Los Derechos Humanos y el Movimiento Estudiantil
Documento de Debate para el 43er. Congreso de la FEUE
El nuevo escenario que vivimos los pueblos latinoamericanos, es producto de luchas importantes por alcanzar una Patria Nueva y que ha producido, entre otros factores, erigir gobiernos de tendencia progresista, patriótica y democrática que van permitiendo recuperar derechos irrenunciables de las mayorías postergadas de los pueblos de América, trabajadores, campesinos, etnias indígenas, la juventud, las mujeres, etc.
Los gobiernos como el de Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa, principalmente, reafirman la conciencia que día a día adquiere el conjunto de la sociedad que busca una verdadera democracia donde los sectores populares que somos la mayoría alcancemos victorias y formemos parte de la construcción de un nuevo sistema de cosas, de un nuevo Estado, de una nueva sociedad.
Sin duda, al hablar de estos elementos que se van configurando en America Latina, uno de los actores fundamentales se enmarca en la participación juvenil en el panorama social y político de los últimos años, que permite constatar que la juventud en esta etapa ha sido parte de los movimientos sociales, de la lucha colectiva, con una relevante presencia que ha adquirido particular protagonismo en muchas de las acciones realizadas.
Es necesario analizar en perspectiva la historia de nuestra Latinoamérica, la cual está matizada por la lucha que diferentes sectores han realizado y que a lo largo del tiempo ha sido reprimida, perseguida y criminalizada. No podemos olvidar lo ocurrido con los “ENCAPUCHADOS” de la década de los 80 en Venezuela, la lucha del movimiento estudiantil argentino por sus derechos y en contra de las dictaduras, las acciones de combate callejero de los jóvenes colombianos por la defensa de una verdadera soberanía y sin lugar a duda, la fuerza, amplitud y combatividad de la juventud ecuatoriana por alcanzar sus derechos, a pesar de que diferentes gobiernos servidores del imperialismo norteamericano, sobre todo, han tratado de desarticularlo para mantener la voz del pueblo silenciada. Lo importante a destacar, es que la juventud se caracteriza por la resistencia al sistema, por su rebeldía a lo establecido y por ello ha sido una firme defensora de los derechos humanos y de las libertades públicas.
Además es indudable que la historia de nuestros países no puede ser contada sin la participación de los estudiantes, ya que hemos estado presentes en los principales momentos de cambio de cada uno de nuestros países; somos una juventud que se manifiesta sensible y se moviliza ante las necesidades de nuestros pueblos, combatiendo por ello; no somos un estudiantado que piense solamente dentro de los claustros de la universidad y los colegios; somos un estudiantado que siente en carne propia lo que sucede en el resto del continente y por tanto una de las características significativas que tenemos es el alto sentimiento social.
Sin embargo, una de las preguntas mas frecuentes que nos hacemos los jóvenes es si realmente los derechos humanos han sido respetados en nuestros países? La categórica respuesta sin duda es que no. Hoy, sin duda, existe un proceso de alternativa que configura un escenario político distinto, en ciertas latitudes, pero también hay gobiernos que se caracterizan por la violación de nuestros derechos y de los demás sectores populares; uno de ellos es el gobierno autoritario, terrorista de Álvaro Uribe Vélez en Colombia que tiene a su haber múltiples violaciones de los derechos humanos hacia los estudiantes, tanto secundarios como universitarios, a través de los medios institucionales y paramilitares. En el vecino país se ha vivido la agresión brutal hacia todos los estudiantes al reprimir a sangre y fuego las manifestaciones que se han realizado en diversas ciudades universitarias; se ha perseguido, encarcelado y se ha atentado contra la vida de los dirigentes populares y uno de los blancos principales han sido los dirigentes estudiantiles, buscando fracturar el movimiento estudiantil. A esto debemos sumar una de las mayores formas de violación de nuestros derechos, al colocar a la justicia como instrumento de amedrentamiento y persecución a los líderes sociales.
Una de las instituciones que ha sido utilizada para criminalizar y perseguir a los defensores de derechos humanos ha sido el Ministerio Público y la Función Judicial. Las empresas, con el apoyo del Estado, llámese Ministerio de Gobierno, Policía, Fuerzas Armadas, Jueces y Tribunales, se valen de las más diversas figuras penales, tales como la promoción y organización de manifestaciones públicas sin permiso (artículo 153 CP); del sabotaje y del terrorismo (capítulo iv, del libro ii CP), de la rebelión y atentados contra funcionarios públicos (artículos 118 y siguientes del capítulo i, título iii del libro ii CP), de los obstáculos puestos a la ejecución de las obras públicas (artículos 246 a 248 CP), de la asociación ilícita (artículos 269 a 372 CP), de la intimidación (artículos 277 a 282 CP), de la instigación a delinquir (artículo 286), de la apología del delito (artículo 387), del incendio y otras destrucciones, deterioros y daños (capítulo vii, título v, del libro ii CP), de los delitos contra la propiedad (título x, libro ii CP), sea el hurto, el robo o la usurpación; de los delitos contra los medios de transporte (capítulo viii, bis), paradójicamente, de los daños contra el medio ambiente (capítulo x.a bis), de los delitos contra las personas (título vi, libro ii), sea contra la vida, sea por lesiones; de los delitos de secuestro o plagio (artículo 188 CP.)
Se trata entonces de denuncias y acusaciones temerarias y maliciosas, presentadas con el fin de detener arbitrariamente y privar de la libertad, de manera provisional o definitiva, a estos defensores de la vida humana; pero sobre todo es la expresión máxima de represión que existe en diversos países de nuestra América.
Por estos motivos, como jóvenes, debemos plantear frente a los nuevos momentos que vive nuestro país, cual debe ser la forma de defender, con firmeza y oportunidad, la plena vigencia de los derechos humanos y no permitir que revivan las nocivas prácticas del pasado.
Hoy, cuando se han cumplido 60 años de la Declaración de los Derechos Humanos, debemos aportar una concepción integradora, amplia y general de lo que éstos significan para la sociedad; una concepción no limitada, por supuesto, a los derechos políticos y civiles, ni siquiera a los derechos económicos, sociales y culturales, sino acercándose también a los denominados nuevos derechos; los de la naturaleza, la paz, los derechos de las mujeres, de las minorías o de los pueblos.
Cuando miramos las expresiones de discriminación que se plantean en las supuestas “democracias consolidadas”; el retroceso de los derechos en favor de una hipotética “seguridad”, que se adoptan en Europa, Estados Unidos y la mayoría de países de América Latina; leyes vergonzosas contra los inmigrantes; a nivel general se endurecen las políticas de asilo; retrocede el terreno para la erradicación de la tortura; en esas condiciones debemos entender que falta mucho por hacer, que se vuelve una bandera de lucha fundamental, en este caso para la juventud, para los estudiantes universitarios, plantear con fuerza el respeto a los derechos humanos y a las libertades públicas. Que es necesario establecer formas para conocerlos en su integralidad y acciones para precautelar su plena vigencia.
Consideramos que es una obligación de los gobiernos democráticos y progresistas generar políticas y acciones específicas en los propios contenidos de la Educación superior para desarrollar el conocimiento y el mayor debate impulsado por el movimiento estudiantil sobre:
· Mayor participación de los pueblos en la toma de decisiones gubernamentales.
· Promoción de medios alternativos de comunicación que permitan dar a conocer a la sociedad la verdadera realidad que viven nuestros países
· Implementación de políticas que permitan la equidad de género
· La juventud como actor trascendental en la transformación de la sociedad.
Es decir; necesitamos transparentar el cumplimiento de los derechos humanos y efectivamente estos cambios llaman a mejorar el desarrollo de la sociedad pero somos los pueblos que estamos conquistando nuevos derechos y los llamados a exigir que se cumplan.
Pero sobre todo entender que los Derechos Humanos son un mecanismo para mejorar las condiciones de vida de los seres humanos y por lo cual estamos obligados a defenderlos, a dinamizarlos y luchar para exigir su cumplimiento.
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