Bolívar y la Unidad Estudiantil
Por: Movimiento Juvenil Bolivariano
La búsqueda de la unidad de nuestros pueblos ha sido una constante histórica en los movimientos sociales que han luchado por sus derechos. Como parte fundamental del pueblo, los estudiantes han jugado un papel trascendental en esas luchas contra la injusticia social y las tiranías; y ha sido la unidad el principio sobre el cual ha descansado la fuerza de sus organizaciones y el éxito de sus acciones. El Libertador Simón Bolívar es el ejemplo más nítido del valor que toma la idea de la unión para vencer, para construir una patria digna y soberana. La obra, el proyecto y el ideario bolivariano se constituyen en paradigma de lo que deben ser las luchas actuales del movimiento estudiantil y de todo el pueblo colombiano. En esta ponencia queremos demostrar como la unidad estudiantil se constituye en una necesidad principal a la hora de construir una organización de carácter nacional que enfrente las políticas lesivas del Estado colombiano, y cómo el ejemplo de Bolívar nos sirve para lograr ese acometido. Además se hace una comparación entre los fundamentos que deben guiar a la organización estudiantil única que se pretende construir y los principios que guiaron a los patriotas colombianos en su camino hacia la emancipación.
En la historia de la humanidad han existido colosales civilizaciones pero también gigantescas tiranías imperiales, que se sostenían con base en el terror que le imprimieron a sus súbditos y en la subyugación de pueblos que permanecían débiles cuanto más eran disipados. Así sucedió en Nuestra América, donde la crueldad de la corona española mantuvo en la ignorancia y más brutal represión a los hijos de América por más de tres siglos; plagando de oprobios y humillación las tierras desde el Río Bravo hasta la Patagonia.
Pero los próceres de la emancipación americana, a cuya cabeza se encontrará por siempre nuestro Libertador Simón Bolívar, entendieron rápidamente que no existía ninguna razón que justificara continuar entre cadenas y por el contrario sobraban los motivos para buscar la independencia y alcanzar la gloria de la libertad y la igualdad social.
Para ello, no quedaba otro camino que unir esfuerzos y esperanzas en torno a las batallas inaplazables que se sucederían contra la tiranía española. Sólo la unidad de los oprimidos, de los naturales, del campesino descalzo y descamisado, y en general de todos quienes tenían el derecho y el deber de conspirar contra la España invasora, sería la garantía del triunfo revolucionario y de la construcción de Colombia.
Es en el padre de la patria: Simón Bolívar, donde encontramos el ejemplo más nítido de lo que debe ser la unidad: un propósito constante, una aspiración universal; Bolívar es universalista convencido y militante, por eso era su más profundo deseo incorporar a Nuestra América en plan de fuerza activa a la unión de todos los pueblos del mundo.
Esa idea de la unidad de nuestro pueblo contra el despotismo, que debe descansar sobre la cohesión de todos sus constituyentes: estudiantes, campesinos, indígenas, trabajadores y en general de los explotados, tiene que ser parte esencial de nuestras conciencias y de nuestra práctica diaria.
Los estudiantes colombianos, que somos un conjunto social muy heterogéneo, con distintas creencias, diferentes gustos culturales e ideas políticas, no hemos estado a salvo de las lacras que socavan el espíritu de la patria: la explotación, el hambre, la miseria, la carencia de libertad de expresión, la privatización de la educación, la represión y la discriminación son tan sólo algunas de ellas, que sabemos no son sino el producto de la imposición del sistema económico de producción capitalista; el cual sostienen con sevicia, los mercaderes de la muerte y funcionarios serviles del imperialismo que continúan usurpando el poder de nuestros estados.
Es esa necesidad de recuperar los derechos que nos han arrebatado y de alcanzar nuevas victorias sobre los piratas de cuello blanco que hoy profanan nuestro suelo, el motor que auspicia y anima la lucha estudiantil, que a lo largo de nuestro proceso histórico ha asumido diversas y creativas formas, y a que ha estado atravesada por la unidad, como principio, acción y como potencia generadora de legítima rebeldía.
Estuvo presente como estandarte del movimiento estudiantil de Córdoba - Argentina en 1918, así mismo en las jornadas de 8 y 9 de junio de 1929 y 1954 en Colombia, como también en las valerosas luchas de los años 70 y 80 y en el memorable año de 1998, donde los estudiantes en sólida liga con el resto del pueblo, lograron contener el Plan Nacional de Desarrollo del entonces presidente Andrés Pastrana. Y no podríamos dejar de resaltar el papel cumplido por la unidad de los estudiantes en la altiva revolución cubana, cuando se constituyó el célebre Directorio Estudiantil o en las jornadas de mayo del 68 en Francia u octubre del 68 en México. Todos estos fueron momentos coyunturales de importancia, más sin embargo, la unidad estudiantil debe perdurar en el tiempo hasta hacerse un principio de práctica constante, tal y como lo fue para el Padre de la Patria.
La conformación de una organización única de los estudiantes de secundaria; donde confluyamos todos los jóvenes que hoy nos encaminamos hacia la construcción de las trincheras de ideas que consignara el apóstol cubano José Martí en su célebre frase, será un paso gigante en el desarrollo de un movimiento estudiantil fuerte y beligerante. La unidad de los estudiantes deberá ser el máximo estandarte de lucha de ésta organización de Nuestra América.
Reconocer los esfuerzos que hasta el momento se han realizado por construir organización estudiantil y trascender la práctica de la unidad de los marcos coyunturales, es un paso importante que debemos dar los estudiantes en ésta nueva etapa que comenzamos. Esos esfuerzos hechos por la unidad estudiantil han encontrado en el camino, múltiples obstáculos que debemos tener en cuenta para superarlos y avanzar. Algunos de esos obstáculos que podemos citar para explicar el porqué del reflujo y dispersión actual del movimiento estudiantil son: la falta de encuentro en un ideario común, que haga parte de nuestra identidad nacional y que responda a los llamados de nuestros anhelos más profundos y de nuestras raíces más autóctonas; el sectarismo innecesario entre las distintas organizaciones, la falta de dinamismo de las estructuras creadas hasta el momento y cuya influencia en la masa estudiantil es marginal pues no están en permanente contacto con ella. Pero es sin lugar a dudas el terrorismo de Estado, con sus macabras prácticas de represión, el elemento más importante como causante de ese reflujo, inercia y dispersión actual del movimiento estudiantil.
La intención de los oligarcas que hoy ostentan el poder, siempre será amedrentarnos, pues sabe que la unidad de los estudiantes es una potencia de rebeldía que amenaza sus intereses; el usu sistemático del terror como forma de gobernar es una práctica que no es nueva; ya en tiempos de la colonia, el pueblo granadino tuvo que enfrentarse a ella, a la inescrupulosa inquisición de la iglesia y a las más depravadas sentencias que imponían los gobernantes españoles a quienes legítimamente se revelaban contra ellos.
Bolívar entendió que debía hacer esfuerzos por demostrar a nuestros pueblos, que solo enfrentando de manera audaz y organizadamente a la crueldad, esta dejaría de existir; y con éste convencimiento, miles y miles de granadinos, venezolanos y ecuatorianos, con su fuego rebelde, rompieron el hielo del terror que inspiraba España; fueron uniéndose entorno al proyecto emancipador y de múltiples formas: en las milicias, en el Ejército Libertador, en campos y plazas públicas, combatieron con valor a la tiranía española hasta expulsarla de estas tierras.
La máxima organización de los estudiantes de secundaria del país, no tiene porque vacilar en plantear una lucha férrea contra las injustas políticas del Estado; todos los que impulsemos la actividad de ella, debemos reconocer que es nuestro legítimo derecho protestar contra lo injusto. Es el mismo derecho legítimo que asistió a la lucha de los patriotas insurrectos contra España en los albores de la primera emancipación de la América hispana.
Una organización resuelta a sostener batallas decisivas por los derechos estudiantiles y de todo el pueblo es la que debe desarrollarse en cada rincón de la patria.
Esa organización de carácter nacional que hoy comienza a edificarse debe recoger las aspiraciones comunes de los estudiantes colombianos de secundaria; por lo que se convierte en tarea principal, hacer un profundo trabajo de organización en las masas estudiantiles, en sus procesos de base, desde las diferentes expresiones de los estudiantes en los colegios de cada región y del país, llamando a la articulación de todas las organizaciones que ya existen entre los estudiantes en torno al fortalecimiento de una sólida fuerza estudiantil.
Señalaba el libertador en uno de sus escritos que "es la unión, ciertamente, más ésta unión no nos vendrá de prodigios divinos, sino por efectos sensibles y esfuerzos bien dirigidos"; Bolívar nos llama a través de la historia a no aplazar más la empresa de construir la unidad estudiantil, nos convoca para que emprendamos de manera organizada y sin cansancio la tarea de fortalecer la liga de todo el pueblo colombiano y de los pueblos de nuestra América entorno a la segunda y definitiva independencia.
Lo que como colombianos hagamos por la libertad y por la construcción de una Nueva Colombia en paz con justicia social, necesariamente estará ligado al destino de los pueblos de América Latina y el Caribe. Bolívar, el más grande y convencido y militante de la idea de unidad latinoamericana y caribeña hacia la conformación de la patria grande, nos enseña que uno de los principios sobre los cuales debe reposar la educación del ciudadano y la conciencia de un luchador revolucionario es la solidaridad con los pueblos del mundo, la unión con quienes comparten con nosotros el anhelo y el deber histórico de asegurar un porvenir mejor para la humanidad.
Estas modestas consideraciones que hacemos quienes militamos con alegría y voluntad en los cientos de núcleos clandestinos del movimiento juvenil bolivariano esperamos que sean tenidos en cuenta para el debate y la construcción colectiva acerca de la organización estudiantil de secundaria que debemos construir entre todos, con una alta disciplina, valor, con ilustración e inquebrantable decisión, para de esta manera entrar triunfantes en los gloriosos anales de la historia.
¡Con Bolívar venceremos!
MOVIMIENTO JUVENIL BOLIVARIANO
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