México: Jóvenes, en la mira del narco...
Por: Raúl Adorno Jiménez
Los recientes ataques a jóvenes, muchos de ellos apenas adolescentes, tanto en Ciudad Juárez, Chihuahua, como en Navolato, Sinaloa, prende la alerta roja en materia de inseguridad pública, pues en los hechos violentos, cada vez son más los jóvenes que son víctimas o son cooptados por la delincuencia organizada.
Con estos ataques queda de manifiesto que el Gobierno federal sólo le apuesta a las estrategias policiacas, y no existe ninguna propuesta integral de desarrollo social que ofrezca verdaderas alternativas a la juventud, que es víctima del abandono, pues dos de cada diez no estudian ni trabajan, según datos del Instituto Mexicano de la Juventud.
Lo que más preocupa, es que de concretarse la salida de Eduardo Medina Mora de la Procuraduría General de la República (PGR), quedaría claro que el gobierno de Felipe Calderón apostará por el secretario de Seguridad Pública Federal, Genaro García Luna, quien ha sido el principal ejecutor de las estrategias policiacas y militares, cuyos resultados están a la vista: más de 16 mil muertos en lo que va del actual sexenio, síntoma del total fracaso de la política de seguridad pública de la actual administración pública.
Mientras los muertos se acumulan en la contabilidad del Gobierno federal, sin que haya posibilidad de parar esto, otro dato que habría que tomar en cuenta es que al inicio de la gestión del presidente Felipe Calderón había 32 millones de mexicanos que no terminaron la educación básica, hoy tenemos 33.5 millones, además, tiene siete y medio millones de alumnos sin poder asistir a la educación superior, es decir, es un renglón que va hacia atrás.
La estrategia implementada principalmente por la SSP Federal fue la de realizar un combate trasiego al tráfico ilegal de drogas hacia Estados Unidos, bajo el argumento de que con ello se evitaría que infestara a nuestros jóvenes; sin embargo, todo apunta a que el gobierno está perdiendo la batalla, porque en los últimos ocho años, el consumo de enervantes creció en un 70 por ciento en nuestro país.
Consultado sobre esta situación, el diputado priista Alfonso Navarrete Prida, es explícito: a un procurador hay que apoyarlo, si hay una decisión del Presidente, pues él sabrá; pero debe quedar claro que si le va bien al Procurador, le va bien a México.
El ex procurador del Edomex señala que el mal resultado en la lucha contra el narcotráfico, deriva de varias razones que no son imputables necesariamente al procurador Medina Mora: la primera, porque le quitaron la herramienta fundamental que es la policía, a la cual le dieron facultades donde el Ministerio Público quedó como mero maquilador de lo que disponga Policía Federal Preventiva; segundo, a la estrategia del combate al tráfico de drogas a los Estados Unidos, no se le acompañó de una sólida política en materia social, que se tradujera en un gran programa de desarrollo que permitiera generar condiciones distintas a nuestros jóvenes, y en tercer lugar, representa una burla el supuesto combate a las adicciones en materia de salud.
El asesinato a mansalva de 17 muchachos apenas el miércoles pasado, en Ciudad Juárez, Chihuahua, deja clara la realidad que sufren muchos jóvenes que no tienen derecho a la educación ni al empleo o que estuvieron en un centro de readaptación para menores o son adictos a las drogas, población que fluctúan entre los 17 y 23 años, y que se han convertido en carne de cañón para las bandas de narcotraficantes.
Recientemente el secretario de Seguridad Pública de Chihuahua, Víctor Valencia de los Santos, de plano dijo que para los criminales, los adolescentes son considerados “desechables”, ya que si pierden la vida o son detenidos por las autoridades rápidamente se tiene a quien los sustituya.
Otra experiencia que habla de la realidad de muchos de nuestros jóvenes, es lo que sucedió en Nuevo León, donde grupos de narcotraficantes cooptaron a jóvenes en situación de calle o con antecedentes penales, fueron reclutados mediante pagos de entre 5 y 10 mil pesos, para realizar manifestaciones con supuestas pretensiones de mejoras sociales y contra la participación del Ejército en la lucha contra el narcotráfico.
Otros casos donde se han detectado bandas que reclutan a jóvenes, son Tamaulipas, Baja California, Sinaloa, Morelos, Estado de México, Guerrero y Quintana Roo.
Incluso, los cárteles han llegado a pagar las multas o fianzas de aquellos jóvenes que pueden servir a sus intereses, y que en sus comunidades han sobresalido por sus niveles de violencia o inteligencia a la hora de delinquir o de manejar armas.
Mientras el gobierno del presidente Calderón insiste en enarbolar su supuesto éxito en la lucha contra el narcotráfico, miles de jóvenes se suman a las bandas delincuenciales, como su única alternativa, aunque ello les cueste la vida en el corto plazo.
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