Contacto: juventudsurversiva@gmail.com

viernes, 29 de octubre de 2010

Abrazo entre la juventud de Rusia y Cuba

Yailin Orta Rivera juventudrebelde.cu

La distancia geográfica que separa a Cuba de Rusia pareció estrecharse en la mañana de este jueves cuando jóvenes parlamentarios cubanos, encabezados por la diputada y primera secretaria de la UJC, Liudmila Álamo Dueñas, sostuvieron un diálogo con representantes del Comité para los Asuntos de la Juventud de la Duma estatal rusa (cámara baja).

En el encuentro, la delegación cubana agradeció el llamamiento que el parlamento ruso hizo a Naciones Unidas para que cese el bloqueo de Estados Unidos, así como el voto de Rusia en la ONU condenando esta posición del Gobierno norteamericano hacia la Isla.

De la voz de la primera secretaria de la Juventud Comunista pudieron conocer detalles sobre la misión fundamental de la organización que ella representa, sus pilares, su estructura y las principales acciones que desarrolla en la construcción de la sociedad cubana.

Sobre la formación de las nuevas generaciones y la responsabilidad que tiene en ello la UJC, Liudmila Álamo hizo especial énfasis: «Acompañamos y conducimos a los niños desde que tienen seis años de edad, aunados en la OPJM; después en su tránsito por los diversos niveles de enseñanza en la FEEM y la FEU, y luego como profesionales jóvenes insertados en los diferentes sectores de la sociedad».

Precisó a los visitantes que la formación y preocupación por los jóvenes no solo descansa en los hombros de la UJC, sino que se actúa de forma conjunta con otras instituciones, con la guía del Partido Comunista de Cuba.

La Primera Secretaria de la UJC habló del compromiso social que tienen los diputados con los electores, e hizo una síntesis del proceso eleccionario cubano.

La joven diputada Ibis Juanes Caballero, secretaria de la Comisión de Atención a la Juventud, la Niñez y la Igualdad de Derechos de la Mujer, de la Asamblea Nacional del Poder Popular, explicó a los miembros de este Comité cómo se le da especial seguimiento a las políticas juveniles en la Mayor de las Antillas.

Pavel V. Tarakanov, presidente del Comité para los Asuntos de la Juventud de la Duma estatal rusa, expresó a la parte cubana, como puntos en común, la preocupación por los problemas que gravitan sobre este especial grupo etáreo que representan.

Yuri V. Afonin, secretario general del Komsomol y también diputado de la Duma, elogió la formación de los cuadros de la Unión de Jóvenes Comunistas, y sostuvo que esto significa una garantía para continuar el proceso que triunfó el 1ro. de enero del 59 con Fidel al frente, además, manifestó admiración por la composición del Parlamento cubano y expresó que la UJC es un referente para el Movimiento Juvenil Mundial, que el próximo diciembre se reunirá en el continente africano en el XVII Festival.

El diálogo versó, además, sobre los profundos lazos que hermanan a ambas naciones y se les dio a conocer cómo en este Año Internacional de la Juventud, la UJC se propuso como ruta la batalla por la eficiencia en todos los sectores de nuestra sociedad, el cuidado del medio ambiente, la intensificación de la lucha contra la guerra y el regreso a la patria de los Cinco Héroes que sufren duras condenas en cárceles norteamericanas.

Durante la jornada los representantes del Parlamento ruso, quienes escogieron Cuba como primer país a visitar, también intercambiaron con miembros de las Brigadas Técnicas Juveniles en el Centro de Inmunoensayo.

Leer Más......

España: Festival Rumbo a Sudáfrica


CJC

Este pasado Viernes 22 de Octubre, se realizó en la Universidad Complutense de Madrid el Festival Rumbo a Sudáfrica, jornada en la cual, los CJC otra vez más demostramos nuestra capacidad de organización y compromiso.

Comenzó a las 16:00 h con un acto político a cargo de la Presidencia del CPP, sobre las 18:00 se abrieron las puertas del Paraninfo de la Universidad Complutense, dándose por iniciado dicho Festival.

Esta actividad está enmarcada dentro de una serie de actos dando a conocer el 17 FMJE llevados a cabo por cada territorio en los que se han creado los comités preparatorios territoriales, en este caso se acordó que el acto de divulgación del CPP se realizara en Madrid.

Podemos estar muy satisfechos con los resultados de este festival, ya que nos acompañaron alrededor de 10.000 estudiantes, que se acercaron y se interesaron por el 17 FMJE, cumpliéndose por lo tanto uno de nuestros objetivos más importantes para la realización de dicho festival, que era dar difusión y acercar este tipo de iniciativas y actividades llenas de compromiso solidario y antiimperialista a la juventud en el estado español.

Además de buena música, a cargo de grupos buenísimos como, Los chikos del Maíz, San Blas Posse, Obrint Pas, Aguadulce, Algarada, Emeterians y Selector MrDOBLADO (ska-reggae-rock steady) contamos también con las intervenciones de estudiantes, de la presidencia y vicepresidencia del CPP entre otras.

Ha costado mucho esfuerzo organizar este Festival, pero si se ha podido sacar adelante ha sido gracias al trabajo unitario que se realizó desde el comité preparatorio, destacando entre otras organizaciones a UJCE, Jóvenes de Izquierda Unida y CJC.

Dado el éxito de esta actividad no nos queda otra que dar las gracias a todas las personas que trabajaron para que esto fuera posible.

¡¡POR UN MUNDO EN PAZ, SOLIDARIDAD Y TRANSFORMACIONES SOCIALES, DERROTEMOS EL IMPERIALISMO!!

Leer Más......

La Universidad que tenemos


Ángel Miguel Rengifo J-PSUV

Cuando ingresé como estudiante a la UCV en 1954, no había enfrentamientos entre la Institución universitaria y el gobierno dictatorial de Marcos Pérez Jiménez. Apenas un minúsculo grupo de estudiantes dejaba oír su voz reclamando libertades democráticas. La caída de la dictadura en enero de 1958 convirtió a ese grupo de estudiantes en héroes. Los medios de difusión social inflaron la participación estudiantil en un hecho político, que hacía tiempo había sido cocinado en el Departamento de Estado de USA. Fue una jugada perfecta de los monopolios internacionales, para cortar de un tajo las veleidades nacionalistas de un gobernante que inicialmente había estado al servicio de los intereses estadounidenses. Quienes habrían de sustituirle hicieron un pacto en Nueva York ante la mirada atenta y las indicaciones de funcionarios del gobierno norteamericano. Pacto que fue ratificado en la quinta “Punto Fijo” propiedad del Dr. Rafael Caldera después de la caída del dictador.

Una vez que se instalaron en Miraflores los pactantes de “Punto Fijo”, comenzó el enfrentamiento de un grupo de estudiantes y profesores de la UCV con el gobierno. La institución universitaria como tal no participaba del pugilato verbal, que cada día se hacía más violento hasta transformarse en un enfrentamiento armado que oficialmente era entre el PCV-MIR y el gobierno. Sin embargo, la universidad sufrió una serie de allanamientos violatorios de la autonomía universitaria y numerosos estudiantes y profesores fueron presos o asesinados por los aparatos represivos del Estado. Los gobiernos de AD-COPEI, no diferenciaban a un guerrillero de un estudiante o profesor reclamando sus derechos constitucionales. La prensa y la TV guardaban silencio o daban informaciones torcidas.

Quien escribe, era profesor asistente de la Facultad de Medicina, cuando fue hecho preso a consecuencias del allanamiento de la UCV por Raúl Leoni en 1966. Me torturaron y estuve en un calabozo de la DIGEPOL con delincuentes comunes, sin que se me dictara un auto detención emitido por un juez. Al cabo de tres meses fui puesto en libertad sin decirme porque me habían hecho preso. Ni la UCV ni nadie dijo que me estaban violando mis derechos humanos. Pequeña diferencia con el presente ¿verdad?

En esos tiempos la universidad sólo le planteaba al gobierno la necesidad de incrementos presupuestarios, para contratar más profesores y personal administrativo con el fin de absorber la oleada de estudiantes sin cupo, que reclamaban agresivamente su ingreso a las universidades nacionales. El gobierno temeroso de que esos estudiantes crearan disturbios, que fueran aprovechados por los subversivos, daba el dinero, pero menos del exigido. La universidad lo tomaba sin chistar y sin cambiar la concepción de la docencia universitaria, le daba cabida al contingente de jóvenes que excedían la capacidad física de la Institución. Así, con presupuestos restringidos, se crearon nuevas Escuelas sobre basamentos docentes obsoletos. La universidad sólo en el papel era “una comunidad de estudiantes y profesores en busca de la verdad”. En la práctica era un conglomerado anárquico que no sabía a donde iba. Desdichadamente, así han transcurrido 40 años.

El busto de Vargas ha sido testigo silencioso del paso de autoridades rectorales de todos los matices del espectro político venezolano y aún somos una institución anárquica sin rumbo definido.

Hemos observado desde hace 10 años un enfrentamiento de la UCV con el gobierno de Chávez, que no ha pasado de dimes y diretes con los funcionarios designados por el Ejecutivo para dirigir la Educación Superior. Ha sido una especie de ping pong retórico alrededor de un tema único: “las deficiencias presupuestarias de la Institución”. Hasta ahora ha sido una pobre demostración de las autoridades universitarias y de los representantes del Ejecutivo Nacional, porque los problemas de fondo de la Institución han sido sistemáticamente soslayados: Repitencia, obsolescencia curricular, excesiva carga burocrática, investigación científica pobre y de espaldas al país, Escuelas y Facultades que debieran desaparecer por estar fuera del contexto del desarrollo del país, etc. La búsqueda de la verdad aún no ha salido del papel en que fue escrita la ley de universidades.

El camino que ha tomado la UCV de enfrentamiento permanente al gobierno, como parte de ese combo opositor, es una actitud de desafío político que obviamente no augura en absoluto ningún futuro promisorio para las universidades autónomas. Veamos por qué.

Venezuela, evidentemente, está dividida políticamente en dos parcialidades antagónicas que chocan cotidianamente. De un lado los que respaldan a Chávez y sus propuestas políticas, económicas y sociales. Estos forman un conglomerado soñador más o menos homogéneo, integrado esencialmente por excluidos sociales que sueñan con vivienda propia, educación para sus hijos, trabajo seguro y recreación. Paralelamente hay un grupo de excluidos intelectuales que sueñan con un mundo de personas socialmente iguales, donde predomine la paz, la solidaridad y el amor.

Del otro lado hay un combo denominado Oposición, económicamente heterogéneo y políticamente disperso, donde predomina una visión inmediatista y estrecha del mundo, y cuyo único punto de coincidencia es la oposición a Chávez. En este combo opositor existe una masa anónima de más de 5 millones de personas, formada por gente clase media y pobres que piensan como clase media, que rechazan sin argumentos a un gobierno que está impulsando cambios sociales, en plena democracia, para alcanzar niveles de desarrollo que dignifiquen al venezolano y le den soberanía al país. En muchos de esos opositores se observa señales inequívocas de que los medios privados han logrado implantarles un odio irracional hacia Chávez.

En este agrupamiento político está inserto buena parte del profesorado de las universidades autónomas, conjuntamente con las autoridades rectorales y Consejos universitarios, los que a su vez han establecido una asociación política con las universidades privadas. Asociación que estimuló la aparición de un nuevo componente del combo oposicionista: un precario movimiento estudiantil con líderes prefabricados por los medios de comunicación privados, con no sólo un confuso pensamiento político, sino también con una ignorancia impresionante; pero, eso sí, con una conducta perfectamente definida, que responde a dictámenes foráneos.

Esa amalgama de intereses políticos la completa los que exhiben un odio que no es visceral y conspiran abiertamente contra el gobierno, porque sus intereses económicos y políticos están ligados al neocolonialismo transnacional y reciben instrucciones y financiamiento para impulsar planes y acciones desestabilizadoras contra el gobierno.

Como voceros de esa masa oposicionista se presenta un grupo de políticos que ocupa diariamente los espacios de opinión en los medios audiovisuales privados, algunos antiguos izquierdistas y el resto dolientes de la IV República, todos absolutamente carentes de criterios unificadotes. Ellos adversan los planteamientos políticos y económicos del gobierno con mentiras y medias verdades, atizando la conflictividad entre chavistas y antichavistas sin anteponer proyecto político alguno.

Con relación a esa conflictividad, diríamos que no ha sido mala en sí mismo, puesto que funcionó como un boomerang contra la oligarquía criolla y estimuló el desarrollo de un proceso revolucionario. Pero esa conflictividad cumplió su papel y en este momento ayuda muy poco al desarrollo socio-económico del país, porque Venezuela necesita del esfuerzo sostenido de todos sus pobladores para avanzar a un velocidad acorde con las necesidades.

Esa conflictividad también ha permitido a una fragmentada Oposición obtener beneficios políticos, pero es evidente que tampoco les da para más. ¿Por qué?

La Oposición ha alcanzado un máximo electoral de 5.877.646 votos en 2010, resultado de un incremento de 683.807 votos en comparación con 2009. En unas elecciones locales, focalizadas en distritos electorales y que no tienen la misma significación para el elector que cuando se vota por un candidato en elecciones nacionales. Por ello, es muy posible que el techo electoral de la Oposición sean esos 5.877 .646 votos que obtuvieron para la A.N. lo que significaría que Chávez tendría un universo de aproximadamente 13 millones de votos para obtener los 6 millones de votos necesarios para ser reelegido en 2012..

Esta apreciación es resultante de pensar, que ahora la Oposición se enfrenta al reto de actuar como un bloque único en la AN, durante dos años de”soterrada” campaña electoral presidencial, en la cual deben promover leyes novedosas en beneficio de la clase media y los pobres. Además, trabajar inteligentemente para presentar un solo candidato y un programa de gobierno que agrade a los sectores de ingresos medios y al menos una parte sustancial de los excluidos sociales.

La clase media no puede hacerse la ilusión de que esa dirigencia fragmentada, oportunista y torpe vaya a cambiar el rumbo revolucionario que el país ha tomado en los años que van del siglo XXI. Los que fungen de dirigentes de la Oposición no van a cambiar, porque no pueden: Pompeyo Márquez y Teodoro Petkoff son octogenarios frustrados llenos de resentimientos que no los dejan pensar con tino. Los adultos mayores de AD y COPEI viven del pasado y el futuro se les agotó, sin poder recomponer las viejas estructuras partidistas. Otros, acostumbrados a no trabajar que se quedaron sin partido, como Pablo Medina y Andrés Velásquez, andan como ánimas solas en la búsqueda de migajas que puedan quedar del reparto de las “ayudas” que le llega a la Oposición del extranjero. Están los estorbos de Manuel Rosales y Pedro Carmona Estanga en el exterior, que quieren regresar perdonados por sus fechorías y en plan de líderes. Esos factores, sin contar con otros como la intromisión de la Embajada de USA, el individualismo y la mezquindad de la mayoría de los que fungen de líderes de la MUD y los militares golpistas, impedirán a la Oposición consolidarse como una fuerza homogénea con objetivos políticos definidos. Los jóvenes que les secundan no tendrán otra alternativa que deambular entre los restos de estructuras partidistas corroídas por la ceguera política, en espera de un milagro que nunca ocurrirá. La revolución seguirá andando y consolidándose inexorablemente.

Algunas individualidades políticas ligadas al gobierno hablan de la necesidad de un diálogo para evitar la conflictividad cotidiana que pueden conducir a la anarquía, lo que significaría que todos perderíamos. Habría un retraso significativo del ensayo político de cambio real que vivimos y la Oposición desaparecería por razones obvias.

Un diálogo creativo, abriría compuertas para garantizar la continuidad y aceleramiento del desarrollo nacional al abrir espacios de luz para todos los hombres y mujeres que conforman el pueblo venezolano.

Pienso que el fin de la conflictividad sólo podría lograrse, si se convence a la mayor parte de la masa amorfa que se opone sin argumentos a los cambios, que ellos también ganan con el proceso político revolucionario que vive el país. Pero eso no se logrará a través de un simple diálogo entre actores políticos, porque es necesario no sólo establecer objetivos bien definidos a corto plazo, sino que debe proyectarse en una dimensión futurista.

Un diálogo sin definir previamente objetivos políticos, económicos y sociales no pasa de ser intentos de \”concertación\”, \”diálogo político”, \”acuerdos” o “pactos” que fueron prácticas del pasado para satisfacer ambiciones personales y de grupos, que dejaron como resultado frustraciones y desengaños para el pueblo venezolano.

La oposición tiene sus referentes en materia de diálogos políticos y pactos. Los copeyanos viejos, los reencauchados y la alta jerarquía católica tienen el \”Pacto de Benidorm\”, un acuerdo alcanzado entre los liberales y los conservadores, con el fin de poner término a la crisis política que se vivía en Colombia, después del proceso de violencia desatado en 1948 con el asesinato del líder popular Jorge Eliecer Gaitán. Los resultados concretos se expresan en el estado de guerra que aún hoy, después de 62 años de tal pacto, vive el país hermano.

La derecha apegada a la Madre Patria, tiene los \”Pactos de la Moncloa” que permitieron la transición democrática en la España post-franquista, sin castigo a los asesinos seguidores del caudillo.

Los adecos y sus similares, añoran los pactos y acuerdos que comenzaron en Nueva York para la transición “democrática” después de la caída del gobierno dictatorial del Gral. Marcos Pérez Jiménez y que siguieron con el Pacto de Punto Fijo para mantenerse en el Poder por 40 años y propiciar la entrega de nuestras riquezas naturales a las transnacionales neocolonialistas..

Por diferencias en el tiempo, el espacio y las circunstancias, el diálogo que se plantea hoy tiene que ser diferente a los que la historia política mundial nos refiere. Por ello, primero tendríamos que preguntarnos quienes son los interlocutores para un diálogo sistemático, que haga viable la construcción de un nuevo espacio para la gestión democrática de los conflictos en nuestra sociedad. Diálogo donde hay que superar visiones polarizadas de los conflictos, mediante el reconocimiento de la complejidad que caracteriza la multiplicidad de intereses y de actores, y la necesaria identificación de un ámbito de respeto y tolerancia. También considerar que nuestra problemática está directamente vinculada a la multiplicidad de interlocutores, portadores a su vez de intereses y proyectos, que entran en una compleja interrelación contradictoria.

Es necesario dialogar para construir nuevos significados que integren expectativas diferentes y aun contradictorias. Tal es el desafío que aparece en el proceso del diálogo en nuestra sociedad.

En la agenda del diálogo deben tener prioridad tres grandes problemas, no resueltos por el proceso revolucionario a pesar de la voluntad puesta en su solución y que es una obligación del Estado darles respuestas con eficiencia y prontitud. Ellos son: Salud, Educación y Seguridad, cuya solución depende de que se transformen en un pensamiento colectivo.

En Salud la desconexión entre un enjambre de entes públicos y privados dispensadores de salud, con conceptos y normativas a veces con un claro antagonismo, constituye una ineficiente y pesada carga económica y política para el Estado, así mismo para los ciudadanos que acuden al sector privado en búsqueda de tratamiento a sus enfermedades.

En Educación hay otra pesada carga económica y política para el Estado y para buena parte de la población, ya que los objetivos de la educación son confusos, resultado del conflicto entre los intereses de las instituciones educativas privadas laicas, los de corte religioso y los no claramente definidos del Estado venezolano. No hay que dejar de lado la severa repercusión negativa de tal confusión en la Educación Superior, donde tenemos que las universidades autónomas han hecho un frente común con los políticos de la IV República y los golpistas, para oponerse torpemente al gobierno en detrimento del país.

La Seguridad personal es realmente costosa para el Estado y la ciudadanía. Es un tema en el que seguimos en el limbo. Nadie sabe lo que sucede en ese amasijo de múltiples cuerpos de Seguridad, grupos parapoliciales al servicio de políticos, bandas hamponiles formadas por funcionarios policiales, funcionarios policiales sicarios, agentes del narcotráfico, jueces venales y fiscales del ministerio público asociados al delito. De remate tenemos unas cárceles convertidas en campos de batalla con partes semanales de muertos y heridos..

Tenemos expertos en todas las áreas del saber y poca tradición de lucha en la búsqueda de la Verdad. Es necesaria la voluntad política de actuar desprejuiciadamente dejando de lado el dogmatismo y el sectarismo.

Los acuerdos recientes entre Colombia y Venezuela son una muestra fructífera del alcance del diálogo.

Evidentemente en nuestro país no habido ni hay criterios definidos, en cuanto a cómo convertir a nuestras universidades en factores fundamentales del desarrollo nacional. Con sólo abrir el correo ucv.ve en nuestras computadoras y leer los artículos de opinión de los universitarios en los periódicos, nos damos cuenta de una aparente vaciedad del pensamiento universitario. Estoy seguro que las universidades y en particular la UCV tiene suficientes cerebros para revertir esa impresión. Necesitamos despojarnos de prejuicios para abrir espacios al pensamiento creativo.

Vivimos en un mundo donde hay miríadas de problemas que esperan ser investigados, discutidos y resueltos. Mientras los universitarios venezolanos empleamos nuestro tiempo en diatribas estériles fungiendo de políticos y culpando a otros de nuestras propias incapacidades y errores.

Hoy es imperativo que las universidades (todas) se pongan al frente del progreso del país para ganarse la simpatía y confianza de todos los ciudadanos, abriendo espacios para el diálogo en busca de soluciones a los problemas que afectan a las más amplias mayorías del país.

Para cumplir con su papel de vanguardia intelectual del país, las universidades (todas) tienen que ser innovadoras, por lo tanto las autoridades universitarias cualquiera sea su pensamiento político, tienen que dejar de ser dogmáticas y sectarias, para permitir que el país, pensando en grande, pueda utilizar todo su potencial para su desarrollo socio-económico. Ese potencial está representado en este momento, por más de dos millones de estudiantes universitarios, los millones de muchachos en la Secundaria, y a los que hay que agregar una legión de profesores calificados.

Por ello, es necesario que el gobierno y las universidades (todas) lleguen a acuerdos para el desarrollo de proyectos institucionales que tengan un impacto directo en la solución de problemas nacionales: masificación de la formación de profesionales de la Salud, masificación de la formación de ingenieros metalúrgicos, químicos, automotores, petroleros etc. y sobre todo, masificación de la formación de técnicos y científicos en todas las áreas del conocimiento.

No es suficiente crecer en progresión aritmética, es imprescindible un crecimiento logarítmico

Leer Más......

jueves, 28 de octubre de 2010

Declinación del capitalismo, fin del crecimiento global, ilusiones imperiales y periféricas, alternativas.

Jorge Beinstein Espai Marx

Primer Encuentro Internacional sobre “El derecho de los pueblos a la rebelión” Caracas 7-8-9 de Octubre de 2010, día del guerrillero heroico

Las fanfarronerías de los lejanos años 1990 acerca del mileno capitalista-neoliberal han pasado a ser curiosidades históricas, tal vez sus últimas manifestaciones (ya a la defensiva) han sido las campañas mediáticas que nos señalaban el pronto fin de las “turbulencias financieras” y el inmediato retorno de la marcha triunfal de la globalización.

Ahora, al comenzar el último trimestre de 2010 las expectativas optimistas de los altos mandos del planeta (jefes de estado, presidentes de bancos centrales, gurúes de moda y demás estrellas mediáticas) van dando paso a un pesimismo abrumador. Se habla de trayectoria de las economías centrales en forma de W como si después del desinfle iniciado en 2007-2008 hubiera ocurrido una verdadera recuperación a la que ahora seguiría una segunda caída y a cuyo término llegaría la expansión durable del sistema, algo así como una segunda penitencia que permitiría a las élites purgar sus pecados (financieros) y retomar el camino ascendente.

La «recuperación» no ha sido otra cosa que un alivio efímero obtenido gracias a una sobredosis de “estímulos” que prepararon las condiciones para una recaída que se anuncia terrible. Porque el enfermo no tiene cura, su enfermedad no es la consecuencia de un accidente, de un mal comportamiento o del ataque de algún virus (que la súper ciencia de la civilización mas sofisticada de la Historia podrá más temprano que tarde controlar) sino del paso del tiempo, del envejecimiento irreversible que ha ingresado en la etapa senil.

La modernidad capitalista ya casi no tiene horizonte de referencia, su futuro visible se retrae a una velocidad inesperada, su posible supervivencia aparece bajo la forma de escenarios monstruosos marcados por militarizaciones, genocidios y destrucciones ambientales cuya magnitud no tiene precedentes en la historia humana.

El capitalismo ha llegado a ser finalmente mundial en el sentido más riguroso del término, ha conseguido llegar hasta los rincones más escondidos. En ese sentido puede afirmarse que la civilización burguesa de raíz occidental es hoy la única civilización del planeta (incluyendo adaptaciones culturales muy diversas). Pero la victoria de la globalización llega en el mismo momento en que comienza su decadencia, dicho de otra manera, si miramos a este comienzo de siglo desde el largo plazo la concreción del dominio planetario del capitalismo aparece como el primer paso de su decadencia, en consecuencia la condición necesaria pero no suficiente para la emergencia del post capitalismo ya está instalada.

Estamos ingresando en una nueva era caracterizada por el enfriamiento del capitalismo global y los fracasos para relanzar a las economías imperialistas que coinciden con el empantanamiento de la guerra colonial de Eurasia. En esa zona los Estados Unidos y sus aliados están sufriendo un desastre geopolítico que presenta en una primera aproximación la imagen de un Imperio acorralado. Pero por debajo de esa imagen se desarrolla un sordo proceso de resdespliegue imperialista, de nueva ofensiva apoyada en su aparato militar y un amplio abanico de dispositivos comunicacionales e ideológicos que lo acompañan. Los Estados Unidos van configurando sobre la marcha una renovada estrategia global, política de estado cuyos primeros pasos fueron dados hacia el fin de la presidencia de George W. Bush y que tomo cuerpo con la llegada de Obama a la Casa Blanca. El Imperio decadente al igual que otros imperios decadentes del pasado busca superar su declinación económica utilizando al máximo lo que considera su gran ventaja comparativa: el dispositivo militar. Su agresividad aumenta al ritmo de sus retroceso industriales, comerciales y financieros, sus delirios militaristas son la compensación psicológica de sus dificultades diplomáticas y económicas y alienta el desarrollo de peligrosas aventuras, de masacres periféricas, de emergencias neofascistas.

La nueva estrategia implica el lanzamiento de una combinación de acciones militares, comunicacionales y diplomáticas destinada a hostigar a enemigos y competidores, provocar disputas y desestabilizaciones apuntando hacia conflictos y situaciones más o menos caóticas capaces de debilitar a potencias grandes y medianas y a partir de allí restaurar posiciones de fuerza actualmente en declive. Extensión de la agresión contra Afganistán-Pakistán, amenazas (y preparativos) de guerra contra Irán, contra Corea del Norte, provocación de contradicciones entre Japón y China, etc.

También desde el fin de la era Bush se desarrollan grandes ofensivas sobre Africa y especialmente sobre América Latina, el tradicional patio trasero hoy atravesado por gobiernos izquierdizantes, más o menos progresistas que han terminado por conformar un espacio relativamente independiente del amo colonial. Allí la ofensiva norteamericana aparece como un conjunto de acciones concertadas con fuerte dosis de pragmatismo destinadas a recontrolar a la región. Su esencia queda al descubierto cuando detectamos su objetivo, no se trata ahora principalmente de ocupar mercados, dominar industrias, extraer beneficios financieros, ya no estamos en el siglo XX. La mira imperial apunta hacia recursos naturales estratégicos (petróleo, grandes territorios agrícolas como productores de biocombustibles, agua, litio, etc.), en muchos casos las poblaciones locales, sus instituciones, sindicatos y más en general el conjunto de sus entramados sociales constituyen obstáculos, barreras a eliminar o a reducir al estado vegetativo (en ese sentido lo ocurrido en Irak puede ser considerado un caso ejemplar).

Es necesario tomar conciencia de que el poder imperial ha puesto en marcha una estrategia de conquista de largo plazo del estilo de la que implementó en Eurasia, se trata de una tentativa depredadora-genocida cuyo único precedente comparable en la región es lo ocurrido hace quinientos años con la conquista colonial. El fenómeno es tan profundo e inmenso que se torna casi invisible para las miradas progresistas maravilladas con los éxitos fáciles obtenidos durante la década pasada. Los progresistas buscan y buscan vías de negociación, equilibrios “civilizados” deambulando de fracaso en fracaso porque el interlocutor racional a sus propuestas solo existe en su imaginación. Hoy el sistema de poder del imperio se apoya en una “razón de estado” fundada en la desesperación, producida por un cerebro senil, en última instancia razón delirante que ve a los acuerdos, a las negociaciones diplomáticas o a las maniobras políticas de sus propios aliados-lacayos como puertas abiertas para sus planes agresivos. Lo único que realmente le interesa es recuperar territorios perdidos, desestabilizar los espacios no controlados, golpear y golpear para volver a golpear, su lógica se monta sobre una ola de reconquista cuya magnitud suele a veces desbordar a los propios estrategas imperiales (y por supuesto a una amplia variedad de dirigentes políticos norteamericanos).

Pero el imperio está enfermo, es gigantesco pero está plagado de puntos débiles, el tiempo es su enemigo, aporta nuevos males económicos, nuevas degradaciones sociales y amplifica las áreas de autonomía y rebelión.

Agotamiento de los estímulos

Hacia fines de 2010 presenciamos el agotamiento de los estímulos financieros lanzados en las potencias centrales a partir de la agudización de la crisis global en 2007-2008.

El caso norteamericano ha sido descripto de manera contundente por Bud Comrad, economista jefe de Casey Research: “en 2009 el gobierno federal tuvo un déficit fiscal del orden de los 1,5 billones (millones de millones) de dólares, por su parte la Reserva Federal gastó cerca de 1,5 billones de dólares para comprar deudas hipotecarias y así impedir el colapso de ese mercado. Es decir que el gobierno gastó 3 billones de dólares para obtener una pequeña recuperación evaluada en un 3 % del Producto Bruto Interno, aproximadamente 400 mil millones de dólares de crecimiento económico. Ahora bien gastar 3 billones de dólares para obtener 400 mil millones es un pésimo negocio” (1).

Con las políticas de “estímulos” (una suerte de neokeynesianismo-neoliberal) no llegó la recuperación durable de las grandes potencias, lo que si llegó fue una avalancha de deudas públicas: entre 2007 (último año previo a la crisis) y 2010 la relación entre deuda pública y Producto Bruto Interno pasará en Alemania del 64 % al 84%, en Francia del 64% al 94 %, en los Estados Unidos del 63 % al 100 %, en Inglaterra de 44 % al 90 % (2).

Luego ocurrió lo que inevitablemente tenía que ocurrir: se inició la segunda etapa de la crisis a partir del estallido de la deuda pública griega que anticipaba otras en la Unión Europea afectando no solo a los países deudores más vulnerables sino también a sus principales acreedores ante quienes se alzaba la amenaza de sobreacumulación de activos crediticios basura: hacia fines de 2009 las deudas de los llamados “PIIGS” (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España, es decir los países europeos expuestos por el sistema mediático como los más vulnerables) hacia Francia, Inglaterra y Alemania sumaban unos 2 millones de millones de dólares suma equivalente al 70 % del producto Bruto Interno de Francia o al 75 % del de Inglaterra.

Si la primera etapa de la crisis estuvo marcada por los estímulos estatales al sector privado y la expansión de las deudas públicas, la segunda etapa se inicia con el comienzo del fin de la generosidad estatal (más allá de algunos posibles futuros intentos desesperados de reactivación), la llegada de los recortes de gastos, de reducciones salariales, de aumentos en las tasas de interés, en síntesis la entrada a una era de contracción o estancamiento económico que se irá prolongando en el tiempo y extendiendo en el espacio.

Nos encaminamos hacia el enfriamiento del motor de la economía global, los países del G7 aplastados por las deudas luego de una reactivación débil y efímera gracias a las políticas de subsidios. Sus deudas públicas y privadas han venido creciendo hasta acercarse ahora a su punto de saturación, en 1990 las deudas totales del G7 (públicas + privadas) representaban cerca del 160 % de la suma de sus Productos Brutos Internos, en el 2000 habían subido al 180% y en el 2010 superarán el 380 % (110 % las deudas públicas y 270% las deudas privadas) (3).

La opción que ahora enfrentan es simple: tratar amontonar más deudas lo que les permitiría postergar la recesión por muy poco tiempo (con alta probabilidad de descontrol, de alta turbulencia en el sistema global) o entrar a la brevedad en un período recesivo (con esperanza de control) que anuncia ser muy prolongado, en realidad no se trata de dos alternativas antagónicas sino de un único horizonte negro al que pueden llegar por distintos caminos y a varias velocidades.

Hipertrofia financiera

La lluvia de estímulos, masivas transferencias de ingresos hacia las elites dominantes (con rendimientos aceleradamente decrecientes) aparece como el capítulo más reciente de un largo ciclo de hipertrofia financiera originado en los años 1970 (y tal vez un poco antes) cuando el mundo capitalista inmerso en una gigantesca crisis de sobreproducción debió acudir a partir de su centro imperial, los Estados Unidos, a sus dos muletas históricas: el militarismo y el capital financiero. Detrás de ambos fenómenos se encontraba un viejo conocido: el Estado, aumentando sus gastos bélicos, aflojando los controles sobre los negocios financieros, introduciendo reformas en el mercado laboral que retrasaban a los salarios respecto de los incrementos de la productividad.

El proceso fue encabezado por la superpotencia hegemónica pero integrando a los dos espacios subimperialistas asociados (Europa Occidental y Japón). Es necesario aclarar que la unipolaridad en el mundo capitalista, con sus consecuencias económicas, políticas, culturales y militares, se inició en 1945 y no en 1991 aunque a partir de esa última fecha (con el derrumbe de la URSS) devino planetaria.

Se trató de un cambio de época, de una transformación que permitió controlar la crisis aunque degradando al sistema de manera irreversible. Las altas burguesías centrales se desplazaron en su mayor parte hacia las cúpulas de los negocios especulativos, fusionando intereses financieros y productivos, convirtiendo a la producción y al comercio en complejas redes de operaciones gobernadas cada vez más por comportamientos cortoplacistas. La hegemonía parasitaria, rasgo distintivo de la era senil del capitalismo acaparó los grandes negocios globales y engendró una subcultura, en realidad una degeneración cultural desintegradora basada en el individualismo consumista que fue desestructurando los fundamentos ideológicos e institucionales del orden burgués. De ello se derivaron los fenómenos de crisis de legitimidad de los sistemas políticos y de los aparatos institucionales en general y sirvió de caldo de cultivo para las deformaciones mafiosas de las burguesías centrales y periféricas (complejo abanico de lumpenburguesías globales).


Techo energético y “destrucción creadora” (de más destrucción).


Desde el punto de vista de las relaciones entre el sistema económico y su base material la depredación (en tanto comportamiento central del sistema) comenzó a desplazar a la reproducción. En realidad el núcleo cultural depredador existió desde el gran despegue histórico del capitalismo industrial (hacia fines del siglo XVIII, principalmente en Inglaterra) y aún antes durante el largo período precapitalista occidental. Marcó para siempre a los sistemas tecnológicos y al desarrollo científico, empezando por su pilar energético (carbón mineral primero, luego petróleo) y siguiendo por una amplia variedad de explotaciones mineras de recursos naturales no renovables (esa exacerbación depredadora es uno de los rasgos distintivos de la civilización burguesa respecto de las civilizaciones anteriores), sin embargo durante las etapas de juventud y madurez del sistema la depredación estaba subordinada a la reproducción ampliada del sistema.

La mutación parasitaria de los años 1970-1980-1990 no permitió superar la crisis de sobreproducción sino hacerla crónica pero controlada, amortiguada, exacerbando el pillaje de recursos naturales no renovables e introduciendo a gran escala técnicas que posibilitaron la súperexplotación de recursos renovables violentando, destruyendo sus ciclos de reproducción (es el caso de la agricultura basada en transgénicos y herbicidas, como el glifosato, de alto poder destructivo). Esto ocurría cuando varios de esos recursos (por ejemplo los hidrocarburos) se aproximaban a su máximo nivel de extracción.

La avalancha del cortoplacismo (de la financierización cultural del capitalismo) liquidó toda posibilidad de planificación a largo pazo de una posible reconversión energética, lo que deja planteado el tema de la viabilidad histórica-civilizacional de las vías de reconversión (ahorro de energía, recursos energéticos renovables, etc.). Viabilidad en el contexto de las relaciones de poder, de las estructuras industriales y agrícolas, en síntesis: del capitalismo concreto inseparable de la obtención de “ganancias-aquí-y-ahora” y no de la probable supervivencia de las generaciones venideras.

El sistema tecnológico del capitalismo no estaba preparado para una reconversión energética, el tema tampoco era de interés prioritario para las élites dominantes (lo que no les impedía “preocuparse” por el problema). No es la primera vez en la historia de la decadencia de las civilizaciones en que los intereses inmediatos de las clases superiores entran en antagonismo con su supervivencia a largo plazo.

El techo energético que ha encontrado la reproducción del capitalismo converge con otros techos de recursos no renovables que afectarán pronto a un amplio espectro de actividades mineras, a ello se suma la explotación salvaje de recursos naturales renovables. Se presenta así un escenario de agotamiento general de recursos naturales a partir del sistema tecnológico disponible, más concretamente del sistema social y sus paradigmas es decir del capitalismo como estilo de vida (consumista, individualista, autoritario-centralizador, depredador).

De la crisis crónica de sobreproducción a la crisis general de subproducción. El ciclo largo del capitalismo industrial.

Por otra parte la crisis de recursos naturales indisociable del desastre ambiental converge con la crisis de la hegemonía parasitaria. En las primeras décadas de la crisis crónica el proceso de financierización impulsó la expansión consumista (sobre todo en los países ricos), la concreción de importantes proyectos industriales y de subsidios públicos a las demandas internas, de grandes aventuras militares imperialistas, pero al final del camino las euforias se disiparon para dejar al descubierto inmensas montañas de deudas públicas y privadas. La fiesta financiera (que tuvo en su recorrido numerosos accidentes) se convierte en techo financiero que bloquea el crecimiento.

Las turbulencias de 2007-2008 pueden ser consideradas como el punto de arranque del crepúsculo del sistema, la multiplicidad de “crisis” que estallaron en ese período (financiera, productiva, alimentaria, energética) convergieron con otras como la ambiental o la del Complejo Industrial-Militar del Imperio empantanado en las guerras asiáticas. Esa sumatoria de crisis no resueltas impiden, frenan la reproducción ampliada del sistema.

Visto desde el largo plazo la sucesión de crisis de sobreproducción en el capitalismo occidental durante el siglo XIX no marcó un sencillo encadenamiento de caídas y recuperaciones a niveles cada vez más altos de desarrollo de fuerzas productivas sino que luego de cada depresión el sistema se recomponía pero acumulando en su recorrido masas crecientes de parasitismo.

El cáncer financiero irrumpió triunfal, dominante entre fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX y obtuvo el control absoluto del sistema siete u ocho décadas después, pero su desarrollo había comenzado mucho tiempo antes financiando a estructuras industriales y comerciales cada vez más concentradas y a los estados imperialistas donde se expandían las burocracias civiles y militares. La hegemonía de la ideología del progreso y del discurso productivista sirvió para ocultar el fenómeno, instaló la idea de que el capitalismo a la inversa de las civilizaciones anteriores no acumulaba parasitismo sino fuerzas productivas que al expandirse creaban problemas de inadaptación superables al interior del sistema mundial, resueltos a través de procesos de “destrucción-creadora”. El parasitismo capitalista a gran escala cuando se hacía evidente era considerado como una forma de “atraso” o una “degeneración” pasajera en la marcha ascendente de la modernidad.

Esa marea ideológica atrapó también a buena parte del pensamiento anticapitalista (en última instancia “progresista”) de los siglos XIX y XX, convencido de que la corriente imparable del desarrollo de las fuerzas productivas terminaría por enfrentar a las relaciones capitalistas de producción, saltando por encima de ellas, aplastándolas con una avalancha revolucionaria de obreros industriales de los países más “avanzados” a los que seguirían los llamados “países atrasados”. La ilusión del progreso indefinido ocultó la perspectiva de la decadencia, de esa manera dejó a medio camino al pensamiento crítico, le quitó radicalidad con consecuencias culturales negativas evidentes para los movimientos de emancipación de los oprimidos del centro y de la periferia.

Por su parte el militarismo moderno hunde sus raíces más recientes en el siglo XIX, desde las guerras napoleónicas, llegando a la guerra franco-prusiana hasta irrumpir en la Primera Guerra Mundial como “Complejo Militar-Industrial” (aunque es posible encontrar antecedentes importantes en Occidente en las primeras industrias de armamentos de tipo moderno aproximadamente a partir del siglo XVI). Fue percibido en un comienzo como un instrumento privilegiado de las estrategias imperialistas y como reactivador económico del capitalismo, pero este solo un aspecto del fenómeno que ocultaba o subestimaba su profunda naturaleza parasitaria, el hecho de que detrás del monstruo militar al servicio de la reproducción del sistema se ocultaba un monstruo mucho más poderoso a largo plazo: el del consumo improductivo, causante de déficits públicos que al final del recorrido no incentivan más la expansión sino el estancamiento o la contracción de la economía.

Actualmente el Complejo Militar-Industrial norteamericano (en torno del cual se reproducen los de sus socios de la OTAN) gasta en términos reales más de un billón (un millón de millones) de dólares, contribuye de manera creciente al déficit fiscal y por consiguiente al endeudamiento del Imperio (y a la prosperidad de los negocios financieros beneficiarios de dicho déficit). Su eficacia militar es declinante pero su burocracia es cada vez mayor, la corrupción ha penetrado en todas sus actividades, ya no es el gran generador de empleos como en otras épocas, el desarrollo de la tecnología industrial-militar ha reducido significativamente esa función (la época del keynesianismo militar como eficaz estrategia anti-crisis pertenece al pasado). Al mismo tiempo es posible constatar que en los Estados Unidos se ha producido la integración de negocios entre la esfera industrial-militar, las redes financieras, las grandes empresas energéticas, las camarillas mafiosas, las “empresas” de seguridad y otras actividades muy dinámicas conformando el espacio dominante del sistema de poder imperial.

Tampoco la crisis energética en torno de la llegada del “Peak Oil” (la franja de máxima producción petrolera mundial a partir de la cual se desarrolla su declinación) debería ser restringida a la historia de las últimas décadas, es necesario entenderla como fase declinante del largo ciclo de la explotación moderna de los recursos naturales no renovables, desde el comienzo del capitalismo industrial que pudo realizar su despegue y posterior expansión gracias a esos insumos energéticos abundantes, baratos y fácilmente transportables desarrollando primero el ciclo del carbón bajo hegemonía inglesa en el siglo XIX y luego el del petróleo bajo hegemonía norteamericana en el siglo XX. El ciclo energético condicionó todo el desarrollo tecnológico del sistema y expresó, fue la vanguardia de la dinámica depredadora del capitalismo extendida al conjunto de recursos naturales y del ecosistema en general.

En síntesis, el desarrollo de la civilización burguesa durante los dos últimos siglos (con raíces en un pasado occidental mucho más prolongado) ha terminado por engendrar un proceso irreversible de decadencia, la depredación ambiental y la expansión parasitaria, estrechamente interrelacionadas, están en la base del fenómeno. La dinámica del desarrollo económico del capitalismo marcada por una sucesión de crisis de sobreproducción constituye el motor del proceso depredador-parasitario que conduce inevitablemente a una crisis prolongada de subproducción (el capitalismo obligado a crecer-depredar indefinidamente para no perecer termina por destruir su base material). Existe una interrelación dialéctica perversa entre la expansión de la masa global de ganancias, su velocidad creciente, la multiplicación de las estructuras burocráticas civiles y militares de control social, la concentración mundial de ingresos, el ascenso de la marea parasitaria y la depredación del ecosistema.

Esto significa que la superación necesaria del capitalismo no aparece como el paso indispensable para proseguir “la marcha del progreso” sino en primer lugar como tentativa de supervivencia humana y de su contexto ambiental.

La decadencia es la última etapa de un largo súper ciclo histórico, su fase declinante, su envejecimiento irreversible (su senilidad). Extremando los reduccionismos tan practicados por las “ciencias sociales” podríamos hablar de “ciclos” de distinta duración: energético, alimentario, militar, financiero, productivo, estatal, etc., y así describir en cada caso trayectorias que despegan en Occidente entre fines del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX con raíces anteriores e involucrando espacios geográficos crecientes hasta asumir finalmente una dimensión planetaria para luego declinar cada uno de ellos. La coincidencia histórica de todas esas declinaciones y la fácil detección de densas interrelaciones entre todos esos “ciclos” nos sugieren la existencia de un único súper ciclo que los incluye a todos. Se trata del ciclo de la civilización burguesa que se expresa a través de una multiplicidad de “aspectos” (productivo, moral, político, militar, ambiental, etc.).

Declinación del Imperio, redespliegue militarista, ilusiones periféricas e insurgencia global

Toda la historia del capitalismo gira desde fines del siglo XVIII en torno de la dominación primero inglesa y luego estadounidense. Capitalismo mundial, imperialismo y predominio anglo-norteamericano constituyen un solo fenómeno (ahora decadente).

La articulación sistémica del capitalismo aparece históricamente indisociable del articulador imperial pero resulta que en el futuro previsible ningún nuevo imperialismo global ascendente, en consecuencia el planeta burgués va perdiendo una pieza decisiva de su proceso de reproducción. La Unión Europea y Japón son tan decadentes como los Estados Unidos, China ha basado su espectacular expansión en una gran ofensiva exportadora hacia los mercados ahora declinantes de esas tres potencias centrales.

El capitalismo va quedando a la deriva a menos que pronostiquemos el próximo surgimiento de una suerte de mano invisible universal (y burguesa) capaz de imponer el orden (monetario, comercial, político-militar, etc.). En ese caso estaríamos extrapolando al nivel de la humanidad futura la referencia a la mano invisible (realmente inexistente) del mercado capitalista pregonada por la teoría económica liberal.

La decadencia de la mayor civilización que ha conocido la historia humana nos presenta diversos escenarios futuros, alternativas de autodestrucción y de regeneración, de genocidio y de solidaridad, de desastre ecológico y de reconciliación del ser humano con su entorno ambiental. Estamos retomando un viejo debate sobre alternativas interrumpido por la euforia neoliberal, la crisis rompe el bloqueo y nos permite pensar el futuro.

Volvamos a la reflexión inicial de este texto: el comienzo del siglo XXI señala una paradoja decisiva, el capitalismo ha asumido claramente una dimensión planetaria pero al mismo tiempo ha iniciado su declinación.

Por otra parte cien años de revoluciones y contrarrevoluciones periféricas produjeron grandes cambios culturales, ahora en la periferia (completamente modernizada, es decir completamente subdesarrollada) existe un enorme potencial de autonomía en las clases bajas. Allí se presenta lo que de manera tal vez demasiado simplista podríamos definir como patrimonio histórico democrático forjado a lo largo del siglo XX. Los periféricos sumergidos han construido sindicatos, organizaciones campesinas, han participado en votaciones de todo tipo, han hecho revoluciones (muchas de ellas con banderas socialistas), reformas democratizantes, la mayor parte de las veces han fracasado. Todo ello forma parte de su memoria, no ha desaparecido, por el contrario es experiencia acumulada, procesada por lo general de manera subterránea, invisible para los observadores superficiales. Eso ha sido reforzado por la propia modernización que por ejemplo le suministra instrumentos comunicacionales que le permite interactuar, intercambiar informaciones, socializar reflexiones. Finalmente, la decadencia general del sistema, el posible comienzo del fin de su hegemonía cultural abre un gigantesco espacio a la creatividad de los oprimidos.

La guerra eurasiática engendró un inmenso pantano geopolítico del que los occidentales no saben como salir, el traspié ha consolidado y extendido espacios de rebelión y autonomía cuya contención es cada día más difícil ante lo cual el Imperio redobla sus amenazas y agresiones. Corea del Norte no ha podido ser doblegada al igual que Irán, la resistencia palestina sigue en pié e Israel, por primera vez en su historia sufrió una derrota militar en el sur del Líbano, la guerra de Irak no pudo ser ganada por los Estados Unidos lo que les plantea allí una situación donde todos los caminos conducen a la pérdida de poder en ese país.

En el otro extremo de la periferia, América Latina, el despertar popular trasciende a los gobiernos progresistas y deteriora estratégicamente a las pocas oligarquías derechistas que que aún controlan el poder político. El proyecto estadounidense de restauración de “gobiernos amigos” tropieza con un escollo fundamental, la profunda degradación de las élites aliadas, su incapacidad para gobernar en varios de los países candidatos al derechazo aunque el Imperio no puede (no está en condiciones) de detener o desacelerar su ofensiva a la espera de mejores contextos políticos. El ritmo de su crisis sobredetermina su estrategia regional, en última instancia no es demasiado diferente la situación en Asia donde la dinámica imperial combina la sofisticación y variedad de técnicas y estructuras operativas disponibles con el comportamiento grosero.

Si observamos al conjunto de la periferia actual desde el largo plazo histórico constataremos que de un lado se sitúa un poder imperial desquiciado enfrentado a una gigantesca ola plural de pueblos sumergidos desde Afganistan hasta Bolivia, desde Colombia hasta Filipinas, expresión de la crisis de la modernidad subdesarrollada. Es el comienzo de un despertar popular muy superior al del siglo XX.

En medio de esas tensiones aparece un colorido abanico de ilusiones periféricas fundadas en la posibilidad de generar un desacople encabezado por las naciones llamadas emergentes, fantasía que no toma en consideración el hecho decisivo de que todas las “emergencias” (las de Rusia, China, Brasil, India, etc.) se apoyan en su inserción en los mercados de los países ricos. Si esos estados que vienen practicando neokeyneesianismos más o menos audaces compensando el enfriamiento global quisieran profundizar esos impulsos mercadointernistas e/o interperiféricos se encontrarían tarde o temprano con las barreras sociales de sus propios sistemas económicos o para decirlo de otra manera: con sus propios capitalismos realmente existentes, en especial los intereses de sus burguesías financierizadas y transnacionalizadas.

A medida que la crisis se profundice, que las debilidades del capitalismo periférico se hagan más visibles, que las bases sociales internas de las burguesías imperialistas se deterioren y que la desesperación imperial se agudice; la ola popular global ya en marcha no tendrá otro camino que el de su radicalización, su transformación en insurgencia revolucionaria. Compleja, a distintas velocidades y con construcciones (contra)culturales diversas, avanzando desde distintas identidades hacia la superación del infierno. Es solo desde esa perspectiva que es posible pensar al postcapitalismo, al renacimiento (a la reconfiguración) de la utopía comunista, ya no como resultado de la “ciencia” social elitista, desde la superación al interior de la civilización burguesa a través de una suerte de “abolición suave” sino de su negación integral en tanto expansión ilimitada de la pluralidad recuperando las viejas culturas igualitarias, solidarias elevándolas hacia un colectivismo renovado.

Los movimientos insurgentes de la periferia actual suelen ser presentados por los medios globales de comunicación como causas perdidas, como resistencias primitivas a la modernización o como el resultado de la actividad de misteriosos grupos de empecinados terroristas. La resistencia en Afganistán y Palestina o la insurgencia colombiana aparecen en dicha propaganda protagonizando guerras que nunca podrían ganar ante aparatos superpoderosos, no faltan los pacificadores profesionales que aconsejan a los combatientes deponer su intransigencia y negociar alguna forma de rendición ventajosa “antes de que sea demasiado tarde” . El siglo XX debería ser una buena escuela para quienes se encandilan ante el gigantismo y la eficacia de los aparatos militares (y de los aparatos burocráticos en general) porque ese siglo vio el nacimiento victorioso de los grandes aparatos modernos como lo es hoy el Complejo Militar Industrial de los Estados Unidos y también fue testigo de su ruina, de su derrota ante pueblos en armas, ante la creatividad y la insumisión de los de abajo.

En los años 1990 los neoliberales nos explicaban que la globalización constituía un fenómeno irreversible, que el capitalismo había adquirido una dimensión planetaria que arrasaba con todos los obstáculos nacionales o locales. No se daban cuenta que esa irreversibilidad transformada poco después en decadencia global del sistema le abría las puertas a un sujeto inesperado: la insurgencia global del siglo XXI, el tiempo (la marcha de la crisis) juega a su favor. El Imperio y sus aliados directos e indirectos quisieran hacerla abortar, empezando por intentar borrar su dimensión universal, tratando mediáticamente de convertirla (fragmentarla) en una modesta colección de residuos locales sin futuro, pero esos supuestas resistencias residuales poseen una vitalidad sorprendente, se reproducen, sobreviven a todos los exterminios y cuando observamos el recorrido futuro de la declinación civilizacional en curso, la profunda degradación del mundo burgués, su despliegue de barbarie anticipando crímenes aun mayores entonces la globalización de la insurgencia popular aparece como el camino más seguro para la emancipación de las mayorías sumergidas que es a su vez su única posibilidad de supervivencia digna.

------------------

(1), Bud Conrad, “Beyond the Point of No Return”, GooldSeek, 12 May 2010

(2), “La explosión de la deuda pública. Previsiones de la OCDE para 2010”, AFP, 25-11- 2009
(3), Fuente: FMI. OCDE, McKinsey Global Institute.

Leer Más......

¿Qué significa vivir de modo socialista?

Roberto Herrera Rebelión

El columnista cubano Darío Machado Rodríguez en su artículo “ Una opinión sobre la vigencia de la ideología y de la lucha ideológica”, publicado en Cubadebate [1] , escribe lo siguiente: “... la ideología de la revolución cubana tiene un papel imprescindible. En la construcción económica para que la sociedad se oriente adecuadamente en las vías y rumbos que se adopten, y para tener presente constantemente que no basta solo producir de un modo socialista, sino que es imprescindible vivir de un modo socialista …” Compartiendo la preocupación histórica de Machado Rodríguez y teniendo en cuenta las experiencias socialistas fallidas en los últimos años, considero preciso, enfocar el análisis en el aspecto del modo de vivir socialista , que comprende una amalgama de valores y actidudes, que sumados a los conceptos que el periodista cubano enumera en su ensayo, podríamos englobar en una categoría universal filosófica llamada cultura socialista. Entendiendo aquí el término cultura, como el proceso de formación del hombre, su mejoramiento ético-moral y su desarrollo integral. El acopio cultural socialista, visto desde afuera y con el agravante de la subjetividad que deviene del color rojo del cristal con que miro el proceso cubano, es el máximo logro de la revolución socialista cubana, sin menoscabar otros rubros importantes de la sociedad . ¿Cuáles han sido los instrumentos de formación y mejoramiento de la sociedad?

La enseñanza, el aprendizaje implícito y explícito

La enseñanza escolar, media y superior, huelga decir que es la base cognitiva del acopio cultural. Es el ABC de una sociedad y la condición sin la cual, el individuo no puede desarrollarse integralmente. No me detendré en este tema, en cuanto que la enseñanza tiene muchos elementos técnicos de diseño, que van más allá de los propósitos de mi análisis. Sólo quiero remarcar el hecho, que cualquiera que sea el diseño técnico (programas/planes) a seguir en la enseñanza, el aspecto de la motivación extrínsica debe ser siempre considerado en los planes de estudio. Porque está demostrado científicamente, que uno de los requisítos para que el cerebro se desarrolle, es decir que aprenda, es la motivación. La motivación intrínsica , es decir, la capacidad que tiene el individuo de motivarse él mismo, dependerá del marco supraestructural de la sociedad y de las condiciones propicias para el proceso de formación. Estos factores externos e internos son importantes de tener en cuanta, a la hora de analizar la cultura socialista y por lo tanto, los logros de la revolución. Tampoco abordaré en detalle el aprendizaje explícito, pues éste es el proceso de aprendizaje conciente, voluntario y operativo de acuerdo a las facultades cognitivas determinadas y específicas de cada individuo, sean éstas normales o especiales.

Las sociedades capitalistas altamente desarrolladas, según el estudio PISA [2] , lideran los programas de enzeñanza a nivel mundial, siendo Finlandia, Japón y Canada los tres países con mejores resultados. Es decir, que el “ABC de la sociedad”, arriba mencionado, está ampliamente garantizado, sin duda alguna, en el capitalismo desarrollado. ¿Es posible , entonces, vivir de modo socialista en el marco de las relaciones de producción capitalista? Pienso que no es posible, de lo contrario las revoluciones socialistas no serían necesarias y urgentes.

Porque, a diferencia del modo de producción capitalista, el modo socialista de vivir, implica la negación dialéctica de los valores morales de la sociedad capitalista y es aquí, donde el aprendizaje implícito teórico-práctico socialista tiene, desde mi punto de vista, un carácter ESTRATÉGICO para las sociedades que quieren romper con las taras, tabúes y valores de la sociedad capitalista de consumo. ¿Dónde comienza el aprendizaje implícito? ¿Dónde continúa? ¿Dónde se consolida?

En la casa, en los centros de enseñanza, en el puesto de trabajo y en la convivencia en sociedad.

De allí que el aprendizaje implicito, que se aprende a través de los modelos de comportamiento social sea vital y decisivo en la construcción del socialismo. Enseñar con el ejemplo.

La educación de un pueblo, entendiendo ésta como un proceso integral de desarrollo dialéctico, en el cual se combinan de forma creativa los instrumentos científicos de enseñanza y los diferentes métodos de aprendizaje , tiene como único fin, desarrollar al ser humano, hacer de él un ente libre y pensador.

Cuando la cultura social se reduce al adoctrinamiento de ideas y valores, las abstracciones teóricas de libertad, igualdad y democracia, se desvanecen como burbújas de jabón en el aire, una vez que el control externo y los reforzadores positivos o negativos, materiales o subjetivos que las crearon dejan de accionar sobre el ser humano.

Entonces no debería de sorprendernos, que precisamente aquellos países, donde se adoctrinó y se controló sin límites a la población civil, hayan sido los primeros en caer en las redes de la contrarrevolución socialista y que ahora sean el caldo de cultivo del neo-facismo y la xenofobia, como es el caso de Rostock, Solingen, Moellin, todas ciudades de la antigua Alemania del Este.

¿Por qué Cuba ha resistido tantos años los ataque contrarevolucionarios?

Primero: Porque la revolución cubana ha sabido adaptarse dialécticamente a los procesos de cambio ocurridos en los últimos veinte años y ha logrado integrar los atributos particulares de su historia al proceso revolucionario y desarrollar una personalidad revolucionaria propia. Segundo: Por que además tiene tres figuras históricas emblemáticas, que definen el carácter de la revolución cubana: José Martí, quien representa una cosmovisión muy cubana de entender el universo del hombre y los conceptos de Patria e Imperialismo. Ernesto Guevara, cuyo pensamiento revolucionario y ejemplo son fuente inagotable de inspiración y finalmente, Fidel Castro, paradigma de la resistencia . Tercero: Porque la cultura socialista cubana marca la diferencia y la distingue del desaparecido “socialismo real soviético”.

¿De qué se trata entonces, cuando decimos que es imprescindible vivir de un modo socialista?

De ser coherentes con el ideario político-ideológico de la revolución. De crear las condiciones materiales y subjetivas que hagan posible el desarrollo integral del individuo, que le permita establecer relaciones completamente diferentes a las de la sociedad de consumo. De asumir conscientemente que es el ser humano, quien interviene directamente con su trabajo y actitud social en el proceso dialéctico de sustitución de lo viejo por lo nuevo, y es él que va transformando las circunstancias sociales, que le permitirán ir evolucionando él mismo como persona. En este proceso de desarrollo dinámico de la sociedad, lo “viejo” y caduco no se anula por ley jurídica ni por decreto alguno, sino que se integra a este todo nuevo, de lo simple a lo complejo, siendo lo nuevo el eje fundamental de la sociedad y el resto de lo añejo que queda, pasa a ser un elemento secundario del todo. Pero sigue ahí presente, enquistado en un nicho de la sociedad, esperando las condiciones propicias para crecer de nuevo. El resultado de ese desarrollo dialéctico es un hombre nuevo, que debe seguir negándose a sí mismo. Se trata entonces, de asumir que el modo de producción socialista no genera automáticamente los valores socialistas, ni tampoco produce en serie el hombre nuevo socialista.

¿Cuál es la garantía de la reacción anticapitalista del pueblo cubano frente a los nuevos desafíos?

La cultura política y la ideología del pueblo cubano, responde Darío Machado Rodríguez.

¡Eso mísmo pienso yo!

Fuente original: http://robiloh.blogspot.com/

[1] http://www.cubadebate.cu/opinion/2010/07/08/una-opinion-sobre-la-vigencia-de-la-ideologia-y-de-la-lucha-ideologica/

[2] Pisa: http://www.pisa.oecd.org/

Leer Más......

miércoles, 27 de octubre de 2010

"Las ideas no se matan"

Thomas Sankara Marxists.org

Homenaje al Che Guevara (1987):

Esta mañana, de manera modesta, hemos venido a inaugurar esta exposición que intenta delinear la vida y la obra de Che. Al mismo tiempo queremos decir hoy al mundo entero que para nosotros Che Guevara no está muerto. Pues por todo el mundo existen centros donde hay hombres que luchan por más libertad, más dignidad, más justicia, más felicidad. Por todo el mundo, los hombres luchan contra la opresión, la dominación, contra el colonialismo, contra el neocolonialismo y el imperialismo, contra la explotación de clase.

Queridos amigos, unimos nuestras voces a las de todos los que en el mundo recuerdan que un día un hombre llamado Che Guevara … con toda la fe en su corazón, se alistó en la lucha junto a otros hombres y logró así crear esta chispa que tanto ha inquietado a las fuerzas de ocupación en el mundo. Sencillamente queremos decir que una época nueva ha sonado en Burkina Faso, que una realidad [nueva] está en marcha en nuestro país. Uno puede ver así el llamado de Che Guevara, el mismo que quería encender fuegos de lucha por todas partes del mundo.

Che fue segado con balas, balas imperialistas, bajo el cielo de Bolivia. Y nosotros decimos que para nosotros Che Guevara no ha muerto.

Una de las bellas frases que evocan los revolucionarios, los grandes revolucionarios cubanos, es la que su amigo, su compañero de lucha, su camarada, su hermano, el propio Fidel Castro repitiera. Una frase que él captó un día de lucha de boca de un hombre de pueblo, un oficial de Batista, quien, a pesar de pertenecer a ese ejército reaccionario y represivo, supo hacer una alianza con las fuerzas que luchaban por la felicidad del pueblo cubano. Cuando los que habían intentado el asalto contra el cuartel Moneada acababan de fracasar, y debían padecer el suplicio por las armas del ejército de Batista –debían ser fusilados–, el oficial simplemente dijo: “No disparen, las ideas no se matan”.

Es verdad, las ideas no se matan. Las ideas no mueren. Por eso Che Guevara –quien era una esencia de ideas revolucionarias y de entrega personal– no ha muerto porque hoy han venido ustedes aquí [de Cuba] y porque nosotros nos inspiramos en ustedes.

Che Guevara, argentino según su pasaporte, devino cubano por adopción por la sangre y el sudor que derramó por el pueblo cubano. Y, sobre todo, devino ciudadano del mundo libre: el mundo libre que juntos estamos en vías de construir. Por eso decimos que Che Guevara es también africano y burkinabe.

Che Guevara llamaba a su gorra “la boina”. Por casi toda África hizo que se conocieran esa boina y esa estrella. De norte a sur, África recuerda a Che Guevara.

Una juventud intrépida –una juventud sedienta de dignidad, sedienta de valor, sedienta también de ideas y de esa vitalidad que Che simbolizaba en África– buscó al Che para beber de ese manantial, el manantial vivificante que representaba en el mundo ese capitán revolucionario. Y entre los pocos que tuvieron la oportunidad, que tuvieron el honor de estar cerca de Che, y que están todavía en vida, algunos están hoy aquí entre nosotros.

Che es burkinabe. Es burkinabe porque participa en nuestra lucha. Es burkinabe porque sus ideas nos inspiran y están inscritas en nuestro Discurso de Orientación Política. Es burkinabe porque su estrella está fija en nuestro emblema. Es burkinabe porque una parte de sus ideas vive en cada uno de nosotros en la lucha cotidiana que libramos.

Che es un hombre, pero un hombre que supo mostrarnos y educarnos en la idea de que podíamos atrevernos a tener confianza en nosotros mismos, confianza en nuestras capacidades. Che está entre nosotros.

Así que quisiera decir: ¿qué es el Che? Para nosotros Che es sobre todo convicción, convicción revolucionaria, la fe revolucionaria en lo que uno hace, la convicción de que la
victoria es nuestra, de que la lucha es nuestro recurso.

Che es también humanismo. El humanismo: esa generosidad que se expresa, esa entrega que ha hecho de Che no solo un combatiente argentino, cubano, internacionalista, sino también un hombre, con todo el calor humano.

Che es también, y sobre todo, la exigencia. La exigencia de alguien que tuvo la suerte de nacer en una familia acomodada … pero que supo decir no a esas tentaciones, que supo darle la espalda a lo fácil y que, por el contrario, demostró ser un hombre que hacía causa común con el pueblo, un hombre que hacía causa común con la miseria de los demás. La exigencia de Che: he ahí algo que debe inspirarnos más que nada.

Porque son la convicción, el humanismo y la exigencia lo que hacen que sea Che. Y quienes saben juntar en ellos esas virtudes, quienes saben juntar en ellos esas cualidades, esa convicción, ese humanismo y esa exigencia, pueden decir que son como Che: hombres entre los hombres, pero sobre todo revolucionarios entre los revolucionarios.

Acabamos de ver esas fotografías que relatan lo mejor que pueden una parte de la vida de Che. A pesar de la fuerza de su expresión, esas imágenes quedan mudas ante la parte más determinante del hombre, la misma contra la que el imperialismo apuntaba. Las balas apuntaban mucho más hacia el espíritu de Che que hacia su imagen. Su foto está por todo el mundo. Su foto está en la mente de todos y su silueta es una de las más familiares. Entonces debemos procurar conocer mejor a Che.

Acerquémonos pues a Che. Acerquémonos a él no como lo haríamos con un dios, ni como lo haríamos con esta idea, esta imagen que está por encima de los hombres, sino hagámoslo con un sentimiento de que estamos ante a un hermano que nos habla y con quien asimismo podemos hablar. Procuremos que a los revolucionarios los inspire el espíritu de Che, para que ellos sean también internacionalistas, para que sepan también cómo construir junto a otros hombres la fe: fe en la lucha por la transformación, contra el imperialismo, contra el capitalismo.

En cuanto a ti, compañero Camilo Guevara, ciertamente no podemos permitirnos decir que eres un hijo huérfano. Che nos pertenece a todos. Nos pertenece como patrimonio de todos los revolucionarios. Así que no te puedes sentir solo y abandonado, puesto que vas a encontrar en cada uno de nosotros –esperamos– a los hermanos, las hermanas, los amigos y los camaradas. Junto a nosotros eres ciudadano de Burkina, porque has seguido de forma resuelta las huellas de Che, el Che de todos nosotros, el padre de todos nosotros.

Por último, recordemos a Che simplemente como ese romanticismo eterno, esa juventud tan fresca y tan vivificante, y al mismo tiempo esta lucidez, esta sabiduría, esa devoción que solo los hombres profundos, hombres de corazón, pueden tener. Che era la juventud de 17 años. Pero Che era igualmente la sabiduría de 77 años. Esta alianza juiciosa es la que debemos tener permanentemente. Che era el corazón que hablaba y era también el brazo vigoroso e intrépido que actuaba.

Camaradas, quisiera agradecer a nuestros amigos, a los compañeros cubanos, el esfuerzo que han hecho para venir a reunirse con nosotros. Quiero agradecer a todos aquellos que han franqueado miles de kilómetros, que han cruzado los mares para encontrarse aquí en Burkina Faso para recordar a Che.

Igualmente quiero agradecer a todos aquellos que, por sus contribuciones personales, procurarán que este día no sea simplemente una fecha en el calendario, sino sobre todo que sean días, muchos días del año, muchos días a través de los años y los siglos, para que viva eternamente el espíritu de Che.

Compañeros, por último quisiera expresar mi regocijo porque hemos inmortalizado las ideas de Che aquí en Uagadugu con esta calle que hemos bautizado Che Guevara.

Pero cada vez que pensemos en Che, tratemos de ser como él y de hacer que reviva el hombre, el combatiente. Y, sobre todo, cada vez que tengamos la idea de actuar c
omo él, en la abnegación, al rechazar los bienes burgueses que pretenden enajenarnos, al rechazar también lo fácil, pero también en la educación y la disciplina rigurosa de la ética revolucionaria: cada vez que tratemos de actuar así, vamos a servir mejor las ideas de Che, las difundiremos mejor.

¡Patria o muerte, venceremos!

Leer Más......

Cómo ha cambiado la gente en Rusia

A.K. Trubitsyn Rebelión

En un encuentro con los participantes de la Conferencia de Múnich, Medvédev subrayó que la gente en Rusia “había cambiado mucho” .

“Me recuerdo hace 25 años. Era otra persona, aunque pensaba que ya había madurado, apunto de terminar la tesis doctoral, veía las cosas de otro modo, de un modo más idealista supongo, era más inexperto”.

Sin embargó Medvédev dejó sin aclarar en qué había cambiado la gente en Rusia.

Probemos pues a especificar y ya de paso esclarecer, por qué se dieron esos cambios: unos cambios que recuerdan los que describía en su novela “Reforma general”, el maravilloso escritor marinista Leonid Sobolev.

“La peste del exterior penetra en el automóvil. Estropea el aire, dañando los cálidos aromas, y el chófer acelera bruscamente, dejando atrás las cisternas rojo oscuro del convoy de saneamiento: Helsingfors aprovecha el resguardo de la noche y las carreteras secundarias para la limpieza de la ciudad...

...Unas cisternas de un rojo oscuro, envenenando con su peste la noche de luna, circulan al lado del coche, removiendo en su interior suculentos bistecs, delicadas y rosáceas langostas, fresas, chocolate, caviar, vino caro, los nombres que tenían todas ellas, y que no hace mucho engalanaban la mesa de algún restaurante, convertidas ahora en una entremezclada masa ponzoñosa y repugnante”.

En qué se diferencian las gentes soviéticas de los “queridos rusos”, como denominaba a su electorado el inolvidable Yeltsin ― quien recibiese de Putin la orden “Por sus méritos ante la Patria”: por saquear el país, destruir su potencial industrial y científico, cañonear el parlamento, provocar la vergonzosa guerra de Chechenia y demás encantadoras travesuras. ¿Qué ha cambiado en los 25 años de “democracia” a los que se refería Medvédev?

Las gentes soviéticas vivían tranquilas, de un modo abierto y honrado. Los “queridos rusos” han instalado aterrorizados en sus portales y apartamentos puertas de acero con candados cifrados, y rejas carcelarias en las ventanas de los primeros pisos: Resulta interesante comprobar como la delincuencia ha crecido de un modo proporcional al “renacimiento espiritual” que los “demócratas” han endosado al pueblo. Sorprende ver hasta que punto coinciden los gráficos que muestran el crecimiento del número de iglesias y el de la delincuencia. Ese don para delinquir de los “queridos rusos” ha alcanzado en estos 25 años cimas inimaginables. Por ese motivo, casi la mitad de la población en edad de trabajar en Rusia lo hace como portero o vigilante, y lo único que sabe hacer es llevar a alguien arrastras o no dejar pasar. Enormes sumas de dinero se dedican a instalar complicados torniquetes y vallas kilométricas en el transporte y cámaras de vigilancia en las tiendas, que de poco sirven.

Los soviéticos vivían en ciudades hermosas y cómodas, donde la cantidad de espacios abiertos y zonas verdes estaban determinados por las investigaciones ciéntificas de los mejores médicos higienistas, que se cumplían de modo escrupuloso en la costrucción de nuevas viviendas, calles, barrios. Los “queridos rusos” con sus casas “soldadas” en lo que antes eran zonas verdes, han desfigurado y afeado las ciudades, dejando a la gente sin aire ni luz, condenando a la enfermedad y la muerte temprana a los niños de la ciudad.

Los soviéticos eran el pueblo que más leía, el que tenía mejor educación en el mundo. Los “queridos rusos” se han convertido en el pueblo más alcoholizado; las drogras cultivadas bajo control usamericano en Afganistán, inundan toda Rusia. Los “queridos rusos” llevan 25 años llamando “college” al instituto de formación profesional, “liceo” a la escuela de artes y oficios, “universidades y academias” a los institutos de educación superior, y todo para obtener un único logro: que alguien que termina una de esas “supermegaacademias” tenga menos conocimientos e intelecto que cualquier alumno mediocre que acabase un instituto de formación profesional soviético.

La gente soviética construyó nuevas ciudades y fábricas, crearon nuevas tecnologías y maquinaria única: los “queridos rusos” han visto como en estos 25 años desaparecían de la faz de la tierra más de 20 mil aldeas y ciudades, cómo se destruían cientos de fábricas y miles de granjas, cómo se perdían la tecnología, la maquinaria, que los países occidentales importaban de la URSS y que ya nadie sabe hacer. En estos 25 años la industria ha sufrido más daños que el que causaron las bombas y los proyectiles durante la guerra.

Para los soviéticos, la única clase privilegiada eran los niños. Para ellos se construían palacios de pioneros y talleres escolares, se resevaban los mejores lugares en los balnearios de descanso, se les proporcionaba todas las posibilidades para un desarrollo armonioso y libre, se les abrían las puertas del mundo de la ciencia y la educación. Los “queridos rusos” han convertido en clase privilegiada a los capitalistas, especuladores y usureros, y a los niños les han quitado todo, desde las guarderías, convertidas en “viviendas de alto standing”, hasta la posibilidad de estudiar en un centro universitario de acuerdo con sus capacidades, sin depender del grosor de la cartera de papá.

Millones de niños en las calles, analfabetos, menores drogadictos y alcohólicos, son el fruto de la Rusia “democrática”.

Los soviéticos tenían orgullo. Se enorgullecían de haber sido los primeros en salir a espacio, de construir los mejores aviones y centrales hdroeléctricas, de ser los primeros en automatizar el montaje en las fábricas y tener la mejor maquinaria. 25 años después los “queridos rusos” se enorgullecen de tener una lata de cerveza en la mano y de que una chica de Samara haya llegado a ser “miss no sé qué”. Y hacen todo esto intentando permanentemente ingeniárselas para “parasitar” en el orgullo de los soviéticos, hablando constantemente en sus medios de los logros soviéticos, como “rusos”. Hace poco tuve que oír por la radio que el helicóptero Yak-24, creado en época de Stalin en un plazo increiblemente corto (los británicos y usamericanos no consiguieron construir nada similar), que batiese en los 50 infinidad de records, no era soviético, sino... “ruso”. ¿Me pueden decir qué helicópteros ha creado la Rusia “democrática” en estos 25 años? Lo único que ha hecho ha sido modernizar modelos ya existentes, y los que lo han hecho han sido ingenieros de la escuela soviética. Mienten los demócratas queriendo hacer pasar la limonada por champagne y lo soviético como “ruso”.

Por cierto, que lo que llaman “cava ruso” no deja de ser el “sovietico” de siempre. En 1941, en cuanto expulsamos a los fascistas de Moscú, el camarada Stalin dijo que para celebrar la Victoria haría falta mucho champagne, por lo que encomendó desarrollar la técnica de su producción. En 1942 echó a andar la fábrica moscovita de vinos achampañados, con una producción masiva y de buena calidad. Por algo el “Sovietskoye shampanskoye” era una marca reconocida en el mundo. No había tecnología que se resistiese al hombre soviético, desde los helicópteros hasta el cava, en todo era el primero. ¿De qué pueden presumir los “queridos rusos”, qué saben hacer?

Podríamos seguir, aportando decenas de parámetros concretos, en los que ha cambiado el pueblo en estos 25 años, pero sería algo de lo que se avergonzaría cualquier gobernante. Pero Dmitri Medvédev, no se avergüenza.

Como ven la diferencia entre el pueblo soviético y esto en que nos han convertido en estos 25 años, no se diferencia mucho de las viandas de una mesa de restaurante y el contenido de las cisternas de color rojo oscuro.

¿Por qué ha ocurrido? Por lo mismo. El pueblo fue arrojado a través del tracto gastrointestinal del capitalismo. Y no es culpa del pueblo, sino su desgracia el que lo hayan convertido en eso. Es algo que han hecho los “demócratas”, apologetas del capitalismo. Los mismos, que gracias a sus mentiras sobre las lindezas de la “democracia” y los inventados “crímenes” del Poder Soviético han nublado la mente de la gente, les han engañado y saqueado.

Si hubiera salido a la tribuna, alguno de esos “perestroikos” y “demócratas”, pongamos cualquier Sájarov o Berezovsky de esos, y hubiera dicho abierta y honestamente que pretende dejar a la gente sin acceso gratuito a la vivienda y educación, apropiarse del fruto de su trabajo, arrebatarles a los niños sus campamentos de pioneros, destruir fábricas y granjas, convertir el país en un simple suministrador de materias primas, destruir el ejército y la flota y sembrar el alcoholismo y la drogadicción, ¿qué hubiera pasado? Les hubieramos escupido a la cara y sacado a empujones del estrado. ¿Qué persona normal iba a estar de acuerdo con esa perspectiva? Por lo mismo que mintieron esos “demócratas” hace 25 años, continúan mintiendo ahora, ensalzando su régimen y despreciando lo que el pueblo soviético logró.

Fuente: http://kprf.ru/crisis/edros/83959.html

Leer Más......

martes, 26 de octubre de 2010

Se realizó con éxito el I Encuentro Nacional de Jóvenes Campesinos


Aporrea El Centro Tecnológico de Producción Socialista Florentino ubicado en Barinas, fue el escenario donde se desarrolló el I Encuentro Nacional de Jóvenes Trabajadores del Campo que impulsó el Comité Nacional Preparatorio CNP, en el marco de los preparativos de 17º Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes.

La actividad contó con la asistencia de un centenar de jóvenes trabajadores del campo procedente de los estados Apure, Portuguesa, Zulia, Mérida, Trujillo, Táchira, Aragua y Barinas. También participaron los estudiantes de distintas universidades del país de la Universidad de los Andes (ULA), La Universidad Nacional Experimental de las Fuerzas Armadas (UNEFA) y la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Ezequiel Zamora (UNELLEZ).

La actividad fue instalada por las organizaciones juveniles que integran el Comité Regional Preparatorio de Barinas y por la representación del CNP en la que asistió Héctor Rodríguez presidente del CNP y Patricia Pereira coordinadora de la Comisión de Educación del CNP.

Durante la instalación los jóvenes rindieron tributo a los 215 campesinos que han sido asesinados por manos del sicariato y el paramilitarismo promovido por los grandes latifundistas al servicio de intereses perversos que se cubren con el manto del gran capital. También recordaron al incansable Ezequiel Zamora, el más grande líder de las luchas campesinas en Venezuela.

Para los asistentes el debate en el encuentro fue enriquecedor, se apreciaba a jóvenes campesinos discutiendo sobre los ejes temáticos como fueron: la situación del Campo en Venezuela y el movimiento campesino, la lucha contra el latifundio y la soberanía alimentaria y el joven del campo y la revolución agraria. En calidad de conferencistas participaron los camaradas Leonardo Patiño, Abogado especialista en derecho agrario, Carlos Peroza Economista Agrícola y miembro del Frente Campesino Ezequiel Zamora y Raúl Ruiz Historiador de la Universidad de los Andes y militante del colectivo Víctor Jara.

Los jóvenes expresaron su enérgico respaldo a las recientes medidas del gobierno nacional que condujo a colocar al servicio del pueblo venezolano la empresa “Agroisleña” ahora “Agropatria”. Los jóvenes reflexionaron y recordaron los diversos mecanismos que esta empresa empleaba para explotar al campesinado e instaron al campesinado, al Presidente Chávez y las instancias de gobiernos competentes a profundizar las medidas de expropiación de los grandes latifundios aún existentes en el país.

Diversas intervenciones coincidieron en la necesidad de continuar avanzando en la organización del movimiento campesino a nivel nacional para asumir las tareas de la lucha contra el latifundio, la explotación en el campo, el desarrollo agrícola del país y la defensa de las violentas arremetidas que ejecutan los grandes latifundistas contra el campesinado. Cabe resaltar que Por decisión unánime de los delegados, el II Encuentro de Jóvenes Campesinos se realizará en 2011 en el estado Apure en el mes de octubre.

El evento fue clausurado por Héctor Alejo Rodríguez, Presidente del Comité Nacional Preparatorio para el 17º FMJE y Secretario General de la Juventud Comunista de Venezuela, reconociendo el enorme esfuerzo realizado por las organizaciones juveniles revolucionarias de Barinas que integran el CRP, por el impecable trabajo realizado y felicitando a todas las delegaciones asistentes por el nivel del debate sostenido.

Leer Más......

domingo, 24 de octubre de 2010

Que vivan los estudiantes

Eduardo Febbro Página 12

La irrupción del movimiento juvenil en las protestas en contra de la reforma previsional del gobierno de Sarkozy cambió la relación de fuerzas en el tablero político francés. Página/12 acompañó a los estudiantes en una marcha en París para conocer sus sueños, sus demandas y sus miedos ante un futuro que les pinta sombrío.

Un clamor juvenil, solidario y espontáneo flota sobre el cielo de París. La risa y el canto. En el corazón de la multitud que recorre el Boulevard Arago se respira una atmósfera de paz agitada, de hermandad instantánea, de carisma generacional. No hay violencia, ni gestos obscenos, ni agresividad en esas voces que piden a coro “la jubilación a los 60 años” en una coalición casi inédita de estudiantes y trabajadores del ferrocarril, de empleados públicos y privados, de profesores y alumnos del bachillerato, de empleados administrativos y estibadores del puerto, de jubilados y desempleados.

Las banderas de la CGT y los globos del Partido Socialista tapan el horizonte. París resucitó una forma de acción social que los tenebrosos analistas digitales decían muerta: masiva, constante, empeñada, pacífica y organizada según un régimen distinto del de otras protestas. Jean Michel emerge de un grupo de jóvenes que se burlan de Nicolas Sarkozy con consignas vivarachas. “No queremos que nuestros padres se mueran trabajando, y nosotros no nos queremos secar bajo el sol buscando casa y trabajo”, dice el muchacho de 19 años. A su alrededor, los estudiantes, en su mayoría bachilleres, gritan: “Los jóvenes en la pálida, los viejos en la miseria”. Aplausos y miradas cómplices.

Detrás de ellos avanza un grupo de trabajadores del ferrocarril. Son corpulentos, tienen las manos y el rostro marcados por el trabajo. Cuatro de ellos, con brazaletes rojos en los brazos, escrutan los movimientos anormales de la multitud. “Estamos aquí para encuadrar a los violentos, para explicar que en la democracia no se golpea”, dice André, un aparatoso miembro de la CGT. La juventud baila, la clase obrera exulta. La soñada convergencia entre trabajadores y estudiantes se plasmó en un par de semanas.

Pero no responde al sueño de un socialismo de museo, sino a un estilo renovado de oponerse a las medidas de un gobierno. La prensa anglosajona describió las manifestaciones que estallaron en Francia en el primer trimestre del año y se prolongaron hasta hoy como una curiosidad arqueológica. “Creían que en la economía inmaterial ya no había más trabajadores, ni manos curtidas, ni estudiantes en la miseria, ni responsabilidad colectiva a la hora de defender los derechos”, explica Arnauld, un estudiante de segundo año de química. “Somos la parte que los especialistas en estadísticas no tomaron en cuenta”, agrega Michel, otro estudiante de la misma materia. “Aquí está la realidad analógica”, comenta con picardía. Ambos tienen plena razón. Francia siempre nos sorprende.

En estas calles empapadas de pasos no hay ideologías, ni reclamos metafóricos, ni pedidos imposibles, sino una concentrada oposición a una reforma de las jubilaciones, que la sociedad asimila a la injusticia, impulsada por un Ejecutivo que, para la gran mayoría, gobierna para los privilegiados. Se trata de un movimiento de una indisciplina práctica, y en ello es plenamente moderno, y no “prehistórico”, como lo sugieren los detentores del pensamiento “Power Point”. “Aquí, los chicos no están alentando o patrocinando ninguna revolución. Sólo quieren justicia, equidad, y que los tomen en cuenta”, afirma Roselyne, una jubilada del correo francés que acudió con su hija. Michel describe en una frase veloz los dos “insostenibles” que los movilizaron: “Hay 25 por ciento de desempleo entre los jóvenes, y el gobierno quiere hacer trabajar a la gente hasta los 70 años. ¡Una locura!”.

Martine, una hermosa muchacha de 24 años, estudiante de derecho internacional, dice, enojada: “La juventud ha sido sacrificada, no queremos esta sociedad donde sólo hay lugar para los recomendados, los privilegiados, los ladrones, los hijos de ricos. Queremos justicia, igualdad, posibilidades de progresar para todos”.

Entre grupo y grupo, a lo largo de cuatro horas de marcha, se puede hacer una radiografía tan espontánea como precisa de los desalientos de la juventud ante un Ejecutivo que la ignora y un presidente a quien los jóvenes tratan como ególatra: la reforma de la jubilación, la política inmigratoria, el escándalo L’Oreal, que golpea de lleno al ministro de Trabajo, a cargo de llevar adelante la reforma de las jubilaciones, el desempleo, el escudo fiscal impulsado por el gobierno y mediante el cual los muy ricos recuperan mucha plata, la carestía de barrio rico de la noche, la ausencia de política ecológica, los controles policiales constantes, la falta de ayudas y, sobre todo, de una política “objetiva” orientada a los jóvenes así como una sensación general de que el sistema capitalista, tal como está gestionado, sólo beneficia a una estrechísima minoría.

La polifonía generacional de la protesta y el carácter sociocultural y socioprofesional mixto le dieron una identidad tanto más peculiar cuanto que los jóvenes se sumaron a la protesta en las últimas dos semanas. El levantamiento de los liceos fue facilitado por el rumor de que el plan de reforma de las jubilaciones iba a crear un millón de desempleados entre la juventud, por las iniciativas ridículas de muchos directores de bachilleratos que escribieron a los padres para que no permitieran que los chicos vayan a manifestar o a bloquear los colegios y, de manera general, porque el poder político infantilizó el movimiento juvenil.

“Nos tomaron por tontos irresponsables, por nenitos de jardín de infantes sin capacidad de entendimiento”, dice con cierto enojo Audrey, una bachiller de 17 años que se pasea con una pegatina que dice “je lutte de classes” (un juego de palabras que quiere decir “hago la lucha de clases”). Dominique Dupont, sindicalista de la CGT del gremio de los estibadores portuarios, observa a los jóvenes que se deslizan bajo las banderas de los estibadores con melancólica admiración. “Me llenan de ternura, tan jóvenes, tan frágiles, tan expuestos a la violencia de este mundo asqueroso, y tan convencidos de lo que hacen, de la razón por la que están aquí.”

Algunos días más tarde, en la Universidad de Jussieu, los estudiantes organizaron una manifestación antes de las vacaciones. Michel, Aurelie, Jean Pierre, Stephane, todos caminaban cantando “Sarko, estás jodido, la juventud está en la calle”. Llevaban un cartelón inspirado de un manifestante de la localidad de Nantes, que decía: “Sarko, mira tu Rolex, la hora de la revolución ha sonado”.

Francia descubrió en un abrir y cerrar de ojos la pertinencia militante de su juventud y algunos rostros nuevos. El de Viktor Colombani, 16 años, dirigente de la UNIL, Unión Nacional de Bachilleres. Un pibe certero, que habla de “solidaridad intergeneracional” y de la imposibilidad de aceptar “que se rompa el derecho al porvenir”. A pesar de la posición privilegiada de Francia, la juventud vive mal. Un desempleo enorme, dificultades titánicas para encontrar vivienda, un discurso de Estado en el que la juventud y sus problemas suelen ser invitados ocasionales. Los analistas reconocen que los jóvenes han funcionado como “una variable del ajuste” (Louis Chauvel, autor del Destino de las generaciones).

Los jóvenes activos conocen tasas de desempleo alrededor del 24 por ciento. La pobreza los acorrala en situaciones impensables para un país central. “Por eso hemos venido con los sindicatos”, comenta Lucie, una joven recién ingresada a la Universidad. “Estamos hartos del cinismo, de la arrogancia del gobierno, de las injusticias permanentes, de ver cómo hacia arriba se viola la ley y hacia abajo nos ponen presos por cualquier insignificancia.” Tantos jóvenes en la calle vinieron a resaltar la fragilidad del modelo social francés.

Sindicatos y estudiantes coincidieron en un punto: el no a la Francia de los privilegios reservados, al costo de reformas soportadas por la mayoría más expuesta. Esa “bronca” se cristalizó en una suerte de sublevación mansa, muy bien organizada a través de la conciencia colectiva. Los paros no penalizaron a los usuarios porque los sindicalistas pactaron para que unos vayan a las protestas y otros garanticen un servicio mínimo. Lo mismo se constató en las seis manifestaciones y huelgas convocadas desde septiembre. Cada vez hubo entre dos y tres millones y medio de personas, dos veces por semana.

Catherine, una empleada de una empaquetadora, cuenta: “No podíamos ir todos al mismo tiempo a las manifestaciones, cada día de huelga es un día menos de sueldo, entonces nos turnamos. Una semana iba yo, la otra una colega”. El sociólogo Philippe Corcuff comentó al diario Le Monde que en este movimiento “la gente va a veces a las manifestaciones, otras no. Se puede entrar y salir del movimiento a su antojo. Es una suerte de guerrilla social, duradera y pacífica”. Alegre también, con más humor que odio, con más inventividad que pesadumbre. Sin consignas de ruptura radicales, ni delirios mesiánicos, la sociedad francesa elaboró un bello mensaje colectivo tejido entre varias generaciones, entre distintos gremios, entre diferentes sensibilidades.

Caroline, una aguerrida militante del NPA (Nuevo Partido Anti Capitalista, extrema izquierda), reconoce que este movimiento no puede romper ni agredir porque, fundamentalmente, “lo que hemos venido a pedir es respeto, respeto al ser humano, al modelo que construimos, respeto a la historia y los valores de Francia, a la ecología, respeto a la igualdad, a la dignidad”.

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-155601-2010-10-24.html

Leer Más......

  ©Template by Dicas Blogger.