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viernes, 14 de diciembre de 2012

“Esta revolución política y descolonizadora debe dar lugar a una revolución económica post capitalista”

Ricardo Bajo y Katu Arkonada Le Monde Diplomatique 

El Vicepresidente nos recibe en Palacio de Gobierno. La entrevista tenia que ser realizada en la Vicpresidencia pero el presidente Evo Morales lo habia convocado a un acto imprevisto. Es sábado por la mañana, finales de noviembre. Con unas salteñas y unos jugos, Alvaro García Linera pasa casi dos horas con Le Monde Diplomatique-Bolivia. Piensa cada respuesta, incluso se pasa casi un minuto de reloj, en silencio, con la vista en el horizonte de un gran salón, buscando el concepto adecuado. Hace autocrítica. Se levanta y se va a su despacho a buscar el dato exacto. Usa “mis hermanos” para dirigirse a los entrevistadores. Ni se brinda ni se excusa sobre su candidatura a vicepresidente en 2014. “El auto de Evo es el único en competencia, ¿para qué cambir de carro o de chofer?”, dice. Recibe un par de mensajes en su celular que no contesta. Ya es la hora del almuerzo. Posa para la tapa de diciembre con el retrato de Evo en hojas de coca del artista boliviano Gastón Ugalde. Nos vamos. El Palacio luce en silencio. 

 LMD: 11 años después, acaba de realizarse el Censo 2012. ¿Qué temas de importancia deberá debatir el país, producto de sus resultados?

Lo más importante del Censo de Población es que nos permite una detallada mirada geográfica de las condiciones de vida de las familias bolivianas, es decir, una lectura georeferenciada de la satisfacción y carencias de servicios básicos, de la situación laboral, de la situación migratoria y la estructura familiar. El Censo nos dice “aquí falta inversión en servicios básicos”; “allí estamos bien”; “en ese otro lugar falta luz o educación”; y de acuerdo a ello, el Estado, en sus tres niveles, municipal, departamental y Plurinacional, puede establecer estrategias de inversiones inmediatas que mejoren la calidad de vida de los ciudadanos. Un efecto colateral del Censo, que es importante para las élites locales, es el tema de la distribución de los recursos de la coparticipación y el número de los asambleístas. Pero reducir a eso el Censo, es una mirada mezquina y estrictamente política. Un diputado más no le llega al plato de comida de la gente, ni da salud de los niños, ni garantiza los servicios básicos de la población. Incluso, una mayor o menor coparticipación tributaria por disputas de límites regionales no es una garantía para la satisfacción de necesidades básicas. Hoy, los municipios apenas han ejecutado el 35% de su presupuesto de inversión y así es año con año. Las obras de mayor impacto social en los municipios vienen de la mano del gobierno central y entonces lo que se requiere es una delimitación muy clara de cuales regiones necesitan mayores inversiones concurrentes para resolver las necesidades de la población. LMD: Si bien el censo ha sido motivo de conflicto entre el gobierno y la oposición, en los últimos tiempos el mayor conflicto se ha dado en torno al TIPNIS. ¿Qué balance hace el Vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia de esta cuestión? 

En la Amazonía, a diferencia de lo que ha sucedido en tierras altas, aún no se ha dado una revolución, una insurgencia indígena campesina, capaz de modificar las viejas estructuras de poder de predominio hacendal-patronal. Desde el Estado hemos dado pasos importantes para liberar la energía popular capaz de desmontar el poder despótico-patronal, como por ejemplo reducir la tenencia de la tierra de los grandes hacendados de 49 millones de hectáreas a poco más de 4 millones. Hemos desmontado el patrimonialismo que fusionó la administración estatal a la gran propiedad hacendal y, cuando quisimos sentar presencia del Estado en la territorialidad amazónica, tarde comprendimos que allí hay una tenebrosa alianza entre patrones de la tierra, empresarios que procesan las materias primas, gobiernos y empresas extranjeras que desde hace 30 años atrás han creado una especie de soberanía extraterritorial sobre una parte importante de la Amazonía. LMD: ¿Podríamos decir que en el fondo lo que sucedió en el tema del TIPNIS ha sido la confrontación entre el patrimonialismo y poderes extraterritoriales enfrentados a la presencia del Estado? Sin duda. Y en eso hemos tenido que regresar a las viejas tragedias del siglo XIX y principios del siglo XX cuando para trasladar a nuestros soldados hasta el Acre tardábamos un año, y cuando llegábamos, los otros ya estaban en su segundo cultivo de yuca, ya habían construido sus hospitales, habían hecho sus calles y habían cambiado el nombre de las escuelas, por lo que cuando llegaba el ejército boliviano ya estaba en otro país. Lanzamos una iniciativa de presencia estatal en el TIPNIS sin saber a profundidad la trama de intereses de poder local y transnacional que iba a ser afectada y que iba a movilizarse; no llegamos a vislumbrar la dimensión del conflicto, de los poderes empresariales internos y externos que íbamos a enfrentar allá. Si hay una autocrítica que hacer es esta, no haber medido, no haber comprendido en su totalidad este entramado de patrimonialismo, de estructuras tradicionales de dominación hacendal, empresarial y de intereses extranjeros, de países y de empresas, que se escondían detrás de la supuesta “preservación de la Amazonía”. Hemos ido aprendiendo sobre la marcha. LMD: ¿Se ha dado, por tanto, un encuentro entre el Estado y la Amazonía? Sí, y ahora podemos teorizar, lo que podemos denominar dimensiones y velocidades de la plurinacionalidad. Las experiencias de poder de la plurinacionalidad son diferenciadas geográficamente y, por lo tanto, los ritmos en la construcción de la plurinacionalidad también son diferentes. La experiencia de poder de los aymaras es muy diferente de la experiencia de poder de los mosetenes o yuracarés; no sólo por la densidad demográfica sino por la acumulación histórica. Nuestra visión de la plurinacionalidad se ha enriquecido mucho tomando en cuenta esta diversidad de experiencias geográfica y nacionalitaria de la autodeterminación de cada pueblo, pero ha costado. ¿Quién nos iba a dar una hoja de ruta? Lo más cercano a este tema son los debates de los austro marxistas, los debates de Lenin y Stalin sobre el tema de las nacionalidades, o los debates kataristas sobre especies de federalismos entre indígenas y no indígenas y, dentro de los indígenas, cómo se trataba el tema de los faccionalismos internos. Es decir, son debates de hace trescientos, ciento cincuenta o cien años, pero que no ayudan a marcar una hoja de ruta práctica hoy. Hemos tenido que ir aprendiendo sobre la marcha, como toda revolución, y en ello recuperar señas y atisbos que alumbren futuro. Han sido meses de gran aprendizaje sobre el modo real de la construcción geográfica de la plurinacionalidad, eso podemos sacar como lección final del conflicto del TIPNIS. LMD: ¿La consulta previa es una herramienta de construcción de la plurinacionalidad? La consulta ha ayudado mucho a superar a esta capa de dirigentes e intermediarios políticos vinculados a negocios de madera y de cuero, que eran hasta el momento los únicos interlocutores. Los subalternos hablaban a través de los dirigentes y Oeneges; pero nunca hablaban los verdaderos subalternos del TIPNIS. En el caso del Altiplano encontramos una amplia rotación de la dirigencia que permite que permanentemente se estén renovando las dirigencias locales, mientras que en las regiones amazónicas se da una construcción más vertical y más reciente de estos niveles de representación que habían embargado la voz de las comunidades y es con la que ahora el Estado se ha encontrado. Este encuentro con la voz de los subalternos se ha dado comunidad por comunidad, para bien o para mal, para que nos riñan, para que nos exijan o para que nos recomienden. Así ha sido el encuentro de un Estado con las estructuras comunitarias. El Estado, cuyo único anterior lenguaje era la persecución o la expropiación de tierras, por primera vez llega a conocer la Amazonia de a pie, sus ríos, sus necesidades, su lógica y su temporalidad. Y llega para dar, no para expropiar nada. El Presidente lo ha podido resumir de una manera contundente cuando decía que los lugares de mayor abandono y de mayor desamparo social no están en las zonas altiplánicas, sino que están ahí en la Amazonía. La consulta ha sido eso, mas allá de recoger necesidades y demandas en el tema de la carretera, ha sido un encuentro necesario de un Estado que durante siglos no había tomado en cuenta la Amazonía y la había dejado en manos de los patronos, de los hacendados, de las iglesias y luego de las ONGs. Esta consulta ha sido toda una pedagogía de construcción territorial del Estado y además sus resultados son muy claros. Las comunidades están demandando que quieren Estado, que han vivido durante siglos sin Estado y no quieren seguir viviendo como viven, teniendo que sacar a sus enfermos del estómago durante cuatro días de navegación para llegar a una pequeña posta sanitaria o comprarse una bolsita de sal 20 veces más cara que la que compran en Trinidad o en La Paz. Los indígenas del TIPNIS quieren Estado: el propio; el poder donde ellos se benefician y ayudan a decidir. Y esa es la plurinacionalidad en marcha. LMD: La proyectada represa de Cachuela Esperanza, esta sí parte del proyecto IIRSA, ¿podría convertirse en el próximo TIPNIS? En el caso del TIPNIS había todo tipo de poder menos el estatal, todo el mundo ahí mandaba menos el Estado, pero en el caso del Beni, de la parte norte del Beni, la cosa ya es diferente. Entre las cosas por las que se va a recordar al presidente Evo en los libros de historia escritos de aquí a treinta, va a ser porque es el primer Presidente indígena en un gobierno de los movimientos sociales. Pero además porque fue el arquitecto de la construcción de la estatalidad en la totalidad de la territorialidad patria. El primer Presidente que construyó Estado en territorialidades del norte amazónico que hasta su llegada estaban privatizadas y extranjerizadas. Sobre la represa, fuimos muy claros cuando loa anunciamos en Trinidad: está el diseño final pero faltan los recursos. Cuando consigamos los recursos lo diremos y la población estará obligada a asumir un debate interno de qué le conviene. Nunca lo vamos a plantear como un proyecto que se vaya a imponer sí o sí. Es nuestra responsabilidad decirles “aquí está el proyecto, aquí están los recursos”; es una buena posibilidad de convertir al norte beniano en una zona de irradiación económica tomando en cuenta las estructuras comunitarias y societarias y la preservación del medio ambiente. En ese momento serán los compañeros los que debatan y en función a ese debate regional beniano y amazónico, el gobierno nacional dará el siguiente paso. LMD: Precisamente en enero el departamento del Beni elegirá a su gobernador o gobernadora. ¿Qué se está jugando en esta elección? ¿Cómo podría leer el país esos resultados? La Amazonía en general pero en particular el departamento del Beni es un departamento de predominio centenario de un poder local conservador. Esto es clave; no estamos hablando de las elecciones en un departamento de insurgencia popular como La Paz o Potosí, sino de un departamento donde las estructuras de dominación local hacendataria, si bien han sido afectadas pero aún son dominantes. Allí no mandan ni los indígenas ni los obreros ni los campesinos. Mandan los patrones porque el sistema productivo y comercial, siguen en manos de sectores empresarios conservadores. Por ejemplo, en los territorios indígenas el poder del intermediario -el comprador de madera, de cuero, de castaña o del hacendado que provee los alimentos- no se ha quebrado. Sigue controlando la producción indígena; sigue controlando los medios de comunicación; sigue controlando el sentido común y el imaginario regional. Por ello, el Beni no puede ser colocado como una radiografía del país; al contrario, Beni presenta una excepcionalidad, incluso respecto a Santa Cruz. El Beni es como el último territorio de contención donde las fuerzas más reaccionarias y decimonónicas con apoyo externo se han atrincherado para preservar el poder regional. Entonces la batalla es dura, ahí para la izquierda incrementar la votación en un 1% es una victoria; y creemos que tenemos muy buenas posibilidades para dar sorpresas. Pero hay que trabajar muy intensamente. En cierta medida el Beni es como la última torre asediada del viejo sistema político y del viejo sistema económico patronal. Lo que se va a poner en juego en esta elección es en qué medida la revolución que está pasando en el país logra expandirse también al Beni o, en qué medida en el Beni seguirán sus élites patronales conteniendo la democratización. LMD: Más allá del Beni, ¿cómo va a afrontar el gobierno el ciclo electoral 2013-2014? Con dos pies, en dos ejes. El primero es la consolidación y expansión del modelo económico social productivo que se fue sembrando desde el 2006 y que ahora, de manera gradual, va comenzando a dar sus primeras cosechas: reducción de la extrema pobreza, reducción del desempleo y las desigualdades, transferencias económicas a los sectores más vulnerables e inicio de los procesos de industrialización que ya comienzan a adquirir cuerpo después de tantos problemas y maduraciones previas. Todo lo anterior se muestra ya en la transformación gradual de la microeconomía de las personas en términos de su vivienda, en términos de la escolaridad de sus hijos, de ahorro, de la mejora de la alimentación. Hemos comenzado a tener los resultados de lo que fuimos sembrando y si mantenemos este ritmo de inversión en lo económico, ese bienestar cotidiano de las personas tendría que duplicarse al mismo ritmo que las inversiones grandes. El segundo eje junto al modelo económico es lo político, la construcción de la plurinacionalidad y saber entender las “velocidades diferenciadas” y las experiencias diferenciadas en la voluntad de poder de las distintas naciones al interior del Estado boliviano. Entonces, ¿qué hay que hacer en estos dos años?, más gestión, más inversión en industrialización, más distribución del excedente emergente de esos procesos de industrialización que se traduzca en mejores condiciones de vida de las personas y mayor democratización con plurinacionalidad. Es decir, se trata de expansión del modelo nacional-productivo y la profundización de la plurinacionalidad con la convicción de que fuera de eso no hay nada que puede proponer la derecha. Qué puede decir la derecha, ¿que le falta más apoyo al sector privado? Lo estamos haciendo, pero sin los privilegios exclusivos de antes, cuando lo tenía todo y no daba nada a la sociedad. Hoy son parte de la construcción de la economía boliviana pero ya no es el privilegiado ni el mimado de antes. Qué más dice la derecha, ¿mayor eficiencia? Sin duda siempre se puede ser más eficiente, pero ¿quién tiene autoridad para pedirnos eficiencia?, desde luego no el Movimiento Sin Miedo que tiene de inversión pública acumulada en 2012 (datos del mes de octubre) del 26% en la municipalidad de La Paz, además de empresas públicas deficitarias y un burocratismo paquidérmico de servicio al usuario. Por supuesto que se puede mejorar siempre, pero el modelo de desarrollo económico y el modelo de desarrollo político y social que está haciendo el gobierno en función de la Constitución es el único que hay en el escenario boliviano; no tiene su contraparte. Algún día lo va tener, no está bien que sea el único, siempre es bueno tener como un referente dónde contraponer tus virtudes y tus limitaciones, pero ni eso ha sido capaz de construir la derecha que no tiene ninguna clase de proyecto político que proponga un modelo de economía, de Estado y de sociedad al pueblo boliviano. Y ahí uno dice, si este es el único carro en competencia y lo está haciendo bien, para qué cambiar de chofer que a su vez es su mecánico constructor... LMD: Y si el chofer debería ser el mismo en las elecciones presidenciales de diciembre 2014, ¿significa eso que el candidato a copiloto del carro será el mismo? ¿Va a ser de nuevo candidato a Vicepresidente? Es muy temprano para ese debate, quedan todavía dos años. Ahora lo importante es correr y correr en la gestión, en la industrialización y la distribución de la riqueza. Para qué adelantarnos a ese debate. Ahorita hay muchas cosas que hacer y al final, como siempre, quienes definirán cualquier cosa serán los movimientos sociales. Siempre ha sido así y siempre será así. Cualquier decisión sobre mi futuro político será tomada por el Presidente Evo Morales y los movimientos sociales bolivianos. LMD: ¿Qué tan importante es para el gobierno boliviano la Agenda Patriótica 2025? Bolivia tiene por primera vez en la historia una agenda estatal a largo plazo. Los gobiernos siempre veían hasta donde alcanzaba su barriga, o su mirada, o el patrimonio de la familia o la próxima elección. Ahora, sin embargo, estamos viendo una generación entera para adelante y la Agenda Patriótica 2025 nos está permitiendo planificar en función de los siguientes diez o doce años, y el Presidente está pidiendo a todos los ministros y a la sociedad entera planificar así, establecer sus metas para los siguientes años. Entonces por primera vez una generación se plantea su horizonte de vida, sus sueños, su destino de una manera práctica, realista y con medios económicos garantizados. LMD: ¿En todos estos retos, en una mirada corta hasta 2014, y en una mirada larga hasta 2025, qué importancia tiene el MAS como partido de gobierno? El Movimiento al Socialismo, más que un partido, es una voluntad histórico- estatal; más que un planificador de gestión, es un planificador de Estado, y el Presidente Evo simboliza ese movimiento de época. No siempre es así; no siempre se dan este tipo de situaciones, sólo cuando se presentan las revoluciones, la historia permite mirar más allá del horizonte. Tendrá que pasar una década, o más, para que surjan contrapartes, miradas distintas diferenciadas que no sean simplemente maquillajes a lo que este movimiento colectivo de época ha logrado alumbrar. Por ello, lo que se está confrontando hoy en Bolivia, es una mirada histórica de Estado bajo la conducción de Evo, frente a miradas particulares de facciones de élite, de resentidos, de angustiados, de bien pensantes atribulados que no logran articular nada, y sólo ofrecen la nada como proyecto. Hoy no existe un proyecto político alternativo al del MAS. Sólo hay variantes más escritas o parcialidades mal digeridas de lo que la Constitución y el MAS ha propuesto a Bolivia y el mundo. Tan fuerte es esta mirada de economía, Estado y sociedad que tiene el MAS que es un programa de época, que alumbra sin competidor todo el escenario de la siguiente década. En ese sentido, hay una especie de fusión entre el horizonte del Estado boliviano y el proyecto del gobierno del MAS. LMD: ¿Cuál es la caracterización que haces del proceso de cambio, cómo se construye lo político en Bolivia? Aunque Laclau tiene una bonita definición de populismo que quienes la usan aquí en Bolivia evidentemente no conocen en profundidad, no me gusta ese concepto porque entra todo ahí; es como una especie de muletilla para describir lo que no se conoce ni entiende. Nadie que haya usado la categoría de populismo aquí en Bolivia la ha sabido explicar bien. No va por ahí, no me resulta a mi útil en el debate contemporáneo. ¿Qué puede resultar útil?, el concepto de revolución democrática y cultural es bastante preciso, el más preciso en mi opinión. Una revolución política y descolonizadora, para mi sería la manera más académicamente precisa para definir lo que está en marcha actualmente en Bolivia. De hecho, el segundo componente, el de la descolonización, es el más fuerte: indígenas en el poder. Independientemente lo que pase después, ya en sí mismo, es una victoria histórica y una revolución cultural y simbólica tan poderosa, que nada va a ser igual en la vida cotidiana de indígenas y de no indígenas en Bolivia hacia futuro. Los indígenas han experimentado el poder y ni mil masacres podrán extirpar esa experiencia corporal de la victoria. Es un cambio irreversible de la historia. Venga lo que venga para los siguientes siglos, los indios han tomado el poder, los indígenas se han vuelto poder y lo viven no solo en palacio, en los ministerios, el parlamento, la justicia y las leyes; lo experimentan también en cosas tan sencillas como caminar en la calle, que es un modo también de ciudadanía plena expansiva. El saber que tienes derechos, antes prohibidos por el color de tu piel o por tu pollera o por tu apellido. Ahora en cambio, la plebe empoderada se siente fuerte, reclama lo que cree que es suyo; y a veces sale a bloquear, pero es pues su lenguaje de multitud, su manera inicial de gestionar el poder del cual se sienten parte, por mucho que a veces caiga en el particularismo de la demanda corporativa. ¿Cómo exigir a cada instante universalismo después de más de quinientos años de aplastamiento absoluto? No me espanto de la conflictividad, tan previsible, tan necesaria y oxigenante de la vida; ni de los particularismos localistas. Luego viene y vendrá la pedagogía plebeya de lo universal. Pero es paradójico, que algunos les exijan comportamiento ético a quienes habían marginado de cualquier función ética en la sociedad, usando así la mirada kantiana de las cosas. Ese es el componente descolonizador de la revolución, revolución que, además, es política porque es un cambio en las estructuras de poder de nuestro país, en la composición de las clases sociales dirigentes del Estado y en la naturaleza social de la institucionalidad estatal. Ahora la pregunta es si esta revolución política y descolonizadora puede dar lugar a una revolución económica. Sí puede, y hay elementos para tal afirmación. No es que no haya una nueva economía; quizás no hay un nuevo modo de producción todavía, pero sí hay un nuevo modelo económico, que no es el neoliberal y que tampoco es el capitalismo de Estado como tontamente balbucean algunos remanentes del pseudo-izquierdismo sobornado por el gonismo. La nueva economía plurinacional trabaja con las reglas de la economía del mercado (que existen desde tiempos babilónicos) e introduce otras reglas de la economía comunitaria, e introduce reglas de valor de uso en la distribución de los excedentes y en la priorización de inversiones. Entonces ahí existen tendencias de no-capitalismo, sin ser todavía un nuevo modelo de producción. Por eso en uno de mis últimos textos escribía que el socialismo es un espacio de guerra y no un nuevo modelo de producción; es un espacio histórico de lucha entre la predominancia de la lógica del capital, de la acumulación privada, y espacios nuevos que van emergiendo de una economía no-capitalista de la mano de las comunidades agrarias en cuestiones como la gestión de recursos comunitarios o en temas de aguas y bosques, y de la mano del Estado que impulsa la redistribución del excedente económico entre la población o a través de las subvenciones que priorizan el valor de uso en determinadas políticas. Un escenario de guerra, en el que en medio de un predominio planetario del capitalismo, van surgiendo en sus intersticios, tendencias, actividades no-capitalistas, post-capitalistas, que se expanden, que retroceden, que dan un viraje, se caen y vuelven a levantarse a la espera de su articulación planetaria con otras experiencias post-capitalistas. La nuestra es una revolución política que quisiéramos que deviniera en una revolución económica. Pero lo importante en todo ese proceso es que se mantenga el poder estatal por parte del nuevo bloque social popular-indígena-obrero. Recurriendo a Lenin se puede decir que el poder estatal de los movimientos sociales puede dar más o menos concesiones a otros sectores según las necesidades, pero con la condición de que el poder estatal lo retengan los movimientos sociales. Para todo revolucionario del mundo en cualquier época, el tema del poder es el tema fundamental de toda revolución verdadera. LMD: ¿Qué propuestas emergentes pueden plantear Latinoamérica y Bolivia frente a la crisis mundial del capitalismo? Es decir, ¿cómo pueden el país y el continente mirar hacia el mundo actualmente? El capitalismo mundial está atravesando una crisis estructural que no significa que sea terminal; puede devenir en terminal si la voluntad política de la sociedad planetaria así lo asume o puede ser un momento de su renovación, pero es estructural porque pone en juego sus cimientos. Y eso es así porque la principal manera de acumular capital, de generar dinero lo está haciendo por la vía de la especulación, de los bancos de los fondos de pensiones, pero no por la vía de la producción real, no mediante su capacidad industriosa. Y ¿por qué está pasando eso?, porque el actual soporte material de la producción, que es un tipo de tecnología , no ha sido sustituida por un nuevo soporte material capaz de garantizar un tasa de ganancia media a las empresas fundamentales del capitalismo. Los actuales descubrimientos no han logrado generar un soporte tecnológico capaz de universalizarse en las principales ramas de la economía capitalista dominante y de relanzar a la producción nuevamente a un liderazgo con tasas de ganancia que hagan regresar de la especulación a los capitales. La economía crece del lado de la especulación y no por el lado de la producción; se forman estas burbujas financieras que hacen sentir bienestar y mejora a la economía por uno, dos, tres, cuatro, cinco años; luego se derrumba y, con ello, arrastra a miles de millones de pobres y privatiza recursos del Estado a favor de los ricos. Es lo que Europa está viviendo recientemente. Pero este escenario tiene una virtud, que es que las economías emergentes como China, India, Corea, y América Latina por ejemplo, sí pueden aun expandir su actividad productiva industriosa con el viejo patrón tecnológico, entonces, tienes un continente con mayor capacidad de integración, con mayor capacidad de definición de políticas soberanas en torno a su horizonte económico, y que le está permitiendo escoger de mejor manera sus mercados. Si a eso se suma a alianza con el Pacífico, con Corea y ante todo con China y con la India, de alguna manera se está generando un bloque regional económicamente muy importante que va a influir en el conjunto de la economía mundial en las siguientes décadas. Y como continente se reafirma la base material de la soberanía de cada país, al tiempo que la integración regional ya deja de asumirse como solo un deseo voluntarioso de nuestros protomártires y se convierte en una necesidad práctica para salvarse como región, para aprovechar lo mejor que se pueda de esa crisis, y para poder definir de mejor manera sus alianzas y sus relaciones internacionales para las siguientes décadas. LMD: ¿En este marco de integración estatal-continental, dónde y cómo se ubica el histórico diferendo marítimo entre Bolivia y Chile? El tema que tiene pendiente con Bolivia con Chile es un robo, un saqueo fruto de una invasión, de una agresión armada, y de un tratado impuesto a punta de bala, de garrote y de sangre. El tratado de 1903 que el gobierno de Chile lo exhibe como una biblia, en realidad es un tratado que chorrea sangre de una invasión; chorrea abuso, es un borbotón de injusticias y de imposiciones conquistadas con muerte y destrucción. El tratado de 1903 es un monumento a la muerte provocada por un Estado contra otro. Esperemos que las elites chilenas, que hacen gala de una impostada modernidad del siglo XXI, dejen de apoyarse en la brutalidad y la injusticia de unas prácticas del siglo XIX que obstaculiza la necesaria integración del continente. Mientras no se resuelva la salida soberana al mar, el continente y Chile seguirá anclada en la infamia y la sangre del siglo XIX. Chile está perdiendo una gran oportunidad de ser el vehículo mediante el cuál se canalice la mirada de Bolivia hacia la pujante economía del pacifico; pero también la mirada del Paraguay, de Argentina y Brasil. En ese sentido, hoy el gobierno de Chile está jugando un rol anti-histórico y retrogrado; está bloqueando el desarrollo del continente; en los hechos, esta agrediendo una vez más a todo el continente latinoamericano. Lo paradójico es que la salida soberana al océano pacifico de parte de Bolivia iría en propio fortalecimiento a la economía chilena, porque Chile por sí mismo no es nada ante China, pero Chile con su riqueza importante, más la riqueza de Bolivia, más la riqueza de Brasil, más lo que se puede viabilizar a través de Bolivia que viene de Brasil, más lo de Argentina a través de Chile, mirando al Pacífico, se vuelve algo que ya tiene peso, que tiene influencia mundial. Y si mejoran los mecanismos de vinculación energética y de transporte entre nuestro continente lo que el trabajo en conjunto puede retribuirle a Chile es infinitamente mucho más de lo que por sí mismo puede hacer. Hoy Chile es un mal vecino, con todos los países a su alrededor; se ha dedicado a pelearse con todos, aislándose y eso le hace daño a Chile, le hace daño al continente en su conjunto. Esta mirada tan ambiciosa que tenemos del continente como estado-continental, con la capacidad de influir en el curso de la economía mundial tiene ahí un clavo, un freno, que es la actitud decimonónica de Chile que se niega a sumir el siglo XXI de manera realista, no simplemente discursiva y eso evidentemente pasa por el acceso al mar de Bolivia, por una resolución acordada de este diferendo. Entonces, en cierta manera Chile se está colocando como un freno al desarrollo de la historia del propio continente, de su integración y de su empoderamiento como un continente con capacidad de influencia a nivel planetario. LMD: ¿Cuál es el camino que Bolivia piensa seguir para afrontar este problema irresuelto? Nosotros hemos comprendido de manera práctica que la política del gobierno de chile es una sola: generar expectativas sobre posibles soluciones, pasar el tiempo en torno a ellas, desinflar las expectativas, enfriar las relaciones, y luego nuevamente distender el ambiente con una nueva insinuación. Cada ciclo de estas historia dura alrededor de 30 años, y en ello se han ido toda una generación que dará lugar a una nueva que retomara el camino de ilusiones y frustraciones ya conocido. Por ello es que como gobierno hemos diseñado una ruta critica de ruptura de este callejón sin salida: posesionar abiertamente a nivel internacional en todo foro el carácter inamistoso y brutal de la postura del gobierno chileno. Mostrarlo como un vecino agresivo, pendenciero incapaz de construir una relación de buena vecindad. En segundo lugar, direccionar geopolíticamente la estructura productiva del país alejándolas gradualmente de puertos chilenos: ya sea el transporte de gas, el desplazamiento de mercancías, la construcción de caminos, la exportación de minerales, las nuevas vías férreas interoceánicas, la construcción de sistemas de energía, etc. Insistir en el encuentro y convencimiento con el pueblo chileno, con sus organizaciones, con sus referentes sociales, en una larga campaña de pedagogía histórica, de justicia y de inevitable integración regional de la que Chile no puede apartarse riesgo de convertirse en un Estad paria. Y utilizar tribunales internacionales que diriman en justicia nuestro diferendo.

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jueves, 13 de diciembre de 2012

México: “Reforma educativa”, farsa propagandística, como en todos los inicios de sexenio

Pedro Echeverría V. Rebelión 

1. El objetivo de la muy cacareada “reforma educativa”, anunciada ayer por el presidente Enrique Peña Nieto y aplaudida a rabiar por los presidentes del PRI, PAN y PRD, no es otro que seguir engañando a parte de la población que aún cree en bobadas sexenales. Los que conocemos bien todos los inicios de sexenio (por lo menos desde López Mateos en 1958) sabemos que son golpes publicitarios que sirven para llamar la atención de los distraídos. Es como tocar una campanita y luego decir: “ya llegué, háganme caso, soy su nuevo presidente”. Pero transformar la educación como dicen, sólo puede ser motivo de risa. Lo único que podrá hacer ese tipo de funcionarios como Emilio Chuayffet, es realizar algunos cambios superficiales, grandilocuentes, espectaculares, que impulsen la publicidad, entre ellos madrear a Esther Gordillo –la cacique magisterial- y colocar en su lugar a otro personaje igual.

2. Se afirmó que “una camarilla durante décadas, (por miedo no dicen que la encabeza Gordillo, tampoco que esta cacique ha contado desde hace 23 años con los apoyos de los gobiernos del PRI y el PAN) se fue apoderando, adueñando del sistema educativo nacional, e hizo de la enseñanza básica su botín y se constituyó en la traba principal para elevar la calidad de la enseñanza”. Denunciaron los políticos que (Esther Gordillo, sin nombrarla) ha retado al Estado mexicano, a gobiernos federales y estatales, en múltiples ocasiones, y se ha constituido también en obstáculo para el desarrollo democrático en general y del sindicalismo en particular. Se cuidan mucho, mueren de terror ante la posibilidad que la cacique Gordillo les saque sus “trapitos sol”, tal como lo hizo fructíferamente con Roberto Madrazo en 2005. 

3. Dicen los oportunistas políticos que buscan “rescatar la educación y ponerla en manos del Estado”. Hay que decirles a esos políticos que la educación –formalmente- no ha dejado de estar en manos del Estado; que otra cosa es que todos los gobiernos, por lo menos desde 1982, se la hayan estado entregando aceleradamente al sector privado que por cierto ya controla hoy más del 40 por ciento de la educación nacional. Pero ellos no están contra la privatización educativa porque todos son neoliberales privatizadores; cuando la demagogia del PRI, PAN, PRD, habla de arrebatar la educación a intereses personales está indicando el control sindical que mantiene Esther Gordillo desde 1989. Y en este campo, aunque Gordillo sea la peor cacique magisterial, en el asunto de la privatización no es tan perversa y entreguista como Peña y compañía. 4. Estoy seguro que la vejez y enfermedad de la Gordillo (la cacique magisterial), igual que la vejez y enfermedad de Chuayffet (el recién nombrado ministro de educación, SEP) les va a impedir “arreglar confrontaciones políticas del pasado”. Lo seguro es que Gordillo se brinque al ministro y se arregle con Peña. La Gordillo ha dicho varias veces que “lo que más odia es la ingenuidad” y que “no da paso sin huarache”, por ello lo más seguro es que llegue a acuerdos y firme el “pacto de unidad” que tanto interesa al presidente. La Gordillo podría confrontarse con Peña o Chuayffet como lo hizo con Madrazo siendo éste presidente del PRI y precandidato presidencial; pero sabe que también que Peña podría imponerle un “Quinazo” o un Jongitudnazo” como lo hizo Salinas al iniciar su mandato en 1988-89 y la Gordillo lo sabe muy bien porque fue parte. 5. La “tremenda reforma educativa” que se ha anunciado Peña con bombo y platillo, con el apoyo de los ultraoportunistas Madero del PAN y Zambrano del PRD, no tiene nada que ver con los contenidos de planes y programas educativos, ni mucho menos con los millones de niños que llegan a la escuela hambrientos de comida y en ayuno de los más elementales conocimientos. Se insiste que por recomendación internacional “la evaluación de maestros no se negociará ni estará sujeta más a "caprichos ni intereses particulares" y además en que será imposible diferirla. Ese parece ser el centro de “la reforma”, aunque ya la Gordillo había aceptado desde el sexenio pasado; quien siempre se opuso a la evaluación vía exámenes y comités, fue la CNTE que exigió un análisis profundo de la situación educativa y del magisterio para entender la evaluación. 6. Pero además los tontos políticos han agregado una soberana mentira: que “México tiene el mayor presupuesto (económico) del mundo en materia educativa y que a pesar de ello el país no ha podido superar sus debilidades y rezagos”. Mienten los políticos por ignorantes y manipuladores: México nunca ha invertido en educación el ocho por ciento del PIB en educación recomendado por la UNESCO para países en desarrollo. De acuerdo a las estadísticas la inversión ha sido del 3.9, del 4 o del 4.1 por ciento y sólo el tramposo y funesto presidente Fox señaló que su gobierno había invertido un 7 por ciento porque dijo que también hay que sumar las inversiones de los dueños de las escuelas particulares o privadas, porque siempre era educación. Entonces, ¿cuál es el mayor presupuesto del mundo? 7. Si bien el presupuesto no lo define todo, es importantísimo para aumentar los salarios de los profesores y de los investigadores; para mantener las escuelas y centros de investigación en buenas condiciones; para ayudar a millones de niños para que tengan un buen desayuno o comida. ¿Puede olvidarse que de ese presupuesto salen los enormes salarios –insultantes salarios- de los altos funcionarios de educación, así como las compensaciones y gastos en teléfonos, gasolina, rentas y de más? Así que no es verdad que México destina –ni nunca lo ha hecho- un gran presupuesto a la educación; es totalmente lo contrario: cada vez éste es más deficiente para que la educación pública se deteriore y se desprestigie más con el fin de beneficiar a la educación privada que enriquece a los negociantes de la educación que reparten dividendos con los gobernantes. (11/XII/12)

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miércoles, 5 de diciembre de 2012

Palestina: La lucha por la liberación

David Karvala En Lucha 

Siempre se debate quién es el responsable de una guerra, pero es un hecho que el pasado 14 de noviembre, Israel destrozó con un misil el coche del jefe militar de Hamas, Ahmad al-Jabari. Con este acto —que en cualquier otro contexto se llamaría terrorista— Israel rompió la tregua existente. Hamas respondió con cohetes más potentes que nunca, que llegaron hasta Tel Aviv. Aún así, y como siempre, las armas occidentales de Israel fueron más sofisticadas y más mortíferas; el recuento final de bajas reprodujo la desproporción de siempre entre israelíes y árabes. Durante unos días, el ejército israelí se amontonó en la frontera de Gaza, y pareció que se iba a reproducir la invasión de 2009, cuando unos 1.400 palestinos murieron. Pero no fue así. El nuevo gobierno egipcio, de los Hermanos Musulmanes, realizó una visita oficial a Gaza y más tarde persiguió el fin de los ataques. Más sorprendente fue Obama: sin abandonar el tradicional apoyo estadounidense a Israel, pidió contención a Tel Aviv y negociaciones. Para entender lo ocurrido, necesitamos una visión tanto histórica como internacional. Israel: aliado eterno del imperialismo El movimiento sionista, que surgió a finales del siglo XIX con el objetivo de crear un estado puramente judío, siempre ha buscado amigos imperialistas.

 Durante mucho tiempo, miró hacia Gran Bretaña. Cuando se creó Israel en 1948, los sionistas recibieron armas del bloque soviético para llevar a cabo la limpieza étnica de la población palestina. La guerra de 1967, en la que Israel humilló en seis días a los ejércitos de los corruptos regímenes árabes, convenció a EEUU del valor de Israel como aliado. Así se inició la fuerte relación, basada en intereses compartidos, no en una hipotética gran influencia judía en EEUU, que pervive hasta hoy. Los siguientes años vieron el auge de la lucha guerrillera palestina, con secuestros de aviones, entre otras acciones. Se trataba muchas veces de gente heroica, pero con una estrategia incapaz de ganar; unos individuos con bombas y Kalashnikovs no podían derrotar al estado más fuerte de la región. El problema fue sobre todo político. La Organización para la Liberación de Palestina (OLP) no fue capaz de movilizar a la población palestina, y aún menos a los millones de personas trabajadoras de la región. La OLP buscó aliarse con los dictadores árabes, no con la gente trabajadora a la que éstos oprimían. La situación empezó a cambiar en 1987, con la primera Intifada, en la que la propia población palestina de Gaza y Cisjordania se levantó contra la ocupación. La dirección de la OLP en el extranjero tuvo una escasa influencia en la Intifada, pero la utilizó para impulsar negociaciones con el Estado israelí. En 1991 se abrió el “proceso de paz” que ha continuado de manera intermitente desde entonces, sin producir ningún avance cualitativo para el pueblo palestino. La frustración ante la ausencia de mejoras contribuyó a desatar en 2000 la segunda Intifada. La lucha internacional Aquel año trajo otros cambios importantes en la región. En mayo de 2000, Israel fue expulsado del sur del Líbano por la resistencia popular, impulsada principalmente por Hezbolá. El fin de la ocupación, que duraba desde 1982, hizo añicos la imagen de invencibilidad del ejército israelí; ocurriría lo mismo con su nuevo intento de invasión en 2006. Asimismo, las invasiones de Afganistán en 2001 y de Irak en 2003 fueron tomadas por algunos como una muestra de que EEUU era “todo poderoso”. En realidad, su incapacidad para controlar estos países, frente a la resistencia desatada por la ocupación, se convirtió en otra muestra de los límites del poder occidental. Mientras tanto, Egipto, colaborador imprescindible en la opresión del pueblo palestino— había tomado el camino que llevaría a Tahrir. Las inéditas protestas callejeras en solidaridad con la segunda Intifada, y luego contra la guerra de Irak, dieron confianza a la clase trabajadora; en 2006 se inició la ola de luchas obreras que contribuyó a la revolución de 2011 y que continúa hasta hoy. La caída de Mubarak, en febrero de 2011, y el proceso de revoluciones árabes en general han cambiado la situación. Lo que provoca confusión es que este cambio es contradictorio y desigual. El nuevo gobierno egipcio, de los Hermanos Musulmanes, sigue siendo un gobierno neoliberal de derechas, igual que Mubarak. La diferencia es que al llegar al poder gracias a la revolución, la gente le exige cambios. Una invasión terrestre de Gaza por parte de Israel habría provocado una explosión en Egipto; incluso sus propias bases habrían exigido al presidente islamista, Mohamed Mursi, medidas de solidaridad con el pueblo palestino, sin excluir el uso de las armas. Mursi dice que apoya a los palestinos, pero no tiene el menor deseo de romper con EEUU. Lo mismo se aplica al rey de Jordania; hasta ahora ha sobrevivido a la ola de revoluciones, pero la rabia popular contra una nueva matanza israelí podría provocar su caída. Los dirigentes estadounidenses no son tontos; entienden la situación. La presión desde el Cairo y Washington a favor de una tregua puede dar la impresión de un arreglo en los pasillos del poder. En realidad, el motor de cambio es la lucha social en los países árabes. Solidaridad con Palestina En Europa nos toca movilizar la solidaridad con el pueblo palestino, sobre todo impulsando la creciente campaña de boicot, desinversión y sanciones al Estado israelí (ver la entrevista a Omar Barghouti, miembro fundador del movimiento BDS, en el Periódico En lucha de noviembre de 2012). Pero la clave para la liberación de Palestina serán las revoluciones árabes: en Egipto, en Jordania, cuando estalle, y en otros países, incluyendo a Siria. Se equivocan las personas que prefieren la dictadura de los Assad, que llevan más de 40 años garantizando la estabilidad en la frontera noroeste del Estado israelí, a la lucha popular del pueblo sirio. La clave en esta lucha, como en todas, no es la acción de unas pocas personas dirigentes, sino la movilización de masas. David Karvala (@davidkarvala) es militante de En lluita / En lucha Artículo publicado en http://enlucha.org/site/?q=node/18025

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Nubes en el horizonte neoliberal

Frei Betto Alainet

Pasé un agradable fin de semana de noviembre en compañía de Buenaventura de Sousa Santos y de otros amigos. En su fecunda reflexión el cientista social portugués señaló las cargadas nubes que pesan sobre la coyuntura mundial. Hay una flagrante desconstrucción de la democracia. Desde el siglo 16 Europa tiene su historia manchada de sangre, debido a la incidencia de guerras. En los últimos 50 años, sin embargo, creyó haber conquistado la paz estable debido a la democracia fundada sobre los derechos económicos y sociales.

 De hecho tales conquistas funcionaron como antídoto a la amenaza representada por el socialismo que se extendía por la mitad del este del continente europeo. Con la caída del muro de Berlín el capitalismo rompió la fantasía y mostró su cara diabólica (etimológicamente, disgregadora). Los derechos sociales pasaron a ser eliminados, y los países antes administrados por políticos democráticamente elegidos pasaron a ser gobernados ahora por la troika FMI-BCE (Banco Central Europeo)-agencias de riesgo estadounidenses. 

Ningún dirigente de esas instituciones fue elegido democráticamente. ¿Y qué credibilidad pueden tener las agencias de riesgo si en la víspera de la quiebra del banco Lehman Brothers, el 15 de setiembre del 2008, las agencias atribuyeron a sus papeles la nota más alta: triple A? Hoy el único espacio todavía no controlado es la calle. E incluso se está dando una creciente criminalización de las manifestaciones populares. La tv exhibe todos los días multitudes inconformes reprimidas violentamente por la policía. El pueblo de ambos lados del Mediterráneo protesta. Pero las movilizaciones tienen un efecto limitado. La indignación no acaba en propuestas. El grito no se transforma en proyecto. Wall Street (la calle del muro) es ocupada pero no derribada, como pasó con el muro de Berlín. No se ven en el horizonte “otros mundos posibles”. El bienestar que se trata de asegurar hoy es el del mercado financiero. El Estado dejó de ser financiado solamente por los impuestos pagados por empresas y ciudadanos. Antes los más ricos pagaban más impuestos (en los países nórdicos todavía hoy llegan al 75 % de las ganancias), de modo que se distribuía la riqueza a través de los servicios ofrecidos por el Estado a la población. A partir del momento en que la élite comenzó a exigir un Estado mínimo y pagar cada vez menos impuestos (como lo hemos visto propuesto en la campaña presidencial de los EE.UU.), los Estados empezaron a ver aumentadas sus deudas y se apoyaron en los bancos, que, hartos de liquidez, prestaban a intereses reducidos. De tal modo muchos países se convirtieron en rehenes de los bancos. Un caso típico es la relación de Alemania con sus pares de la Unión Europea. Los bancos alemanes prestaron dinero a España, para que ésta adquiriese productos alemanes. Ahora Alemania es acreedora de la mitad de Europa. Eso propaga una nueva oleada de antigermanismo en el continente europeo. En el siglo 20 dos veces intentó Alemania dominar Europa, lo que terminó en dos grandes guerras, en las cuales fue derrotada. Ahora, sin embargo, ella amenaza conseguirlo por medio de la guerra económica. Y una vez más la piedra en el zapato es la Francia de Hollande que, contrariando todas las expectativas, escapó este año de la marea recesiva que asola a Europa. Los países de América Latina y de África resisten la crisis a través de la explotación y exportación de la naturaleza –minería, productos agrícolas, combustibles fósiles, etc. Sin embargo quien fija el precio de los bienes son los EE.UU., China y Europa. Cada vez pagan menos dinero por un mayor volumen de mercancías. El mercado futuro ya fijó los precios de las cosechas ¡para el año 2016! Tal especulación hizo subir, en los últimos años, el número de hambrientos crónicos, ¡de 800 a 1.200 millones! Aumenta amenazadoramente el precio de mercado de los dos principales bienes de la naturaleza: la tierra y el agua. Las empresas transnacionales invierten sumas enormes en la compra de tierra y en los veneros de agua potable en América Latina, Asia y África. Nuestros países se desnacionalizan por la desapropiación de nuestros territorios. Es un acaparamiento desenfrenado. Lo curioso es que las tierras son adquiridas con los habitantes que se encuentran en ellas… como que fueran parte del paisaje. Hay una progresiva desmaterialización del trabajo. La actividad humana cede el lugar a la robotización. En los sectores en que no hay robotización campean la tercerización y el trabajo esclavo, como la mano de obra boliviana y asiática usada en las maquilas brasileñas. Ya no se da distinción entre trabajo pagado y no pagado. ¿Quién paga el trabajo que usted hace vía equipamientos electrónicos al dejar el lugar físico en que está empleado? Antes se luchaba por la remuneración de horas extras y del tiempo empleado entre el local de trabajo y la vivienda. Hoy, mediante el ordenador, el trabajo invade el hogar y ahoga el espacio familiar. La relación de las personas con la máquina tiende a eliminar el contacto con los compañeros. Lo real cede el lugar a lo virtual. Se suprime la frontera entre domicilio y trabajo. El conocimiento está mercantilizado. En las universidades tiene importancia la investigación capaz de producir patentes con valor comercial. El conocimiento es valorado por su valor de mercado, como sucede en las áreas de biología e ingeniería genética. El profesor encerrado en su laboratorio no está preocupado por el avance de la ciencia sino por su cuenta bancaria, que debe ser aumentada por la empresa que le encarga la investigación. Esa mercantilización del conocimiento reduce, en las universidades, los departamentos considerados no productivos, como los de las ciencias humanas. De ese modo se decreta el fin del pensamiento crítico. Y de paso el fin del conocimiento científico inventivo, el que nace de la curiosidad por desvelar los misterios de la naturaleza, y no de su manipulación lucrativa, como es el caso de los transgénicos. La esperanza está en las calles, en la movilización organizada de todos los que, con la mirada en las nubes, son capaces de evitar la borrasca a fin de transformar la esperanza en proyectos viables. Frei Betto es escritor, autor de “Conversación sobre la fe y la ciencia”, junto con Marcelo Gleiser. www.freibetto.org twitter:@freibetto. Traducción de J.L.Burguet Fuente: http://alainet.org/active/60094

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lunes, 3 de diciembre de 2012

Policía mata a estudiante durante protesta en República Dominicana

Workers World 

Fue contra el aumento del impuesto de ventas y el proyecto de privatización de la escuela. Unos testigos dijeron que William Florián Ramírez, de 21 años de edad, sólo estaba observando la demostración el 8 de noviembre, cuando recibió un disparo en la espalda. La Universidad es la más grande del país, con 180.000 estudiantes.

La administración del presidente Daniel Medina está bajo fuego por actos de corrupción cometidos por su partido, el gobernante Partido de la Liberación Dominicana. Los críticos dicen que el déficit del presupuesto este año en la cantidad de $4,6 mil millones proviene en gran medida del robo generalizado de fondos públicos. Usando el déficit como excusa, el Gobierno ha aumentado el impuesto sobre la venta de un 16 a un 18 por ciento, poniendo la carga directamente en la clase trabajadora ya sumida en la pobreza. 

El impuesto se aplica a casi todos los productos, incluyendo alimentos y combustible. La protesta en el recinto universitario contra el aumento del impuesto fue sólo una de las muchas que tuvieron lugar por todo el país. Medina fue electo este mes de agosto, pero pertenece al mismo partido que la administración anterior. Los que le acusan dicen que gran parte del dinero robado por el partido gobernante fue utilizado para su elección. Los asesinatos de civiles por la policía son comunes aquí. Aproximadamente 400 personas al año son asesinadas por la policía, que rara vez, o más bien nunca es detenida y juzgada. Sin embargo, la indignación pública sobre este tiroteo fue tan grande, sobre todo en un momento en que el gobierno estaba a la defensiva por las acusaciones sobre corrupción, que Medina rápidamente hizo despedir y arrestar al policía. Otros policías que habían estado en la escena están “bajo investigación”. Incluso el jefe conservador del Senado pidió una “justicia rápida” contra el policía que mató al estudiante. El arresto del policía es muy raro y refleja el temor en los círculos gobernantes de que la desesperación creciente de las masas por las medidas económicas del nuevo Presidente, conducirá a mayores luchas. Durante la mayor parte de las décadas desde que los marines de EE.UU. invadieron por primera vez a la República Dominicana en 1916, gobiernos corruptos de derecha han gobernado aquí con la bendición de Washington. Un breve período de nacionalismo revolucionario a mediados de 1960 terminó con una segunda invasión de EE.UU. [y la OEA] en 1965.

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domingo, 2 de diciembre de 2012

Los jóvenes y la violencia

Marcelo Colussi Rebelión 

 El paso de la niñez a la edad adulta, en ninguna cultura y en ningún momento histórico, es una tarea fácil. Es, definitivamente, un pasaje duro que necesita de un cierto esfuerzo. Pero en sí mismo, ese momento al que llamamos adolescencia no se liga por fuerza a la violencia. ¿Por qué habría de ligarse? La violencia es una posibilidad de la especie humana, en cualquier cultura, en cualquier posición social, en cualquier edad. No es, en absoluto, patrimonio de los jóvenes.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la violencia es un creciente problema de salud pública a nivel planetario que asume formas de lo más variadas. De acuerdo a los datos de esa organización, cada año más de dos millones de personas mueren violentamente y muchas más quedan incapacitadas para el resto de sus vidas. La violencia interpersonal es la tercera causa de muerte entre las personas de 15 a 44 años, el suicidio es la cuarta, la guerra la sexta y los accidentes automovilísticos la novena. Por el número de víctimas y las secuelas que produce, la violencia ha adquirido un carácter endémico y además se ha convertido en un serio problema de salud en numerosos países, dice la OMS. Además de heridas y muerte, la violencia trae consigo un sinnúmero de problemas sanitarios conexos: profundos disturbios de la salud psicológica, enfermedades sexualmente transmisibles, embarazos no deseados, problemas de comportamiento como desórdenes del sueño o del apetito, presiones insoportables sobre los servicios de emergencias hospitalarias de los sistemas de salud. Ampliando la mira, podríamos decir que es un problema no sólo de salud: es multifacético (educativo-cultural, político, social). Produce disfunciones sociales, crea modelos de relacionamiento insostenibles, atrae otras desgracias humanas. La violencia produce más violencia, y ese círculo vicioso aleja de la convivencia armónica. En ese marco se inscribe la violencia juvenil, fenómeno que se expande en todo el mundo con cifras alarmantes. El aumento de la drogadicción y de la delincuencia asociado a las pandillas juveniles son síntomas que muestran la magnitud y profundidad de un problema de adaptación e inserción de los jóvenes en el mundo de los adultos. Los indicadores de violencia juvenil, además, se van expandiendo peligrosamente también al mundo infantil, al punto de convertirse hoy en una de las principales causas de muerte de la población entre los 5 y 14 años de edad. A nadie sorprende ya que haya sicarios profesionales a una edad de 12 o 14 años. La violencia no es nueva en la historia de los seres humanos, ni tampoco la dificultad de atravesar el período de la adolescencia. De todos modos, lo que resalta como altamente preocupante es la ecuación que se va estableciendo –cada vez con fuerza más creciente– entre juventud y violencia. Crece el desprecio por la vida, y las nuevas generaciones absorben cada vez más violencia. ¿Por qué? Y más aún: ¿qué hacer? El problema es especialmente complejo, siendo imposible entenderlo –y menos aún aportarle alternativas de solución– a partir de un prejuicio criminalizador donde los jóvenes son los culpables. En todo caso debemos partir de la premisa que crece la violencia, y los jóvenes lo expresan de un modo más trágico, más explosivo que otros sectores. Las armas que utilizan o las drogas que consumen las producen adultos, no olvidarlo. La sociedad capitalista moderna, hoy expandida globalmente, ha representado enormes avances en la historia humana. Los progresos técnicos de estos últimos siglos son fenomenales y contamos hoy con una potencialidad para resolver problemas que no se había dado en millones de años de evolución. También crece el avance social; hoy día existen legislaciones racionales que favorecen como nunca las relaciones humanas: ya no dependemos de los caprichos del emperador de turno, existen sistemas de previsión y seguros, hemos avanzado en el campo de los derechos humanos, se legisla cada vez más sobre la vida y la muerte. Pero el malestar y la violencia continúan. Si bien existen cada vez más comodidades materiales, asistimos también a un creciente vacío de valores solidarios, de desprecio de la vida (si no, no serían causa de muerte tantos hechos violentos como se mencionaba más arriba, a lo que habría que sumar el crecimiento imparable del consumo de drogas y de armas). En las complejísimas sociedades urbanas de hoy, moldeadas cada vez más por los medios masivos de comunicación –que ya avanzaron en la escala y no son más el "cuarto poder", constituyendo hoy el corazón de lo que se ha dado en llamar "guerra de cuarta generación"–, crecientes cantidades de jóvenes se enfrentan a un malestar difuso, ausencia de perspectivas, a un inmediatismo hedonista. Sin caer en visiones apocalípticas ni en moralismos ramplones, y sin generalizar, vemos que una parte significativa de la juventud –no toda, por supuesto, pero el fenómeno aumenta– se encuentra a gusto en formas violentas de relacionamiento. Hay un estereotipo prejuicioso que liga jóvenes con infractores. Obviamente eso es prejuicio, puro y descarado prejuicio. Pero lo que efectivamente sí sucede es que cantidades cada vez más numerosas de adolescentes encuentran normal la violencia. En ese horizonte no es tan quimérico ver la delincuencia –y si se quiere: la integración de pandillas juveniles– como una consecuencia posible, como una tentación incluso, siempre a la mano. Las pandillas son algo muy típico de la adolescencia: son los grupos de semejantes que le brindan identidad y autoafirmación a los seres humanos en un momento en que se están definiendo las identidades. Siempre han existido; son, en definitiva, un mecanismo necesario en la construcción psicológica de la adultez. Quizá el término hoy por hoy goza de mala fama; casi invariablemente se lo asocia a banda delictiva. De grupo juvenil a pandilla delincuencial hay una gran diferencia. Pero no hay ninguna duda –ahí están los datos hablando por sí solos– que las pandillas con conductas delincuenciales crecen. Es un fenómeno nuevo, de unas décadas para acá, que va de la mano de un aumento de ciertas formas de violencia que inundan el mundo. El fenómeno se da más en los estratos sociales pobres, pero también puede verse en capas acomodadas. En su génesis se encuentra una sumatoria de elementos: necesidad de pertenencia a un grupo de sostén, dificultad/fracaso en su acceso a los códigos del mundo adulto; la pobreza sin dudas, sin que sea eso lo determinante. Pero en muy buena medida –quizá lo definitorio– se encuentra como causa la falta de proyecto vital; y por supuesto eso es más fácil encontrarlo en los sectores pobres, siempre expuestos a la sobrevivencia en las peores condiciones. Jóvenes que no encuentran su inserción en el mundo adulto, que no ven perspectivas, que se sienten sin posibilidades a largo plazo, pueden entrar muy fácilmente en la lógica de la violencia pandilleril. Una vez establecidos en ella, por distintos motivos, se va tornando cada vez más difícil salir. La sub-cultura atrae (cualquiera que sea, y con más razón aún durante la adolescencia cuando se está en la búsqueda de definir identidades). Constituidas las pandillas juveniles –que son justamente eso: poderosas sub-culturas– es difícil trabajar en su modificación; la "mano dura" policial no sirve. Por eso, con una visión amplia de la problemática juvenil, o humana en su conjunto, es inconducente plantearse acciones represivas contra esos grupos. De lo que se trata, por el contrario, es ver cómo integrar cada vez más a los jóvenes en un mundo que no le facilita las cosas, que se les hace hostil, los rechaza. Es decir: crear un mundo para todos y todas. La violencia es algo siempre posible en la dinámica humana; en los jóvenes –por su misma situación vital– ello se potencia. Las sociedades capitalistas modernas, las urbanas en especial, con su invitación/exigencia al consumo disparatado (¿para qué hay que consumir tanto?), son una bomba de tiempo respecto a la violencia si no democratizan las posibilidades reales para todos sus miembros. La violencia estructural del sistema genera violencia interhumana igualmente loca, sin sentido. Si, como dice Eduardo Galeano, "la televisión te hace agua la boca y la policía te corre a bastonazos"; es decir: si los modelos de desarrollo social crean esta locamente injusta realidad que es el mundo que vivimos, entonces uno de los síntomas posibles de esa exclusión de base es la violencia por la violencia misma tan fácilmente constatable en esos peculiares clubes que son las pandillas juveniles. Un rubio "cabeza rapada" con su ropa negra, cadenas y estandartes nazis en Europa, o un tatuado consumiendo crack en cualquier ciudad estadounidense o latinoamericana –negro, rubio o latino, es lo mismo– hablan de la inviabilidad de los modelos de desarrollo que el capitalismo ha forjado. ¿Por qué hay que demostrar la valentía en peleas callejeras? ¿Por qué hay que consumir cada vez más drogas y más fuertes? ¿Por qué se llega a un tal alto desprecio por la vida? ("La naranja mecánica" de Kubrick hace más de 30 años adelantaba lo que hoy puede verse cada vez más comúnmente en Los Ángeles, San Salvador o Río de Janeiro). Dato curioso: en las experiencias socialistas –quizá, hay que reconocerlo, muchas de ellas monstruos para olvidar y no repetir nunca jamás– no se da el fenómeno. ¿Son más felices ahí los jóvenes? No necesariamente; pero dentro de la humildad de medios hay más posibilidades. Lo que queda claro es que cuanta más exclusión se genera –violencia, sin dudas– más violentos son, para decirlo en términos psicoanalíticos, los síntomas del retorno de lo reprimido.

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