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lunes, 17 de enero de 2011

Enseñanzas de la Universidad Indígena de Venezuela

Iñaki Etaio Askapena

En el bicentenario de la declaración de independencia de varios estados de Abya Yala - Latinoamérica (al menos sobre el papel, ya que los pueblos del continente siguen aún luchando por su segunda y definitiva independencia), los pueblos originarios continúan resistiendo y luchando por mantener su identidad y cultura, haciendo frente a la aculturización impuesta por la “modernidad” capitalista y, al mismo tiempo, adaptando diversas herramientas nuevas (internet, por ejemplo) a sus necesidades.

En verano de 2010 la brigada de Askapena en la República Bolivariana de Venezuela tuvimos ocasión de conocer una iniciativa novedosa desarrollada en este sentido. Durante varios días participamos en las actividades de la Universidad Indígena de Venezuela (UIV), conviviendo con las y los compañer@s pumé, jibí, e´ñepá, warao, piaroa…

La UIV surgió en 2001, impulsada por Causa Amerindia Kiwxi. La universidad está situada en la sabana del Estado Bolívar y consta de varias zonas para el estudio (que incluyen un aula informática con internet) y desarrollo de actividades (silvicultura, lombricultura, carpintería, artesanía, demostraciones culturales, …), así como de diversas pequeñas aldeas donde se alojan l@s estudiantes y profesor@s.

El objetivo de la UIV es formar a miembros de las diferentes comunidades para que en el futuro tengan las capacidades suficientes para desempeñarse como líderes de sus respectivas comunidades. Para ello, la formación pivota sobre tres ejes principales: cultura (historia de los pueblos, cosmovisión y espiritualidad indígena, idioma, expresión artística...), concienciación (nociones de estado y política, ecología, economía, recursos naturales...) y producción (agricultura, apicultura, piscicultura, cría de búfalos...). Además del componente teórico, la enseñanza está enfocada sobre todo en los aspectos prácticos. Las enseñanzas constan de seis semestres, más una tesis final (aproximadamente un año) en la cual l@s estudiantes deben desarrollar un proyecto que luego, al aplicarlo en su comunidad, se traduzca en la resolución de algún problema o en una mejora.

Quienes acuden a formarse son seleccionados por sus respectivas comunidades y provienen principalmente de los estados Apure, Bolivar y Amazonas, de poblaciones en ocasiones muy lejanas, que pueden requerir varios días de desplazamiento en canoa o a pie. En el año 2010 cursan sus estudios 75 alumn@s, siete de l@s cuales son mujeres. Inicialmente sólo ingresaban hombres aunque se está haciendo un esfuerzo por aumentar progresivamente la participación de las mujeres, las cuales pueden ingresar con 17 años (a los hombres se les exige como mínimo 18).

En mayo de 2010 se logró el reconocimiento de la UIV por parte del Gobierno Bolivariano, lo que supondrá recibir financiación, pese a lo cual el funcionamiento seguirá siendo autónomo, gestionado por miembros de las comunidades participantes. El reconocimiento de la UIV, aunque algo tardío, es también una muestra de la postura gubernamental hacia los pueblos originarios, aunque persistan importantes contradicciones debido a la insuficiente aplicación de la ley de derechos indígenas y a las pugnas entre estos pueblos que reclaman sus derechos y los latifundistas, colonos, ganaderos y sectores de la denominada derecha endógena o boliburguesía (oportunistas instalados en las estructuras de poder bolivariano que sirven a sus propios intereses y no a los del pueblo). Tal sería el caso del encarcelamiento del cacique (lider comunitario) yukpa Sabino Romero por una disputa territorial en el estado Zulia. Queda, por tanto, mucho por hacer todavía, aunque algo se ha avanzado. Como un joven jibí nos indicaba, ningún gobierno anterior los había tenido en cuenta hasta que, con su inclusión por primera vez en la constitución bolivariana, sus derechos están empezando a ser reconocidos.

La UIV constituye una experiencia que se va asentando con los años, suponiendo un referente de cómo los pueblos originarios pueden organizarse y gestionar su propia educación, haciendo énfasis en la formación de líderes para el mantenimiento de la identidad y cultura de sus comunidades. Nuestra breve estancia como “profesores itinerantes” de apoyo nos ha permitido aprender de estos pueblos algunos aspectos que se han ido perdiendo con el transcurso de los siglos en Euskal Herria, bajo la presión del mercantilismo aculturizante, la negación como Pueblo Vasco y el permanente intento de asimilación por parte de los estados español y francés. Desde su humildad nos han mostrado 3 elementos primordiales a salvaguardar. Por un lado, la necesidad de conocer la historia y mantener la cultura y el idioma. Por otro lado, el valor otorgado a la comunidad, a la colectividad como eje central fuera de la cual el individuo queda anulado culturalmente, sin referentes para hacer frente a la enajenación capitalista que busca despersonalizarlo y convertirlo en simple consumidor. Finalmente, los pueblos originarios, conscientes de que son parte indisoluble de la naturaleza, de que de ella han surgido y a ella pertenecen, nos recuerdan una cruel y actual realidad: la destrucción de la naturaleza, de Ama Lurra, bajo el consumismo despilfarrador y el desarrollismo de nuestra supuesta modernidad.

Ser conscientes de la necesidad de incluir estos 3 elementos en nuestra formación y en nuestra lucha contra los elementos (externos e internos) que niegan al Pueblo vasco es imprescindible para pervivir como pueblo. Recordárnoslo de forma práctica ha sido la aportación solidaria de estos pueblos.
http://www.askapena.org

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