Manuel Santos, no por su capacidad trasformadora y emancipadora, sino por la generación de lucro, en esta fórmula no hay educación buena o mala, solo educación rentable; no hay comunidad universitaria, solo usuarios, empleados y juntas directivas; en este modelo no hay democracia, solo decisiones de accionistas anónimos; en síntesis este modelo representa la eliminación absoluta y definitiva de la Universidad pública y critica.
Otras singulares formulas de privatización se encuentran estipuladas en la propuesta de Universidades de carácter mixto (financiación público - privada) que no pretende nada distinto que ocultar el proceso lento de privatización al que se verán abocadas las Universidades públicas debido a la desfinanciación estatal y a la necesidad de buscar cada vez más capital privado, que si bien puede traer consigo “alivio financiero” también trae de su mano el criterio mercantil y empresarial a todo el quehacer universitario. Especial atención merece el esquema de financiación propuesto por esta reforma para las Universidades públicas que busca además de imponer las áreas en donde deben crecer las universidades en una flagrante vulneración del derecho a la autonomía universitaria, avanzar en la prelación de la demanda y no de la oferta a través de unidades por capitación.

Una vez más esta contra reforma educativa o nueva ley de educación superior busca ser aprobada de la forma más antidemocrática posible, característica constante de los Gobiernos oligarcas que han dominado nuestra nación a lo largo de su historia, tajantemente la voz crítica y propositiva de la comunidad Universitaria Nacional, comunidad, en espacial la estudiantil, que de manera enfática ha rechazado el contenido de dicho proyecto de Ley y que no se siente representada por entes e instituciones que se han tomado la vocería de las Universidades y los estudiantes.

De igual forma la imposición de este proyecto de Ley ha estado acompañado por una fuerte campaña de estigmatización en contra del movimiento estudiantil colombiano y sus formas de protesta, generando un ambiente propicio para la vulneración sistemática de los Derechos Humanos de la comunidad universitaria, a través de amenazas, intimidaciones y de la irrupción violenta y constante de la fuerza pública a los campos universitarios como actualmente se ha visto en la Universidad Industrial de Santander (UIS) y el Universidad de Antioquia (UDEA).

Las y los estudiantes colombianos no hemos sido inferiores al reto histórico que se nos presenta, hemos salido a la calles de manera apoteósica a defender lo que es nuestro; no de los estudiantes sino del pueblo Colombiano en general, hemos demostrado las solidez de nuestros argumentos y la firmeza de nuestras convicciones en las aulas de clase, en las asambleas universitarias, en los foros académicos, con las organizaciones sociales y en todos los espacios donde nuestra voz digna y contundente ha podido llegar, tal como quedó demostrado en aquella histórica movilización del pasado 7 de abril donde más de cien mil corazones, demostraron su claro rechazo ante semejante y lesiva ley de educación superior.


Y ahora…¿En qué estamos?


Con tan importantes movilizaciones en las que se mantiene en alto la dignidad del pueblo Colombiano; los y las estudiantes universitarios nos encontramos una ves mas el pasado 20 y 21 de agosto en Bogotá para dar forma dinámica al I Encuentro de la MANE (Mesa Amplia Nacional Estudiantil) importante espacio de análisis y debate quecontó con la importante y significativa de estudiantes organizados y no organizados de todas las regiones de nuestro país. En este espacio de encuentro estudiantil se construyeron de manera fraterna y ante todo bajo el criterio UNITARIO, los elementos metodológicos y programáticos que posibiliten a nuestro sector avanzar en la defensa de la Universidad pública y la consolidación de la dinámica organizativa del movimiento estudiantil colombiano.

Desde las diferentes mesas de trabajo que se desarrollaron se escuchó en cada una de las intervenciones, el rechazo y exigencia de hundimiento de la reforma y la ley 30 de 1992, y la construcción de una propuesta alternativa, amplia y democrática de educación. Para tal objetivo se hizo un llamado a la construcción, consolidación y fortalecimiento de las mesas amplias locales en las cuales se trabajara por la articulación de las expresiones organizativas de los estudiantes, buscando desde este espacio amplio e incluyente llevar a cabo las acciones pertinentes para la defensa de la Universidad pública y las reivindicaciones propias de cada Universidad, articulando a todo el estudiantado hacia la construcción de un nuevo modelo de educación.

Este importante esfuerzo nos deja como anticipo y bandera de lucha el Programa Mínimo de los Estudiantes Universitarios; importante hecho histórico que no se daba desde hace ya cuarenta años, recogiéndose actualmente en seis puntos claves:

1. Total financiamiento por parte del estado.

2. Defensa de la autonomía y democracia universitaria.

3. Calidad académica, sin estandarización de los programas, descongelamiento de la planta docente y aumento de la cobertura sin detrimento de la calidad.

4. Garantías de bienestar universitario.

5. Respeto y garantías democráticas y de movilización.

6. Educación y sociedad. Que la educación sea orientada a resolver las principales problemáticas que afrontan los sectores populares. En este último punto, ratificamos nuestro compromiso como estudiantes y sector social y juvenil de la nación, a levantar al lado de estas banderas de resistencia también la SoluciónPolítica del Conflicto Social y Armado que padece nuestro país hace ya más de 60 años y que mantiene a nuestra querida patria sumergida en la más ignominiosa guerra que a diario cobra la vida de cientos de personas y mancha de sangre y sufrimiento nuestra nación, exigimos también al lado de estas importantes banderas una paz verdadera y duradera donde la justicia social sea el motor que lleve a nuestro país a una verdadera reconciliación, una nación democrática y soberana y digna; en síntesis un nuevo país equitativo e incluyente de las grandes mayorías Colombianas.

¡Se viene el estallido!

Se hace un llamado a todo el estudiantado colombiano a asumir las banderas de la defensa de la universidad pública haciéndose participes de las movilizaciones y actividades convocadas desde este espacio

* 7 de Septiembre, Gran marcha nacional en conjunto con otros sectores.
* 6 de Octubre, Consulta nacional estudiantil sobre la reforma y ley 30.
* 12 de Octubre, Gran marcha Estudiantil por la educación y cese de actividades.


Hacia la consolidación del programa mínimo de los estudiantes, por la construcción de un nuevo modelo de educación amplio, democrático, popular. ¡A construir el paro nacional universitario ya! Viva la Marcha Patriótica y cabildo abierto permanente por la Independencia

COORDINADORA ESTUDIANTIL DE LA UNIVERSIDAD DEL VALLE. PUPSOC - VALLE
Colectivo Estudiantil Popular Núcleo 5 – CEP-N5. Identidad Universitaria Palmira – IDUP. Círculos Populares de Estudios Latinoamericanos – CPEL. Colectivo de Estudio e Investigación ARQ. Social .

http://coordiestudiantiluv.blogspot.com/

Leer Más......

viernes, 1 de abril de 2011

Más de 6 mil estudiantes participaron en las reuniones estadales preparatorias del Congreso Bicentenario


Prensa MPPEU

Más de 6 mil estudiantes universitarios y de educación media estuvieron presentes en las distintas reuniones estadales preparatorias del Congreso Bicentenario de Estudiantes Bolivarianos, realizadas en distintos estados del país, entre el 24 al 26 de marzo.

“Para nosotros los resultados son bien satisfactorios y quisiéramos agradecer a todos los equipos estudiantiles que estuvieron participando en esos debates por la construcción de propuestas que han surgido de las mesas de trabajo”, manifestó, este martes, el viceministro de Políticas Estudiantiles del Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria (MPPEU), Jehyson Guzmán, en rueda de prensa desde la sede ministerial, en Caracas.

Señaló que en los distintos encuentros estudiantiles se debatió sobre la conformación del Polo Patriótico Estudiantil, propuestas para la Ley del Subsistema de Educación Universitaria, e ideas para el mejoramiento de los servicios estudiantiles y lo respectivo al funcionamiento de las Instituciones de Educación Universitaria como: la práctica de la democracia universitaria, las formas de organización de los estudiantes y una posible ley que atienda la prestación del servicio estudiantil.

Asimismo, comentó que en el mes de abril continuarán las reuniones preparatorias con miras al Congreso Bicentenario de Estudiantes Bolivarianos, pero que éstas serán más locales ya que se desarrollarán en cada una de las casas de estudio de los estados.

Sobre el proceso de aumento de las becas estudiantiles, el Viceministro explicó que desde el mes de diciembre de 2010 el MPPEU se encuentra solicitando las nóminas de los beneficiarios para realizar el levantamiento y estudio correspondiente para su incremento.

Destacó que el pasado 03 de febrero se envió un nuevo oficio solicitando la data de los becarios universitarios, y que hasta los momentos el despacho universitario sólo ha recibido la información de 10 de los 34 Institutos y Colegios Universitarios, mientras que de las 24 Universidades Nacionales y Experimentales sólo 3 instituciones han remitido las respectivas nóminas.

“Aspiramos y esperamos que las universidades cumplan con los estudiantes. De lo contrario, le pedimos a los estudiantes que con la misma vehemencia con la que le exigen al Ministerio le exijan a sus autoridades universitarias que consignen las nóminas de los becarios”, agregó Guzmán, a la vez que indicó que se ha colocado como fecha tope de entrega el 30 de marzo.

Finalmente, sobre el Sistema Nacional de Ingreso, comentó que han continuado las discusiones para avanzar hacia un modelo más incluyente que ayuden al ingreso, prosecución y egreso de las y los estudiantes, “Falta mucho por construir. Aspiramos que este año los estudiantes tengan una opción firme que les permita optar por un sistema más incluyente a la Educación Universitaria.”

Leer Más......

lunes, 31 de enero de 2011

“Las Universidades deben ser dirigidas por las transnacionales”

Humberto Gómez García Kaos en la Red

Esas fueron, palabras más, palabras menos, del joven estudiante presidente de la Federación de Centros de la UCV en el debate que sobre la ley de universidades se llevó a cabo en el periódico Últimas Noticias. Es decir el joven estudiante representante de la extrema derecha, de la oligarquía, con una sinceridad digna de mejor causa, planteó que los gobiernos son cambiantes y con ellos los procesos de la enseñanza universitaria, por ello es preferible, a su juicio, que las universidades venezolanas sean controladas por la empresas transnacionales, suponemos que las de la educación.

Semejante exabrupto no es un juicio alocado o particular del estudiante ucevista para mofarse de todos aquellos que estaban presenciando el importante debate, una malcriadez de un joven irresponsable, nada de eso, su discurso absolutamente extremista, antipatriótico o anti nacional no es exclusivo de la nueva generación oligarburguesa, el entreguismo y la anti patria es una condición político/ideológico y cultural de los sectores y clases que ayer detentaban el poder político del Estado venezolano.

¿Cuál es la universidad que se quiere o la que necesita un país en proceso de profundos cambios y transformaciones revolucionarias, ya que se está debatiendo el tema?

Hay dos respuestas. Lo que son las universidades “públicas”, convertidas en centros de poder y en virtuales Estados dentro del Estado, las más poderosas trincheras de la derecha contra el pueblo y la nación, subversivas y golpistas. Y la propuesta revolucionaria y bolivariana que se expresa en una universidad en verdad universal, en la municipalización de la educación universitaria y en la vanguardia que constituye la UBV y el nuevo paradigma educativo.

La primera es señalar lo que hoy son las universidades públicas controladas por la extrema derecha política, me refiero en primer lugar a la UCV, la más poderosa en cuanto a recursos, concentrado de conocimientos, inventos, con el más importante y significativo acumulado de experiencias y saberes, riquezas insospechadas; todo ese acumulado de espaldas al país, con un mayoritario estudiantado proveniente de las clases medias y altas de la burguesía, de mentalidad corporativa, anti nacional, absolutamente excluyente del ingreso de la mayoría popular, clasista, racista, que discuten “su” proyecto de ley de universidades como si no estuvieran en Venezuela o pensaran que son la mayoría del país, del parlamento, quien es en definitiva el que aprobara la ley.

La segunda es que señalar que la revolución bolivariana no ha sabido entrarle, en doce añosa de poder, a esta situación que no ha tenido cambios significativos en estos años, el proceso revolucionario comenzó, sobre todo después de la derrota del golpe de Estado y del sabotaje petrolero de 2002, a impulsar un nuevo modelo educativo, la construcción de un nuevo paradigma educacional fundamentado en el ideario robinsoniano y bolivariano e integrándole las más avanzadas ideas educacionales de contemporáneas en las teorías de Luis Beltrán Prieto Figueroa, de Paulo Freire y toda una legión hombres y mujeres que han hecho significativos aportes al ideario educativo venezolano y latinoamericano.

La creación el año 2003 de la Universidad Bolivariana, seguida de la creación de tres estratégicas Misiones: Robinson, Ribas y Sucre, semillas originarias de la educación municipal, gigantesco paso de inclusión de millones de venezolanos que ha permitido, en primer lugar, con la Misión Robinson, la eliminación del analfabetismo, abrirle las puertas del saber y de la luz a millón y medio de venezolanos y venezolanas.

No se detuvo la revolución en esa extraordinaria victoria que le permitía a Venezuela vencer una de las metas del milenio establecida por la o­nU y dar un descomunal salto de calidad en el proceso de formación del ciudadano. La misma Misión Robinson no se agotó en el hecho de haber alfabetizado a tan alto número de compatriotas, continuó, dentro de una concepción andragógica, culminando la primaria miles de venezolanos componente de esa gigantesca masa de alfabetizados.

Se abrió igualmente la Misión Ribas para recibir a aquellos que por la vía ordinaria o de la Misión Robinson concluían la primaria, Así, decenas y decenas de trabajadores han concluido su bachillerato, avanzando en la mejoría de su calidad de vidas y aprestándose un alto porcentaje a iniciar –o concluir– la educación superior.

Simultáneamente el gobierno revolucionario dio un enorme paso en la educación superior y un profundo acto de justicia social al crear la Misión Sucre, lo que permitió una de las mayores inclusiones de miles y miles de venezolanos excluidos por la burguesía y quienes controlaban –y controlan– las universidades públicas, la cruel, excluyente y clasista política del cupo, siniestra figura que no le permitió, por años y años, el derecho a ingresar en las universidades públicas a los hijos de los trabajadores del campo y la ciudad, cerrándoseles así la posibilidad de adquirir el título universitario. Casi un millón de estudiantes de varias generaciones pudieron ingresar a la educación universitaria y sus resultados se han traducido en varias cohortes de estudiantes graduados en diversas carreras y en el consiguiente beneficio para el país.

De manera que la discusión –necesaria por lo demás– del proyecto de ley de universidades, que terminará de enterrar a la moribunda ley de educación que impuso el gobierno puntofijista de Rafael Caldera a punta de balas y con la presencia de los tanques de guerra en 1970 en la UCV, es vital para poner al desnudo las lacras del régimen educativo de la Cuarta República, demostrar cuánto se ha avanzado en Venezuela todos estos años en todos los niveles de la educación, cuánto ha discutido y debatido el movimiento revolucionario y popular desde el comienzo mismo de la revolución bolivariana, y la forzada discusión que da la derecha que sabe contados sus días en el dominio de las universidades públicas.

La posición de los estudiantes ucevistas de la derecha, más francos, más sinceros que las viejas y viejos carcamales conservadores y reaccionarios que dirigen las universidades, conspiradores que se aferran a sus privilegios y no quieren permitir la democratización total y absoluta de las universidades públicas. Ellos son abiertamente anti nacionales y sus mentores y guías toman caminos más tortuosos, maniobran, manipulan, mienten, buscan ganar tiempo, se cubren a veces con la bandera de las 7 estrellas.

La filosofía de la universidad no sólo que se quiere, que se necesita y requiere el país en la presente etapa de su desarrollo no sólo pasa por la redimensión del concepto de autonomía que está expuesto en la Constitución Bolivariana, sino aquella que abre las puertas al desarrollo soberano, independiente, auto sostenido, latinoamericanista y caribeño de un país industrializado, con una poderosa agricultura, con un alto nivel científico y tecnológico. Una universidad concebida en una estrategia de desarrollo socialista, que rebase las cuatro paredes y que apunte hacia la conformación de Venezuela como potencia regional.

Leer Más......

domingo, 16 de enero de 2011

Presidente Chávez llama al país a debatir Ley de Educación Universitaria

AVN.- El presidente de la República, Hugo Chávez Frías, reiteró el llamado a todos los sectores nacionales a debatir la Ley de Educación Universitaria, instrumento legal sancionado en la Asamblea Nacional (AN) a finales de 2010 y vetado por el Mandatario nacional.

Explicó que, tras leer críticas de diferentes sectores, como una carta que le hizo llegar el diputado y ex ministro de Educación, Héctor Navarro, concluyó que no podía promulgar la normativa debido a que “merece un debate”.

“Algunos dicen: Chávez reculó. Pero no soy de los que salen corriendo”, resaltó al presentar la memoria y cuenta del Poder Ejecutivo en 2010 ante la plenaria del Parlamento.

“Consideré que esa ley debe ser debatida. Debátanla en la AN, en las calles, en las universidades, con los trabajadores, con los movimientos sociales”, resaltó.

Leer Más......

lunes, 10 de enero de 2011

Abrir las universidades a la democracia instituyente: ¿El juego está trancado?

Javier Biardeau R. Rebelión

Cuando uno escucha a rectores y rectoras, vice-rectores y vice-rectoras, decanos y decanas, directores y directoras de escuelas, consejos universitarios, de facultades o de escuelas, declarar sobre su intención colectiva e institucional de dialogar, debatir o asumir las tareas de las transformaciones universitarias, uno comprende con sano escepticismo que la mitad de propuesta es un discurso de galería mediática, otra parte es un guión pre-establecido para no cambiar absolutamente nada, y el resto se debate en un pequeño espacio para la simulación de la discusión (hasta llegar al agotamiento de la misma), para finalmente llegar a la conclusión que indica que desde el poder instituido de las universidades no habrá transformación alguna. Repito, desde el “poder instituido” de las universidades no habrá transformación significativa alguna.

Lo más resaltante de esta patética sub-cultura del “no debate”, de liquidación de la auto-reflexión crítica sobre los propios fundamentos, justificaciones, finalidades y responsabilidades del espacio de racionalidad instalado hegemónicamente, como armazón de sentido de la institución universitaria, es cómo un discurso autoritario, moderno, de razón suficiente, cancela los espacios de libertad, creación, de transformación, de contestación intelectual, ético-cultural, social y política.

Pues las universidades, no son meros espacios donde abundan las representaciones del “Homo Academicus”, en sentido de: a) contribuciones doctrinarias en el esclarecimiento de los problemas nacionales, b) búsqueda de la verdad para afianzar los valores trascendentales del hombre, c) formación de los equipos profesionales y técnicos que necesita la Nación para su desarrollo y progreso, d) inspiradas en un definido espíritu de democracia, de justicia social y de solidaridad humana, abierto a todas las corrientes del pensamiento universal, las cuales se exponen y analizan de manera rigurosamente científica, d) al servició de la Nación.

No, estimados lectores, esa visión normativa de la Ley de Universidades reformada en 1970 luego de una ocupación militar dirigida por las fuerzas del pacto de punto-fijo a la UCV, se aplica en clave minimalista. Pues las universidades son parte de los aparatos de hegemonía educativa y cultural, con lógicas de poder profundamente instaladas, producto precisamente de las contradicciones de las luchas históricas por conquistar espacios de autonomía-dependencia frente a su entorno económico, político, social, cultural; que se concreta en aquella frase que plantea actualmente el Art.109-CRBV: “(…) Las universidades autónomas se darán sus normas de gobierno, funcionamiento y la administración eficiente de su patrimonio bajo el control y vigilancia que a tales efectos establezca la ley”.

1.- Pinceladas de historia:

Desde 1958 hasta la actualidad, la Universidad venezolana en general sigue teniendo pendiente la tarea de una democratización interna más profunda y a una inserción social consciente y en sentido emancipador, en buena medida porque se ha colocado de espaldas al legado de la Reforma Universitaria de Córdova en 1918, que se extendió a buena parte de Latinoamérica con un aliento transformador radical, que dejó su horizonte y huellas en la educación superior del continente.

Una universidad democrática, autónoma, gratuita, transformadora y popular sigue siendo tarea pendiente en estas latitudes, frente a los proyectos de una universidad corporativa, tecnocrática, elitista, modernizadora, que utiliza el término democracia en términos aún más restringidos que el uso y abuso del “canon liberal-democrático” para caracterizar a los regímenes sociopolíticos funcionales al metabolismo social del Capital.

Otro de los hitos históricos que se deja de lado (como las Universidades Populares Gonzales Prada en Perú[i]), fue el debate sobre la “educación socialista” en 1933, durante el gobierno de Lázaro Cárdenas en México. En este debate es posible comprender por otra parte los extravíos de una izquierda con profundos sesgos jacobinos. La “educación socialista” no se imponen desde arriba, desde el “gobierno”, parte de movimientos instituyentes de los colectivos, actores, movimientos y fuerzas sociales que hacen vida en la relación universidad-sociedad y pueblo organizado. Si el movimiento popular está operando en clave de masa de maniobra y no como sujeto de transformaciones, y si las fuerzas emancipadoras internas a las comunidades universitarias aparecen replegadas, el trabajo no se reduce a operaciones de toma y comando, sino a un vasto esfuerzo de articulación política y ético-cultural.

Por otra parte, cuestionar el pensamiento liberal-capitalista de las universidades, inscrito en sus currículos ocultos, no implica pasar a imponer la “educación socialista”. Esta es una posición simétrica al pensamiento único de derecha. Allí hay elementos fundamentales para comprender el extravió de reducir la libertad de enseñanza a una sola corriente de pensamiento, desde una doctrina única, impuesta desde un gobierno, sin pasar por un profundo debate de la multiplicidad de corrientes y sobre el papel de los saberes contra-hegemónicos en el interior de las comunidades universitarias.

El debate entre Antonio Caso y Lombardo Toledano, en el contexto mexicano de la educación socialista” por ejemplo, sigue siendo significativo para comprender las filosofías de la educación que se debaten en medio de la turbulencia política. Si se desgaja una filosofía de la liberación social, de una filosofía de la autonomía, de las pedagogías críticas de la liberación y de la libertad de las singularidades subjetivas, el proyecto de izquierda encalla con facilidad en una figura de colectivismo despótico. La especificidad de las luchas contra-hegemónicas en el terreno educativo y ético-cultural, no se reducen a los imperativos y ritmos específicos de una agenda política-partidista. Tienen su propio tiempo, su propia materia, su propia especificidad, sus propias tareas y lógicas de campos con relativa autonomía. Y lo fundamental, tienen sus propios agentes de cambio que pueden estar animados por una agenda de transformaciones más amplias, pero que no pueden constituirse en vagones de cola de un Ministerio, por lmás "revolucionario" que pretenda ser. Si no fuese así, sería mas honesto tirar al balde de la basura la noción histórica de "autonomía universitaria".

Por otra parte, a partir de los años 60, en medio de la intencionalidad política de la “Alianza para el progreso” de los EE.UU y en medio de múltiples conflictos, se pretendió convertir a las instituciones educativas de América Latina en banco de pruebas para proyectos de «modernización» capitalistas, reflejos, dependientes y truncos, diseñados y dirigidos desde los Estados Unidos a partir de una estrategia integral contra-insurgente, que manifestando la supuesta intención de ayudar a construir una Educación Superior, productiva para el crecimiento económico capitalista, eficiente en lo académico y administrativo, y aparentemente progresiva para el desarrollo social sin conflictos de clases, sectores y grupos.

Se trataba sin embargo, de contraponer este modelo tecnocrático de universidad fundamentalmente capitalista-modernizadora para liquidar a las universidades populares, autónomas y radicalmente democráticas (busque un co-gobierno en las universidades norteamericanas y vera que encontrará) como referencia contestaría frente a la dominación imperialista y los gobiernos que la hacen viable en Nuestra América.

El asunto básico era despejar del campus universitario a cualquier espíritu crítico, creativo, contestaría y revolucionario, léase cualquier corriente de pensamiento que pudiera en cuestión las estructuras de mando, dominación y explotación, así como sus teorías funcionales a la reproducción educativa de la hegemonía ético-cultural del sistema-mundo capitalista.

Más cerca de nuestro contexto local, el debate sobre la “renovación universitaria” entre 1968-1971 también serviría para realizar un balance de inventario de los “modelos de universidad en pugna”. La autonomía de la que tanto se habla en la actualidad desde los círculos dominantes de las Universidades está marcada en su sentido y significación, por una situación de facto , por la ocupación militar de la UCV, y no es casual que todo este debate sobre la autonomía limitada por la “razón de Estado” hubiese sepultado previamente el espíritu de la renovación.

2.- Lecciones de la derecha para la izquierda:

Pero hay un hecho que debe llamar a la profunda reflexión en el seno de las autoridades ministeriales. Lo que llama la atención críticamente, es que aún en las extremas condiciones de la confrontación política, se intento dar lugar a una consulta, aunque fuese un procedimiento viciado o un simulacro de apertura (en el marco de una relación de fuerzas nada inocentes) a la Reforma a la Ley de 1958, que en esencia logró finalmente dar mayor control al Estado sobre la Universidad y pavimentar el camino jurídico a las reformas tecnocráticas. Aquí la derecha supo manejarse con mano zurda.

Por tanto, la reforma de la Ley del año 1970, no estuvo preñada de ninguna “autonomía democrática, plural y libre”. Nació de una un proyecto de gobierno, que a través de una consulta parlamentaria amarrada a una correlación de fuerzas, fue cooptando selectivamente algunos de los elementos presentes en el debate sobre la renovación, a la vez que fue limando las aristas más contestatarias del movimiento para liquidarlo en la práctica.

Esa inteligencia política de la derecha marcó un juego de medios, instrumentos, recursos y procedimientos, donde el parlamento jugó con cierta cautela, reconociendo las divisiones internas a las fuerzas de izquierda y autonómicas en las universidades.

Ya entonces, la llamada “Alianza por la Autonomía” fue un movimiento defensivo, aleccionado por la bota represiva del gobierno de Caldera, y no de iniciativa transformadora. El uso político abierto del Consejo Nacional de Universidades, permitió colocar a la autonomía en un lugar subalterno, si así lo requería la “razón de Estado” de turno. Las maniobras internas al propio espacio universitario se correlacionaban con las dinámicas divisionistas y sectarias en el terreno de la propia izquierda.

Si no se comprende el acoplamiento de ambos movimientos de correlaciones de fuerzas, con sus propias lógicas, sus propios medios de acción, sus propios actores, sus propias especificidades, no se comprende la complejidad y la sobre-determinación de conflictos que se avivan. Y esta doble dinámica existe en la medida en que la autonomía universitaria juega un papel central.

Además, llama la atención que en perfecta comprensión leguleya, “bajo el control y vigilancia que a tales efectos establezca la Ley” no es en ningún caso autonomía absoluta. Lo que se debate entonces en la LEU es la relación Estado-Universidad-Sociedad, no conceptos abstractos de autonomía, es el vivo efecto de las luchas históricas por concepciones de la autonomía universitaria enclavadas en la historia de Nuestra América.

3.- ¿Qué (no) hacer desde la izquierda?

Por tanto, luce extremadamente paradójico que un gobierno que se presume de izquierda cometa todas las torpezas de los ejercicios del poder de la derecha. Que ni siquiera se reconozca en su propia historia, que no parta de un balance de inventario programático de su propia filosofía de educación que dio lugar a la autonomía universitaria, en el marco de las luchas por la emancipación social y política, sin superar el grave error de considerar que en la materia universitaria bastará contar con la palanca gubernamental para hegemonizar un debate.

Con el perdón de todos los que se ilusionaron en la aplicación de la LEU, utilizando los atajos del período decembrino y la vorágine legislativa del momento, no hay transformación universitaria ni por decreto, ni por "acciones de toma y comando". Estas tácticas son muestras de debilidad en la capacidad contra-hegemónica del proyecto gubernamental.

Sin empuje decisivo de fuerzas de transformación internas, que desnuden la triste realidad de la universidad controlada por círculos de la derecha corporativa, reaccionaria, promotora de visiones neoliberales abiertas o encubiertas, con profundas relaciones con los intereses político-partidistas de la MUD y de la derecha internacional, y sin un acompañamiento del movimiento popular organizado, cualquier decisión gubernamental va a ser directamente traducida en clave de violación a la “autonomía universitaria”.

En síntesis, la derecha aparece revestida de hegemonía en cuestión de autonomía universitaria, por los propios errores de la izquierda, por deshacer con las visceras y los pies lo que hacen con el cerebro y las manos.

4.- ¿Que no acate la derecha?

Por otra parte, quedará grabada en la memoria universitaria la pancarta que manejaban las autoridades, que trataba de decir al parecer: “Por respeto a la Constitución. No acataremos la Ley”.

Esta frase fracasó morfo-sintácticamente (de esto ya se encargó Roberto Hernández Montoya: http://aporrea.org/educacion/a114969.html). Sin embargo, esta pancarta no deja de expresar el síndrome opositor, de lo que por mi parte llamo la imaginaria “Constitución-350”.

El único artículo que interpretan al tenor de sus humores circunstanciales, que parece reconocer la oposición venezolana en su imaginario jurídico, es el artículo 350, sin considerar aquella sentencia de la Sala Constitucional (Iván Rincón dixit ) que sobre el asunto despejo algunos interrogantes sobre la materia.

Porque uno de los elementos más interesantes de la disociación que frente a la Ley mantienen desde sectores de la derecha, es la sostenida actitud desafiante de desconocimiento de las sentencias del Tribunal Supremo de Justicia y de la legitimidad democrática del propio Tribunal Supremo de Justicia. Obviamente desde esta disociación ideológica grupal, sólo serán los operadores políticos y escribas jurídicos más extremistas de la oposición política, los máximos y únicos intérpretes del texto constitucional.

Lo que manifiestan entonces desde factores de la MUD, es un llamado trivial a desobedecer la Ley a trocha y mocha. Si tratase de esta actitud infantil que repitió cierta izquierda sectaria frente al ámbito del estado de derecho, en años anteriores de la historia política del país, púes será funcional y mucho mejor para el gobierno (como demostró el fallido golpe del 11 de abril y el paro petrolero).


5.- ¿El juego está trancado?


Estamos en muchos casos ante una política fanatizada de dos bandas políticas . Lo que algunos han llamado la “ política de las dos minorías ”, que responde menos al ejercicio riguroso de una política hegemónica , rigurosamente comprendida en un cuadro de fuerzas enfrentadas, y que solo se traduce en una política de dominación pura , en un choque de prejuicios, estereotipos y consignas, lo que vulgarmente llamamos un “diálogo de sordos”, sólidamente instalados en un cuadro de sobre-polarización que asfixia matices, deliberaciones amplias, articulaciones diversas, compromisos mínimos, salidas mínimas negociadas, conquista de la mayor legitimidad democrática posible.

Se trata en ambos casos, de una concepción autoritaria de la hegemonía , simple supremacía por el ejercicio de la fuerza, sin contenidos de justicia debatibles por parte de ambos polos de la confrontación. Esta tendencia impide que ninguna de estas opciones radicalizadas construya algún plano de “auctoritas” basado en la deliberación y la densidad de los argumentos, y no en el ejercicio puro de la fuerza.

De allí se explica con facilidad el hastío político y estancamiento del equilibrio relativo de las relaciones de fuerzas. Es falso que desde esta lógica, ninguno de los sectores vaya a conquistar a corto plazo una ventaja decisiva en el terreno de los valores, ideas e ideales . Creo que una lectura de los planteamientos, entre otras contribuciones críticas y constructivas, de Reinaldo Iturriza apuntan a refrescar una lógica de la política en el campo bolivariano que intentan despejar el camino para reimpulsar ventajas decisivas y deben ser analizadas con atención. Se requiere para eso tener oído fino, por una parte, y suspender los reflejos condicionados que disparan a toda crítica interna en el campo bolivariano con la etiqueta de “contra-revolucionario” y “salta-talanquera”.

Llama la atención que desde el punto de vista semántico y pragmático, quienes enarbolaban esta pancarta en la UCV, se han quedado, como dicen los amigos y amigas de los programas de computadoras, “colgados o guindados” en un circulo vicioso . La Constitución establece principios generales, con su rango y jerarquía, para la interpretación de la Ley. Pero además remite a la Ley; es decir a leyes orgánicas y ordinarias. Nadie acata una Constitución sin acatar al menos el “ principio de legalidad ”. Otra cosa es que quieran cuestionar una Ley orgánica u ordinaria específica, y la Constitución establece los procedimientos para hacerlo. Hasta donde cualquier ciudadano y ciudadana tenga entendido, aquí hay plena vigencia de la Ley Orgánica de Educación .

Seria conveniente preguntar a las autoridades universitarias si acatan o no acatan la Ley Orgánica de Educación. Desde allí comenzarían a despejarse muchos interrogantes y los caminos de la futura Ley de educación universitaria. Pues no se puede apelar a la Constitución para desconocer los procedimientos establecidos para asegurar el principio de legalidad. He allí los dilemas de aquellos que apelan histéricamente a la “Constitución-350”.

“No acataremos la ley de educación superior”, no deja de ser parte de un “plan de calentamiento de calle”, un plan que luce trivial y a todas luces sincronizado con otras iniciativas nacionales y hemisféricas, que el Presidente Chávez le lanzó un verdadero balde de agua fría, quitándole la iniciativa a esta “agenda de batalla”. Porque para la batalla hay un “orden de batalla” y un “cuadro posible de maniobras”. Y para decirlo con metáforas: no es conveniente ir con flancos débiles, ni con “vanguardias” mal estructuradas. Ni caer en la “agenda del enemigo principal”. Por tanto, la materia universitaria ha desbordado a los operadores políticos directos de ambos lados.

Aun no se comprende la especificidad y densidad del debate sobre la materia universitaria en tiempos de transformaciones sociales profundas. No se trata de simples correlaciones de fuerzas, sino de cualidades y densidades intelectuales de estas fuerzas. No es un asunto de aritmética de una medición de fuerzas, sino una complicada algebra de movimientos en el tablero estratégico, que desborda cualquier tentación de sustituir una consigna de derecha por una consigna de izquierda.

Fue de esta misma forma, como históricamente se agotó el debate sobre la “renovación universitaria”, y fue finalmente así como se impuso la reforma a la Ley de Universidades de los años 70, por parte de las fuerzas de punto-fijo. ¿Simple fuerza contra fuerza? Si es así se agota completamente el espacio para fecundar comunidades de pensamientos críticos y creativos, no solo maniqueos como lo son en gran medida hasta ahora, cuando se habla de política universitaria.

Porque “plural” no remite a un dualismo asfixiante que termina en maniqueísmo; es una política de “más de dos”, tanto actuales como virtuales; porque es en los matices y acentos de la multiplicidad de colectivos, corrientes y movimientos, donde se fecunda con mayor propiedad el debate universitario, pues las simples oposiciones binarias no ayudan a captar el juego de diferencias que puede enriquecer el “tiempo de la reflexión”.

Las necesidades, demandas, aspiraciones y requerimientos específicos de cada uno de los sectores universitarios, de cada una de las comunidades universitarias, de cada una de las actuales escuelas y facultades, incluso de cada grupo de autoridades universitarias en sus situaciones particulares, no puede aplanarse a una oposición binaria.

Si no se capta el juego de diferencias, de matices, de tonos, si no se introduce un debate donde se recojan historias y particularidades, el asunto se bloquea en una operación que marca el campo de batalla en zonas de influencia y control de la MUD ó del Ministerio de Educación Universitaria. Se pierden entonces en gran medida, un ámbito de temas y problemas que son propios de la especificidad de la materia universitaria, que podrían abordarse desde visiones mucho más amplias, desde lo que llamamos convencionalmente “políticas públicas” del sub-sistema de educación universitaria.

6.- ¿Sera posible el debate?

Por tanto, hay que saludar la intención para recomenzar el debate descarnado sobre el subsistema de educación superior, tanto dentro de las Universidades como fuera de ellas. Y en este debate, el primer prejuicio que hay que disolver es que la Universidad venezolana actual es, desde el punto de vista del ejercicio de sus prácticas y estrategias de poder, una institución predominantemente democrática; y que son los gobiernos o los Estados, los espacios donde se concentra exclusivamente el ejercicio autoritario o despótico del poder, mientras las “almas bellas” del no-poder y del conocimiento libre de sesgos ideológicos e intereses, aprenden a ser, a saber, a actuar y convivir, con relaciones exentas de poder-dominación.

Este prejuicio es una simple "mentira de bajo vuelo". Esta mitología impide pensar de manera descarnada la universidad como un espacio de luchas, como un aparato hegemónico y como una red de dispositivos de poder-saber, con sus voluntades y juegos de verdad, que cumplen funciones políticas más allá del espacio de lo político-institucional, del sistema político de partidos, del parlamento y de los aparatos de Estado.

Cuando uno escucha el estribillo de una “universidad autónoma, plural, democrática y libre” en boca de los rectores identificados políticamente primero, con una filosofía de la educación de corte liberal o conservadora, y segundo, con la realpolitik de la MUD; haciendo el trabajo político de la oposición partidista en las universidades públicas y autónomas, estableciendo convenios formales o informales con la USAID, o triangulando con cuanta fundación cercana a los intereses del Departamento de Estado Norteamericano exista, uno recuerda desde cuales tensiones, conflictos y antagonismos se constituyó el concepto de “Autonomía Universitaria” en el pensamiento de América Latina y el Caribe.

Por tanto, hay que dejarse de inocentadas y gestos bobalicones, a pesar de agotar el llamado al debate de argumentos. En la Universidad se hace y se piensa la política como en cualquier espacio social; es decir, no está exenta de la política de las fuerzas sociales, económicas, políticas y culturales que se enfrentan en una sociedad cruzada por tensiones, conflictos y antagonismos propios de las divisiones de intereses de poder, clases, grupos y sectores.

Ahora bien, los hacedores de política en las Universidades, la hacen al menos en dos planos que no pueden confundirse, aunque estén estrechamente vinculados: la política universitaria hacia su propio “espacio académico” (la docencia, la investigación, sus modelos de gestión, gobierno y administración); y la política de la Universidad hacia su entorno, sea estatal, empresarial, hacia los sectores populares o hacia la propia “sociedad civil”, con toda su anatomía enclavada en la economía política y sus conflictos de clases, grupos, fracciones y sectores sociales.

Todavía hoy se piensa que esta relación con el entorno se sintetiza en la palabra “extensión”. Pero la inocuidad del término oculta los compromisos porosos de las universidades con los vectores de fuerzas que operan con los medios-dinero y poder.

Las políticas de conocimiento, información y de saber se vinculan estrechamente a las universidades y al tan olvidado debate (que constantemente trae a colación el Sociólogo Rafael Palacios) sobre el sistema de ciencia y tecnología. ¿Por qué hay tanto desdén por estos debates de trascendental significación en la agenda de los operadores políticos?

Yo aventuro una respuesta: son debates de “baja rentabilidad política”. Sólo cuando los operadores políticos pueden pescar en estos debates cierto espacio de influencia, cierto caudal de votos, cierto nivel de audiencia, cierto control sobre recursos estratégicos, allí si son importantes estas cuestiones. Los “profesionales de la política” de derecha y de izquierda, se preocupan de la ciencia, de la tecnología, de la educación universitaria, de cuestiones como la bioética o de los "agujeros negros", cuando les toca su instinto de conservación, mantenimiento o ampliación del poder. Así de cruda es la realidad.

Encontrar una comisión parlamentaria preocupada por los problemas epistemológicos, éticos, sobre meta-teoría de la ciencia, sobre pedagogías constructivistas, sobre las tecnologías de información y comunicación en la enseñanza pública, ó digamos, sobre ontología fundamental, eso es una improbabilidad elevada a la máxima potencia. Pero son estos temas lo que aparecen de cuando en vez al abrirse el debate sobre la materia universitaria. Allí María Corina Machado, el diputado Cocciola, Iris Varela o Diosdado Cabello no tendrán grandes querencias invertidas.

Insisto, hay que saber organizar una agenda de temas y problemas, de ámbitos, que son propios y específicos de los actores que hacen vida de las comunidades universitarias, que no son ni siquiera operadores políticos en las universidades, de aquellos ámbitos donde se encuentran temas políticamente sensibles, donde se mueven a sus anchas los operadores políticos (el tema de la “autonomía organizativa” pensada en términos de "normas de gobierno", responde a querencias de determinados agentes de cambio o reproducción), e incluir las razones políticas que operan en la esfera pública democrática de la sociedad con relación al tema de la educación universitaria.

Por otra parte, ¿Acaso no es interes de los sectores populares que se discutan las condiciones de ingreso, que se estructure una universidad gratuita, con buenos comedores, con buenas bibliotecas, con acceso público al material biblio-hemerográfico, con acceso a nuevas tecnologías de información y comunicación, a buenos laboratorios y equipos, que puedan participar además activamente en la vida política de las universidades (que son "polis", aunque no se quiera aceptar este asunto), en sus políticas de “gestión, docencia, investigación y extensión”?)

Un concepto de universidad de derecha, anti-popular, anti-democrático y completamente funcional a los sistemas económicos dominados por el Capital y a sus representantes políticos, se opone a una universidad radicalmente democrática, autónoma, pública, popular y contestaría (y esta es una opción explicita acerca de las universidades públicas). Esto está claro. Pero esto no es suficiente.

Consolidar espacios para la fecundación de comunidades de pensamientos críticos, creativos y liberadores de las opresiones y cadenas impuestas sobre la imaginación, la sensibilidad, el conocimiento, el saber y los afectos, más allá de la idea de "profesionalización" o de crear engranajes socio-técnicos en la división social del trabajo, que impulsan las actividades manuales, estéticas, ético-culturales e intelectuales de los seres humanos, sin discriminaciones fundadas en el racismo, las clases sociales, la identidad cultural, el género, la coloniaje del poder-saber ó la condición social, esto ya comienza a ser una tarea mayor.

Superar una universidad, cuyos “funcionarios” administran planes de estudio y currículos (manifiestos u ocultos), para la reproducción de las estructuras hegemónicas de mando, control y explotación social, esto llevará mucho tiempo si partimos de la cualidad ética, estética, afectiva y política de los “funcionarios” actuales.

La Universidad ha sido eso, y ha demostrado que está función reproductora no permite superar el mimetismo de los proyectos de modernización refleja, dependientes y truncos. Tampoco sirve sólo para administrar habilidades y competencias socio-técnicas, requeridas por los intereses corporativos de las empresas, con su división jerárquica del trabajo y sus lógicas de funcionamiento internas.

Pero tampoco sirve una universidad arrodillada a intereses ideológicos contingentes de gobiernos, que dependen de ciclos político-electorales (cuando son más ó menos democráticos) sin capacidad de tomar distancia y espacio ante los requerimientos de los sistemas administrativos, políticos o económicos funcionales a la lógica del poder y del dinero.

El asunto va adquiriendo un complejidad que si no se logra organizar un debate con densidad, puede perderse todo el trabajo en el encontronazo por un solo artículo de la futura LEU.

Se equivocan entonces, quienes declaran apodícticamente que las universidades no son auto-transformables per se , o quienes suponen que en ellas no existen actores, movimientos, fuerzas intelectuales, estéticas, afectivas y éticas para propulsar mutaciones significativas. De esta afirmación simplificadora a “bajar la santamaria”, hay sólo un ínfimo paso.

Por otra parte, no se equivocan quienes afirman que los gobiernos, desde su lógica de gobernabilidad y del poder constituido, son los peores agentes de cambio cuando de universidad se trata. Ni siquiera un “gobierno revolucionario” escapa a los imperativos de una real-politik de cortísima elevación intelectual, donde la pulsión básica tiende a encogerse hasta devenir simple “técnica para alcanzar y mantener el poder por el poder mismo”.

La materia universitaria requiere no políticas gubernamentales de corto vuelo, sino políticas públicas hacia el subsistema de Educación Superior. Y cuando hablo de “políticas públicas” planteo, que nacen menos pensando en una “razón de Estado”, y más en la construcción de una esfera pública radicalmente democrática , donde la competencia científico-técnica, humanística ó los llamados saberes-expertos se abren al escrutinio público, donde concurren de manera conflictiva y hasta antagónica actores, movimientos y fuerzas que atraviesan a la sociedad y al Estado. Porque las "sociedades de conocimiento" no están desvinculadas de los juegos de poder.

Hoy ha sido profundamente cuestionada cualquier desvinculación de la razón tecno-científica de sus fundamentos, justificaciones, finalidades y responsabilidades sociales y políticas. Hoy ha quedado profundamente cuestionada cualquier presunción sobre la neutralidad axiológica o ideológica del desarrollo de las capacidades ó fuerzas productivas.

Lo que afirmo es que desde la lógica del poder constituido , sea del aparato universitario hegemónico o desde el aparato gubernamental constituido, no hay posibilidad alguna para activar movimientos instituyentes , comunidades de pensamiento críticos y creativos que desafíen los imperativos de la burocracia académica o los imperativos de ponerle la mano a las universidades desde un gobierno de turno.

El juego, entonces, está trancado, si se concibe exclusivamente desde una lucha entre poderes instituidos severamente enfrentados (las autoridades universitarias y sus grupos auxiliares, contra la autoridad gubernamental y sus operadores directos), sin visibilizar el barullo que viene de otras geografías de la experiencia, desde otras latitudes y planos de intensidad (colectivos, actores y movimientos instituyentes): la universidad puede dejar de permanecer impávida, si se conmueven sus cimientos burocráticos internos, y si se pone en cuestión al mismo tiempo, el extravió del los representantes del gobierno en esta materia.

Para desconsuelo de la oposición y cierto desconcierto de operadores políticos del gobierno, el presidente Chávez ha logrado rectificar para llamar a corregir graves debilidades de la LES. Por mi parte advierto que su artículo 11 de la actual LEU ha complicado sobremanera el modo histórico de comprender la relación entre Estado-Universidad-Sociedad.

¡Ni ultra-rectores ni ultra-ministros! Se trata de democratización y de densificación del debate universitario. A la demagogia rectoral no se le combate con demagogia gubernamental. Una política de Estado en esta materia debe proyectar un mínimo de coherencia, viabilidad y sostenibilidad.

La primera tarea será desbrozar la maleza para identificar y superar las debilidades de consistencia, congruencia y coherencia entre el proyecto de Ley de Educación Superior y la Ley Orgánica de Educación que le otorga cobertura, y que además es el primer peldaño del desarrollo de la Constitución en materia educativa.

Realizada esta tarea, habrá que superar la lógica del juego trancado. Superar las debilidades de un debate público sobre esta materia, de consulta amplia, abierta, de la animación integral de colectivos, actores y movimientos pertenecientes a las más variadas corrientes y comunidades universitarias, que tengan algo que decir y hacer, para enriquecer un debate amplio construir una arquitectura normativa donde mínimamente se reconozcan sus actores, movimientos y fuerzas. Se trata nada más y nada menos que la construcción de un piso de legitimidad democrática: el "mayor consenso posible".

Frente al burdo error de “no acateremos” de la MUD universitaria, no se responde con un simple golpe de mano legal o con "operaciones comando" que rememoran el espíritu de renovación sin imaginarios radicales instituyentes, no es positivo que proyecte un Ministerio que pretenda concentrar la totalización de significación y sentido alrededor del concepto de “autonomía universitaria”, que le hace el juego a una oposición traduce esta acción en lenguaje binario de “democracia contra totalitarismo”.

Desde estas posiciones los actores se ponen de espaldas a los debates de fondo.

El asunto es otro, como han planteado entre otros, los equipos que desde ORUS-IESALC-UNESCO, quienes plantearon una larga jornada de debates sobre reformas universitarias, con sus productos y trabajos en curso.

Se trata de hacer visible una concepción de la universidad donde la cuestión de la equidad y la democratización, por ejemplo, no terminen machacando lo que es esencial en estos espacios: producir el pensamiento que comprenda no solo nuestra realidad sino los contextos mundiales con los cuales se vincula, o generar formas de saber, conocimientos e informaciones que permitan densificar una cultura democrática para la convivencia de lo múltiple.

Notas:
[i] http://eudoroterrones.blogspot.com/2009/01/universidad-popular-gonzalez-prada.html

http://saberescontrahegemonicos.blogspot.com/2011/01/abrir-las-universidades-la-democracia.html
http://saberescontrahegemonicos.blogspot.com/2011/01/abrir-las-universidades-la-democracia.html

Leer Más......

miércoles, 5 de enero de 2011

Juventud de Marea Socialista: "El veto de la LEU implica un retroceso de las luchas populares y solo beneficia a la derecha"


El Presidente Chávez anunció ayer en la noche informó que no se produciría el aumento del IVA y el veto a la ley de Universidades. Aunque el primer anuncio causó beneplácito en los sectores de izquierda, el segundo, tuvo impacto negativo dentro de sectores que apoyan al proceso revolucionario. En este sentido Prensa Marea Socialista realizó una entrevista a Alexander Marín y a César Romero, integrantes de la Juventud de Marea Socialista sobre este tema.

PMS: ¿Qué opinión tenía la Juventud de Marea Socialista con respecto a la LEU?

Alexander Marín: La repentina discusión y aprobación de la Ley de Educación Universitaria, por parte de la Asamblea Nacional, levantó revuelo en todo el país. Había conmoción y debate en todos los espacios, y se planteaban acciones de los distintos sectores, algunos para defenderla a como dé lugar, y otros para exigir que no se aprobara, sin embargo, a pesar de que la ley tuviera errores y fuera muy difusa en varios aspectos, el movimiento estudiantil de izquierda (con todas las tendencias que se involucran en la dinámica del proceso) y las distintas organizaciones populares, teníamos coincidencia en que este era un instrumento legal que nos ayudaba avanzar y profundizar en el proceso de lucha de clases.

PMS: ¿Por qué afirman que el veto a la LEU es un retroceso en la lucha estudiantil y popular?

César Romero: En estos momentos el proceso bolivariano vive una etapa de crisis y estancamiento, donde muchos se han desanimado y otros muchos se han desmovilizado, debido a la política negligente, ineficiente y antidemocrática de la burocracia. Cuando salimos a la calle los conflictos no son grandes marchas a favor o en contra de Chávez, más bien todos los días se multiplican los piquetes, paros y trancas por el salario, la seguridad laboral, la vivienda, etc. Y ante un escenario como este, solo el ascenso en la lucha de clases, en movilización y acompañada con medidas anticapitalistas para la transición revolucionaria, es lo que nos va permitir profundizar la revolución y retomar la dinámica que hace varios años se tenía.

PMS: Sin embargo están llamando a un gran debate nacional

Alexander Marin: ¿Un debate Nacional, Ahora? Los movimientos populares llevamos más de 11 años movilizándonos por una nueva Ley de Universidades

Que uno de los argumentos para vetar la ley fuera que había que abrir un debate nacional es prácticamente ignorar una serie de antecedentes importantes de movilización.

Desde los años 50 La Universidad venezolana, a excepción de algunos cambios, siempre ha mantenido su estructura antidemocrática, representativa y corrupta (como centro de negocios) en lo que se refiere a su funcionamiento. La exigencia de una nueva ley lleva décadas. La mayoría de las consignas que se defienden actualmente, son consignas que alzaron movimientos revolucionarios importantes como el marzo merideño o el movimiento por la renovación universitaria. Son consignas, de igualdad en los derechos, de democracia en los espacios, de socialización y contraloría de los recursos, acompañada de muchas más, que dan en las raíces del problema y que serían las únicas conquistas que nos permitirían comenzar una verdadera transformación universitaria.

Dejar esa historia a un lado, y decir que ahora hay que abrir un debate nacional es un acto totalmente irresponsable. Se anuncia y cumple cuando el movimiento estudiantil de derecha lo exige, sabiendo que este se caracteriza por ser un movimiento defensor de la autonomía que solo beneficia a las autoridades (que se enriquecen cada día más) y profundamente representativo y vertical, que en ningún momento ha abierto un debate nacional (teniendo todos los medios para hacerlo) sobre los problemas que atraviesan las universidades, si no que al contrario se aprovechan de estas dificultades para movilizarse y entregar documentos que ni su propio movimiento está consciente de lo que contiene.

César Romero: Pero este argumento es más irresponsable aún porque ¡la asamblea tuvo 5 años para abrir un verdadero debate nacional, y no lo hicieron! 5 años de gestión que no pueden ser calificados si no de ineficientes y alejados de los intereses de las mayorías, aprobaban cualquier tipo de reglamento y engavetaban la Ley de universidades, la ley del trabajo, la de salud, etc. Desde hace años las organizaciones de izquierda siempre hemos construido espacios nacionales de discusión abiertos y amplios, hemos realizado una variedad de movilizaciones y hemos entregado infinidad de propuestas en la Asamblea Nacional, y en estos momentos pareciera que todo eso no contara.

PMS: La Juventud de Marea Socialista emitió un comunicado en el que afirmaban que la LEU era progresiva, pero que tenía vacios, ¿Aún así están en contra del veto?

Alexander Marín: ¡La ley era un avance!, los vacios que esta tenía no eran excusa para no aprobarla

Ciertamente la Ley presentaba muchos vacios: primero porque había ausencia de elementos importantes como la gratuidad del ingreso (además de ser democrático), que el estado garantizara la permanencia de los estudiantes más desfavorecidos en las instituciones donde se instruyen, o que se especificara que los espacios universitarios no pueden ser administrados por empresas privadas si no por la misma comunidad; y segundo porque planteaba un nuevo modelo de estructura universitaria, dejando a un lado el que existe actualmente (escuelas, facultades, departamentos, con sus respectivas autoridades, funcionamiento, presupuesto y orientaciones).

Sin embargo, las leyes no las calificamos según el nombre, acomodo del contenido o cómo esté redactado, las evaluamos según su contenido de clase y si este está lo suficientemente claro como para brindar herramientas, jurídicas y políticas, a los movimientos sociales en su lucha diaria por la profundización del proceso. Y ciertamente la ley tenía esos elementos necesarios para avanzar.

Daba importantes herramientas para rescatar las luchas en las universidades, y sobretodo brindaba una oportunidad grande para el fortalecimiento de la izquierda en las universidades y el posible surgimiento de un movimiento estudiantil democrático, consecuente y crítico. ¿Acaso el proceso revolucionario no necesita urgentemente un movimiento con esas características? ¿Acaso se puede realizar una transformación universitaria sin movimiento estudiantil que la impulse?

En ningún momento, para un gobierno revolucionario, esos errores de la ley pueden estar por encima de las necesidades urgentes del proceso, como la formación de un movimiento estudiantil de izquierda o de la transformación universitaria, fundamentalmente porque es solo a través de la lucha por la democratización de la universidad (en todos sus aspectos) que se pueden lograr estos objetivos, y no a través de reestructuraciones académicas o de cómo se imparten clases. Acompañado a esto, y en pro de aportar posibles soluciones, existen una serie de medidas jurídicas (como reformas) y muchas atribuciones al gobierno (sustentadas en la LOE y la propuesta de LEU) para darle soluciones a corto y largo plazo a lo referido del sistema educativo y la estructuración de las carreras impartidas en las universidades.

PMS: ¿Cuáles en su opinión son las consecuencias del veto a la LEU?

César Romero: El veto de la LEU implica un retroceso de las luchas populares y solo beneficia a la derecha

En fin, este veto implica un retroceso y el desecho de una gran oportunidad para la izquierda universitaria. Esta decisión ignora todo la construcción que han venido dando los movimientos de izquierda, y la propuesta de debate por parte del gobierno seguro va a ser palabra muerta, ya que se viene una fuerte confrontación por parte de los dos polos en la asamblea nacional (que es la que debería ofrecer las condiciones), y seguirán situaciones de mucha tensión como la de los miles de tercerizados en el país o la que viven los damnificados, donde seguramente el gobierno tendrá centrada toda la atención. Después de 11 años, las universidades siguen intactas y la derecha celebra una supuesta victoria.

El llamado es a todos los movimientos que venimos alzando esta bandera, a seguir en pie de lucha, profundizando la discusión donde se tenga que dar y movilizándonos cuando haya que hacerlo. Nunca se había estado tan cerca de esta conquista como ahora. No es momento de recular, profundicemos la organización y sigamos dando las luchas a favor de nuestra clase.

Leer Más......

jueves, 30 de diciembre de 2010

Puerto Rico: Emblemática batalla universitaria

Ángel Guerra Cabrera La Jornada

Se dice con frecuencia que en las vacaciones de Navidad recesa la lucha de clases en América Latina. Pero eso está muy lejos de ser así y la prueba está en la nueva huelga de los estudiantes universitarios de Puerto Rico en vísperas de la mayor fiesta de la cristiandad.

Allí está a punto de ocurrir una tragedia si no se logra presionar al gobernador bushista Luis Fortuño para que cambie su bárbara conducta contra la comunidad universitaria, que ha llevado últimamente a la ocupación policial de los recintos de educación superior y a la reiteración, con saña inaudita, de salvajes actos de represión contra el estudiantado. Este se vio obligado en días recientes a recurrir de nuevo a la huelga general ante los tozudos intentos de Washington y su lacayo Fortuño por acabar con el carácter público de la Universidad de Puerto Rico, emblemática de insignes tradiciones en las luchas puertorriqueñas por las conquistas sociales y culturales logradas dentro del marco asfixiante del estado colonial, desvergonzadamente llamado Estado Libre Asociado.

La actual huelga tiene como antecedente inmediato otra con gran apoyo popular a mediados de año, a la que Fortuño y las autoridades universitarias respondieron con cerrazón al diálogo como ahora y las macanas policiacas como único argumento. Aquella huelga ocurrió después que se prometiera por el gobernador que las draconianas medidas de ajuste tomadas contra el sector público, entre ellas el despido de más de 15 mil trabajadores, no afectarían a la Universidad mientras más tarde realizaba nuevas declaraciones que indignaron a los universitarios al afirmar que estudiar es un “privilegio”. Encima de este antecedente y el de la ira popular contra el programa ultraneoliberal de Fortuño, el detonador del paro estudiantil entonces fue la declaración del presidente del alto centro de estudios anunciando un recorte de 100 millones de dólares al presupuesto de 2011, la eliminación de las exenciones en el pago de matrícula y un aumento de esta. Después de un tramposo proceso negociador por parte de las autoridades universitarias y luego de heroicas y creativas jornadas concientizadoras, no sólo de los universitarios sino del país, una asamblea general de estudiantes puso fin a la huelga, primera de ese carácter con la asistencia de delegados de los once planteles en la historia de la Universidad, pero conociendo al adversario adoptó este voto preventivo: El estudiantado se opone a que se aumenten los costos de estudio, sobre todo a la imposición de una cuota en enero de 2011… y dejamos claro que haremos todo lo necesario para detener esa cuota.

Con la huelga de días recientes, los alumnos no han hecho más que cumplir aquél acuerdo, ante el empecinamiento de las autoridades por adoptar las medidas cuestionadas entonces, que significan de entrada la exclusión de alrededor de 10 000 estudiantes del alma máter, además del principio del fin de la educación pública superior en Puerto Rico. Pese al estatuto colonial, en la isla, gracias a la lucha de los estudiantes y en consonancia con la tradición latinoamericana instaurada por el movimiento reformador de la Universidad de Córdova, en Argentina, no ha podido implantarse el sistema de enseñanza privatizado como en el resto de Estados Unidos. La batalla por esa conquista y por poner fin a las maniobras del gobernador y las neoliberales e incompetentes autoridades de la casa de estudios conducentes a hacer quebrar deliberadamente a la Universidad es la que vienen librando los estudiantes apoyados por numerosos profesores democráticos y patriotas, que han dado pruebas elocuentes de dignidad magisterial y solidaridad con los alumnos.

Los estudiantes han dado constantes pruebas de inteligencia y madurez, han sabido ser flexibles con las autoridades y han dedicado tiempo y esfuerzos para explicar a la nación lo que está en juego en su lucha, que siempre han vinculado con la del pueblo de Puerto Rico y los demás pueblos del mundo por otro mundo posible” . No han sido pocas las bien argumentadas propuestas de alumnos y académicos para que la universidad pueda salir airosamente de su actual situación financiera pero lo que hay en el fondo de la tozudez del gobernador colonial es el temor al precedente de una lucha estudiantil victoriosa por el ejemplo que puedes sentar para el resto de los sectores en Puerto Rico. Esta batalla trasciende a la Universidad y a Puerto Rico. Es una lección universal para quienes ven sus derechos conculcados.

Leer Más......

viernes, 17 de diciembre de 2010

Estudiantes puertorriqueños inician huelga indefinida por aumento de la matrícula universitaria


YVKE / Telesur

Miles de estudiantes de la Universidad de Puerto Rico (UPR) iniciaron este miércoles el segundo día de huelga indefinida en rechazo a la inclusión de una matrícula de 800 dólares que el Gobierno decidió imponer a partir del 2011.

Cada estudiante paga en la actualidad 49 dólares por materia en la UPR, por lo que los alumnos argumentan que muchos de sus compañeros no podrán asumir el nuevo incremento para continuar con su educación universitaria.

Puerto Rico, territorio que se rige por la administración estadounidense, “es un país donde más de la mitad de la población vive bajo la línea de pobreza, y muchos estudiantes no tienen como pagar el aumento”, señalan algunos de los estudiantes del recinto educativo.

El llamado a huelga indefinida fue convocado por la comunidad universitaria de Puerto Rico para expresar su rechazo al incremento que representa hasta un 200 por ciento adicional en su matrícula estudiantil.

Aura Colom, jefa de Prensa del Colectivo Estudiantil, precisó que no hay clases en la Universidad de Puerto Rico ante la huelga indefinida y por las fuertes precipitaciones que caen en la capital de ese país.

Decenas de policías tomaron los alrededores de la sede para evitar protestas, Colom agregó que los estudiantes se han negado a entrar al campus hasta que los oficiales abandone las instalaciones, pues temen que sean reprimidos en el interior de su propia casa de estudios.

Informó además que “el movimiento estudiantil está reunido deliberando estrategias para lograr la eliminación de la cuota por lo que se esperan manifestaciones para el resto de la tarde”.

Dijo que la cuota de 800 dólares “eleva sustancialmente los costos de estudio y deja a más de 10 mil estudiantes sin acceso a la educación superior”.

El ambiente en las instalaciones de la UPR se mantiene tenso mientras jefes del Gobierno justifican las acciones policiales al asegurar que “se acabó el activismo de izquierda en las universidades”.

Señaló que el martes la rectora Ana Guadalupe había prohibido cualquier presencia policial, sin embargo los efectivos de seguridad se desplegaron en los alrededores de la zona para reprimir las manifestaciones.

El gobernador del país, Luis Fortuño, asegura que no atenderá la protesta estudiantil, pues a su juicio, está injustificada.

La UPR sostiene que no hay suficiente dinero para cancelar a sus empleados y profesores, y se ve en un déficit de cientos de millones de dólares. La única solución que han esgrimido para resolver la cuestión es incrementar la matrícula que empezará a regir a partir de enero de 2011.

Fuente: http://www.radiomundial.com.ve/yvke/noticia.php?478242

Leer Más......

martes, 14 de diciembre de 2010

Miles de estudiantes piden la salida de la Policía de la Universidad de Puerto Rico


TeleSur

Miles de puertorriqueños protagonizaron ayer una marcha, convocada por agrupaciones de personal docente, en la que reclamaron una universidad estable, accesible y libre de presencia policíaca.

La protesta rechazó que la máxima casa de estudios puertorriqueña permanezca tomada por efectivos de la Policía desde el pasado viernes.

Estudiantes, profesores, egresados y empleados de la Universidad de Puerto Rico (UPR) se unieron en la llamada Marcha de los Globos Rojos, con la que reiteraron su rechazo a la cuota de 800 dólares que pretende imponer el Gobierno puertorriqueño a partir del próximo mes de enero.

Los manifestantes denunciaron la inseguridad prevaleciente en el país, con más de 930 asesinatos este año, mientras la Policía es utilizada para reprimir la lucha de los universitarios en contra de la imposición en el pago adicional a la matrícula académica.

La presidenta de la Asociación Puertorrriqueña de Profesores Universitarios (Appu), María Gisela Rosado, en declaraciones a la prensa responsabilizó a las autoridades gubernamentales por “cualquier situación violenta en los recintos de la UPR mientras realicen manifestaciones en rechazo a la cuota.

Las autoridades universitarias han advertido que la presencia policial es indefinida, al punto de que el jefe del cuerpo armado, José Figueroa Sancha, ha anticipado la posibilidad de establecer cuarteles en los recintos.

“Exigimos que la policía salga inmediatamente de la UPR. Este país no necesita más violencia de la que los gobiernos ni siquiera han sabido atender“, expresó Rosado.

La marcha bajo la consigna “UPR es un pueblo” reunió, según los organizadores, a unas 15 mil personas en reclamo a que la administración universitaria se siente a dialogar.

El presidente de la UPR, José Ramón de la Torre, convocó para una reunión este lunes a los representantes “legítimos” del sector estudiantil, descartando así cualquier reunión con dirigentes del comité protestante contra de la cuota de 800 dólares, que impediría a unos 10 mil universitarios proseguir sus carreras universitarias.

El presidente del Consejo General de Estudiantes (CGE) del recinto de la UPR de Río Piedras, Omar Ramírez, manifestó estar “alegre” por la posibilidad de inciar un diálogo, pero advirtió que sólo la derogación de la cuota de 800 dólares detendrá el inicio de una huelga.

Por su parte, el portavoz del Sindicato Puertorriqueño de Trabajadores, David Negrón, dijo a la prensa local que desde el día martes 14 del presente mes los estudiantes se proponen lanzar una huelga indefinida.

Fuente: http://www.telesurtv.net/secciones/noticias/85712-NN/miles-de-manifestantes-pidieron-salida-de-la-policia-de-la-universidad-de-puerto-rico/

Leer Más......

sábado, 11 de diciembre de 2010

Policía ocupa Universidad de Puerto Rico después de 30 años

PL.- La policía ocupó en la madrugada de hoy la Universidad de Puerto Rico (UPR), al concluir un paro de 48 horas en reclamo de la suspensión de una cuota especial de 800 dólares en la matrícula.

La sorpresiva acción policial, luego de más de 30 años de respetar la autonomía de la alta casa de estudios, avivó la protesta estudiantil.

El alumnado denunció la utilización de agentes privados con la intención de quebrantar los reclamos universitarios en contra de la política del gobierno de Luis Fortuño, al que imputan intenciones de privatizar la universidad pública.

Previa a la entrada de los agentes policiales, carros patrullas penetraron el recinto de Río Piedras como anticipo a la ocupación del campus unas horas después, lo que levantó el temor que se reediten las confrontaciones que en décadas pasadas causaron muertos y heridos.

Los policías fuertemente armados y con elementos de apoyo tomaron el control del portón principal de la UPR, con el fin de impedir la entrada de estudiantes.

De inmediato, la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios (APPU) anunció que durante la mañana de hoy los docentes no entrarán a la alta casa de estudios al quedar violentada su autonomía.

El dirigente estudiantil Arturo Ríos Escribano hizo un llamamiento en medio de la ocupación policial de la UPR, para que aquellos que no sean residentes abandonaran el recinto para evitar confrontaciones violentas, luego de que un vehículo del ambientalista Alberto de Jesús (Tito Cayac) fuera removido.

El presidente del Colegio de Abogados, Osvaldo Toledo Martínez, opinó que no se justifica la ocupación policial.

“Es innecesaria, ya había terminado la manifestación de 48 horas”, recalcó.

La rectora del recinto de Río Piedras de la UPR, Ana Guadalupe, había asegurado que no solicitaría la presencia de los agentes en el recinto de Río Piedras.

Leer Más......

viernes, 29 de octubre de 2010

La Universidad que tenemos


Ángel Miguel Rengifo J-PSUV

Cuando ingresé como estudiante a la UCV en 1954, no había enfrentamientos entre la Institución universitaria y el gobierno dictatorial de Marcos Pérez Jiménez. Apenas un minúsculo grupo de estudiantes dejaba oír su voz reclamando libertades democráticas. La caída de la dictadura en enero de 1958 convirtió a ese grupo de estudiantes en héroes. Los medios de difusión social inflaron la participación estudiantil en un hecho político, que hacía tiempo había sido cocinado en el Departamento de Estado de USA. Fue una jugada perfecta de los monopolios internacionales, para cortar de un tajo las veleidades nacionalistas de un gobernante que inicialmente había estado al servicio de los intereses estadounidenses. Quienes habrían de sustituirle hicieron un pacto en Nueva York ante la mirada atenta y las indicaciones de funcionarios del gobierno norteamericano. Pacto que fue ratificado en la quinta “Punto Fijo” propiedad del Dr. Rafael Caldera después de la caída del dictador.

Una vez que se instalaron en Miraflores los pactantes de “Punto Fijo”, comenzó el enfrentamiento de un grupo de estudiantes y profesores de la UCV con el gobierno. La institución universitaria como tal no participaba del pugilato verbal, que cada día se hacía más violento hasta transformarse en un enfrentamiento armado que oficialmente era entre el PCV-MIR y el gobierno. Sin embargo, la universidad sufrió una serie de allanamientos violatorios de la autonomía universitaria y numerosos estudiantes y profesores fueron presos o asesinados por los aparatos represivos del Estado. Los gobiernos de AD-COPEI, no diferenciaban a un guerrillero de un estudiante o profesor reclamando sus derechos constitucionales. La prensa y la TV guardaban silencio o daban informaciones torcidas.

Quien escribe, era profesor asistente de la Facultad de Medicina, cuando fue hecho preso a consecuencias del allanamiento de la UCV por Raúl Leoni en 1966. Me torturaron y estuve en un calabozo de la DIGEPOL con delincuentes comunes, sin que se me dictara un auto detención emitido por un juez. Al cabo de tres meses fui puesto en libertad sin decirme porque me habían hecho preso. Ni la UCV ni nadie dijo que me estaban violando mis derechos humanos. Pequeña diferencia con el presente ¿verdad?

En esos tiempos la universidad sólo le planteaba al gobierno la necesidad de incrementos presupuestarios, para contratar más profesores y personal administrativo con el fin de absorber la oleada de estudiantes sin cupo, que reclamaban agresivamente su ingreso a las universidades nacionales. El gobierno temeroso de que esos estudiantes crearan disturbios, que fueran aprovechados por los subversivos, daba el dinero, pero menos del exigido. La universidad lo tomaba sin chistar y sin cambiar la concepción de la docencia universitaria, le daba cabida al contingente de jóvenes que excedían la capacidad física de la Institución. Así, con presupuestos restringidos, se crearon nuevas Escuelas sobre basamentos docentes obsoletos. La universidad sólo en el papel era “una comunidad de estudiantes y profesores en busca de la verdad”. En la práctica era un conglomerado anárquico que no sabía a donde iba. Desdichadamente, así han transcurrido 40 años.

El busto de Vargas ha sido testigo silencioso del paso de autoridades rectorales de todos los matices del espectro político venezolano y aún somos una institución anárquica sin rumbo definido.

Hemos observado desde hace 10 años un enfrentamiento de la UCV con el gobierno de Chávez, que no ha pasado de dimes y diretes con los funcionarios designados por el Ejecutivo para dirigir la Educación Superior. Ha sido una especie de ping pong retórico alrededor de un tema único: “las deficiencias presupuestarias de la Institución”. Hasta ahora ha sido una pobre demostración de las autoridades universitarias y de los representantes del Ejecutivo Nacional, porque los problemas de fondo de la Institución han sido sistemáticamente soslayados: Repitencia, obsolescencia curricular, excesiva carga burocrática, investigación científica pobre y de espaldas al país, Escuelas y Facultades que debieran desaparecer por estar fuera del contexto del desarrollo del país, etc. La búsqueda de la verdad aún no ha salido del papel en que fue escrita la ley de universidades.

El camino que ha tomado la UCV de enfrentamiento permanente al gobierno, como parte de ese combo opositor, es una actitud de desafío político que obviamente no augura en absoluto ningún futuro promisorio para las universidades autónomas. Veamos por qué.

Venezuela, evidentemente, está dividida políticamente en dos parcialidades antagónicas que chocan cotidianamente. De un lado los que respaldan a Chávez y sus propuestas políticas, económicas y sociales. Estos forman un conglomerado soñador más o menos homogéneo, integrado esencialmente por excluidos sociales que sueñan con vivienda propia, educación para sus hijos, trabajo seguro y recreación. Paralelamente hay un grupo de excluidos intelectuales que sueñan con un mundo de personas socialmente iguales, donde predomine la paz, la solidaridad y el amor.

Del otro lado hay un combo denominado Oposición, económicamente heterogéneo y políticamente disperso, donde predomina una visión inmediatista y estrecha del mundo, y cuyo único punto de coincidencia es la oposición a Chávez. En este combo opositor existe una masa anónima de más de 5 millones de personas, formada por gente clase media y pobres que piensan como clase media, que rechazan sin argumentos a un gobierno que está impulsando cambios sociales, en plena democracia, para alcanzar niveles de desarrollo que dignifiquen al venezolano y le den soberanía al país. En muchos de esos opositores se observa señales inequívocas de que los medios privados han logrado implantarles un odio irracional hacia Chávez.

En este agrupamiento político está inserto buena parte del profesorado de las universidades autónomas, conjuntamente con las autoridades rectorales y Consejos universitarios, los que a su vez han establecido una asociación política con las universidades privadas. Asociación que estimuló la aparición de un nuevo componente del combo oposicionista: un precario movimiento estudiantil con líderes prefabricados por los medios de comunicación privados, con no sólo un confuso pensamiento político, sino también con una ignorancia impresionante; pero, eso sí, con una conducta perfectamente definida, que responde a dictámenes foráneos.

Esa amalgama de intereses políticos la completa los que exhiben un odio que no es visceral y conspiran abiertamente contra el gobierno, porque sus intereses económicos y políticos están ligados al neocolonialismo transnacional y reciben instrucciones y financiamiento para impulsar planes y acciones desestabilizadoras contra el gobierno.

Como voceros de esa masa oposicionista se presenta un grupo de políticos que ocupa diariamente los espacios de opinión en los medios audiovisuales privados, algunos antiguos izquierdistas y el resto dolientes de la IV República, todos absolutamente carentes de criterios unificadotes. Ellos adversan los planteamientos políticos y económicos del gobierno con mentiras y medias verdades, atizando la conflictividad entre chavistas y antichavistas sin anteponer proyecto político alguno.

Con relación a esa conflictividad, diríamos que no ha sido mala en sí mismo, puesto que funcionó como un boomerang contra la oligarquía criolla y estimuló el desarrollo de un proceso revolucionario. Pero esa conflictividad cumplió su papel y en este momento ayuda muy poco al desarrollo socio-económico del país, porque Venezuela necesita del esfuerzo sostenido de todos sus pobladores para avanzar a un velocidad acorde con las necesidades.

Esa conflictividad también ha permitido a una fragmentada Oposición obtener beneficios políticos, pero es evidente que tampoco les da para más. ¿Por qué?

La Oposición ha alcanzado un máximo electoral de 5.877.646 votos en 2010, resultado de un incremento de 683.807 votos en comparación con 2009. En unas elecciones locales, focalizadas en distritos electorales y que no tienen la misma significación para el elector que cuando se vota por un candidato en elecciones nacionales. Por ello, es muy posible que el techo electoral de la Oposición sean esos 5.877 .646 votos que obtuvieron para la A.N. lo que significaría que Chávez tendría un universo de aproximadamente 13 millones de votos para obtener los 6 millones de votos necesarios para ser reelegido en 2012..

Esta apreciación es resultante de pensar, que ahora la Oposición se enfrenta al reto de actuar como un bloque único en la AN, durante dos años de”soterrada” campaña electoral presidencial, en la cual deben promover leyes novedosas en beneficio de la clase media y los pobres. Además, trabajar inteligentemente para presentar un solo candidato y un programa de gobierno que agrade a los sectores de ingresos medios y al menos una parte sustancial de los excluidos sociales.

La clase media no puede hacerse la ilusión de que esa dirigencia fragmentada, oportunista y torpe vaya a cambiar el rumbo revolucionario que el país ha tomado en los años que van del siglo XXI. Los que fungen de dirigentes de la Oposición no van a cambiar, porque no pueden: Pompeyo Márquez y Teodoro Petkoff son octogenarios frustrados llenos de resentimientos que no los dejan pensar con tino. Los adultos mayores de AD y COPEI viven del pasado y el futuro se les agotó, sin poder recomponer las viejas estructuras partidistas. Otros, acostumbrados a no trabajar que se quedaron sin partido, como Pablo Medina y Andrés Velásquez, andan como ánimas solas en la búsqueda de migajas que puedan quedar del reparto de las “ayudas” que le llega a la Oposición del extranjero. Están los estorbos de Manuel Rosales y Pedro Carmona Estanga en el exterior, que quieren regresar perdonados por sus fechorías y en plan de líderes. Esos factores, sin contar con otros como la intromisión de la Embajada de USA, el individualismo y la mezquindad de la mayoría de los que fungen de líderes de la MUD y los militares golpistas, impedirán a la Oposición consolidarse como una fuerza homogénea con objetivos políticos definidos. Los jóvenes que les secundan no tendrán otra alternativa que deambular entre los restos de estructuras partidistas corroídas por la ceguera política, en espera de un milagro que nunca ocurrirá. La revolución seguirá andando y consolidándose inexorablemente.

Algunas individualidades políticas ligadas al gobierno hablan de la necesidad de un diálogo para evitar la conflictividad cotidiana que pueden conducir a la anarquía, lo que significaría que todos perderíamos. Habría un retraso significativo del ensayo político de cambio real que vivimos y la Oposición desaparecería por razones obvias.

Un diálogo creativo, abriría compuertas para garantizar la continuidad y aceleramiento del desarrollo nacional al abrir espacios de luz para todos los hombres y mujeres que conforman el pueblo venezolano.

Pienso que el fin de la conflictividad sólo podría lograrse, si se convence a la mayor parte de la masa amorfa que se opone sin argumentos a los cambios, que ellos también ganan con el proceso político revolucionario que vive el país. Pero eso no se logrará a través de un simple diálogo entre actores políticos, porque es necesario no sólo establecer objetivos bien definidos a corto plazo, sino que debe proyectarse en una dimensión futurista.

Un diálogo sin definir previamente objetivos políticos, económicos y sociales no pasa de ser intentos de \”concertación\”, \”diálogo político”, \”acuerdos” o “pactos” que fueron prácticas del pasado para satisfacer ambiciones personales y de grupos, que dejaron como resultado frustraciones y desengaños para el pueblo venezolano.

La oposición tiene sus referentes en materia de diálogos políticos y pactos. Los copeyanos viejos, los reencauchados y la alta jerarquía católica tienen el \”Pacto de Benidorm\”, un acuerdo alcanzado entre los liberales y los conservadores, con el fin de poner término a la crisis política que se vivía en Colombia, después del proceso de violencia desatado en 1948 con el asesinato del líder popular Jorge Eliecer Gaitán. Los resultados concretos se expresan en el estado de guerra que aún hoy, después de 62 años de tal pacto, vive el país hermano.

La derecha apegada a la Madre Patria, tiene los \”Pactos de la Moncloa” que permitieron la transición democrática en la España post-franquista, sin castigo a los asesinos seguidores del caudillo.

Los adecos y sus similares, añoran los pactos y acuerdos que comenzaron en Nueva York para la transición “democrática” después de la caída del gobierno dictatorial del Gral. Marcos Pérez Jiménez y que siguieron con el Pacto de Punto Fijo para mantenerse en el Poder por 40 años y propiciar la entrega de nuestras riquezas naturales a las transnacionales neocolonialistas..

Por diferencias en el tiempo, el espacio y las circunstancias, el diálogo que se plantea hoy tiene que ser diferente a los que la historia política mundial nos refiere. Por ello, primero tendríamos que preguntarnos quienes son los interlocutores para un diálogo sistemático, que haga viable la construcción de un nuevo espacio para la gestión democrática de los conflictos en nuestra sociedad. Diálogo donde hay que superar visiones polarizadas de los conflictos, mediante el reconocimiento de la complejidad que caracteriza la multiplicidad de intereses y de actores, y la necesaria identificación de un ámbito de respeto y tolerancia. También considerar que nuestra problemática está directamente vinculada a la multiplicidad de interlocutores, portadores a su vez de intereses y proyectos, que entran en una compleja interrelación contradictoria.

Es necesario dialogar para construir nuevos significados que integren expectativas diferentes y aun contradictorias. Tal es el desafío que aparece en el proceso del diálogo en nuestra sociedad.

En la agenda del diálogo deben tener prioridad tres grandes problemas, no resueltos por el proceso revolucionario a pesar de la voluntad puesta en su solución y que es una obligación del Estado darles respuestas con eficiencia y prontitud. Ellos son: Salud, Educación y Seguridad, cuya solución depende de que se transformen en un pensamiento colectivo.

En Salud la desconexión entre un enjambre de entes públicos y privados dispensadores de salud, con conceptos y normativas a veces con un claro antagonismo, constituye una ineficiente y pesada carga económica y política para el Estado, así mismo para los ciudadanos que acuden al sector privado en búsqueda de tratamiento a sus enfermedades.

En Educación hay otra pesada carga económica y política para el Estado y para buena parte de la población, ya que los objetivos de la educación son confusos, resultado del conflicto entre los intereses de las instituciones educativas privadas laicas, los de corte religioso y los no claramente definidos del Estado venezolano. No hay que dejar de lado la severa repercusión negativa de tal confusión en la Educación Superior, donde tenemos que las universidades autónomas han hecho un frente común con los políticos de la IV República y los golpistas, para oponerse torpemente al gobierno en detrimento del país.

La Seguridad personal es realmente costosa para el Estado y la ciudadanía. Es un tema en el que seguimos en el limbo. Nadie sabe lo que sucede en ese amasijo de múltiples cuerpos de Seguridad, grupos parapoliciales al servicio de políticos, bandas hamponiles formadas por funcionarios policiales, funcionarios policiales sicarios, agentes del narcotráfico, jueces venales y fiscales del ministerio público asociados al delito. De remate tenemos unas cárceles convertidas en campos de batalla con partes semanales de muertos y heridos..

Tenemos expertos en todas las áreas del saber y poca tradición de lucha en la búsqueda de la Verdad. Es necesaria la voluntad política de actuar desprejuiciadamente dejando de lado el dogmatismo y el sectarismo.

Los acuerdos recientes entre Colombia y Venezuela son una muestra fructífera del alcance del diálogo.

Evidentemente en nuestro país no habido ni hay criterios definidos, en cuanto a cómo convertir a nuestras universidades en factores fundamentales del desarrollo nacional. Con sólo abrir el correo ucv.ve en nuestras computadoras y leer los artículos de opinión de los universitarios en los periódicos, nos damos cuenta de una aparente vaciedad del pensamiento universitario. Estoy seguro que las universidades y en particular la UCV tiene suficientes cerebros para revertir esa impresión. Necesitamos despojarnos de prejuicios para abrir espacios al pensamiento creativo.

Vivimos en un mundo donde hay miríadas de problemas que esperan ser investigados, discutidos y resueltos. Mientras los universitarios venezolanos empleamos nuestro tiempo en diatribas estériles fungiendo de políticos y culpando a otros de nuestras propias incapacidades y errores.

Hoy es imperativo que las universidades (todas) se pongan al frente del progreso del país para ganarse la simpatía y confianza de todos los ciudadanos, abriendo espacios para el diálogo en busca de soluciones a los problemas que afectan a las más amplias mayorías del país.

Para cumplir con su papel de vanguardia intelectual del país, las universidades (todas) tienen que ser innovadoras, por lo tanto las autoridades universitarias cualquiera sea su pensamiento político, tienen que dejar de ser dogmáticas y sectarias, para permitir que el país, pensando en grande, pueda utilizar todo su potencial para su desarrollo socio-económico. Ese potencial está representado en este momento, por más de dos millones de estudiantes universitarios, los millones de muchachos en la Secundaria, y a los que hay que agregar una legión de profesores calificados.

Por ello, es necesario que el gobierno y las universidades (todas) lleguen a acuerdos para el desarrollo de proyectos institucionales que tengan un impacto directo en la solución de problemas nacionales: masificación de la formación de profesionales de la Salud, masificación de la formación de ingenieros metalúrgicos, químicos, automotores, petroleros etc. y sobre todo, masificación de la formación de técnicos y científicos en todas las áreas del conocimiento.

No es suficiente crecer en progresión aritmética, es imprescindible un crecimiento logarítmico

Leer Más......

  ©Template by Dicas Blogger.